Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer salvo los que yo inventé para la historia.


Capítulo 21

EPov

— ¿Cuándo es 11 de agosto? — preguntaba Effie. Estábamos los tres, Bella, Effie y yo en el sofá, nuestra hija en medio de nosotros. Su cabello le llegaba casi a la cintura y lo tenía alborotado, en sus manos sostenía un calendario que Bella le había prestado para comentarle sobre nuestra boda.

— Bueno, cuando pasen estas semanas, será agosto. — decía Bella, marcando con sus dedos los días de la semana, haciendo un recorrido hasta llegar a nuestra fecha.

— ¡Pero eso es mucho tiempo!— Effie alzó los ojos sorprendida por todo lo que debía esperar. Nosotros solo nos reímos.

—Tal vez. Pero es suficiente tiempo para elegir un bonito vestido, un buen salón y reservar la fecha.

Deposité un beso en la cabeza de mi hija y me levanté del sofá. Caminé hasta la cocina, donde Alice se encontraba haciendo zapping en la pequeña televisión de la habitación. Bella la había traído de su casa porque le gustaba ver programas de cocina mientras cocinaba.

Alice se había mantenido distante desde que llegó con Effie, luego de un fin de semana llorando la muerte de su mascota, había decidido vernos, encaprichándose con Alice para que la trajera.

— ¿Todo en orden? — pregunté a la vez que servía un vaso de agua.

— Si…-respondió ella apagando la tele y arreglándose el cabello- Creo que ya es hora de irnos, ¿la pasó bien?

—Si… iré a decirle. — correspondí a la media sonrisa que ella había hecho y salí de la habitación.

Nos despedimos de Effie con besos y abrazos, Alice nos felicitó por la boda y luego se fueron.

—Estás raro. —Bella sonreía desde el sofá, extendió su mano y yo me acerqué a ella para besarla, rodeó sus brazos alrededor de mi cuello y busqué una mejor posición para acurrucarme con ella en el sofá. Nuestros labios chocaron en un beso fallido, haciéndonos reír pero sin impedir que nos besaramos.

— ¿Raro por que…?

—Ocultas algo. —sus ojos se clavaron fijos en los mios, uno de sus brazos seguía alrededor de mi cuello mientras que con la mano libre me acariciaba el pelo y daba suaves tirones.

—Me conoces bien.—sonreí. La besé de nuevo y esta vez ella puso sus manos en mi pecho, sin apartarme pero separándose del beso.

—Ajá, no evites el tema. ¿Qué sucede?

Suspiré. Tarde o temprano iba a saberlo. Acaricié su cabello, dando un recorrido por su mejilla hasta llegar a su cuello.

— Mi madre vino a verme.-observé sus ojos, evaluando su reacción. Parecia un poco sorprendida pero esperaba a que continuara.- Le conté sobre nosotros, sobre Effie…

—No reaccionó muy bien, ¿ah?— se apartó y se acomodó en el sofá para poder verme mas seria.

—No.— asintió.

— ¿Estas mal por eso?

—No lo sé… su visita ha sido chocante.

—Me imagino…—suspiró— No terminó bien.

—Para nada.

— Cariño, lo siento. — Bella se acercó para darme un cálido abrazo y darme un beso en la mejilla.

—No te preocupes, estaré bien. — sonreí.

Al día siguiente fuimos a reservar la fecha para la boda, Bella iba a pasar el día con Rose buscando a alguien que diseñara su vestido, bien podría haberlo hecho Alice pero Bella quería que sea una sorpresa para todos, Rosalie solo la ayudaría a buscar modista y acompañarla a las pruebas, pero no tenía permitido verlo.

Aproveché que estaba solo y ordené la casa, era un completo desastre. Bella tuvo una excelente recuperación y por la tarde debía hacerse un chequeo. Esperaba que volviera con buenas noticias. Mientras limpiaba los muebles que ya se veían blancos debido al polvo, sonó el timbre. Dejé las cosas en su lugar y fui a abrir, esperando que el olor del lustramueble fuera bastante discreto. Abrí la puerta luego de fijarme quien era por la mirilla.

— Alice…— era extraño que viniera sin avisar. Su rostro estaba triste, parecía tener el maquillaje corrido debajo de los ojos, aunque también parecía bastante molesta. Fruncí el ceño.

—Sólo vengo a pedirte una explicación.— los ojos de la pelinegra ahora me observaban con furia.

— Alice, tranquilízate. ¿Explicación de qué?

—¡No me pidas que me tranquilice! ¡No puedes pedirme eso!

— No entiendo.

— Sobre esto, Edward. ¡¿Qué significa esto?! — continuó gritando a la vez que tendía un papel en el aire, frente a mis ojos— ¿lees bien?

Me quedé en estado de shock, sin poder contestarle porque literalmente no tenía ni idea de lo que me estaba mostrando.

Alice aprovechó para entrar y cerrar la puerta a sus espaldas.

— Les dejé ver a la niña. Incluso la dejé ser parte de su vida. ¿Por qué quieren quitármela de nuevo?

—Alice...— logré decir en un susurro y puse mis manos en sus hombros— no tengo ni idea, no tengo nada que ver.

— ¿Entonces? — sus ojos ya estaban brillantes, llenos de lágrimas.— Perderemos a Effie, Edward. — susurró derrumbándose en un llanto incontrolable.

La tomé por los hombros y terminé estrechándola en un abrazo. Ella no dejaba de temblar y la entendía a la perfección, alguien amenazaba con quitarnos a Effie, alguien que no tenía ningún derecho a hacerlo.

—Yo me encargaré de que eso no suceda. —Alice levantó la mirada para verme y se secó las lágrimas— No le digas a Bella, tratemos de que esto no se salga de control tan rápido, ¿de acuerdo?—ella asintió y yo la guié hasta la cocina para ofrecerle un vaso de agua.

— Sabes quien fue. —No fue una pregunta. Dejé el vaso con agua en la mesa, frente suyo.

—No me es difícil imaginar. Yo me haré cargo, tranquila.

—¡Alice! ¡Alice!— los gritos que se escuchaban provenientes de afuera nos hizo recomponer la postura.

Fui a abrir encontrándome a Jasper, bastante preocupado. No tuve tiempo de hablar cuando él ya se encontraba entrando en mi casa.

—Hola Jasper, ¿cómo estás?, yo bien, gracias...— rodé los ojos. Para cuando volví a la cocina, ambos estaban abrazados. Alice escondía su cabeza en el pecho de Jasper, ahora entendía los miles de abrazos que solía darme Effie.

—No vuelvas a irte así.

—Lo siento.

Se miraron unos segundos que se me hicieron eternos, parecían comunicarse con la mirada. Jasper tomó el rostro de su esposa y besó sus labios para luego abrazarse otra vez, se separaron y ella se puso de pie tomando su mano.

—Gracias, Edward… —asentí y los dejé ir. Jasper me miraba sin entender nada, Alice tironeó de su mano y lo sacó del apartamento.


Tuve que armarme de valor para buscar a mi madre de nuevo, tuve que explicarle nuevamente como eran las cosas. Cómo yo había decidido que fueran y cómo quería que sigan. En ningún momento mencioné que ella estuviera en mis planes.

—Sentí que no te habías hecho cargo, Edward. Quería hacerme cargo.

—Lo siento, mamá, las cosas no son como tú creías. Me estoy haciendo cargo.—era difícil dirigirme a ella de esta manera tan fría, pero no podía meterse con mi hija.

—Ahora me doy cuenta que si…—su mirada estaba ida, triste.— Tambien me siento excluida. Hace casi un año que sabes de esto y… me has ocultado una nieta, hijo. Entiendo que no me lo hayas dicho, tienes tus motivos. Pero ha pasado mucho tiempo, ¿nunca pensaste en que yo debería saberlo?

—Yo… lo siento mamá, tienes razón. Tienes que conocerla.-suspiré. ¿Qué clase de cambio de humor era este? Sonreí aferrándome a aquella idea- Es una niña maravillosa. Sabe tocar el piano como yo, tiene los ojos de Bella… estarías muy orgullosa de ella.

—Lo estoy.— Esme sonreía con ojos brillantes. Me acerqué y la rodee con mis brazos.

—Lo siento, mamá.

—Está bien, corazón. Has hecho tu vida, y eso está perfecto. Pero ya no me llamas, ya no se nada de ti.

—Trataré de cambiar eso, lo prometo. Por favor retira la petición de custodia, no queríamos herirte.

Esme rió un momento sin dejar de abrazarme. Me aparté de ella para poder verla a los ojos.

— Lo haré. Pero invitame a la boda, hijo.

—Seguro que sí, mamá.

Un año y dos meses después…

BPov

—¿Bella?

—¡Dame un minuto!— estaba peleando con los zapatos de taco alto que Rose me había prestado. Una vez que logré ponermelos, caminé de aquí a allá en la habitación tratando de acostumbrarme. Me puse los aros y el collar a juego. Traté de arreglarme el cabello con las manos sin tener mucho éxito pero ya no tenía más tiempo, debíamos irnos.

Salí de la habitación con miedo a tropezarme y busqué a Edward, quien me esperaba apoyado en la puerta con el celular en la mano.

—Nunca lo sueltas…—sonreí y arregle el cuello de su camisa. Él sonrió también y besó mis labios.

—Estás hermosa.

—¿Vamos? No quiero terminar en la lista negra por llegar tarde.

—¿Lo dices en serio? ¿Yo soy el anfitrión y tienes miedo que nos pongan en la lista negra por llegar tarde?

—Edward, recuerda que el acto es de las niñas. No tuyo.

—Bueno, el acto es de padres e hijos, no veo por qué no se pueda compartir el protagonismo. —me reí.

Habían pasado dos años desde que nuestras vidas cambiaron para siempre. Le había ganado al cáncer, aunque todavía existía ese miedo de que pudiera volver a aparecer. Tuvimos tiempos difíciles, momentos que tal vez hubiéramos evitado. Nos perdonamos los errores del pasado y aún seguíamos enfrentándonos a nuestros fantasmas.

Effie tenía ocho años y estaba en tercer grado de primaria. Este año había decidido arrancarlo diferente. Se había cortado el cabello y ahora lo tenía apenas tocando sus hombros. La hacía ver un poquito más madura. Hoy era su acto de fin de año y había elegido a Edward como su acompañante, aún no tenía idea de lo que tenían preparado. Llegamos al establecimiento repleto de niños y padres, tanto Leia como Effie no estaban a la vista así que supuse que ya debían estar preparandose.

—¡Están aquí! — Alice corrió hasta nosotros, Edward se reía nervioso sabiendo lo que se le venía.— Está enojada, así que ve ahora con ella. Anda, veeee— Alice agarró a mi marido del brazo y tironeó de él para hacerlo avanzar. Luego tomó mi mano para llevarme a sentar con ella.

—¿Tan mal está? —pregunté tomando asiento.

—No, son los nervios previos a la salida en escena. Está bastante ansiosa. —sonrió mientras preparaba la cámara para filmar.

—¿Leia y Jasper? — Alice se rió.

—Nunca vi a mi hija tan exigente, ni a Jasper tan metido en su papel. Las dos estarán brillantes.

—Estoy segura que sí.— sonreí.

—¡Tía Bella! — Tayler corrió hacia donde estábamos, seguido de Rosalie y Emmett. Rose tenía en brazos a su beba de seis meses, Cassie. Fue una sorpresa volver de la luna de miel sabiendo que estaba embarazada.

—¡Hola, corazon!— besé su mejilla y dejé que saludara a Alice. Una vez que terminamos con los saludos las luces se apagaron para dar enfoque al escenario.

Leia y Jasper estuvieron increíbles. Quedé maravillada con el vestuario, Leia tenia un vestido negro pegado al cuerpo con un pañuelo rojo en el cuello, Jasper la acompañaba vestido de traje negro. Ambos dieron una muy buena coreografía de tango.

Cuando llegó el turno de Effie y Edward, Rose ya tenía preparada su cámara al igual que Alice. No me sorprendió ver el piano en medio del escenario, me lo esperaba. Lo que no sabía, era lo que iban a tocar.

Por los parlantes anunciaron que tocarían Let's Be Still de The Head and the Heart.

La canción me llegó al alma, ya que nos representaba a los tres a la perfección. Además que desconocía el talento de Effie de saber cantar, su voz era maravillosa. Alice me guiñó un ojo cuando vio mi expresión de sorpresa.

—No quería que lo supieras, quiso guardarselo para sorprenderte. —me susurró. Yo no podía dejar de sonreir.

"The world's just spinning

A little too fast

If things don't slow down soon

we might not last

So just for the moment, let's be still"

El público se levantó en aplausos una vez que terminaron, así como en cada acto, pero yo estaba emocionada. No podía creer como la vida me había llevado a ese momento. Como me había permitido perder tanto tiempo. Siguiendo el consejo de la canción, elegí dejar de pensar y quedarme en ese momento, disfrutando.

—¡MAMA!- Effie corrió al verme y yo la tomé en brazos haciendo caso omiso de lo pesada que era ahora. Sonreí y dejé un sonoro beso en su mejilla- ¿Te gustó mamá?

—Me encantó, estuviste maravillosa.—seguí sosteniéndola en mis brazos, ella aferrada a mi como koala.

—Estuvo especialmente dedicado para ti —sonrió.

—Nada me hace mas feliz, Effie.

—Effie, ¡están ofreciendo pastel!- Leia saltaba de emoción frente a nosotras, Effie la miró sin quitar su sonrisa.

—¿De chocolate?

—¡Hay de todo! —Effie se bajó de mis brazos y fue con su hermana, Tayler no tardó en unirseles.

—¿Bailamos, señora Cullen? Están pasando nuestra canción.— Edward rodeó mi cintura con sus brazos y nos dirigimos a la pista de baile.

—Es muy nostálgico— sonreí.

—Tal vez, por suerte la canción es bastante alegre.

—Tienes razón, valió la pena. —besé sus labios y continuamos bailando con On Melancholy Hill de Gorillaz, la canción que había sonado en nuestra boda.

Aún no terminábamos de acomodarnos en nuestra nueva vida. Nos habíamos mudado más cerca de donde Alice y Jasper vivían, para que sea mas facil ver a nuestra hija. Effie venía a quedarse con nosotros siempre que quisiera. Cada vez parecía entender mejor la situación de su familia, con el tiempo terminaría sabiendo del todo la verdad, pero mientras tanto nos quedamos en el momento. Sabiendo que es nuestra hija, que nos ama y que ella sepa lo mucho que la amamos. No había nada más importante. El amor era capaz de superar cualquier cosa y ella era la prueba. Todo había merecido la pena.


Hola de nuevo! Hemos llegado al final de la historia. Muchas gracias por haberla leído y llegar hasta acá, ha sido un placer. Espero que pasen unas lindas fiestas y que este nuevo año sea mejor que el anterior. Nos seguimos leyendo, muchas gracias!