Disclaimer: KHK no me pertenece, fanfic sin fines de lucro sólo para entretenimiento.

Nota: Chicas no es el final… a partir de aquí las cosas se pondrán… cada vez mejor jajaja una cosa es empezar como pareja y otra serlo, y también desde acá será la perspectiva de Haru y otros miembros de la familia. Las invito a leer la segunda nota del capítulo 3 Para las que piden un poco más de oscuridad y madurez…así como mis otros fanfic. Como siempre muchas gracias a: Violeta, Sandimelo98, Hotaru98, Suno-Andrew, Sweetly Weightless Mind, nubia perez, Sangatsu Ame, Angelinda, SaKuRiMo0n, Niolama, sakaki-sam DXC 12345… Y chicas… de verdad que espero no salirme de ningún pj, cada que vez que me dicen que lo hago bien por no salirme de los pj… me siento tan presionada que siento que en un momento la cagaré… xD ojalá que no sea así.

La tercera ley es la vencida.

En la física todas las acciones conllevan a una consecuencia. Por ejemplo si empujas un péndulo se moverá hacia adelante pero después regresará hacia ti con la misma fuerza que aplicaste, cuando golpeas a alguien el dolor también es para ti cuando el puño choca contra su cara aunque el daño no es el mismo, es como si hasta la física te dijera que hay un Karma y todo lo que haces regresará a ti con la misma magnitud con la que hiciste las cosas… Haru pensaba en ello, desde que despertó en la casa de Kyoko y dijo que iría a la suya para cambiarse, sólo tenía la idea de que tendría que pagar algo por lo que dijo. A ella solo venía el momento en que gritó que también estaba enamorada de Gokudera y la cara seria del Vongola.

Casi no pudo dormir y en un momento de la noche se acercó a la ventana para mirar fijamente el cielo, además de cansada y estresada había despertado con una extraña sensación por todo el cuerpo. Quizás porque en unas horas vería ni más ni menos que al guardián de la tormenta, a veces no sabía si Kyoko y Tsuna tenían algo contra ella, enterándose ese mismo día que los acompañaría y sin poder hacer algo al respecto. Bueno no sería tan malo al no ser la tercera en discordia, no obstante ¿Por qué el italiano? Cuando entró a su casa la encontró desierta, cierto había olvidado que sus padres estaban nuevamente de salida se sentía orgullosa de que su papá fuera reconocido como un buen profesor y ahora diera conferencias.

Se cambió, sin embargo mientras lo hacía cierta sensación de frío comenzaba a invadir su cuerpo, además el malestar estaba aumentando, no le dio demasiada importancia, sería la falta de sueño y no planeaba arruinar la cita de Tsuna y Kyoko, suspiró, casi pudo imaginar al italiano con su "sutileza" peleando con todo aquel que viera a su jefe o a su novia, no podía dejarlos solos con él o toda la atmósfera romántica se iría como diría él "a la mierda" Salió de su casa después de tomar algo de jugo de naranja y una pastilla para el dolor de cabeza que comenzaba a martillar terriblemente.

Mientras más caminaba peor se sentía, además un sudor frío comenzó a recorrerla lentamente, dolía un poco respirar y la calle se movía como si estuviera a punto de dar una vuelta de 360 grados, pero debía esforzarse, seguir… a medio camino sintió que alguien la seguía, oh no, últimamente se había hablado de asaltantes por esos rumbos, intentó caminar más rápido aunque no pudo más: terminó apoyándose en la pared, segura de que sería atacada casi extrañaba su cartera cuando los pasos acercándose resonaron en su cabeza, tendría que defenderse no caería sin pelear. Justo tomó el resto de fuerza para plantar cara al susodicho y gritar lo más fuerte que pudiera cuando su visión se borró definitivamente y sólo distinguió ropa oscura antes de caer, genial, ahora si además de robarla la secuestraban o le hacían algo más estaría completamente expuesta e indefensa.

Mientras se encontraba inconsciente sintió que flotaba, como si estuviera siendo llevada por una fuerza misteriosa, una calidez deliciosa que embargó su cuerpo haciéndola sentir mucho mejor, después de un tiempo comenzó a reaccionar, encontrándose completamente cómoda en dónde fuera que estuviera, quizás un alma samaritana llamó a una ambulancia y ahora estaba en el hospital… algo frío y mojado pegó literalmente en la piel de su frente aunque no pudo reaccionar de inmediato, no supo desde ese momento cuánto tiempo pasó pero por fin abrió los ojos descolocada, poco a poco divisó luz, figuras a su alrededor… un aroma específico que picó en su nariz.

-¿Hahi?-Murmuró tocando su frente, ahí estaba ni más ni menos que Kyoko observándola con preocupación, luego Tsuna que le sonrió ansioso, por el otro lado… Gokudera Hayato con los brazos cruzados en clara pose de maleante la veía muy molesto… casi como si deseara matarla.

-¡Haru-chan!-Gritó su amiga abrazándola. -No te muevas por favor tienes mucha fiebre- Pidió empujándola suavemente para que se recostara. Haru miró un poco alrededor, conocía ese lugar, no era su casa, tampoco parecía la habitación de Kyoko o la de Tsuna… sus ojos se abrieron enormes… era la mullida cama del guardián de la tormenta lo que quería decir que estaba en casa de Gokudera Hayato.

-Menos mal que Gokudera-kun te encontró-Suspiró Tsuna aliviado. -¿Verdad Gokudera-kun?-Preguntó el castaño sonriendo para el italiano que se despegó de la pared, caminó hasta ella y la golpeó. –¡Gokudera-kun!-Chilló Tsuna, Haru tocó la parte dañada mirándolo molesta.

-¡No vuelvas a causar problemas al décimo mujer estúpida, por tu culpa canceló su cita! –Regañó completamente furioso, Haru estaba por replicar pero entonces entendió la situación, todos estaban con ella ahí y eso significaba que en efecto la salida se había cancelado.

-¡No es como si Haru hubiera querido arruinar la cita de Tsuna-san y Kyoko-chan!-Contestó la castaña sentándose de golpe ganando después una mueca de dolor en su rostro, mareada tocó su cabeza mientras escuchaba al italiano chistar, así mismo dio la vuelta mostrándole su amplía espalda enfundada en una sudadera con las mangas y la capucha roja, el resto era blanco con un estampado negro.

-No te preocupes Haru-chan, no tienes la culpa ¿Verdad Tsu-kun?-Preguntó la ojimiel al Cielo Vongola que asintió un poco incómodo sonriendo y mirando a su guardián y a la chica alternativamente, su relación no mejoraba aunque hubieran confirmado sus sentimientos ¿Qué podía hacer? Era obvio que Gokudera no se portaría bien sólo por eso y Haru no estaba en condiciones para estar peleando…

-Mhm… Haru no tienes que preocuparte de nada- Fueron las palabras de Tsunayoshi, no sentía que debiera hacer algo aún, tal vez podría hablar con el ojiverde para que se calmara un poco, no era culpa de la chica enfermar… seguramente había sido por pasar el tiempo en ese agujero así que era indirectamente de su tutor.

-Iremos a comprar algunas cosas para ti Haru-chan, regresaremos pronto-Señaló Kyoko poniéndose de pie, luego se acercó a la castaña para decirle algo al oído, Haru respingó vio a su amiga sonreír y salir con el jefe Vongola mientras que Gokudera le dedicó una misteriosa pero significante mirada.

-Gokudera-san… Haru no mejorará sólo porque la mires mal-Se quejó recostándose, él bufó y salió de ahí, la de ojos chocolate aprovechó para sonrojarse furiosamente "¿sabes Haru-chan? Gokudera-san no sólo te encontró, él te cargó todo el camino hasta acá y llamó a Tsu-kun para que viniéramos a verte" Esas palabras la hicieron sentir más extraña aún, ¿por qué si tuvo la amabilidad de hacer tal cosa la trataba de esa forma delante de todos…? bueno del peliblanco no podía esperarse una actitud caballerosa, era muy confuso. –Tsundere-Gimió recostándose, toda la habitación olía a tabaco, pólvora y algo fresco, una especie de loción.

Luego tocó su frente… el pañuelo arrugado, completamente empapado y mal doblado era del chico… sólo él era tan descuidado con sus cosas, le tocó ver alguna que otra vez como asomaba de su bolsillo salvajemente. Sonrió, Gokudera Hayato no era después de todo una mala persona, simplemente no se sabía expresar o comportar. Él… era un chocolate amargo con centro suave y dulce. Estaba muy cansada por lo que decidió dormir un poco más… pero…

-Oye, estúpida-Llamó él abriendo la puerta sin tocar, Miura lo miró detenidamente. -¿Eres idiota también?- Interrogó entrando, ella frunció el ceño, ya se sentía suficientemente mal así que no necesitaba ese tipo de situaciones. -¿Por qué demonios no te quedaste en casa si te sentías mal?-Volvió a cuestionar el chico, Haru infló las mejillas dispuesta a ignorarlo. -¿Tienes idea de las molestias que causaste? ¡Pesas más de lo que parece!-Se quejó él y ella lo miró abriendo los ojos y sonrojándose, oh, entonces era cierto que la había cargado, al instante cambió su expresión a una incrédula ¿Cómo estilo costal de papas o bulto? –Joder… los brazos me están matando ¡Esto es porque comes demasiados dulces! –Haru ladeó la cabeza… para nada, todo podía ser menos ser llevada por el chico como una princesa, simplemente eso era como pedirle peras al Olmo. Gokudera enarcó una ceja, se acercó hasta pegando con sus manos a los costados del cuerpo de la japonesa -¿Me estás escuchando o tu cerebro ya se coció?-Preguntó, Haru sonrió de nueva cuenta, por más que discutieran no podía negar que él le gustaba mucho, de todas formas no dejaría ir el reciente insulto.

-Pues entonces Gokudera-san hubiera dejado a Haru…-Un repentino mareo se apoderó de ella obligándola a ovillarse, ese horrible escalofrío producto de la fiebre se sintió mil veces amplificado.

-Tsk… tan sólo deberías haberte quedado-Comentó él alejándose repentinamente, ella agradeció que se fuera porque su corazón además de latir desbocado le robaba el aliento y de por sí ya era complicado respirar.

Siendo honesta ella no sabía que había visto exactamente en él, era completamente opuesto a Tsuna se cubrió un poco más para cerrar los ojos finalmente y dormir, a los pocos minutos sin embargo el chico regresó con algo en la mano, un vaso grande con un líquido espeso de color casi café, ella palideció cuando sin decirle nada lo acercó a ella, no olía a algo que quisieras beber exactamente, que supiera él no podía hacer poison cooking como su hermana… ¿O sí?

-G-Gokudera-san… Haru no quería molestarte- Se disculpó Miura aterrada.

-¡Sólo cállate y tómalo!-Exigió él, ella tragó en seco. -¡Deja de ser estúpida por una vez y haz lo que te digo!-Volvió a decir.

-¡Haru no es estúpida y…!-Al instante su cuerpo le pidió un alto al esfuerzo, él chistó, tomó la cabeza de la chica la inclinó y empinó el brazo directo a su boca, para su sorpresa no tenía sabor alguno, gracias al cielo había perdido ya el gusto así que no se opuso más a beberlo, de todas maneras no tenía la fuerza para pelear, si la quería matar ese era el momento justo. Acabó con todo el contenido y fue entonces que él la dejó por la paz, que fea impresión se llevaría Tsuna al verla muerta… peor por Kyoko-chan.

Haru se mantuvo calmada, en unos minutos sentió que era más fácil respirar, confundida buscó la mirada del chico, Gokudera no la veía, estaba encendiendo un cigarrillo sin reparar en ella, luego se sentó en el suelo al otro lado de la cama, en completo silencio, era un poco incómodo. Ella seguía mirándolo, hasta que él después de exhalar el humo completamente irritado la encaró.

-Qué demonios… si tengo algo en la cara ignóralo estúpida mujer-Gruñó, Haru se acomodó dándole la espalda, pero sentía la mirada penetrante del chico sobre su persona, así no podría dormir, rogaba que Kyoko y Tsuna regresaran pronto.

-¿G-Gokudera-san, qué era eso? –Se animó a preguntar por fin sin dar la vuelta.

-Es algo que me daban cuando era niño y enfermaba-Contestó él sin muchas ganas y sin brindar más información. Nuevamente quedaron en silencio bueno él no era precisamente una persona parlanchina, si tuviera la personalidad de Yamamoto… lo imaginó sonriendo enérgicamente y diciendo "¿Te sientes bien, Haru?" Aguantó las ganas de reír ¿Y si fuera como el hermano de su amiga? "¡Tienes que mejorarte al extremo Haru!" apretó los labios para evitar la carcajada, no era su estilo además si gritara así no la dejaría dormir… ¿Qué tal como Tsuna? "Haru ¿Te sientes mejor?" Con esos ojos llenos de compasión y preocupación… Y… ¿Dino-san? Ahora Gokudera tenía esa mirada intrépida, el aura principesca "No tienes que preocuparte por nada señorita… eres como mi hermana menor así que cuidaré de ti"

-Pff-Salió de sus labios, estaba intentando contenerse realmente.

-¿Y ahora qué mierda te pasa?-Cuestionó él, ella tosió un poco para disimular la risa.

-N-nada-Susurró, que bueno que el medio italiano era como era porque así le gustaba. Tiritó un poco invadida por otra oleada de frío, dios se estaba vengando de ella por sus malos pensamientos, bien merecido lo tenía. –Tsuna-san ¿Llegará pronto?-Preguntó a la nada, el chico no le respondió, ella dio la vuelta para ver si siquiera estaba ahí, lo encontró completamente serio.

-El décimo tiene muchas cosas que hacer-Dijo simplemente, evitando mirarla más. -Tendrías que ser agradecida con él-Murmuró.

-S-sí… Tsuna-san siempre es muy atento con Haru-Dijo la japonesa sintiendo un ambiente tenso.

-No te hagas ilusiones mujer, el décimo no se fijará en ti-Atacó él y ella molesta frunció el ceño.

-Haru no está pensando así Gokudera-san-Gimió con tono irritado la japonesa.

-Tu cerebro procesa tan mal la información que podrías creer cosas que no son ciertas-Le espetó el albino sonriendo sardónico.

Justo cuando pensaba que él no era tan malo y grosero tenía que venir con ese comentario…

-¡Haru no estaba haciendo nada!-Gritó levantándose, no se iba a quedar ahí- ¡Si tanto te molesta Haru se va!-Determinó poniéndose de pie, casi cayendo por el esfuerzo, el chico se levantó de inmediato para tomarla del brazo y regresarla a la cama de un jalón.

-¡¿Tienes mierda en ese cerebro tuyo?! –Regañó el Vongola de la tormenta, ella lo observó llorosa, antes de que abriera la boca hizo "puff" en una nube de humo rosa, Gokudera tosió alejándose un poco.

¿Qué demonios había pasado?

Haru abrió los ojos para apoyarse en la pared, no estaba segura solo sintió una sacudida y después… escuchó sonidos extraños en un idioma que no entendió, miró alrededor sólo para encontrar una figura masculina delante de ella ¡Y qué figura! Músculos bien enmarcados sin llegar a ser exagerados, un abdomen cubierto de piel blanca y delineado perfectamente, como si fuera el cuerpo de un modelo o bien una pieza de arte, largas piernas gruesas y masculinas evidentemente, además… sólo tenía una toalla blanca amarrada flojamente en la cadera, subió la mirada para ver mechones de cabello plata empapados enmarcando un perfecto rostro de facciones varoniles… los ojos verdes bien abiertos puestos sobre ella.

Abrió la boca y ahogó un grito de asombro ¿Quién era? ¿Por qué estaba ahí? ¿Cuándo fue qué semejante adonis había llegado a…? No, esa no era la casa de Gokudera aunque olía similar, lo que escuchaba era el televisor pero no era japonés…

-Joder-Soltó el apuesto hombre sonriendo de lado torcidamente. –Le dije a la mujer estúpida que no tocara esa estúpida bazooka, se la quité la estúpida vaca porque está en modificación… pero nunca hace caso… nunca haces caso ¿verdad?-Preguntó dando un paso hasta ella, dejando atrás el objeto tirado en el suelo, la castaña se encontró acorralada con la pared.

-¿Q-quien…?-Haru balbuceó antes de sentirlo más cerca. Ojos verdes, cabello plata… ojos verdes, cabello plata… no podría ser otro que… -¿G-Gokudera-san?-Preguntó y él apuesto hombre sin dejar de acercarse enarcó una ceja.

Haru entendió: la bazooka era la de Lambo, pero de ser así debió cambiar con la Haru de 10 años más en el futuro y no con ella que pertenecía al pasado…

-Mierda… Spanner se pondrá contento cuando sepa que ya se puede viajar al pasado-Gruñó el apuesto adulto…

Ah estaba en el futuro porque era un sistema diferente… en el futuro… ¿Qué hacía ella en el futuro con Gokudera y además por qué estaba en paños menores? Sin pensarlo mucho cubrió sus ojos con las manos, el Vongola parecía divertido por eso.

-Ahora que lo recuerdo-Rememoró y luego bufó-Mereces un buen castigo por todo lo que me hiciste en el pasado… estúpida- La forma en que la llamó con ese insulto lejos de parecerle agresiva fue más bien como… sensual.

-Ha-Haru no ha hecho nada…-Susurró ella –G-Gokudera-san no es divertido ¡Para!-Pidió alterada consciente de que el hombre estaba ya muy pegado a ella, casi podía sentir el calor de su cuerpo, mientras que en el suyo una serie de sensaciones aumentaba, el pulso, la fiebre, la respiración. Abrió los ojos sorprendida cuando sintió la mejilla del italiano cerca de la suya y su aliento chocando en su oreja.

-Qué mierda estás diciendo… en esta época nunca me pides que pare-Le dijo y Haru sintió como una fuerza descomunal la levantaba de la cintura.

Por su parte, en el pasado Gokudera se encontró con la figura más curveada de la castaña que lucía un minúsculo short color negro así como una camiseta de tirantes a juego, parecía más bien una pijama que ropa, el cabello largo suelto y desperdigado por sus hombros.

-¡Hahi!-Exclamó viendo al chico y luego alrededor, sonrió sardónica –Hayato va a matarme… dijo que dejara esa bazooka pero estorbaba-Susurró negando

-O-oye-Llamó el chico frente a ella, la mujer miró el calendario, luego la hora en un reloj muy fino sujeto a su muñeca.

-Ah… Spanner-san se pondrá contento cuando sepa que sí se puede viajar al pasado ahora- Sonrió, lucía mucho más madura y femenina, además olía a jabón perfumado… ¿fresas o cerezas? Gokudera negó, no debía distraerse ¿Viajar al pasado? Es decir que esa era la mujer estúpida del futuro… ¿Pero… por qué lo nombraba con tal falta de respeto? La mujer reparó en él, sonrió.

-Gracias por cuidar de mi yo del pasado-Dijo inclinándose un poco para después ponerse de pie y acercarse a él -Bueno… supongo que esto servirá en venganza por lo que me hiciste en el futuro Ha-ya-to-kun- Susurró avanzando hasta el chico para tomar entre sus manos el rostro del aludido que perdió el color por un momento para después sonrojarse –Haru del futuro te dará información importante sobre mi yo del pasado… -Dijo muy cerca de su cara.

-¿¡Qué mierda estás…?!-Preguntó él en pánico.

-Sólo te diré… como le gusta a Haru que la beses-Guiñó ella para después pegar sus labios a los de él. Gokudera se quedó tieso como una piedra, en especial al sentir la lengua suave de la mujer entrando a su boca… seguramente iba a desmayarse.

En el futuro las neuronas de Haru corrían de un lugar a otro sin poder hacer sinapsis, no podía respirar, por todo su cuerpo descargas eléctricas explotaban de tal manera que pensó que se desmayaría… la forma en que Gokudera del futuro estrujaba su cintura reteniéndola contra la pared sin dejarle escapatoria tan sólo con un brazo, la manera en que la mano libre áspera, húmeda y tremendamente caliente subía por sus piernas hasta sus muslos y esa lengua viperina entrando en su boca salvajemente con tanto descaro para después bajar directamente por unos segundos a su cuello chupando su piel con tanta intensidad la dejaban sin habla, no hacía más que gemir y enterrar las uñas en la espalda del chico.

-Supongo sabrás perfectamente bien quien me dejó la espalda hecha mierda-Susurró el albino medio sonriente al oído de la pobre Haru que estaba por perder todos los sentidos. Viéndola así la soltó y dejó ir mientras se daba la vuelta y sacaba algo de un cajón con total tranquilidad –No tienes que saber nada aún… sólo que esto es mi culpa y ya-Le dijo arrojándole el objeto que había sacado, Haru lo miró, sus ojos se abrieron como platos completamente roja para después desaparecer en el humo, la Haru adulta recién llegada observó al hombre frente a ella, enarcó una ceja y luego levantó aquello que había dejado caer al regresar a su tiempo.

-Hayato te portaste muy mal.-Señaló pero sin molestia realmente.

-¿Y tú qué?-Preguntó el hombre con desdén.

-¡Hahi! No me compares contigo pedófilo-Respondió ella, él gruñó para después sentarse en la cama.

-¿Te quite la fiebre y así me agradeces mujer estúpida?-Interrogó con calma, ella caminó hasta él sentándose a arcadas encima de ese cuerpo que tanto le gustaba.

-¿Y tenías que arruinarme la sorpresa 10 años antes?-Fue la respuesta de ella, para después mostrarle eso… la prueba de embarazo positiva -¿Cómo supiste que la tenía escondida en el cajón? –Cuestionó después

-Por qué eres estúpida… ¿Creíste que no notaría que mi mujer no enloquecía como cada mes? Joder, no soy un mocoso idiota-Le dijo él para después cambiar de rol colocándola debajo. –Además fue idea mía tirar todos los condones a la basura… esas mierdas son molestas-Se quejó divertido por el sonrojo de la castaña.

-¡Fuiste tú!-Le reclamó antes de ser acallada por uno de esos besos que tanto le fascinaban.

- "La forma en que a Haru le gusta que la bese" ¿No? Serás estúpida, como si no supiera hacerlo-Dijo un poco sarcástico, ella volvió a enrojecer… pasara el tiempo que pasara nunca cambiarían… solo se volverían un poco más… intensos.

-Claro, eso fue después de que te volvieras loco por todo esto… Hayato, si sabías que a tu yo del pasado le iba a molestar lo que le hiciste a Haru… -Susurró ella recordándolo, vaya sacudida le iba a tocar a su yo de antaño. A toda acción corresponde otra en sentido contrario con la misma fuerza… o peor.

En su época Haru de 17 años después de despejar la nube de humo rosado se encontró cara a cara con el italiano, ambos chillaron retrocediendo respectivamente al verse, al chico se le veía normal, agitado pero normal… aunque después de unos segundos cambió de expresión a una confundida para después mirarla enfurecido.

-¡¿Qué demonios es todo eso?!-Gritó señalándola… Haru se observó, sonrojada se encontró de una manera más que desarreglada, un poco mojada tenía manchas oscuras por toda la ropa debido al agua, el pelo revuelto y si no fuera poco ese vestido de botones ahora era un pedazo de tela semi abrochado dejando ver parte de su pecho que además había sido "decorado" con una serie de mordiscos y chupetones…

-Ah… Haru… -Balbuceó intentando abrocharse de nueva cuenta la ropa. –Y-yo… estaba…-Tragó en seco… maldito delincuente del futuro, pedófilo… abusivo… encantador y sexy…

-¿Estabas en el futuro no? La estúpida mujer de ese tiempo estaba aquí… así que ¿Dónde carajo estabas metida para terminar así?-La cuestionó el platinado.

-C-creo que en Italia-Respondió la chica asustada, Gokudera estaba muy molesto.

-Para estar enferma y ser estúpida parece que la pasaste muy bien allá-Dijo el chico con cierto tono entre enfurecido y sarcástico.

-¡Hahi! Haru no…-Intentó explicar la castaña pero tenerlo de frente después de sentir todo eso en el futuro…

-Mierda, no quiero saber… de todas formas me importas un diantre-Bufó el chico sin nada de tacto, ella sintió un pequeño dolor en su pecho, luego enfurecida lo tomó de la sudadera jalándolo.

-¡No es culpa de Haru el tú del futuro le hiciera esto!-Le gritó, él quedó un momento en silencio, luego se sonrojó terriblemente apartándose, la miró fijamente. -¡Gokudera-san del futuro dijo que debía pagar por lo que le hice en el pasado y Haru no entendía nada, además estabas desnudo! ¿Cómo pudiste?-Preguntó arrojándole una de las almohadas avergonzada -¡Pervertido, pedófilo, estúpido Gokudera-san!-Le decía mientras le arrojaba la otra y buscaba algo más. -¡Y eso también fue tu culpa!-Le gritó en pánico recordando aquella prueba de embarazo positiva…

-¡¿Qué mierda te pasa?! ¡Fuiste tú la que vino a…!-Gokudera se quedó callado protegiéndose con el dorso del brazo de esos ataques. -¡Si eso dije entonces lo merecías!-Le gritó tomándola de las manos, Haru brincó espantada.

-¡No toques a Haru, pervertido!-Le exigió, él enarcó una ceja.

-¿¡Ese sujeto puede hacerlo pero no yo?! Eres más estúpida de lo que creí- La interrogó/riñó el Vongola en medio del forcejeo, antes de desaparecer la Haru del futuro después de besarlo de esa manera tan jodidamente deliciosa (aunque jamás lo reconocería) le agradeció por "el bebé" y él quedó en shock, de ser así y procesando todo correctamente y de la manera más lógica su yo del futuro entonces tenía a su propia estúpida mujer ¿Por qué mierda se metía con la suya? Y ¿por qué demonios su estúpida mujer dejaba que el del futuro hiciera todo eso?

-¡Gokudera-san es Gokudera-san siempre, no importa la época o el lugar!-Contestó Miura en pánico.

-¡Entonces deja de pelear, maldita sea!-Le recriminó afianzando el agarre.

-¡Haru no está lista para todo eso, Gokudera-san todo tiene su tiempo!-Fue la respuesta desvergonzada de la muchacha.

-¿¡Y qué mierda es eso?!-Preguntó más molesto el muchacho, no quería imaginar realmente a lo que se refería.

-¡P-pues lo que hizo… lo que hiciste!-Respondió la japonesa muy alterada.

-¡No sé qué jodida mierda fue y pasarán años antes que lo sepa!-Alegó el italiano.

-¡Entonces no le preguntes a Haru ahora, lo sabrás en el futuro!-Protestó la castaña

-¡Maldita sea no dejarás de ser estúpida tampoco así que, qué mierda…!-Rebatió el chico sin soltarla.

-¡Entonces ya deja a Haru, de todas maneras no le dejarás de gustar aunque seas un pervertido de clóset!-Replicó la japonesa.

-¡¿Quién mierda es un pervertido de clóset?! ¡Y por mí está bien pero entonces no te dejes tocar por otro, maldita sea!-Objetó el platinado.

-¡Haru promete que no volverá a pasar, entonces Gokudera-san debe hacerse responsable!

-¡Perfecto pero agradéceme estúpida!

-¡Serás tú quien agradezca a Haru estar contigo y soportarte!

-¡¿Yo?! ¡Maldita será mejor que cierres esa boca antes de que yo te la cierre de una vez!

-¡Bien, inténtalo!

Afuera de la recámara Tsuna miraba el suelo sonriendo sonrojado aunque angustiado y Kyoko asentía contenta, por fin las cosas habían avanzado entre ellos, aunque en algún punto debía interferir… Cuando se quedaron en silencio el castaño se asomó, tal vez ya se habían matado… más bien en eso estaban… si la asfixia por un beso contaba como tal…

Tsunayoshi Sawada supo que ahora su guardián y Haru…

Bueno siempre serían Gokudera y Haru. Y ese era el punto… ahora eran Gokudera y Haru.

Y que el mundo se preparara para eso, porque seguramente ardería.