Capítulo 4

Temari llegó a clases ese día con una linda sonrisa en su rostro, Sasuke notó algo diferente en ella, pero no sabía decir qué era. La saludó como de costumbre, pero no pudo mantener la mirada lejos de ella... Nunca la había visto tan... ¿iluminada? Esa tal vez no era la palabra correcta, pero no encontraba otra para describir el aura que la rodeaba.

—Sasuke. —lo llamó Sakura.

—¿Qué? —preguntó mirando a su novia.

—Ven aquí. —pidió, cuando él se acercó, le dio un beso en los labios.

La semana pasada, la escena que acaba de presenciar le hubiera roto el corazón a Temari, pero ahora mismo, le valía una jodida mierda, porque en lo único que podía pensar era en Shikamaru y todo lo que le había hecho, como había reaccionado y todo el placer que había sentido.

Se dio la vuelta, y se encontró con Naruto. Al ver el dolor en su rostro, sintió lástima por él, y compresión porque entendía lo jodido que era estar enamorado de la persona equivocada.

—¿Quieres ir a comprar una hamburguesa? —le preguntó con una sonrisa, el rubio se la devolvió, lastimosamente esta no llegó a iluminar su mirada.

—Solo si tú invitas.

—Ok, pero la próxima es tu turno de pagar.

—Es en trato.

-.-.-.-.-.-.

Estaba empezando a preocuparse; se empalmaba con tan solo pensar en Temari. Se sentía como un puto adolescente virgen cachondo con las hormonas locas, y no un hombre que pasaba la treintena y había follado con mujeres despampanantes.

Centró su mirada en Kakashi Hatake, el jodido bastardo habla de alguna mierda sobre trabajo, y ¿en qué pensaba él? En follarse aTemari de todas la maneras posibles.

—Y terminé follándome el culo de tu madre. —dijo Kakashi para confirmar que Shikamaru no le prestaba una pizca de atención. Dio un manotazo en la mesa. —¿En qué coño piensas? ¡Espera! ¡Déjame adivinar! ¿En una mujer con tetas y culo enormes?

Shikamaru arqueó una ceja. —¿Tan obvio es?

—No, es solo que contigo siempre tiene que ver con mujeres. ¿La follaste y quieres repetir?

—Todavía no se lo he hecho.

—¿Perdiste tu toque? —se mofó Kakashi.

Shikamaru sonrió con arrogancia. —No quise hacerlo.

—Y ahora te duelen las pelotas y te arrepientes de tu estupidez, ¿o me equivoco?

—Tienes toda la razón, hermano.

-.-.-.-.-.

Sabía bien que lo que estaba haciendo era una de las cosas más estúpidas del mundo, ¿le importaba? No, porque en ese instante no estaba pensando precisamente con la cabeza que tenía sobre los hombros, sino una que se encontraba un poco más al sur.

Volvió a ver la hora en su reloj, faltaban unos minutos para que Temari saliera de clases, ya estaba empalmado, y solamente con imaginarla usando su uniforme. Esa mocosa lo encendía como un chispa a una casa bañada en gasolina... ¡Soy un jodido pedófilo!

Vio salir uno a uno a los estudiantes, hasta que se encontró con la mujer que monopolizaba todas sus fantasías.

No tuvo que verlo, porque su cuerpo reaccionó a él, sentía su mirada fija en ella, miró a su alrededor; buscándolo con la mirada, no estaba en ningún lado. Tal vez era su imaginación.

—¿En qué piensas, Tema? —le preguntó Sasuke.

—Nada. —sonrió. —Solo sentí que alguien me estaba viendo.

—¿A ti? —se burló Sakura. Sasuke le echó una mirada molesta. —¿Qué?

—A veces, simplemente eres insoportable, Sakura. —esta vez quién habló fue Naruto. Nadie reaccionó, porque de todas las personas del mundo, jamás pensaron que sería el rubio quien le dijeras sus verdades a Sakura.

—¡Sasuke! —chilló ella.

—¡Sakura! —chilló él a modo de burla.

—¿Vas a dejar que me hable así? —gruñó enfadada.

—No puedo ir por la vida golpeando a todo el que te diga la verdad en la cara.

Temari sonrió. ¡Pobre Sakura! Se creía tan importante como para arruinar la amistad de casi toda una vida. Naruto y Sasuke, se conocieron en el jardín de niños, se odiaron a muerte, se pelearon a golpes, luego se rieron, descubrieron que vivían a dos casas del otro, volvieron a pelearse por el amor de una vecina, cuando ella los rechazó a los dos, se hicieron amigos y así ha sido desde entonces.

—¡Eres un estúpido! —gritó y se fue echando humo, estaba acostumbrada a que Sasuke hiciera siempre lo que ella quería y odiaba que cada vez que el rubio estaba de por medio, Sasuke nunca seguía sus órdenes. Naruto se carcajeó, se despidió y se fue hacia donde estaba su padre.

—A veces siento que la odio. —dijo Sasuke. Su relación con Sakura lo desgastaba, pero no se sentía capaz de dejarla.

Temari lo miró confundida y tal vez, esperanzada. —No sé qué decirte.

—Mejor me voy. Hasta luego. —le dio un beso en la mejilla. Temari olió ese perfume que tanto le gustaba, sintió cosquillitas en el estómago por la cercanía de Sasuke, por sus labios contra su piel.

Los celos corrieron por sus venas cuando el imbécil de Sasuke besó a SU niña. Estuvo a punto de bajarse del auto, golpearlo, echar a Temari sobre su hombro y marcar su territorio de alguna forma cavernícola.

Cuando ella empezó a caminar, arrancó el motor, y la siguió. Temari frunció el ceño, observó el auto negro que la seguía, pensó en gritar "Fuego, fuego, fuego" para llamar la atención, bueno, eso solo en caso de quien sea que estuviera conduciendo ese jodido carro fuera un traficante de blancas.

La ventanilla se bajó dejando ver al hombre que estaba rondando sus pensamientos desde hacía días. —Sube, Temari.

—¿Perdón?

—¡Qué subas!

—¿Pero qué coño te crees? ¡A mí no me des órdenes!

—¡Maldita sea! ¡Que subas!

—No.

—Temari...

—¿Qué?

Shikamaru suspiró resignado. —Ven conmigo, por favor.

—¡Está bien! Solo tenías que pedirlo de buena manera, porque si me das órdenes te quedaras con las ganas de verme obedecer. –t-erminó la frase acomodándose en el asiento.

—Eso lo veremos, niña. —dijo sonriendo maliciosamente. Temari sintió una descarga eléctrica recorriendo su columna vertebral. ¿Qué le haría hoy? ¿Por fin perdería su virginidad?

Le escribió un mensaje a Gaara, diciéndole que estaría en casa de Naruto, luego le pidió a Naruto que la cubriera en caso de emergencia. El rubio le respondió que lo haría a cambio de otra hamburguesa, y ella, por supuesto, lo mando al carajo.

—¿Con quién hablas?

—Con mi cuartada.

—¿Ah?

—Le dije a mi hermano que iría a casa de Naruto, y Naruto va a cubrirme a cambio de una hamburguesa.

Shikamaru estaba olvidando que estaba tratando con una adolescente que todavía tenía que pedir permiso. Se metía en algo jodido, lo sabía y le valí 80 hectáreas de verga.

-.-.-.-.-.

Sasuke vio a Temari subir a un Mercedez que conocía bastante bien. Sintió el miedo y la ira recorrer su cuerpo, ¿qué quería Shikamaru con su amiga? ¿Qué diablos le pasaba por la jodida cabeza?

Tenía que hablar seriamente con ese imbécil. No iba a dejar que usara y desechara a su mejor amiga como lo hacía con cada mujer que conocía. Porque si algo se sabía bien de Shikamaru Nara, era que al jodido bastardo lo único que le interesaba de una mujer, era lo que esta tenía entre sus piernas.

-.-.-.-.-.

—Shikamaru… —ese pequeño gemido que brotó de esa boquita mientras acariciaba levemente su clítoris, lo convirtió en una bestia sedienta de sexo.

Sexo duro, sudoroso, salvaje; con gritos, mordidas y arañazos.

Él no le había dado tiempo para nada. Apenas puso el pie dentro de la casa, la llevó a su habitación, la desnudó y acarició su sexo húmedo. El dedo de Shikamaru recorrió su abertura, excitándola más, produciéndole placer, pero no el suficiente. Movió las caderas, buscando aumentar el rocé de su dedo contra su piel sensible, pero lo único que ganó, fue que él se detuviera.

Levantó el torso, apoyándose en los hombros para poder verlo. Se estaba desnudando, dejando libre su piel, tenía un paquete de seis abdominales perfectamente trabajados, Temari sintió el deseo incontrolable de lamerlos, su mirada siguió su camino hacia abajo, en el preciso momento en el que Shikamaru dejaba caer sus pantalones, tragó saliva. Su pene formaba una tienda de campaña en sus bóxer.

—¿Te gusta lo que ves? —le pregunto Shikamaru con una sonrisa maliciosa que la hizo mojarse aún más.

Ella no dijo nada, hipnotizada como estaba, era incapaz de decir una sola palabra. Shikamaru se acercó a ella, Temari sintió el colchón hundirse con su peso, suspiró sintiendo el calor de su cuerpo sobre el de ella.

Los oscuros ojos de Shikamaru se detuvieron en sus labios. —Voy a follarte hasta que pierdas el conocimiento, pero primero necesito saber si estás segura de esto.

—Lo estoy.

—Va a dolerte. —afirmó.

—Lo sé.

Shikamaru la besó suavemente, lamiendo sus labios primero, luego, se abrió paso entre ellos con la lengua, ella gimió de placer, mientras que sus brazos le rodeaban el cuello.

—Iré despacio. —le prometió. —Por ser tu primera vez, lo haremos suave.

Las mejillas de Temari se tiñeron de rojo, y eso le encantó. Shikamaru le acarició los muslos, volvió a besarla, ella le devolvió el beso sin ningún rastro de timidez, aunque los movimientos de sus labios eran torpes, a él le encantó como besaba.

—¡Ay! —se quejó ella cuando trató de penetrarla con dos dedos.

—Eres tan jodidamente estrecha. —gimió él.