Los personajes son de Kishimoto.

N/A: Aquí un drabble con Minato y nuestra pareja favorita. :)


Crema batida—

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Minato frenó sus pasos bruscamente antes de entrar al dormitorio de su hijo. La voz de Sakura le había resultado algo erótica, pero dudo de sus oídos, no podían estar haciendo nada sexual sabiendo que él estaba en la casa y que estaba horneando galletas con una alta probabilidad de compartirlas con ellos.

—De esta manera la crema me gusta más.

Escuchó la voz de su hijo, Minato sonrió ya seguro de que estaban comiendo alguna golosina por ser la hora de la merienda.

"¿Es que no pudieron esperar a que las terminara?", pensó mirando sus hermosas galletas de almendras con fresas.

El padre de Naruto era un repostero profesional, ganaba mucho dinero ejerciendo su profesión.

Abrió la puerta confiadamente, porque así eran todos en casa de los Uzumaki, abrían puertas y después preguntaban.

—Chicos ya...

—¡Kyaaaaaa! —gritó la pelirosa al ver al rubio mayor.

El plato casi se cae de las manos de Minato cuando Sakura gritó lanzándose al suelo, a un lado de la cama, donde el padre de Naruto no la pudiera ver, tenía sus jeans puestos, pero estaba en sostén.

—¡Papá no la veas! —se quejó Naruto sacando a su padre de la habitación.

En realidad prefería dejarlo ahí con ellos, porque cuando quedara nuevamente solo con Sakura-chan ella iba a golpearlo por olvidar ponerle seguro a la puerta.

"Y con lo que me costó convencerla de poner crema batida en su escote", pensó Naruto decepcionado de que todo terminara tan repentinamente.

—¡Sí, si perdonen!. —Se disculpó muy abochornado, —no vi nada, Sakura perdona.

Minato salió rápidamente del dormitorio y se encontró con que su esposa recién estaba llegando a la casa.

—¿Qué paso?, traes una cara de espanto —le preguntó Kushina.

—No, nada, —balbuceó con la cara roja.

La pelirroja le robó una de las galletas y se la llevo a la boca, la saboreó con exageración —esta buena, aunque si no te importa le pondré crema.

—¡Ya se acabó! —exclamó nervioso.

Kushina entrecerró los ojos incrédula mientras decía —ayer había.

—Estaba vencida y la tire a la basura.

Inventó rápidamente, ya no volvería a entrar a la habitación de su hijo sin preguntar, Naruto había crecido, ya no era un niño, hacia cosas de adultos.

Ahora sabía dónde estaba la crema batida, su hijo le había encontrado un mejor uso que él.

Debía confiar más en sus oídos, a veces lo obvio, era obvio.