-¡Austin!- Camila se separa inmediatamente de mi para acercarse a él y darle un abrazo, siento como mi sangre hierve
Respiro lentamente intentando no ser tan obvia mientras miro sigilosamente la interacción entre ellos con ojos entrecerrados.
-Prometí que vendría- dice Austin con una pequeña sonrisa de medio lado, lo que para él se supone que es tierno, Niego con la cabeza mientras ruedo mis ojos.
-Cierto.., si, lo recuerdo- dice Camila riendo nerviosamente.
-Lo olvidaste- afirma Austin.
-No,no, por supuesto que no- niega Camila.
-Mentirosilla si lo olvidaste- dice Austin sosteniendo con una mano la caja rectangular para hacerle cosquillas a Camila con su otra mano y yo ya he visto suficiente así que tomo la decisión de entrar a la mansión para no seguir observando como este pequeño imbécil coquetea con mi prometida, con mi futura esposa, con mi monito.
Mía
No de él.
Pero la voz de Camila me detiene.
-¡Lauren!- que bien suena mi nombre en su boca- ¿a dónde vas?- Pregunta como si nada, con cara de inocente, como si hace unos segundos no estaba coqueteando con esa excusa de pubertad.
-Ya es momento del postre Camila- digo calmadamente o al menos pretendo estarlo mientras estiro mi mano hacia ella para que la tome y llevarla dentro de la casa.
Muy lejos de él.
-¿Les molesta si me les uno?- pregunta el muy imbécil y juro que mi odio irracional por él crece cada vez más – Es que hay algo que quiero entregarte- dice de manera misteriosa como si no es obvia la pequeña caja que tiene en sus manos, la cual todos podemos ver- ¿Qué dices Camila, si no es mucho atrevimiento.
-Lo es- murmuro.
-No, para nada es un atrevimiento- dice Camila y yo solo presiono mis labios.
Camila Perspectiva.
¡Austin cariño!, que grata sorpresa- dice mi madre al abrazarlo- ven siéntate, estamos por comer un rico postre
dice tomando a Austin por el brazo mientras lo guía a uno de los sofás del salón principal.
-Espero no ser mucha molestia- comenta Austin mientras se sienta- en realidad estoy aquí porque quiero entregarle esto a Camila - dice abriendo la cajita rectangular que tenía en ambas manos
Quedo boquiabierta al ver una hermosa cadena de plata sosteniendo una enorme C de brillantes, la cual estaba depositada dentro de la pequeña caja.
-¡feliz cumpleaños!- exclama frente a todos los presentes, incluida Lauren la cual hace unos minutos estaba sentada en el sofá pero ahora se encuentra de pie, recostada en la pared con brazos cruzados.
Y muy mala cara.
-Wow Austin no debiste...- Comento al ver como Austin se pone de pie y se acerca a mí.
-Que cadena tan hermosa Austin debió valerte una fortuna- Dice mi madre muy emocionada.
-Camila lo vale, ella merece lo mejor- dice Austin colocando detrás de mi mientras hace ademan de ponerme la cadena.
-Huyyy huelo amor en el aireeee- comenta mi hermanita Sofí siempre de bromista.
Veo como Lauren sale de manera agitada de salón y se pierde en el pasillo e inmediatamente mi papá la sigo, intento ir tras ellos para ver qué sucede pero Austin me interrumpe.
-Creo que debo irme- comenta a mi madre- mi chofer espera y solo vine a entregarle el regalo a Camila.
-Oh cariño, ¿no esperaras el postre?- pregunta mi madre de manera Cortez.
-Me encantaría pero no debo, dentro de poco daré un concierto y mi agente me recomendó no comer nada de azúcar por eso de estar en forma- explica Austin.
-Bueno, en ese caso deberías acompañarlo hasta su auto Camila. Me dice mi madre.
-Por supuesto- digo con una sonrisa- vamos.
Lauren Perspectiva.
-¡Maldita sea!
Golpeo la puerta de entrada hacia la cocina asustando al chef y a todo su personal los cuales están sirviendo el postre.
Todos quedan petrificados y recurren a su trabajo en silencio.
-¿Qué pasa Jáuregui?- pregunta Cabello ingresando a la cocina muy confundido por mi ataque de ira.
-Pasa que el maldito mocoso de Mahone me está sacando de mis casillas, ¡está agotando mi paciencia!- Cabello me escucha atentamente- ¡actuando como si fuese el novio de Camila!
Cabello nota que el personal de cocina incluido el chef escuchan atentos nuestra conversación.
-Todos fuera- ordena Cabello y en segundos solo quedamos él y yo en la enorme cocina de mármol.
-No hay nada de qué preocuparse Jáuregui, es solo un chico- dice cabello- así que relájate y tomate este trago- dice sirviéndome un fuerte trago de ron blanco el cual tomo entero quitándole la botella para servirme otro, mi ira aún no se ha disipado.
Cabello presiona un botón para abrir las cortinas de la ventana dejándonos ver como mi rival se despide de Camila abrazándola de la cintura antes de darle largo un beso en la mejilla y procediendo a subir al auto acompañado de su chofer.
-¿solo un chico?- pregunto de manera sarcástica.
-Nuestro acuerdo sigue en pie- me explica con calma.
-Pues más te vale, porque si Camila no se casa conmigo lo pagaras muy caro- digo fúrica- he invertido muchísimo en tus malditas empresas como para salir sin mi parte del acuerdo, Camila me pertenece y no quiero ver más a ese maldito mocoso cerca de mi futura mujer, ¿entendiste?-pregunto mirándolo con mis ojos muy abiertos y de manera fija- ¿O necesitas que mi abogada te lo deje más claro con una demanda?- Amenazo.
-Tomaré cartas en el asunto, pero usualmente Austin no viene aquí a verla, ellos se reúnen con su grupo de amigos después de clases.- me informa Cabello.
-Pues tendré que mover todas mis reuniones con los ejecutivos del mediodía para personalmente buscar a Camila con mi chofer después de sus clases- comento decidida.
-Como quieras- comenta Cabello dándome libre acceso.
-El postre está delicioso ¿no es así?- Me pregunta Camila en un susurro- yo asiento sin tocar el mío, aún sigo un poco molesta por sus interacciones afectuosas con el mocoso.
Nos encontramos a solas sentadas en un escalón del jardín observando las estrellas mientras Camila come de su postre.
Yo solo la observo.
-¿Sigues sin comerlo?- pregunta curiosa.
-Debo cuidar mi figura.
-¿Otra vez con eso?- pregunta con desaprobación- son tonterías.
-A mi edad no lo son- respondo seria- esta anciana debe cuidar de su figura.
-¡No eres anciana!- comenta molesta.
-En comparación a ti, sí- respondo.
- A mí no me importa tu edad, me gustas así como eres, mayor que yo, eres madura e interesante- dice y al instante se sonroja, sacándome una sonrisa- y ahora come dice tomando una cucharada de su postre y ofreciéndomela.
Yo observo con desagrado la enorme cucharada de postre llena de azúcar y calorías.
-Oh! ¿no quieres?- pregunta Camila sonreída- ¿talvez te guste que haga el avioncito? – dice antes de hacer sonidos de avión haciéndome reír y estampando la cucharada en mi boca llenándome los labios y el mentón de merengue.
-¡Lo siento Lauren- dice totalmente apenada- lo siento de veras! – Camila mira a su alrededor buscando alguna servilleta o algo que le sirva para limpiarme.
Yo solo rio.
-No pasa nada- digo entre risas- aunque debo admitir que eres la primera persona que se atreve a llenarme la boca de postre a la fuerza.
Nos reímos un rato hasta que nuestras miradas hacen contacto, sus enormes y hermosos ojos color chocolate me miran con una fascinación e inocencia que hace que me pierda en ellos, sus ojos se mueven observando mi boca llena de merengue, mordiéndose su labio inferior.
Camila se acerca lenta y dudosamente y yo me quedo inmóvil para no ahuyentarla hasta que sus labios se depositan en los míos y con más seguridad me besa, al principio es un simple beso de pico pero luego empieza a saborear el dulce de mi boca intensificando el beso, yo me quedo petrificada dejándola besarme todo el tiempo que ella quiera, ella baja hasta mi mentón limpiando todo el postre que previamente había estampado contra mi boca, el calor se apodera de mí y aprieto mis puños tratando de contenerme, ya que si cedo a mis deseos carnales temo propasarme y espantarla, después de todo Camila es nueva en esto, ella resume a besarme de los más rico en la boca y yo ya no aguanto y respondo al beso de manera hambrienta, tomando sus manos para colocarlas en mi cuello y con una de las mías apretando su delicada cintura, deposito mi lengua en su boca y continuo el beso de manera desesperada.
Culpo a tantos años de abstinencia.
Siento como Camila se tensa y deposita sus manos en mi pecho empujándome levemente, lo que me hace reaccionar y parar de inmediato.
Nuestras respiraciones están agitadas, intento recuperar el aliento.
-Perdona ¿Estas bien?- pregunto preocupada- ¿me propase?.
Camila niega con la cabeza, sonreída.
-Fue maravilloso- responde dándome un rápido beso de pico- pero mis padres pueden vernos y no quiero que piensen mal de ti, en especial mi papá, es muy estricto- explica.
-Oh!- Si supieras Camila, si supieras que ellos lo saben todo y más- tienes razón- digo sosteniendo su mano, depositando un beso en ella.
-Gracias por venir- comenta Camila frente a mi auto- dándome un beso en la mejilla.
-El placer fue todo mío- digo tomando su mano.
-Te voy a extrañar, no sé cuándo te vuelva a ver- dice pensativa.
Este es mi momento.
-Tengo una idea- finjo impresión y Camila me mira expectante- ¿Qué te parece si después de tus clases te paso buscando y te llevo a almorzar?
-¿En serio?- pregunta emocionada- ¿cómo una cita?.
-Por supuesto- respondo mostrándole mi blanca dentadura.
-¡Excelente!- responde pegando un saltito- le pediré permiso a mi papá, seguro dice que si, después de todo no sospecha nada.
-Bien entonces mañana después de clases- digo acercándome a ella para besarle la frente pero ella alza su rostro atrapando mis labios
La beso lentamente, disfrutando de sus suaves labios.
-Sabes a alcohol- murmura entre besos- ya me acostumbrare- comenta asiéndome sonreír
