¡Volví a escribir un fanfic, YEY!. Sé que estuve perdida y de momento deje suspendido mi otro FF, pero me entraron muchas ganas de escribir este. La culpa, el libro Hell House que me encanto. Hacía bastante que no leí un libro de terror, es mas, antes de ese me lei la saga del Brujo Geralt de Rivia y luego los primeros tres libros del queridísimo elfo oscuro Drizzt. Hare mi mejor esfuerzo para terminar este FF y que sea lo más fiel posible a la historia original.


Vamos con un Disclaimer doble:

Fairy tail y todos sus personajes pertenecen al señor Hiro Mashima.

Hell House y todos sus personajes pertenecen al señor Richard Matheson.


Antes de comenzar quiero aclarar cuáles son los cambios entre los personajes originales del libro y los personajes de Fairy tail, que están envejecidos.

Doctor Lionel Barret = Gajeel Redfox

Edith Barret = Levy McGarden (Aunque será llamada convenientemente Levy Redfox)

Florence Tanner = Cana Alberona

Benjamin Franklin Fisher = Loke (Aunque me hubiera gustado mas Lucy, pero necesitaba otro personaje masculino)

Casa Belasco = Casa Dragneel

Daniel Belasco = Zeref Dragneel


La entrevista


14 de diciembre - 10:24 hs

La limusina avanzaba raudamente por las estrechas calles de Buenos Aires. El sonido de la lluvia golpeaba con fiereza sobre el techo, dando una bella sensación de relajación. La chofer lo miraba de reojo de vez en cuando.

—Sabe doctor, el señor Dreyar es una persona muy reservada. Sea lo sea que hable con él, no tiene que comentar nada con ninguno de sus parientes cercanos.

—Lo entiendo señora Mirayane, seré precavido. ¿Usted sabe algo sobre la entrevista?

—Si—Lo volvió a mirar de reojo, se llevo el cigarrillo a la boca dando una larga pitada—Algo vinculada a su especialidad y estoy segura que el señor Dreyar ofrecerá una… Excelente remuneración.

La limusina se detuvo en una inmensa torre. La señora Mirayane descendió deprisa y le abrió la puerta el doctor. Este le agradeció con un gesto de la cabeza y se introdujeron en el edificio. Ingresaron en la vivienda, se despojo del pesado sobretodo que lo protegía del frio y se sentó.

El aire del departamento era agradable, con un ligero toque a limón. Los muebles de estilo victoriano, contrastaban con la hermosa vista de una ciudad moderna. El doctor se removió en la silla incomodo, tratando de que sus nervios no lo traicionen.

—Puede ingresar señor Redfox.

La primera imagen es la que más importa en una entrevista laboral. Por eso fue impecable, con su mejor traje, un peinado perfecto y un perfume suave. Pero al notar al anciano postrado en su cama, creyó que semejante formalidad no servía para nada.

El señor Dreyar estaba recostado con un pijama que desprendía el aroma de la muerte. Tenía conectado un respirador artificial y sus ojos carecían del brillo que poseían los vivos. El cáncer terminal que le diagnosticaron cuatro semanas atrás, habrá avanzado a una velocidad sin igual.

—Tome asiento aquí doctor Redfox—El señor Dreyar apunto hacia una silla de madera.

—¿Cómo se siente?

—Fatal. Igual no lo invite para hablar de mi estado de salud, tengo un trabajo que puede ayudarlo.

—Entendido, ¿de qué se trata?

—Es sobre la casa Dragneel. Me gustaría que pase allí una semana doctor Redfox—Los ojos del doctor brillaron tenuemente—Le pagare cien mil dólares.

—¿Cien mil dólares solo por la estadía?

—En efecto. También se que usted tiene interés en probar cierta maquina que ayudo a construir. Puede utilizarla, mientras cumpla mi requisito de estar allí.

—Habrá que embalarla y el despacho hasta la casa Dragneel debe ser costoso.

—No hay problemas, usted sabe que el dinero no tiene caso. Tan solo hable con mi asistente en este punto.

—También hay que revisar la instalación eléctrica, la calefacción y la comida.

—No se preocupes, enviare un equipo de mantenimiento a realizar las reparaciones pertinentes para que su estadía sea tolerable. La comida no será un problema, una pareja de ancianos se ha ofrecido para llevarles las cuatro comidas, eso sí, no tendrán ningún contacto con ustedes. No queremos que la atmosfera sea molestada—Esbozo una ligera sonrisa sin dientes.

—¿"Ustedes"?—Repitió el doctor—¿Acaso somos un equipo de trabajo?

—Claro, es la única condición extraordinaria para obtener el pago de los cien mil dólares. Un equipo de profesionales de la parapsicología.

Al doctor Redfox le hubiera encantado trabajar con su equipo habitual. Pero al ser una paga tan exorbitante, no podía arriesgare a perderla.

—¿Quiénes son estas personas que me acompañaran?

—El señor Loke y la señora Cana Alberona.

Loke era conocido como el mejor médium físico de todo el continente. Su don se dio en la niñez y desde entonces su madre lo ha explotado como una mina de oro, moviéndolo en cada feria estatal y realizando trabajos por toda la nación. No le molestaba en si su presencia, ya que sabía que fue el único sobreviviente del último intento de exorcismo de la Casa Dragneel.

Por otro lado, la señora Cana Alberona no parecía ser el mejor ejemplo para realizar semejante tarea. Es una vidente y lectora de cartas. Para una persona como Redfox, que tenía un doctorado física y que creía en los trastornos físicos de los objetos, era un insulto mezclarla con una sencilla espiritista. Todo el mundo sabía que los fantasmas no existen.

—Antes de que proteste doctor, tengo que recordarle que esta es mi única demanda. Bueno, terminaremos la entrevista aquí, necesito descansar. Mi asistente se contactara con usted para ultimar los detalles.

El doctor estaba exultante, no solo obtendría una suma nada despreciable de dinero para su retiro, sino que le dieron la excusa perfecta para probar su teoría. Si su máquina lograba quitar todos los residuos de energía que poseía la casa Dragneel, publicaría su libro y la parapsicología seria tratada como una ciencia respetable entre los duros y tercos científicos que se burlan de ella.

20:02 hs

Levy había traído la cena, estofado de carne. Al doctor le agradaban las comidas consistentes y era un fiero negador de la cocina por microondas. Su esposa se sentó y comenzó a comer intranquila.

—Te veo feliz amor mío, ese trabajo que te ofrecieron puede ser la oportunidad que siempre has buscado.

—Es cierto—Mordió una albóndiga llena de salsa—Ese dinero será suficiente para que pueda jubilarme y tener un colchón de seguridad para darnos los lujos que siempre quise entregarte.

—Sabes que no deseo nada, soy feliz mientras pueda leer alguna novela. Pero…

El doctor la observo, la clara preocupación de su esposa por ser el ultimo trabajo y no poder realizarlo con su equipo habitual la estaba alarmando. La conocía bastante bien después de tantos años de sufrimiento como para anticiparse en todos sus conversaciones.

—Pero…—Intento ayudarla.

—Me gustaría ir contigo.

—No. Estaré bien solo, además esta casa es algo diferente.

—¿Qué tiene de diferente con los otros lugares en los cuales te ayude?

—Nada… solo el trasfondo, esta casa tiene una historia de promiscuidad y tragedia sin igual en el mundo.

—Aun así, quiero acompañarte, tengo una corazonada.

El doctor Redfox rio alegremente al oír la palabra "corazonada"

—Tú sabes que no creo en eso. Esta es mi oportunidad de lograr que la parapsicología sea tratada de forma digna frente al resto de las demás ciencias. Por ahora solo somos el hazmerreir y todos creen que hemos desperdiciado nuestras vidas al estudiar hechos paranormales. Pues yo creo que no y cuando utilice mi maquina en esa casa, tendré todas las pruebas necesarias. Terminare el borrador de mi libro y obtendré el reconocimiento de toda la comunidad científica o al menos, de una parte de ella.

Levy mordió un poco de carne y observo el plato en silencio.

—Lo sé querido, pero tengo que acompañarte. Por favor, hazlo, habla con ese anciano moribundo para que me permita acompañarte… tengo que estar ahí, para ver el momento en el cual triunfas. Además…

El doctor Redfox sabía a que se refería. No había quedado bien después de aquella batalla en la que todos creían que había muerto. Tuvo que retirarse y se dedico a los estudios con grandes progresos. Aun así, su cuerpo quedo muy debilitado de la cintura para abajo. Cojeaba notoriamente y los días húmedos los huesos le roían hasta hacerlo doblar de dolor. Por esa razón vivía prácticamente anestesiado. Pero eso no era lo peor, había quedado impotente y aunque su esposa nunca se lo reclamó, su voraz apetito sexual quedo contenido.

—Tengo que cuidarte, estarás toda una semana en esa casa abandonada. Puede que me necesites para que te ayude a caminar o darte tus medicinas. No quiero dejarte solo, por favor amor.

—Está bien, luego de cenar telefoneare a la asistente del señor Makarov, estoy seguro que sabrán comprender mis razones.

—Gracias.

Comieron tranquilamente. Esa noche, el doctor estaba tan entusiasmado que no logro consumar el sueño. Si su máquina, la que tanto dinero le costó a la universidad, cumplía su función, él sería el hombre más importante del mundo.


Espero les haya gustado la introducción a la historia y esperemos que sepa como transmitir ese terror psicológico que tiene el libro en muchas menos paginas.

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