LAS MARAVILLAS DE LA VIDA


DISCLAIMER: LOS PERSONAJES QUE AQUÍ APARECEN SON PROPIEDAD DE MASASHI KISHIMOTO.

HOLA, YA ANDO DE NUEVO POR ACA CON UNA NUEVA HISTORIA; SE QUE TENGO UNA PENDIENTE Y YA ESTA EL CAPITULO EN PROCESO, PERO MIENTRAS SALE A LA LUZ LES DEJO ESTE PRIMER CAPITULO DE ESTA NUEVA HISTORIA OBVIAMENTE SHIKATEMA

DISFRUTENLA


La habitación en la que se encontraba era realmente amplia, tenía todo lo necesario para que cualquier persona se sintiera a gusto; una cómoda cama, un cómodo sillón junto a una gran ventana que tenía una hermosa vista al maravilloso jardín, tenía un gran armario color marrón que armonizaba perfectamente con las paredes color beige; bien podría ser la habitación de cualquier persona, en una cómoda casa, pero no, en una esquina de la habitación reposaba su tormento, aquello que le recordaba porque estaba ahí y porque llevaba una semana durmiendo en esa habitación.

La silla de ruedas permanecía impasible, esperando por ella, como si pudiera mirarla, como si le dijera que una vez que la ocupara jamás se desharía de ella; rogaba al cielo que eso fuera un sueño, que ella no estuviera así postrada en una cama sin sentir nada de la cintura para abajo. Todo había pasado demasiado rápido, en un momento estaba disfrutando junto a sus amigos la mejor noche de su vida y al siguiente estaba dentro de una ambulancia a punto de perder el conocimiento…

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Flash bakc

Vamos, es solo un rato – me rogo mi mejor amiga – no puedes dejarme sola Temari, sabes que quiero compartir esto contigo

Lo sé y yo lo quiero compartir contigo Samui, de verdad – mencione volteando a ver a mi novio con cara de fastidio – pero Darui y yo, ya estamos algo cansados, sin mencionar que él ya está algo pasado de copas.

Eso no es cierto, solo quieren tener sexo – después de escucharla decir eso, me quede con la boca abierta sin poder articular una sola palabra – ¡Lo sabía! Eres una sucia

Cállate, lo dices como si tu no fueras a festejar tu compromiso de la misma manera – acuse – después de todo eres la persona más pervertida que conozco – Samui me miro con complicidad y las dos comenzamos a reír.

Después de decidirlo, nos encaminamos hacia la camioneta de mi novio, en la que los cuatro viajábamos juntos – Y ahora ¿A dónde vamos? – me pregunto Darui, yo solo lo mire y le sonreí, eso fue suficiente para que el entendiera y emprendiera el camino hacia la casa de mi amiga.

Al ser ya las cuatro de la mañana, las calles estaban tranquilas y el semáforo estaba con luces preventivas; la velocidad era la adecuada, no íbamos ni muy lento, pero tampoco rebasábamos el límite.

Apenas pude ver bien lo que paso, por un momento pasábamos por el cruce en una avenida y de repente un sonido ensordecedor me despertó de mi letargo; todo mi cuerpo se sacudió al mismo tiempo que sentía como se me encajaban trozos de vidrio y fierro; los gritos ahogados de mis amigos fue lo último que pude escuchar.

Cuando recobre el conocimiento, pude ver que había policías y paramédicos por todas partes; sentía mi cuerpo destrozado y ensangrentado, no podía moverme, nada me respondía; sentí como paramédicos me colocaban en la ambulancia, y antes de cerraran las puertas alcance a ver un cuerpo inerte, cubierto totalmente con una sábana blanca manchada de sangre, esa imagen fue tan impactante que perdí el conocimiento.

Fin del flash back

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Temari soltó un gemido, era tan doloroso recordar ese día; ella sabía que era malo, y a pesar de querer evitarlo, le era imposible – ya son dos meses – pensó; las lágrimas salían involuntariamente, eran recuerdos demasiado dolorosos para ella. Estaba tan sumida en sus pensamientos, que no escucho cuando tocaron la puerta de su habitación, no fue hasta que una voz la saco de sus pensamientos.

– Buenos días Temari – saludo una enfermera de unos cuarenta y cinco años – ¿qué tal dormiste hoy?

– …

– ¿te apetece desayunar hoy? – la enfermera dejo una charola con comida sobre las piernas de Temari y la acomodo para que quedara bien sentada, la enfermera se encamino hacia la ventana abrió las cortinas y la ventana para que entrara el sol y un poco de aire y después se retiró sin decir nada.

Desde el primer día que despertó ahí, la rutina siempre era la misma; entraba la enfermara que estaba a cargo de ella con una bandeja de comida, la ponía en sus piernas para después abrir las cortinas, salir de la habitación y regresar dos horas después para retirar la bandeja sin importar si había comido o no. Su desayuno no consistía en nada especial, fruta, jugo y avena; hacia dos semana que por orden medica podía ingerir sólidos, pero en si la dieta era blanda todo el día, por lo que apenas probaba bocado ya que no se le antojaba comer lo mismo diario.

Desde que la trasladaron a esa habitación nadie le dirigía la palabra, si entraban doctores, solo tomaban sus signos vitales y se retiraban sin informar nada, de igual manera las enfermeras que estaban en turno, solo entraban a cambiarla, a darle la comida y asear un poco la habitación; como pudo acomodo la charola de la comida en la mesita al costado de la cama, odiaba sentirse como una completa inútil por no poder moverse, no podía sentir nada de la cintura para abajo, de echo la espalda también le dolía en ocasiones; le molestaba demasiado el depender de personas desconocidas para poder atender sus necesidades como ir al baño o asearse y sobre todo esperar a que alguien entrara para poder hacerlo.

Exactamente después de dos horas, la enfermera entro por la bandeja de comida, pero esta vez no entro sola; un hombre de aproximadamente treinta años la acompañaba, alto y muy guapo; Temari al verlo no pudo evitar sonrojarse, ella estaba postrada en una cama, con el cabello enmarañado y algunas cortadas en el rostro, definitivamente estaba hecha un desastre.

– Buenos días señorita Sabaku no, ¿Cómo se siente el día de hoy? – Temari estaba tan embobada, que no puso atención a las palabras del doctor y solo atino a balbucear

– Disculpe doctor – hablo la enfermera – La paciente es algo retraída, si necesita algo yo puedo contestarle – Temari frunció el ceño y la miro de mala gana

– De acuerdo, me puede explicar porque mi paciente está presentando un cuadro de anemia – ahora fue ella la que balbuceo – retírese por favor.

– Pero, le toca su baño a la paciente y…

– y usted y yo sabemos que si quisieras hacerlo; no se esperaría a la revisión para cuidar de mi paciente como debe de ser, así que retírese.

La enfermera salió con la cabeza agachada y sin pronunciar palabra; Temari sintió un poco de pena, en parte también había sido su culpa, ella sabía que debía alimentarse bien y apenas probaba dos o tres bocados de cada comida, aunque, ella pudo haber insistido después de todo es su trabajo.

El doctor suspiro después de que la enfermera se marchara y tomo el expediente de Temari – A ver que tenemos aquí – dijo mientras revisaba los papeles; se mantuvo en silencio unos minutos mientras leía y Temari solo lo observaba – aquí dice que llevas en el hospital dos meses – comenzó diciendo – a causa de un accidente automovilístico – la miro para continuar – sufriste una lesión cervical, trauma cerebral causando una cuadriplejia temporal – Temari solo asentía con la cabeza – de acuerdo vamos a revisarte.

El doctor hizo un chequeo de rutina, reviso el pulso, la presión, la respiración y reflejos; él no era muy expresivo, solo checaba, anotaba y en ocasionas la miraba de reojo. Soltó un profundo suspiro y termino de anotar.

– Bueno – comenzó el doctor – déjame decirte que te veo muy bien – Temari se sonrojo por el comentario – tu lesión cerebral fue un trauma grave, eso y tu lesión cervical que afecto tu cuello tu espalda y el pecho – claro, hablaba de su estado de salud – estuviste en un coma inducido por tres días para vigilar tu cerebro después de la cirugía; de hecho son tres cirugías en la medula espinal, una por ruptura del bazo y la cerebral; no tuviste dificultad para recuperar el habla, pero tu función motora bueno…– Temari escuchaba atentamente todo lo que el doctor decía – después de despertar, estuviste en terapia intensiva por dos semanas – se detuvo para mirarla – ¿Alguna duda?

– No – respondió apenas en un audible susurro, el doctor sonrió y asintió para poder continuar

– Bien, estuviste un mes en cuidados post-operatorios donde recibiste terapia para comenzar a mover los brazos de los cuales recuperaste el setentaicinco por ciento de movilidad en el derecho y cincuenta y cinco por ciento en el izquierdo, lo cual es un muy buen pronóstico; te trasladaron aquí hace una semana para recibir tu fisioterapia, así podrás recuperar el movimiento completo en tus brazos y piernas.

– De acuerdo – respondió Temari

– te voy a pedir un favor Temari, come ¿sí? Tienes que alimentarte bien y si realmente no quieres estar aquí, debes poner de tu parte, así te podremos dar de alta más rápido – ella solamente asintió sin articular palabra – entonces a partir de ahora yo seré el doctor que analice tu caso y no te preocupes por la enfermera, hare que la cambien de pabellón.

El doctor le dedico una sonrisa reconfortante y salió de la habitación, Temari se sintió abrumada por tanta información que había recibido; nunca pensó que había estado tan grave, si bien estuvo casi inconsciente por los sedantes, nunca estuvo al tanto de todos los procedimientos que le habían realizado y ahora se daba cuenta de lo afortunada que era por estar viva.

El día transcurrió tan lento como los anteriores, a las tres en punto apareció una enfermera con su charola de comida, pero esta vez no era la misma señora de la mañana, era una chica joven, de ojos azules y una larga cabellera rubia; era toda sonrisa y jovialidad.

– Buenas tardes nena, me llamo Ino Yamanaka y yo seré tu enfermera de ahora en adelante – Temari suspiro y sonrió, sabía que tenía que poner de su parte si quería salir pronto de ahí y regresar al lado de sus hermanos en su hermosa aldea – descuida, ya me dijeron que no eres muy platicadora pero tú no te preocupes, conforme avances con tu terapia vas a recuperar toda tu confianza

– Gracias

– Ya ves, por algo se empieza, ahora a comer – Ino se acercó a la cama para poder acomodar bien a Temari, con mucho cuidado la sentó y le acerco la comida para que pudiera alcanzarla mejor; Temari como pudo agarro el tenedor y comenzó a juguetear con la fruta – ¿Quieres que te ayude?

– No – se dio cuenta de que su nueva enfermera no la dejaría sola hasta que se terminara toda su comida, de mala gana comenzó a ingerir todo lo que había en su charola.

La enfermera la dejo unos minutos y se metió al baño para preparar la tina; sabía que la chica presentaba un cuadro de depresión post-trauma, por eso la habían mandado; ella amaba poder ayudar a la gente, le gustaba platicar y hacerse amiga de sus pacientes, bien podía doblar turno y no le molestaba, esa era la profesión con la que había soñado desde niña.

Cuando salió del baño, vio que Temari solo se había comido la mitad de lo que contenía el plato, suspiro y se a cerco a ella.

– Parece que no tienes mucho apetito hoy – comenzó diciendo la joven enfermera – pero si tiene que cambiar ¿de acuerdo? – Temari solo la miro y no dijo nada – bueno, tomare eso como un sí, sobre todo porque yo nunca acepto un no – Temari frunció el ceño y resoplo para demostrarle se des contento. Ino suspiro por décima vez y se acercó a la cama con todo y silla de ruedas.

– ¿Que se supone que hace? – pregunto al ver la silla de ruedas

– no me hables de usted, prácticamente tenemos la misma edad

– Aja, pero eso no contesta mi pregunta – Ino suspiro y descobijo a Temari sin siquiera contestarle – ¿Qué haces? Oye – Ino la sostuvo por debajo de las piernas y la sentó en la silla – oye ¡oye! ¿Qué diablos estás haciendo?

– Escúchame bien Temari, sé que esto es más difícil para ti que para mí; pero por muy difícil que sea, voy a cumplir con mi trabajo te guste o no

– Y si no quiero ¿Qué? – desafió la ojiverde

– No tienes opción; todo lo que hago es por tu bien – se sentía tan vulnerable al estar postrada en esa silla y depender de los demás, era humillante – un relajante baño te caerá bien, vamos

– Como tú dices, no tengo opción

Ino empujo la silla hasta llegar al baño; con mucho cuidado comenzó a desvestir a Temari para acomodarla en la tina, el agua tenía una agradable temperatura y olía a jazmín. Tal vez Temari no lo aceptaría nunca, pero realmente necesitaba un baño así de tranquilo.

– Te voy a dejar un momento a solas en lo que acomodo tu cama ¿puedo confiar en ti o necesitas ayuda?

– Estoy paralitica, no loca ni tonta – Ino rodo los ojos y salió del cuarto de baño.

Temari tomo la regadera con extensión y comenzó a mojarse el cabello, sentía delicioso el agua cayendo por su rostro; no podía negarlo, eso era lo más delicioso que había experimentado desde el día del accidente; El agua caliente se deslizaba por su cara toda mallugada y a pesar de que le ardían las pequeñas heridas que tenía, lo disfrutaba por el simple hecho de poder sentir.

En ese momento Ino entro al baño para ayudarla a lavar su cuerpo y encontró a Temari con los ojos cerrados, Ino se espantó y la tomo con fuerza de los hombros para asegurase de que estuviera con vida.

– ¡Oye me lastimas! – Temari se relajó tanto que cerró los ojos para disfrutar del agua que no escucho cuando se abrió la puerta.

– Lo siento, lo siento; me espante, creí… creí que… – ni siquiera quería mencionarlo – es que…

– Te dije que estaba paralitica, no tonta ni loca – Temari tenía el ceño fruncido; Ino estaba apenada y ya no sabía que decirle – ¿Sabes qué? Mejor olvidemos este incidente y ayúdame a salir de la tina

– Pero no te lave los pies

– Lo sé, pero me está doliendo la espalda después de tremenda sacudida

– Yo lo siento mucho – Ino quito la tapa del desagüe para eliminar el agua de la tina y poder secar a su paciente, con mucho cuidado la seco y le coloco unas pantis blancas de algodón y después el camisón del mismo color para llevarla a descansar en su cama.

Una vez que le cepillo el cabello, se retiró para dejarla dormir un rato y ella notificar al médico titular el incidente ocurrido en el baño.

Ciertamente, Temari no tenía sueño, pero quería estar sola un rato; su nueva enfermera era agradable, pero no quería que nadie sintiera lastima por su condición y lo último que necesitaba era una amiga que se ocupara de sus necesidades fisiológicas.

Ino se encontraba en el área de enfermeras escribiendo un reporte sobre el incidente ocurrido en el baño con la paciente Sabaku no Temari; explicaba con detalle todo lo ocurrido, desde su hostilidad a la hora de la comida, hasta su negatividad con su aseo personal; no quería meterse en problemas y de que la acusaran por maltratar a los pacientes, bien sabía que la había tomado bruscamente por los hombros y la paciente se quejó de dolor en la columna vertebral, sentía que era su culpa y quería notificarlo para que la revisaran. Después de que termino su reporte, se dirigió al consultorio del doctor que llevaba el caso de Temari para que lo firmara y después lo entregara en trabajo social.

Caminando por los pasillos del hospital, se encontró con un amigo, de hecho era uno de sus mejores amigos de la infancia; habían crecido juntos y habían estudiado carreras similares, para después de un tiempo acabar trabajando juntos.

– Ino, ¿qué tal la nueva paciente? La enfermera anterior dijo que era el diablo jajajaja

– oye, no puedes expresarte así de los pacientes idiota

– Lo siento, pero se lo dice a todo el mundo, así que… ¿Cómo es?

– como todos los demás pacientes que sufren un trauma por accidente

– eso no me dice nada

– Está a la defensiva, pero no creo que se deba al accidente, ella se ve triste… - Ino se quedó sumida en sus propios pensamientos, hasta que su compañero le toco el hombro para hacerla reaccionar – ¿eh? Ah sí, bueno supongo que estar lejos de tu familia ocasiona tristeza

– de acuerdo, de todos modos cuando sea el cambio de turno la conoceré

– Entonces nos vemos en el cambio de turno – después de despedirse cada quien se dirigió a sus respectivos destino.


Y aquí esta este primer capítulo de mi nueva historia; espero que les guste y sobre todo que la trama les llame la atención.

Muchas gracias por leer

Nos leemos!