Holaaaaa! Chicas(os) que leen esto, para empezar les dire que este fue el primer fic que cree.. ha estado en mis archivos desde hace algun tiempo para ser exactos desde el 19 de oct del 2015...¿bastante eh?, solo tenia cierta cantidad de dialogos, personajes, letras y la synopsis o la linea de tiempo y hechos que queria hacer no sabia si publicarlo o no ya que hasta ahora creo que sera super largo 55 o 60 cap le calculo tal vez algo menos tal vez un par mas pero eso si, es un cambio total. Habra peleas, habra romance pero sobre todo cambios y mucho pero mucho drama o un intento de ello lol... oh y habra MarcoxLuffy 3 . OMFG! CASI LO OLVIDO! Feliz casi año nuevo!

MugiwaraNoAndrea si lees esto, Sip este es el fic largo del que hace tanto te hable.

Psdt. Marco is sexy as hell!

One Piece no me pertenece... no hay plata para comprar derechos de autor!


Capitulo 1: El inicio de una aventura

La música así como los vasos, copas y pasos de baile inundaban todo el bar de Makino, las fiestas eran de lo más comunes en el bar pero ¡¿por qué tenía que ser por la estupidez que hizo la pequeña Luffy?!

Shanks se palmeo la frente. Un día la chiquilla sentada a su lado le daría un infarto temprano, estaba mas que seguro de ello.

-Jaja No me dolió ni un poco

El pelirrojo escuchaba la menor algo más tranquilo, en todo el tiempo que había estado en la pequeña isla no había tenido un susto como aquel y no deseaba volver a tenerlo, nunca a ser posible. Shanks aun sentía su corazón paralizado por la impresión, y es que ¿apuñalarse a si misma de todas las cosas que podía haber hecho?. Y todo para probar su valía. El pelirrojo solto un suspiro pesado. Sabía que eso de apuñalarse a sí mismo era un juego entre piratas, uno que estaba seguro había escuchado de la conversación de Yassop y Rockstar, ya luego tendría unas lindas y agradables palabras con ese par. Se aseguraría que algunas cabezas rodasen.

Shanks soltó un suspiro exasperado antes de ver a la pequeña quien aun tenia llorosos esos enormes ojos de cachorrito.

-Mentirosa que son esas lagrimas entonces. ¿Agua?. Nunca vuelvas a hacer algo tan estúpido.

Shanks recupero algo de su humor al ver como la pequeña Luffy se seco las lagrimas antes de que estas cayesen mirándole de lo más decidida, hizo lo que siempre hacia cuando le miraba de esa forma, voltear a beber su sake. El pelirrojo había logrado cierta inmunidad a esos enormes ojos de cachorrito a base de ensayo y error pero no quería tentar su suerte. Esos ojos eran armas mortales.

-No me asusta el dolor– Shanks casi escupe su trago. ¡Pero a mi si me asusta que te causes dolor!–La próxima vez llévame al mar contigo.

El Capitán del Red Force rodo los ojos.

Y ahí iba otra vez. La primera vez que su chiquilla se lo pidió casi accede si es que no hubiese sido por Benn quien fue quien negó a la primera, su segundo tenia corazón de hierro aunque también habían ocasiones en las que ni Benn podía negarse a Luffy.

-Anchor, no puedes ser un pirata–Por el rabillo del ojo Shanks se dio cuenta que su chiquilla iba a objetar por lo que uso su carta maestra.–Ni siquiera sabes nadar.

-Puedo mantenerme a flote por 10 seguntos.

-Dahahaha.–Las carcajadas de Shanks se escucharon en todo el bar que ya era decir bastante ya que todos estaban celebrando, riendo, cantando y haciendo tanto ruido que a duras penas se podía escuchar algo, incluso Shanks tenía difícil hablar con Luffy y eso que estaban de lo más alejados del resto.

Shanks sabia que no debía pero se rio a carcajada suelta, era tan divertido ver a su chiquilla exasperarse, era tan divertido meterse con la pequeña, se merecía ir al infierno solo por burlarse de la pequeña pero es que era tan divertido. Desde que se había enterado que no sabía nadar fue la excusa perfecta para no cumplirle el deseo de piratería, pobre escusa, pero efectiva. Shanks internamente agradecía las pobres habilidades de Luffy para nadar aunque esperaba que en un futuro aprendiera, un futuro en el que ni él ni su tripulación anduviesen cerca.

-¡Bataldo!–Mierda. Para su mala suerte, a la pequeña pelinegra se le había pegado su forma de hablar y la forma en la que hablaban sus tripulantes, aun sentía los golpes que le dio Benn por ello. –No te rías.–Las palabras de la menor sufrieron el efecto contrario ya que el pelirrojo rio aun mas, es mas se cayo de su asiento cogiéndose el estomago.–Mientras me quedo en el barco estaré bien además soy muy buena peleando Jiji-chan me entreno muy duro y mi puñetazo es tan fuerte como una bala.–La pequeña hizo alusión a dar un puñetazo que solo causo que las risas de Shanks se intensificasen. Si, se iría al sexto infierno por burlarse de la pequeña.

El pelirrojo siguió riendo sin prestar verdadera atención a las palabras de la menor.


-¿Está bien, capitán?

Shanks observo como temblaba la peliverde por el altercado con los bandidos, la pobre chica había sido valiente a su modo aunque lo mejor era aliviarle un poco. Algo de actuación y comerse su ira no estaba de más de cuanto en cuanto.

-Si, Makino, estoy bien no te preocupes. –El pelirrojo luego de terminar de hablar empezó a reír, al parecer eso calmo a la peliverde.

Los tripulantes del Red Force, quienes sabían de todo el teatro también rieron.

Aun en el suelo Shanks observo como su tripulación estallaba en carcajadas, sabía que no les gustaba, pero le seguían el juego, había ordenado no derramar sangre en la villa por lo que no le molestaba un pequeño bandido, si hubiese tan siquiera sacado su espada habría traído la atención no solo de más bandidos y piratas sino también, posiblemente, de la Marina.

-¡Oye capitán parecía tan tonto!

Shanks solo se río de las palabras del sonriente Lucky Roo a sabiendas de que trataba de hacer mas ligero todo el asunto, en especial el ambiente, lo cual parecía funcionar ya que la mayoría estaba que soltaba uno que otro comentario sobre sus ropas mojadas, y el cómo le cayó el sake. Ese bandido se merecía en séptimo infierno. Era una lastima tanto sake desperdiciado pero aun así había valido la pena si es que quería mantener la villa en paz.

-¡¿Porque todos se están riendo?!–Poco a poco las risas y los comentarios graciosos se fueron acallando centrándose en la pequeña pelinegra quien se veía de lo mas furica, su pequeño ceño fruncido, las mejillas enrojecidas y los puñitos apretados a los costados eran prueba de ello.–Fue vergonzoso y humillante.–Shanks quería explicarse con la menor, con su chiquilla, ya que en sus usuales alegres ojos negros había la más clara de las decepciones.

El capitán del Red Force sintió una punzada profunda en su pecho, no quería decepcionar a su chiquilla. Nunca.

-Lu, solo fue sake.

Los ojos de la menor se pusieron brillosos por las lágrimas que luchaban por salir pero no eran derramadas. A más de un pirata se le oprimió el corazón al ver en ese estado a la menor.

-¿Por qué no peleaste con ellos? ¿Qué más da si eran más?¿Quién se ríe después de ser humillado así? –Por más que la menor estuviese hablando de ese modo para todos eran más que visibles las lágrimas a punto de caer de grandes ojos negros, se notaba como la pequeña no quería derramar ninguna.–Me voy.

La pequeña dio media vuelta y empezó a caminar con dirección a la salida, no quería ver a nadie.

-Hey, Anchor.– Shanks no podía más con ello, la voz de Luffy no solo sonaba decepcionada sino que también sonaba de lo más herida. El pelirrojo se levantó terminando de quitar los pequeños rastros de vidrio de sus ropas, dio algunos pasos en dirección de la pequeña Luffy.–Escuchar, se cómo te sientes pero era solamente sake. Nadie salió herido.–Shanks le había cogido del brazo para explicarle la situación pero Luffy sacudía su brazo sin éxito de soltarse.

¨No quiero verte. ¡Suéltame! ¨

La voz de Luffy resonó en su cabeza, la orden fue acatada por su cuerpo antes que su propia mente lo procesara. Shanks había soltado a Luffy tan rápido que esta se tropezó cayendo al suelo. Luffy se levantó solo al segundo de haberse caído aunque ya sin el ceño fruncido ni las lágrimas.

Todos los piratas alrededor estaban con un muy mal presentimiento dentro de ellos.

La pequeña miraba con sus enormes y brillantes ojos llenos de emoción a Shanks que aun no se podía mover, en cierto modo, aún seguía aturdido por la orden de su cabeza.

-Wowww Shanks vi muchas imágenes.

El pelirrojo sintió como sudor frio bajaba por su espalda.

No no no no no no no no todo menos eso. Todo, absolutamente todo, menos eso

Shanks sintió como el adormecimiento despareció casi de golpe, toda la tripulación que había quedado estática sin saber que hacer mientras duraba el intercambio entre la pequeña Luffy y su Capitán pero ante lo que oyeron y vieron parecieron reanimarse.

El caos se desato, no había otra palabra para ello. Alguno no se lo creían, otros miraban a la pequeña pelinegra como si solo estuviesen en alguna clase de pesadilla horrible mientras que otros como Yassop y Rockstar empezaron a llorar como el pelirrojo Capitán del Red Force quería hacer en esos momentos.

-¡¿Que?!–Era imposible. La mirada de la pequeña se veía brillante y aun más llena de admiración por el pelirrojo que antes.–¿Cómo?–Luffy sonrió con una de esas sonrisas que le cubrían todo el rostro. No, por Roger, no.–No, no, Luffy dime que no, por favor. Solo dime que no te comiste esa Akuma no Mi.–Shanks sabía que sus ruegos eran inútiles, más aun, cuando escucho el sonido del abrir de un cofre seguido de una exclamación.

La pequeña Luffy simplemente inclino el rostro de manera adorable sin borran ni un segundo la expresión de lo más feliz en su rostro. Parecía que le hubiesen dicho que tendría un banquete de carne para ella sola.

-¿No será..?–Aun entre sollozos podía escuchar el miedo en la voz de Yassop.–¿No me digas que ella se comió la Akuma no Mi que conseguimos?

Shanks tampoco lo quería creer, rogaba inútilmente a cuanto santo se le venía a la cabeza, pero sabía que era inútil más aun cuando vio a Lucky Roo aparecer ante la pequeña sosteniendo un pequeño cofre abierto lo vacío que estaba mostrandolo a todo aquel estaba en el bar.

Lucky Roo miro a Shanks.

-No está aquí, capitán. –Él ya lo sabía.–La Noo Noo no Mi que le robamos el enemigo, ya no está.

Shanks se sentía fatal ante las palabras del pistolero quien dejó caer el cofre y saco de su bolsillo un papel con el dibujó de un durazno azul y verde con remolinos diversos sobre la fruta y un pequeño tallo ondulado en la parte superior.

-¿Luffy te comiste esta fruta?

Di que no, di que no, di que no.

La pequeña pelinegra miro con sus grandes ojos negros antes de asentir vigorosamente.

-Si, fue el postre. Estaba horrible.

Si es que Shanks guardaba una mínima esperanza, esta murió en el acto. El pelirrojo pirata avanzo los pocos pasos que la separaban de Luffy y se puso a la altura de sus ojos a la vez que la cogía de ambos brazos, esta vez sin recibir ninguna orden mental ni nada.

-Luffy eso que te comiste era una Akuma no Mi, uno de los numerosos tesoros más raros y valiosos del mar–Uno que nunca debió caer en tus manos. Lo que había pasado era su responsabilidad, nunca debió de sacar esa Akuma no Mi de su barco.–Quien se la coma ya no podrá volver a nadar más.

La pequeña pelinegra le miro con ojos incrédulos rápidamente pasando a la decepción y luego al horror.

-¿Bromeas no?–Shanks negó.–No puede ser.–La pequeña Luffy miro alrededor en busca de alguien que dijese que aquello que decía su ídolo era solamente una broma.–¿Cierto, chicos? Shanks está bromeando ¿no?–Ahora no solo unos cuantos lloraban sino que también Benn parecía a punto de tirarse a llorar.–¿Es una broma, cierto?

Shanks quería estar bromeando que esto solo fuera una pesadilla o un deliro de borracho pero no tenía tanta suerte, al menos no con esto. Su chiquilla, su niña, su Luffy se acababa de comer la Noo Noo no Mi una de las Akuma no Mis más deseadas por el Gobierno Mundial así como también una de las más peligrosas.

-No, no es broma.

-¡¿Que?!–A la pequeña casi se le desencaja la mandíbula.

Shanks abrazo a la pequeña dejando que unas pocas lagrimas se le escapasen.

-Idiota, no debiste comerte esa fruta.

Aquel día poco a poco los piratas trataron de calmar a Shanks y a la pequeña Luffy.


Luffy despertó viendo agua, mucha agua salada por doquier.

El mar.

Recordó vagamente haber estado comiendo con Makino para ser interrumpida por los bandidos que habían insultado a Shanks, exigiendo ser atendidos; lo siguiente que recordaba era haberse sentido bastante mal, imágenes de gente muriendo pasaron por su cabeza, robos, asesinatos, risas grotescas, lo siguiente que supo es que Makino la sacudía preguntando si estaba bien. Vagamente recordaba a los bandidos mofándose de su ídolo y modelo a seguir lo que la puso muy molesta, no le gustaban, no le gustaba la gente que se burlaba de su ídolo además de que tenían una mala sensación, cuando volvieron a insultar a Shanks ignoro las palabras de Makino y les llamo cobardes, y otras palabras que había escuchado de Yassop y Rockstar aun a sabiendas de que Makino o el alcalde le lavarían la boca con jabón pero no le importaba, quería que esos bandidos dejaran de burlarse de su ídolo, lo cual sucedió pero el bandido que le había roto la botella en Shanks la había cogido del cuello aumentando la mala sensación y las desagradables imágenes.

Lo último que recordaba era que grito hasta que todo fue negro.

-Jajaja parece que escapamos.–La pequeña levanto la mirada volviendo a ver al jefe de los bandidos. Nuevamente se sentía mal aunque ahora las imágenes eran diferentes. Se veía a ella misma siendo arrastrada por el bandido y su banda, la llegada de Shanks, Benn derrotando a los bandidos y luego mucho humo. –Nadie pensaría que un Bandido escaparía al mar.–Le dolía la cabeza.

-Sha…annks.

El bandido bajo la mirada hacia su pequeña rehén.

La pequeña Luffy se sentía mal, el cuerpo le pesaba y cuando el bandido la cogió del brazo levantándola del suelo quiso vomitar, la mala sensación creció y volvió a ver las mismas imágenes pero esta vez lo soporto.

-Sólo te está usando de rehén pero ya no me sirves para nada, mocosa del demonio.

La pequeña dijo las palabras que debió decirle la primera vez que vio al bandido.

-Vete al infierno, cobarde.–Luffy se estaba agotando rápidamente, las imágenes seguían pasando por su cabeza y los gritos eran sofocantes.

-Al agua, mocosa.

La pequeña no supo que pasaba a su alrededor hasta que la tiraron fuera del bote. Ya no sentía esa mala sensación ni veía las imágenes solo se sentía drenada, pataleo y braceo como tantas veces le trato de enseñar Jiji-chan y los chicos de la tripulación de Shanks así como el mismo pelirrojo sin éxito alguno, se estaba hundiendo.

Shanks. Makino. Benn. Chicos.

-¡Ay..uda…ayu..da!

La pequeña pelinegra aun tragando agua salada escucho un grito antes de que un brazo la soportara, se sintió segura otra vez.

-Si que me diste un susto, Anchor.–La pequeña Luffy tosiendo el agua que aun continuaba en su boca se apoyó en el pecho del hombre que la salvo, su ídolo y modelo a seguir había venido por ella, la había salvado.

¡No!

Luffy abrió grandemente los ojos.

Gruesas lagrimas cayeron por el rostro de la pelinegra a la vez que los sollozos no se hicieron esperar.

-Gracias, Luffy, Makino me lo ha contado todo. Gracias por defendernos.–Luffy podía escuchar las palabras de Shanks pero no quería levantar la mirada.–Venga chiquilla no decías no llorabas. Vas a ser una gran pirata, después de todo.

Luffy sujeto la camina de Shanks con ambas manos mientras que dejaba que las lágrimas bajasen por su rostro.

-Pero Shanks.–La pequeña pelinegra podía ver como el agua a su alrededor se teñia de rojo.–¡Tu bra..brazo!

Shanks palmeo la cabeza de la pequeña tratando de reconfortarla.

-Hey, pequeña Anchor, no importa es solo un brazos y tú estás viva

Al llegar al puerto, Shanks, fue recibido por Makino y el resto de la tripulación, suponía que el alcalde estaba controlando la situación con los cadáveres que dejo Benn aunque menos no le podía importar. Donde antes estuvo su brazo izquierdo, que sorprendentemente, había parado de sangrar y ya no sentía dolor lo cual agradecía, sospechaba que la pequeña chiquilla que estaba dormida en su brazo derecho era la causa.

-Chicos.

Sus tripulaciones al reparar en su brazo perdido de su capitán soltaron más de una exclamación, aunque Benn simplemente se quedó mirándole, al parecer, su segundo fue el único que le entendió.

-¡¿Capitán, que le paso?!

Ignorando la pregunta de Yassop camino directo a Makino quien como el resto le miraba de lo más preocupada, aunque no solo a él sino también a la pequeña que traía en su brazo.

-Se encuentra bien. Dormida, pero bien. –Ante el amago que hizo la peliverde de coger a la pelinegra dio un paso atrás, no permitiría que nadie tocase a Luffy por el momento. –Me la llevare al otro lado de la isla por un tiempo.

Ante la autoridad de las palabras del pelirrojo nadie puso objeción alguna ni le detuvo.

El pelirrojo ignoro a Doc, el doctor de la tripulación, quien le miraba el brazo de manera preocupa. Shanks continuo caminando hacia la parte deshabitada de la isla, sabia que su brazo no necesitaría tratamiento y era obra de Luffy, mejor dicho de su Akuma No Mi.


-Wow esta vez de verdad te vas.

Habían pasado cinco meses desde el incidente con los bandidos, Shanks había entrenado y ayudado a Luffy con el control sus emociones y el poder de su Akuma no Mi entre otras habilidades que le serian más que buenas en el futuro, habilidades que había aprendido de él y habilidades que la pequeña tenia escondidas, no había sido un camino fácil pero el control que tenía la chiquilla había mejorado considerablemente, aun si no le gustaba su Akuma no Mi. Shanks había entrenado duramente a la pequeña, le dolía dejarle pero era necesario, había estado atrasando esto aún más de lo esperado.

-Si hemos estado usando la villa como puerto por mucho tiempo, la marina no tardará en llegar así que será mejor que nos vayamos.

Makino y el alcalde de la villa eran los únicos, aparte de la pequeña pelinegra, que se encontraban en el puerto despidiendo a los piratas ya que el resto de la villa se encontraban realizando sus labores diarias.

Shanks no le gustaba nada el hecho de dejar a su chiquilla, había tanto por enseñarle, tanto por que la menor aprendiese, si ella le volvía a pedir que la llevara con él no tendría corazón para decirle que no, no solo él sino que ya toda la tripulación estaba en la misma situación, incluyendo al cabeza y corazón frío de su segundo al mando.

-¡Ya no te pediré que me lleves contigo!

Decir que las palabras de la pequeña Luffy sorprendieron al pelirrojo era quedarse corto, la mayoría de su tripulación seguían subiendo las provisiones así que no prestaban mucha atención al intercambio entre Shanks y Luffy, con excepción de Benn que se encontraba detrás de Shanks.

-Tampoco te llevaría aun no tienes lo que se necesita para ser una pirata.

Shanks sabía que mentía y el bufido de su segundo se lo confirmo, la niña tenía madera de pirata y un gran futuro por delante si seguía con la idea de pirateria. Su chiquilla le miro con sus grandes ojos negros frunciendo el ceño.

-¡Si lo tengo!–Por supuesto que si lo tenía, su chiquilla tenía ese algo que muchos no tenían y eso lo había comprobado desde la primera vez que la conoció y los cinco meses que estuvo entrenando con ella se lo dejo más que claro.–¡Un día tendré una tripulación más fuerte que la tuya, encontraré el mayor tesoro que puedas tener o algún otro pirata pueda encontrar. ¡Seré rey de los piratas y te demostrare que mi puñetazo es más fuerte que una bala!

Shanks solto una carcajada. Como siempre la pelinegra le sorprendía, esta chiquilla era un tesoro.

-Dahahaha Anchor. ¿No querrás decir reina?

La pequeña pelinegra le miro como si fuese idiota, tal vez dejo que se juntase demasiado con Benn.

-No porque si no tendría que haber un rey y la reina siempre sigue al rey, yo quiero ser Rey, no reina.

Al pelirrojo le agradaba esa respuesta, no quería a nadie con su pequeña Anchor. Castraría al primero que tratase.

Antes de tan siquiera pudiese registrar sus acciones, Shanks, ya tenia una mano puesta en su sombrero.

-¿Así que quieres superarnos, pequeña Anchor? . ¿Llegar más alto que nosotros?– El movimiento de la tripulación del Red Force se detuvo al ver como su capitán se quitaba el su atesorado sombrero y se lo ponía a la pelinegra, claro que a la menor le quedaba grande.–Entonces te dejo mi sombrero, es mi tesoro, guárdamelo hasta que consigas ser ¨Rey de los piratas¨–Shanks sentía que lo que hacía era lo mismo que una vez hizo su difunto capitán con él. Abrirle el paso a una nueva Era– Es mi sombrero favorito así que cuídalo bien para que cuando seas una gran pirata me lo devuelvas.–Shanks noto que la chiquilla que les robo el corazón no solo a su tripulación sino también a él, estaba temblando y haciendo ruidos muy parecidos a sollozos contenidos.–Hey no llores Anchor, un día nos encontraremos nuevamente y ese día me mostraras lo buena pirata que eres.–Shanks solo vio como la pequeña asentía vigorosamente sujetando el sombrero de paja, quería quedarse mas tiempo con ella pero no podía, observo al alcalde y Makino que le despedían con la mano, volteo a ver la sonrisa presumida de su segundo y los ruidos que volvían a hacer los miembros de su tripulación, algunos volvían a llorar gritando su despedida hacia las personas que conocieron en Villa Foosha.–Nos vamos!

Solo cuando estuvieron a nudos de distancia y en la privacidad de su camarote se dio la libertad de pensar en el futuro de la niña que dejaba en Villa Foosha, era increíble como esa pequeña había calado tanto en el corazón de todos los piratas del Red Force. Shanks se permitió soltar un suspiro para luego coger uno de los libros en blanco de su librero solo para escribir ¨Día 1 sin Luffy¨


Una pequeña pelinegra no podía parar de soltar amargas lagrimas que rodaba por su mejilla, si solo no hubiese tenido miedo, si solo hubiese usado su Akuma no Mi como le dijo Shanks una vez, si solo hubiera advertido a su Sabo-nii ahora él no estaría muerto.

Los gimoteos y llantos eran bastante audibles, pero sonaban más a un animal que había sido herido, el dolor, la perdida, la culpa era casi palpable.

Luffy soltó aún más lágrimas y sus gimoteos se hicieron más fuerte, el agarre que tenía en sus rodillas aumento hasta que un golpe en su cabeza le hizo levantar la vista, por primera vez no se quejó del trato del pecoso.

-Deja de llorar, bebe llorona.

Por más que lo que dijo Ace se notaba que él también estuvo llorando, los ojos hinchados y algo enrojecidos le delataban, pero aun así la pequeña pelinegra no dejo de llorar por un buen par de horas hasta que su mirada cambio a una mirada decidida, si bien seguían cayendo lágrimas de sus ojos no soltó ni un solo gimoteo más.

-A..Ace-nii.

El nombrado desvió rápidamente su mirada del horizonte hacia la pequeña pelinegra que por primera vez en lo que eran semanas por fin había parado de mirarse como un cascaron vacío, sus ojos se veían decididos, con una fuerte determinación en ello.

-Dime, Lu.– Ace relajo el rostro al mirar a la pequeña pelinegra; pese a que aún le pesaba la muerte de su rubio hermano todavía le quedaba la pequeña Luffy, su hermanita y a ella no la perdería por nada ni por nadie. Lo juraba, primero moría él a que Luffy lo hiciese.

-¡Qui..ero ser fuer..te, mas fuer..te, mas fuerte que nadie, fuerte, fuerte, mucho más fuerte!

En vista de lo que parecía que los gimoteos volverían el pelinegro golpeo nuevamente la cabeza de la pequeña pelinegra quien rápidamente le miro aunque no se quejo.

-¡Idiota! Claro que nos haremos mas fuerte, nos volveremos mas fuertes y seguiremos con nuestros sueños.–La pequeña pelinegra se quedo mirando al pecoso procesando sus palabras hasta que asintió, eso fue el afirmativo que el pecoso pelinegro necesito.–Lo haremos por ti, por mi… y por Sabo…–La voz del pecoso se quebró al pronunciar el nombre del rubio pero aun así se arrodillo frente a la pequeña pelinegra abrazándola, permitiéndose ese momento de debilidad.–Como tu hermano mayor te protegeré, te protegeré el doble, te protegeré en nombre de Sabo y mío... yo no moriré, Lu. Te prometo que no moriré.

La pequeña con el sombrero de paja prometió lo mismo entre sollozos, era una promesa de vida, una que ambos menores cumplirían costase lo que les costase.


Si las miradas matasen ambos adolecentes estarían mas que muertos, es mas, ya estarían velados y enterrados seis metros bajo tierra.

-¡QUE SI!

Ace sabia que Luffy no daría su brazo a torcer con tanta facilidad pero aun así negó. Él era igual de terco que ella.

-No y es mi última palabra.

Dejar a Luffy hacer lo que quería era prácticamente con lo que tenía que lidiar día con día desde que dejaron la isla hace más de una semana.

-Si

Ace estaba en la encrucijada de golpearse la cabeza o atar a Luffy a un flotador y lanzarla al mar.

-No, es no.

Ace lucho grandemente por no mirar el arma letal de su hermanita, sus ojos de cachorrito desahuciado. El pecoso examino el diseño recién creado de la Jolly Roger en papel, la futura Jolly Roger de los Piratas Spade, una calavera sonriendo con un sombrero como el suyo con dos botones, uno sonriendo y otro triste, rodeada del símbolo de "Spade", de las cartas de póker, y debajo tenia escrito Los Piratas Spade, como de orgulloso se encontraba con esa Jolly Roger.

-Siiiii, por favor Ace-nii, por favor.

-No, Luffy y es mi última palabra

El pecoso adolecente miro nuevamente el diseño y si bien a Ace no le gustaba negarle las cosas a su hermanita tampoco la malcriaría, al menos no demasiado, no tanto… no le cumpliría cada capricho. Ace vio su nuevamente la Jolly Roger soltando un suspiro feliz, estaba orgulloso, no lo iba a negar más aun cuando su pequeña hermana ayudo a crear el diseño, pero no le dejaría ni muerto que ella pintara el diseño en la vela muchas gracias. Luffy tenia las habilidades artísticas de un niño de 2 años.

Luffy alzo la mirada para ver como Ace doblaba cuidadosamente el papel donde se encontraba el diseño para luego ponerlo en su bolsillo.

-Ace-nii.–La pelinegra con el sombrero de paja siguió llamando al pecoso pero este no le hacia el mas mínimo caso. No era justo. ¿Qué había de malo en que ella también pintara la Jolly Roger? Nada. Si bien no destacaba en sus habilidades artísticas, podía pintar perfectamente bien… pintaba bien… podía pintar.–Ace-nii.–El mencionado seguía recogiendo, con una sonrisa feliz, los papeles regados por el pequeño bote, esos intentos fallidos de Jolly Roger. Luffy cruzándose de brazos sonrió maliciosamente antes de tomar aire y empezar a gritar.–ACE ESTABA ENAMORADO DE MAKINO HASTA HACE DOS AÑOS, LA PRIMERA VEZ QUE SE AFEITO SE CORTO MEDIA MEJILLA, EN SU PRIMERA BORRACHERA BES…hump..hump

Ace dejo de recoger los papeles para ver a su hermanita gritar sus secretos y momentos bochornosos, aunque no había nadie alrededor le cubrió la boca para que se callase mientras sentía como sus mejillas quemaban, un día colgaría a su hermana de su futuro barco pirata.

-¡Luffy! ¿Cuantas veces te tengo que decir que no hagas eso? A la próxima te lanzo a que nades en el océano.

Luego de que la pelinegra se liberara del agarré del pecoso sonrió de lo más inocente a sabiendas de que esa clase de amenazas nunca se cumplían.

-Pero Ace-nii no me hacías caso.–En un momento de debilidad, Ace cometió el error de mirar a Luffy. Luffy dio esa mirada de cachorrito bajo la lluvia… en diciembre… el día de navidad… nevando. Esta vez Ace si la estaba mirando así que si vio sus enormes ojos negros suplicantes. Resiste. -Y yo también quiero pintar.

Ace eres un hombre, RESISTE. Debo resistir. Resis...

-Esta bien pero solo pintaras las caras happy/sad y yo te supervisare.

Luffy sonrió feliz antes de taclear a su pecoso hermano.

-Gracias Ace-nii!

Luffy restregó su cara de lo más contenta en el pecho del pecoso

-Sí, si ahora solo tenemos que conseguir un barco, provisiones y una tripulación.

El barco y las provisiones las comprarían con el dinero que habían juntado desde niños, se lo dejaría a Ace, era bueno regateando el precios.

Por otro lado la tripulación… Luffy sonrió para enseñar los dedos de su mano

-Un músico, un cocinero, un espadachín y un Log Pose.

Luffy había estado leyendo los libros sobre la Grand Line que habían robado ella y Ace de su abuelo, sabía lo que tenía que buscar y donde hacerlo además de que aun tenia los recuerdos de Shanks lo que le facilitarían en cierto modo las cosas que tenia que buscar.

-Hey, Lu ¿Cuanto falta para llegar a la siguiente isla?

Luffy reviso la brújula que tenía colgando del cuello, para luego ver la posición del sol, otra de las habilidades que Sabo-nii le había dejado. No era muy buena en ello pero Sabo le había dado las habilidades necesarias para guiarse de isla en isla.

-Medio días mas.

Ace asintió pensando en cómo serían las cosas de ahora en adelante, protegería aún más a Luffy.

-Lu, otra vez como se llama la is…?–Luffy vio caer dormido al pecoso antes ponerle en una posición cómoda, la narcolepsia de Ace era impredecible e incurable, en más de una ocasión lo intento y no hubo resultado.

-Shells Town aquí vamos.


Ya habían pasado dos días desde que llegaron a Shells Town, para su mala o buena suerte se habían metido a la pequeña selva confundiendo las flechas de direcciones, vaya suerte se cargaban.

La orientación de ambos hermanos apestaba.

Ace aburrido y hambriento pateo un árbol de frutas cuando ante los ojos de ambos adolecente cayo una Akuma no Mi redonda y de gran tamaño, con pequeñas bolas con forma de llamas terminadas en dos puntas, apiladas entre sí con el tallo en forma de T, con una punta terminada en espiral y la otra punta terminada en una llama. El pecoso la cogió de lo más sorprendido, era raro encontrar Akuma no Mi en cualquiera de los Blues en especial en el East Blue, y a él literalmente le cayó una de un árbol.

Luffy miraba la fruta sorprendida, no había visto una Akuma no mi desde que comió la suya y de eso ya eran varios años atrás.

-¿Ace-nii, que planeas hacer con eso?

Luffy observaba a su hermano con curiosidad en la mirada, Ace parecía algo aturdido pero feliz al sostener la Akuma no Mi.

-Venderla, tal vez.

La pelinegra noto la nota dudosa en la voz del pecoso, Ace desde hace un par de años llevaba interesado en las Akuma no Mis aunque este lo negase rotundamente, por esta vez lo dejaría pasar, total Ace siempre seguía lo que creía mejor.

-Creo que la he visto en el libro de las Akuma no mi que le sacamos a Jiji-chan.

En realidad solo se lo habían cogido del barco de la marina en la que Jiji-chan una vez trato de meterlos a ambos.

-Búscalo a ver que dice.

Luffy se descolgó la mochila que cargaba sin percatarse de Ace cayendo dormido, otra vez, con la boca abierta sobre la Akuma no Mi. Ace inconscientemente al sentir algo en su boca se lo trago despertándose en el acto por el horrible sabor.

-Ace ya la.. oh idiota.–Luffy solo atino a ver como Ace hacia cara de asco.

-Esta tontería sabe a mierda… arg- Ace trato de escupir los restos de la futa que le fue imposible- ni Dadan cocina tan horrible.

Luffy solo observo como su hermano escupía y trataba de quitarse el sabor de la fruta lo cual era de lo más entendible ya que la había probado una vez y hasta ahora no olvidaba el repugnante sabor. Saco de su mochila una botella de agua pasándosela al pobre azabache que la bebió como si su vida dependiera de ello. Ace se sorprendió al percatarse que la botella se empezó a derretir en su mano, la cual tenía fuego.

FUEGO.

Ace tenía el puño en llamas, pero no quemaba, recordó la Akuma no Mi queriéndose golpear la cabeza con una palmera o algo pero al final solo miro a Luffy quien sostenía un pequeño libro abierto en sus manos, quien al percatarse de la mirada de Ace y en la situación en la que estaba los ojos de la chica se agrandaron.

-Eow Ace eres fuego. –El mencionado dio una mirada de ¨No-me-digas¨ a su hermana solo para que esta le viese aún más emocionada.–No, Ace. Literalmente eres fuego, la Akuma no Mi que comiste era la Mera Mera no Mi ¡Una Akuma no Mi de tipo logia!.–Ace aun con la mano encendida no pudo evitar sonreír ante su pequeña hermana que lo miraba con los ojos enormes llenos de admiración, le gustaba verla así.–¿Y que sientes?

Ace se concentró en lo que sentía.

-Calor

Estaba caliente y mucho, el fuego de su puño empezó a expandirse por su brazo mientras que el otro puño se prendía en fuego y al igual que el otro este se expandía por su brazo, cerro los ojos concentrándose, no quería dañar a Luffy con el calor por lo que pensó en como apagarlo lentamente sintió como el fuego cedía a su voluntad, obedecía, se dejaba dominar por él, le pertenecía y se volvía parte de si mismo. Ace abrió los ojos y miro a Luffy quien le miraba con sus enormes ojos sorprendidos y llenos de admiración, no pudo evitarlo, pero su ego creció unas cuantas pulgadas. El pecoso sonrió presumidamente.

-¿Sorprendida?

La adolecente solo agito su cabeza en afirmación antes de taclearlo enterrando su cara en su pecho desnudo mientras reía.

-Ace-nii eso fue increíble

Ace sonrió antes de que Luffy se levantara y le mirara con una expresión seria.

-Tienes que dominar tu Akuma no Mi.

No podía estar más desacuerdo, aunque incendiara toda la isla lo haría.

-Como el infierno que lo hare.


No garantizo publicar con regularidad lol

Gracias por leer!

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