Disclaimer: Los personajes aquí usados no me pertenecen. Salvo alguno que otro en futuros capítulos.
Sinopsis: Deadpool es muchas cosas. Sin duda es el mercenario más guapo, con el mejor culo, divertido, carismático y un largo etcétera de adjetivos positivos. - O eso dice él - y tampoco es un secreto su interés en cierto superhéroe con poderes de araña. Lo que el joven Spiderman no esperaba es que Wade fuera a conocer a su otro yo -Peter Parker- y acabara mostrando interés, no solo en Spiderman, sino también en el hombre bajo la máscara.
Oh, problemas... podían olerse a kilómetros.
Advertencias: Rating T, pero cambiará a M. (contenido adulto) Si te molestan las escenas explícitas siempre puedes saltar esa parte.
Historia subida solo aquí y en wattpad.
.
Introducción
.
Lo primero de lo que Peter se dio cuenta al despertar fue de su falta de fuerzas. Estaba débil, muy débil, y quizá el dolor punzante que sentía en la parte trasera de su cabeza era una pista del porqué. Apretó los dientes para retener una náusea. Se sentía mareado y como si estuviera justo al borde de volver a perder el conocimiento. Hacía ya tiempo que no se sentía tan insignificante, no desde su última lucha con Electro. Fue un momento crítico aquel pero Spiderman consiguió ponerse en pie a pesar del duro golpe. ¿Por qué ahora era diferente? Notaba una sensación rara en el cuerpo que nunca antes había experimentado, se sentía ido, como si estuviera... drogado.
Reuniendo las pocas fuerzas que le quedaban se incorporó un poco ayudándose con la pared hasta ponerse en una posición que lo hacía quedar casi sentado y echó un vistazo a su alrededor para descubrir en que clase de lugar estaba. Había un olor espeso y rancio atascado en el aire, y todo estaba sumido en una completa oscuridad. Después de unos segundos, Peter cayó en cuenta de que era él. Su visión estaba borrosa y sus párpados luchaban por cerrarse, de pronto sintiéndose como si pesaran 5 kilos cada uno, pero sabía que allí había una ventana, o quizá un agujero en la pared. Estaba seguro de que había distinguido un hilo de luz entre tanta oscuridad unos metros más adelante de donde estaba él. Quizá estaba en un almacén.
Sus manos estaban atadas a sus espaldas, tal como temía. De todas formas aunque las tuviera libres no se veía capaz de ponerse en pie en esos momentos, y menos de intentar algo, o defenderse si alguno de sus raptores hacía acto de presencia. Aún no...
Necesitaba unos minutos.
Soltó un suspiro pesado, dándose cuenta de que estaba más enfadado que asustado. Y debería estar asustado. Diablos, lo habían noqueado y maniatado. Quien sabía qué clase de locos podían tenerlo retenido.
''¿Por qué?'' pensó Peter. Y luego ese por qué se transformó en un ''¿Cómo?''.
Recordaba haber estado en una pelea. Y haber sido...
Apuñalado.
Parpadeó rápido un par de veces para espabilar sus ojos y bajó la cabeza para distinguir una gruesa línea rosada que destacaba en el azul de su traje, ahora desgarrado. No obstante no había ni un rastro de sangre. Al parecer sus captores se tomaron la molestia de limpiar y desinfectar su herida antes de encerrarlo.
Peter sonrió mentalmente por lo irónico que era eso y echó la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, apoyándola en la pared y resistiendo otra vez las ganas de vomitar.
Había dejado de sangrar, así que quien sabía la de horas que llevaba ahí inconsciente. Tenía pinta de que muchas.
No podía pensar ahora. Estaba demasiado cansado para pensar...
Justo cuando estaba por darse por vencido escuchó un disparo y abrió los ojos como platos, la adrenalina llenando cada rincón de su cuerpo. Ese disparo se convirtió en dos, y en tres, y también gritos e insultos resonaron por todo el lugar. Después de eso perdió la cuenta de los disparos.
Un minuto después Peter vio aparecer ante él la causa de ellos.
– Wade. – murmuró, y su voz sonó seca y lejana como si no se tratara de la suya.
El mercenario caminaba hacia él a pasos largos sujetando una amenazante pistola en la mano y con su siempre presente traje completamente empapado de sangre. Una visión horrible, dado que gran parte de esa sangre era ajena.
– Por fin te encuentro, baby boy. No te preocupes, voy a sacarte de aquí. – dijo y guardó el arma en uno de los bolsillos de su cintura para después agacharse a su lado. Le echó un vistazo rápido a su cuerpo, chasqueando la lengua con desaprobación al ver la herida en su pierna y luego levantó la cabeza para mirarlo directamente a la cara.
Peter en aquel momento estaba más despierto así que frunció el ceño cuando Wade acercó una mano a su rostro. Al momento se puso alerta, pero instintivamente se relajó cuando el mercenario tiró levemente del borde de su máscara para cubrirle toda la cara. No se había dado cuenta de que su máscara estaba mal colocada, subida por un extremo por la altura de la nariz. Se esperó que Deadpool hiciera algún comentario tipo ''Tienes unos labios preciosos'', pero dejó pasar la ocasión y no dijo nada. Lo siguiente que supo fue que lo había cogido en brazos y soltó un pequeño gemido de dolor. Había subestimado la herida de su pierna. Quizá era más profunda de lo que en un principio había pensado...
– Lo siento. – escuchó decir a Deadpool, y abrió la boca otra vez para hablar, pero hasta eso le costaba. El otro hambre pareció darse cuenta y quiso evitarlo. Le habló para tranquilizarlo, quizá para que se relajara y no hiciera preguntas, para que reservara fuerzas. – Shh. No te preocupes, te tengo.
No se calló.
– Los has... – Peter se aclaró la garganta – Los has matado a todos.
Deadpool asintió.
– Hasta el último de ellos.
Y Peter sabía que si tuviera la oportunidad de repetirlo, volvería a hacerlo. Y eso es lo que lo hacía tan temerario. Esta vez no le echó nada en cara a pesar de que quería hacerlo. Estaba enfadado. Estaba triste. ¿Por qué todo tenía que acabar de forma tan violenta con Deadpool? ¿No existía otra forma de hacer las cosas más que matando? ¿Qué había de la familia de esas personas, y si alguno tenía un hijo?
A pesar de que quería preguntar todas esas cosas, no lo hizo. Solo recostó la cabeza contra el hombro de Wade y dejó que toda su visión se oscureciera.
Al menos ahora estaba a salvo.