HOLA A TODOS LOS FANS DE FROZEN, SE PREGUNTARAN PORQUE VOLVI A RE-ESCRIBIR LA HISTORIA. BUENO HAY VARIAS RAZONES, LA PRIMERA ES QUE MI ESCRITURA ERA PESIMA PERO GRACIAS A LOS CONSEJOS QUE ME DIERON OTROS USUARIOS DECIDI EMPEZAR DESDE CERO, LA OTRA RAZON ES QUE TUVE PROBLEMAS CON LA PC Y TODOS LOS CAPITULOS QUE TENIA YA ECHO, SE ME BORRARON Y DEBIDO A QUE LA COMPUTADORA NO ERA MIA SINO DE LA RESIDENCIA DONDE ME QUEDABA, BUENO SE IMAGINAN EL PROBLEMA QUE TUVE POR ESTAR SIEMPRE EN ELLA.

LES AVISO QUE LOS PERSONAJES Y LA TRAMA SERA LA MISMA, PERO CON ALGUNOS CAMBIOS EN LOS CAPITULOS Y ACONTECIMIENTOS, Y POR SU PUESTO CON UNA MEJOR GRAMATICA PERO SI AUN TENGO DEFICIENCIA LES PIDO QUE ME AVISEN POR REVIEWS O PM.

ENTONCES COMENCEMOS.

CAPITULO 1: LA LLEGADA DE RIDEN.

Arendelle un reino conocido por todos por tener un clima bastante frio, con casas hermosas y habitantes muy amables, era gobernado por el Rey Agdar y la Reina Idun, ambos eran grandes monarcas, cada persona del lugar reconocía su liderazgo y su capacidad de llevar al reino a un bienestar económico sin precedentes, pero algo cambio de un momento a otro, las puertas del castillo fueron misteriosamente cerradas, prohibiéndole el paso a cualquiera que no tuviera permiso de los reyes.

Esta acción provoco que se empezara a correr un rumor de que la familia real fue hechizada, al principio la gente no creía tal cosa, pero al pasar de los días la situación iba empeorando, los comerciantes e incluso representantes de otros reinos no se atrevían a venir, por el simple miedo de quedar atrapados por la supuesta maldición. Esto llevo a Arendelle a una crisis económica, que iba empeorando día a día, pero lo que sus habitantes no sabían era que la princesa heredera del reino, tenía el poder de congelar cualquier cosa y que hace días tuvo un accidente que le costó la relación con su hermana.

En el castillo, más precisamente en la habitación de la Princesa Elsa, esta se encontraba sentada en su cama llorando, desde lo ocurrido con su hermana decidió apartarse de ella, le dolía que ya no pudiera jugar o ver su cara, pero era por su bien y el de todos que ella tuviera sus poderes ocultos. Desde que tenía memoria nunca había tenido miedo de usarlos, pero ahora eso cambio.

Debido a su soledad empezó a leer varias historias sobre héroes que salvaban a las personas de villanos muy poderosos. Al principio les pareció fascinante pero lo que la ponía triste era que la mayoría de los héroes no tenían poderes en su lugar siempre los malos lo tenían, por lo que empezó a sentirse como un monstruo.

-No entiendo porque siempre los malos son los que tienen los poderes- exclamo molesta, algunos poseían el poder de volar, a ella le gustaría tener ese poder, imaginándose entre las nubes y poder tocarla le daría mucho gusto. Pero era un sueño tonto de una niña tímida e insegura.

-Que tonto-dijo molesta, lazando el libro que tenía al lado hacia la puerta, donde noto una pequeña sombra debajo de ella, era obvio quien era.

-¿Elsa y si hacemos un muñeco?-canturrio un pequeña voz detrás de ella, era su hermana Anna, desde que se encerró en su cuarto, la pequeña no dejaba de venir para tratar que saliera, y siempre venía con la misma frase, ella se rio, esas palabras eran como un tipo de código mágico, que le permitía a Anna hacerla jugar con ella. Ahora solo eran palabras vacías. Por lo que miro la puerta con el ceño fruncido.

-No quiero jugar Anna, vete, no ves que quiero estar sola-la regaño pero su hermana no la iba a dejar tan fácilmente.

-¿Por qué siempre me dices que me vaya?, acaso estarás ahí para siempre-grito, Elsa se había puesto odiosa, ahora no jugaba con ella, no entendía porque, pero de un momento a otro su amistad se había ido como si nada.

-Es por que no te quiero cerca, ¿no lo entiendes?- le grito, su hermana tenía cinco años y hacerla entender algo, era difícil, aun así no la iba a dejar entrar.

-Bien, entonces me quedare aquí sentada y no me quitare hasta que salgas-respondió enojada, a lo que procedió a sentarse. Elsa miro su sombra quedarse quieta en el lugar, era obvio que no se movería, pero conociendo a su hermana se quedaría dormida en unas cuantas horas, así que agarro otro libro y empezó a leerlo. Pasaron las horas, donde poco a poco iba anocheciendo y como era de esperarse Anna se quedó dormida en el lugar. En ese momento los reyes iban llegando y a ver a su hija menor, La reina no dudo en cargarla para poder llevarla a su cama.

-Ve como esta Elsa, tal vez también está dormida- dijo la reina a su esposo, para luego dirigirse a la habitación de Anna.

El Rey saco unas llaves y puso una en la cerradura, así abriendo la puerta. Era precavido no podía dejar a Elsa completamente aislada de todo y tener llaves propias le aseguraba poder entrar a su habitación cuando él quisiera, pues claro, cuidando que Anna no lo viera.

-Hola Elsa, ¿ya estas lista para dormir?-pregunto viendo a su hija que ya tenía su pijama puesta, está a verlo le dio una pequeña sonrisa, al rey le daba gusto ver sonreír a su pequeña, pero le daba una gran tristeza tenerla encerrada en el castillo, debido a que era muy joven, nunca la dejo salir a hacer amigos, y eso le aliviaba, no se imaginaba el dolor que sentiría su hija si tampoco pudiera ver a sus amigos ya con no ver a su hermana era suficiente.

-Bueno, entonces acuéstate en la cama y te contare una historia, ¿Qué dices?-A lo que su hija con una gran sonrisa rápidamente se subió y se arropo, esperando a que su padre le contara una historia. Agdar se sentó a su lado y le acaricio su cabeza, por lo que procedió a contarle la aventura de un caballero que rescato a una princesa que estaba encerrada en un castillo por un temible dragón, la niña escuchaba la historia atentamente, le gustaba ese tipo de cosas, e incluso llego a pensar que un príncipe vendría a liberarla de su prisión, pero eso era ridículo algo así no podía ocurrir.

-¿Papá crees que un día conozca a mi príncipe?-pregunto inocentemente, provocando que el rey se sorprendiera, su hija era muy joven para pensar en esa cosas y pues claro el chico que llegara a estar con ella tenía que ser aprobado por el. No iba a dejar que cualquier hombrecito se le acercara a su hermosa nena o sino sufriría las consecuencias de su ira.

-Si mi amor, un día veras que ese hombre llegara, pero aun eres muy joven, así que será mejor que pienses en ser una buena niña y terminar tus estudios para ser reina-respondió con una sonrisa, esto fue suficiente para que Elsa se durmiera, por lo que el rey le dio un beso en la mejilla y procedió a retirase. Pero a cerrar la puerta, la niña abrió uno de sus ojos para verificar si su padre se había ido, y se bajó de su cama para poder ver por la ventana, le gustaba ver las estrellas para poder pedirles un deseo.

-Ojala pueda estar con mi familia nuevamente estoy harta de todo esto, quiero tener una segunda oportunidad-dijo comenzado a llorar en el marco de la ventana, provocando que la habitación empezara a congelarse.

A varios kilómetros del reino en medio del bosque. Se encontraba un chico que no aparentaba de tener más de doce años, tenía una apariencia algo extraña, su cabello era blanco y tenía unos ojos platinados, además que su vestimenta consistía en una chaqueta desabrochada de color negro con franjas blancas y debajo de esta una camisa del mismo color, igual que sus pantalones, pero en su pecho tenía una emblema parecido a la cara de un dragón.

-Qué lindo bosque, espero tener tiempo de explorarlo, pero será mejor buscar un lugar para dormir-exclamo alegre, no tenía miedo de andar solo por la noche, de hecho le gustaba estar a estas horas por un lugar nuevo. Pero fijo su mirada en un enorme castillo qué se veía desde ahí. Por lo visto era un nuevo reino, esto lo alegro, pero su rostro cambio a uno de asombro cuando empezó a sentir una energía muy poderosa.

-¿A quién le pertenece esta energía?, será mejor investigar- Por lo que fijo su mirada al frente y mostrando un media sonrisa, empezó a correr, pero lo increíble fue que dejo una estela blanca en dirección por donde se había ido. De un momento a otro apareció en la entrada del pueblo, a esas horas no había nadie por las calles por lo que comenzó a caminar, así viendo cada casa y negocio.

-Este sitio es muy bonito, tal vez me quede por un tiempo, pero necesito saber de dónde viene esa energía- a concentrarse pudo verificar que la energía provenía del castillo, esto le dio curiosidad, al parecer un integrante de la familia real tenia poderes. Desde que tenía memoria ha tenido la extraña habilidad de sentir la energía vital de las personas, además de otros poderes como súper fuerza o la capacidad de volar y por su puesto su increíble velocidad, no sabía si era de nacimiento ya que nunca conoció a sus padres, pero sabía que tenía que usar estos poderes para un bien mayor.

-Bueno entonces tendré que ir al castillo para saber quién posee este poder, tal vez podamos ser amigos-dijo con una sonrisa, durante sus viajes a conocido a algunas personas que han tenido algún poder, pero lo lamentable era que querían usarlo para lastimar a los demás o sacar provecho de sus habilidades para cometer crímenes, a él le enfurecía personas así, pero algunos lo hacían para vengarse de las personas que los molestaban. Esa era otra razón por la que no mostraba casi siempre sus poderes, la gente era demasiado intolerante hacia aquellos que eran diferentes, incluso hubo un momento donde ayudo a un hombre y este le había dicho monstruo.

-"En verdad que las personas son demasiado ignorantes, pero espero que eso cambie"-pensó mientras seguía su camino, pero algo rápidamente llamo su atención. De un lugar que se parecía a una casa de doble piso, salían dos mujeres empujando cada una a un hombre. El peliblanco se paró y se les quedo mirando con curiosidad, uno de esos hombres era calvo y el otro tenia cabello negro. Pero dedujo que estaban borrachos, por la forma que hablaban y caminaban.

-Vamos Lily, ¿Qué tal si tú y yo nos vamos a mi casa y pasamos un buen rato?-dijo el calvo. A lo que la mujer puso un cara de asco y le dio una cachetada, dejando al hombre sorprendido.

-Eres un marrano Jorge, será mejor que te vayas antes que me hagas molestar-respondido enojada la mujer, el chico a ver su vestimenta de mesera, dedujo que trabajaba en el lugar. Esta tenía un cabello castaño suelto y tenía ojos azules, pero el hombre se acercó y la sujeto del brazo izquierdo.

-No entiendo cuál es tu problema, lleva años que tu esposo murió y tienes a tres hermosas hijas, te aseguro que puedo ser un buen padrastro-afirmo con una sonrisa que tanto a las mujeres y al chico le daba asco. Era obvio que pensaba algo más de solo ser un padrastro.

-Mejor vete, estas borracho y espero no verte por aquí de nuevo-dijo apartando su brazo, pero todo cambio cuando escucho el grito de su hija, a mirar vio que el amigo de Jorge la estaba sujetando por el cuello, su corazón le empezó a retumbar por el miedo, pero cuando iba a ir a ayudarla el calvo la sujeto de la misma forma, el olor a alcohol le daba nauseas. Pero en ese momento empezó a llorar.

-Por favor Jorge no le hagas nada a Analy, hare lo que quieras, pero déjala ir-dijo con lágrimas en los ojos, pero el hombre se burló de su petición, le gustaba ver suplicar a una mujer.

-¿Quién te dijo, que yo le hare algo?, el que la hará varias cosas a tu hija será Brando-dijo señalando a su compañero, que había colocado un cuchillo en el cuello de la muchacha.

-Sera mejor que la lleves adentro y asegura que sus hermanas no interfieran, después me encargare de ellas-ordeno a su amigo.

-Por favor, suéltame-suplico Analy, estaba completamente asustada, estos hombres iban a hacerle cosas horribles no solo a ella sino a su familia. Donde estaba la policía cuando se necesita.

El chico se quedó viendo la escena con el ceño fruncido, en verdad que había hombres asquerosos que solo querían aprovecharse de las mujeres. Dio un suspiro y se acercó por la espalda al tal Brando, y toco con su dedo el hombro del sujeto. Este se sorprendió y a voltease miro a un chico de cabello blanco mirándolo con una sonrisa.

-¿Quién demonios eres?-pregunto asustado por la apariencia del chico, soltando a la chica, pero el peliblanco se limitó a darle un puñetazo en la cara, haciendo que se estrellara contra una pared. Tanto el calvo y la madre de la muchacha, se quedaron helados a ver como un extraño niño había golpeado al hombre.

-¿Está bien señorita?-pregunto a lo que Analy lo veía sorprendida, no solo por lo que había echo sino por su hermosa apariencia, podría jurar que el chico era un Ángel que vino a salvarlas.

-¿Quién eres?-pregunto sin quitar los ojos de encima del chico, a lo que este le dio una hermosa sonrisa, que la hizo sonrojar.

-Me llamo Riden, Riden Bleach- respondió alegremente, se sentía bien en ayudar a alguien en especial a aquellos que realmente lo necesitara. Pero después desvió la mirada al calvo, que había soltado a la mujer y sacado un cuchillo, el hombre lo veía enojado, pero el simplemente le sonrió.

-¿Qué cosa eres tú?, y ¿porque demonios golpeaste a Brando?-pregunto, estaba a punto de mojar sus pantalones ese chico había parecido de la nada, y dada su vestimenta parecía un fantasma. Pero no iba a dejar que un fenómeno interrumpiera su momento. Pero su sorpresa fue mayor cuando el chico apareció en frente de él, mirándolo con esos ojos grises que expresaban una calma aterradora.

En ese momento del mismo edificio salieron dos chicas idénticas de cabello rubio, que rápidamente se acercaron a su madre. Está a verlas no dudo en abrazarlas, de igual manera la otra chica se acercó a su familia, y todas se quedaron observando lo que pasaba en frente de ellas.

-Mami, ¿Qué pasa?- pregunto una de las rubias viendo la situación, pero no pudo evitar fijarse en el chico de cabello blanco, sus ojos se abrieron de la impresión, nunca había visto a un chico así.

Mientras tanto Jorge miraba al chico sin mover ningún musculo, era tanto el miedo, que su cuerpo no respondía.

-Deberías tratar mejor a las mujeres, me molesta que hombres como tu quieran abusar de ellas-exclamo Riden.

-No sé a qué te refieres, solo quería pasar un buen momento con ellas-respondió con una sonrisa, pero tenía que aprovechar la cercanía para poder clavarle el cuchillo en el cuello, tenía que matarlo antes que le hiciera algo.

Pero cuando iba a atacarlo sintió un fuerte dolor en su estómago, a bajar la mirada vio que el chico le había dado un puñetazo. Provocando que su mirada se fuera nublando hasta caer inconsciente en el piso.

Las mujeres quedaron heladas por la fuerza que tenía, pero se sorprendieron cuando de repente el chico había aparecido enfrente de ellas con una sonrisa, pero este miro a las niñas de cabello amarillo, provocando que estas se asustaran.

-Guau ustedes son gemelas, eso es increíble, nunca había visto a unas tan cerca-exclamo con alegría, sorprendiendo a todas las mujeres. Al parecer este chico no quería hacerle nada malo, por lo que la mujer mayor tomo la palabra.

-Hola joven, te agradezco mucho habernos ayudado, pero ¿Quién eres?-dijo Lily, la apariencia del chico le parecía extraña pero su personalidad daba una sensación de seguridad, que la tranquilizaba.

-Como dije antes, me llamo Riden Bleach, me da gusto que estén bien-respondió con una sonrisa, que a la mujer le pareció bastante tierna. Pero para una de las gemelas le pareció algo sospechoso, ese chico le daba mala espina, algo le decía que tenía que alejarse de él.

-Hola soy Amber y es gusto en conocerte, ¿eres un ángel?, ¿un fantasma?, o algún tipo de brujo-saludo la otra gemela, a Riden le pareció muy gracioso la forma tan animada de expresarse de la chica, pero lo que la daba curiosidad era la mirada enojada de su hermana, por lo que decidió en acercarse, pero está a verlo se puso detrás de su hermana mayor.

-No te me acerques fenómeno, o te golpeare- amenazo la chica, provocando que su hermana mayor la viera molesta, sabía que su hermanita tenía una actitud gruñona y era muy difícil caerle bien, pero eso no justificaba la forma de hablarle al chico que las ayudo.

-Ursa no seas maleducada, ¿Qué clase de modales son esos?-dijo Analy por lo que miro al peliblanco, este se había quedado confundido por la forma de actuar de la chica, pero volvió a sonreír, no le molestaba su actitud, ya que en varias ocasiones le habían tratado así.

-Lo siento Joven Riden, pero mi hermana es algo difícil de tratar, pero le aseguro que no quería ofenderlo, ¿verdad Ursa?-pregunto mirando a su hermana, que se limitó a cruzarse de brazos, no iba a disculparse con un chico raro.

-Sí, Ursa es una amargada, pero descuida a veces se la baja lo de vieja gruñona –rio Amber, ganándose una mirada asesina de su gemela. Riden noto que ambas tenían personalidades opuestas. Algo común entre gemelas ya que si tenían la misma forma de ser, los demás las confundirían todo el tiempo.

-A todo esto yo me llamo Analy, como veras trabajo junto a mi madre y hermanas en nuestro bar-exclamo la chica de cabello castaño y ojos del mismo color, debía admitir que la chica tenía una personalidad agradable. Pero después fijo su mirada en el letrero del edificio y pudo leer "Bar de las Sirenas", un nombre único para un lugar así, pero después un ruido sonó en el lugar, algo parecido a un gruñido, asustando a todas las mujeres.

-DIOS MIO ES UN MONSTRUO-grito Ursa, pero a ver como el sonido venia de Riden, aún más le dio medio, ya que posiblemente el chico iba atacarlas.

-Perdón por eso, es que tengo hambre-se disculpó el peliblanco, ganándose una mirada compasiva de la señora Lily, al parecer el chico se estaba muriendo de hambre.

-Joven Riden, por salvarnos le invito en comer todo lo que quiera, es una manera de pagar lo que ha hecho por nosotras, ¿Qué le gustaría comer?. Por lo que el chico sonrió, la comida era una de las cosas que le gustaba del mundo, especialmente los dulces y chocolates, pero pensó que era mejor pedir una buena comida.

-Bueno le agradezco por la oferta por lo que quiero, Pollo con arroz, maíz, espagueti, pescado y tal vez varios chocolates-empezó a pedir, y así continuo por varios minutos, provocando una mirada de asombro por parte de todas. Por lo visto el chico llevaba tiempo sin comer para pedir esa cantidad de comida.

-Entonces entre con nosotros que pronto le daré lo que me pidió-dijo Lily para luego entrar junto a su familia, no le molestaba la cantidad de comida que pedía el chico, de hecho tenían muchos suministros por lo que no le molestaría darle un buen festín al peliblanco.

-"Cielos que bonito lugar, sí que cuidan su bar"-pensó Riden a entrar y contemplar el interior del negocio, pero Ursa lo miraba con el ceño fruncido.

-Oye raro será mejor que no te robes nada, o te juro que yo misma te hare sufrir – amenazo la gemela gruñona, a lo que el chico afirmo con su cabeza. Era mejor seguirle la corriente, él no era un ladrón, pero era mejor evitar cualquier problema innecesario.

-Ursa déjalo en paz, sí que eres un fastidio- hablo Amber, su hermana sí que era una molestia.

-No hables Amber, ¿acaso te gusta este fenómeno?-dijo enojada, pero Amber se sonrojo por lo que había dicho, no le gustaba, pero si le parecía atractivo, de hecho en ver mejor a Riden y notar lo bien formado que tenía su cuerpo, hizo que se sonrojara más.

El chico por su parte las miraba extrañado, podría decirse que esas dos no se llevaban muy bien. Paso un tiempo hasta que Lily y Analy salieran de la cocina con varios platos de comida.

-Riden aquí está la comida que nos pediste, espero que pueda ser suficiente-exclamo Lily, pero literalmente le había traído varios platos con comida para poder alimentar a ocho personas, pero cuando el chico comenzó a comer, se quedaron impactadas como se acaba los platos uno a uno, esto hizo que Ursa empezará a temblar, mientras que las demás lo veían con la boca abierta.

-"Si que llevaba tiempo sin comer"-pensó la Lily a ver como Riden terminaba con el ultimo plato, así dejando una montaña de ellos en la mesa.

-Gracias por la comida, permítame en ayudarlas a lavar los platos- Iba a tomar los platos pero Analy lo detuvo.

-Está bien así, además la que le toca hacer este trabajo es a Ursa-dijo dejando sorprendida a su hermana.

-¿Por qué yo?, a mí me tocaba limpiar las mesas-reprocho, pero su madre se acercó a ella y la miro severamente. Haciendo que se asustara, una de las cosas que quería evitar era ver a su madre molesta.

-También lo vas hacer, es una forma de castigarte, por sacar malas notas, y por decirle fenómeno a Riden- ordeno para luego ver al peliblanco con una sonrisa.

-Gracias por salvarnos y espero volverlo a ver por aquí- por lo que se acercó y le dio un beso en la mejilla , provocando un sonrojo en el chico, así que lo acompaño a la salida, pero noto que los dos hombres seguían en el suelo inconscientes, esto le provoco un risita, el chico les había dado su merecido.

-Sera mejor que llame a la policía, son malos sujetos, pero no deberían estar aquí afuera, podrían enfermarse-sugirió el chico, incluso personas como ellos merecían algo de compasión.

-Lo hare joven Riden, ¿Pero dónde vive?, nunca lo había visto por aquí- Un chico como él no era difícil de olvidar y pensó que su padres lo estaban buscando.

-De hecho, soy nuevo en el pueblo, y solo vine a investigar algo, pero le prometo que vendré a visitarla- Así el chico comenzó a caminar por la calle hasta desaparecer en la oscuridad de la noche. Lily se quedo mirando el camino para luego entrar a su bar, ese niño le había caído bien, pero a ver el alboroto que hacían sus hijas menores, no dudo en regañarlas.

-¿Y ahora por qué pelean?-dijo molesta, a lo que sus hijas las miraron asustadas.

-Es que Ursa me lanzo agua sucia y mojo mi ropa-dijo Amber llorando.

-Pero fue ella quien comenzó, me arrojo un trapo sucio-se defendió Ursa. La mujer suspiro, un día de estos las gemelas le iban a provocar un infarto.

Pasando un tiempo caminando, Riden llego al castillo, a verlo se quedó maravillado por lo bello que era, pero después vio a varios guardias custodiando la puerta, el chico empezó a escanear las energías y sintió una fuera de lo común, así que miro ese punto donde se suponía que se encontraba la persona que tenía ese poder. Así que usando su velocidad, paso al lado de los guardias que vigilaban, haciendo que sus sombreros se cayeran.

-Guau, ¿sentiste esa brisa?-pregunto uno recogiendo los sombreros.

-Sí y ¿no viste una mancha blanca que paso al lado de nosotros?-dijo el otro, mientras agarraba su sombrero, en esta época el viento se comportaba de una manera rara. Por lo que siguieron con su rutina.

En el techo del castillo se encontraba el peliblanco, mirando a los dos guardias que había burlado, era tan rápido que el tiempo se detenía a su alrededor, pero después miro una ventana que estaba en una de las torres, de ahí provenía esa energía, por lo que comenzó a volar hacia alla y a llegar pudo ver a una niña de cabello rubio casi blanco con una pijama de color azul claro, esta estaba llorando sentada en un rincón.

Riden se sorprendió no solo por su apariencia sino el hecho que su habitación estaba congelada, a tocar el vidrio, pudo sentir un frio algo extraño, pero con cuidado abrió la ventana y entro a la habitación, la niña no habida notado su presencia. Pero verla de esa forma le daba tristeza.

-"Pobre, seguro también la tratan mal por sus poderes"-pensó para luego acercarse y empezar acariciar su cabeza.

-No llores pequeña, todo estará bien- dijo, pero la pequeña a sentir una mano tocándola, se levantó de repente, provocando que su cabeza chocara con el chico, el golpe se sintió como si hubiera golpeado una pared. Riden se le quedo mirando preocupado.

-Ay, eso me dolió-dijo sobándose la cabeza.

-¿Te encuentras bien?, no quise asustarte- se disculpó, pero Elsa se le quedo mirando sorprendida, como se había metido a su habitación.

-¿Quién eres?-pregunto temblando, ese chico se veía raro, pero después se fijó en sus ojos platinados, se quedó sin habla, no sabía lo que pasaba pero no podía dejar de verlos.

-Soy Riden Bleach y perdona por la manera que entre, lo que pasa, es que te vi llorando y quise saber porque y además también posees poderes como yo- Elsa se quedó impactada por lo que dijo, ¿Cómo que también tenía poderes?, así que se relajó y miro al chico parado en frente de ella.

-Bueno, gracias por preocuparte por mí, pero no deberías estar aquí y ¿acaso también tienes poderes? -pregunto a lo que el chico comenzó a flotar y seguido levanto su cama. Esto dejo a Elsa con ojos abiertos y sus labios tratando de formular alguna oración. Riden a mirarla decidió bajar la cama y se acercó a ella, por lo visto sus poderes la sorprendieron más de lo que debía.

-AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH-grito haciendo que se tapara sus oídos, pero el grito alerto a todo el castillo. Por lo que tanto los Reyes y los guardias se pusieron en marcha a la habitación de la princesa.

-Oye, ¿Por qué gritas?-pregunto, pero de repente la niña lo abrazo, dejando confundido al chico.

-Sabía que no era la única, lo sabía –exclamo emocionada, había descubierto a otra persona que tenía poderes, así no se sentiría sola otra vez.

-Eres una niña muy simpática y a todo esto ¿cómo te llamas?- A lo que la niña dejo de abrazarlo y lo miro con una sonrisa.

-Soy la Princesa Elsa de Arendelle-se presentó haciendo una reverencia. Riden se alegro por esto y aparte se sorprendió que una princesa tuviera poderes, mayormente los que había conocido eran personas de clase baja. Pero su momento fue arruinado cuando la puerta fue abierta con fuerza, mostrando al Rey y a varios guardias.

-¿Elsa estas bi….-pero a ver a su hija con un chico de cabello blanco, lo había dejado impactado. Pero después frunció el ceño.

-Deténgalo-ordeno, a lo que los guardias agarraron ambos brazos del chico, evitando que se fuera, pero Riden estaba muy confundido. ¿Por qué lo arrestaban?

-Papá él no me hizo nada –pero el Rey la ignoro y ordeno que llevaran al chico a su oficina. Elsa se quedó quieta completamente asustada, que tal si su padre lo mandaba a ejecutar o algo peor, pero en eso llego su madre junto a Anna, que a ver la habitación de su hermana quedo sorprendida.

-Elsa, ¿Por qué tu cuarto tiene hielo?-pregunto la pequeña, pero ella y su madre se le quedaron mirando preocupadas.

-¿Qué pasa, te hizo algo ese niño?-exclamo Anna señalando al peliblanco que era llevado por los guardias.

-Hijas será mejor que nos vayamos a mi habitación, a esperar que va hacer su padre con ese chico- Idun sabía que su esposo no le haría nada malo, pero era muy sobreprotector con sus hijas, y posiblemente lo obligaría hacer algo.

A llegar a la oficina, el rey se sentó en su silla, y empezó a mirar fijamente a Riden, este contemplaba el lugar, era muy elegante, bueno que se iba a esperar de la oficina de un rey.

-Bien chico será mejor que comiences a explicar porque estabas en la habitación de mi hija-dijo seriamente, pero Riden lo miro con una sonrisa, le parecía gracioso la cara que ponía el señor pero era mejor hablarle con respeto ya que no quería hacerlo molestar mas.

-Bien señor, le explicare todo desde un principio – respondio con una sonrisa, a lo que comenzó a explicarle con detalle todo lo ocurrido desde que llego a Arendelle, e incluso sobre sus poderes, esto dejo a Agdar completamente sorprendido, al principio no le creyó de sus poderes y a ver una demostración de su fuerza y velocidad, no pudo negarse a creerle.

-Vaya chico, en verdad eres alguien único, pero de todas maneras no debiste entrar así a la habitación de una princesa, sabes que puedo mandarte a ejecutar por esto ¿verdad?-dijo calmadamente, Agdar era un hombre que le gustaba resolver las cosas de manera pacífica, pero a saber que este chico tenia poderes más peligrosos de los que sus hijas, no dudo en pensar en como retenerlo en el castillo.

-Bien Riden, por lo visto hubo una equivocación pero será mejor que vaya con mi familia para explicarle lo ocurrido-dijo levantándose de su silla y abriendo la puerta.

-Está bien para mí y me da mucha curiosidad sobre los poderes de su hija-afirmo, por lo que ambos comenzaron a dirigirse a la habitación de los reyes y durante el camino Agdar le empezó a explicar sobre los poderes de Elsa.

-Así que nació con ellos, pero ninguno de ustedes posee poderes y ¿Cómo pudo nacer con ellos?-pregunto, el asunto le parecía raro, bueno él tampoco sabía dónde venían los suyos, pero en este caso si se podría saber.

-No lo sé, es algo que empezó a los cuatro años, pero decidimos dejarlo así, Idun cree que fue una bendición que naciera con ellos, pero todo cambio desde el accidente-dijo con tristeza.

-¿Accidente?-pregunto curioso. Por lo que el rey le comenzó a contar lo ocurrido con Anna, sobre los Trolls y porque la princesa tenía un mechón blanco.

-Cielos ya entiendo porque estaba llorando-afirmo

-Sí y después decidimos en aislarla de todo, hasta que pudiera controlarlos-Riden lo miro seriamente, esa parte no le gustaba, pero se le ocurrió una brillante idea.

-Rey Agdar que tal si me quedo aquí y ayudo a Elsa a controlar sus poderes-sugirió alegremente, ganando una mirada sorprendida del Rey.

-¿Podrías hacer eso?-pregunto no muy seguro, pero después se dio cuenta que no solo podría funcionar sino que era una forma de tener a Riden vigilado, un chico con esos poderes podría ser de gran ayuda.

-Sí, ¿entonces qué dice?-El rey lo miro seriamente y después sonrió.

-Trato hecho muchacho, pero será mejor darle la noticia a Elsa- cuando llegaron a la habitación pudieron ver como Anna brincaba en la cama, mientras que Elsa estaba sentada en ella.

-Dime, dime, dime, dime- repetía varias veces la pelirroja mientras saltaba, desde que habían llegado Anna no había parado de preguntarle a Elsa del porque su habitación tenia hielo, la reina no dijo nada en todo ese tiempo, pero las exigencias de su hija le empezaba a molestar. Pero a ver la llegada de su esposo junto al niño de cabello blanco, la tranquilizaba.

-Eres tú-dijo alegre Anna bajando de la cama y corriendo a ver al chico, le daba curiosidad sobre su cabello y ojos.

-¿Porque tienes el cabello blanco?, ¿de dónde eres? , ¿Tus padres tienes el mismo color de cabello?, ¿tienes hermanos?- y así siguió por un buen rato hasta que su madre la detuvo. A lo que el rey empezó a hablar.

-Elsa este chico tiene poderes igual que tú y decidió quedarse para ayudarte a controlarlos-dijo sorprendiendo a toda su familia, en especial a Anna.

-Agdar aquí esta Anna –dijo alterada su esposa pero el rey la miro con una sonrisa.

-Decide que debemos dejar que Elsa y Anna vuelvan a convivir juntas, lo hago por la razón que vi mi error en haberlas alejado-afirmo provocando una sonrisa en Elsa, pero Anna aun no entendía de que estaban hablando.

-¿Cómo que poderes?-pregunto, pero a recordar el hielo que había en la habitación de Elsa, un pequeño dolor le empezó a dar en la cabeza, haciendo que recordara ese pequeño detalle. Por lo que miro a su hermana y corrió a darle un abrazo.

-Es cierto se me había olvidado, tú haces magia-dijo alegremente, dejando sorprendidos a sus padres y a su hermana, ¿cómo había recordado? .Elsa no sabía si sentir felicidad o temor por saber que su hermana recordaba sus poderes.

-Bueno esto es inesperado, pero creo que es lo mejor, tener que explicarle todo iba hacer algo molesto- exclamo el rey. Por lo que vio a Riden y le hizo una seña para que se acercara a ambas. Este entendido y se puso en frente de ellas, donde las dos se quedaron viéndolo con curiosidad.

-Bueno espero que seamos grandes amigos-dijo levantando su mano, y mostrando una sonrisa angelical que hizo que ambas princesas se sonrojaran.

-Siiiiii, un nuevo amigo –dijo la pelirroja abrazando al chico, a lo que este le correspondió, Elsa también le alegraba tener a alguien como ella, pero no quería abrazarlo, en su habitación lo había hecho, pero se dio cuenta después que fue muy impulsiva y eso no era la actitud de una futura reina, por lo que se limitó en darle la mano y sonreírle.

Pero algo le quedaba en duda a la reina.

-Joven Riden, ¿Dónde están sus padres?-pregunto haciendo que el chico bajara la cabeza con tristeza. Esto confundió a todos, pero el rey sabía el porqué. Por lo que Riden volvió alzar la cabeza y las miro con una sonrisa.

-Soy huérfano, nunca conocí a mis padres, desde los seis años he andado solo viajando por varios lugares- Esto dejo sin habla a la reina como a sus hijas.

-Perdón por eso, no lo sabía-se disculpó Idun, pero sus hijas veían a Riden con lastima. Elsa pensó que sus padres lo abandonaron por tener poderes y Anna que apenas sabía que significa esa palabra, por lo que lo abrazo con más fuerza, ella no se imaginaba en no tener papi y mami, por lo que pensó que el chico estaba muy solo.

-No se preocupen, siempre le veo el lado positivo a las cosas, así que será mejor olvidarlo ¿no creen?- pero en ese momento su barriga volvió a sonar.

-AAAAAHHHH, UN MONSTRUO-grito Anna.

-No solo es que tengo hambre -rio el chico, a lo que el rey lo vio con lastima, tenía que darle algo de comer.

-Entonces Riden, ¿Qué tal si te damos algo de comer? Y luego vamos a enseñarte la habitación en donde te quedaras-sugirió, algo en el chico le daba la sensación que podía confiar en él. Por lo que todos salieron de la habiatcion rumbo a al gran comedor.

-Esperen y ¿Cómo fue que olvide la magia de Elsa?-pregunto Anna, dejando a su familia sorprendida, al parecer tenían que explicarle sobre los trolls.

Riden la miraba con una sonrisa.

-"Por lo visto, me gustara estar aquí"-pensó, para luego seguir su camino junto a la familia real de Arendelle.

FIN DEL CAPITULO.

ESPERO AMIGOS QUE LE HAYA GUSTADO EL CAPITULO Y ESPERO CUALQUIER SUGERENCIA QUE ME QUISIERAN HACER. BUENO ME DESPIDO, HASTA LA PROXIMA.