Disclaimer: Ningún personaje de la serie de Merlín me pertenece.
Título: Fiebre
Autor: XxAzucar89xX
Pairing: ArthurxMerlin MordredXMerlin
Género: BL/Romance Humor
«Fever»
By
XxAzucar89xX
Capítulo 4
Las siguientes semanas para Merlín fueron las más largas y pesadas. Pero no tan malas, Arthur y algunos de sus amigos se ofrecieron con ayudarlo, porque no podía ausentarse sus clases. No más.
El dolor en su pie, disminuyo. Podía caminar por su cuenta propia, pero a pesar de demostrarlo. Contaba con un guardaespaldas cuidándolo. Mordred que en ocasiones era relevando por Arthur.
Y es allí que nota algo entre ellos, Arthur y Mordred se mostraron muy preocupados por él, al principio creyó que solo venían a casa como todos sus amigos, pero realmente era como si ambos tuvieran un deje de culpa, como si fueran los responsables.
Aunque no tenían por qué sentirlo. Es más, solo él, era quien debía lamentarse. Fue su torpeza. No quería que culparan a nadie, la culpa era suya por no cuidarse ni el mismo. Pero como dice Gwaine, los accidentes pasan.
Mordred era quien pasaba más tiempo, solo para terminar con el proyecto. Hubo ocasiones en que atrapo con la mirada a Arthur. Sus ojos y las expresivas cejas denotaban recelo cuando llegaba con una merienda en la bolsa.
Sobre todo, cuando respondía haberla preparado el mismo.
Por ultimo, llego a convertirse en una competencia. Arthur llegaba con comida comprada de sus lugares favoritos de Merlín.
Siempre se mostraría agradecido por el detalle.
Quizás Merlín al principio no llego a notar lo que pasaba. Si bien le divertía verlo rabiar, no podía durar ya que al final del día, sabía que no era correcto jugar con ello.
Parecía tan nuevo todo esto, solo que debió haberlo notado desde el día que le dieron el alta.
Sobre todo, ese día. Una mañana para recibir sus medicamentos, y los ungüentos. Claro que Arthur le entrego en sus manos para luego marcharse a su casa.
Sin embargo, al día siguiente, fue encontrado con Mordred al pie de la cama aplicándole el analgésico tópico.
Luego Arthur lo hizo. Merlín se preguntó si era una broma. Porque es algo que generalmente no haría.
Digamos que Arthur no es el tipo de persona, atenta.
Salvo que se lo pidáis. Pero de una manera que solo Merlin sabe. Eso cuando dejas tu orgullo.
Incluso se quedó a dormir un par de veces, la primera vez fue cuando Mordred tuvo que hacerlo. Fue incómodo. Solo uno tenía la oportunidad de dormir en el piso de la habitación y uno en la sala de Merlín.
Sin embargo, acabaron durmiendo en el suelo de la sala. Sobre una colchoneta de yoga y cobertores.
Al final de la segunda semana, comenzó a notar cierto distanciamiento por parte de Arthur.
Quizás se daba a la dueña de las llamadas telefónicas. Una novia que ha estado consumiendo últimamente.
Notaron que se lo veía más estresado, con falta de tiempo. Merlín solo se limitaba a escuchar como sus amigos, hablaban de cómo era absorbido la mayor parte del tiempo por ella. Nunca, que el recuerde lo había visto en esa situación.
Pero sabes que no debes meterte en la vida de otros. Él tiene una vida. Y su mayor prioridad es sobrevivir al mes de exámenes, el cual se aproximaba. Debía enfocarse más en ello que en otros asuntos.
Gaius regreso de su viaje, sabiendo de las cosas que había ocurrido en su ausencia. Agradeció a Arthur por haberse hecho cargo de Merlín. Pasando desapercibido Mordred en aquel asunto.
En cuanto Todo, parecía volver como antes.
Eso solo era el comienzo. Si bien Gaius comenzó a notar que su sobrino le abría la puerta a Mordred. Lo extraño al principio. Pero algo positivo. Era un progreso, que le dio gusto que comenzaran a llevarse bien.
Y lo que comenzó en rutina, se mantuvo en constancia.
Compartían la mayor parte del día y no por ser simples compañeros de clases. Si no que ambos estaban de acuerdo hacer juntos cada actividad, tanto que dejaron de verse como compañeros a ser algo que definitivamente llamarían amistad.
Y allí estaban dentro de su habitación. Merlín tecleando en su ordenador y Mordred luchando contra el sueño, sosteniendo libro.
― ¿Mordred? ― exclamo al velo cabecear.
― Si. ― respondió tratando de mostrarse en alerta.
― Podremos descansar una hora, si quieres duerme en mi cama ― sugirió. Extrañado Mordred se levantó del suelo tomando la almohada para tumbarse junto con ella.
―Gracias. ― Realmente lo necesitaba. Faltaba una semana más para que acabaran el martirio. Dormir era una necesidad grande que dejo de ser una prioridad.
Merlin se levantó, tenía que ir al baño. El también estaban tan cansado. La ansiedad le quitaba las horas de sueño, y eso lo tenía en estas últimas semanas.
Regreso para encontrar a Mordred bien al extremo de la cama, respirando pesadamente. Aquello le tentó. Coloco la alarma para dormir solo hasta la hora acordada.
Se acomodó en el espacio sobrante y fue placentero sentir como su cuerpo reposaba sobre la mullida y cálida cama.
A medida que la luz que atravesaba la ventaba, empezaba a mermar lentamente. Termino por oscurecer la habitación.
Merlín no dejo ni la luz encendida en la sala, ni a la entrada de la casa.
Gaius llego, y lo que encontró le molesto en grande. Al ver que la casa se encontraba a oscuras, eran las 19:20 de la noche. Ni la entrada contaba con el seguro. Subió las escaleras pensando en las palabras y el castigo apropiado.
Era mucha irresponsabilidad por parte de Merlín.
Al entrar a la habitación, apenas en la penumbra pudo ver dos bultos sobre la cama. Gaius rápidamente dejo que sus pensamientos gobernaran su jucio al imaginarse lo peor. Al encender la luz, el escenario calmo sus nervios.
Encontró a su sobrino durmiendo en un extremo, al igual que el otro muchacho. El sueño que llevan están profundo que ni se incomodaron por la luz.
Se los veía tan cansados.
Vio el resto de la habitación con libros replegados en el suelo. La portátil sobre la alfombra y cuantos cojines alrededor.
No hacía falta quedarse más tiempo, para entender que había sucedido.
Apago la luz y cerró la puerta.
Los dejaría allí. Mas para una lección para su sobrino. Hasta que entienda el sentido de la responsabilidad.
Llamo a Morgana. Cuando contesto, le dijo que Mordred se quedaría en su casa y que no se preocupara.
Ello lo entendió. Sabia de la semana en la que se encontraba su protegido. Lo veía estudiar, quedarse hasta tarde. Apenas lo veía con tiempo.
―§―
Amaneció, y no sería un día con el cielo despejado con un clima agradable. Todo lo contrario. Las gotas de lluvia golpeaban contra los vidrios de las ventanas.
Gaius se levantó temprano, paso por la habitación a primera hora, para encontrarlos en la misma posición. Lo pensó.
Bajo para hacerles el desayuno, luego subiría para despertarlos. Antes de dejar las tazas humeantes de chocolate, sobre la mesa, escucho el primer ruido en el piso de arriba.
Pasaron algunos minutos para presenciar como ambos bajaban aturdidos por las escaleras. Merlín estaban al borde de perder la calma. Cuando se encontraron, al pie de las escaleras, vio a su tío divirtiéndose al verlos exasperados.
― ¿Por qué no nos despertó? ¿Llegaremos tarde?
― ¡Buenos días Merlín! ― Saludo para recordarle los modales. ― Tranquilízate. Aún hay tiempo.
―Buenos díasSeñor― Mordred saluda por encima de Merlín. Adelantándose en el proceso.
― Buenos días Mordred. Y No me llames señor. Solo Gaius. ―pidió observándoles a ambos jóvenes― Vamos, que hay que desayunar.
Merlín fue el último en bajar, cabizbajo tratando de acomodar su cabello. Hasta sentarse en la silla más alejada del lugar de su tío.
Desayunaron en silencio. Gaius observo a su sobrino, antes que se levantara por completo, lo toma por sorpresa.
― Alto allí jovencito. No creas que voy a dejarlo pasar.
― Tío, por favor. Podemos para después. Estoy atrasado.
― Bien. Que pendiente nuestra charla sobre Responsabilidad.
Mordred levanto la mirada hacia Merlín.
― Y eso va para ti también. No importa si tienen mucho trabajo. Mordred no avisaste a Morgana que no llegarías. Sé que confía en ti, pero no debes angustiarla. Si vas a quedarte en una casa. Llamala, puedes usar nuestro teléfono.
― Si Señor. No volverá a pasar.
― Bien. Vayan a bañarse, yo me encajare de esto. ― Se levanta tomando las tazas de la mesa. ― Vamos, no se queden mirando. Voy a llevarlos.
Mordred siguió a Merlín, quien le llevo a los baños, entregándole una toalla y ropa limpia.
Allí reconoció la polera que le había prestado.
― Si necesitas una chaqueta puedes sacarla de mi armario. ― Dijo tras reconocer que el clima se había puesto más agresivo a medida que la lluvia se intensificaba y la temperatura bajaba.
―§―
Arthur hablaba por teléfono. Era Vivian. La lluvia había hecho de quedarse varada en medio camino.
No podía hacer nada por ella. Solo decirle que regresara a casa. Se encargaría en dejarle una nota en la dirección. Lo considerarían, veía a través de aquella ventana como los alumnos llegaban con sus paraguas extendidos. Tendrían tolerancia.
Sus ojos se abrieron más la notar un Audi azul marino, ingresar por la puerta. Ese es el auto de Gaius, Del cual vio bajar a dos personas.
Merlin extendía el paraguas esperando que Mordred se colocara debajo de él, después de cerrar la puerta.
Verlos juntos compartiendo el paraguas como una pareja feliz. Le disgusto mucho. Se apartó de la ventana, tenía tiempo para encontrarlo en la puerta del salón. Y claro fingiría mera casualidad.
Pero al llegar Mordred se separó de Merlin, quien mantenía una conversación con Gwaine y Percival.
Saludos, todos estrecharon su manos y golpes toscos en la espada.
Le miro, había algo diferente. Así que lo reconoció mientras escuchaba, como Gwaine estuvo a punto de reprobar el examen, de no ser por Percival, quien le ayudo.
Él estaba usando la ropa de Merlín, la chaqueta negra. No entendía que había pasado. Pero los dos estaban llevándose bastante bien. Merlín reía ante los comentarios de Mordred.
―No se olviden el 12. Fiesta en casa de Percival. ―Grita muy emocionado Gwaine, recordándoles mientras se alejan Merlín con Arthur.
Mordred decidió desaparecer con sus cosas.
― ¡No lo digas tan alto!― Percival le cubre la boca con una mano mientras lo arrastra hacia la otra a la del pasillo.
Todos ellos ríen al ver la escena, sonrisa que va desapareciendo cuando van por los pasillos. Allí Merlín siente que alguien lo alcanza.
Arthur no sabía si preguntar como estuvo su fin de semana. O como estaba llevando todo el estrés de los exámenes.
Merlín por su parte, no tenía problemas para sostener el silencio de camino a su salón. Pero la mirada de Arthur sobre él lo hacía sentir algo incómodo.
― ¿Ahora que te sucede? ― Pregunta de pronto. Deteniéndose al mismo tiempo, Arthur suelta "Nada" para continuar caminando. Pero la meno de Merlín en su hombro lo detiene.
―No me vengas con eso. ― No le cree ― ¿No me tomes el pelo? Vamos que pasa contigo.
― Yo quiero preguntarte ¿qué pasa contigo?
― ¿Qué?
― Eso…Tu y.…?
― Yo?... ¿Quién? Vamos dilo rápido, tengo que llegar a tiempo a mi salón.
―Mordred y tú. Desde cuando son tan amigos
― Así que era eso. ―Se ríe, por es gracioso escucharle decir esa clase de argumento. ― No eras tú, quien me aconsejo "Dale una oportunidad. Es buen chico"
― Si, pero… Tu nunca tomas bien mis consejos.
― Ya no pillo a dónde va la conversación. ― su voz ya lleva cierto tono de fastidio. ― Si estas celoso de nos llevemos bien? O te molesta algo más, no lo sé.
― ¿No es eso?
― ¡Bien! esta preocupado por él. Es el protegido de Morgana. Descuida no voy apuñalarlo por la espalda. ― soltó.
Arthur se quedó sin palabras, no se esperaba que Merlín, si aquel chico tranquilo le responder de aquella forma.
― Creo que alguien se despertó con el pie izquierdo.
―No comiences― Bufo, después de darle una mirada enojada, para alejarse. El timbre había tocado y todos los pasillos fueron despejándose.
Arthur se sentía molesto consigo mismo, solo que fue el peor momento. Luego estaba esa voz de Merlín molestando con la palabra ¿Estas Celoso?
¿De qué? Ya no estaban en el jardín de infantes. A esa edad era normal sentirte celoso de que un niño se llevara a tu mejor amigo a jugar la pelota.
―§―
Todos comenzaban a salir a los pasillos. La jornada al fin había concluido. Mordred salía de una de las aulas con la mochila en brazo y una maqueta en manos. Merlín por su parte estaba as tranquilo, claro que en durante las primeras horas estuvo muy distraído.
Estaba a punto de llegar a la salida de campus, cuando oyó su nombre a lo lejos. La lluvia había menguado, solo era una llovizna. Espero a Mordred para que lo alcanzara. Se miraron y sonrieron.
No sabía si debían irse a pie o llamar para que pasen por ellos.
Caminaron hasta llegar a una cuadra, compartiendo el paraguas. El coche de Morgana apareció estacionándose en el lugar señalado. Los chicos subieron agradecidos. Ella les miro.
― ¿Cómo están?
Ambos responden al unísono "bien". Rieron luego de darse cuenta como arqueo la ceja Morgana
― De Acuerdo. ¿Cuándo acaba su martirio?
― Unas semanas más. Y soy un hombre libre. ― respondió Merlín con un tono gracioso.
Morgana miro por el retrovisor para dirigirse a Mordred.
― Mor. Estoy viajando a Gales.
― ¿Con este clima?
― Si, es importante. Llame a Gwen que se haga cargo, solo será por unos tres días. Podrás ser responsable.
Merlín salió de su estupor al escuchar aquella palabra. Ya iban por la avenida principal. Aquí podía decidirse si no ir a casa.
― ¿Mordred? ― llamo pidiendo que mirara su móvil. Merlín rápidamente escribió. "Puedo quedarme a dormir en tu casa?"
Levanto el rostro, tenía a Morgana contando los segundos para que el semáforo cambiara para avanzar.
― Mor. Podemos ir a casa primero tenemos un proyecto que hacer juntos.
― ¿Por qué no me avisan antes, casi me gano una infracción?
Merlín dijo lo siento al igual que Mordred. Solo paso unos minutos, para llegar a su casa. De hecho, el vecindario era diferente al suyo. Las casas son más grandes con entradas y jardines decorando el lugar.
En el interior se acomodó en la sala, espero que Mordred subiera. La casa estaba cálida, así que Merlín comenzó a sentir calor.
Morgana rápidamente organizo sus cosas. Pasaron a la mesa, estaban hambrientos, quizás por la ansiedad.
Sin más se despidió de los chicos.
Mordred se lo llevo al Hall, allí se acomodaron para ver la televisión.
― ¿Estas bien? ― pregunto con voz preocupada. Aun no le había dicho porque de pronto le pidió quedarse en su casa.
Merlín le miro y dejo de fingir que prestaba atención al programa de televisión. Que podía decirle. Dudo si responder con una nada, o decirle la verdad de cómo se siente. ― ¿No estás cansado? Respondió con otra pregunta.
― Si, como todos.
Y allí murió las ganas de decirle como se sentía.
― Estoy tan cansado que olvide cual es la última tarea. ― hablo con fastidio recostándose por completo en el sofá.
― Tenemos un debate grupal. ― Contesto viéndolo.
El silencio era incómodo. E iba a ahogarlos de no ser por Mordred que busco una iniciativa.
Así que le propuso jugar videojuegos. Merlín escogió cual jugarían. Estando de acuerdo comenzaron. Dejando de lado sus preocupaciones.
Llevaban dos horas allí en sofá. Merlín hizo su primer ataque, golpeo ligeramente el mando, con una sonrisa. Sabia Mordred porque lo había hecho, era porque llevaba ventaja.
Merlín estaba a decima de ganas, fue la oportunidad perfecta para lanzarle un cojín a la cara.
Comenzaron hacerlo reiteradamente cada vez que se acercaban al final de cada etapa del juego.
Merlín cayo de bruces, culpa suya por hacer un mal movimiento. Mordred ganaría, estaba claro. No se quedaría atrás, sin pensárselo dos veces, se sentó sobre él. Curveo su cuerpo para continuar, pero ya había perdido y Merlín también.
― Hiciste que perdiera.
― En la guerra y el amor todo se vale. ―Respondió. Merlín dejo de aplastarlo con su cuerpo para tomar un sitio en cual sentarse correctamente.
Mordred se le quedo viendo.
― Sera mejor que le llames a Gaius, ya pasan de las 18°° horas. ― Le extendió el teléfono inalámbrico.
Lo dejo para que pudiera hablar tranquilamente. Camino hasta el cuarto de visita, vio que todo y que nada falta en la habitación.
Cuando volvió la expresión en su rostro volvía a ser la de antes. Llevaba una cara de animosidad.
Lo llamo, provocando que diera un sobresalto, seguramente algo lo aquejaba. No sabía que hacer por él. Viéndolo subir el espero para que lo siguiera. Le mostro la habitación donde se quedaría. Había ropa extra sobre el taburete y un par de pantuflas.
― Si necesitas algo. Esta es mi habitación. ― Señalo. Merlín se lo agradeció y camino pesadamente hasta encerrar en el baño después de tomar la ropa.
Mordred se dejó caer sobre su cama, pensando como la había extrañado. Tan amplia, amaba la textura de los cobertores, su almohada, pero nada de ello alejaba de su mente, esa preocupación ajena.
Esta vez no llamaría a Arthur. Podía manejarlo, solo necesitaba estar seguro que se trataba de ello.
― ¿Mordred? ― el llamado de Merlín a su puerta hizo que se sentara de golpe, para recibirlo.
Continuará
¡Hola a todos! Antes que nada. Espero que hayan pasado Felices fiestas. :)
Sé que he estado muy ausente. Así que todos habrán notado que la historia ha ido creciendo, no creo que camino vaya tomar.
Pero si no fuera por su apoyo, no lo hubiera logrado. Que al menos avanzara un poco.
Me gusta ir lento. Sip es un fic Merthur, pero que vaya lento y un poco más realista. Aun cuando manejamos Amores imposibles.
Solo les pido un gran favor. Si tienen la gentileza de al menos dejar un review. Me basta
PD: Disculpen si hay errores ortográficos. Pero no cuento con un beta.
