Dragon ball y sus personajes no me pertenecen


¡Cambio!


Capitulo 1


Más de un año viviendo en la tierra convertido en sapo. Estaba fastidiado de tener que vivir en un estanque rodeado de estúpidos anfibios, alimentándose de insectos. Durante ese tiempo había observado cada uno de los pasos de Vegeta.

El sayajin había desarrollado una extraña fijación por discutir con esa terrícola de cabello azul con la que había cambiado de cuerpo en Namekusei. Había trazado su plan durante meses, perfeccionando su técnica de cambio de cuerpo. Si bien tenía como limitante el no poder comunicarse, creía haber encontrado la manera de cambiar de cuerpo con el hecho de que el otro individuo dijera la palabra mientras el preparaba la técnica.

Una lastima, hasta el momento no había encontrado la oportunidad ni la forma de lograrlo, tal vez hasta ahora.

Observó oculto entre unas ramas en el patio en el que se encontraba la nave en la que Vegeta se la pasaba entrenando. Lo vio salir a paso rápido siguiendo a la terrícola. Una mas de sus discusiones.

— ¡Te estuve esperando por horas! ¿Dónde demonios estabas perdiendo el tiempo? ¡La maldita maquina dejo de funcionar nuevamente!

— ¡Ya te lo dije! ¡Te estas extralimitando en esa máquina! Quizás tu no necesites descansar, pero la cámara de gravedad sí. ¡La estas sobrecalentando!

— ¡En ese caso ponle mas potencia! ¡Ayer paso lo mismo, maldita sea! ¡Debiste haberlo arreglado hoy como te lo indique!

— ¡Escúchame bien, Vegeta!— Se colocó las manos en jarra y encaró al saiyajin.— ¡Tu no me das órdenes a mí! ¡¿Entendiste?!— Se giró dándole la espalda y se cruzó los brazos. — Además, estuve toda la mañana en el salón de Belleza, ¿Acaso no notas lo genial que luce mi cabello hoy?

— ¡A mi no me importa si quieres poner un nido de pájaro en vez de cabello! ¡Tú deber es tener esa maquina en optimas condiciones! — Le gritó el saiyajin

Bulma se giró hacia el con una vena palpitante en la frente y la cara roja de ira.

— ¡¿Cómo te atreves a criticar mi cambio de look?!— Le gritó en la cara—. ¡Pero claro! ¿Qué podría saber un bruto como tu sobre la moda? — Se cruzó de brazos y miro al cielo aireada.

Los ojos del sapo se abrieron al captar la palabra "Cambio" Se maldijo internamente por no haber estado preparado. Una lagrima de emoción corrió por su enorme ojo al pensar que si la discusión continuaba con ese tema por fin podría obtener un mejor cuerpo.

Sin pensarlo más se puso en posición y empezó a prepararse para utilizar su técnica apenas se mencionará nuevamente esa palabra.

— ¡Déjate de estupideces y de hacerme perder más tiempo! ¡Ahora ve ahí dentro y arregla esa maldita maquina!— Le refutó molesto.

— ¡¿Y si no quiero hacerlo?! — Le frunció el ceño retándolo.

— ¡No me retes, Bulma! ¡No estoy para jueguitos bobos! — Dio un paso hacia ella tratando de intimidarla.

Bulma dio un paso atrás quedando pegada a la cámara de gravedad, con el cuerpo de Vegeta a unos centímetros del suyo, incluso podía sentir su respiración, pero aun así no demostró tener miedo al saiyajin.

— Yo tampoco estoy jugando, Vegeta. —Le habló esta vez con coquetería—. Si no lo hago ¿Qué me harás? — Le deslizó el dedo por la majilla hasta la barbilla sin dejar de verle los labios.

Vegeta se sonrojo por completo y dio unos pasos tomando distancia.

— Si sabes lo que te conviene iras ahora mismo a arreglarla. — Sentenció el saiyajin.

Estaba incomodo, y Bulma bien lo sabía. Desde hacía algún tiempo se había dado cuenta que ponerlo nervioso era la mejor manera de ganarle una discusión a Vegeta.

Dio unos pasos tras él, sin que este notara la sonrisa en sus labios. Estaba empezando a divertirse a su costa. Y se vengaría de el por el comentario que hizo sobre su cabello. Lo pondría tan nervioso e incómodo que quedaría como un tomate. Iba a darle un beso tan ardiente que necesitaría ducharse con agua muy fría.

— Claro, Vegeta. Lo que tú digas.— Respondió sumisa, guiñándole un ojo.

Vegeta frunció más el ceño. En el tiempo que llevaba viviendo en la tierra había aprendido a conocer a esa insufrible terrícola. Estaba seguro que estaba planeando algo.

— ¿Qué es lo que pretendes? — Preguntó molesto.

— ¿A que te refieres, Vegeta?.— Caminó lentamente hacia él, como si de un depredador se tratara. — Haré lo que me pediste.

Vegeta dio un paso más atrás.

— Hablo de este cambio de actitud. — Dijo con el ceño fruncido.

Después de eso las cosas pasaron muy rápido. En ese momento la Rana Ginyu direccionó su ataque hacia Vegeta al tiempo que Bulma corría y le plantaba un beso en los labios a Vegeta.

Una luz se dirigió directo a donde se encontraban ambos cuerpos dando de lleno, pero fue detenida cuando la señora Brief quien llevaba pastelillos a Vegeta pisó por accidente a la rana y la aplastó contra el césped.

— ¡Oh! ¡Pero que par de pillos! — sonrió animada—. Ustedes continúen, solo venía a traerles pastelillos pero al parecer ya tienen suficiente azúcar.— Se cubrió la boca y rio discretamente. Se dio la vuelta y se retiró del lugar.

Al separar los labios, tanto Bulma y Vegeta se quedaron parados con los ojos como plato.

Fue Vegeta el primero en reaccionar dando un grito tan agudo, que haría competencia con cualquier mujer histérica. Bulma solo se quedó ahí paralizada observando sus manos como si las viera por primera vez en la vida.


Continuara.


Espero les guste ñ_ñ