Disclaimer: H.P. le pertenece a J.K Rowling.

DE VEELAS Y POCIONES

CAPÍTULO 2

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Draco carcajeó divertido cuando Potter resbaló sobre el hielo y se desplazó al menos un metro lejos de él. La intención original de Draco era volver a su laboratorio y crear la poción de Potter pero éste solo paso 10 minutos y ya estaba completamente aburrido. Al principio había sido un poco desesperante tenerlo en todos lados porque Draco acostumbraba a trabajar solo y en silencio, pero con el paso de los días tener a Potter sentado ahí platicando de lo que fuera, para evitar precisamente el silencio, se había vuelto menos incómodo e incluso divertido.

Patinó hacia él y le ofreció la mano riendo divertido al ver la cara de dolor del moreno. Hacía dos semanas que sabía que era la pareja de Potter y aun así todo parecía normal entre ellos. Había uno que otro beso robado antes de dormir, para calmar las ansias del veela, y algunos abrazos entre horas, pero fuera de ello, Potter se comportaba más como un compañero de departamento que como una pareja. En realidad, si no fuera por esos ligeros roces, Draco ni siquiera recordaría que el otro era una criatura mágica tan contradictoria. Había sus momentos, claro, como el hecho de que no podía salir al Callejón Diagon sin que Potter le gruñera a alguien por una de dos razones: a) Por verlo demasiado o b) por insultarlo. Era un poco molesto pero también era cálido. Hacía mucho tiempo que nadie cuidaba de él a parte de su madre y que quien lo hiciera fuera Potter, le parecía entre divertido e increíble. Sonrió al recordar la cara de Weasley cuando Potter anunció que aparentemente él era su pareja y mientras tanto estaría en su casa, pero así como sonrió, su sonrisa se esfumó al recordar la promesa de que era solo un contratiempo y pronto podría volver a ser humano.

Bufó.

La rutina era simple, como Harry no podía estar lejos de él, Draco le había permitido mudarse a Malfoy Manor. Desayunaban juntos, comían juntos y cenaban juntos. A veces Harry trabajaba en las empresas, donde había invertido, desde casa y Draco arreglaba asuntos relacionados a su país y luego volvían a la supuesta poción. Hoy era un día diferente a otros y ambos estaban en uno de los jardines patinando en uno de los lagos congelados por el rubio.

-¿Por qué no hacemos algo divertido?-Había propuesto Potter tras dos intentos fallidos de eliminar a su supuesta veela- Hemos intentado tanto que funcione que ya no sabes por donde continuar. Además, me duele mi estómago después de lo último que me diste.

Draco resopló mientras seguía removiendo la poción.

-Nunca he fallado en construir pociones. Y si te duele la panza debe ser por todo el azúcar que le pusiste a tu café.

Harry se sonrojó al recordar las veinte cucharadas que le había puesto a su bebida esa mañana. Desde que había sido transformado, había algunas cosas a las que no podía resistirse. El azúcar, el aroma de Malfoy, el tacto y los besos a éste. Harry podía mantenerse tranquilo con el segundo, porque Malfoy había accedido a tenerle cerca, intentaba duramente contenerse del tercero, y trataba inútilmente de compensar el cuarto con el primero. Pero era completamente inútil y se sentía tan mal al final del día que no podía evitar acercarse silenciosamente y abrazarlo. Besarle en ocasiones. El rubio no decía no, pero tampoco parecía muy contento con ello, así que Harry trataba de limitarlo al necesario para no enloquecer. Excepto la vez que usó su allure y casi lo amarró a la cama. Al final, cuando su allure de pronto se detuvo, Draco se veía tan impactado que Harry tuvo que rogar para que no se enojara con él. Draco no había dicho nada, pero había eliminado los besos de sus rutinas, evadiendo cada avance del veela. Por supuesto, más tarde Harry descubrió, en un libro de la biblioteca Malfoy, que a menos que el rubio aceptara ser oficialmente su pareja, Harry no podía obligarlo a ceder a sus encantos y que Draco, efectivamente, podía prohibirle besarlo.

Y si el rubio había olvidado lo bien que se sintió, Harry no. Harry sentía derretirse en todo instante, en cualquier momento. Cuando sus ojos se cruzaban, cuando él decía su nombre. Con cada abrazo.

-Quizá-la voz de Draco lo distrajo de nuevo, estaba leyendo nuevamente sus notas-Quizá estoy olvidando algo.

Harry resopló.

-Estoy aburrido.

El slytherin alzó una ceja y sonrió de lado.

-Esto es divertido. Estoy usándote de conejillo de indias ¿Qué otro pocionista puede presumir de tener al Héroe del Mundo Mágico probando de primera mano sus pociones?

-Es divertido para ti-gruñó Harry un poco distraído porque desde que había besado al rubio solo podía pensar en ello- para mí no.-Completó

-¿Qué propones entonces?-preguntó el rubio acercándose a él y Harry se permitió aspirar su aroma y deleitarse de ella.

-No sé. Quiero hacer algo nuevo y ya que no te puedes separar de mí, ven conmigo.

-Ya que tú no te puedes separar de mí-corrigió.

-Volemos-insistió Harry.

La melodiosa risa lo envolvió.

-Ni hablar, tardé media hora escondiendo tus alas la última vez que se te ocurrió ir a volar. A solas-puntuó. –Tienes suerte que Malfoy Manor sea tan grande que nadie te haya podido ver.

-Puedes ocultarlas de nuevo.

-¿Estás consiente de que esto atrasará un día los avances? Potter, en serio, no puedo pasarme la vida cuidando tus alas.

-A ti te gusta acariciarlas.

Draco entrecerró los ojos, pero Harry sonrió levemente al notar que sus mejillas se habían vuelto ligeramente rosas.

-Además, ¿qué más da?-opinó. Qué más daba, no había nada que pudiera perder en atrasar el proceso un día y sin embargo tenía mucho que ganar. Sin poder evitarlo se paró frente a Draco y despejó de su cara el mechón de cabello que tapaba su ojo. Su corazón latió emocionado, especialmente porque el rubio no estaba haciendo intento alguno por separarse.- Ven conmigo...

La respiración de ambos se hacía cada vez más pesada y Harry solo podía pensar en posar sus labios sobre los otros así que, cuando iba a inclinarse sobre el slytherin, se sorprendió de las palabras del rubio.

-¿Sabes patinar?

Y aunque era un rechazo total al beso de Harry, éste sonrió porque las mejillas rubias estaban coloreadas y sus ojos veían, al igual que él hace segundos, los labios o contrarios.

-No ¿Vas a enseñarme?-preguntó roncamente ignorando la pequeña voz en su cabeza que le decía tomara al único Malfoy presente y lo arrastrara a cualquier habitación.

-Si-respondió el otro silenciosamente antes de tomar lo que ambos querían, consciente de que el allure estaba desactivado por completo.

Y ahí estaban. Aunque se estaba divirtiendo bastante estos últimos días, Draco debía admitir que algo iba mal. Era como si Potter estuviera evitando que Draco avanzara la poción y se concentrara únicamente en el mago, pero Draco sabía que era el veela dentro de Potter, tratando de convencer al moreno de que podía funcionar si realmente lo intentaban.

Para Harry era un suplicio.

Para Draco, tentador.

Lástima que Potter no pensara igual.

-Me duele el trasero-se quejó Harry- dije divertirme. No convertirme en una bola morada de golpes.

-Yo me estoy divirtiendo-admitió viéndolo pararse y observó que estaba cojeando ligeramente. Se mordió un labio mientras veía a otro caminar tratando de aguantar la risa que luchaba por salir y de pronto su mente le hizo darse cuenta que estaba viendo directo al trasero del auror. Se sonrojó-¿Qué quieres hacer?-preguntó- que no sea volar.

-Mmmm- con fastidio, Draco se dio cuenta que Harry le sonreía arrogantemente. Y entonces supo lo que pensaba, había visto ese rostro cientos de veces en el periódico. No que haya pedido números anteriores del Profeta para saber las aventuras del otro.

-Detente, Potter. No va a pasar.

-¿Así como no nos íbamos a besar hace horas?

Draco hizo una mueca.

-El día que suceda de nuevo es porque voy a detenerme de hacer la poción.

Y el rubio no cambiaría de opinión ni ahora ni nunca. Se cruzó de brazos y detuvo su andar, arqueando una ceja y tensando sus labios.

Harry titubeó. El rubio estaba cubierto por un gorro de lana, guantes gruesos y una bufanda plateada que hacía juego con sus ojos. Era hermoso, mucho, y su carácter le agradaba. No estaba interesado ni en su fama ni en su dinero, y a Harry no le importaba que no fuese un Héroe. Quería tener una familia, tal como Harry quiso hace mucho tiempo. Harry lo sabía porque habían hablado de las metas de Draco y después de muchos objetivos, había salido el tema. El heredero de la familia Malfoy, uno de sus deberes para con su sangre y el deseo del pocionista de no ser como su padre.

Harry sabía que Draco sería un gran padre; tenía ese temperamento tranquilo y relajado que difícilmente sacaba uno de sus casillas, pero siempre estaba la situación de que el auror no quería ser un veela. Si la poción funcionaba él volvería a su vida normal, esa vida donde estar con uno u otro daba igual. Tal vez, si seguía con esa obsesión, podría invitar a salir al rubio. Pero si no funcionaba, siempre se preguntaría su futuro si no hubiera sido un veela. Además, Malfoy no continuaría una relación que estaba destinada a esfumarse, lo sabía. Él era todo lo contrario a Harry, Draco daría lo que tenía en el proceso de amar si era necesario, si la otra persona hiciera lo mismo que él.

Y Harry no estaba seguro de poder hacerlo.

Mirándolo fijamente, el dueño de la Mansión suspiró decepcionado metiendo sus manos en sus bolsillos. Iba tan bien, era una completa lástima que se echara a perder por completo el día.

-Debería volver a mi laboratorio-le dijo pero su voz no sonaba acusadora ni molesta. Solo distraída. Eso le provocó un escalofrío-¿Por qué no visitas a alguno de tus amigos?

Sabiendo que era un cambio de tema y sintiéndose culpable, sobre todo su veela, Harry bajó la mirada.

-Lo siento, Draco. Yo…

-Malfoy-corrigió el otro y eso hizo sentir a Harry mucho peor, porque los únicos que llamaban por su nombre al rubio sin que éste los corrigiera eran sus amigos y eso ponía a Harry a un nivel inferior- Deberías apurarte, a Weasley y Granger les agradará verte.

Comprendiendo que había sido una forma cortés de correrlo de Malfoy Manor, asintió mientras lo veía alejarse y su veela se retorció dentro de él entre la culpa por decepcionar a su pareja y el dolor de negarse a sí mismo a ser feliz.

Mirando la espalda del rubio al alejarse, Harry obligó, dolorosamente, a su veela, a quedarse atrás.

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-Así que-comenzó Hermione-¿cómo van las cosas con Malfoy?

-Yo preguntaría mejor cómo va la poción de Malfoy-exclamó Ron, mordiendo un panecillo.

Hermione suspiró.

Harry lo miró con una mueca

-Va, tan sólo va. No tiene ni idea de cómo avanzar. Nada le ha funcionado. Él no lo dice, pero sabe que es mi culpa.

-¿Por qué?

-Bueno, no soy yo. Hay algo que el veela hace antes de que la poción sea tragada por completo. Es un ligero cosquilleo.

La gryffindor entrecerró los ojos.

-Creí que Malfoy mismo te había dicho que es imposible eliminar al veela cuando ha encontrado a su pareja-comentó y Harry de pronto miró al suelo.- Harry James Potter, ¿qué estás haciendo?

-Le pedí que continuara. Le insistí que continuara. –Corrigió- Él quería irse y mi veela no pudo soportarlo así que le recordé que mientras yo no aceptara a mi pareja cabía una pequeña y diminuta posibilidad de volver a ser humano.

Hermione hizo una mueca preocupada.

Ron rio.

-¿Tan difícil te es aceptar que Malfoy es tu compañero? Digo, sé que es un snob egocéntrico y …

El moreno lo miró fijamente y gruñó.

-Y mejor me callo.

-El problema no es Draco-exclamó-es que no quiero ser un veela.

-¿Es por tu trabajo? El Jefe de Aurores no puede prohibirte de pronto ser auror, te graduaste con honores.

- No es eso.

-¿Te dieron ya los resultados de la prueba de reasignación?

Harry se sonrojó. Ron tuvo piedad de él.

-No la hizo, Hermione.

-¿Cómo?

-Él no pudo alejarse de Malfoy. Ni siquiera entró al ambiente de pruebas. Se quedó ahí, parado. Viendo al Jefe de Aurores, pero sin seguirlo.

Ella comprendió.

-Oh. Oh-exclamó de nuevo.- ¿Y qué pasó?

-Malfoy le dijo que todo estaría bien y Harry empezó a caminar, pero entonces llegó Cormac e…

-Insultó a Draco- gruñó Harry. Draco, notó Hermione.

-Entonces Harry le partió la cara y el Jefe lo suspendió indefinitivamente hasta que controlara a su- su cara se volvió roja al repetir las palabras de su Jefe-bestia.

La cara de Hermione fue de indignación.

-Malfoy no dijo absolutamente nada- se alzó de hombros Ron.- Pareciera acostumbrado a eso.

-Probablemente lo está-susurró él de vuelta. –Pero eso no evitará que yo mate a Cormac si vuelve a meterse con él-murmuró con un tono enfadado.

-Unos golpes no lo iban a matar-apoyó la castaña.

-No, pero las plumas sí-añadió Ron.

- Son estas estúpidas cosas- gritó Harry y miró con miedo si se habían extendido sus alas, para su suerte, no fue así. –Además es un bastardo.

-Cosa que te dije desde el principio, Harry.

-Bueno-intervino Ron-al menos Malfoy tomó mejor el hecho que eras un veela mejor que él.

-¿Por qué?

-Bueno, Malfoy te dio un consejo, él dijo que eras una puta alada. Le partí la cara, si te hace sentir mejor.

Los ojos de Harry se volvieron plateados.

-¿Dijo qué?-susurró.

-No lo repitas, Ron. –Advirtió Hermione- Solo te está molestando, Harry. Se tomó fatal que terminaran.

-Como todos los demás- suspiró Ron recordando todas las parejas anteriores de Harry. Neville le había dado un té que le provocó dolor de estómago por horas. Y él fue el más suave. También estaban los que lloraban, y lloraban…y venían junto a Ron para quejarse o consuelo. – Ni siquiera quiero pensar lo que hará Malfoy cuando termines con él. Él es otro nivel de peligro, Harry. Y no creo que él venga conmigo a llorar, quizá a matarme y matarte, o nos…

-Oh, por favor. Malfoy no hará nada –interrumpió la única mujer.-Él creció, y parece que obtuvo amabilidad en el camino. Ha estado cuidando de Harry. Le abrió las puertas de Malfoy Manor. Deja que esté a su lado, y sigue preparando la poción, sabiendo que lo que Harry quiere es imposible. Solo por cumplirle el capricho. Harry debería aceptar lo que es ahora y de quien es ahora.

-Yo no soy de nadie.

-Eres de Malfoy, y Malfoy es tuyo. Hacer, decir que quieres seguir siendo humano es como tirarle a la cara que él no es suficiente.

Harry apretó los puños.

-Él es suficiente. Es más de lo que merezco. Yo solo…

-Quiere ser normal, Hermi. ¿Qué tiene de malo que quiera ser normal? Quizá el hurón lo logre, es listo y muy bueno en pociones.

Ella dejó salir un ruidito inconforme.

-Si es lo que quieres- se resignó. –Pero solo si es lo que quieres. Sólo, si no vas a estar con él, déjalo ir. La convivencia genera cariño, y el tipo de cariño que estás pidiéndole a Malfoy (así digas que no lo hagas), terminará por hacer que cómo mínimo él guste de til. Y si al final no le corresponderás, deberías parar. Él te ha ayudado bastante, te deja estar a su lado, está tratando de lograr lo que quieres cuando en la infancia no se podían ni ver. Del odio al amor hay un paso, y viceversa, no puedes darte el lujo que él te menosprecie, mucho menos que te odie; al menos no hasta que lo hayan solucionado lo del veela. Él se sentirá herido, dolido, enojado- el veela dentro de él se retorció sintiéndose incapaz de herir así a su pareja- pero tú, tú literalmente te sentirás morir o peor, terminarás haciéndolo. No es un juego. Esto es un sí o un no. Y debes aclarárselo y que él decida.

-Malfoy no me haría daño, él parece muy consciente del veela. No podría, pensó, pero en el fondo sabía que sí podía. Sólo tenía que salir de la vida de Harry, y todo había acabado. Sería peor que cuando no sabía que él era su compañero.

-Los sangrepuras sabemos todo lo de los veelas Mione-interrumpió Ron-especialmente Malfoy. Su sangre es tan pura que tiene sangre veela en ella, sabe en lo que se está metiendo y ni él puede ser tan hijo de perra.

Hermione los miró seriamente.

-Habla con él, Harry- insistió.

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Cuando regresó a la mansión, estaba de mejor humor. Ron había apoyado su decisión de seguir tomando la poción si era lo que él quería y aunque Hermione no parecía muy segura, terminó estando de acuerdo con el pelirrojo. Porque eso era lo que Harry quería. Debía concentrarse en lo que él deseaba, no era su obligación hacer a Malfoy feliz. Malfoy podía ser feliz con alguien más. Sin embargo, su veela opinaba lo contrario. No era su obligación hacer feliz a Draco, era su deseo. El veela insistía que en que el rubio era su felicidad ¿Realmente deseaba tener aventuras pasajeras cuando podría estar convirtiendo de esta situación algo inolvidable para él y su pareja?

No queriendo discutir con esa voz interna que ya no era solo su consciencia, se dirigió hacia el laboratorio donde seguramente estaría el rubio, se auto regañó diciendo que debía comportarse. Hermione había dicho que estaba bien que siguieran con la poción si era lo que realmente quería, pero si iba a seguir con ello, dejara de coquetear con el rubio. Y Harry sabía que ella tenía razón.

A medida que avanzaba, los retratos de Malfoy Manor lo miraron con desdén. Especialmente el de Lucius Malfoy que movió los labios, seguramente diciendo algo insultante, pero Harry nunca sabría que dijo porque Malfoy- Draco, insistió su veela- lo había silenciado para que no le ofendiera. Usualmente Harry se paraba frente a él, metía las manos en su bolsillo y se reía del mayor por haber sido preferido por Draco, pero hoy simplemente se paró frente a él y lo miró.

-Creo que Draco te extraña-dijo y el mayor cesó sus palabras y lo miró sorprendido- Y aunque estoy seguro de que si estuvieras aquí podrías decir algo que lo aleje de mí, aún más, desearía que estuvieras con él ahora.

El rubio hizo silencio y lo miró fijamente.

-¿Sabes? Soy un veela-siguió sin saber porque insistía en hablar con el hombre.

Lucius Malfoy abrió la boca y rodó los ojos, pero dejó de decir palabrotas y lo miró con cara de 'y a mí ¿qué?' que hizo reír a Harry. Luego miró a otro lado y resopló.

Supongo que no me sorprende-dijo tan lento que hasta el moreno lo pudo leer. Harry abrió los ojos y lo miró impactado sin saber que decir.

-¿No vas a oponerte? Pensé que...No sé exactamente porque Draco no te lo dijo-tartamudeó.

No soy tan cruel. Eres un veela-explicó.

El de ojos verdes dejó salir una gran sonrisa y el de ojos grises lo miró como gritándole que se largara de una vez.

-Señor Potter.

La aparición de un elfo doméstico hizo que se sobresaltara y desviara la mirada de Lucius hacia Becky.

-Señor Potter, ¿Puedo ayudarle en algo?

-Me gustaría saber dónde está el amo Malfoy.

-El amo Draco está en la biblioteca platicando con el Señor Theodore Nott, señor Potter. Parece ser algo importante porque el amo Draco le pidió a Becky que no los interrumpieran.

Algo dentro de Harry empezó a quemarle. No interrumpirlo, había dicho. Trató de tranquilizarse recordando que Nott estaba enlazado con una chica y era el mejor amigo de Draco; pero sus propias acciones, mezcladas con las palabras de Hermione, lo urgieron a ver que hacían ambos juntos.

-Gracias Becky, puedes irte.

El elfo asintió y se marchó y Harry dio la vuelta con la intención de ir a la biblioteca. Cuando llegó, se ocultó detrás de la pared que separaba el cuarto donde estaba del otro y convocó un hechizo de invasión que había aprendido en la academia para escuchar sin que le viesen.

-¿Realmente seguirás con la poción?-preguntó el medimago- Creía que ahora que tú y Potter vivían juntos no era necesario.

El rubio, que estaba sentado en un pequeño sofá, dejó de escribir y asentó el libro que tenía en la mano contraria a donde tenía la pluma. Su cabello ahora estaba atado en una coleta alta y los mechones caían enmarcando su cara. Pero lo que más llamaba la atención de Harry eran los lentes de lectura que protegían sus ojos y que fueron acomodados cuando el rubio miró a su amigo.

-Sobre eso-comentó con un tono profesional- he estado observando que mientras el veela de Potter parece sentirse atraído hacia mí cada vez más, Potter tiende a rechazar en su mente la idea. Las pociones funcionan cuando las pruebo mágicamente pero al entrar a su cuerpo se desvanecen. Su magia no pasa más allá de su garganta. No lo entiendo. No es su veela quien se aferra en vivir, es Potter quien se aferra a su veela.-Harry abrió los ojos sorprendido- Aún no se unen totalmente porque de ser así no me rechazaría, pero parece que lo hicieron en su gran mayoría en algún momento. En teoría la poción aún debería funcionar, pero no lo hace. La he rehecho una y otra vez y cada vez es más perfecta al igual de que se desvanece más rápido. Estoy seguro de que cuando Potter la traga es prácticamente agua. Tú eres el medimago, ¿qué opinas? porque por más que lo pienso solo puedo llegar a la conclusión de que estoy perdiendo el tiempo.

Theo cerró los ojos en forma pensativa.

-Dices que Potter se rehúsa a aceptar que eres su pareja.

-Ajá

-Pero a la vez actúa como si lo fueras.

-Si tomas en cuenta que me coquetea claramente, y me cela más que Pansy a ti, sí.

-¿Ha utilizado el allure?

-No desde la última vez que te comenté.

-Así que en teoría tú ya creaste la poción.

-Si- respondió mirando a su amigo fijamente-¿Qué pasa con ello?

-Tu deber era hacer la poción y si ya está lista...-le insinuó.

Draco se tomó un momento para pensarlo. Luego tragó saliva.

-Significa que debo marcharme en cualquier momento-completó seriamente. Desde su escondite, Harry miró a Draco impactado. Durante todo este esto tiempo juntos, olvidó el hecho de que Draco no debía estar en Inglaterra y estaba ahí porque Harry le necesitaba. Pero en el momento en que el veela fuera eliminado él se marcharía. Así que aún si le gustaba Draco en verdad, no habría segundas oportunidades. Saberlo le ocasionó más pesar del que quiso y su cuerpo insistió en acercarse a él cada vez más para aliviar la ansiedad que le invadía el saber que pronto estaría tan lejos que estirar su brazo, o entrar en una habitación como ahora, no sería suficiente para tocarlo.

-¿Debería notificar esto al ministro? Te dejaría volver a Francia.

No-gritó Harry automáticamente en su mente.

Draco se retiró los lentes y resopló.

-Aunque muero por ver a madre, creí que mi deber era eliminar el veela de Potter.

-El veela no se dejará eliminar. El veela ya es Potter. Se unieron, por eso no puedes eliminarlo- Theodore se mantuvo en silencio mientras se servía una copa de vino- Creí que hasta tú sabías que una vez que se unieran no podrías revertir el proceso.

-Pero no están unidos, unirse implicaría que ambos han decidido amar a su pareja, en este caso yo.

-Si-gruñó Theodore dejando su copa en la mesa y tirándose al sofá- Quizá ya lo aceptó en su interior pero por fuera sigue dudando.

-No lo ha hecho.

-Bueno, no puedes evitar para siempre tu visita en el Ministerio y yo tampoco. La siguiente vez el veriseratum sacará esta conversación y Potter tendrá tu destino en tus manos. Es el héroe de guerra, si te necesita aquí para seguir siendo auror ellos te obligarán a quedarte.

-No será auror hasta que pueda controlarse.

-¿Así que piensas enlazarte a él para que pueda salvar traseros ajenos?

Draco hizo una cara ofendida.

-No soy la puta del ministerio. No me voy a tirar a Potter solo para que la criatura en él pueda vivir lo suficiente para soportar 10 capturas de mortífagos al día, si le puedes llamar vida al hecho de tener a tus parejas por momentos. Es cruel y todo mundo sabe que los veelas viven del amor.

-¿Es cruel para ti o para Potter?

Harry lo miró cubrir a Nott con una mirada determinada.

-Para su veela y para mí. Es bastante obvio que si fuera por Potter seguiría tirándose a medio Ministerio.-Gruñó enojado. Asentó el libro y sus lentes en la mesilla frente a él y se tiró hacia atrás. Cerró los ojos y se frotó la frente. Estaba exhausto.-Te seré sincero. Me atrae pero no lo suficiente para no vivir sin él. No lo amo-Algo dentro de Harry se quebró con esa frase. Podríamos hacer que nos ame, insistió la criatura en él, podríamos si nos dejaras. Harry negó con la cabeza y se recargó contra la pared, tapándose la cara con una mano- Aún si me obligan a estar con él con el paso del tiempo solo van a matar a su propio héroe porque yo no voy a amar a alguien que no puede amarme, y para la mala suerte de ese pobre veela le tocó estar dentro del espantapájaros de Potter.

-¿Así que vas a rechazarlo para que muera de amor?

Harry miró a Draco con espanto. Draco no sería capaz ¿verdad? Él era tan amable…

-¿Y qué hay de mí? Todo esto es sobre Potter. Si Potter no quiere pareja, si Potter no será auror, si Potter necesita que su veela se esfume, si Potter necesita estar con su pareja para que su veela sea feliz ¿Y yo qué? A mí nadie me preguntó si quería venir, sabían que podía hacer la poción y me arrastraron hasta aquí. Tenían razón. La hice. Pero yo sí quiero una familia, quiero seguir con mi profesión, que mi madre conozca a sus nietos, tener reuniones familiares, tener a alguien conmigo cuando todo se vaya a la mierda. Quiero seguir haciendo pociones en Francia, donde mis hijos no serán catalogados como los hijos de un mortífago. No me conformaré con menos, no seré la muñequita del héroe del mundo mágico.

-Nunca te será infiel.

-No porque me quiera, sino porque no puede.

-Al final cederá a los deseos de su veela.

-Y me detestará, me echará la culpa de no poder escoger por sí mismo a su futura pareja.

-Eres su pareja mágica perfecta, lo sabes, lo sé. Potter y tú estaban destinados, su magia solo se encargó de guiarlo hacía ti.

-Pero Potter no lo ve así. Él cree que esto nació porque tiene un veela dentro de él.

Theodore rio.

-No te rías, no es gracioso. No fue criado en el mundo mágico, sus padres murieron. Nadie pudo decirle sobre el mundo mágico, sobre lo veelas, las sirenas, dragones o duendes. Nadie pudo decirle que existen las almas gemelas mágicas- Harry miró sorprendido al rubio- o que...

-Entonces explícale tú-dijo divertido al ver la cara de espanto de Draco- Explícale que su veela se siente atraído hacia ti no solo porque eres poderoso y su magia se complementa con la tuya, o porque sus personalidades encajan para compensar los atributos y defectos del otro, sino porque le pareciste atractivo en algún momento de su vida, no solo en el ámbito sexual, sino que él mismo en algún momento imaginó que formaría una familia contigo. Así solo haya sido un pensamiento fugaz.

-No le voy a decir eso-comenzó Draco sonrojado, y Harry observó de igual manera a Nott esperando a que continuara, pese a que su pareja parecía querer lo contrario.

-Dile que te escogió a ti porque en algún momento, con o sin veela, ya te había escogido.

Draco negó de nuevo avergonzado.

-Por favor, no lo haré.

-Bueno, pues entonces ten paciencia. Si lo que dices es cierto algún día cederá ante su veela así sea solo para no enloquecer.

Draco suspiró.

-Además, estoy seguro que su veela también consideró la pureza de tu cuerpo-insinuó divertido mientras el rostro del rubio se coloreaba aún más-después de todo solo estuviste con Pansy como pareja y no pasaron de los besos. Con tan solo salir de Hogwarts, muchos ya habían tenido como mínimo 10 encamadas. Bueno, tú y yo no tuvimos ninguna pero ¿recuerdas que hace unos años tuviste una con Blaise?

Draco cerró los ojos y se sostuvo la frente.

-Por favor, hablemos de otra cosa. Quiero olvidar ese evento.

-Y Blaise salió enfadadísimo porque gritaste el nombre de alguien más-continuó el otro.- Aunque no dijeron de quién.

-Theo tenme piedad.

El medimago tomó un poco más de vino entre sonrisas.

-Nunca me dijiste cuál era el nombre, ¿Pansy?

-¿En serio me estás molestando con el nombre de tu esposa?

Theo sonrió de lado.

-¿Por qué no? En ese entonces ella adoraba el suelo por donde caminabas.

Draco suspiró y miró al de ojos verdes, como pidiéndole en infinito silencio que se alejara del tema. Pero no fue solo eso, Harry pudo distinguir un poco de vergüenza y a su mente vino la sonrisa suave de Malfoy viendo a Nott leer en la biblioteca. Pero no, Nott no le había tocado. Había sido Zabini. Su veela gruñó de descontento y sus puños se cerraron totalmente celoso. No importaba. Nott sabía todo de Draco, que le gustaba, a qué temía, como calmarlo. Cómo hacerle sonreír…

Irrumpió el cuarto sobresaltando a ambos y tomó a Malfoy besándolo con furia, con deseo, con necesidad.

Jódete Nott, es mío, pensó dejando salir sus alas.

Cuando Malfoy se dejó dócilmente, el interior de Harry se enorgulleció y su ego pedía sonreír triunfalmente hacia el Sanador. Y lo hubiera hecho si no sintiera que en este momento solo existía Malfoy. No escuchó la despedida de Theo, o cuando se marchó. Solo pudo sentarse sobre el regazo de Draco, tomar con sus dos manos su cara y pegarse aún más, porque él lo sabía, sabía que su allure no estaba activo y aun así era el mejor beso que había tenido nunca.

-Harry...-Potter...-escuchó los suaves murmullos de Draco, ahogados por su boca.-Theodore...

Harry gruñó y se alejó de él. El rubio estaba con los ojos cristalinos y los labios hinchados. Sus mejillas estaban rojas y su respiración agitada. Harry no creía que hubiera un mejor espectáculo y estaría feliz si el rubio no hubiera arruinado el momento con ese nombre.

-Theodore está tomando una foto mágica-dijo difícilmente el rubio y cuando el cerebro de Harry captó lo dicho se volteó para capturar al joven medimago sonriendo y efectivamente con una cámara al lado.

-Fue una buena toma-dijo mientras le pasaba la foto a Harry-Muy buena, de hecho.

El Salvador se mordió el labio y lo miró con enojo. Extendió sus alas de forma amenazante obligándole a retroceder.

-Bien, ya me iba, solo creí que les gustaría un recuerdo del momento en que Harry Potter admitió morirse por Draco Malfoy.

Harry abrió los ojos sorprendido.

-Potter te tenía ganas desde Hogwarts, Draco-explicó Theodore tomando sus cosas- Se pasaba horas viéndonos en la biblioteca con su cara de haber tragado un limón. Creí que te diría algo, pero nunca lo hizo. Creí que no pensaba que eras suficiente, creo que solo no me di cuenta de lo muy tonto que era.-Harry tragó saliva mientras miraba la cara sorprendida de Malfoy- En fin, su apasionado beso solo me dieron ganas de ver a mi queridísima esposa.

Draco apretó sus labios en una mueca.

-No necesitaba saber eso.

-Hasta luego, Draco. Potter.

Cuando se quedaron solos, Draco hizo una mueca enojada.

-¿Qué rayos fue eso?-gritó y Harry perdió ese valor que lo llevó a invadir la biblioteca con furia.

-Yo, mmm, verás...

-Joder, Theo se va a burlar de mí desde ahora.

Theo, Theo, Theo, todo era Theo...

-Bueno, quizá no quería que le dijeras que gritaste su nombre mientras al parecer te acostabas con Zabini-reclamó.

Draco abrió la boca impactado.

-¿Perdón?

-Eso, te acostaste con Zabini ¿Cuándo pensabas decírmelo?

-¡Fue a los 16! Y no tengo porque decírtelo, ¿Yo te pedí la jodida lista de 20 páginas de todos aquellos con los que te revolcaste?

Harry tuvo la decencia de parecer avergonzado.

-Al menos tengo la satisfacción de saber que todavía vomitas cada vez que te las encuentras. Para qué quiero una estúpida lista si puedo saber con solo cruzarme con todo aquel con quien aplacaste tus deseos. Para qué quiero convertirme en el número 45 de la lista, ¿para terminar llorando como ellos? Soy un Malfoy, y los Malfoy no somos consuelo ni actos de caridad. Mucho menos los juguetes de cabrones que creen que pueden hacer lo que les da la gana con los demás.

-No te debo alguna explicación-replicó Harry entre dolido por la satisfacción de Draco y enojado por ser agredido.

-Exacto, yo tampoco a ti. No tengo que explicarte nada, no eres nada para mí.

Retrocediendo, Harry sintió como su corazón se rompía.

Malfoy lo estaba rechazando, ¿no era cierto?

Él lo hizo. Y oh, por Merlín. Harry no creía poder soportarlo. Tomó lo más cercano a él, que era un cenicero, y lo lanzó contra la pared, saliendo de la habitación pero se detuvo cuando las palabras de Draco salieron solas de la boca del rubio.

-Me estás enloqueciendo- susurró fríamente-esto no funcionará. Y para tu información fue tu nombre.

Cuando volteó y vio a Draco mirando el jarrón roto y después enfocar sus ojos en él, dolido, Harry supo que había cometido en gran error. Era correspondido, era él quien había rechazado a Draco, todo el tiempo.

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No se habían hablado por días, al menos no de algo que no fuera la poción. Era como si Malfoy hubiese decidido que sí, efectivamente él podía ser feliz con alguien más y eso desalentó tanto a Harry que difícilmente podía pensar en otra cosa.

Dijo mi nombre

Harry suspiró tratando de tragar el nudo en su garganta mientras se repetía lo estúpido que era. Se sentó en el balcón de su habitación y miró hacia los jardines. Pansy Parkinson estaba de visita y Malfoy le había prohibido entrar a los jardines. Lo que quisiera Malfoy era algo que a Harry le tenía sin cuidado, él tenía que ir y explicarse, pero su veela parecía tan apenado por su reacción anterior que tomó la palabra de Malfoy al pie de la letra y se quedó ahí, en su habitación. Cuando la chica salió corriendo hacia el jardín con una gran sonrisa y Malfoy tras ella, Harry la envidió.

Platicaban, sonreían, tal como aquel día de patinaje lo hicieron él y Draco.

¿Por qué su vida no podía ser sencilla? ¿Por qué no se había dado cuenta de lo que quería?

Cuando Nott salió al jardín con un pequeño bebé en brazos y le dio un beso en la frente a Parkinson, su veela se sintió aún peor. Draco dijo algo y ellos le dieron al bebé. A continuación se dirigieron seguramente a alguna de las mesas y quedaron fuera de la vista de Harry, que con un suspiro triste apoyó su cabeza en el barandal.

¿Por qué? ¿En qué momento se volvió tan frío y tan bastardo?

¿En qué momento perdió su calidez y su esperanza de un futuro?

Cerró los ojos y dejó que el frío del metal refrescara su mente. Podía escuchar a su veela luchando por disculparse, por suplicar para ser perdonado, podía sentir el dolor invadir su corazón.

Tú literalmente te sentirás morir.

-Dejame ir-le suplicó a su veela- déjame acercarme a él. Lo recuperaré. Pero debo ir con él- suplicó.

Para su sorpresa, el peso que sentía sobre él, que limitaba sus movimientos, se esfumó.

Cuando los amigos del rubio se fueron caminó al laboratorio donde Malfoy estaba tomando notas y se sentó frente a él, sin decir palabras. Era lo más cerca que había estado desde ese día y aun así no era suficiente.

-Malfoy, lo siento- exclamó a pesar de que el rubio no le había mirado desde que entró. Draco no respondió por un rato, solo movió su poción nuevamente y Harry observó que en vez de ser azul esta vez era rosa.

-Draco...-llamó de nuevo.

-Encontré una manera no de eliminar al veela pero si desviar su cariño hacia otra persona-mencionó- Creo que funcionará, tal vez deberías empezar a escoger. La poción estará lista en tres semanas.

-No la termines-rogó.

-Tres semanas, creo que es tiempo suficiente para que escojas una buena pareja-continuó el mayor. Luna dijo que había un chico en el cuartel de aurores que se te negó cuando le ofreciste un revolcón a pesar de que le gustabas, dijo que era guapo y venía de una buena familia... a tu veela le encantará.

El corazón de Harry se encogió.

-Sería una gran pareja y a tus amigos les agradará. Además parece ser que se ha estado guardando para el matrimonio.

-Por favor, Malfoy para-dijo con tono quebrado.

-Le pregunté al ministro si sería una opción válida para tu situación y dijo que si estabas de acuerdo no veía problema.

-Draco, te lo suplico...

-Además me han mandado una lechuza, parece ser que el profesor de pociones de Durmstrang se ha retirado y me han ofrecido el puesto. Dumstrang siempre me ha gustado y Victor Krum me ha pedido...

Harry no dejó que el rubio siguiera hablando, se acercó a él y lo abrazó por la espalda interrumpiendo la conversación.

-Por favor, Draco, te lo suplico. Fui un imbécil, no la termines. Déjame quedarme contigo, ir a dónde quieras ir, estar dónde quieras estar. Pero quédate a mi lado, por favor...

Draco dejó de remover la poción.

-No seguiré jugando al ping pong Potter, es un sí o un no y no podrás marcha atrás.

Harry sonrió levemente y lo abrazó nuevamente.

-Es un sí. Gracias.

Draco apagó el fuego bajo el caldero y desapareció la poción. Se volteó hacia él y sonrió levemente.

-Gracias a ti, Harry.

Harry suspiró contento y dejó que sus alas los cubrieran suavemente a ambos. Fue entonces que notó que ya no oí la voz del veela y supuso en este momento era un veela completo. No le importó.

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Cuando Harry abrió los ojos, se sentía como nunca antes. No solo estaba descansado sino también se sentía contento. Sentándose en la cama se frotó los ojos notando que estaba en una habitación distinta a la que Draco le había asignado y movió su cabeza buscando algo que le diera una señal de dónde estaba. Curiosamente esa señal fue el mismo Draco cuya espalda desnuda se veía debido a que estaba durmiendo boca abajo.

Las marcas en la pálida piel de la mano de Draco llamaron su atención y Harry dejó salir una sonrisa enorme cuando observó que su muñeca tenía unas marcas similares. Una de las ventajas de los veelas era que sanaban rápido o Harry podía asegurar que no se hubiera podido poner de pie después de la noche anterior, y lo agradeció con creces. Se dirigió al baño rememorando su enlace y consideró que había estado bien, pudo haber sido más romántico si hubiera habido una cena o una cita antes pero no estuvo tan mal.

Cuando salió, Draco aún seguía durmiendo. Se acostó a su lado y sonrió a la vez que jugaba los mechones rubios. Draco dejó salir un pequeño quejido. Él se rio. Fue entonces que una lechuza llegó y golpeó la ventana. Harry disfrutó dejándola sonar para molestar al rubio, pero finalmente abrió la ventana y acercó la mano, dando la opción de que la lechuza se negara a que el recogiera el paquete. Era la casa de Draco, después de todo. No obstante ella lo dejó dócilmente y voló fuera del cuarto. Revisó el remitente y notó que la lechuza era para él, de parte de Ginny. Desenvolvió el mensaje y encontró esa pequeña nota que exigía una explicación de su actual situación, junto con un recorte del periódico 'El Profeta'.

-¿Es malo?-preguntó el rubio sentándose en la cama. Harry se alzó de hombros y tiró el papel al suelo, acercándose para darle un beso de buenos días.

-Es de Ginny.

Draco asintió.

-No tengo que decirte que la quiero lejos de ti, ¿verdad?

Harry rio mientras negaba y lo miraba con ojos adoradores, inclinándose sobre él para besarle suavemente. Cuando terminaron, Harry se alzó de hombros y dejó salir una suave sonrisa.

-Supongo que es hora de decirle lo que todos saben.

El rubio removió un mechón de pelo de su frente y resopló.

-Más te vale Potter, porque de lo contrario Victor Krum recibirá un sí a su petición.

Harry entrecerró los ojos y le mordió el cuello sin delicadeza.

-Si el recibe un sí será un hombre muerto pronto-gruñó- literalmente muerto.-Y quemando con un incendio no verbal la carta de la pelirroja, tiró a Draco sobre la cama para reclamarlo nuevamente como suyo.

-Tengo que hablar con el Ministro, porque no dejaré que vayas a ningún lado. A ningún lado donde no pueda vigilarte o Victor Krum pueda acercarse a ti.

Draco rio. Probablemente usaría ese chantaje un poco más antes de decirle a Harry que Víctor Krum le había pedido que fuera su buscador suplente mientras se recuperaba de una lesión. Eso si se lo decía. Mientras tanto disfrutaría dejando nuevas marcas sobre la piel de Harry, marcas que inocentemente su veela se había olvidado de borrar.

EPILOGO

Harry entró a Malfoy Manor con la cara roja entre vergüenza e ira ¿Dónde carajos estaba Draco?

-Betsy—llamó y un elfo apareció frente a él, retrocediendo al instante al ver la cara de Harry.

-¿Dónde está el amo Draco?-gruñó

-El amo Draco está en la biblioteca con el Señor Victor Krum-tartamudeó

Ante el nombre del hombre, Harry se puso de peor humor. Caminó a grandes pasos hacia la biblioteca y abrió la puerta sobresaltando a los dos hombres, quienes secreteaban entre sí. Tal fue el susto, que Krum al dar la vuelta tropezó y cayó encima de Draco, quien adolorido se sobó la cabeza.

-Perdón, Draco-dijo el otro levantándose rápidamente mientras una aura negra empezaba a envolverlo.

-Creí-inició Harry riendo cruelmente y Víctor pudo ver que si no salía de ahí, pronto sería hombre muerto- que dijiste que no tenías ningún interés en Draco y lo que le habías pedido era que fuera tu buscador suplente pero es bastante obvio que no es así. Porque ahora estás ENCIMA de él.

Víctor y Draco se miraron asustados. El rubio tragó saliva.

-¿Le dijiste?

Víctor le miró confundido.

-Creí que se lo habrías dicho.

-Pues...

Harry dejó que sus ojos se volvieran plateados.

-No puedo matar a mi pareja, pero verás, tú eres otra historia.

Draco se levantó sobresaltado.

-Harry basta, lo que dijo es verdad.

El moreno miró al otro desconfiadamente.

-Es lo que quería confesarte el otro día, cuando Weasley nos interrumpió.

Víctor asintió.

-Verás, tengo la pierna lesionada y Draco ya me ha sustituido antes-casi gritó.

La magia del de ojos verdes empezó a disminuir y miró a Draco fijamente como rogando que sea verdad. El rubio suspiró mientras asentía.

-Lamento casi haberte matado dos veces en este día-dijo.

Draco miró a Harry.

-¿Dos?

-Está bien

-¿Dos?-repitió hacia Krum quien sonrió divertido.

-Está bien, Draco me había comentado que en lugar de deprimirte intentabas asesinar a la competencia-Harry se sonrojó - En fin-dijo extendiendo un boleto hacia él- Creí que te gustaría verlo, así que pedí un boleto especial para ti.

Harry sonrió apenado.

-Oh

Aliviado, el rubio se dejó caer mareado en el sofá más cercano.

-Draco-gritó sobresaltado Harry- Oh Merlín ¿Estás bien?

El slytherin asintió

-Me golpeé al caer no pasa nada.

-Lo siento.

-Está bien, me pareció divertido dejar siempre la frase inconclusa para que imaginaras el resto.

Harry hizo una mueca mientras le pegaba en la cabeza.

-Idiota.

Draco gimió.

-Maldita sea, Harry ya me duele.

Víctor rio divertido ante la escena y se sentó en el sofá frente a ambos. Tomó la poción que estaba sobre la mesa y la observó fijamente.

-Entonces, ¿dices que esta poción puede revertir los efectos de la Fiebre de Dragón en segundos?

Draco asintió.

-Sí, aún si Pavlina está embarazada no le hará daño.

-¿Pavlina? ¿Embarazada?-preguntó Harry tomando la mano de Draco quien se apretó levemente contra él.

-Víctor está casado con una vieja conocida mía, Pavlina. La periodista de 'Magic Times'. Ha venido para contarme eso y por una poción contra la Fiebre de Dragón.

-¿Espera un bebé?-preguntó Harry curioso y sin quererlo puso su mano en su vientre imaginando el día en que él fuera el afortunado por tener no solo a Draco sino a alguien que ambos hubieran procreado con amor. Últimamente soñaba con un niño de cabello negro y ojos grises, sonrió levemente.

-Felicidades-dijo de todo corazón.

Víctor dejó salir una gran sonrisa.

-Gracias. También felicidades a ti. Te adueñaste del corazón del Inconquistable Draco Malfoy, el Maestro de Pociones.

-¿Maestro de Pociones?

Draco asintió sonriendo de lado.

-¿Realmente creíste que era un simple pocionista?-preguntó acariciando con su pulgar la mano del otro.

Krum asintió.

-Él ES el MAESTRO DE POCIONES.

-Espera, ¿el pocionista más hábil del planeta? ¿Aquel que a los 15 años ya había superado con creces a Severus Snape, su mentor?

Draco asintió.

-¿Sorprendido? Llamaron al mejor para trabajar en tu caso.

Harry tragó saliva.

-Wow, ¿y juegas de vez en cuando Quidditch también?

-Ajap-exclamó orgulloso.

-Es increíble, y yo solo me he dedicado a ser auror.

Draco sonrió.

-Bueno, no solo has hecho eso. Escuché por ahí que te ofrecieron el puesto de Jefe de Aurores. Y pronto el de Ministro.

Harry asintió pero no parecía convencido de que sean grandes logros, a pesar de que antes sí lo parecían.

-Bueno, los dejó. Gracias por esto, Draco-el búlgaro alzó la pequeña botella-te veré pronto.

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El corazón de Harry casi se detuvo cuando por instantes pareció que Draco caería de la escoba. No obstante ahora que la snitch estaba en su mano gritó más o igual de emocionado que los demás, tanto, que en su emoción se dejó abrazar por Parkinson mientras ella daba pequeños saltitos.

La multitud gritó a más no poder y Draco sonrió orgulloso mostrándole la snitch. Con una sonrisa, Harry le correspondió el gesto. No obstante, cuando el rubio se acercó a él y le envió la snitch, que voló suavemente hacia él, no pudo evitar mirarlo confuso. En especial cuando se abrió dejando salir algunas nubes plateadas con verdes.

Su mirada se enfocó en Draco quien le indicó con la mirada que observara atentamente. Pero fue el gritito emocionado de Parkinson lo que hizo que reaccionara por fin. Adentro de la snitch había una alianza de matrimonio.

-Oh, por Merlín-fue lo único que pudo decir.

Draco se acercó entonces y tomó su mano ante la poca reacción de Harry, que parecía aún no creérselo.

-Potter, ¿te casarías conmigo?

Emocionado como nunca antes, dejó que su sonrisa mostrara la enorme felicidad que lo invadía.

-Por supuesto que sí, Malfoy.

Y el beso que recibió después fue sin duda, el indicativo de que había alcanzado la felicidad.

-Te amo, Harry.

Si hace algunos meses alguien le hubiera dicho esas palabras, Harry hubiera salido corriendo de ahí. No obstante, sonrió cariñosamente ante la multitud que lo rodeaba mientras su mente viajaba a la vieja fotografía de su madre recibiendo la snitch que un día James Potter, capturó para ella.

-Yo también, Draco.

Las parejas de los veelas se enamoran de ellos para siempre, recordó las palabras de Draco, y agradeció que ahora, en lugar de esa vida vacía que sentía que tenía antes de transformarse en un veela, tuviera a alguien que lo amara con intensidad, que peleara a su lado y calmara la soledad de su alma. Se alegró de tener a alguien a quien entregarse sin reservas, sin temor a ser herido, porque desde el principio, desde el momento que lo conoció, Draco estaba destinado a ser suyo.

Y mientras era jalado por Draco para volver a ser besado, sonrió. Porque esto, estaba seguro, era amor de verdad. Era un amor paciente, no egoísta, cálido y confortador. Este era el hogar que su veela había encontrado para él. Draco era su hogar.

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Libro terminado (: