Fiesta de graduación de los alumnos de séptimo años tras la 2ª Guerra Mágica.

Hermione se encontraba en una de las barras, sola, inusualmente estaba bebiendo como si fuera una alcohólica nata, cuando la verdad era que ella no había bebido nunca, a no ser que contara cuando su madre preparaba por navidad ponche de huevo o en la boda de Bill y Fleur donde se tomó una copa de champagne, suspiró recordar a sus padres siempre era un palo para ella, puesto que no había conseguido dar con ellos, y no quería ser pesada ni desconsiderada con sus amigos o con el ministerio pues sabía que después de la guerra los Weasley y Harry estaban devastados por la muerte de Percy y el ministerio estaba colapsado con los juicios y las reconstrucciones y demás, por lo que consideraba que insistir en que la ayudaran a encontrar a sus padres era una muestra muy descarada de falta de tacto, suponía que debía de empezar a hacerse a la idea de que pasaría el resto de su vida sin ellos, solo esperaba que no les hubiera pasado nada.

Se sentía furiosa, no por el resultado de sus calificaciones, ya que había obtenido Extraordinario en todas las asignaturas y las ofertas en las escuelas y academias de estudios superiores de magia más prestigiosas de todo el mundo mágico, tanto en Inglaterra como en el resto de los países de todos los continentes, en ese aspecto se sentía orgullosa lo que la tenía furiosa era la actitud de Ronald, después de que la guerra terminara y luego de ese beso en la Cámara de los secretos ellos habían empezado un relación amorosa bastante seria. Pero la actitud de Ronald había cambiado luego de la guerra, El trío dorado había sido denominado como héroes de guerra y aquello a Ronald se le había subido demasiado a la cabeza. Se le había subido tanto a la cabeza que al parecer era más importante asistir a una tonta fiesta, a la que asistirían diversas celebridades del mundo mágico, que ir a la graduación de su novia. Mientras le daba el último sorbo a su copa vio acercarse desde lejos a Draco Malfoy.

Los Malfoy no salieron muy bien parados al término de la guerra, les quitaron más de la mitad de sus bienes, Lucius Malfoy fue juzgado y encarcelado con severidad pero debido al arrepentimiento de éste al comienzo de la Batalla final y a que Harry Potter y ella misma abogaron a favor de los Malfoy redujeron su condena a 1 años en prisión eso sí con severos métodos de reinserción en la sociedad mágica a favor de los mestizos y nacidos de muggles por lo que Lucius Malfoy habría tenido un año bastante complicado, a la salida de Azkaban estaría bajo arresto domiciliario en su residencia de Francia porque sí los Malfoy serían exiliados a la salida de Lucius de Azkaban y a la de Draco de Hogwarts durante 3 años. Narcisa Malfoy fue absuelta de todo cargo por su colaboración en la guerra a favor de Harry Potter, arriesgando su vida por mentirle al mismísimo Voldemort afirmando que Harry estaba muerto. Draco Malfoy fue juzgado y declarado inocente al demostrar que se había visto obligado a pertenecer a los mortífagos, al demostrar que no había matado a nadie y debido a que dos de los 3 héroes de guerra había testificado a su favor, pero el Ministerio no era Tierra Santa, por lo que debido a su relación con Voldemort y al haber intentado matar a un hombre tan respetable como lo fue Albus Dumbledore, le hicieron a Draco la oferta de regresar a Hogwarts y terminar sus estudios librándose de cualquier condena en Azkaban la otra opción si se negaba a esta primera era el ingreso inmediato a Azkaban está de más decir cuál fue la elección del heredero de la reducida fortuna Malfoy.

Hermione no se podía quejar de la relación que había mantenido con Malfoy ese año ambos compartían el puesto de Premios Anuales y estipularon una tregua que había durado todo el curso por lo que su relación era cordial, lo siguió mirando cuando hubo llegado a la barra Hermione debía aceptar que Draco Malfoy ya no era escuálido, ni tampoco tenía ese aura de oscuridad y amargura que había portado el año pasado, de hecho Hermione debía reconocerse a ella misma que ese año en la seguridad de Hogwarts, esa libertad de saberse que no estaba presionado le habían dado al joven vitalidad renovada haciéndolo ver más atractivo y los arduos entrenamientos que había tenido durante todo el año le habían proporcionado un torso que parecía esculpido por algún artista en busca de la perfección, sus facciones se había marcado más haciéndolo ver más masculino y su juntamos eso a su altura obteníamos un perfecto dios griego, Malfoy había sido repudiado durante todo el año por todos tratándolo de traidor por ambas partes pero seguía teniendo su séquito de admiradoras que a la hora de conquistar poco les importaba que ya no fuera tan rico o que llevara la marca tenebrosa en su antebrazo izquierdo. Hermione amaba a Ronald pero debía admitir que Malfoy le daba 20 patadas en el atractivo.

Hermione no supo si fue por las hormonas, por el alcohol o por el cabreo que tenía con Ronald pero se acercó con el mejor paso decidido que le salió y empezó a coquetearle a Draco Malfoy, su némesis y enemigo natural de su novio.

-Hey Malfoy enhorabuena por tu graduado de matrícula.- Dijo Hermione con una sonrisa inocente.

Draco la miró extrañado.- Gracias, Granger, igualmente supongo.- Dijo mirándola como si estuviera loca.

-Oh gracias, ya sabes yo siempre le pongo esfuerzo a todo lo que hago, a TODO.- Dijo poniendo una sonrisa atrevida, que dejó a Draco noqueado.- Y sin contar con que aprendo rápido cualquier cosa.- Dijo saboreando cada palabra de la última oración. Aquello extrañó a Draco y raramente lo excitó, a él secretamente siempre le había atraído Granger pero nunca hizo movimientos en la relación más allá del sentimiento del desprecio.

-¿Qué estás haciendo, Granger?- Preguntó al verla acercarse y apoyar su mano en su pecho con una mirada que quería decir todo y nada a la vez.

-Nada, solo pensé que podríamos pasar un buen rato juntos ya sabes para poner fin a la etapa de Hogwarts.- Draco pensó que estaba jugando y decidió seguirle el rollo.

-Claro Granger estaría encantado pero dime ¿y qué pasa con Weasel?- Hermione sacudió la mano restándole importancia.

-Ronald está muy bien donde está no creo que pase nada ni que se entere así que qué me dices, ¿te apetece corromper a la sangre sucia?- Dijo Hermione. Draco quería ver hasta donde era capaz de llegar así que aceptó, también aceptó porque su deseo oculto por ella se lo pidió de rodillas.

Así ambos se dirigieron por última vez a la Torre de Premios Anuales, donde para sorpresa de Draco, Hermione no le estaba jugando ninguna treta.