Summary: Crossover BBCSherlock!HarryPotter / AU / Teenlock / Slash / Sherlock/John / En el verano de 2010, John Watson está listo para entrar a la misma secundaria que su hermana mayor, sin embargo una inesperada carta llega al 221B de la calle Baker.
Advertencias: AU, crossover BBCSherlock!HarryPotter, teenlock, slash, Sherlock/John
Disclaimer: Tanto Harry Potter como Sherlock y todos sus personajes, universos, adaptaciones, reinterpretaciones, presentes y pasadas NO me pertenecen. Esto en un fanfiction sin fines de lucro.
Silabaria L.
Las mágicas aventuras de John Watson
~oO0Oo~
Preludio
7 de agosto, 2010. 221B Baker St., Londres
La actividad era flemática en la calle Baker aquella soleada mañana dominical. John la observaba desde su ventana con una perezosa mano restregando sus ojos y un bostezo descubriendo su boca. Un domingo de verano tan corriente como cualquier otro, salvo porque ese era el día en que cumplía once años. No esperaba ninguna gran fiesta pero sabía que Carl y Mike vendrían a jugar vídeojuegos y a comer pastel. Estaba feliz porque entrarían los tres a la misma secundaria ese año, donde también estudiaba su hermana Harry.
(En una esquina de la calle, el aire osciló durante unos segundos, como si una pequeña porción de atmósfera tuviese vida propia).
Bajó a la cocina arrastrando los pies descalzos. Estaba solo en el piso, Martha y Harry ya estarían abajo atendiendo el local, aunque los domingos por la mañana casi no había clientes. Le habían dejado un plato con tortitas en la encimera, como cada día, y el olor de la miel lo fue despertando poco a poco. Lo bueno de que su tutora fuese dueña de una cafetería era que siempre había algo delicioso para desayunar. Se sirvió un poco de leche y se llevó la comida al sofá para ver la televisión.
(En el primer piso, una mano enguantada empujaba la puerta del Speedy's, haciendo repiquetear las campanillas).
Puso su programa favorito y se instaló completamente feliz con su satisfactoria y normal vida. Era un domingo de vacaciones de verano, era su cumpleaños... y John aún no lo sabía, pero también era el día que jamás olvidaría.
~o0o~
Interludio
–¿Disculpe? Carta para John Watson, habitación del tercer piso, 221B de la calle Baker.
Martha Hudson escuchó la frase pero no alzó la vista en seguida. Sabía que aquello podía pasar, lo sabía desde hacía tiempo. Lo había visto en John. Cuando Harry cumplió los doce años sin haber recibido ninguna carta se sintió enormemente aliviada, pero John sería diferente. Él la tenía.
–¿Y usted es? –levantó la vista del libro de facturas que había estado revisando sobre el mostrador y se encontró con una mujer alta y atlética, de cabello corto, completamente blanco.
Miraba alrededor de forma insegura, lo cual no le pareció extraño porque nunca había pisado su cafetería una mujer tan particular como esa. Tenía los ojos de un extraordinario color ámbar y su edad era indefinible. Se podría decir que usaba un vestido largo, pero aún llevaba pantalones debajo y una capa por encima. No era ropa de verano, ciertamente. Predominaba el negro con franjas color púrpura y botines de cuero con una enorme hebilla de metal. Parecía elegante y enérgica, empero.
–Rolanda Hooch, a su servicio, madame –contestó la mujer, con una reverencia.
–Hudson, por favor, Martha Hudson. Tome asiento, prepararé té.
Harry, que había estado limpiando las mesas, observó todo el intercambio y su mirada se oscureció. No estaba feliz con la noticia "ya somos dos", pensó. La envió en busca de John, y mientras la curiosa mujer se acomodaba en una mesa, cerró el local. No había clientes después de todo.
–Viene de Hogwarts, ¿verdad? –susurró con tristeza.
Rolanda pareció notoriamente sorprendida.
–No soy del todo muggle –dijo simplemente Martha.
–¿Squib? Pero en el registro decía...
–Hace mucho tiempo que mi familia se mezcló en el mundo muggle, antes de que yo naciera –se explicó. Habría deseado no volver a usar esas palabras de nuevo–. Mi abuela, sin embargo... ella fue... fue una...
–¿Una bruja? –terminó Rolanda.
–Sí. Eso.
Martha no era capaz de decirlo, pero la otra mujer no parecía molesta con su turbación. Tal vez ya sabía su historia familiar, o la imaginaba. Ellos habían cambiado de nombre, de apellido, de condado, de mundo, habían abandonado sus propiedades, su vida... todo. Mucha gente hizo lo mismo durante las últimas dos guerras de la Inglaterra mágica.
–Los padres de John también, por eso... por eso ya sabía que vendrían por él.
–Señora Hudson –dijo amablemente Rolanda. Pareció entender que era un tema delicado para Martha–, ¿él sabe lo que es?
–No, no lo sabe –dijo.
La bruja suavizó su rostro. Resultaba evidente que no era la primera vez que trataba con ese tipo de situaciones, y Martha se preguntó a cuántos hijos de muggles habría ido a buscar a lo largo de su carrera. Tal vez incluso tenía un guión ensayado.
–Él debe ir a Hogwarts, señora Hudson, es por su propia seguridad. Un mago sin instrucción podría...
–Lo sé –la interrumpió, resignada. Claro que lo sabía–. Lo sé.
Harry no, pero John sí. Merlín lo ayudara. Al menos su abuela ya había muerto, porque en lugar de bruja, la palabra que Martha Hudson realmente no se atrevía a decir era mortífaga.
~oO0Oo~