ESTE ES UN RELATO DE FICCIÓN; LOS PERSONAJES Y NOMBRES PERTENECEN A SU RESPECTIVO AUTOR. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.


Capítulo 1:

Sonata Nº1

Una suave melodía llenaba todo el ostentoso salón, pero esta apenas era perceptible para un joven de rubios cabellos, este aburrido observo a las personas con quienes compartía la mesa, todos miraban hacia un punto que le resultaba ajeno, sus miradas reflejaban un brillo especial, todos lucían maravillados, incluso su mejor amigo, quien tenía una enorme sonrisa dibujada en el rostro. La música seguía sonando, aunque para su gusto, aquello le parecía solo un leve murmullo, una leve molestia, como cuando un mosquito vuela cerca del oído. "Irritante" pensó.

Ciertamente se sentía abatido, derrotado, sin ganas de estar ni ser, solo quería dejarse llevar como una hoja que el viento arrebata de la rama, solo caer y flotar. Que hacia allí, quien sabe, realmente no era un lugar donde quisiera estar, y no era ese lugar en especial simplemente no quería estar en ningún lugar. Solo quería estar en su propio mundo, y encerrarse en su locura. Todo le parecía banal y superfluo. No le importaba nada.

La música se detuvo y todos se pusieron en pie y comenzaron a aplaudir, para él, todo esto le parecía irreal, como una visión de un mundo donde aún no encajaba, por más que se esforzara, no encajaba, observo a todos a su alrededor, vestidos en elegantes trajes los señores, y con despampanantes vestidos las mujeres, lucían como una pintura clasicista, con un enorme salón de paredes blancas de fondo, en donde el oro y los diamantes eran meras decoraciones sobre el fino lienzo. En silencio, les vio, todos seguían aplaudiendo, mientras el solo bajaba la mirada. "¿Qué hago aquí?" se preguntó en secreto, ese no era su lugar. Después de todo, por más que lo quisiera, la realidad siempre le golpeaba.

- Haruka- escucho su nombre - Haruka- ahí estaba de nuevo. Se volvió hacia donde le llamaban y vio a su mejor amigo, Takano Azui, era el mejor piloto de carreras a campo traviesa que conocía además de ser el heredero de una importante fortuna, toda su familia se había dedicado a la industria automotriz y las carreras, ahora él era el dueño de automotriz Azui una importante compañía que diseñaba los mejores autos de competencia en todo Japón. Era un joven alto y delgado, de tez blanca, su cabello rojizo estaba cepillado hacia atrás dándole un tono de elegancia a sus fuertes facciones, le vio a los ojos, unos ojos color castaño que eran tan expresivos como toda una sinfonía. Haruka sonrió un poco al recordar cómo se habían conocido, había pasado tanto tiempo ya de eso, su pasión por los autos y la velocidad los unió, él era su mejor amigo, su compañero, su hermano.

- Haruka! - su elevado tono de voz la sacó de sus pensamientos.

-¿Que sucede? - pregunto poniéndose en pie y caminando unos pasos hacia en donde se encontraba su amigo.

- Te quiero presentar a Michiru Kaioh- dijo su amigo, una chica dio un paso hacia delante, Haruka apenas detuvo su verde mirada sobre ella, vio una hermosa joven de tez pálida envuelta en un vestido color blanco de cuello alto y manga corta, su cabello color verde azulado le llamo mucho la atención siendo un rasgo que nunca había visto, pero fueron sus ojos azules el detalle más memorable que adornaba el sutil rostro de la señorita, eran como el mar y Haruka adoraba el mar. Haruka aparto un poco la mirada y volvió a ver a los ojos a su amigo, quien prosiguió. - Ella es una importante artista, una de las mejores pintoras y como ya lo demostró la mejor violinista de todo Japón. -

- Un gusto- contestó Haruka casi por mecánica.

- Él es Haruka Tenoh- intercedió Takano - es un gran piloto de fórmula 1, sino que el mejor.-

- Es un placer conocerlo- sonrió Michiru extendiendo su mano para saludarle. Gesto que fue correspondido levemente. -Espero que la pieza recién interpretada haya sido de su agrado, tengo entendido que Bach es uno de sus compositores predilectos.

-Realmente no preste mucha atención a la pieza- Haruka soltó sin pensarlo, a la vez que volteaba a ver hacia otro lugar.

-Siento escuchar eso- contestó Michiru un poco mosqueada por el comportamiento de aquel joven.

-No lo sientas, no importa- término de decir Haruka, dándose la vuelta y retirándose.

-De verdad lo siento mucho- dijo muy apenado el pelirrojo - el no suele ser asi-.

-¿No suele ser cómo? ¿Un idiota? - inquirió la violinista.

-No, él siempre ha sido un idiota, solo que con las chicas hermosas suele ser, bueno, más agradable- contestó algo apenado - discúlpame un momento - le dijo a la vez que se retiraba hacia el mismo lugar donde se había ido su amigo.

Haruka se encontraba en un salón continuo a donde se daba la cena, las paredes blancas estaban repletas de cuadros, uno de los cuales llamaba su atención. Era una pintura en tonos azul, verde y dorado, un paisaje en donde se veía el mar siendo arrastrado por ráfagas de viento, mientras el ocaso se cernía en el fondo. Era simple y hermoso, una verdadera obra maestra, Haruka levanto la mano y la acerco hasta que sus dedos quedaron a pocos centímetros del lienzo, movió la punta de sus dedos simulando seguir el viento dorado que empujaba con fuerza las olas.

-Es hermoso- dijo el pelirrojo, sacándole de sus pensamientos.

-Sí, es precioso- contestó el piloto sin apartar la mirada del cuadro.

-Michiru lo pinto -

-Tiene talento- dijo volviendo la mirada hacia su amigo.

-Si lo tiene… ¿por qué fuiste tan grosero con ella?- inquirió

-simple, no me interesa - contestó sin más.

-Ella es una agradable persona y una buena amiga. - le dijo, tomándole el brazo - Deberías disculparte con ella, aparte es la mejor amiga de Serena, así que igual te volverás a topar con ella.- sentencio el pelirrojo con seriedad antes de retirarse.

Haruka maldijo por lo bajo, si tendría que disculparse. Volvió a ver el cuadro, "realmente hermoso" pensó antes de marcharse también.

La fiesta transcurría con tranquilidad en el salón. Haruka intentó localizar a la peliverde, le vio saliendo por un gran arco de cristal, asi que se dispuso a seguirla. Cuando pudo atravesar el arco, se encontró con un amplio balcón que daba una vista hermosa hacia la ciudad.

Pasó la mirada por todo el lugar y encontró a la hermosa artista apoyada sobre el barandal, viendo el panorama. Haruka dudo un momento viendo la atractiva figura de la violinista, resultaba que aquel vestido blanco que antes juzgo como aburrido, tenía un gran escote que caía hasta la espalda baja de la esbelta joven. Haruka trago un poco de saliva con nerviosismo, observando la nívea piel de la peliverde, se preguntaba que era más hermoso, si el cuadro que recién observo, si la majestuosa vista panorámica de la ciudad de Tokio o aquella hermosa joven de cabellos verdes. Y aunque su juicio intentaba frenar sus impulsos de Casanova, su cuerpo comenzaba a hervir. Asi que tomo un poco de aire y mientras con su mano derecha revolvía su cabello, camino hacia la joven.

-Hola- dijo Haruka con un tono grave y sensual en su voz, la joven violinista se volvió y le observo de pies a cabeza en silencio, tal y como lo hacen los amos del mundo, con un tono despectivo en la mirada. Haruka sonrió con amargura, solo esa mirada de la violinista le cayó como balde de agua fría, aun asi siguió -quería pedirte disculpas, mi comportamiento no fue el más apropiado -.

-No te disculpes, no importa - contestó Michiru, dirigiendo la mirada hacia la ciudad.

Haruka solo bufo por lo bajo, pasando de nuevo su mano por sus rubios cabellos.

-Mira vengo a disculparme y tú me recibes asi- resoplo el piloto, bajando su mano por detrás de su cuello. "¿Qué demonios te pasa?" se preguntó en sus adentros, que había sido ese arranque.

-Solo utilice las mismas palabras que tú usaste, sin mencionar que quien comenzó siendo un idiota fuiste tú. - respondió la peliverde.

-Está bien, lo siento, sé que mi comportamiento no fue el mejor, siendo francos ni siquiera quería venir en primer lugar, solo lo hice porque Takano me lo pidió, no suelo ser tan idiota, solo que- hizo una pequeña pausa - no ha sido mi mejor año. - dijo apoyándose de espaldas en el barandal.

Michiru le quedó viendo un momento, él tenía la mirada clavada en el suelo, sus cabellos le cubrían parte del rostro y su cuerpo estaba ligeramente encorvado. Por un momento sintió un poco de lástima por él, se veía derrotado, muy mal, como si le faltase algo muy importante, como si acabara de perderlo todo. La violinista le observo, él era alto y delgado, su figura calzaba a la perfección en el smoking negro que llevaba puesto, su cabello rubio lucia desaliñado dándole un toque de rebeldía, sus ojos eran de un tono verde que ella solo había visto en pinturas pero que combinaban a la perfección con el blanco de su piel, sus facciones estaban perfectamente esculpidas, como si los mismos dioses hubieran diseñado aquel rostro con tal exactitud que pensar en cualquier otra cosa que no fuese perfección resultaría casi blasfemia. Michiru bajo un poco la mirada posándose en el torso del rubio, ella sintió una molestia, algo no encajaba bien, y no era que aquel traje le luciera mal al rubio, sino que algo no encajaba en ese pensamiento, la peliverde se paralizo unos segundos y parpadeo incrédula, ese cuerpo definitivamente no era el de un hombre, Haruka Tenoh era con seguridad una mujer. La violinista sonrió un poco pensando en su amiga Serena, "El príncipe, parece que resulto ser princesa después de todo" pensó la joven peliverde.

-Bueno- dijo Haruka sacándole de sus pensamientos. - yo solo quería disculparme, mejor me retiro-.

-Hola Tenoh- dijo un joven alto, delgado y de cabello negro, su nombre era Seiya Kou, cantante y actor reconocido. - no te vayas, aun la noche es joven y... -

-No te preocupes - interrumpió el joven piloto, - yo ya me retiraba de igual manera- dijo bruscamente - solo quería disculparme y ya lo hice- le dijo a la peliverde a secas, sin siquiera darle tiempo de contestar y yéndose del lugar.

-Es un idiota- murmuro Michiru

-¿Disculpa? - pregunto el pelinegro.

-Nada, ¿le conoces? –

- Desgraciadamente, es un "piloto" muy reconocido, pero tiene 2 grandes problemas. – Le dijo el pelinegro - el primero es un idiota, y el segundo de "el" no tiene nada -

-No entiendo-

-Es mujer- le dijo casi en un susurro.

-¿Por qué lo dices?-

-Bueno digamos que su exnovia no era la más fiel, ni la más discreta, sabes a lo que me refiero- le guiño un ojo -ella me lo contó todo, y poco después su secretito explotó y bueno aunque pago una fortuna para evitar el escándalo, aunque eso no fue suficiente para evitar que su equipo se diera cuenta y la echaran a patadas, eso hace un mes. Sin mencionar que su novia la dejó por otro-

-¿Cómo sabes todo eso?- inquirió Michiru

-Soy ese otro, o bueno lo era, solo me divertía al igual que ella.- contesto el pelinegro mientras se encogía de hombros.

-Me disculpas un momento.-

Michiru se retiró antes que el pelinegro pudiera decir algo, a veces su amigo le resultaba bastante molesto. Ella ingreso al salón y trato de localizar a la rubia, sin tener mucho éxito. ¿Por qué la buscaba? No lo sabía, solo estaba consiente que necesitaba verla, solo un segundo más. Paso en medio de la gente, caminando hacia el elevador, este estaba abierto, acelero un poco su caminar, algo le decía que Haruka se encontraría ahí dentro, cuando logro llegar, se detuvo de golpe, la rubia estaba dentro del elevador besándose apasionadamente con otra chica.

La ojiazul se paralizo, y no pudo reaccionar sino después que las puertas del elevador se cerraran, sentía que su sangre ardía, se sentía molesta y estúpida.

-Haruka Tenoh, eres una idiota- susurro antes de darse la vuelta y marcharse.

Continuara...


NA: Este es mi primer fic en mucho tiempo, y me alegra haber vuelto, sobretodo a este fandom, y a esta pareja que bueno, son tan perfectas. Esta es una historia que llevo mucho tiempo posponiendo, pero al fin me he decidido a escribirla. En ese aspecto, quiero agradecer a una persona muy especial, por impulsarme a escribir, mi ángel, gracias por todo hermosa, esta historia existe gracias a ti.

Sinceramente espero que disfruten la historia, tanto como yo lo he hecho al crearla.

Por cierto, el titulo corresponde a la Sonata para violin Nº1 de J.S Bach.