Disclaimer: Todo el universo de X-Men y sus personajes pertenecen a Marvel.

Advertencia: Relación Slash entre Charles y Erik. Mucho OoC.


Este fic participa en el Reto #16: "Mutants everywhere" del foro "La Torre Stark".


Bueno, bueno… es la primera vez que hago el intento de escribir sobre este fandom, así que (¡por favor!) no sean muy duros con esto xd


Hoy aquí, mañana no

Lo había intentado, simplemente porque Charles se lo pidió. El mismo Charles que cada mañana le regalaba una sonrisa resplandeciente y un suave beso en los labios lleno de cariño, el que lo conocía y lo entendía (o al menos lo intentaba), el que siempre tenía las palabras exactas para tranquilizar sus inseguridades. ¿Cómo no iba a hacerlo por él?

Al principio parecía funcionar, sus poderes fluían sin acudir a la rabia o al dolor, lo hacían con el impulso del amor —¡Qué ridiculez! ¡Amor!—. Pero después ya no tenía la misma eficacia… No que el sentimiento hubiera decrecido por Xavier, sólo no funcionaba.

Esa noche se había decidido a "confesárselo" a Charles, él lo merecía. Debía saber la verdad, porque siempre era franco.

Movió una de sus piezas negras sin pensarlo mucho, por hoy eso le traía sin cuidado.

—¿Qué piensas? —preguntó por fin Charles.

—En nosotros, en mí.

—¿Puedo?

Asintió con la cabeza ante la pregunta y Xavier se llevó el dedo corazón e índice a la sien. No hicieron falta más que un par de minutos para que se enterara de aquello que tenía al contrario tan distraído: los deseos de venganza. Esa vena punzante que anhelaba sangre y dolor para acallar su ira, un intento de hacer pagar por todo lo que había pasado y sufrido.

Charles sonrió dulcemente y algo dentro de Lehnsherr se agitó.

—¿Me amas, Erik?

—Sabes la respuesta.

—Quiero que me la digas.

—Sí, te amo, Charles.

—"Cuando amamos, siempre nos esforzamos por ser mejores de lo que somos. Cuando nos esforzamos por ser mejor de lo que somos, todo a nuestro alrededor se vuelve mejor" —dijo y le dirigió una mirada expectante, pero era claro que Erik no entendía a qué venían todas esas palabras—. Lo que quiero decir es que el amor puede impulsarte a intentar ser mejor y eso hace que todo vaya mejor. Erik tú puedes ser mejor que las personas que te hicieron eso, ¿quieres ser mejor por nosotros?

Lehnsherr le respondió con una sonrisa enigmática y se acercó para darle un beso.

Charles no necesitaba ser un telépata para saber la respuesta e intuir todo lo que iba a pasar en consecuencia, pero ese día podía darse el lujo de responder el beso y olvidarse de las preocupaciones. Sólo por hoy dejaría que ambos perdieran la cabeza entregándose a ese amor sin futuro, mañana podría enfrentarse a las consecuencias y aceptar que sus caminos se separaran.