La niña de mis ojos: Emancipación
Por TokioCristal
ATENCIÓN, está historia es parte de la saga de "La niña de mis ojos", publicado en el fandom de Sailor Moon. Para más información visitar mi perfil, donde se hallan publicadas las historias.
La primera parte: "La niña de mis ojos"
La segunda parte: "La niña de mis ojos: Revelación"
Y ahora esta tercera parte: "La niña de mis ojos: Emancipación"
Emancipar según la RAE:
Del lat. emancipāre.
1.tr. Libertar de la patria potestad, de la tutela o de la servidumbre. U. t. c. prnl.
2.prnl. Liberarse de cualquier clase de subordinación o dependencia.
Muchas gracias a Nora, Yssareyes48 y sayuri1707 :) Bienvenidas Angelica X, Joana y Seri Tsukino :D
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PRÓLOGO
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—¡Qué vivan los novios!
Fue aclamada la pareja al salir de la iglesia, perseguidos por un arco iris de papelitos brillantes y ametrallados con municiones de arroz. Caminaron con apuro hasta la limosina blanca que los esperaba en la salida. Ella ingresó primero, intentando no pisar su largo vestido, él la siguió después, cerrando la puerta. La limosina comenzó a andar y ambos novios miraron hacia atrás. Los familiares y amigos los despedían, algunos con alegría y otros no logrando ocultar la tirria que les ocasionaba verlos juntos.
Cuando finalmente perdieron la visión panorámica de sus seres queridos, la novia envolvió sus brazos sobre el cuello del novio, besándolo con pasión. Él la correspondió, con una sonrisa a medias.
—Te amo Darien —lo besó otra vez emocionada—, no sabes lo ansiosa que estoy de ser ahora la señora Shields, lo mucho que anhelé nuestra noche de bodas…
—Yo también —respondió intentando sonar feliz, aunque su voz se escuchó monótona y plana—. Será muy emocionante...
Habían comenzado la relación un año y medio atrás y, de verdad, Darien había postergado mucho el encuentro sexual entre los dos, con la excusa –léase como mentira- de que todo sería más magnifico y mágico en la noche de bodas. Suena paradójico y casi imposible pensarlo en los tiempos que corren actualmente, pero toda esa parte física que faltaba en el noviazgo, había sido completamente compensada gracias a la abultada cuenta bancaria de los Shields –interprétese como regalos rutinarios y costosos- y el sobreactuado porte de caballero de brillante armadura, que tan bien le salía aparentar, al todavía joven y bien agraciado Darien.
Una pildorita mágica y azul seria eficaz para la noche de bodas.
Aunque sonara triste para los treinta y un años que él ya tenía. Se sentía atraído a la mujer, porque después de todo se había casado con ella. La amaba, a su manera. Después de todo, sin pretenderlo y, no sabía el cómo, lo había conquistado. Fue un coqueteo fugaz, que se transformó en una relación y ahora en un matrimonio.
Su esposa era de generosas curvas, envidiablemente atractiva, de largo cabello amatista y exótica mirada cristalina. A veces se hallaba fascinado ante la belleza de su "mujer." La mirada más clara que el cielo, el perfume bonito, la suavidad de la piel y, mientras más y más la observaba, la figura de la fémina se retornaba más frágil y delicada, el cabello tomaba tonalidades rubias y los ojos se transformaban en un azul atrayente.
De esa manera, Neherenia se desvirtuaba transformándose en Serena dentro de la mente de Darien.
Por más que quisiera amar profundamente a su legalmente concubina, los residuos amorosos hacía la joven e inocente rubia todavía persistían insistentemente en él. Más allá de los dos años que pasaron sin verla, sin tener noticias de ella, en ocasiones miraba hacia el cielo y se preguntaba si Serena todavía lo recordaba...
La joven mujer, en sus tempranos veinte, alzó la mirada hacía el cielo. La tarjeta que tenía en sus manos, tanteó entre sus dedos, hasta resbalar y caer en el suelo. Bajó la mirada, hacía donde había caído la invitación, leyendo una y otra vez, sin poder creerlo, lo que decía.
—¿Es una invitación a la boda de Darien...?
Presionó sus labios en una fina linea. Hacía años que no mencionaba aquel nombre, y en su voz todavía se oía restos del cariño que le tenía.
A veces, Armando Shields le enviaba regalos por correo. Inclusive en dos ocasiones la había visitado en el campus de la universidad donde ella residía. No entendía el porque de aquella invitación de Armando a la boda de Darien que, según había leído fugazmente, hacía dos días había pasado.
¿Por qué...?
¿Qué quería demostrar con aquello?
Los ojos se le empezaron a llenar de lágrimas y pateó con fuerza la invitación en el suelo.
Así que finalmente Darien la había olvidado.
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