¡Hola! Este es el primer fanfic que hago. Es una adaptación de un libro que me gusto se llama "Todo por el (Multimillonario y dominador)" por Megan Harold. Cambiare algunas cosas como los nombre de los personajes.
Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
Espero que les guste. :P
1. Suspiros y desaciertos.
¿Pero por qué nunca encuentro la maldita carta? Suspiro exasperada. No es momento de perder el tiempo: el ambiente está tenso y todavía tengo que cambiarme en el vestidor y comenzar mi turno. ¿Por qué el señor Ebisu parece tan nervioso? Creo que será una larga noche… En Fin… Suspiro, esta vez de aburrimiento. ¡Esperemos que sea una de mis últimas noches en el club! Los clientes son amables, a veces un poco altaneros, pero me reciben cortésmente y las propinas siempre son generosas. Mesara, perdón, anfitriona en el Presidio Golf Course de San Francisco, es por lo menos un más prestigioso que mesera en cualquier restaurante. No puedo quejarme, este trabajo temporal me ayuda a pagar la renta al menos.
- Hinata, apresúrese, vaya a cambiarse y regrese a verme. ¡Rápido! – Me dice mi jefe.
- Sí señor, enseguida. – Respondo de mala gana.
No recuerdo haber cometido algún error en mis turnos anteriores, ¿Por qué de repente esta presión? No he hablado aún con ninguno de mis colegas, así que no sé qué está pasando. Oh, eto no me gusta… Nunca me había cambiado tan rápido en toda mi vida. Por suerte, tuve la brillante idea de maquillarme en casa. Sólo necesito 2 minutos para ponerme una camisa blanca y mi falda estrecha negra. El uniforme es conservador y no podríamos decir que me favorezca mucho. ¡Debería de quejarme, después de todo, no todas tenemos talla de modelo! Pero es demasiado tarde ahora, no voy armar toda una revolución cuando pronto dejare el trabajo .La idea de mi próximo renuncia me da un poco de alivio.
Llego a la oficina del sr. Ebisu, mi jefe, quien me recibe cerrando la puerta tras él… Pero en fin ¿Por qué tanto misterio?
- Hinata, esta tarde se encargará del Salón de los Embajadores.
- Oh, pero yo…
- Sí, ya sé que nunca ha ido, pero confío plenamente en usted. Es mí mejor empleada disponible hoy. Sea profesional, como de costumbre. En caso de tener algún problema, llámame a mi línea directa. No delegue responsabilidades y no pida ayuda a nadie más que a mí. ¿De acuerdo?
- De acuerdo pero…
- Y sobre todo, le pido discreción Hinata. No tome fotos. Sé que la presencia de Naruto Uzumaki puede impresionar mucho, pero espero profesionalismo de su parte.
- Si señor.
- Muy bien Hinata, no olvide llamarme si tiene algún problema. Sé que puede manejar perfectamente esta situación. Ya no es una principiante, cuento con usted. ¡a trabajar! Acaban de llegar, es el momento de ocuparse de ellos.
¿Es por la presencia de Naruto Uzumaki que el sr. Ebisu se encuentra tan nervioso? ¿El famoso millonario? Ni siquiera es la primera vez que viene al club… Por lo pronto, estoy subiendo de nivel. Solo las anfitrionas eméritas tienen derecho tienen derecho a trabajar en este salón. ¿Debo estar nerviosa también? No porque el "rico y guapo" Naruto Uzumaki esté aquí, sino porque nunca he estado en ese salón y estaré sola… ¡Vamos no pasa nada! No debe ser tan diferente… Puede que sea más tranquilo, puesto que habrá menos clientes que atender… Las consignas en los salones privados son estrictas, no puedo dejar mi puesto hasta que el último miembro se haya ido. Eso puede tardar una eternidad. El señor Ebisu pudo haberme dicho cuántos son al menos…
"No tome fotos", como si fuera mi estilo el convertirme en groupie… ¡Además ni siquiera sé nada de ese Naruto Uzumaki! He pasado mis últimos meses metida en mis estudios. Lo he visto un par de veces en los periódicos, es todo… El mundo de los negocios y yo somos como el día y la noche.
Hay una pequeña puerta de servicio por la cual el personal debe entrar al salón. Aprovecho que sigo pasando desapercibida para pensar en lo que me espera. Cuento 5 miembros en plena discusión en los sillones de cuero… Cinco, una cifra bastante razonable, ¡puedo respirar de alivio! Tomo mi lugar detrás de la barra, sé que aún no debo interferir. Tomo la oportunidad para observar todo y reconocer el lugar: todo está en orden, así no perderé tiempo buscando lo que necesite. Aquí la organización es sinónimo de eficiencia. Y con este ambiente tan acogedor, a media luz, entiendo porque estos salones son las cotizados y tan apreciado para las citas de negocios. Me encantaría acurrucarme en uno de los sillones, con una buena cobija y una taza de té. Es el lugar ideal para pensar en una nueva canción. No es temporada de prender la chimenea, pero sería exageradamente relajador.
-¿Señorita?
Oops, me deje llevar demasiado lejos con mis sueños y olvidé mi trabajo… Tomo una postura más profesional y me volteo hacía esa voz que parece requerir mi presencia.
- Buenas tardes señor, ¿Qué puedo hacer por usted?
- ¿Podría servirnos su bourbon añejo, por favor?
- Por dios, Genma, ¿Por qué nunca cambias tus hábitos? ¡Siempre nos sirves lo mismo en todas las reuniones! Estoy seguro que no has probado nada más entre todas esas botellas.
- Es cierto, confieso que tienes razón Naruto. Bueno, aloquémonos, te dejo escoger esta vez.
Naruto. El famoso Naruto Uzumaki se encuentra justo al lado de mí. No lo acercarse y mucho menos pasar detrás del bar. ¡Pero, ése no es su lugar! Yo… lo miro, mejor dicho lo observo, sin duda siendo demasiado obvia… Tiene un perfil… cómo decirlo… No es guapo, es… wow… ¡De una hermosura devastadora! ¡y qué joven se ve! Debe tener menos de treinta años. ¿Entonces él es "El hombre de San Francisco", el que tanto espanta al sr. Ebisu?
Se concentra en las botellas, estudiándolas. Yo continúo observándolo con curiosidad. ¡Uno no se cruza todos los días con un millonario! Su cabellera dorada ondulada ligeramente, pero su peinado es perfecto, ni una mecha fuera de lugar… ¡que ganas de despeinarlo! Su mandíbula cuadrada, es muy masculina, su nariz parece Dios griego, ¡es perfecto! Tiene aspecto de moreno tenebroso, pero sus marcas en las mejillas le da un aire infantil. ¡Como si lo necesitara! Sus manos, sus dedos largos y finos, buscando entre las etiquetas de las botellas… Su olor… Tiene un olor sutil, muy intenso y… sensual. Cierro los ojos un instante.
- Sírvanos este whisky escocés, por favor señorita. ¿Señorita?
Abro los ojos de golpe ¡Me está hablando! Esa voz… Me observa, esperando una reacción de mi parte. Un brillo acaba de relucir en sus ojos azules como el cielo, magníficos y centellantes, aunque tal vez sólo haya sido el reflejo de la luz.
- Claro señor, enseguida. – Respondo volviendo en sí.
Bien Hinata, prometiste ser "profesional", si empiezas a perder la cabeza porque un cliente huele bien… Sacudo la cabeza para volver a poner los pies sobre la tierra. Preparo su bebida rápidamente.
- Oh, señorita, juguémosle una pequeña broma a nuestro amigo Genma. Sírvale el bourbon que tanto le gusta. Le diremos que ya no sabe diferenciar otra bebidas por sus viejas costumbres.
- Está bien.
Mi sonrisa esta estática. El sr. Uzumaki detuvo mi gesto poniendo du mano sobre la mía. Este contacto actúa como una picazón y no puedo evitar el reflejo de quitar la mano. Reprimo un grito de sorpresa y me siento sonrojar, soy incapaz de moverme o de emitir sonido alguno. Él se me queda viendo, percibió mi gesto, lo sé porque parece reprimir una sonrisa. Baja del bar, hace el recorrido sin dejar de verme… Nuestras miradas se quedan literalmente enganchadas la una a la otra. De frente es… su perfil no ofrecía más que un anticipo de su belleza. Sus ojos intensos, una sonrisa traviesa que acentúa las marcas en sus mejillas, los labios sensuales, dentadura perfecta, esa complicidad que se acaba de pactar entre los dos, esa interacción. Estoy… No sé, estoy embelesada, algo se movió en mí, el corazón se me quiere salir del pecho… demonios, no sé, mi cerebro se detuvo. ¡Cálmate Hinata! El sr. Uzumaki regresa con los demás y yo bajo la cabeza para respirar un poco. Estoy temblando, no pongo atención a mi charola, estoy en otro mundo, una parte de mi realiza los gestos habituales, pero no todo sale a la perfección, ¡un movimiento en falso del brazo hace caer sobre mi uniforme las cuatro copas de whisky! ¿Torpe yo? ¿desde cuando?
Un rápido vistazo me informa que el incidente paso desapercibido. Por supuesto, el sr. Uzumaki está de espaldas a mí. ¿Pero qué diablos me pasa? Rápido, no pudo atenderlos así. Llamo al sr. Ebisu para pedirle que venga a reemplazarme mientras yo me cambio el uniforme.
Me seco e intento reparar los daños de mi torpeza. Me tardo demasiado, mis clientes se van a impacientar si no los atiendo rápidamente y no quiero otro encuentro cara a cara con Naruto Uzumaki, no ahora, no empapada de whisky, sin importar lo precioso que esté. Siento una presencia a mis espaldas. Le agradezco al cielo.
- Todo está bien, no se preocupe, no vieron nada. Quieren 4 whisky, la botella está ahí y un viejo bourbon. Regreso enseguida, lo siento, me apresuro. – Dije rápido para escabullirme por la puerta de servicio con el corazón aún a toda velocidad.
No le di tiempo al sr. Ebisu de regañarme, podría hacerlo al final del turno. Por dios, Naruto Uzumaki… Sé que es conocido por el poder que tiene en las personas, ¿pero en mí? Es verdaderamente apuesto, perfecto. Y su mirada…
- ¡Hinata! ¿Qué hace aquí? ¿Los dejo solos? ¡Debía esperarme antes de dejar su puesto! ¿Qué le sucede? – La voz del sr. Ebisu a mis espaldas.
- Pero… acabo de hablar con usted y le dije… ¡Oh no! –Me pongo un delantal al vuelo, lo siento por el uniforme, pero al menos cubrirá la mancha enorme de mi falda.
Irrumpo en el salón, rogando porque mi error no haya sido con… Y sí… Frente a los otros miembros, veo a Naruto Uzumaki, risueño, jugando con mi bandeja. El sr. Ebisu intenta controlarse.
- Hinata, la voy a…
- ¡Ah! Señorita, ya regresó. –El sr. Uzumaki se apoya sobre la barra y no se ve molesto por mi equivocación. Voltea a ver al sr. Ebisu y parece hacerse cargo de la situación. – Todo está bien señor, nuestra anfitriona de esta noche es perfecta. Es más, en el futuro quisiera que fuera ella quien se ocupe de nosotros. –Sus ojos perdieron calidez, sus rasgos se endurecieron, su voz seca y no da lugar a discusión.
El sr. Ebisu se queda quieto y hasta lo veo hacerse más pequeño. Naruto Uzumaki no pudo salvarme de mejor manera, pero su "en un futuro" me deja perpleja… ¿Me quiere a mí como anfitriona o más bien se apiadó de mi situación?
La velada sigue su curso, afortunadamente sin más incidentes penosos. No logro relajarme, me sobresalto cada vez que mi mirada se cruza con la de Naruto. Me encanta que me observe de vez en cuando, pero eso no me ayuda a sentirme cómoda. Me sonrojo exageradamente cada que siento sus ojos azules mirándome. Debe estar recordando lo que sucedió con el whisky y riéndose de ello en su mente. ¡Es decir, no creo que sea por mi físico que se fije tanto en mí!
Los invitados comienzan a irse, agradeciéndome con un gesto en la cabeza. Empiezo a limpiar el bar. En este momento de lo único que tengo ganas es de llegar a mi casa y deshacerme de este peso que siento desde que la mano de Naruto toco la mía.
- Gracias por esta velada con entretenida señorita. –Me sobresalto. ¡Naruto Uzumaki nuevamente está detrás de MI bar, recargado en la barra! Su sonrisa esta vez es completamente traviesa y sus ojos brillan más que antes. ¡Se burla de mí!
- Confundida, balbuceo en voz baja – Siento mucho aquiella… confusión… Tuvo que hacerse responsable de mi error.
- Oh, no fue nada, me hizo reir mucho. Además, fue en parte mi culpa, pude haberle avisado pero fue… divertido…
Bruscamente el sr. Uzumaki se acerca a mí y sus ojos se vuelven más intensos. El espacio tan reducid en el bar hace que el momento se vuelva más intimo. Siento el calor de su cuerpo a través de su traje. Permanezco boquiabierta frente a este acercamiento tan repentino. Mi cuerpo se despierta, respondiendo a la atracción del cuerpo atlético que se encuentra frente de mí. Bajo su traje unos hombros anchos dejan entrever una musculatura perfectamente marcada. ¡Más que hombre de negocios debió haber sido modelo! Naruto Uzumaki se inclina suavemente –me quedo sin respirar- su voz se hace más grave:
- Hasta pronto señorita. – Me dice antes de darme la espalda y dejar el salón.
Por fin respiro. ¡Nunca había experimentado tantas sensaciones juntas! ¡Pero qué tonta parezco! Me estremezco. ¿Por qué me emociono tanto? ¿Sólo porque es apuesto y rico? ¡Despierta Hinata! ¡Si vuelve por aquí, intenta mantener cabeza fría! Cierro los ojos tratando de controlar mis latidos.
