¡Buenas noches!

Mientras esperan la continuación de The Truth Behind The Mask y Mean To Be les traigo esto...
Resulta que sería simplemente un One Shot Marichat de regalo para mi buena amiga AKshim5 de Wattpad pero, se terminó extendiendo y ahora llega a ustedes como un short fic jajaja.
Solo serán 10 capítulos + 1 epilogo.
Espero lo disfruten y antes de que se preocupen por ello... está concluido en mi computador.
Lo actualizaré cada Lunes y Jueves :3
No olviden seguirme en mis redes =D
Facebook: Fanficmatica
Twitter: FanFicMatica
Instagran: fanficmatica
Otra cosita, tal vez esta historia sea la primera que publique en multi-idioma, tengo muchas ganas de publicar mi primera historia en ingles
Sin más que decir, como siempre...
Disfruten la lectura...


o

O

o

Declaimer: Miraculous, tales of Ladybug Chat Noir no me pertenece, es obra de Thomas Astruc y está desarrollada por un montón de gente que no nombraré pero a quienes me siento 100% agradecida, en especial a Jeremy Zagg por sus mini spoilers :3

o

O

o

10 REGLAS SOBRE LOS GATOS

Regla #1

Si a mis veinte años de edad alguien me preguntara; «¿Qué sabes sobre los gatos?». La respuesta se dibujaría clara sobre mis labios.

¡Son tramposos, manipuladores y peligrosos!

Pero sobre todo… los gatos siempre se salen con la suya. ¡Siempre!

Pero, si sigues una serie de reglas muy simples, debería de ser más fácil lidiar con ellos.

Regla #1:

No dejes que un gato callejero entre a tu casa. ¡Nunca!

Aquel día, cuando regresé a casa ya era tarde. Ese akuma nos había tenido peleando hasta pasada la media noche y aunque una hora antes Chat se había debido esconder en algún lugar para volverse a transformar por usar el Cataclismo, yo continué luchando, en consecuencia, ahora mismo él seguía gozoso con su traje y yo estaba a punto de volver a ser Marinette.

Cuando avisé que me iría, Chat se acercó e intentó besar mi mejilla, con alguna de sus artimañas y tonterías al terminar la batalla, siendo completamente esquivado por mí, quedando inmóvil como siempre, observándome con sus ojos verdes fijos sobre mí.

Si bien, mi compañero no me era del todo indiferente, tampoco podía abiertamente decirle lo que de un tiempo atrás comenzaba a sentir por él, después de todo, se trataba de Le Grand Chat Noir, cómo él mismo se llamaba, decirle algo así sería elevar su ego al infinito y no, no se lo iba a concebir. Además, aunque había pasado más de un año desde que había acabado la preparatoria y prácticamente no había vuelto a coincidir con Adrien Agreste más que en alguna reunión de reencuentro organizada por Nino, Alya y Rose, no quería irme a las primeras con mi compañero de equipo como reemplazo de un amor platónico que nunca había sido correspondido, aunque claro, yo nunca se lo había hecho saber tampoco. Nunca le permití saber lo que sentía por él.

―Buenas noches, pruuuncess ―escuché aquella voz y dejé de lado mis cavilaciones.

―¿Chat Noir… qué haces aquí? ―Pregunté de pie a una cuadra de la panadería.

―Eso podría preguntarlo yo, ¿qué haces a estas horas en la calle? ―Aquella pregunta y verle de brazos cruzados esperando una respuesta me hizo molestar, más aligeré al instante mi expresión.

―Eso no es de tu incumbencia ―pensé, pues no, no lo era―. ¿Por qué lo preguntas? ―Respondí sonriendo―. No puedo creer que el gran Chat Noir se tome la molestia de preguntarme lo que estoy haciendo, ¡me siento tan afortunada! ―Junté mis manos acercándome un poco a él, como una fan haría ante su modelo favorito.

―Debo admitir que sí, lo eres, no todas las damiselas de París tienen la fortuna de gozar de tal privilegio ―las ganas de reír era lo que más me costaba contener en ese momento, por lo que solo dejaba que una sonrisa se mantuviera amplia en mis labios.

―¿Y qué hacía el Gran Chat Noir a estas horas por acá?

―Yo, obviamente estaba salvando a París, o ¿crees que Ladybug podría hacerlo sin mí? ―dijo estirando como siempre su ancha espalda y sus bien formados brazos, mientras mi sonrisa comenzaba a deformarse―. Pero, por otra parte, pensé que las princesas se iban a la cama temprano como niñas buenas.

―Pues, si tanta curiosidad te da ―comencé a relatar dándome la vuelta y continuando mi camino a casa mientras él me seguía―, y ya que se trata de ti, te contaré; estaba en una fiesta con unos amigos ―respondí buscando las llaves en mi bolso al verme cada vez más cerca de la puerta. Y era verdad, aunque por culpa del estúpido akuma había tenido que fingir sentirme mal.

―¿Y no te da miedo venirte a casa caminando tú sola? ―Preguntó atravesándose en mi camino―. Podría haber ladrones, asesinos o acosadores a lo largo de estas solitarias calles.

―A esta hora, el único que parece un ladrón con ese traje negro de cuero eres tú, gatito ―no podía evitarlo, una parte de mi amaba molestar a Chat Noir, pero la sonrisa en su rostro me hizo notar que estaba consiguiendo justo lo opuesto.

―Oh, ¿qué te puedo decir? El cuero negro me queda, además, si me lo permites, me encantaría robarte pero el corazón, princesa ―comentó besando mi mano y si supiera que en cierto aspecto ya lo había robado―. ¿Qué pasa? Aún no te ha comido la lengua el gato, ¿o sí?

―No, aunque no me importaría ―sentí mis mejillas arder al notar lo que de mis labios acababa de salir―. Digo, tampoco es que pueda pasar, después de todo, no podría interponerme entre tú y Ladybug, yo no soy tan especial como ella, además, ¡tú eres un increíble superhéroe! No te veo saliendo con alguien que no sea tan súper como tú.

―Usualmente no, por lo que muchas damas se sienten tan vulnerables y en desventaja cómo tú ―tuvo el descaro de decir aquello mientras besaba los músculos de sus brazos―, pero tranquila, solo tú podrías estar al nivel de mi lady ―su mano sujetando mi barbilla, sus ojos brillando frente a mí y su cabello bailando contra el viento me hicieron paralizar brevemente. ¿En qué momento se había vuelto tan alto? Siempre fue más alto que yo, sí, pero no tanto.

―Buenas noches, Chat ―abrí la puerta tan rápido como mis nervios y mi torpeza me permitieron y cuando entré volví a mirar a la calle, pero ya no estaba. Me quedé de pie sujetando mi pecho, sentía que en cualquier momento se me iba a salir el corazón y no entendía por completo el por qué.

Cerré la puerta y subí las escaleras, crucé la puerta hacia la sala de mi casa y me quité los zapatos. No quería despertar a mis padres. Continué mi camino hacia mi habitación, por suerte la misión había sido completada con éxito, pues ni siquiera habían notado mi llegada. Entré, me quité el vestido ceñido de la fiesta y los accesorios. Solo quería ir cuanto antes a mi cómoda cama. Así que con una de mis dormilonas puestas subí a ella.

Pasados menos de cinco minutos escuché un par de golpeteos en la escotilla, así que algo dudosa me asomé.

―Buenas noches, princess ―soltó Chat sonriendo, asomando su cabeza dentro de mi habitación.

―¿Qué haces? ―Pregunté contra la pared al verle sentarse sobre mi cama con tal confianza―. Es decir, ¿no deberías de estar ya en tu casa? ¿Descansando?

―Bueno, ¿qué te puedo decir? Solo quería seguir platicando otro rato, ¿tú no? ―Se acostó, acomodándose sobre mi almohada de gato y abrí la puerta que daba al balcón―. Pero entiendo si te sientes demasiado abrumada con mi visita.

―¿Abrumada? ―Para nada me sentía abrumada, solo enojada― ¡Claro que estoy abrumada! Solo imagínate, Le Grand Chat Noir, acostado en mí cama ―su ceja arqueada y su mirada sugerente me hicieron querer golpearme por idiota―. Pe-pero, quiero dormir, así que por favor vete ―pedí con tanta amabilidad como esa parte de mí que estaba a punto de estallar me permitía.

―Pero, princess ―se arrodilló frente a mí, sobre la cama, tomando mis manos―. De verdad quiero seguir platicando un poco más.

―Chat…

―Puuuurfavor ―respiré profundo y sonreí, había perdido. Yo, había perdido, así que me levanté un poco hasta llegar a la puerta y la cerré.

Dejé entrar al gato.

o

O

o

Continuará...


Gracias por leer y si les gusto, me encantaría conocer su opinión.
Nos leemos al siguiente =D
Besos~~ FanFicMatica :*