Nota: Este es el último capítulo de la historia. Espero que les guste.


Había exactamente 15 calles entre la casa de los Thundermans y el área central de Hidenville, el lugar en donde estaban todos los comercios y pequeños negocios a los que la gente solía acudir diariamente, ya fuera por ocio o por necesidad. Y por ese tranquilo lugar, avanzaba caminando un joven que vestía con tonos oscuros. Parecía estar preocupado, pues constantemente veía a su alrededor como si estuviera buscando algo, o a alguien. Algunas de los que caminaban por ahí parecían muy despreocupados. Algunos caminaban con celular en mano, y otros tantos simplemente se distraían viendo los aparadores en las tiendas. Nadie podría saber lo que pasaba por la mente del chico, nadie excepto él.

Cerca de 20 minutos habían transcurrido desde que Max salió corriendo de su guarida, decidido a llevar a cabo su plan para separar a Phoebe y a Oyster. Ahora se encontraba en medio de todas esas tiendas, caminando y viendo para todos lados, tratando de dar con uno de los negocios que había visto por los alrededores semanas atrás, y que sería una pieza clave para su plan.

"¿Dónde rayos está?" Pensaba el joven villano mientras caminaba rápidamente, esquivando a las personas que se encontraban a su paso.

El negocio que buscaba se llamaba "Freshpix", y ya la había visto varias veces cuando iba al centro con sus amigos. Y a pesar de llevar ya un buen tiempo viviendo en Hidenville, en esta ocasión se le dificultó poder dar con ese local. Apenas había llegado al centro de la ciudad pero el estar tan concentrado en su plan, le hizo sentir como si hubiera pasado mucho tiempo ahí.

Y después de recorrer varios locales, finalmente encontró la tienda que buscaba, justo al dar vuelta en una calle cuyo nombre no recordaba. Se apresuró para entrar ahí y de inmediato sacó su celular. Freshpix era una tienda en la que la gente solía llevar fotografías, ya fuera para imprimirlas digitalmente, o para revelar esos antiguos rollos que usaban las cámaras en tiempos de Hank y Barb. Max nunca había entrado ahí pero en las veces en que vio el negocio desde afuera, le pareció poco concurrido. Era raro que se viera a más de dos personas, pero esa vez, en el mostrador principal había una fila de 3 personas que llegaron antes que Max. Sin duda él no contaba con eso, y no le quedó de otra más que formarse hasta el final. Cosa que no le gustó.

"¡Rayos! Malditas filas. Tengo que deshacerme de ellos." Pensó Max, mientras analizaba la situación.

Vio que al frente de la fila había un señor de treinta y tantos, de traje y apariencia muy seria. Parecía estar esperando algo, pues la chica que estaba atendiéndolo se puso de pie y entró a un pequeño cuarto en la parte de atrás. Posiblemente le entregaría algo y se iría rápidamente, pero aún tendría 2 personas más, por lo que Max se concentró en una chica pelirroja que estaba detrás del señor. Parecía tener alrededor de 17 años y al igual que cualquier adolescente, y no le quitaba la vista a su celular, pero por la forma en que vestía, Max supuso que sería una tierna fanática del color rosa, y que la bicicleta del mismo color que estaba afuera debía ser suya, por lo que después de guardar su teléfono en su bolsillo, volteó de nuevo hacia la enorme ventana del local, vio la bici junto a un poste de luz, y con solo mover sus dedos índice y medio, usó su telekinesis para hacer que la bici avanzara lentamente hacia adelante.

"Oye tú, la de rosa." Le dijo Max a la chica, mientras seguía usando su poder sobre la bicicleta.
"¿Si? Contestó la pelirroja, volteando hacia atrás para verlo.
"Creo que tu bici se está yendo sin tí." Dijo Max, señalando la bici con su mano derecha, haciendo que se moviera más rápido con su poder.
"¡Hay no! ¡Mi bici!" Gritó la joven, para después salir corriendo de la tienda a perseguir su medio transporte.

Las otras personas vieron extrañados la escena, y Max sonrió un poco al ver que ya solo había 1 persona más de la cual deshacerse. Sólo debía observar con cuidado para hacer su siguiente movimiento.

Su próximo objetivo era una mujer de veintitantos que estaba leyendo una revista, y justo a su lado había un pequeño de alrededor de dos años. El niño estaba jugando con una pequeña pelota roja, y parecía divertirse mucho con ella botándola una y otra vez. Max analizó la escena y al instante supo exactamente qué hacer para ganar su lugar. Y sin pensarlo dos veces, giró su mano izquierda y con su telekinesis le arrebató la pelota al niño y la hizo botar hacia una pequeña bodega en la parte de atrás de la tienda, y anticipando lo que sucedería, Max sólo se dedicó a observar.

Tan rápido como pudo, el niño salió corriendo hacia aquel lugar por su pelotita, pero al estar tan distraída con su revista la madre no se dio cuenta, por lo que el joven villano tuvo que actuar.

"Disculpe señora..." Le dijo Max, acerándose un poco a la mujer.
"¿Si?" Respondió la joven madre.
"Parece que su hijo se fue corriendo por ahí." Le contestó, señalándole la bodega.
"Ay no. ¡Julian!" Exclamó la mujer al mismo tiempo que volteaba a la bodega y salía de la fila corriendo tras el niño.

En ese momento, Max tomó su lugar, justo cuando la recepcionista volvía para entregarle un sobre amarillo al señor de adelante, quien luego le agradeció muy amablemente a la chica y salió del lugar. Por fin era turno de Max, y una vez que llegó a la recepción, frente a él había una chica de edad similar a la de Max. De oscuro cabello y ojos como dos zafiros. Tenía un gafete en su blusa que decía: "Alicia", y cuando ella miró a Max, le sonrió amablemente y se comenzó a atenderlo.

"Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarte?" Dijo la amable chica.
"Quisiera imprimir unas fotos." Le dijo él, sacando su celular de su bolsillo.
"Claro, me permites tu memoria?" Preguntó Alicia, mientras tecleaba algo en su laptop.
"¿Memoria?" Preguntó Max, sin entender a lo que se refería.
"Si, necesito una USB para poder imprimirlas." Le explicó la chica al confundido adolescente.
"Ah, es que las traigo en mi celular." Dijo Max, sonando algo preocupado por lo que acababa de escuchar.

Entonces la muchacha bajó la mirada como si tratara de pensar qué contestarle. Y luego de unos segundos, volteó a ver a Max, le sonrió y le dijo:

"Bueno... emm... escucha, no debería hacer esto pero... si quieres envíalas a mi celular y así te ayudo a imprimirlas." Le dijo ella, tratando de hablar en voz baja.
"Ah, claro... gracias." Le respondió Max, para después dedicarse a buscar las fotos que quería imprimir.

Entonces, Max buscó entre sus archivos, y dentro de una carpeta de nombre "P", seleccionó solo cuatro fotografías, las cuales eran ni más ni menos que de su hermana Phoebe. Por alguna razón que todavía desconocía, Max las había guardado en su teléfono todo este tiempo y ahora era el momento indicado para usarlas. Luego de eso, se las envió y ella empezó con su trabajo; transferir las imágenes a su laptop, y de ahí irían directo al papel para fotografía.

"¿Cuál es tu nombre?" Le preguntó Alicia, mirándolo fugazmente.
"Max Thunderman." Respondió el joven mecánicamente, viendo su celular sin presar mucha atención a la chica.
"¿De qué tamaño necesitas las fotos?" Preguntó ella, mientras abría los archivos en su computadora.
"Ése está bien." Le respondió señalando una imagen de muestra.

En la pantalla de la recepcionista, apareció una de las fotos de Phoebe, una en la que aparecía acariciando a una linda ovejita, era del fin de semana pasado cuando fueron con toda la familia al zoológico. Después de que Alicia terminó de procesar las fotos, las envió a la impresora, y en poco tiempo se puso de pié para ir por ellas. Cuando volvió a la recepción, ya tenía las fotos listas. Ahora Max estaba viendo nerviosamente su reloj, como si contara los minutos que habían pasado desde que llegó ahí. Entonces la chica tomó un sobre amarillo de su escritorio y se dispuso a guardar las fotografías dentro. Pero Max vio lo que hacía y la detuvo.

"Emm... quisiera ponerlas en un álbum... como ése de ahí." Dijo Max mientras le señalaba un álbum de color negro, que estaba dentro del mostrador.
"Ah... claro, ¿quieres que te ayude a colocarlas?" Le preguntó ella amablemente.
"Si, por favor." Contestó el joven, que seguía viendo su reloj una y otra vez.
"¿Está bien si las pongo así o...? Ah, veo que tienes prisa." Dijo ella curiosamente, tratando de mostrarle un orden para las fotos.
"Emm... sí está bien." Contestó Max, tratando de sonar más calmado.

Entonces, la joven empezó a acomodar las fotos una a una dentro de las páginas del álbum. Y mientras lo hacía, de pronto esbozó una pequeña sonrisa en su rostro.

"Tu novia es muy bonita." Dijo la chica repentinamente.

Y entonces Max subió la mirada incluso mucho más rápido que Billy, solo para encontrarse con la sonrisa de la recepcionista, quien luego de eso volvió a su trabajo. "¿Novia...? ¿Por qué dijo eso?" pensó Max, prácticamente sin poder pronunciar una sola palabra después de lo que escuchó. No lograba entender cómo una simple palabra podía alterarlo de esa forma, ni mucho menos podía entender por qué sus latidos se aceleraron de pronto con tan solo pensar en su supuesta novia. Le costó un poco procesar lo que acababa de pasar, pero luego de unos incómodos e infinitos segundos, pudo hablar nuevamente.

"¿Mi novia?" Preguntó el confundido muchacho.
"Si tu novia... es muy bonita. ¿Cómo se llama?" Le preguntó, mientras terminaba de colocar la última foto en el álbum.
"Ph... Phoebe. Se llama Phoebe." Respondió Max con cierta dificultad.
"Parecen una bonita pareja." Dijo Alicia, para después cerrar el álbum y entregárselo a Max.
"Gra... gracias... emm... ¿cuánto te debo?" Preguntó nerviosamente mientras sacaba su billetera.
"Serían 50 dólares. 15 por las fotos, 35 por el álbum." Le contestó la joven después de ver la pantalla de su laptop e imprimir el ticket.

Simultáneamente, Max le pagó los $50, tomó el álbum y salió rápidamente del negocio, pero no sin antes agradecerle a la chica por su atención. Con álbum en mano, finalmente Max podría ejecutar su plan; el cual era mostrarle la verdadera identidad de Phoebe a Oyster. Estaba muy seguro de que si él veía lo tierna y linda que era Phoebe, todo volvería a la normalidad, su amigo volvería a la banda y su gemela volvería a ser la misma de antes. Por alguna razón, a Max le parecía extraño ver a Phoebe vestida como chica mala, y no pudo evitar recordar el momento en que la vio así por primera vez, un par de horas atrás. Cuando estaba a la mitad de su ensayo, él no entendió por qué sus amigos habían dejado de tocar, hasta que se dio cuenta de lo que todos veían.

"Vean, rockeamos tanto que un ángel se cayó del cielo." Dijo Angus, ingenuamente.
"Para esto me uní a una banda." Agregó un emocionado Gideon.

Cuando Phoebe apareció ahí y se recargó en su pared, Max no pudo evitar quedarse mirándola, había algo que lo hacía mantener sus ojos en ella. No sabía si era todo ese maquillaje, o esa actitud de chica mala lo que llamaba tanto su atención. Pero el hecho de que estuviera vestida de esa forma, solo pudo hacer que recordara algo en lo que no pensaba desde hace mucho tiempo "mi emperatriz de la noche".

Desde que Max salió de Freshpix, por alguna razón no podía dejar de pensar en su hermana, mientras caminaba por la banqueta del área central de Hidenville. Ahora era él quien parecía caminar sin rumbo fijo, pues en ese momento, en su mente solo había espacio suficiente para una sola persona. Él sabía dónde estarían ellos, Phoebe le dijo que irían a comer pizza, así que su próximo destino era el Palacio de la Pizza de Wong. No estaba lejos de ahí, solo a unas dos o tres calles. Pero cuando iba a mitad de camino, de la nada, alguien le habló detrás de él.

"¡Hola Max!" Exclamó una emocionada Sarah.
"Ah, Sarah, hola." Respondió Max, algo sorprendido por la repentina aparición de la chica.
"Qué coincidencia encontrarnos aquí ¿no?" Dijo ella con una enorme sonrisa, y muy nerviosa.
"Si bueno... es que iba a..." Trató de decir Max, antes de ser interrumpido.
"¿A dónde? ¿Puedo acompañarte?" Preguntó rápidamente la chica de lentes, sonriéndole sin parar.
"No, mejor... otro día. ¿Sí?" Le respondió él tratando de acabar pronto la conversación.
"Ah, está bien. Sólo llámame." Aceptó Sarah, sin dejar de sonreír nerviosamente.

Y dicho esto, Max dio media vuelta y siguió su camino rápidamente. Sin embargo, apenas había dado algunos pasos cuando vuelve a escuchar su molesta voz.

"¡Max! ¡Olvidaste decirme cuándo!" Le preguntó Sarah, elevando la voz para que la escuchara.
"El 32 de febrero." Respondió Max para después alejarse de ahí, sin siquiera mirarla.

Luego de eso, Max siguió caminando en dirección a la pizzería, no le faltaba mucho para llegar pero aún así trató de acelerar el paso, temía llegar tarde a la cita de Phoebe. Y mientras caminaba con el álbum en su mano derecha, no hacía otra cosa más que pensar en su gemela, lo cual le hacía recordar lo que le preguntó la chica de Freshpix. "¿Por qué pensó que Phoebe era mi novia? ¿Qué no vio que somos parecidos?" seguía preguntándose mentalmente. Sin embargo, Max estaba pasando por alto el hecho de que tener muchas fotos de su hermana en su teléfono, tal vez podría levantar sospechas. "Sí debió ser por eso" aunque por mucho que tratara de convencerse, eso tampoco explicaba por qué no desmintió a Alicia cuando ella asumió que Phoebe era su novia.

"¿Por qué no le dije que Phoebe era mi hermana?" Se preguntó repentinamente, deteniéndose justo donde estaba.

Solo le faltaba girar en una esquina para llegar a la pizzería, y después de quedarse ahí inmóvil pensando, de pronto se recargó en un poste de luz, y abrió el álbum de fotos y empezó a ver una por una las fotografías que imprimió. Había pagado ambas cosas usando el dinero de su cumpleaños, no le importó gastarlo todo.

"Con tal de que Phoebe deje a Oyster... digo... con tal de salvar a la banda." Pensó Max, muy confundido.

Cuando llegó a la última foto, vio cómo aparecía Phoebe con su camiseta de los "Algebritos" y sosteniendo el trofeo que ganó en el Tazón de Matemáticas. Vio esa linda sonrisa y en ese momento vino a su mente el recuerdo del día en que la dejó ganar en el concurso. Esa tarde él se alejó de ahí mientras la veía feliz sosteniendo ese trofeo, y cuando volvieron a casa ella le agradeció y le regaló la misma sonrisa que ahora veía en la foto. Y una vez, Max tuvo que pedirle su teléfono a Sarah, solo para poder entrar al Chirper de Phoebe y conseguir esa fotografía. Él jamás se lo diría.

Fue el fuerte sonido que produjo el claxon de un auto, lo que finalmente devolvió a Max a la realidad, forzándolo a dejar atrás esos pensamientos. Así que cerró el álbum y continuó caminando, giró por la esquina y caminó un poco más hasta acercarse al Palacio de la Pizza de Wong. Abrió la puerta y al entrar lo primero que vio fue a su hermana y a su amigo sentados en una mesa, juntos. Max tuvo que hacer un enorme esfuerzo por hacer su clásica sonrisa burlona, justo en cuanto captó la mirada de Phoebe. Él se acercó lentamente y vio como su gemela se puso de pie, le dijo algo a Oyster que no pudo escuchar, y se dirigió a él.

"¿Qué haces aquí Max?" Le preguntó Phoebe, sonando un poco molesta.
"Voy a mostrarle a Oyster que Phoebe mala es falsa, terminarán ¡y pediré un Calzone para llevar!" Respondió él, fingiendo que sólo había ido molestarla.

Fin.