¡Hola!

Estoy muy emocionada porque hoy vengo con algo que quería hacer desde hace mucho tiempo.

¡Una traducción!

Así es, mi pequeña y humilde primera traducción.

Ya había leído un montón de historias en inglés e incluso había escogido unas cuantas como opciones para traducir, pero la mayoría eran bastante largas como para empezar en esto, así que me he encontrado con esta historia que me enamoró desde el primer capítulo por lo que he pedido permiso para traducirla y aquí estoy.

De momento lleva nueve capítulos publicados, con actualizaciones cada sábado y miércoles, y yo pretendo subir un capítulo cada domingo. La historia recién empezó a publicarse en octubre y el ritmo de actualización es constante, sin embargo no estoy segura de que tan larga será o si las actualizaciones seguirán siendo igual de seguidas. Abajo encontrarán un poco más de información.

Es una historia muy tierna, con sarcasmo y su dosis de drama, así que sé que le gustará a muchísimas de ustedes.

Como se trata de mi primer trabajo de traducción espero que disculpen cualquier error, procuraré ser lo más exacta y clara posible, además, sobra decir que cuento con los permisos correspondientes de la autora original y compartiré con ella todos sus reviews y comentarios para que ella también esté al tanto de eso.

En fin, espero que la disfruten muchísimo y que esto sea una puerta para nuevas traducciones en el futuro, que hay bastantes historias en inglés que merecen muchísimo la pena.

La autora original se llama writerspassion18 y el nombre original de la historia es Happily Divorced.

Les dejo el link de la historia orginal, en inglés: s/12196759/1/Happily-Divorced

Disclaimer: Nada me pertenece, todo lo conocido es obra de J.K. Rowling y el resto creado por writerspassion18.


Capítulo 1. Civilidad.

—Oh, maldita sea esta estúpida cosa —maldijo Hermione. Estaba batallando terriblemente con su sombrilla -sin ser rival para el aguacero torrencial y aquellos vientos hercúleos-.

Acababa de volar por centésima vez, y justo cuando estaba a punto de tenerla bajo su control un fuerte viento la arrebató de sus manos.

—¡No!

Ahora estaba mojada. Empapada. También estaba refunfuñando y pateando el suelo cuando un brazo se deslizó en torno a su cintura y la cubierta de otra, mucho más duradera sombrilla, le tapó la cabeza.

—Eres una bruja —dijo Malfoy en su oído mientras caminaban juntos— ¿Por qué insistes con los hábitos muggles?

—Nacida. de. muggles —respondió Hermione agitadamente— No necesito mi varita para todo, sabes.

—Claro, claro. Por supuesto, quedarse atrapada en un vendaval no cuenta como necesidad desesperada por usar la magia.

Hermione entrecerró los ojos.

Tú estás usando una sombrilla.

—Desgraciadamente —suspiró él— Estar casado contigo me llevó hacia unos cuantos comportamientos atroces.

Draco gruñó cuando ella le clavó el codo en el estómago. También sonrió un poco, especialmente cuando ella frotó la zona que acababa de golpearle. Caminaron por otros tres minutos hasta que lograron llegar a su restaurante favorito. Era más un pub, realmente, y luego fueron acompañados a su lugar reservado una vez que Hermione había usado su varita -por lo cual Draco aplaudió fastidiosamente- para secarse.

—Si suben el precio de mi comida favorita una vez más, juro que…

Draco soltó una risa.

—No importa. Podemos pagarlo.

Hermione lo miró con una pequeña mueca.

puedes pagarlo. Yo ya no estoy chorreando dinero Malfoy exactamente.

—Tu nombre aún sigue en la cuenta.

—Lo cual te dije que deshicieras meses atrás.

—Y lo cual me negué a hacer —respondió Draco, terco— Aún tenemos hijos que malcriar y tú no puedes hacer eso con tu salario.

Hermione cruzó los brazos sobre su pecho y se recostó contra la silla.

—Por amor a Merlin, no soy pobre, Draco.

—Tampoco estás haciendo "Dinero Malfoy" exactamente.

La castaña se sintió burlada y apretó sus brazos contra su cuerpo aún más fuerte cuando él se rio. Siempre terca. Siempre fastidiosa. Siempre sabelotodo. Siempre suya. Aunque estuvieran divorciados.

Con un suspiro de suficiencia, Draco buscó entre el laberinto que eran los brazos cruzados de Hermione y sacó una de sus manos. —Supéralo, Hermione. Mientras nuestros hijos sean menores de edad, tú continuarás teniendo acceso a la cuenta Malfoy para comprar cualquier cosa que necesites para ellos. Demonios, podrías comprar toda una casa completa si así lo justificaras.

Hermione rodó los ojos y le sonrió con cariño, disfrutando los pequeños círculos que le hacía él con su pulgar sobre el dorso de su mano. —¿Estás seguro sobre eso? Eso son los próximos doce años. Podrías casarte de nuevo y dudo que tu nueva esposa esté muy feliz con este acuerdo.

—Y ahí es cuando yo hago una cuenta completamente nueva para tu uso, la cual mi esposa tolerará le guste o no.

Draco.

Hermione —dijo Draco divertido usando el mismo tono— No importa lo que pase con nosotros, aún eres la esposa número uno— levantó su mano hasta sus labios y la besó, para que no le quedara duda. Ella se sonrojó. Odiaba cuando él hacia eso, casados o no.

Hermione suspiró cuando él liberó su mano y sacudió la cabeza.

—De nuevo, ¿por qué nos divorciamos?

—Porque lo que una vez fue tierno se volvió molesto, y nos habríamos matado el uno al otro.

—Cierto —asintió, a la vez que su mente recordaba los últimos años— Sí, tienes razón.

—Por supuesto que la tengo —dijo Draco presumidamente— Ahora, ordena lo que quieras y yo pagaré, no discutas.

Los labios de Hermione ya se habían entreabierto para hacer justo eso. Los cerró, asintió a modo de derrota e hizo justo lo que él dijo cuando alguien se les acercó a tomarles a orden.


Draco acompañó a Hermione al lugar de aparición después de cenar. En parte por educación y en parte porque Hermione era una mujer terca que se rehusaba a colocar un hechizo repelente para así no mojarse.

—Además —dijo ella tímidamente— Soy una perdedora por tomar ventaja de tu caballerosa naturaleza.

Ante eso él le picó el costado, disfrutando del pequeño grito que salió de ella y que atrajo unos cuantos oídos, y el enrojecimiento de sus mejillas tras la vergüenza.

Una vez que llegaron al lugar correcto él declinó la invitación de regresar a casa con ella cuando se lo ofreció.

—Si me quedo los niños me envolverán y terminaré pasando la noche —le dijo, lo cual era cierto. Era exactamente lo que había pasado la semana anterior. Lo que había empezado por preguntarle a cada niño lo que había hecho durante el día había terminado en juegos, películas y él durmiendo en el sofá con su hijo extendido sobre si y las niñas en el piso envueltas en mantas— Estaré allí a primera hora de la mañana para llevarlos al Callejón Diagon.

—Llega temprano —pidió ella— Les prometí panqueques a los niños.

La boca de Draco casi se hizo agua. —¿Con arándanos?

—Por supuesto. No soy un monstruo.

Hermione sonrió y se despidió de él antes de desaparecer. Draco hizo lo mismo y se encontró a si mismo afuera de su casa, completamente nueva. Su ex-esposa se había quedado con la que habían compartido por los últimos trece años. Era lo que más sentido tenía ya que los niños estarían con ella por la mayoría de la semana. Él los tenía los fines de semana, sin falta, pero también los veía durante la semana debido a que él recogía a Scorpius y Lyra de la escuela durante los meses en que no era verano, y se quedaba con ellos hasta que Hermione regresara del trabajo. Incluso se quedaba a cenar de vez en cuando.

Ahora bien, Draco no era idiota. Él sabía bastante bien que su relación con Hermione era rara. Pero "raro" era la definición de ambos, cierto? Cuando empezaron a salir era raro. Cuando su relación no fracasó eso fue raro. Y luego cuando se casaron había sido aún más raro. Lo que habían sido comportamientos molestos y completamente irritantes se habían convertido, con el tiempo, en cualidades atractivas y entrañables sin las cuales ninguno de los dos podía vivir. Pero, así como se lo había dicho a Hermione durante la cena, esas mismas cualidades de alguna forma se volvieron frustrantes y ya no era divertido. Aún se amaban el uno al otro, realmente lo hacían, pero al final peleaban más de lo que amaban.

El año pasado se habían separado. Draco se mudó de nuevo a la Mansión Malfoy en un intento de darse espacio entre los dos y ver cómo funcionaba eso para ambos. Había funcionado de maravilla. Habían estado separados por tres meses, reconciliado por dos felices meses, luego separado de nuevo. Luego juntos por otros dos meses, pero después separados otra vez.

Posteriormente los dos decidieron que era mejor que no estuvieran juntos, y se divorciaron a principios de este año, en marzo. Era una decisión sobre la cual ninguno se arrepentía y no hubo sentimientos de rencor tampoco. Incluso, muchas personas pensaban que seguían casados debido a lo civiles que eran el uno con el otro. Eso sin mencionar las ocasionales tomadas de mano, abrazos, tomadas por la cintura y besos en la mejilla. De la única cosa sobre la cual él o Hermione se arrepentían era sobre lo esperanzados que se veían los niños cuando veían a sus padres juntos. Eventualmente tuvieron que sentarse con ellos y explicarles que mamá y papá eran solo amigos y que simplemente se llevaban bien. Los pucheros habían sido completamente enternecedores.

Con un suspiro Draco entró en su casa, desde ya saboreando los panqueques con arándanos que Hermione le había prometido.


Espero que les haya gustado muchísimo.

Nota original de la autora: Hola! Bien, tengo que empezar diciendo que esta historia esta enormemente inspirada en Cassie Zabini de Giminia Wow (Vayan a leerla!). Simplemente me enamoré de la forma en la que Hermione y Blaise interactúan así que sobre ello salió esta idea.

Esta historia tendrá su dosis de ternura, romance y definitivamente humor, además de otras cuantas cosas. Perdónenme si cambio el género de esta historia una y otra vez, porque es dificil de definirlo. Ya he escrito catorce capítulos y estimo que no serán más de veinte. Rated T principalmente, puede tocar el Rated M pero mayoritariamente T.

Espero que les haya gustado hasta el momento! Por favor dejen un review, y estaré feliz de responder como lo hago con todos :)

-WP.