El rugido del Dragón.

Capitulo XIII

¿Triadas?

El continuo goteo nublaba sus sentidos, era como un sonido hipnótico que la adormecía suavemente, susurros eran arrastrados por el viento, la noche helada y una luna en su máximo esplendor eran sus compañeras por aquel camino inhóspito, subió por una calzada de piedras filosas, y con sumo cuidado atravesó una cerca de espinas cuyo filo relucía como la hoja de una navaja. Sin embargo, ella no podía evadir la curiosidad que nacía dentro de ella, aquel goteo era como un eco entre toda aquella oscuridad. Cuando llego a la sima de la colina pudo vislumbrar en la distancia gracias a la luz fantasmal de la luna siluetas rodeando una enorme hoguera, distinguió asimismo a un dragón que parecía estar dormido cerca del fuego. Las tres figuras se giraron en su dirección notando su presencia. La magia era abrumadora, su respiración se hizo dificultosa, sus pies se sentían húmedos y pudo notar bajo los mismos un líquido oscuro que pasaba bajo ellos, como un pequeño riachuelo que se perdía en la negrura de la noche. Levantó la vista una vez más, buscando en la distancia aquellas siluetas que habían terminado su susurrar cuando ella irrumpió en su ritual. Y lo que vio la desconcertó por un segundo, aquellas siluetas que no podía distinguir se habían abrazados entre ellas y no parecían sentirse amenazadas por su presencia o en el peor de los casos molestas por su irrupción.

Solo la contemplaban en silencio y una de ellas rio con fuerza. Y su risa la estremeció mientras los ojos de las otras criaturas centellaban como puntos de luz en las tinieblas. El viento sacudió su melena y el perfume de la sangre invadió todo el lugar, asustada dio un paso atrás y lo que vio en los pies de aquellas criaturas la dejo pasmada, era cientos de criaturas mágicas y cada una de ellas estaban bajos sus pies muy quietas, tan quietas que parecían estar muertas… sus ojos volvieron a ver sus pies aterrada descubriendo que aquel líquido que pensó que era agua se había vuelto espeso. Levantó un poco uno de sus pies descubriendo gracias a la luz de la luna el rojo carmesí de la sangre. Aterrada grito y dio un paso atrás dispuesta a huir de aquel siniestro lugar, pero cuando dio el primer paso para realizar su despavorida huida alguien susurro junto a su oído con un soplo cálido palabras que la dejaron petrificada, y de pronto era ella quien estaba en medio de aquel campo de cadáveres, era ella quien estaba siendo rodeada por brazos posesivos, eran sus manos quienes se encontraban marchadas por la sangre de aquellas magnificas criaturas… ella era la perpetradora de aquel crimen abismal. Sus manos temblaron y noto entre la crisis que nublaban sus sentidos hasta arrastrarla a la locura, pequeñas letras que cubrir sus brazos. Y un poco más adelante los ojos blanquecinos de un elfo doméstico, con frenesí sus ojos buscaron al dragón para suplicarle que la rescatara de aquel terrible lugar, sin embargo sus ojos se abrieron ante la impresión más fuerte que su pobre corazón podía aguantar, aquel incesante goteo no era agua cayendo de una hoja, el recorrido de un río entre las piedras que humedecían la madera de algún árbol caído que retuviera su recorrido, aquellas pequeñas gotas que hacían eco eran el torrente de la sangre de aquel dragón que la atrajo hacia la mortal trampa de los brazos de aquellos seres. Y sin poder recuperarse de la impresión grito con fuerza…

Hermione despertó cuando el sol se abría paso entre la negrura ahuyentando la fría bruma de la mañana con sus cálidos rayos que alumbraban la tierra trayendo consigo la esperanza de un nuevo día.

Sin embargo, Hermione no podía disfrutar del espectáculo de aquel amanecer y los cálidos colores que decoraban el firmamento, ella solo podía buscar con desesperación el aire que había huido de sus pulmones como un vil traidor. La calidez con que la recibía el sol no pudo borrar con rapidez la gélida capa de sudor que cubría con eficacia excesiva su cuerpo.

La voz de aquel ser aun resonaban en su cabeza, aquella pesadilla no fue borrada con el amanecer, persistía en su memoria.

Hermione tardo unos minutos en regular su respiración y muchos más en que aquella capa de sudor desapareciera completamente, aun así, el miedo no disminuía con el pasar del tiempo. Contemplo en silencio como la luz atravesaba las cortinas danzantes por el viento matutino. Levanto con miedo sus manos suplicando en silencio que las mismas se encontraran limpias de toda aquella sangre maldita. Y aunque las encontró completamente inmaculadas y temblorosas no pudo perder la sensación que ellas sí estuvieron cubiertas con aquel liquido carmesí que representaba vida en toda criatura viviente que vagaba por la tierra.

Tras unas horas se puso de pie, abandono la cama húmeda por su sudor y con piernas temblorosas camino hacia la ducha, necesitaba despejar su mente, que su cuerpo perdiera aquella horrible sensación de gélides… quería recuperar su calor, sus altas temperaturas… odiaba sentirse así… sabía que aquella pesadilla no era normal. No podía serlo si la dejaba en ese estado deplorable, aun podía sentir el aliento cálido de aquella criatura susurrando en su oído.

"…se han sacrificado por el bien de nuestra triada…"

Esa frase la hizo estremecer una vez más.

Hermione ahogo un sollozó, estaba asustada, necesitaba encontrar a Harry, quería ser protegida de ese mal que la había abrazado en medio de sus pesadillas. Quizás Draco también podría cuidar de ella y Drago… él era…

¿Quién era Drago?

Lo primero que había visto en ese mundo era a Drago… ahora lo recordaba bien, el susurro su nombre, dijo de igual forma que estaba dormida y que debía recordar a Draco y encontrar a Harry para conocer su misión, el motivo de su nacimiento en ese mundo terrenal.

No obstante como saber dónde estaban ellos, cuando era una extraña en ese mundo, cuando no sabía su verdadera procedencia, cuando sus sueños se habían vuelto pesadillas que no podía comprender y que le aterraba descubrir la veracidad de las mismas.

Estaba sola, perdida en un berenjenal si nadie que pudiera guiarla u ofrecerle un refugio confortable, debía comprender ese mundo sitiado, esa sociedad egoísta y prejuiciosa.

Cerro sus ojos, si tan solo pudiera encontrar a Harry, él la mantendría alejada de todo aquel terror nocturno, el seria como la luz cálida en toda aquella oscuridad que se empeñaba en abrazarla como un amante fiel, quería encontrar una salida de todo aquel miedo, quería despertar de esa falsa paz que decía Drago que estaba viviendo, quizás la verdad de su existencia podría guiarla hacia su verdadero destino… con lentitud se rodeó con sus brazos, a pesar del terror que le ofrecía aquel valle ensangrentado con toda la sangre de aquellas hermosas criaturas mágicas y el miedo de lo desconocido, aquellos brazos rodeándola no se sintieron ajenos a ella, sintió que pertenecía aquel lugar, esa voz no susurro aquella frase con maldad si no con orgullo. Como si esa atrocidad fuera algo que lo alegraba, esas letras en sus brazos… decían algo… ¿quién más estaba abrazándola?, ¿quién más la retenía? ¿Era una pesadilla o un recuerdo de su pasado?

Hermione vio su reflejo en el espejo empañado, sus ojos estaban rojos, las lágrimas corrían por sus mejillas perdiéndose una vez que terminaban su descenso por sus mejillas. Quiso gritar por ayuda… ¿cuál era la realidad o la pesadilla?

:.:.:.:

Pandora tomaba una taza de té, estaba en el jardín rodeada de sus rosas ya no tan perfectas. Disfrutaba de aquella mañana, aprovechaba cada rayo de sol, la paz de su hogar era lo más reconfortarle de aquellos largos días de paseos y fiesta de té en casa de sus amistades. Últimamente se cuestionaba si su educación no era la correcta, si sus pensamientos eran tan arcaicos como afirmaba Hermione con seguridad. Suspiro y tomo una galleta de canela cuando sus ojos se fijaron que la silla frente a ella que había sido ocupada sin previo anuncio. Frunció el ceño ante la falta de educación evidente desplegada por la chica.

Sin embargo silencio toda crítica cuando sus ojos se fijaron en la muchacha, cuyo semblante era enfermizo, miraba los árboles en la distancia, perdida al igual que ella unos minutos atrás en sus pensamientos.

-Pandora… -susurro Hermione sin mirar a la bruja a los ojos, no tenía fuerzas para discutir ese día. Necesitaba las palabras de alguien, necesitaba comprender un poco de ese mundo antes de perderse entre sus enredaderas.

-¿Por qué sacrifican a las criaturas mágicas?, ¿por qué derramaban sus sangre y cubren la tierra?, ¿por qué se abrazan bajo la luz de la luna criaturas cubiertos de la sangre de su sacrilegio? ¿Qué es una triada? –pregunto aun con los ojos perdidos en las lejanías desplegando todas sus inquietudes como un abanico.

Las manos de Pandora comenzaron a temblar. Sus ojos parecían estar desorbitados cuando escucho aquellas preguntas, trato de tranquilizar su respiración y volver a su serenidad, una serenidad que no sentía en aquel momento, puesto que aquellas preguntas eran sin duda alguna inesperadas y porque no causaban miedo en ella.

Los ojos de Hermione buscaron los de Pandora que se recuperaban poco a poco de la impresión.

Ella aclaró su garganta un poco y tomo un sorbo de su té aun con sus manos temblorosas.

-Es un ritual de magia oscura Hermione. No debes hablar de ese tema con alguien ajeno a la familia, no debes exteriorizar esas dudas con personas inadecuadas como Dumbledore o Henry y su esposa. Debes ser cuidadosa con esos temas…- aconsejo con seriedad.

-No comprendo… yo solo quiero entender el porqué de esa pesadilla, porque siento que estoy perdiendo mi esencia cada noche.- argumento sin entender el punto de aquellas palabras.

-El profesor Dumbledore vendrá esta noche después de la cena, habla con él un poco… -aconsejo sin dejar de mirar a la muchacha.

-Pero has dicho que no debo. –protesto Hermione con energía.

-Si no debes, por tu bien… algunas mentes están cerradas a las artes oscuras y cualquier mención de ellas enciende alarmas que pueden despertar viejos prejuicios y miedos arraigados por cientos de años en los corazones…en ocasiones no somos tan racionales con las cosas que desconocemos y actuamos motivados por el miedo a lo desconocido. Eres una criatura sin igual, nunca vista, si alguien en este mundo escucha esas dudas provenir de ti, despertaras ese monstruo en estado de duermevela… Dumbledore nunca fue una blanca paloma defensor de lo bueno, incluso ahora yo dudo de sus buenas intenciones para con la humanidad, tu para él y para muchos magos y brujas representas poder… no les des armas para juzgarte y adueñarse de ti. Se precavida y solo habla con mi esposo de tus dudas, yo me temo que no puedo ayudarte, aunque conozca más de magia oscura que mi esposo, no creo que pueda ayudarte mucho. Solo puedo ensañarte nuestra costumbres y educarte de acuerdo a ellas. –hablo demostrando por primera vez Pandora su precaución y desconfianza de la extraña situación que estaba viviendo esos últimos días.

-¿Pero sabes de lo que te estoy hablado?, tienes el conocimiento de ese ritual. – se apresuró afirmar Hermione ante el gesto evidente de angustia en el rostro de la bruja.

-Solo poco a decir verdad, en la mansión principal de los Black puedes encontrar lo inimaginable relacionado con las artes oscuras.

Pandora miro los ojos de Hermione y suspiro, quizás podría darle por primera vez un poco de paz a esa chica que no la dejaba últimamente dormir placenteramente.

-Como te decía es magia negra, es potente, las triadas, son un pequeño grupo de magos y brujas, pueden ser dos brujas y un mago o dos magos y una bruja que se vuelven pareja, como un matrimonio, son muy escasos pueden pasar siglos sin que una tríada real aparezca… nacen para estar juntos, son siempre de gran alcance mágico y de temer, siembre hambrientos por el poder y el conocimiento, su unión depende de rituales que los unifique, la magia no admite que más de dos magos se unan, lo que quiero decir es que no permite que tres magos se unan en matrimonio, solo las tríadas verdaderas pueden ser la excepción de esa regla. Y para que dicha unión se realice al más alto nivel necesitan un sacrificio, sangre magita… es una unión de sangre, en nuestra comunidad solo se entrelaza la magia a través de nuestras varitas mediante diferentes hechizos según los deseos de cada pareja o a los convenios entre ellas antes de hacer su unión… he leído sin embargo, que las tríadas siempre se han caracterizado por volverse uno solo, en magia y alma. Sus rituales se llevan a cabo bajo la más perfecta de las lunas, cuando la misma se encuentra en su mayor esplendor realizan el sacrificio, siempre utilizan una criatura magita y se rodean de la naturaleza para que sea testigo de su unión, pero todo ritual que conlleve como sacrificio de un ser vivo y mágico es oscuro, terrible y nefasto, mancha el alma y demuestra que no habrá límites para que la tríada logre sus intereses, la supremacía de sus ambiciones.

-Son parajes… un matrimonio. – susurro Hermione aún más confundida.

-Sí, si atacas a uno de ellos u ofendes a uno, los otros dos serán en efecto ofendidos con la misma gravedad, en consecuencia podrías ser atacada incluso asesinada. Aunque son pocas las tríadas registradas a lo largo de la historia se han conocido algunas y no por sus buenos actos y si por las acciones contra la sociedad magita. Ha pasado mucho tiempo desde que la última fue registrada o anunciada en el mundo mágico. Algunas puede que prefieran el anonimato, como vez su unión no es a través de magia blanca si no al contrario, requieren de mucha magia tenebrosa. Y su unión es para toda la vida. Si es tu deseo puedo encontrar un libro sobre el tema, pero te advierto que será de magia negra y lo más seguro es que encontraras en sus páginas rituales que te darán más pesadillas durante las noches. -

Le advirtió Pandora no queriendo dar más detalles del asunto antes de consultarlo con su esposo. Con Hermione siempre se debía tener cuidado. La Observo como asentía y bajaba su cabeza, en sus ojos no habían conformidad por lo escuchado, y también noto cierto brillo de desconocido para ella, quizás era terror o miedo por lo desconocido o por el significado de sus sueños, los cuales según su criterio no debían ser tomado a la ligera, porque los sueños pueden ser un indicio del destino y aún más cuando los mismos se presentaban en forma de pesadilla en una criatura mágica, quizás Hermione poseía el don de la premonición y en ese tiempo estaba por formarse una tríada peligrosa para el mundo mágico. Quizás si hablaba con su amigo centauro podría comprender un poco más esos sueños de Hermione….

Pandora termino su taza de té y cuando enfoco sus ojos en la silla del frente, la misma ya se encontraba vacía, quizás las hojas de su té le ayudara a descubrir ese misterio que era la chica.

-Esa criatura sí que no tenía cortesía y no era nada agradecida-

Pandora suspiro notando que era la primera vez que mantenían una conversación civilizada.

Hermione vagó el resto del día, Charlus se encontraba ese día ocupado con los negocios de la familia y Henry estaba acompañándolo, no podía hablar con ellos, y los elfos no eran una opción ese día, no después de lo que había visto en sus sueños. Se detuvo frente un ventanal y se quedó contemplando el bosque. Quizás si caminaba entre sus árboles conseguiría un poco de paz.

Hermione cerro sus ojos y pego su frente al cristal.

"…Los sacrificios son necesarios… si con ellos protegemos a lo más amado, yo quemaría este mundo sin dudar si con ello puedo darte calor en una noche helada… podría desgarrar la piel de mil bestia sin con ello puedo crea la pieza perfecta para abrigarte… tu eres lo único amado por mi… y por él… mi deseo más profundo es ser digno de tu amor…"

Hermione abrió sus ojos con lentitud, confortada por aquella promesa susurrada al oído como un amante devoto…

-Hermione es la hora de la cena. – susurro un voz cercana, Hermione abrió sus ojos por completo contemplando aun por la ventana la puesta del sol. Sus últimos destellos le recordaron que pronto la hora del sueño sería inevitable… se alejó del y miro aquel que la había traído de regreso a esa realidad.

-Has regresado Charlus. – sonrió con alegría dando un paso hacia el mago, su magia siempre la recibía con agrado, susurraba en su oído con cariño. Era la magia de Harry.

-¿No has molestado el delicado estado emocional de mi esposa el día de hoy? – pregunto Charlus tomando la mano de Hermione quien sonrió como una niña pequeña negando con la cabeza.

-Oh entonces te mereces un regalo… - hablo afable el mago tirando la mano de la muchacha.

-Espero que sea una gran recompensa… así podré presumir de él…

-Oh Hermione, no debes darle celos a mi Dora, recuerda que es un poco gruñona…

-¿Solo un poco? –pregunto con inocencia, logrando que el mago rompiera con una profunda carcajada.

-Yo haría cualquier cosa para que siempre sonrías así Charlus. – susurro logrando que el mago la mirara a los ojos deteniendo su andar, mientras Hermione se abrazaba a su brazo y cerraba sus ojos. – hacerte feliz se siente como estar un poco más cerca de Harry… tu magia canta para mí con coros de gozo.

-Si siempre le haces esos comentarios a Charlus me pondré celoso Hermione, - Susurro Henry mirando a la pequeña con diversión, quien lo miro con sorpresa al no haber notado su presencia tan cerca. Le saco la lengua infantilmente.

Sin embargo no se había percatado de la magnitud de sus palabras dichas con tal devoción. Y sin duda no pasaría mucho tiempo para ello.

La cena paso sin muchas novedades, unos cuantos comentarios espinosos de Pandora y Hermione que para suerte de todos no termino en una guerra de comida antes de postre.

Media hora más tarde Dumbledore se apareció en la puerta de la mansión Potter, vestido con una toga verde limón de seda y un sombrero puntiagudo con unas cuantas plumas, el elfo lo invito a pasar y lo llevo hasta la sala de estar, donde todos tomaban una taza de té de flores de vainilla cuya esencia se esparcía por el lugar gracias al vapor del té.

-Bienvenido profesor Dumbledore. – saludo Charlus poniéndose de pie para recibir al gran mago que contemplo a todos en la sala con una sonrisa calidad, reteniendo su mirada un segundo más en Hermione que le miro con tranquilidad desde su posición asintiendo con su cabeza.

Los magos se dieron las manos y se abrazaron con vigor antes de que Dumbledore tomara asiento frente a chimenea-

-¿Gusta una taza de té profesor? – pregunto Pandora con tranquilidad sin mostrar igual emoción en su rostro que su esposo y cuñado.

-Oh sería un placer querida. –respondió afable Dumbledore.

-¿Ha sido un buen viaje profesor? – pregunto Hermione rompiendo el silencio contemplando como Pandora serbia la taza de té con tranquilidad, era una de las pocas cosas que la bruja hacía con sus propias manos.

Dumbledore la miro contemplativamente, notando la tranquilidad poco común en ella. Después de todo la chica que salió del Hogwarts estaba siempre revoloteando llena de energía.

-Sí que lo fue mí estimada Hermione. –respondió con una sonrisa agradeciendo seguidamente por la taza de té ofrecida.

-¿Cómo se encuentran los elfos y ese chico Tom Riddle, oh esos señores gruñones… como eran que se llamaban Henry? – preguntó con gran elocuencia.

-¿Conocedores de dragones? – indago el mago algo inseguro.

-¡oh si ellos…! humanos curiosos…- sonrió…

Dumbledore sonrió con ella. – los elfos continúan ocupándose de sus labores a la perfección y en cuanto el joven Tom, continua con sus clases sin ningún cambio evidente.

Hermione asintió ante las palabras de mago, se mostraba satisfecha con que todos estuvieran bien.

-Y los cuidadores de Dragones aún se mantienen en los terrenos del colegio mucho me temo. –concluyo.

-Oh, no se encuentran contento. – susurro tomando un pequeño sorbo de su té.

Dumbledore no le dio tiempo de contestar porque Henry hablo.

-Es un caso extraño si me permite decir profesor, no es común que se mantengan tanto tiempo en castillo a menos que exista algún riesgo con los dragones que se encuentran en el bosque prohibido.

Dumbledore fijo su vista en el mago y asintió con pesar. – Mi amigo, cuánta razón contienen sus palabras. Aunque considero que no es necesaria su presencia, los dragones continúan descansando, quizás cuando se encuentren sus energías renovadas se marcharan.

-Difiero de sus palabras. – comento Charlus. – pienso que cuando estén completamente recuperados lucharan por el territorio, es su naturaleza ser agresivos… es un riesgos para las criaturas de bosque que viven pacíficamente y los estudiantes de Hogwarts.

-Prefiero no pensar así mi amigo. – respondió Dumbledore con tranquilidad.

Hermione frunció el ceño.

-¡Ellos no harán tal cosa…! –exclamó elevando un poco su voz. - están casados y necesitan descansar sin ser molestados. Ellos son familia y la familia no se lastima. – concluyo con ímpetu.

-Hermione, son dragones.- comento Eleonor abriendo su boca por primera vez tratando de ser razonable con la muchacha.

-¿Qué quieres decir con eso? – Pregunto con ojos brillantes, logrando que la bruja se mordiera la lengua para no emitir su opinión, sabía que la muchacha era muy temperamental cuando se le llevaba la contraria o alguien difería de sus opiniones que era casi siempre.-

-Lo que Mi querida Eleonor quiere decir pequeña Hermione, es que en este lugar y en todos los que conocemos los dragones no son bestias mágicas amigables. Siempre tienen reacciones agresivas y luchan constantemente por territorios, tener tantos dragones en un mismo espacio puede traer consecuencias nefastas. Debemos velar por el bienestar de los estudiantes. –trato de razonar con ella Henry.

-Ellos no harán tal cosa. No lucharan entre ellos. Drago está allí, le deben obediencia… y ese es su territorio.

-¿Qué quieres decir Hermione?- preguntó Dumbledore tomando interés en la conversación, agradecido que Hermione podía tener una conversación tal y cómo se lo había dicho Charlus, ella era elocuente cuando se encontraba en confianza.

-Los dragones no lucharan por el territorio, solo están esperando… -comento tratando de tranquilizarse. No le agradaba que hablaran de los dragones como bestias irracionales incapaces de comprender su lugar. – así que no es justo que hablan de ellos como si conocieran sus intenciones.

-¿Qué esperan Hermione?- pregunto Charlus mirando a la bruja con fijeza.

-No lo sé. – mintió descaradamente evitando ver en su dirección.

-Me temo que no poder ayudar a sus amigos dragones si no aclara nuestras dudas.- puntualizó Dumbledore bajando la taza de té.

-¿Ellos se encuentran en peligro? – indago Hermione intrigada por las palabras del mago.

-No quería, aun no. Pero no tengo el poder para retener al Ministerio si considera que ellos son un peligro para el colegio y sus estudiantes.

-¿El Ministerio? Ese es lugar donde se creen las leyes mágicas y el encargado de regular el comportamiento de todo ser viviente dentro y fuera de las barreras mágicas… según lo dicho por Charlus. No obstante sus preocupaciones en relación con mi familia no debe ser motivo de su angustia, en virtud de que ellos no harán nada si Drago no lo ordena… después de todo él es el dragón con mayor fuerza en ese lugar. Además ellos están allí para cuidarme. Algún día regresare al colegio… incluso cerca de aquí está un dragón y no he escuchado a nadie quejarse de su presencia. – argumento firmemente.

-¿Que has dicho? – pregunto Pandora mirando con sorpresa a Hermione, desconocía ese pequeño detalle.

-Serafina, está cerca… alguien tiene que cuidarme… - cruzo sus brazos cruzando su seño sin dejarse admedrantar por los ojos llenos de incredulidad de sus anfitriones.

-Estas a salvo dentro de la mansión. – susurro Eleonor comenzó a descartar los paseos en el jardín.

Hermione no discutió el comentario de la bruja, no quería ofender a Charlus y sus cuidados.

-Estoy seguro que Hermione sabe eso querida., - susurro Henry.

La charla se desvió hacia otros temas menos escambrosos.

-Hermione puedes mostrarme los jardines. – solicitó Dumbledore unos minutos más tarde, contemplando a Hermione que se había sumido en el silencio.

Hermione sonrió ampliamente ante la perspectiva de huir de aquel lugar y buscar un poco de aire fresco.

-Será un placer profesor. –Dumbledore se puso de pie y le ofreció su brazo a la pequeña Hermione que lo tomo con una amplia sonrisa.

Tras unos minutos de caminar por el espacioso jardín se sentaron en una banca y Hermione contemplo las estrellas con añoranzas.

-En algún lugar de este basto mundo se encuentra Harry contemplando el mismo cielo y las mismas estrellas. – susurro.

Dumbledore miro a Hermione y sonrió. – quieres mucho a Harry… aunque no es de tu conocimiento donde esta…

-Si. Harry es mío y yo soy suya para siempre… -rio con fuerza.

-Charlus me ha comunicado que tienes pesadillas, esta algo afectado por ese hecho. – tanteo el tema que lo había llevado aquella inesperada velada.

-Son sueños que no se pueden controlar, muestran lugares y cosas difíciles de describir. –susurro sin ver a los ojos al mango, manteniendo sus ojos en el cielo estrellado.

-¿Quieres hablar de ellos? quizás eso te ayude a conciliar un sueño pacifico.

-Las preocupaciones no se esfumaran así de fácil. No es algo grato para hablar, no cuando hay tantas cosas que descubrir en este mundo.- susurro regresando sus ojos hacia Dumbledore recordando la advertencia de Pandora.

-Quizás tienes razón. Pero nunca sabrás si ayuda si no lo intentas, en ocasiones no podemos predecir el futuro… - empujo suavemente para tratar de encontrar una abertura en el misterio que era la chica dragón sentada junto a él.

-Profesor Dumbledore eres mi amigo, y confió en ti, pero ahora necesito que comprendas que no es mi deseo hablar de esos sueños, no aun cuando no puedo comprender el significado de cada uno de ellos. Solo requiero hablar con Drago.

-¿Tu amigo dragón? Entonces creo que visitaras el castillo antes de lo previsto.- sonrió mirándola con preocupación,

-Si… me gusta ese lugar, es como estar en casa.- susurro, contemplando las estrellas una vez más antes de volver a la mansión.

-Entonces mañana le estaré esperando, consultaremos la hora con el señor Charlus, ya que me temo que no podrá ir sola. – sonrió con gentileza ofreciendo su brazo. Satisfecho de comprobar que aún tenía la confianza de Hermione y que la distancia no podía romper el lazo hecho entre ellos dos.

Continuara…

N/A:

Hola, lamento mucho la tardanza, no fue mi intención tardar tanto, pero estaba tomando un descanso y nada de PC durante algunos días, pero eso ya paso. aquí estoy de nuevo presentándoles a todos ustedes un largo capítulo el cual espero sinceramente que sea una recompensa por la larga espera. Si me permiten decirles es algo muy complicado escribir esta historia, ya que estoy poniéndome a pruebas con ella, además está el hecho de que los personajes son muy caprichosos con sus caracteres los cuales no quiero perder porque son la esencia y la base fundamentar de la misma. Asimismo quiero agradecerle a mis queridos lectores y sobre todo a;

GUEST; Te agradezco mucho cariño por siempre estar pendiente de las publicaciones y por dejar constancia de que aun estas ahí esperando cada entrega de esta historia… y fue fantástico saber que leíste todo de un tirón ja ja ja ja ja eso me hizo muy feliz… gracias por la confianza.

Marycielo Felton; Hola cariño, muchas gracias por tus palabras, realmente estoy alarmada por tu deducción, la verdad siempre trato de ser impredecible en algunos aspectos de mis historias, aunque estoy realmente feliz de esa deducción que realizaste con tantas pistas sobre la mesa… , y bueno también tienes razón en algo en particular, la historia es muy difícil de escribir y más aun con las complejas personalidades de cada uno de los personajes, tengo que desarrollar más el personaje de Hermione, en virtud de que ella aún se encuentra en una especie de nebulosa esperando ser despertado su verdadero "yo" que irá apareciendo poco a poco… y atenta a esos sueños… muchas gracias una vez más por tus palabras… besos.

Valeria Rojas: Mi querida amiga, muchas gracias por tu comentario, me alegra que cada publicación te ayude… aunque no descuides tus estudios… ;) y mucho me temo que no podré darte pistas, tendrás que ir descubriendo todo poco a poco… jajajaja… aunque eso no quiere decir que no pueda ayudarte cuando no entiendas los capítulos… amiga estoy muy feliz de leer tu comentario porque puedo sentir tu emoción y esa es una satisfacción muy grande porque me ayuda a continuar escribiendo y sobre todo a tener fe en mi historia aunque los personajes no sean míos… muchas gracias por tu constante apoyo… un millón de besos…

A todos los demás muchas gracias…

Y feliz año nuevo…