La primera vez que Manami escuchó el nombre de Karma fue al final de una clase de Matemáticas, en la cual Koro-sensei los había dejado salir antes porque debía quedarse haciendo papeleo. Ahí fue cuando ella escuchó a su profesor decir su nombre en un susurro y asintiendo, revisando un papel que contenía toda la información del muchacho. Ese había sido el día anterior a la llegada de Karma.
La primera vez que Karma hizo contacto visual con Manami fue cuando él entró a su primera clase oficial con la clase E. Karma caminó entre los asientos, con la mirada de sus compañeros en su espalda. Obviamente Manami también lo miró, y él se la devolvió por unos pequeños segundos, antes de que ella desviara la mirada al sentir miedo. Lo que ella no sabía es que cuando Karma se sentó en su lugar, siguió observando las cortas trenzas de la chica.
La primera vez que Manami habló con Karma fue cuando Nagisa intentó presentarlo ante su reducido grupo de amigos: Sugino le dio una sonrisa amistosa, Kayano lo recibió con un ''mucho gusto'' al igual que Okuda, quién tartamudeó un poco, pero se relajó al recibir una pequeña risa de parte de él. Luego de eso, Karma continuó hablándole al entrar al salón, o para pedirle materiales. Ella aún no se sentía cómoda con él alrededor, él inspiraba ese miedo en todos, pero de a poco fue soltándose al juntarse con los demás cinco y formando su propio ambiente.
La primera vez que Karma se sintió sorprendido por una chica fue cuando Manami le pidió descaradamente a su profesor que bebiera del veneno que había preparado para asesinarlo. A él le pareció asombroso y tierno a la misma vez, el hecho de que ella no supiera cómo mostrar sus habilidades para matar le intrigó y quiso sabes más de ella. Comenzó a admirar su destreza en la ciencia.
La primera vez que tuvieron contacto físico fue en el viaje escolar de la clase E. Ese momento en que Nagisa, Kanzaki, Sugino, Kayano, Manami y Karma jugaban a las cartas en el vagón del tren. Ellos estaban sentados juntos, por lo que cuando fue el turno de Okuda y debía sacar cartas del mazo, Karma también lo hizo, confundiéndose y pensando que era su turno. Sus manos se rozaron por dos segundos, ella retiró la suya rápidamente disculpándose en un susurro. Él sólo le susurró de nuevo, diciendo que no había problema, que había sido un error suyo.
La primera vez que Manami recibió un halago de Karma fue en el mismo viaje. Cuando ella se desveló y salió de la habitación de las chicas por un vaso de agua o leche, lo que encontrara primero. Ahí fue cuando se encontraron, él quería buscar lugares u objetos que lo ayudaran con su asesinato.
- ¿Okuda-san? – Ella se sobresaltó y cerró el refrigerador de un manotazo, asustada. Llevaba la bata blanca algo suelta por estar durmiendo, por lo que se arregló se tal manera de que sus piernas y su pecho no estuvieran tan al descubierto.
- ¿Karma-kun? ¿Qué haces aquí?
- Nada, sólo inspeccionaba el lugar ¿Y tú? Es bastante tarde.
- Vine a buscar un vaso de agua, no podía dormir – Ella se encogió de hombros y jugó con un mechón de su pelo suelto. Él sólo asintió comprendiendo la situación. Se dio la vuelta dispuesto a marcharse, no sin antes soltar algo raro viniendo de él.
-Te ves bien con el cabello suelto.
La primera vez que hicieron un experimento juntos él se lo pidió a ella. Manami sólo dijo que sí, sin preguntar las razones. Karma le agradeció con una sonrisa sincera y triunfante, cómo si la chica que le gustaba hubiera aceptado salir con él. Estuvieron toda una tarde creando cloroformo, a pesar de las advertencias de Maehara hacia ella de no congeniar tanto con él, que era peligroso. Aun así, se divirtieron, ideando planes para matar a su profesor, ella cuidando de que Karma no tocara nada venenoso, Karma riendo cuando ella pasaba a cortarse con vidrios, pero de todos modos ayudaba a curarla. Esa vez, fue la primera vez que Okuda realmente se divertía con un chico.
La primera vez que Karma la vio llorar fue una tarde después de clases. Habían caminado juntos a casa, hasta que se separaron, él dijo que pasaría al minimarket a comprar y ella se fue por otra calle. Manami tuvo un encuentro con unos extraños que intentaron acosarla, no se sabe de dónde sacó valentía, pero golpeó a uno de ellos con su bolso y salió corriendo en la dirección de donde venía. Él venía saliendo del lugar con una bolsa con sus compras y chequeando su celular con la otra mano. Escuchó que gritaban su nombre a lo lejos, guardó su teléfono y soltó la bolsa en el momento en que la chica chocó con su pecho. Temblaba y lloraba como nunca había visto, la sujetó delicadamente de los brazos y dejó que llorara hasta mojar su chaleco. Una vez que se calmó, ella le contó la situación y él la consoló, la acompañó hasta su casa siempre manteniéndola cerca y atento a cualquiera que se acercara. Karma comprendió que ella era fuerte, pero también muy frágil.
La primera vez que Manami comprendió que Karma era muy humano, fue en la cueva, durante la prueba de valor donde Koro-sensei los emparejó. Él le transmitió sus inquietudes y miedos, ella escuchó atentamente cada una de sus palabras, y apoyó sus decisiones, una vez más declarándose su compañera de aventuras y regalándole sonrisas sinceras. Sabía que Karma tenía un temperamento difícil, y una mente algo retorcida, pero extrañamente le atraía eso de él, le intrigaba.
La primera vez que discutieron, Manami se había enojado mucho. Karma descubrió que, a pesar de ser una chica tímida la mayor parte del tiempo, tiene un carácter incluso más fuerte que el de él oculto en lo más profundo de su ser. Fue durante un experimento, cuando el chico casi hace explotar el laboratorio. Arruinó todos los tubos de ensayos, todo el líquido se perdió, las mangas de ambos se quemaron un poco, tosían y les lloraban los ojos, había cristal y venenos esparcidos por todo el suelo. Usualmente cuando Karma cometía un error, Manami le decía que no había problema. Pero esta vez, estaba furiosa, ella le había dicho que debían tener cuidado con los líquidos, y aun así él fue descuidado. Además, Manami se enojó porque no pudo proteger a Karma en lo que mejor se especializaba: la ciencia.
La primera vez que Karma sufrió una gran vergüenza frente a Manami fue en una pijamada que Nakamura organizó en su casa. Yada, Maehara, Kimura, Nagisa, Kanzaki, Kayano, Sugino, Isogai, Manami y Karma, su compañero en momentos de burlarse de la sexualidad de Nagisa, se encontraban viendo una película recientemente estrenada en el cine en el gran televisor en la gran habitación en la gran casa de los Nakamura. Poco a poco algunos fueron quedándose dormidos, muchos no terminaron de ver la película, sólo Karma, todos saben que las películas de acción son su debilidad. Se recostó en su saco de dormir en el suelo, al lado de la cama de dos plazas donde dormían Kanzaki, Nakamura y Manami en la orilla. Por la mañana, Rio fue la primera en despertar, preparó el desayuno con Kaede y Toka, los chicos se comieron los picadillos que sobraron la noche anterior y Karma seguía dormido en la habitación, además de Manami que todavía estaba en la cama. Ella despertó primero, algo aturdida, y trató de contener una risa al ver la cara toda babeada del chico que dormía en su saco. Este sonido lo despertó y él también rió al ver su situación, se recostó se espalda mientras sus risas cesaban. Manami en ese entonces era algo inocente pero no tanto, sabía todo lo que una joven de 15 años debía saber, pero había algunas cosas que quería ignorar inconscientemente. Sabía que los chicos estaban llenos de hormonas, y que a veces les jugaban en contra, sobre todo en la mañana. Por lo que trató de ignorar nuevamente estas cosas, sonrojada, intentando no mirar el bulto que se asomaba en la manta de Karma. Él la miró extrañada, preguntándose por qué se ponía tan nerviosa de repente, ella soltó una risa y se tapó la cara con las manos.
-Tienes algo… ahí – Le dijo avergonzada ella también, Karma cayó en la realidad y se sentó rápidamente en su lugar, cubriéndose, más rojo que su cabello. Comenzó a tartamudear buscando excusas y agarrando cualquier manta que viera.
-N-no, yo no, no-no es lo que crees – Le dijo levantándose y corriendo, posiblemente hacia el baño. Y a pesar de que se veía bastante chistoso tratando de caminar tapando su entrepierna, ella no pudo evitar llegar con un gran sonrojo a la mesa donde todos desayunaban.
La primera vez que Manami vio a Karma como un hombre, fue un día caluroso de verano. Al ser la clase E, no tenían un sistema de aire acondicionado, además de estar situados en medio de la montaña. En el receso, Koro-sensei voló y les trajo una botella de agua italiana a cada uno, lo más helada posible, para que se relajaran y despejaran la mente. Manami siguió a Karma hasta su escondite en el bosque, se sentaron y bebieron hasta estar lo bastante frescos. Pero él no parecía saciarse, se mojó la cara y tomó un gran sorbo. Ella sólo observaba como el agua caía de su rostro hacia su cuello y pecho algo descubiertos, veía como su manzana de adán se movía cuando tragaba, y cuando sus labios soltaban un ''ahhh'' al sentirse mejor. Okuda sentía un escalofrío correr por sus piernas.
Y la primera vez que Karma vio a Manami como una mujer, fue ese mismo día, sólo que cuando las clases terminaron, corría un viento que refrescaba a todos. Caminaban para salir de la montaña, pero Karma se detuvo en su camino, tenía una piedrita en el zapato que le molestaba. Ella avanzó algunos pasos para girarse y preguntar que qué pasaba. Pero al momento de voltearse una gran brisa pasó por sus piernas y su delgada falda de verano se levantó, mostrando más de lo debido, y él viéndolo todo. Obviamente no llegó a ver más allá de un pedazo de tela blanca que se apareció por un segundo, su boca estaba entreabierta cuando ella chilló y bajó su falda rápidamente, sonrojada, cómo él. Karma desvió la mirada y pretendió no ver nada, pero supo que ella tenía buenas piernas, acababa de comprobarlo.
La primera vez que Karma recibió un halago de Manami fue en la graduación de Kunugigaoka. Todos estaban muy impecables con sus uniformes planchados y sus faldas perfectamente lisas. Algunas chicas se habían colocado rímel en sus pestañas, algunos chicos se habían echado su mejor perfume. La madre de Karma lo obligó a hacer esto último. Todos ya tenían sus diplomas en sus manos y estaban felicitándose entre ellos, al igual que Manami y Karma, quienes reían, hasta que a la chica se le escapó de los labios algo que había guardado por mucho tiempo.
- Eres muy guapo Karma-kun.
holaaaaaaaaaa
este un mini proyecto que empecé, con pequeños one-shots (ni siquiera sé si son one-shots de lo cortos que son) con momentos karmanami, que van marcado su relación y blah blah blah
esto va a dividirse en tres: acaban de leer la primera parte, que relata sucesos durante sus vidas en la secundaria, la segunda parte relatará sucesos en sus vidas de preparatoria, cuando van a escuelas diferentes y se hacen más cercanos.
y la tercera parte ya relatará sus vidas universitarias y más adultas 7u7, habrá situaciones dignas del cuaderno de chismes de koro-sensei jeje
hablando de eso, sólo quedan 3 capítulos para el final de assclass :'( lloré bastante con el manga, espero una buena adaptación que me haga llorar otra vez :'(
y pues eso, me despido anunciando que la segunda parte ya vendrá, dejenme su lindos reviews para motivarme y saber si les gusta la idea o no :3
besos, nos vemos
pd: si no entendieron lo de la vergüenza de la karma, lo que pasó fue que él despertó con una erección matutina, y manami lo vio lolz xd.
