Los personajes de Twilight no son míos sino de Stephenie Meyer, yo solo me divierto un poco con ellos.

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Capítulo no beteado, siento las faltas de ortografía y gramatica

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Paulette despertó temprano esa mañana, no se debía a que su mamá la estaba sacando de la habitación, tampoco porque su Papi estaba haciendo mucho ruido o porque alguno de los amigos de sus papis, estuvieran pateando su puerta, no se debía a nada de eso.

Se bajó de la cama y se puso sus pantuflas, las mismas que su amada tía Belly le había regalado dos años atrás, le quedaban pequeñas, pero aún servían.

Se acercó a la puerta y comprobó que no tuviera el seguro puesto, sonrió cuando la puerta abrió fácilmente, no le gustaba que su mami la encerrará, ella le decía que lo hacía para protegerla, pero aun así no le gustaba.

Su casa estaba un poquito sucia, su mamá no limpiaba la casa como tía Rose lo hacía, tampoco tenía quien lo hiciera como tía Belly, su mamá simplemente no hacía nada de eso.

Encontró a sus papás durmiendo en el sofá de la sala, su papá solo vestía sus voceros mientras que su mamá solo tenía puesta una camisa demasiado grande y la cual olía un poco mal.

Pero en ese momento nada de eso importo, se acercó lentamente a su mamá y le tocó el hombro, ella no se movió, repitió la acción está vez agregando una sacudida, logrando que se madre soltará un bufido y se reacomodará en el sofá. Sé supone que debía de dejarlos dormir, no podía molestarlos, era una regla de la casa, pero era muy importante que su mamá estuviera despierta.

—Mami —susurro al mismo tiempo que volvía a sacudir su hombro— despierta mami.

Paulette observó cómo su mamá fruncía el ceño y abría los ojos lentamente.

Lo que más deseaba en el mundo, era que su mamá sonriera todas las mañanas al verla, saber que ella la hacía feliz, pero su mamá nunca lo hacía, ella siempre estaba de mal humor, aún más si la despertaba demasiado temprano.

—¿Tuviste una pesadilla? —pregunto su madre tallándose los ojos—

—No mami —susurro al mismo tiempo que le extendía el dibujo en el que tanto había trabajado— feliz día mami, te quiero mucho.

Paulette se lanzó a abrazarla, su madre la sostuvo a tiempo antes de que callera sobre su padre, si eso ocurría realmente estaría en problemas.

—Gracias Pau, —sonrió poniéndose de pie— Es un dibujo hermoso

—Gracias, lo hice con mucho amor para ti

—Me ha encantado, te lo aseguro

Paulette no dijo nada al ver los moretones en los brazos de su madre, tampoco al ver las ojeras ni mucho menos pregunto porque tenía la nariz tan roja

—Nos daremos un baño, tenemos que ir a casa de tía Belly antes de que ella se vaya al trabajo

—También le hice un dibujo

—Lo sé, por eso tenemos que ir

Paulette asintió y dejó que su madre la metiera al baño, no sabía quién necesitaba más una ducha, si ella o su madre.

...

Alice sonrió al ver a su hija saltar a los brazos de Bella, habían tenido que pagar un puñetero taxi para asegurarse de llegar a tiempo, cincuenta dólares tirados a la basura.

—Mi preciosa Paulette, me alegra tanto que estés aquí

—A mí también tía Belly, te hice un dibujo

—El dibujo más hermoso de todo el mundo —sonrió besando la regordeta mejilla de la niña— hola Alice, feliz día

—Gracias Bella, espero que no te estemos quitando el tiempo

—No lo hacen —aseguro dejándolas pasar a la casa— hoy no iré a la oficina, ¿Quieren acompañarme a desayunar?

—Ya desayunamos Bella —aseguro Alice—

El enorme jarrón con rosas rojas fue lo primero que vio al entrar a la sala de estar, los rosas desprendían un olor majestuoso, debieron de costar una fortuna.

—¿Puedo preguntar?

Bella sonrió encendiendo el televisor y sintonizando Peg+Cat para entretener a Paulette, le hizo una seña con la cabeza a Alice para que fueran a la cocina y pudieran tener privacidad.

—Me las ha regalado Edward —respondió sentándose en la silla alta de la encimera— por Patito, es su forma de decirme que lo recuperaremos

—Pues el niño va a regresar a casa, así que es normal que te consientan en este día, eres su madre.

—Realmente lo espero Ali —suspiró melancólica— ¿Quieres un poco de café y galletas?

—Por favor

—Eres libre de tomar lo que quieras —aseguro poniéndose de pie y tomando la caja rosada que estaba aún lado del microondas— le llevar un cupcake de mora azul a Paulette

—Le encantan esos

Alice observó cómo Bella salía de la cocina, podía escuchar el murmullo de la televisión, así como el sonoro beso que su hija dejó en la mejilla de Bella.

Sirvió su taza de café antes de que Bella regresará.

—¿Qué planes tienen para hoy? —pregunto sentándose de nuevo frente a ella—

—Los mismos de cada año, iré con mi madre y después con Esme, Jasper nos alcanzará ahí y regresaremos a casa, ¿y tú?

—Mi madre duerme arriba en este momento, iremos a almorzar después de que despierte y después pasaremos el día en un spa, se marcha hoy por la noche para Italia a visitar a un amigo cercano

—Tienes un muy buen día planeado, ¿Saldrás en la noche con Edward?

Por la siguiente media hora Alice escucho parlotear sin cesar a Bella sobre su día planeado, ella ni siquiera era madre, era una completa aberración saber que Bella pasaría un mejor día que ella.

La odiaba tanto, ella tenía todo a su alcance, era tan injusto.

El sonido de la regadera sonando fue la señal para marcharse, la madre de Bella la odiaba, siempre lanzando comentarios malintencionados, sabía que, si ella bajaba antes de que pudiera salir de esa casa, Bella no le daría ni un dólar.

—Se nos hace tarde y sabemos que mi madre y Esme son muy estrictas con el tiempo que pasamos con ellas.

—Lo sé, no te quito más de atún tiempo

—Pau, cielo, ven a despedirte de tía Bella

Paulette llego corriendo a la cocina, yendo directamente a abrazar las piernas de Bella

—Adiós tía Belly, te quiero mucho

—Es tía Bella, corazón —le recordó alzándola en brazos— me gusta más de esa forma

—Está bien tía Beellaa —se rio abrazando su cuello— te amo mucho

—Yo mucho más

Alice se removió incómoda en su lugar, jugó con su mechón de cabello mientras esperaba a que terminaran de despedirse

—¿Quieres que te pida un taxi? —pregunto Bella aun con Paulette en brazos— La casa de tus padres está bastante retirada.

—Gracias Bella, pero, bueno —rasco su nuca con nerviosismo— no podemos permitirnos pagar taxi.

—Sabes que no es problema pagarlo por ti

—No quiero abusar Bella, nosotras solo veníamos a visitarte

—No es ningún abuso —aseguro caminando de regreso a la oficina en donde estaba su bolso, Alice la siguió— estoy un poco corta de efectivo.

—No queremos abusar Bella

—Y te repito que no es ningún abuso.

Alice acepto los quinientos dólares que Bella le ofreció.

Esto es para ti mi cielo, invítale un chocolate a tu mami por su día.

—Oki doki tía Bella

Paulette beso por ultima vez la mejilla de Bella antes de que Alice optara por tomar un taxi del camino, sería más rápida y de ese modo no entretendrían a Bella en sus planes de salir con su madre.

—¿Por qué no pudimos quedarnos más tiempo? —pregunto Paulette trotando junto a ella—

—Por que tenemos cosas que hacer

—¿Iremos con los abuelitos?

—Despues

—Pero tu dijiste…

—Ya se lo que dije, ahora corre o perderemos el autobús

—Pero tía Bella dijo taxi

—Es tía Belly y yo decido como iremos a casa.

—Ella dijo que prefería tía Bella

—¿Me vas a desobedecer? —pregunto deteniéndose, Paulette casi tropieza—

Alice observo a su hija jugar con uno de los mechones de su cabello, siempre hacia eso cuando estaba nerviosa.

—No mami

—Así me gusta, ahora calla y camina

…

Bella bufó al ver a su madre de brazos cruzados en lo alto de la escalera.

—No digas nada —hablo al pasar junto a ella, ni siquiera se detuvo se dirigió a la habitación principal—

—No pensaba hacerlo, —respondió Holly sonriendo de manera inocente— de hecho, creo que es muy considerada

—Lo es, sabe lo mucho que quiero a Paulette.

—Claro, solo es eso.

—Mamá…

—No digo nada malo, cariño, solo que es tan bondadosa de restregarte en la cara a la niña

—Alice no hace eso —la defendió sentándose en su enorme cama, en donde había dejado todo su maquillaje antes de que Alice y Paulette llegaran—

—Si así lo quieres creer, entonces está bien.

—Mamá, por favor…

—Esta bien, esta bien, te dejare en paz, —suspiro recargándose contra el marco de la puerta— estaré lista en unos minutos, espero que tú también lo estés.

—Yo ya estoy lista mamá —protesto cruzándose de brazos

—Si eso quieres creer

Holly cerro la puerta antes de que Bella pudiera lanzarle el almohadón al rostro. Escucho la risa burlona de su madre antes de que cerrara la puerta de invitados detrás de ella, para terminar de vestirse y maquillarse.

Se negó a pensar si quiera en las palabras que su madre había dicho, Alice era su amiga, era la única de la familia que sabia el dolor por el que había pasado cuando Patito se fue, por eso permitía que pasara tiempo con Paulette, Alice solo quería remendar ayudarla a llenar un poco el vacío que sentía desde que no tenia a su niño en casa.

No iba con malas intenciones, de eso estaba cien por ciento segura.

Antes de aplicarse el labial, se detuvo pensando en su niñito, el mejor regalo que pudiera recibir seria el tenerlo devuelta con ella en casa

…

Edward entro a la casa de su madre, con un arreglo de flores muy parecido al que Bella había recibido por la mañana, esperaba obtener la misma reacción de alegría en su madre, realmente no estaba listo para discutir con ella en este día.

Suficiente tenia con los otros 364 días.

—Que grata sorpresa —saludo Carlisle abriendo la puerta— ¿Y Bella?

—SU madre vino de visita y fueron a un Spa a pasar el día

—¿Y tu pasaras el día aquí?

—Ese es el plan

—Te creeré por el momento, pero pasa, Emmett y Jasper están adentro, aunque Alice y Rosalie siguen con su madre

—¿Los niños también? —pregunto sin querer ser muy obvio al preguntar por Paulette—

—Sin los niños, ¿Eso significa que te quedas a comer?

—Bueno…quede de comer con Bella y Holly, pero creo que puedo cancelar

—Eso alegrara a tu madre.

Edward encontró a su madre y hermano en la pequeña sala, era extraño que despues de tanto tiempo volvieran a estar solo la familia de cinco, Emmett ocupaba el sillón individual, Jasper estaba acostado en el de tres plazas y su madre y padre acurrucados en el de dos plazas, eso dejaba a Edward sentarse en el apoyabrazos junto a Jasper.

—Feliz día Mamá

—Gracias mi niño —respondió aceptando el arreglo floral, la caja azul de Tiffany y una tarjeta de un elegante Spa— no te hubieras molestado, ¿Dónde está Isabella?

—Salió con su madre, te manda saludos y espera que te gusten los obsequios, me acompaño a elegir el collar y fue su idea lo del Spa, es una visita para dos personas, puedes llevar a alguna de tus amigas

—Me encantara hacerlo —sonrió poniéndose de pie— ¿Por qué no ordenan pizza en lo que yo coloco las flores en agua y llevo el collar a mi habitación?

Cinco segundo despues de que Esme saliera de la sala, escucho el grito de sus hermanos y padres, negándose a ser quien llamara a la pizzería, Edward suspiro y se puso de pie.

—Yo la quiero de carnes frías —hablo Emmett—

—Yo de Pepperoni —prosiguió Jasper—

—Y yo de Hawaiana —termino Carlisle—

—¿Se les olvida que a mamá le gusta la margarita?

—Pues pide una margarita y deja de protestar —respondió Jasper arrojándole el cojín del sofá—

Edward negó y camino a la cocina en donde en un imán pegado a la puerta del refrigerador estaba el numero de la pizzería favorita de su familia.

Marco el número y respondió la tan conocida voz que desde que era un adolescente respondía el teléfono.

—¡También pide unas alitas! —grito su madre desde el piso de arriba—

Igual que en los viejos tiempos

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Rosalie metió el pastel de carne al horno, la pequeña casa de sus padres estaba llena de vida, los niños corrían divertidos, su padre descansaba en el sofá viendo la televisión mientras su madre le sonreía divertida sentada en la mesa junto a Alice que le arreglaba las uñas.

—No necesitamos ir a un costoso Spa para arreglarnos las uñas —hablo Alice con la lima en las manos— podemos pasarla incluso mejor

—Claro que si —respondió Helen viendo como sus hijas trabajaban— podemos pasarla muy bien solo nosotras, por cierto, Rosalie, revisa que los niños no vayan a tirar las masetas del jardín.

—Claro mamá

—apresúrate hermanita, porque despues me encargare de tus manos —hablo Alice sin dejar de trabajar en las manos de su madre—

Los niños jugaban tranquilamente, sus tres hijos estaban jugando con la pelota mientras que Paulette estaba en una esquina jugando con su muñeca, aun le parecía un gasto realmente innecesario comprarle esas muñecas a su Paulette, pero si hacían feliz a la niña, entonces estaba bien.

Noto el sudor en las frentes y espaldas de sus hijos, así como se arrastraban en el suelo con tal de tener la pelota, el trabajo de una madre nunca terminaba.

Aunque por un día quisiera pasar el día relajándose en un Spa justo como lo hacía Isabella en ese momento.

A veces no entendía porque Alice sabia tanto de la vida de Bella y Edward, ella misma aseguraba que casi no los veía, ya que no toleraban lo curiosa que podía ser Paulette.

Rosalie lo entendía, realmente lo hacía, más de una vez termino discutiendo con Bella por alguna travesura que sus hijos hicieron, pero lo que realmente no entendía era porque tenía que saber que Edward le regalo flores a Bella por ser su mamacita, por más vulgar que le pareciera ese apodo y a pesar de que Emmett se lo decía en ocasiones en la cama, no encontraba un motivo para que eso le importara a ella.

Tampoco entendía la necesidad de imitar un Spa, ella nunca había ido a uno, pero estaba segura de que hacerse la manicura no era exactamente lo que ella necesitaba, tal vez se sentiría más relajada, pero podía vivir perfectamente sin la experiencia de andar solamente vistiendo una bata junto a otras mujeres en las mismas condiciones que ella.

Claro que Isabella no tenia de que preocuparse, ella no tenia los kilos de más de los embarazos, ni las estrías ni mucho menos la marca de la cesárea, pero eso no importaba.

Alex, su hijo menor la vio y corrió hacia ella para abrazarla.

—Feliz día mami

—Gracias mi amor.

Tal vez no tenia todo lo que Alice decía que tenia Bella, pero Bella nunca sabría lo maravilloso que era ser abrazada por los regordetes brazos de su hijo, y era eso, saber que tus hijos te amaban con todo su corazón, era un mejor regalo, que los collares caros y restaurantes de lujo.

—Rosalie, el horno —grito Helen desde la cocina—

Bueno, tal vez ir a un restaurante y que ella no cocinara era un regalo muy bueno

Hola!

Yo se que no es el capítulo que esperaban, pero simplemente no pude evitar escribirlo, espero lo disfruten tanto como yo disfrute escribirlo. Lo escribi pensando en que tan diferente son las celebraciones de cada familia en este día, y como cada quien hace feliz a su madre a su manera.

Gina, Caludia, Carito, Kary, Conni, Paula, Flo, Lau, Ana, Gaby, ya se lo que me dirán mis acosadoras favoritas, pero yo cumplí subiéndoles un capitulo *inserte risa malvada*, y por si acaso, sepan que me he escondido muy bien, mejor prevenir que lamentar jajaja

Solecito, mis mejores deseos para ti y tu porotit .

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