Con Un Poco de Ayuda

Los últimos meses fueron verdaderamente molestos para Hermione, tenía una barriga enorme que no le permitía moverse con normalidad, le costaba mucho respirar y se cansaba fácilmente, su vejiga estaba aprisionada en alguna parte de su cuerpo lo que la obligaba a visitar constantemente el sanitario. Tuvo que hechizar con un conjuro de elasticidad sus zapatos para que sus hinchados pies pudieran entrar y dormía prácticamente sentada recargada en un sinfín de cojines.

La doctora Tyler había recomendado no permitir que el embarazo llegara a término para minimizar los riesgos que pudieran surgir durante el alumbramiento, por lo que se determinó el nacimiento de los trillizos a través de cesaría, rompiendo de este modo con la tradición de siglos de que el heredero Malfoy naciera en la mansión.

Cuando la fecha llego entre ella y su suegra prepararon la maleta con todo lo que sus pequeños necesitarían durante su estancia en el hospital. Draco se sentía muy ansioso y aunque no lo demostraba abiertamente Hermione sabía que estaba muy nervioso y temeroso de lo que les pudiera pasar a los seres que más amaba en este mundo. En ese momento Hermione volvió a ser la Gryffindor valiente que se enfrentó a la oscuridad, mostrando toda su fortaleza para calmar a su amado esposo. Fue bastante shockeante para el rubio estar presente cuando la galena, bisturí en mano, corto el perfecto vientre de su amada esposa y como de él fueron saliendo los productos de su gran amor.

El primero en salir fue un varón de piel pálida y una pelusa platinada por pelo idéntico a su padre al que el joven matrimonio puso por nombre Scorpius Lucius, un segundo varón y pelo castaño al que llamaron Altaïr Draco y una preciosa niña de pelo rubio a quien sus padres decidieron llamar Eltanin como la estrella más brillante de la constelación del Dragón.

Cuando los orgullosos abuelos entraron a la habitación lo primero que hicieron fue dirigirse a las pequeñas cunas donde dormían plácidamente los bebes. Narcissa tomo entre sus brazos delicadamente a Scopius y a Altaïr ayudada por su esposo, sintiéndose inmensamente feliz al comprobar que los pequeños infantes eran idénticos a su padre al nacer, aunque uno con pelo más oscuro.

-Son hermoso Draco, me siento muy afortunada de poder estar vivía para tener en mis brazos a tus pequeños – dijo la rubia sin ocultar el orgullo que sentía dentro de si -¿Cómo te encuentras linda?

-Bien suegra, muy adolorida y cansada pero es normal después de tantas horas – Respondió una pálida castaña que en ese momento se recargaba en el pecho de su esposo quien la abrazaba dulcemente mientras besaba su coronilla.

Lucius no dijo una palabra, simplemente porque no pudo. Su garganta estaba obstruida por un cumulo de emociones que comenzaban a echar por tierra todos sus años de autocontrol. Las lágrimas se amontonaban en el borde de sus ojos, los mismos que no dejaban de contemplar con fascinación a aquellos hermosos pequeños. Y entonces, contra todo pronóstico, el rubio hizo algo que a todos dejo perplejos, especialmente a su esposa: sonrió. No una mueca parecida a una sonrisa, aquella que tenía bien estudiada y que solía usar para complacer a los demás; no, esta era una sonrisa genuina, nacida de lo más profundo de su ser, una sonrisa del corazón y Narcisa supo que al fin su familia estaba completa y en paz.

0o0o0o0o0o

Draco decidió extender un poco más su estadía en la mansión familiar para que Hermione tuviera la ayuda necesaria para la atención de sus pequeños; no era nada fácil atender las necesidades de los tres al mismo tiempo, ya que parecía que se coordinaban para solicitar la atención de los mayores. A pesar de la herida que tenía la castaña se negó rotundamente a contratar un ama de cría, por lo que sus pequeños tuvieron que turnarse entre la alimentación materna y formula láctea

Todas esas desveladas la tenían agotada, por lo que su suegra le sugirió dormir en una de las habitaciones disponibles mientras ella se hacía cargo del trio de infantes en su recamara conyugal, donde se había colocado la hermosa cuna destinada para el heredero Malfoy. Hermione durmió durante varias horas despertándose sobresaltada al no escuchar el familiar llanto de alguno de sus hijos. De inmediato se levantó dirigiéndose hacia donde se encontraban sus pequeños, grande fue su sorpresa el encontrar a Lucius sosteniendo un pequeño cuerpo tarareando lo que supuso sería una canción de cuna, mientras mecía a los otros dos que aún permanecían en la cuna. No quiso interrumpir ese momento tan íntimo que se estaba dando entre el rubio y sus nietos, por lo que la castaña opto por permanecer semioculta viendo lo que ocurría en el interior de la habitación.

Eltanin era el pequeño cuerpo que Lucius acunaba con tanto amor. Acariciaba su escasa cabellera mientras miraba embelesado el hermoso rosto de su pequeña. Le parecía increíble tener en sus manos el frágil cuerpo de una bebe Malfoy ya que no había nacido una en siglos, todas las mujeres Malfoy lo eran por matrimonio no por nacimiento y le parecía mentira el poder tener la dicha en contribuir para que alguien tan bello llegara a este mundo. Esa niña era realmente hermosa, con unas facciones finas y esos resplandecientes ojos heredados de su madre. Como toda respuesta la pequeña miro fijamente al rubio mayor y Lucius se perdió en aquella mirada sintiendo que algo en su interior se derretía.

- l'amour Ma petite lumière stellaire (te amo mi pequeña luz estelar)- susurro mientras depositaba un tierno beso en la mollera de la infante

Hermione reconoció aquellas palabras de inmediato vinculándolas con el protagonista de sus sueños, ¿Cómo era posible? No, algo no estaba bien, debía ser un error, en definitiva no era posible que todo lo vivido fuera real y que ella hubiera fornicado con su suegro. No supo ni como pero salió huyendo de ese lugar, no se sintió con la fuerza suficiente para encararlo y exigirle la verdad. En su huida tropezó con uno de los jarrones que adornaban el corredor haciéndolo pedazos, esto alerto de inmediato a Lucius que salió corriendo de la habitación para ver de quien se trataba y solo pudo ver una cabellera castaña entrando presurosa a una de las alcobas del ala este ¿Acaso lo habría escuchado? Lo que acababa de decirle a la niña le nació del corazón al igual que aquella vez que se lo dijo a ella al despedirse ¿acaso lo habría recordado? En ese momento Lucius Malfoy sintió temor, no por lo que le podría pasar si todo se descubriera, si no de lo que podría suceder con sus tres pequeños.

0o0o0o0o0o0o

Por primera vez en su vida Hermione se sentía atrapada sin saber que hacer o cómo actuar, necesitaba el consejo de alguien pero ¿Quién? No podía arriesgarse a contar tremendo secreto a cualquiera y era una carga que le estaba costando llevar sola. Cada que alimentaba a sus bebes veía en ellos rasgos sutiles pero claros de las facciones de Lucius, pero irónicamente también veía en ellos a su amado esposo, se sentía una gran impotencia la no saber qué hacer. Su trato con Lucius había cambiado, ella lo evitaba cuando el trataba de acercársele y esto fue muy notorio para el rubio mayor, por lo que éste trataba lo menos posible de estar a solas con ella.

Hermione estaba harta de esta situación, estabilidad que habían alcanzado como familia durante su embarazo ya no existía, así que armándose de todo el valor y la determinación de que fue capaz, le pidió a Draco hacerse cargo de los niños por un día completo y se encamino al único lugar que siempre tuvo las respuestas a sus cuestionamientos.

0o0o0o0o0o

El castillo de Hogwarts se levantaba imponente como dándole la bienvenida, trayendo a su mente tantos recuerdos, tantas anécdotas, tanto sufrimiento y tanta alegría que no pudo ni quiso reprimir el par de lágrimas que rodo por sus mejillas cuando estuvo frente a la reja.

Nada había cambiado nada, todo seguía tal como lo recordaba, las mismas colinas, el hermoso bosque, el lago, los invernaderos, la cabaña de Hagrid. Todo estaba igual como cuando llego por primera vez hace tantos años. Sabia de memoria el camino que tenía que seguir dirigiéndose de inmediato hacia allá, a su paso saludo a Sir Nicholas con quien se topó en un pasillo quien la saludo cariñosamente.

Aquel día Hermione se enterró entre una montaña de libros, al igual que lo hiciera antaño, en busca de la respuesta a su interrogante, con un ahínco que no se le veía desde los tiempos de la guerra.

A la directora McGonagall aquello le pareció muy preocupante, después de todo, las únicas veces que había visto a la alumna más sobresaliente de Hogwarts con tan obsesivo comportamiento nada bueno había traído al mundo mágico, así que sin poderse contener sorprendió a la chica cuando ya iba por su tercera torre de libros.

-"Magia a través de los sueños"– Leyó en voz alta algunos de los títulos de los ejemplares que la chica había apartado- "Zombis, ¿reales o inferís?" "La magia de lo desconocido" Me sorprende señora Malfoy, nunca pensé que diera crédito a este tipo de lectura –le dijo con una sonrisa.

Hermione se sobresaltó al saberse descubierta y guardo disimuladamente algunos de los pergaminos donde tenía guardadas sus anotaciones.

-Profesora McGonagall, me sorprendió.

-Debo decir que la sorprendida soy yo, creí que se encontraría en su casa desviviéndose por los nuevos miembros de la familia, ¿Trillizos, cierto? Seguramente el señor Malfoy debe sentirse muy orgulloso- aquel comentario fue como un golpe en el vientre bajo porque efectivamente, ambos señores Malfoy se sentían así. – Debió ser una gestación muy complicada, cuénteme ¿Cómo se encuentra? ¿Cómo están los niños?

-Bien profesora, gracias a Merlín todo salió bien y tanto mis pequeños como yo gozamos de muy buena salud- respondió la chica con una leve sonrisa.

-Pues muchas felicidades para ambos y espero la vida me permita darles la bienvenida a los tres dentro de once años. Ahora dígame, ¿Qué tiene a la heroína del mundo mágico tan perturbada?

Hermione contemplo a la antigua jefa de su casa y las lágrimas acudieron a sus ojos sin poderlo contener. Aquella mujer era su mentora, su ejemplo a seguir durante tantos años y casi como una madre. La había apoyado, la había alentado y le había brindado comprensión en un mundo que en un principio no le pertenecía, ella fue su primer amiga al llegar a Hogwarts.

-¡Ay profesora! –gimió sintiendo como las lágrimas amenazaban con traicionarla-Estoy atravesando por un dilema que lamentablemente no puedo compartir con mis amigos porque eso equivaldría a destruir todo mi mundo y no sé cómo manejarlo, me siento tan impotente.

-¿Y qué es eso tan grave que no te permite vivir con tranquilidad Hermione?- pregunto la profesora, sentándose a su lado como cuando era niña y comenzando a tutearla.

-Draco fue diagnosticado con oligospermia, lo que lo imposibilita para fecundarme de manera natural, por lo que buscamos apoyo médico para conseguir el embarazo. Tanto él como yo estuvimos durante un mes en un tratamiento hormonal para incrementar los niveles de espermas en él y una mayor ovulación en mí.

-¿Y cuál es el problema? El tratamiento fue todo un éxito ¿no es así?

-El problema es que durante el mes que duro el tratamiento mi marido no se encontraba en el país, ya que por motivos de trabajo tuvo que viajar a América y durante ese mes debido a un terrible accidente que sufrió mi suegra Narcissa tuve que irme a vivir a Malfoy Manor. Durante ese mes tuve un sueño repetitivo donde….-se cortó, era tremendamente vergonzoso tener que decir que copulo con su suegro, suspiro hondo y cerró los ojos para darse valor y confesar lo que atormentaba su corazón. -Donde cada noche tenía relaciones sexuales con un hombre- espeto lo más rápido que pudo creyendo que de este modo se oiría menos fuerte aquella declaración- Siempre creí que se trató de un sueño – se justificó- pero hace unos días descubrí que ese sueño pudo no serlo y Lucius Malfoy puede ser el padre biológico de mis hijos- dijo soltando un lastimero llanto ante tal revelación.

-Esto es algo muy grave ¿estás completamente segura de tal afirmación?- pregunto la directora. Hermione movió su cabeza negando, pues en realidad no tenía la certeza de que aquello fuera verdad.

-No, pero un análisis de ADN puede revelar si mis sospechas son ciertas- respondió tratando de controlarse.

-Pero no te has atrevido a realizarlo –completo la dama, Hermione negó con la cabeza, pues de ser de otro modo no estaría en Hogwarts buscando otra respuesta a la obvia. –Sé que Lucius Malfoy es una persona en verdad despreciable, carente de escrúpulos y a quien no le importa pasar por encima de cualquier principio o cualquier persona con tal de obtener lo que desea, pero sé una cosa: Todo lo bueno o malo que ese hombre ha hecho en su vida ha sido motivado por el amor y el bienestar de su familia,

-¿Cómo? –Hermione la contemplo atónita ante sus palabras, ¿Acaso estaba justificando esa infamia?

-Dime una cosa Hermione ¿Qué tanto deseaban tú y Draco ese embarazo?- Pregunto la animaga mientras le ofrecía su pañuelo.

-Mucho- Respondió entre sollozos limpiando sus lágrimas.

-¿Cuántas probabilidades de éxito tenía ese tratamiento? –Hermione no contesto, pero esa era la única respuesta que necesitaba –Si no hubiese funcionado, ¿Crees que hubieran tenido la madurez y fortaleza suficiente para afrontarlo, resignarse y seguir adelante?

-No lo sé.

-Ahora tienen tres preciosos niños, están felices y realizados, son una familia en toda ley y si tu hicieras ese examen solo encontrarías algo que ya sabes… que esos niños tienen sangre Malfoy. Así que dime Hermione, ¿Estas dispuesta a derrumbar todo lo que has construido por la búsqueda de una verdad que tal vez no quieres escuchar?

-Pero entienda profesora, lo que Lucius hizo no está bien, no es correcto.

-No lo es, es verdad. Pero eso tú lo sabias cuando aceptaste unir tu vida a la de Draco, que su familia tenía una manera de hacer las cosas con las que no siempre ibas a estar de acuerdo. En todo caso, la respuesta que buscas no está en ningún libro o en algún examen de ADN, sino aquí –espeto apantanando a su corazón- Ve a casa Hermione abraza a tus pequeños y a tu marido, ellos te darán la respuesta que buscas.

Hermione siguió su consejo y regreso a su hogar con la cabeza aún más revuelta de lo que estaba antes, si bien la profesora había tenido razón en muchas cosas, había otras con las que no estaba de acuerdo y su alma era un enfrentamiento eterno entre lo que sabía correcto y lo que sentía incorrecto.

-No siempre lo correcto es lo más adecuado - Había dicho Ron aquel fin de semana que se reunieron en la madriguera. Discutía acaloradamente con su hermana sobre la forma de como malcriaba muchas veces a sus niños - Nosotros trasgredimos las normas muchas veces y debido a eso el mundo mágico se encuentra en paz.

-Esto no se trata de la paz del mundo Ron, sino de la estabilidad de su familia.

Harry reía viéndolos discutir, algo que ya se venía haciéndose costumbre desde que el pelinegro entrará a formar oficialmente parte de los Weasley.

-Parece que lo disfrutas –Le dijo la castaña sentándose a su lado.

-¿La verdad? Si y mucho, de hecho, esto es lo que es ser una familia.

-No comprendo.

-Por muchos años viví con los Dursley Hermione, y a pesar de compartir lazos sanguíneos con ellos nunca fuimos verdaderamente una familia… pero cuando conocí a los Weasley… sin tener que ver nada con ellos, me acogieron y me amaron, ellos y tu Hermione, son mi verdadera familia, aun con todos sus desperfectos y que tu hayas elegido de marido a un Malfoy, los quiero mucho y no los cambiaría por nada del mundo.

Aquellas palabras golpearon a Hermione de una forma como ella no lo esperaba. Era verdad, a veces se le daba mucho peso a la sangre, pero no era eso lo verdaderamente importante, tal vez haber pasado tanto tiempo con los Malfoy le había hecho perder el suelo, pero ahora todo lo veía más claro, Harry se lo había despejado con esas simples palabras, familia es quien te ama y está ahí para ti y Draco sería un excelente padre para sus trillizos fueran resultado de su esperma o no. Scopius, Altaïr y Eltanin eran Malfoy y Draco era su padre, era lo único que importaba y esa simple verdad aligero el peso que cargaba su alma, sonrió divertida mientras veía a Ron correr por la madriguera siendo perseguido por una enfurecida Ginny.

0o0o0o0o0o

La familia Malfoy se encontraba de manteles largos, muy contentos y orgullosos de que sus pequeños estuvieran cumpliendo cinco años de vida. Scorp el mayor, (como cariñosamente lo llamaban) era un niño muy inquieto y audaz al que era imposible mantener tranquilo, todo lo contrario de su hermano Altaïr quien era muy juicioso con un hambre de conocimiento sin duda heredado por su madre, por lo que no era raro verlo siempre con un libro bajo el brazo donde quiera que fuera. Por su parte Eltanin era la princesa consentida de su padre pero sobre todo la adoración de su abuelo.

Habían organizado una pequeña fiesta para celebrarlo en el jardín de su residencia pero, dándose cuenta que de pequeña no tendría nada, decidieron trasladarla a los jardines de la Mansión donde los amigos y compañeros de trabajo, en especial los Potter, los Weasley y toda su prole llegaron haciendo un gran barullo alegrando la fiesta. Y aunque a sus suegros les disgustaba que la castaña hubiera decidido hacerla a la usanza muggle, tuvieron que supeditarse a la decisión de la pareja por lo que la fiesta contaba con juegos inflables donde los niños saltaban y brincaban felices lanzándose y dando maromas dejándose caer divertidos.

La castaña iba y venía entre sus invitados cerciorándose que nada les faltara mientras saludaba feliz a sus amigos y familias mientras un par de ojos color mercurio no la perdían de vista.

-¡Scorpius! –Grito- ¡Llama a tus hermanos y amiguitos que ya vamos a romper la piñata! – Los niños salieron corriendo rumbo a donde se encontraba colgada una hermosa piñata en forma de una reluciente Stich dorada dispuestos a sacar los dulces y regalos que había en su interior.

Scorpius fue el primero en pasar pegándole muy fuerte para luego darle el palo a Albus Potter, su mejor amigo ya que Altaïr prefirió no aceptar la invitación para golpearla

- Sigue Albus mamá –dijo el niño cuando su madre lo interceptó

- Claro que no bebe, primero le pegara tu hermanita

-¡Pero mamá! ¡Eltamin es todavía muy pequeña para pegarle a la piñata! –rebatió consternado

- No lo es –dijo su abuela Narcissa quien se acercaba con una hermosa niña rubia de la mano – ella es muy fuerte y por si no recuerdas cumple los mismos años que tú. Anda Scorpius, sé un caballerito y cédele el lugar a tu hermanita.

A regañadientes el pequeño rubio le paso el palo con que le pegaba a su piñata dejando que su hermana le diera tres golpes para después salir corriendo emocionada a los brazos de Lucius que la miraba orgulloso.

-¡Le pegue bien duro a la piñata abuelito!- grito la niña entusiasmada mientras el rubio mayor la levantaba en brazos

-Si princesa, lo vi, eres muy fuerte. Igual de fuerte que mami, solo que no le digas que yo lo dije –dijo el rubio guiñándole el ojo. Lucius amaba a esa pequeña no solo por ser su sangre si no por el gran parecido físico que tenía con su madre. Eran las mismas facciones de Hermione con sus hermosos ojos marrón que resaltaban ante lo blanco de su piel y con delicados rizos platinados que tanto se esmeraba la chica en peinar.

Una fuerte algarabía se escuchó cuando la piñata dejo salir todo lo que había en su interior, curiosamente quien la había roto había sido Rose hija de Ron aunque claro que Teddy la había resentido. La pequeña rubia dejo los brazos de Lucius corriendo en esa dirección en espera de ganar algún dulce.

Como lo prometió después de que hubieran partido el pastel, Hermione se sentó exhausta junto a su amiga Ginny a disfrutar lo que quedaba de la fiesta, mientras Draco discutía sobre Quidditch con Harry, Zabini, Noth y los Weasley y los niños corrían divertidos por todo el lugar.

-¡Uf! estoy exhausta, las fiestas infantiles son mucho más agotadoras que la preparación de una fusión- dijo la castaña sentándose al lado de Ginny

-¿Feliz amiga?- dijo la pelirroja sonriendo

-Mucho, nunca pensé llegar a ser tan feliz. Tengo una maravillosa familia, unos hermosos hijos, un marido que me ama, unos suegros que al fin me aceptaron y un trabajo perfecto que me permite complementarlo con mi tarea de ser mamá. La verdad Ginny me siento completamente realizada.

-Me alegro linda, me da mucho gusto que aunque batallaron al principio ahora tienen unos hermosos hijos, y dime… ¿No han pensado en tener otro bebe?

-La verdad es que no hemos hablado de eso, pero no, imagínate que en vez de uno tengo dos o tres otra vez- respondió fingiéndose asustada

-Pues ya vez lo que dicen, que no hay quinto malo –dijo divertida

-No creo que Draco aguante un quinto –contesto la castaña riendo sintiendo una mirada, en aquel momento sus ojos se conectaron por un segundo con los grises de Lucius Malfoy viendo en ellos un deje de complicidad dando un ligero asentamiento de cabeza, entendiendo por primera vez porque había sido aceptada como una Malfoy genuina, no por los tres herederos que había dado a la dinastía, sino porque al igual que cualquier Malfoy, haría lo que fuera por su familia, incluso guardar el secreto de quien le había dado a Draco un poco de ayuda.

FIN

Muchas gracias a todas y todos los que han seguido esta historia hasta el final. Sé que a muchos no les gustara que Lucius no haya tenido su merecido y me odiaran por ello, pero deben entender que él es un antihéroe en esta historia y de cierto modo, el no estar con la persona que uno ama y ver su felicidad tan de cerca es doloroso y cruel.

Les agradezco infinitamente todos y cada uno de sus comentarios tanto buenos como malos, ya que siempre me motivaron a seguir escribiendo y no dejar esta historia a la mitad. No será la última vez que sepan de mí se los prometo, ya que el escribir todas estas locuras es para mí un escape de mi rutina. Prometo también concluir Amor, Dolor y Esperanza y no dejarla a la mitad.

Gracias, gracias y gracias