Capítulo 10

El horrible secreto de Snape

Hermione tenía que admitir que Snape había tomado la sorpresa de sus fotos bastante bien. Él incluso bromeaba sobre eso. Ella había esperado una detención de por lo menos un mes por haber aceptado el reto de Ginny.

Hermione se quitó el suéter rápidamente mientras pensaba en su profesor de pociones. Tenía que admitir que le gustaba tenerlo alrededor como un niño pequeño, pero extrañaba al Snape adulto. Después de todo, tenía un crush en él. Y se preguntaba cómo sería volver a tenerlo de vuelta en su antiguo ser. ¿Volvería a ser frío? ¿Siente algo por ella como Ron creía? Había demasiadas preguntas, pero no tenía el valor para hacer ninguna.

Suspiró y transfiguró un poco de su ropa en algo un poco más cálido. Encogió una de sus capas para que le quedaran a él y salió a la sala donde lo había dejado al cuidado de Ginny.

-Vamos profesor, ¿No hay nada que pueda hacer para evitar la detención? - rogó Ginny. Hermione frunció el ceño.

-¿Por qué detención?- les preguntó.

-Por las fotos que te tomé - le dijo Ginny. Hermione miró ferozmente a Snape quien estaba sentado cómodamente en el sofá con los brazos cruzados desafiantemente.

-No lo sé señorita Weasley. No me gusta que las personas toquen mis cosas - dijo serenamente.

-¡Ya sé! ¿Qué tal si le doy copias? - le preguntó.

-¿QUÉ? - exclamó Hermione, pero fue ignorada.

-Hmmm… ahora nos estamos entendiendo - Snape dijo pensativamente. En realidad no pensaba darle detención a la chica, pero quería divertirse espantandola haciendole creer que lo haría.

-No pueden hablar en serio!- Hermione se quejó avergonzada.

-¿Por qué no? Las fotos fueron tomadas en mi oficina, en mi escritorio y en mi silla - dijo Snape suavemente - En realidad, creo que tomaré su oferta señorita Weasley.

-¡Genial! Le haré las copias esta noche.

-¡GINNY!

-¿Qué? Me va a quitar la detención y te ves caliente de todas formas - dijo desdeñosamente, dejando a Hermione boquiabierta. Snape presionaba firmemente sus labios para suprimir la risa que intentaba escapar.

-Señorita Granger ¿es eso para mi? - preguntó finalmente una vez hubo recuperado el control.

-Oh...eh… sí, son para usted - le dijo pasandole la ropa.

-Oh mire, son completamente negras - Le contestó Snape y se adentró en la habitación para cambiarse.

-El profesor Snape debe estar loco por ti - exclamó Ginny.

-¿Por qué? ¿Porque quería una copia de esas fotos? - preguntó incrédula.

-¡Bueno, sí! Es el profesor Snape de quien estamos hablando. No todos los días quiera fotos de una mujer semi-desnuda - le contestó Ginny.

-¿Cómo lo sabes? Podría tener un escondite completo de pornografía en sus habitaciones con cadenas y correas colgando del techo - dijo Hermione.

-Le aseguro señorita Granger que no hay tal cosa en mis cuartos - Ginny y Hermione voltearon para ver a Snape parado con su pequeña capa negra envuelta alrededor de él mirándolas ferozmente. El rostro de Hermione se volvió completamente rojo y Ginny bufó al darse cuenta.

-Yo...oh… es que… yo - balbuceó, pero no podía pensar en nada que decir.

-Entiendo que la mayoría del alumnado afirma que duermo en un ataúd o tengo grilletes en las paredes para mantener a las personas prisioneras, pero les aseguro que mis cuartos son bastante normales - dijo rígidamente.

-Lo siento señor - respondió débilmente.

-¡Hmph! ¿Nos vamos? - dijo malhumorado.

-Sí - Ambas se pusieron sus bufandas y tomaron sus abrigos. Hermione tomó una pequeña bufanda de Slytherin para Snape y se arrodillo para envolverla suavemente en su cuello.

Yo pude haberlo hecho.

Hermione lo recogió y lo sostuvo cerca de ella mientras hacían su camino de la habitación a los terrenos. Por suerte, no tenía que preocuparse por Malfoy y sus amigos idiotas ya que habían sido expulsados y esperaban su juicio por asalto. Ella no había podido ir a Hogsmead desde que había comenzado a cuidar del profesor. Estaban por la cuarta semana desde el incidente con la poción y estaba comenzando a preocuparse, ella creía que ya deberían haber vuelto a la normalidad.

Harry ya los esperaba con Neville en brazos. Ron estaba cargando a Seamus y luciendo tan impaciente como siempre. Una vez llegaron frente a los chicos, Ron sólo tuvo que mirar a Snape una vez para hacer un gesto.

-¿Por qué tenemos que traerlo a él? - preguntó, por lo que Hermione lo miró ferozmente.

-¿Qué querías que hiciera? ¿Que lo dejara con Lavender? - preguntó mordazmente.

Dios no…

-Bueno, sí… - contestó Ron como si fuera una respuesta obvia.

-¡No Ronald! Él es mi responsabilidad y quiero traerlo conmigo - dijo enojada.

¡Toma eso comadreja!

Ginny ahogó una risa al ver a Hermione abrazar a Snape más cerca de ella como si lo protegiera. Era en realidad tierno. Ron volteó lo ojos y siguió caminando murmurando sobre como Snape tenía a Hermione envuelta en su dedo meñique.

Harry rió y comenzó a caminar al lado de Hermione y Ginny, ignorando completamente la mirada letal que Snape le lanzaba a un muy asustado Neville. De repente, Harry se detuvo abruptamente. Sus ojos como platos en shock e incredulidad.

-¿Harry? ¿Qué pasó? - Le preguntó Hermione. Ron la escuchó y volteó a ver que pasaba.

Harry volteó a ver a Neville cuyo rostro se había coloreado de rojo. Lentamente, Harry alejó a Neville y lo sostuvo con los brazos completamente extendidos. Volteó a ver su suéter y después los pantalones de Neville para ver una gran mancha de humedad.

-¿Por qué? - le preguntó Harry monótonamente. Ginny explotó en risas y colapsó en la nieve. Ron y Seamus comenzaron a reír también hasta que un gran sonido los hizo detenerse por un momento. Había un gesto de compelto disgusto en el rostro de Ron, mientras lo sostenía de igual forma con los brazos extendidos. El niño se había reído con tanta fuerza que se había vuelto a hacer en sus pantalones. No era sorpresa que comenzó a reírse más fuerte por lo que acababa de ocurrir.

Ginny estaba llorando mientras Harry agitaba su varita para limpiarse y a Neville. El rostro de Ron estaba arrugado en disgusto, mientras rápidamente limpiaba a Seamus quien seguía riendo. Snape sólo los observaba como si fueran unos completos idiotas.

Wow… No tengo palabras para esto…

Hermione observó ambos niños y luego alejó a Snape un poco desconfiada. No confiaba en que no fuera a terminar haciendo algo así, especialmente después del episodio con la profesora McGonagall.

-¿No va a hacer algo como eso, verdad? le preguntó. Snape volteó a verla inexpresivamente.

-No señorita Granger, no planeo ensuciarme de ninguna forma - dijo planamente. Ella asintió y lo acomodó nuevamente entre sus brazos, pero él continuó observandola.

-No se enoje. Ya lo ha hecho antes para molestarme, tenía que preguntar - le dijo con un bufido.

¡Debería volver a hacerlo por haberlo sugerido!

Todos siguieron su caminos, pero los chicos seguían vigilando a Neville y Seamus por temor a que volviera a ocurrir.

Una vez llegaron a Hogsmead fueron directo a Honeydukes. Estaba sorprendida de ver al pequeño Snape observando fijamente varias cosas, y se preguntó si él tendría un diente dulce. Harry y Ron estaban abasteciendo sus dulces, mientras Hermione seleccionaba cuidadosamente. No tenía gustos muy dulces, pero había algunos que no le molestaba tener. Bajó a Snape y observó como se escurría al otro lado de la tienda.

-Mione, tu pequeño niño sólo me empujó fuera del camino - Ron se quejó mientras avanzaba hacia ella.

-Ronald, él es un profesor, no mi hijo. Además, ¿qué quieres que haga? ¿Darle una nalgada? - preguntó con molestia.

-Bueno sí, creo que deberías. Alguien tiene que hacerlo - bufó. Y volteó hacia abajo para ver al pequeño Snape parado junto a Hermione con el ceño fruncido - ¿Qué quieres, pequeño bicho?

-¡Ron! ¡Deja de hablarle así!

¡Así es! ¡Escucha a Hermione! Espera… ¿cuando comencé a llamarla por su nombre? ¡No me jodas!

-Mione, te lavó el cerbro - dijo acidamente.

-¡No es verdad!

-Haces lo que sea por él - expuso. Ambos voltearon a ver a Snape quien estaba jugando al inocente, mientras los veía con ojos de ciervo.

-No lo hago - Dijo Hermione frunciendo el ceño. Ron rodó los ojos.

Snape sonrió y levantó un paleta de fresa, y miró a Hermione con una expresión de súplica haciendo que Ron volteara sus ojos otra vez y masajeara sus sienes.

-Hizo que Neville orinara en Harry, ¡no deberías darle nada! - le dijo planamente.

-En realidad, Ron tiene un punto - Hermione le dijo a Snape, volteado a verlo.

¿Oh, de verdad?

Severus bajó la paleta y puso su mejor cara patética. Su labio inferior comenzó a temblar y bajó la mirada hacia el piso como un niño con el corazón roto, incluso suspiro un poco.

-¡Oh no! ¡No llores! - exclamó y rápidamente lo recogió.

-¡No te entregues a él! - Ron le advirtió.

-¡Cállate Ronald! ¡Lastimas sus sentimientos! ¡Sólo es un bebé y debería poder tener algunos dulces! - le replicó.

Ríndete Weasley. ¡Ella es mía ahora!

-¡¿Qué?! ¿Hablas en serio? ¡Está jugando contigo! - dijo incredulamente.

-¡Déjalo en paz! Siempre tienes que molestarlo - dijo desdeñosamente y salió.

Severus volteó a ver al señor Weasley y sonrió triunfantemente antes de levantar su mano y mostrarle el dedo. El gesto de Weasley no tenía precio. Sólo se quedó parado boquiabierto en incredulidad. Hermione nunca vio el pequeño intercambio entre Snape y su amigo.

Hermione terminó comprando varios dulces más para Snape antes de que ella y sus amigos salieran hacia las Tres Escobas. Le hecho una mirada de advertencia a Ron al ver como observaba a Snape.

-¿Quiere una cerveza de mantequilla? - le preguntó al pequeño Snape.

-No. Quiero whiskey de fuego - estableció. Ella adelgazó sus labios y sacudió su cabeza.

-Puede tener uno cuando vuelva a la normalidad. Por ahora, va a beber algo sin alcohol - respondió firmemente. Snape sabía que no caería con la cara triste con este tema.

-De acuerdo, tendré la maldita cerveza de mantequilla - gruñó.

¡No puedo esperar para volver a la normalidad!

Snape tomaba de su cerveza mientras escuchaba la conversación de los demás acerca de lo que querían hacer después de graduarse. No estaba sorprendido al escuchar a Potter y Weasley mencionar que querían entrar al entrenamiento de Auror. Se sorprendió cuando la señorita Granger dijo que no sabía que hacer.

-¿No tienes ninguna idea de lo que te gustaría hacer? - le preguntó Ginny.

-No, la verdad no lo he pensado mucho. Hubo un tiempo en el que quise trabajar en el Ministerio, pero no quiero tener nada que ver con ellos ahora. No lo sé. Estoy segura que se me ocurrirá algo - replicó.

-Tal vez podrías trabajar en Hogwarts - sugirió Harry. Hermione sólo resopló.

-¿Cómo qué? ¿Profesora? ¿Que podría enseñar? - preguntó de vuelta.

-No lo sé - respondió Ginny.

-Historia de la magia - Sugirió Snape. Todos voltearon a verlo sorprendidos - ¿Qué? El profesor Binns ha estado ahí desde que yo era un estudiante y recuerdo haberme quedado dormido en varias ocasiones - Los alumnos rieron y asintieron en acuerdo.

-No lo sé - Dijo Hermione insegura.

-Entonces, ¿por qué no escoge un área que le guste y se vuelve aprendiz en Hogwarts? - le preguntó Snape en frustración.

-No puedo ahora. Ginny comenzará con la profesora McGonagall, Neville con la profesora Sprout y Luna con el profesor Flitwick - replicó, tomando de su propia cerveza.

-Yo no he tomado un aprendiz - le dijo después de un momento.

-Usted nunca lo hace - señaló.

-Si pociones es el área que quieres entonces tal vez lo haga - replicó, dejando a todos en silencio.

-¿De verdad? - le preguntó. Él sólo la observó con su usual mirada impaciente.

-No lo hubiera sugerido si no fuera en serio - se burló.

-Bueno Mione, parece que tendrás una clase de compensación por tratar con ese pequeño bastardo - dijo Ron. Hermione se alargó y lo golpeó en la parte de atrás de su cabeza.

-¡No lo llames así! - chasqueó. Ginny resopló mientras tomaba de su cerveza, lo que la dejó tosiendo. Harry palmeó su espalda escondiendo su diversión de Ron, quien estaba rojo y mirando ferozmente a Hermione. Seamus y Neville solamente se escondieron detrás de sus bebidas, sabiendo que no debía meterse con la Gryffindor.

Una vez todos terminaron sus bebidas salieron y se encaminaron de regreso a Hogwarts. Hermione iba cargando a Snape, mientras se comía su paleta, pero accidentalmente su mano se deslizó por debajo de su abrigo y sus dedos rozaron la piel suave de su costado y él rió suavemente.

¡NO!

Snape estaba mortificado cuando notó que la señorita Granger lo observaba raro. Volteó a otra lado para no darle pistas de lo que acababa de hacer. Ella por supuesto no se había dado cuenta. Cuando intentó acomodarlo, sus dedos presionar en su costado y él volvió a dejar salir una pequeña risa.

¡MALDICIÓN MUJER!

Ahora ella lo veía con curiosidad. Él la veía con completo horror. Se vieron fijamente por lo que parecía una eternidad, antes de que Hermione finalmente hablara.

-¿En serio acaba de reír? - le preguntó.

-No.

-Creo que lo hizo.

-Creo que está delirando señorita.

-No, no lo estoy.

-Sólo siga caminando.

Hermione no fue disuadida tan fácilmente. Volvió a aplicar un poco de presión y él volvió a reír. Su cabeza volteó bruscamente para observarla horrorizado. La mirada en su rostro casi rompe su resolución. Sabía que si empezaba a reír n iba a poder detenerse.

-Profesor Snape, se rió - estableció.

-Bueno, deje de tocarme ahí y no lo haré - dijo frunciendo el ceño.

-Oh. Mi. Dios - dijo, sacudiendo su cabeza y conteniendo la risa. El malvado profesor de pociones, tenía cosquillas. Ella sonrió mientras volvían al colegio.

¡Maldita sea! ¡Ahora ella lo sabe!