Hola todos ¿Cómo están? Espero que bien.

Primer Fic de Digimon. Estoy muy emocionada por este, porque lo pensé al mismo tiempo que mi Fic de Pokémon, lamentablemente me tarde AÑOS, literalmente, en tenerlo listo para ustedes. Espero que sea de su agrado.

En este caso habrá letreros indicando el lugar, se que a muchas personas les desagrada eso, pero quise cambiar un poco mi estilo de escritura, espero que me sepan comprender, además no creo que sean tan molestos. Le da un toque más Holliwoodesko creo yo. Como siempre me alegraría y ayudaría mucho recibir sus comentarios, sugerencias, críticas, etc.

Digimon no me pertenece.

Disfruten su Lectura


La vida como la conoces puede terminar en un santiamén.

Paredes blancas a su alrededor, le aterraba el ir y venir de las enfermeras algunas llevaban bandejas, otras escoltaban pacientes, y estos iban y venían por todo el pasillo. Lamentablemente esa era la única opción para mirar porque la otra opción no era agradable, sus manos, ropa, y el paquete en sus manos todo estaba lleno de sangre. A poca distancia varios policías la miraban de reojo, y señoras en traje elegante a unos escasos metros de ella hablaban por lo bajo, y al parecer ella y su hermano eran el tema de conversación.

Su hermano no estaba para ayudarla, y era posible que nunca más lo estuviera no después de recibir dos balas, una en su costilla y la otra que le rozó la cabeza. Si Dios existe, si la justicia existe, debería darle una señal, una luz que le permita salir de la horrible oscuridad que le rodeaba. Las lágrimas se desbordaban por sus ojos; llorona siempre había sido, débil desde siempre, dependiente eso ya no tanto, delicada al máximo. Al parecer lo que estaba pasando es un castigo por no mejorar.

Debe serlo sino no habría estado ahí en primer lugar. Ese día había sido tan normal que hasta el día fue cálido, relativamente ya que estaban en la mitad de septiembre.

‒ ¿seguros que deben irse ya?‒ preguntó Matt que tenía una soda en su mano, y todos los estaban mirando expectantes de que se quedaran en el digimundo.

Era un día especial, hacía mucho tiempo que los 12 digielegidos no se reunían, ya saben la escuela, los clubes, y sus otras ocupaciones.

‒ sí, tenemos un asunto importante en casa‒ dijo Tai con cara seria pero alegre a la vez ya que no quería que nadie se preocupara ‒pero Kari, tú te puedes quedarte si quieres‒

‒ No hermano voy contigo‒ Kari no es que no disfrutara estar con sus amigos, pero sentía que debía irse con su hermano.

‒ bueno en ese caso nos veremos en la escuela el lunes‒ dijo Davis, muy animado.

‒ ¡si!‒

Con eso ambos hermanos Kamiya se fueron del digimundo despidiéndose de sus digimons; salieron del edificio de la escuela primaria donde la puerta al mundo digital estaba abierta, fue poco antes de salir del edificio que Tai con mucho tino decidió hablar de algo serio a su hermanita.

‒ Kari debo contarte algo ‒

¿Cómo explicarle algo tan serio a su hermana? Algo tan fuerte; él mismo estaba en un conflicto a sus 17 años ya no era un niño, pero siempre se crean ese tipo de sentimientos cuando se trata de la familia, así que inhalo y continúo.

‒ Nuestros padres se están divorciando‒

La expresión de Kari fue de sorpresa, pero se mantuvo inexpresiva dándole la pauta a Tai para continuar.

‒ sabes que papá se ha puesto muy violento últimamente, y pueda que te sorprenda pero mamá descubrió cosas terribles, eso incluye que él tiene otra familia, otra esposa con otros hijos, los niños tienen la edad d años.‒

Kari ya lo sospechaba había veces en que su padre la confundía con otra persona, la llamaba Anko, y le hablaba a su madre de ropa o cuentas que ella no conocía. En vista que Kari no respondió Tai decidió continuar.

‒ mamá me pidió que te lo dijera y que no te culpa si aún quieres mucho a papá, pero el día de hoy sacaremos las cosas de nuestro padre; hoy fue el juicio, lo gano mamá esta mañana. Él debe salir de inmediato del departamento, ¿quiero saber cómo te sientes? ¿Estas triste?‒

‒ no sé qué pensar, hermano, pero de alguna forma ya lo esperaba, pero mientras estemos los dos juntos, y si ambos apoyamos a mamá, no tengo de qué preocuparme‒

‒ Exacto, siempre contarás conmigo‒

Caminaron en silencio, salieron de las instalaciones del edificio, se dirigieron a su casa con el ánimo de seguir adelante. En cuanto llegaron a casa un mal presentimiento azotó a Kari, sin embargo no dijo nada pero debió haber dicho algo porque en cuanto entraron se desato el infierno.

El pequeño departamento estaba a oscuras y silencioso muy silencioso. Tai sujetó instintivamente el brazo de Kari y entraron lentamente, cerrando la puerta tras de sí, Kari fue la que encendió la luz y al hacerlo vieron a su madre atada en una silla y con un pañuelo cubriéndole la boca; ella hizo gestos de que se fueran pero ambos estaban tan impresionados que no se movieron hasta que su padre los empujó por detrás y los hizo caer. Ambos regresaron a ver y lo vieron sujetando un arma.

‒ Hola mis niños... ‒ dijo macabramente ‒ vayan a sentarse donde está mami ¿sí? ‒

Tai y Kari obedecieron, y ambos fueron gateando hacia donde su madre solo que Kari se sentó en la parte de atrás y Tai las cubría a las dos. Tai, lo estaba mirando con odio. Y Kari empezó disimuladamente a desatar a su madre con una mano y la otra estaba dentro del bolsillo de su chaqueta apretando suavemente las teclas de su reciente adquisición, un celular, marcando tres dígitos 9-1-1.

‒ todos vamos a permanecer como una familia feliz... ‒ comenzó su padre, pero Tai le cortó de inmediato su conversación.

‒ ¿Familia feliz? ¿Cuál? ¿Nosotros o esa otra mujer con esos otros niños? ‒

Su padre lo miró con demencia ‒ obviamente todos, ellos y nosotros, todos somos familia ahora, ellos se tuvieron que adelantar y nos están esperando‒

‒ ¿adelantar? ‒ preguntó Kari nerviosa zafando el último nudo que ataba a su madre.

‒ sí, los maté y nos esperan en el cielo‒

Se hizo el silencio, y los tres miembros de la familia habían hecho una mueca de horror. Su padre empezó alzando el arma y Tai tomó una rápida decisión.

‒ ¿por qué los mataste? ‒

‒ Ella al parecer, se enteró de su existencia y me... pidió el divorcio‒

‒ Bueno pues es tú culpa, papá. La engañaste a ella y a nosotros‒

‒no tienes idea... lo infeliz que me hacía sentir. Dos hermosas familias destruidas por su culpa‒ el balbuceaba mientras señalaba a su madre que estaba a punto de levantarse, darle un golpe con la silla y huir con sus hijos.

‒ papá... no es culpa de mi madre. ‒

‒ Oh, si no es su culpa ¿de quién es? ‒ dijo mientras jugaba con la pistola en la mano. ‒ Acaso será tú culpa... ‒ en ese instante apunto a Tai en la frente. ‒ Pues si te consideras culpable entonces... ‒

Su mano quitó el seguro, y puso el dedo en el gatillo. Lentamente lo apretó más hasta que se oyó un disparo y un grito desgarrador. Kari se topó el rostro por miedo a ver.

Cuando Kari abrió los ojos, vio a su madre cubierta en sangre, sobre Tai, la mirada de sorpresa de su padre no se hizo esperar. Su madre había sacrificado su vida para salvar a su hijo y ahora era un peso muerto que Tai no dejaría que cayera al piso.

‒ jajajaja... ‒ la risa de su padre era demencial.

‒ Kari... ‒ susurró Tai y ella lentamente se acercó temblando ‒ yo voy a distraerlo y tú corre, sal de aquí‒

‒ Pe... Pero... ‒

‒ estaré bien, más me preocupas tú‒

‒ ¿bien quién sigue? ‒ dijo su padre volviendo a apuntar el arma.

‒ ¿por qué no vas tú? ‒ gritó Tai y se abalanzó hacia su padre, intentando quitarle el arma.

Kari se levantó de inmediato e iba saliendo de su casa cuando regresó a ver y vio que su padre golpeaba a Tai tan fuerte que lo hizo caer y a pesar de que estuviera ya en el suelo Tai siguió recibiendo golpes con el mango de su pistola. Kari debía hacer algo o si no su padre también terminaría matando a su hermano. Se acercó por detrás y se aproximó a la cocina lo más silencioso posible. Tomó lo primero que vio, un sartén y fue a salvar a su hermano dándole un sartenazo a su padre, lamentablemente el hombre se viró y le quitó el sartén de su mano. Ella solo pensó en correr.

CORRE... CORRE... MALDITA SEA... ¿POR QUÉ NO TE MUEVES?... ‒ eso se gritaba en su mente, mas su cuerpo no reaccionaba.

‒ No, mi adorada niña tú serás la última. Pero antes se irá tu hermano así que... ‒ su padre alzó al semiconsciente Tai y le apuntó con el arma ‒... despídete‒

Antes de que él disparara Kari lo empujó, otro disparo y Tai caía inconsciente en el piso. Kari se acercó a él y sintió que aún respiraba. Su padre estaba furioso. Justo cuando él se acercaba a dispararle, la puerta se abrió de golpe, los policías entraron y controlaron a su padre. Se lo llevaron a rastras, eso pasó en tan corto tiempo apenas minutos pero para Kari fue cuestión de horas. Luego los paramédicos la separaron de su hermano, lo subieron a una ambulancia y luego a ella también. Kari dejó su casa aun cuando escuchaba como el teléfono sonaba desesperadamente.

‒ ¿Hola? ‒ dijo uno de los oficiales mientras contestaba porque ya no soportaba el sonido.

‒ ¿Hola? ¿Se encuentra Kari? ‒

‒ ¿quién habla? ‒

‒ soy su amigo, TK. Le llamaba por un problema de matemáticas que... ‒

‒ mira muchacho, tu amiga y su familia están en el hospital... ‒

‒ ¿qué? ¿Por qué? ¿Qué fue lo que...? ‒

‒ Al parecer su padre se volvió loco y los estaba atacando y... ‒

‒ ¿en qué hospital están? ‒

Su madre murió en el camino, al menos eso es lo que ella creía, no quería oír la versión de los paramédicos que decían que ella había muerto al instante. En cambio su hermano estaba grave, los paramédicos decían que por fortuna la bala solo le había rozado el cráneo. Necesitaría una transfusión, Kari tenía su mismo tipo de sangre así que no le importo dárselo, solo esperaba que su hermano saliera vivo de la operación.

Dos balas, la primera era la que había matado a su madre, la atravesó y le dio a Tai solo que él no se había dado cuenta por la adrenalina y el odio que sentía en esos momentos; la segunda era la que rozó su cabeza. En sus manos llevaba un paquete el cual tenía lo poco que quedo de su madre, dentro estaba el abrigo que usó ese día, Kari recordaba como ella y su hermano se lo habían comprado en navidad, y además un pequeño medallón, que dentro tenía una pequeña fotografía de su ahora destrozada familia.

De pronto varios escándalos se escucharon por el pasillo, sus amigos habían llegado; solo a Sora le permitieron pasar, ella era la más cercana a la familia, habían sido amigos con Tai desde que eran unos niños, pasaron juntos la aventura del Digimundo, y aún continuaban siendo buenos amigos, aunque ella había preferido ser la novia de Matt. En cuanto Sora llegó a su lado no dijo nada solo se quitó su abrigo se lo puso a Kari y se sentó a su lado abrazándola, fue ahí cuando Kari empezó a llorar y a lamentarse de verdad.

Algunas horas después el Doctor salió de la operación, y vio la triste mirada de la chica frete a él. Pero sonrió.

‒ Esta fuera de peligro, seguirá inconsciente por un tiempo más... ‒ luego cambio el semblante‒ debido a las circunstancias... ‒

‒ ¿qué circunstancias? ‒ preguntó Kari algo asustada.

‒ A qué tu padre los molestará más tiempo‒ dijo un hombre que al parecer era un inspector de la policía. ‒ Lamento informarte que se nos escapó, de alguna forma... ‒

‒ Y de alguna forma hemos arreglado para que Tai reciba un buen tratamiento en los Estados Unidos y tú vayas con él‒ dijo el abuelo de Cody, Chikara Ida ‒ hablé con unos contactos estarán dentro del programa de protección de testigos‒

‒ gracias‒ dijo Kari empezando a alegrarse.

El viaje se realizaría pronto, Kari faltó a la escuela en los últimos días arreglando cosas pendientes, como darle sepultura a su madre, lo hizo sola. Tai aún no despertaba y lo estaban preparando para llevarlo en un avión ambulancia. Finalmente el día llegó Tai iría primero en un avión equipado solo para su bienestar, es decir con enfermeras y médicos y equipo médico sobresaliente. Fue por ese motivo que Kari ya no alcanzaba en ese avión.

Ella iría acompañada por un oficial en un avión comercial, así distraerían a su atacante si este aparecía. En el aeropuerto Kari se despidió de todos sus amigos.

‒ Avísanos cuando llegues‒ dijo Sora dándole un fuerte abrazo.

‒ Cuando Tai despierte dile que se recupere pronto‒ dijo Davis alzando su pulgar en señal de apoyo.

‒ Se lo diré Davis‒

‒ Kari, toma por si te da hambre en el camino‒ dijo Joley mientras le daba un paquete de comida.

‒ gracias‒

‒ Mimi y Willis estará al pendiente de ti y de Tai así que no dudes en comunicarte con ellos‒ comentó Izzy.

‒ Sí, lo haré. ‒

‒ Recuerda que siempre contarás con nosotros para todo‒ djio Matt finalmente.

‒ Sí, gracias... ‒

‒ Srita. Kamiya es hora‒

‒ sí, enseguida voy. Gracias chicos. ‒

‒ no actúes como si esto fuera una despedida Kari, estoy seguro de que Tai y tu vendrán en cuanto todo esto termine‒ dijo TK sonriéndole.

‒ Gracias TK, tienes razón nos volveremos a ver‒ dijo mientras se despedía con la mano y salía corriendo tras del oficial que la acompañaría.

Todos sus amigos se quedaron en el aeropuerto hasta que ella despegó. Todos ya la daban por sana y salva, pero TK tenía algo atravesado en el fondo de su mente y corazón que le decía que no saldría nada bien.

Kari subió al avión donde estaba rodeada de muchas personas esperando llegar a su destino, el oficial a su lado solo se acomodó y sacó un libro para leer. El avión despego y Kari miro por última vez su ciudad y país.

Pasaron unas horas de vuelo normal pero la ruta normal del avión seria atravesar el océano, pero por un extraño motivo el avión fue en dirección contraria, el oficial se dio cuenta después de terminar uno de los capítulos del libro y de inmediato se levantó a pesar de las advertencias de las azafatas, desgraciadamente descubrió que el avión había sido secuestrado por miembros de la mafia japonesa.

Cundió el pánico, los yakuza después de amenazar a todo el mundo, se pasearon por cada asiento, fue cuando la vieron. Kari estaba aterrorizada.

‒ Así que tú eres Kari Kamiya ¿eh? ‒ dijo un hombre calvo, delgado y con millón de tatuajes en el brazo.

‒ mm... no eres tan bonita como tu padre decía‒ dijo otro con un peinado algo anticuado.

‒ ¿mi padre fue quien los contrato? ‒ preguntó Kari, tal vez con un poco de imprudencia.

‒ sí, ahora dinos ¿dónde está la llave? ‒

‒ ¿qué llave? ‒ preguntó Kari.

‒ jajaja... por qué siempre se hacen los desentendidos... ‒ el sujeto calvo le tomó del brazo y lo apretó haciéndole daño ‒ tu padre nos dijo que tu madre te dejó una caja con millones de yenes en su interior, y que nos la daría si te encontrábamos‒

‒ Pues eso es... ‒

‒ Es mentira, ese hombre los engaño... ahora dejen a la chica en paz, y déjenos dirigirnos a nuestro destino ‒ dijo el oficial pero los yakuzas no estaban satisfechos.

‒ ¡JA! Cómo si creyéramos algo que tú dijeras... ‒

Todos estaban desesperados así que el oficial no tuvo más remedio que atacarlos, ellos empezaron a disparar, matando algunos de los pasajeros. Fue cuando en uno de los forcejeos, los controles fueron destruidos. Y el avión se fue abajo. El avión perdió altura, y estabilidad, Kari solo se aferró a su digivice y sintió el impacto.

Tokio, Japón‒

Los digielegidos recibieron una llamada casi un día después, decía que Tai había llegado sano y salvo y que había despertado; Mimi estaba con él en el hospital.

‒ me tarde mucho en convencer a los oficiales que yo era su amiga‒ decía Mimi en la pantalla ‒ los Doctores me explicaron que lamentablemente tiene un golpe traumático que le impide recordar el incidente, y al parecer tampoco a su hermanita‒

‒ Eso seguro se arreglará con tratamiento y con mucha paciencia de Kari‒ dijo Joe quien estaba estudiando en la universidad.

‒por cierto cómo está Kari‒ preguntó Sora.

‒ Sobre eso...Kari no llegó a Estados Unidos‒

‒ ¿cómo que no llegó? ‒ preguntó Matt.

Siberia, Rusia

‒ ¿POR QUÉ A MÍ? ‒ gritó una chica caminando por un desierto helado. Buscando una luz en su creciente oscuridad.