Capítulo 7: Chico de cabello gris.

Realmente a Kozue no le gustaban las tareas molestas. Apenas era lunes y ya tenía toda una biblia que escribir (y no era para nada exagerado). Suspiró, volviendo a la hoja de atrás de su cuaderno para continuar haciendo garabatos en él, sin prestarle mucha atención a lo que el maestro decía. Cuando perdió el interés en su arte abstracta, se giró a mirar como Azora poco a poco caía dormido. Aquello le hizo di algo de pena, pues recién había descubierto que el muchacho trabajaba medio tiempo en un restaurante como mesero y a veces le tocaba hacer doble turno; como lo había hecho el día domingo.

―Hey. ―susurró, llamando a Azora para que la mirase. ―No te quedes dormido o te castigarán. ―le había dicho cuando el muchacho la volteó a ver.

―Eso estoy intentando, pero de verdad que mis párpados no me están ayudando.

La azabache lo miró preocupada. ―No estoy a favor de la bebidas energizantes, pero en cuanto salgamos de clase para tomar el almuerzo, te compraré una.

―No es necesario que hagas eso.

―Azora, Nijimura, ―ambos chicos voltearon a ver al frente, topándose con la cara enfadada del maestro. ―Ya que están tan interesados en la clase, harán pareja para realizarle una entrevista a uno de los chicos de tercer año. ―les dijo, y al notar la cara de confusión de los dos, añadió: ―El tema de hoy en la estructura de una entrevista, y ustedes serán los primeros en presentar la suya.

―Está bien, Sensei. ―terminaron diciendo ambos al unísono.

Bueno, la buena cosa fue que no les castigaron por andar de distraídos. La mala, sin embargo, era que Kozue no conocía a ningún chico de tercer año como para pedirle que la dejase a ella y a Azora hacerle una entrevista. Esperaba que el muchacho que ahora era su compañero para la entrega de aquella tarea si conociese a alguien; de todas formas él parecía ser popular.

Pero sus suplicas no fueron escuchadas, puedes Azora le dijo, cuando estuvieron fuera del salón en el receso para tomar el almuerzo, que él no conocía a nadie de tercer año que les pudiese hacer el favor.

―Estamos perdidos. ―Kozue de derrumbó en su asiento, dejando que la nube negra que se había formado por encima de ella la consumiese.

―Bueno, de conocer, si conozco. ―esas palabras pronunciadas por el chico la hicieron elevar la cabeza. ―El problema es que no hablamos nada y sería raro pedirle el favor.

―Pues empieza a hablar con él. ―la azabache soltó sin pensar. ―Es decir, esto es importante. Debemos entregar esa entrevista la semana que viene.

―Lo sé.

Después de un corto silencio, la chica volvió a hablar.

―¿Quién es?

―¿Recuerdas que te platiqué sobre el rarito nuevo en el club de baloncesto? ese que se ganó ser titular gracias a Akashi. ―ante la interrogativa, Kozue asintió. ―Bueno, es él. Va en tercer año si mal no recuerdo.

―¿Cómo se llama?

―Ehhhhh…. ―Azora se rascó la nuca, apenado por tener que decir lo siguiente: ―No lo recuerdo. ¡Y no es mi culpa no recordarlo! ―se apresuró a aclarar. ―Es sólo que él tiene una presencia bastante débil, como apagada o qué se yo.

La chica suspiró. ―Bueno, hoy tienes práctica de baloncesto, ¿no? ―Azora asintió. ―Pues entonces intenta hablar con él y pídele el favor de que nos permita entrevistarle.

―Vale, vale. Hablaré con él, lo prometo.

Y con esas palabras, Kozue quedó tranquila. Nada podría salir mal con eso, ¿verdad?

Ella se dijo a sí misma que dejaría de hacerse ese tipo de preguntas cuando obviamente todo siempre le sale mal. Para la última hora de clase, Azora había caído enfermo en medio del salón, con fiebre y todos esos síntomas que apuntaban a un resfriado común. Kozue, al ser su amiga, tuvo el permiso de ir con él a la enfermería. Allí le dieron medicamentos y entonces la azabache supo que incapacitarían al muchacho para que se recuperase. Entonces Azora le dijo que no se preocupara por la tarea, que mañana ambos irían al tercer piso en busca del muchacho que hasta el momento para Kozue era un misterio.

Así pues, el siguiente día llegó pero no con Azora como la azabache había previsto. No. Ella había llegado temprano al salón de clase, así que no se preocupó cuando vio el lugar de su amigo vacío. Más cuando las clases dieron inicio y él no se presentó, comenzó a impacientarse. Vale, que no era culpa de él haber enfermado, pero el tener que entregar esa tarea al finalizar la semana la estaba poniendo muy ansiosa porque ni siquiera conocía al postulado para la entrevista.

A la hora del almuerzo, mientras Reo y compañía hacían de las suyas, ella llamó a Azora.

―¿Hola? ―la voz gangosa y sin ganas le hizo saber que el muchacho estaba peor de lo que ella había imaginado.

―Azora-kun, soy Nijimura, ¿todo bien? ―le preguntó, aun sabiendo la respuesta.

―Bueno, al parecer la gripe me ha pegado fuerte. ―intentó reír, pero al instante tosió. Si, estaba bastante mal.

―Está bien, no te preocupes.

―La verdad es que no creo poder presentarme en la escuela mañana tampoco. ―esa declaración logró poner de los nervios a la chica. ―Pero no te preocupes, puedes preguntarle a Mibuchi-senpai sobre este chico. Lo único que recuerdo de él es que tiene cabello gris y cara de no querer vivir.

Qué bonita descripción. Diciéndole que ella se encargaría y pidiéndole que descansara para que se recuperara, Kozue colgó. Pero, contrario a lo que le había dicho Azora, ella no le preguntó nada a Reo. Era su tarea y ellos parecían bastante ocupados con sus cosas. Así pues, disculpándose por ausentarse un rato, la azabache se encaminó al tercer piso, pertenecientes a los muchachos de tercer año.

Y, se dio cuenta, buscar a ese chico era como hallar una huella en el mar. Nadie sabía de quién hablaba ella (la descripción que tenía de él era el cabello gris que Azora le dijo que poseía), y tampoco daban indicios de por lo menos conocerle. Parecía como si el muchacho fuese un fantasma. Aunque bueno, Azora había dicho que él tenía una presencia débil; que casi nadie lo notaba. Sintiéndose derrotada, subió los escalones que daban a la azotea para descansar lo último que le quedaba de receso. Respirando el aire fresco, ella se sentó en contra de la pared y cerró los ojos. Cuando volvió a abrirlos, se dio cuenta de que había un chico sentado justo en frente suyo, con una novela ligera en las manos, leyendo atentamente. Parecía que no la había notado y si lo había hecho, pues entonces la había ignorado.

Fijándose atentamente en el muchacho, podía decir que se veía un poco mayor que ella, con cuerpo delgado pero atlético y tenía cabello gris.

Un momento….cabello gris….

Kozue abrió sus ojos azules de par en par. ¡Era él! ¡Tenía que ser él!

Y, contra cualquier pronóstico (ella estaba feliz de haberle encontrado), le llamó.


Hola! :3

Se que me tardé horrores y pido disculpas por ello, pero es que ultimamente la inspiración se ha divorciado de mí y prefiero no escribir a traerles un capítulo sin ningún sentido. Pues bien, este capítulo es verdaderamente corto, pero no creo que importe mucho, porque quería dejarlo así, en suspenso (?) :v no se si en Japón dejen tareas como entrevistar a alguien como lo hacen en Colombia, pero yolo x3

Respuesta a los reviews:

Akira Radelta: si quieres respirar el amor, pues hazlo. Por mi no problem xD y sí, Kozue con su ataque de nervios siempre la caga, jajaja. Gracias por comentar.

Lexie: muchas gracias por tan bonitas palabras y por comentar cada nada el fic, eso me hacía recordar que debía escribir xD ¡de verdad gracias!

MagicFaerie: Kozue siempre es la equivocada, porque sí, tiene una suerte terrible xD y el que sus encuentros con Akashi sean multiples es la idea, porque se supone que siempre han estado cerca desde niños (ese es el sentido del título). Después de eso Akashi no seguirá siendo tan malo con ella, ya verás. Gracias por el review :3

Agatali12: Jajajajaja, que gracioso eso que escribiste, me has hecho reír mucho. Yo también quiero una hija como ella :3 las sonrisas de Akashi son arte pura (?). Gracias por el comentario.

Y eso ha sido todo. Gracias por leer y espero y sigan apoyando la historia.

¡Nos leemos luego!