Holaaaa a todos! Este "tipo" de historia la subí hace un par de años, pero la eliminé al darme cuenta lo asquerosamente mal redactada que estaba…

La historia inicia a partir del final del episodio 38 del Chrono Stone y tiene a Akane como protagonista. Ante todo, Inazuma no es mío, sino propiedad de Level-5


Epílogo: Dedicado a Maria Violet

Shindou estaba totalmente en shock al ver a ese niño abrazar con tanta alegría a la que consideraba su adorada fotógrafa, una cosa es que hubiera sido un idiota y no dimensionara a la dulce chica que tenía siempre cerca de él y otra muy diferente era que no daría la pelea por ella

- ¿Y sí di la pelea y aun así prefirió a Yukimura? –tenía que calmarse o iba a darle un ataque de pánico o algo peor, no tenía ningún tipo de información y Saru le aseguro que tenía 6 horas para conocer un poco del futuro.

- Tía Aka –escucho que la llamaba la versión miniatura del capitán o ex capitán del equipo de Haruken, honestamente esto estaba alterando su raciocinio y su ubicación espacio-temporal- ¿Tío Taku?

- No deja de preguntar por su adorado Tío Takuto –vio como el peli azul rodaba los ojos exasperado, seguramente su pequeño hijo llevaba preguntando por lo mismo bastante rato y Shindou en secreto admiro que su rival no hubiera perdido los estribos en ningún momento, él no sabía si algún día podría reflejar dicha tranquilidad

- Fue a reunirse con mi hermana en la Empresa –respondió la dulce mujer de ojos amatistas con una sonrisa llena de ternura al ver como al pequeño se le inflaban las mejillas, lo más seguro era que estuviera un tanto molesto por no ver a su Tío favorito

- ¿Tía Aka, Tío Taku? AKANE NO SE CASO CON YUKIMURA –cualquiera que viera al pianista en esos momentos dudaría severamente de su sanidad mental, el chico tenía los ojos brillosos, estaba haciendo una especie de baile que era una mezcla entre la Macarena y el Aserejé y además sonreía casi como ido.

El castaño estaba tan en su mundo que no se fijó cuando los 2 peli azules se despidieron de la castaña para seguir su camino, vayan ustedes saber a dónde y mucho menos notó que la oji lila se había acercado a él con una sonrisa divertida

- Llegaste justo a tiempo –le murmuro Akane con una sonrisa maternal una vez que se posicionó detrás de él para no asustarlo demasiado, porque si algo le encantaba hacer desde que estaban juntos era asustarlo

- ¡Akane-san! –fue el gritó que pego el pianista al verse descubierto, algo le decía que esa mujer iba a matarlo de un infarto un día de estos y lo que era peor ella no debería saber que él estaba ahí, podía traer severos problemas al futuro

- Saru me comento hace años que vendrías por estas fechas, hay mucho que mostrarte –la sonrisa se mantuvo intacta y ahora que Shindou la tenía frente a él podía detallar mucho mejor los cambios que había sufrido la chica con el paso de los años. Su cabello había crecido y estaba un tanto más oscuro de lo que lo recordaba, sus ojos seguían siendo igual de brillantes, pero pudo notar que ahora había una máscara de pestañas y un poco de brillo en sus labios, estaba un tanto más alta que antes, pero seguía siendo pequeña, adorable y ya podía apreciar unas pequeñas líneas en su boca, seguramente ahora reía mucho más que en Secundaria- ¿he cambiado mucho?

- No… no es eso –murmuro el chico un tanto incómodo, bendito afortunado el que se casó con ella, verla todos los días ya habría sido un regalo de los Dioses y podía haber muerto en paz. No entendía porque era tan amable con él, después de toda la indiferencia con la que la había tratado antes- ¿Dónde iremos?

- A una de nuestras sucursales –respondió escuetamente, su hermana y su cuñado tenían razón, se había casado con alguien sumamente despistado, pero que sería el mejor padre del mundo, hasta su abuela había estado de acuerdo en eso antes de fallecer- ¿no quieres preguntarme nada?

- ¿Cómo están los demás? –eso era terreno seguro, si bien se moría por preguntarle con quien se había casado (si es que lo había hecho) o quién era el padre del bebé, ellos nunca fueron cercanos, al menos no todavía

Esas eran una de las cosas que la habían enamorado hace años y que afortunadamente se mantenían vivas dentro de su esposo, por mucho que su hermana lo molestara constantemente con algunos de sus "defectos" ella no lo cambiaría por nada- todos están bien, van a casa al menos una vez al mes. Midori y Nishiki nos invitaron a Italia, para la inauguración de su casa

- ¿Nos? –preguntó con nerviosismo el chico a sabiendas que había llegado el momento de saber la verdad o al menos parte de ella. Adoraba a la chica eso estaba claro, pero no sabía cómo tomarse el hecho de que quizá se casó con ella y quizá tendrían un hijo, él no estaba enamorado de ella ¿o sí? Y un noviazgo de Secundaria o Preparatoria no podría durar tanto tiempo ¿verdad?

- Creo que no estás emocionalmente listo para tener esta conversación –le cortó la oji lila un tanto dolida de la mirada de repulsión que tenía el joven al darse cuenta que los habían invitado juntos a un lugar o que compartían una casa.

Era una tontería que se sintiera mal por eso, ella tenía 25 años y estaba totalmente segura de que el Takuto de su época la amaba, eso era más que suficiente y era totalmente comprensible que su versión más joven tuviera tantas dudas, él no sabía que comenzarían a salir recién en la Universidad o todas las cosas que vivirían más adelante (por obvias razones), si bien estaba segura que pudieron haber iniciado su relación desde la Preparatoria.

Tras la indiferencia y el frío trato del muchacho una vez que volvieron de su viaje en el tiempo, probablemente porque no sabía que sentía y porque tampoco quería hacerle daño, algo cambió en ella.

Habló con su hermana y una vez graduada de la Secundaria se inscribió en la Preparatoria a la que iban todas las mujeres de su familia, Hyotei Gakuen (*) se volvió su hogar y le sirvió mucho para volver a conectarse con sus raíces familiares. El Shindou de 16 años no la llamó, ni la buscó, lo que le dio fuerzas para seguir adelante con su vida y se enamoró.

Ootori Choutarou, era 2 años mayor que ella y fue una relación de ensueño, gracias a él y su reconciliación con su familia volvió a reír a carcajadas sin importarle lo que los demás pensaran de ella; estuvieron juntos un poco más de 3 años. Le pusieron fin a su relación solamente por el deber que tenía él de casarse antes de los 22 años, algo para lo que ella evidentemente no estaba lista; lo adoraba con todo su corazón porque a sabiendas de que ambos terminarían con el corazón roto eligió protegerla y no obligarla a casarse.

Dentro de todo ese desastre emocional se reencontró con Shindou en su 2do año de Universidad, cada vez que lo recordaba se reía, pues el chico no la reconoció para nada y solo atino a salir corriendo cuando ella le sonrió por 1era vez. Luego de que lo hizo entrar en razón asegurándole que de verdad era su ex gerente del equipo de fútbol, no volvieron a separarse.

- No quería parecer grosero –volvió a hablar Shindou, al darse cuenta de que había metido la pata de nuevo, eso obligo a Akane a salir de sus pensamientos y recordarse que el chico que tenía al lado no era su esposo, era un chico de 15 años que no tenía ni idea que hacer con su vida.

- No lo fuiste –respondió escuetamente mientras abría la puerta de la sucursal a la que lo había llevado, su favorita y la más importante. Con ella había vuelto a los negocios de la familia, recuperando al 100% la relación con su difunta abuela.

- AKANE ¿DÓNDE ESTABAS? –fue el grito desesperado de un Shindou de 25 años que se aseguraba que su esposa estuviera en perfecto estado, había ido a la Empresa para reunirse con su cuñada en lugar de la oji lila solo porque había amanecido más cansada que otros días y el no encontrarla en casa por ninguna parte había hecho que casi se volviera loco

- Salí a caminar –le respondió acariciando su mejilla para que se calmara un poco e internamente disfrutaba la vergüenza que debía estar pasando la versión de 15 años de su esposo- mira con quién me encontré

- Si algo les hubiera pasado a ti y a nuestra hija yo… -el futuro padre no pudo seguir hablando al encontrarse con su versión adolescente tan de la nada, una versión de sí mismo que lo miraba sumamente avergonzado por todo lo que acababa de ver, pero a la vez no entendía cómo ellos 2 habían terminado juntos- okey… esto es raro

- Los dejare para que conversen –aseguró la futura mamá con una mirada traviesa al darse cuenta de que por fin el karma haría de las suyas y a pesar de que le encantaría presenciar la conversación en persona sus pies la estaban matando. Por ello, le revolvió el pelo al Shindou adolescente y le dio un beso en la mejilla a su esposo para ir a sentarse en la pequeña oficina que tenía en el 2do piso del lugar

- No entiendo nada –fue lo 1ero que se atrevió a decir el adolescente, tras la partida de la mujer

- No vas a entender hasta que llegues a la Universidad –fue la escueta respuesta, porque si bien esa dulce mujer era su esposa, siempre se le haría raro hablar de las relaciones ajenas

- ¿Cómo paso esto?

- Lo dices como si fuera algo malo

- Solo nos atraía

- ¿Estas totalmente seguro de eso?

- ¡Por supuesto que sí!

- Mentiroso –rió el Sindou adulto, ahora entendía porque Kirino lo había molestado tanto con el tema durante su último año de Secundaria y toda la Preparatoria. Era demasiado divertido ver a su versión más joven negar todo lo que sentiría por la castaña, porque 10 años después no podía concebir su vida sin ella, era su luz y su compañera. Entendía que su yo joven no fuera capaz de dimensionar el futuro amor que le tendría a la mujer, pues en ese momento por su cabeza y corazón solo había espacio para el deporte que tanto amaba.

El fútbol, desde cierto punto de vista, les había permitido conocerse y poder consolidar una pequeña amistad, una amistad que perdió en Preparatoria cuando la chica decidió irse a Hyotei Gakuen no solo para continuar con la tradición familiar, sino que también para alejarse del daño que él le había hecho con su indiferencia.

Recordar que por culpa de su inseguridad no empezaron una relación desde el regreso al viaje en el tiempo aun le pesaba y lo que más pena le daba es que otro chico supo valorar la gran mujer que era desde el primer momento, ella estaba en todo su derecho de salir con quien ella quisiera y le daba rabia no poder odiar a Ootori, ese hombre era demasiado bueno para este mundo al igual que su esposa.

No eran amigos y dudaba mucho que algún día pudieran serlo, pero Akane había sido muy clara estableciendo que el peli gris sería el padrino de la pequeña niña que venía en camino y Yukimura sería el padrino del siguiente. Algo que a él no le agradaba del todo, solo porque ambos chicos habían sentido cosas por su esposa… ¡y uno estuvo a muy poco de casarse con ella demonios!

Asimismo, era evidente que no podía contarle todo eso a su versión más joven porque ahí sí que alteraría el futuro y conociéndose como se conocía solo arruinaría la bella familia y vida que tenía ahora

- ¿No puedes explicarme nada? –preguntó con ansiedad el más joven a sabiendas de que lo más seguro era que no pudieran revelarle, ni siquiera que iba a estudiar. De cierta forma le agradaba ver lo feliz que su yo más adulto se veía, le daba pánico crecer, pero parecía que con la oji lila no sería tan malo

- Cometerás varios errores en los próximos años y vas a querer morirte cuando sepas que todos siguieron su vida a pesar de eso –inicio el adulto con una sonrisa tranquila, no estaba siendo del todo justo con si mismo al decir que todos seguirían su vida, pero su versión joven no tenía por qué saberlo. Desde cierto punto de vista, estaba hablando consigo mismo y por ende sabía, que si no le ponía un exceso de dramatismo a sus palabras las olvidaría- cuando llegues a la Universidad, en algún momento de esos años vas a tener la oportunidad de enmendarlos y seguramente vas a volver a arruinarlo, pero esta vez te darás cuenta a tiempo

- Y ten por seguro que vas a seguir arruinándolo con el tiempo –se burló una mujer de cabellos castaños oscuros por debajo de los hombros y ojos del mismo color desde la puerta, se parecía a Akane solo que sus rasgos no se habían quedado tan aniñados. Vestía un pantalón negro recto con unos tacones bajos a juego y una blusa verde botella con un lazo en su cintura, detrás de ella venía un hombre de cabellos castaños claros casi rubios y unos ojos sumamente serios protegidos por unos anteojos sin marco, portaba un pantalón azul marino y una camisa celeste con las mangas arremangadas- ¿Dónde está mi hermana cuñado?

- Seguramente en su oficina revisando uno de los múltiples contratos que le dejaste Amey –respondió el Shindou adulto rodando los ojos, adoraba a su cuñada y a su esposo, esos 2 habían sido un gran apoyo para él en su tarea de conquista por mucho que ambos no se hubieran metido en su relación. Aun así, le incomodaba las veces en que los visitaban, no porque se llevaran mal, sino que temía meter la pata y que por su culpa las 2 hermanas se pelearan- ¿Cómo estuvo Alemania Tezuka-san? –el adolescente no supo en que momento en su pecho se instaló una sensación de calidez al ver la que sería su familia en un futuro.

Por qué no se trataba de que no cometiera errores, sino que supiera solucionarlos con el tiempo y que siguiera a su corazón para saber cuál era el camino correcto...

Una parte de él se moría por saber cómo terminaría saliendo con Akane, pero otra, que era más chismosa, ansiaba escuchar la historia de cómo la que sería su cuñada (siendo tan enérgica como se veía) terminaría con alguien que se veía tan serio, pero estaba seguro que esa sería otra historia…

~ Fin ~


(*) Hyotei Gakuen es una de las escuelas presentes en el anime del Príncipe del Tenis, al igual que Ootori Choutarou y Tezuka-san. Los incluí porque próximamente espero subir un Fuji x Sakuno incluyendo a Akane como la 2da hermana de Amey (mi OC), que será una parte importante para el desarrollo y evolución de Sakuno, al menos al principio de la historia

Tras esto… MI BEBE SE TERMINO… sufro demasiado por esto, sobre todo por el cariño que le tengo a esta historia y a esta pareja, por su puesto.

Muchas gracias a todos los que estuvieron allí desde el primer día y siguen aquí esperando el final, sepan que sin ustedes jamás habría terminado esto!