Disclaimmer: Ningún personaje de Harry Potter me pertenece, son exclusivamente de J.K.R. Que si por mi fuera, no ocultaría que entre Draco y Harry hay una tensión sexual mas que evidente.

Summary: Draco Malfoy sentía algo por Harry Potter o eso es lo que Pansy pensaba, y saben que cuando algo se le mete a la cabeza a un Slytherin no hay nada que pueda hacerlo cambiar de opinión. Y mucho menos si cierta leona decide ayudarla con su maquiavélico plan.


La verdad es que después de jugar el último episodio de CDM me he inspirado. Que por cierto, soy team Castiel.

¿Ustedes lo juegan? Si es así, ¿Qué team son?


¿No habrás comido mariposas? Draco.

.

Draco se encontraba saliendo de su última clase del día casi agotado, ¿Quién diría que los ÉXTASIS fueran tan agotadores? Al menos esta vez estaba seguro de que la Sangre Sucia no podría superar sus notas y su cara de envidia cuando se enterara hacía que valiera la pena toda la semana de estudio y los trabajos que había hecho para obtener créditos extra.

Se permitió regodearse un poco, disfrutando de lo que sería su futuro éxito mientras caminaba a su sala común, definitivamente dormiría todo ese fin de semana. Se lo tenía bien merecido. Siguió recorriendo los largos pasillos con una extraña alegría en él, ni siquiera la comadreja podría ponerlo de mal humor.

O eso pensaba Draco.

Grande fue su sorpresa cuando vio nada más y nada menos que a Potter de lo mas acaramelado abrazando a la menor de las comadrejas como si su vida dependiera de ello. Simplemente genial, de todos los alumnos que habitaban en Hogwarts tenía que encontrarse a la mejor pareja del año-notase el sarcasmo-.

Una pequeña molestia se acrecentó en su estomago, como últimamente le pasaba cuando Potter estaba presente, así es, aparentemente el niño que vivió le causaba indigestión, tampoco le extrañaría que pudiera ser asco.

Aún así siguió su camino, decidido a ignorar a los leones en celo a mitad del pasillo y a su propio malestar. Aparentemente la feliz pareja escuchó que alguien se acercaba ya que voltearon a verlo como si temieran que fuera a escuchar algo de su aburrida conversación. ¿No podían ser mas obvios?

Tampoco le extrañó recibir una gélida mirada por parte de la comadreja cuando por fin pasó a su lado, después de todo era bien sabido que los Weasleys no eran conocidos por sus refinados modales. Lo que no esperó es que Potter lo mirara con intensidad, tuve que hacer uso de todo su autocontrol para ignorarlo y seguir de largo.

No dejaría que ni siquiera Potter arruinara su buen humor. Claro que ahora también tenia que tratar con su malestar estomacal.

Sin darse cuenta llegó a las mazmorras, donde se encontraba oculta la entrada de la sala común de Slytherin. Era algo lúgubre y fría pero extrañamente le resultaba bastante acogedora. Draco dijo la contraseña, sin poder evitar que una sonrisa torcida escapara de sus labios, que casualidad que fuera "muerte a las comadrejas". Como le gustaría ver la cara de Potter si se enterara de tan… peculiar contraseña. Y como si fuera algún tipo de reprimenda su estomago dio otro tirón, haciendo que el rubio se llevara ambas manos a los costados de forma casi inmediata, como si temiera que fuera a explotar, definitivamente necesitaba una poción para eso.

Estaba bastante seguro de que Crabbe* y Goyle eran los únicos alumnos que tendrían reserva suficiente en pociones para la indigestión. Nunca pensó que llegaría el día en que dependería de ellos, de solo pensarlo un pequeño escalofrío recorrió su espina dorsal.

Tampoco es que fuera malo, después de todo, aun siendo bastante atolondrados eran muy leales, siempre lo seguían a todos lados y cumplían sus ordenes sin rechistar como buenos secuaces; como pago Draco les compartía de los exquisitos chocolates que su madre le mandaba ocasionalmente. Se podría decir que era un trato bastante justo, y aunque nunca lo dijera, también los consideraba sus amigos.

Quitándose ese pensamiento de la cabeza caminó con pasos lentos a su dormitorio, como si temiera que cualquier traqueteo de más lo haría devolver su estomago ahí mismo. Por desgracia no logró su cometido, ya que ni bien comenzó a subir las escaleras, Pansy le cerró el paso.

–¿Por qué caminas así? ¿Acaso volviste a comer algo que te ofreciera Goyle?– Aún cuando Pansy sonreía de forma divertida, se podía notar a lenguas que estaba preocupada por él.

–Nunca volverá a ocurrir, créeme.–Draco hizo una mueca al recordarlo, en comparación a esa vez, este malestar estomacal eran simples cosquillas. –Sólo vi a Potter con la comadreja y empezó a dolerme el estomago.–Dijo e inconscientemente se frotó el estomago.

Draco estaba tan concentrado en ello como para notar el destello malévolo que se posó en los ojos de la Slytherin.

–¿No habrás comido mariposas? Draco.–Preguntó Pansy ahora sin pizca de preocupación, después de todo, conocía el malestar del chico.

–¿Por qué haría tal cosa?–Con una mueca de asco rodeó a la chica, quien sólo soltó una carcajada, mas no hizo nada por seguirlo.

Después de todo, Pansy tenia cosas mucho mas interesantes que hacer, con una maquiavélica sonrisa plasmada en sus delgados labios desapareció de la vista del rubio antes de que este se percatara de que planeaba algo. Draco se encogió de hombros con desinterés de saber que se le había metido en la cabeza ahora a su amiga.

Claro, lo que Draco no sabia es que ahora Pansy iba en dirección a la Torre de Gryffindor con un retorcido plan en mente.

.

Dos horas después, una rápida siesta y una poción para la indigestión; Draco ya se sentía mucho mejor, sumándole también que ya no tenia que preocuparse por tener que estudiar arduamente por horas, a diferencia de muchos de sus compañeros.

Con calma se encaminó al gran comedor. Ahora que su estomago no le dolía, el hambre se había hecho presente.

Todos los pasillos estaban extrañamente vacíos, claro que eso era algo normal en época de exámenes. En ocasiones hasta lo prefería así, era cansado tener que estar alerta todo el tiempo, listo para lanzar un insulto cada vez que Potter se avergonzaba a si mismo frente a él, lo cual últimamente ocurría bastante seguido.

Le fue imposible a Draco reprimir una sonrisa burlona tan solo de acordarse de lo patético que podía llegar a ser Potter a veces. ¿Y se supone que él seria quien salvaría a todo el mundo mágico? Si, claro. Tendría suerte si lograba salir vivo. Otra vez el molesto malestar estomacal se hizo presente, pero ahora se centraba en la boca del estómago. Definitivamente era un castigo divino por desearle el mal a San Potter; Draco se mordió la lengua, concentrado en lo romper la mascara de frialdad que siempre portaba en los pasillos, tampoco era como si quisiera que Potter muriera.

Claro que era un patético Gryffindor, con una nula conciencia del peligro y demasiada suerte para su gusto. Pero, definitivamente prefería que Potter saliera victorioso sobre Voldemort, al menos Potter no era un mestizo hipócrita.

Y tenía nariz, un tanto pequeña pero era mejor que nada, definitivamente.

Abrió los ojos con sorpresa, ¿Desde cuando pensaba de esa manera? Bueno, no era ningún secreto -al menos no para sus amigos más cercanos- que no compartía la afición de sus padres por Voldemort, pero era la primera vez que aceptaba que prefería que Potter lo derrotara. Aunque probablemente era bastante obvio, después de todo tampoco era como si lo odiara, al menos ya no, en algún momento entre cuarto y quinto año había aceptado que su rivalidad con el niño-que-vivió era solo eso, una rivalidad infantil por haber preferido como amigo a una sucia comadreja antes que a él.

Estúpido Potter.

Cualquier pensamiento que Draco hubiera tenido quedó en el olvido cuando al doblar a otro pasillo vio a lo lejos a Pansy, abrió la boca dispuesto a llamarla cuando se percató de que la Slytherin no estaba sola, la Sangre Sucia estaba parada frente a ella mientras mantenían lo que parecía ser una platica de lo más entretenido. ¿Pero qué rayos estaban haciendo esas dos juntas?

Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, ya que aparentemente Granger no tardó en darse cuenta de su presencia y tras un rápido balbuceo se alejó en sentido contrario al de Draco como si nada.

Claro que Pansy no podría huir tan fácilmente. Con pasos largos Draco se aproximó hasta la Slytherin que aun permanecía imperturbable. Se situó frente a ella, donde momentos antes había estado la Gryffindor.

–¿Se puede saber que hacías?

–¿Hacer de qué?– Preguntó Pansy fingiendo no entender de lo que Draco hablaba.

–Sabes perfectamente de que hablo.–Dijo Draco conteniendo las ganas de rechinar los dientes.–¿De qué tanto hablaban tu y la Sangre Sucia?

–¿Te refieres a Granger?

–¿Ahora es Granger?–Escupió el rubio receloso.

–Ese es su nombre después de todo.

–Ya lo se.

–Últimamente es muy aburrido eso de las disputas entre las casas, ¿No lo crees? Draqui.–Habló Pansy, acentuando el apodo con tono meloso.

–No me llames así–Gruñó Draco. No es que le molestara la disputa que tenían, aunque si, últimamente era algo aburrido, claro que definitivamente no lo admitiría, tenia una reputación que proteger, después de todo.–¿Qué tienes en mente ahora? Pansy.

–Ya lo verás, Draqui… Ya lo veras.

Pansy soltó una risilla aguda, y antes de que Draco pudiera decir cualquier otra cosa, giró sobre sus talones, alejándose de él.

¿Slytherin's y Gryffindor's conviviendo juntos? Eso no traería nada bueno. ¿O si?

.

No pasó ni una semana cuando una sonriente Pansy abordó a Draco muy temprano en la sala común, ignorando las malas miradas que el príncipe de Slytherin le lanzaba. Ni siquiera había desayunado y ya lo estaba acosando con una de sus locas ideas.

–No.

–¡Pero si aún no he dicho nada!

–Aún así la respuesta seguirá siendo no.

Luego de una pataleta por parte de la castaña y un bufido aburrido del rubio, se dio por vencida, al menos por ahora.

.

Ese mismo día en la biblioteca Draco se hallaba leyendo -muy indignamente a su parecer- en el suelo de uno de los pasillos mas alejados de la sección menos frecuentada por todos los alumnos, en un intento de quitarse a Pansy de encima y poder estar un rato en paz.

Después de su emboscada en la mañana no había dejado de acosarlo, en un intento de que participara en una noseque de nosedonde. Y como no tenia interés alguno en lo que sea que fuera, la mejor opción era ocultarse inteligentemente hasta que Pansy entendiera que no estaba interesado, claro que esto podría tomar algo de tiempo.

Conociéndola, no sería nada bueno.

Una risita interrumpió su lectura. ¿Acaso alguien había osado burlarse de él?

Con el ceño fruncido despegó los ojos del libro, para encarar a quien fuera que se hubiese reído de él. Lo que nunca esperó fue que frente a él se encontrara a Potter parado observándolo con diversión desde lo alto.

Seguramente era una imagen patética la que daba ahí sentado.

–¿Se te perdió algo?

–¿Qu-é? Yo solo estaba…–Balbuceó Potter aparentemente nervioso, intentando buscar una excusa decente con rapidez.

–Cuanta elocuencia.–Interrumpió Draco, logrando que Potter enrojeciera casi tanto como su bufanda del uniforme.–Seguro que la comadreja menor disfruta mucho de sus charlas.–Escupió el rubio con más acides de la que pretendía.

Para sorpresa suya, sus palabras no hicieron el efecto esperado. Potter lo miró sin entender por unos cuantos segundos en silencio, antes de regalarle una diminuta sonrisa. Draco se removió incomodo casi imperceptiblemente bajo su mirada verdosa, era la primera vez que se miraban durante tanto tiempo sin hechizarse el uno al otro.

–Ginny y yo hemos terminado.

Draco parpadeó confundido sin comprender muy bien sus palabras, pero se repuso rápidamente, volviendo a su actitud arrogante.

– ¿Te ha dejado? Apuesto a que se ha aburrido de ti.– Soltó Draco, sonriendo con altivez, muy orgulloso de su comentario.

Esta vez el comentario si logró el efecto esperado, cuando Potter cambió su mirada tranquila por una bañada en rencor, que era ya bastante familiar para el rubio.

–Piérdete Malfoy.

Y otra vez ese malestar en el estomago que siempre se hacia presente cuando lograba hacer rabiar a San Potter.

–Como sea.–Balbuceó decidido a ignorar al pelinegro y regresar su vista al libro que ahora se encontraba olvidado entre sus manos.

No le sorprendió que al alzar la mirada un rato después estuviera otra vez solo, ni que a los pocos segundos Pansy lo encontrara con una sospechosa sonrisa de oreja a oreja. Draco suspiró con resignación.

–Bien, escucharé lo que sea que quieras decirme, pero la respuesta sigue siendo no.


Notas de autora: *: Si, se que para el séptimo año Crabbe debería estar muerto, pero no voy a respetar algunas muertes del libro, es más, prácticamente he ignorado toda la guerra mágica, es como si aún no hubiera pasado y siguieran con su último año sin problemas.