capitulo 17

-¿encontraron algo?

-no señor, todo está en orden.

-¡Maldición!

El pelinegro caminaba de un lado a otro, como león enjaulado, se encontraba en la residencia de Minos "explorando" el lugar. No estaba seguro de que lo que dijo Manigoldo fuera cierto pero...no perdía nada con investigar. Por desgracia parece que a Minos y sus amigos se los había tragado la tierra, dejaron de asistir a la escuela y sus departamentos estaban desiertos.

-crees que... ¿crees que Manigoldo y su abuelo tienen que ver con su desaparición?

-No lo sé, es probable. De acuerdo al chico fue Minos quien secuestro a Albafica pero...Que tal y están confabulados, tal vez uso a Minos para atraerlo y después lo desapareció para que no lo denunciara.

-¿y los demás?

El Cid guardo silencio y rasco su nuca, aun no sabía cómo se involucraban en el caso.

-¡Ahh!... ¿Qué resultados arrojo la prueba, de quien es la sangre?

-Pues...la verdad es extraño. Los resultados indican que es sangre humana pero...no al cien.

-¿Qué quieres decir?

-parece que esta mesclada con la de algún animal, los científicos a un no saben cómo, le van a realizar más pruebas para sabes a ciencia cierta de quien es. Me llamaran cuando tengan los resultados.

Frustrado, el moreno, golpeo la pared. Algo grave estaba por ocurrir, sus sentidos se lo advertían, pero no sabía qué. Por un momento llego a creer que Manigoldo decía la verdad, en especial por los acontecimientos ocurridos en la estación pero... ¡eso era imposible!

Sus ojos se clavaron en el calendario de la cocina, una fecha se encontraba encerrada en un círculo azul.

-eh, Sísifo.

-¿Qué pasa?

-¿Cuándo es el eclipse?

-mmm, el 27, creo...sí, el veintisiete de este mes.

El hombre señalo la hoja de papel, el número 27 estaba encerrado.

-¿Qué día es hoy?

-veinti...seis...

-tenemos que encontrarlos, solo tenemos este día.

***...***...***...***...

-¡hay me duelen las piernas!

La "hermana" se sentó en una banqueta, levanto su falda y comenzó a sobar su pantorrilla, llevaban horas caminando, desde antes de que saliera el sol. Soltó un suspiro y se giró a ver a su acompañante.

-¿tienes hambre? ya es tarde y no hemos comido nada...necesitas reponer fuerza.

El otro solo le miro y acepto en silencio.

Espagueti al pesto y risotto a la palta, acompañado con dos canelones de queso, fue toda su comida. Lo compraron para llevar y se sentaron en un parque. Estaba por anochecer, era un día frio por lo que nadie estaba ahí.

Ingirieron sus alimentos en silencio, un silencio ligeramente incómodo. Los ojos de la monja viajaban a su compañero, se veía triste...pero era normal, el tiempo se estaba acabando y no encontraban nada. No era "buena" con las palabras por lo que deslizo su mano y sujeto la de su acompañante, intentando transmitirle un poco de paz y confianza.

-no te preocupes, todo saldrá bien, lo prometo.

Por increíble que parezca estas simples palabras le devolvieron el ánimo, no era momento de rendirse, habían llegado tan lejos. Sonrió y regreso el afecto, apretando con fuerza la mano de su pareja.

-ya es tarde, será mejor regresar.

-mju, con un poco de suerte y los demás encontraron algo.

-cierto, aparte tenemos que...

-¡Pero que belleza tenemos aquí!

La voz gallosa de un chico les sorprendió, tres jóvenes se acercaban a ellos.

-pero que linda monjita ¡justo lo que necesito para aliviar mi alama!

La hermana giro sobre sus talones dispuesta a ignorarles. Pero estos no la dejaron.

-¡qué dices preciosa! ¿No quieres dar una vuelta con nosotros?

El aliento alcohólico golpeo su nariz, a la par de una mano que se deslizaba por su trasero, apretando la tela y un cachito de carne.

-¡Tú...fligio di putana!

Pero la hermosa monjita no estaba dispuesta a ser manoseada. Se giró y soltó un puñetazo al imbécil que la abrazaba, partiendo su labio. Una patada en la espinilla y un rodillazo en la cara al que estaba enfrente. Tomo al tercero de los cabellos y lo arrojo al piso, para después patearlo, todo esto acompañado de una serie de insultos que harían sonrojar al mismísimo diablo.

La hermana quería seguir golpeándoles, pero su compañero lo jalaba intentando sacarlo de ahí, en el ajetreo su Toca termino en el piso, una mata de cabellera azul quedo al descubierto. Dejando sorprendidos a los atacantes y a una pareja de oficiales que cruzaba el lugar.

-ya... ¿ya viste quién es?

Sísifo y el Cid regresaban del cateo en la casa de Minos, los oficiales tenían la intención de revisar nuevamente la casa del cangrejo, y el parque era un atajo, detuvieron su vehículo cuando se percataron de la agresión a la hermana.

-Oye t...mph...

El moreno cubrió la boca de su amigo y retrocedió, aun no los veía, con un poco de suerte le seguirían y llegarían al fondo de esto.

Al final Manigoldo recupero su toca y salió de ahí, arrastrado por Albafica, él quería seguir pegándoles pero el peli celeste no le dejo. Estos muchachos de ahora, ya no hay respeto por nadie.

-ja,ja, pero que gracioso, ja,ja.

-¡carajo Alba-chan, deja de reírte!

-no puedo esperar a contárselo a Kardia.

-¡no te atrevas, ese maldito bicho no dejara de fastidiarme si se entera!

El peli celeste se retorcía de la risa, mientras su compañero se moría de vergüenza, enojado cruzo los brazos y comenzó a refunfuñar.

-eres cruel Alba-chan, en lugar de defenderme, no te das cuenta de que soy una pobre monja, delicada y frágil ¿Por qué no me ayudaste?

-per...perdona, ja,ja, pero la verdad dudo que seas delicada y frágil.

El chico continuo riendo hasta que llegaron a la entrada secreta de su guarida, una vieja tienda que conectaba con los túneles. Albafica atravesó la pared y activo el mecanismo.

-lo..je,je...lo siento...je...te prometo que para nuestra próxima cita si te cuido, ja,ja, ja...

Albafica continúo riendo y se encamino a la guarida, dejando detrás de si a un sorprendido Manigoldo ¿dijo cita? una sonrisa se instaló en su cara, parece que finalmente comenzaba a avanzar con el pececillo.

-¡Manigoldo!

Una voz a su lado le rompió el encanto. Sage y los demás se acercaban, el chico les espero para entrar con ellos, ya después Degel cerraría la puerta.

-¡ah! qué día, me duelen los pies...no encontré nada, parece que se los comió la tierra, ni rastros de Minos y los idiotas esos, tampoco del testigo... ¿Cómo les fue a ustedes?

Sage lucia muy diferente. El hombre se había cortado el cabello y lo tiño de negro, los característicos puntos en su frente eran cubiertos con maquillaje, mientras un par de lentes obscuros cubrían sus ojos, vestía como cualquier persona, con pantalón de mezclilla y chamarra de cuero.

-nada viejo, no encontramos ninguna pista.

Todos suspiraron, derrotados, el tiempo se acababa, el eclipse era al otro día y aun no encontraban a Albafica.

-¿y Kardia?

-ah, empezó a quejarse que tenía hambre, que estaba cansado, que nunca encontraríamos al testigo porque le buscaban mal...me desespero y lo mande a casa. Hablo el francés, harto de la actitud infantil de su novio.

-bueno, entremos antes de que algui...

-¡Manigoldo!

Albafica apareció frente a ellos...asustado.

-es terrible, Kardia, Kardia...hay vengan.

Albafica desapareció y Degel fue tras él, temeroso de que algo malo le sucediera a su bicho. Los demás no tardaron en entrar corriendo...olvidando cerrar el pasaje.

Cuando llegaron se encontraron con una escena...perturbadora.

Kardia les saludaba sonriente, devorando una manzana, a su lado... ¡un sujeto amarrado en una silla! Era un joven de ascendencia oriental, vestido con un horrible kimono, con una larga trenza negra y un exagerado bigote. El pobre veía asustado a las personas frente a él.

-ya ven, les dije que buscaban al equivocado.

Se jacto orgulloso el escorpio mientras inflaba el pecho. Feliz por su proeza.

-¡Hay no!

Degel golpeo su frente intentando controlar la rabia, pero la culpa era suya, si ya sabe cómo es Kardia... ¡Pa'que lo deja solo!

-¡Kardia!

-¡hay no puede ser!

-ya terminamos en la cárcel.

-¿Qué hiciste animal?

-óyeme cangrejo, ¡no me grites! Deberían de felicitarme, atrape al testigo, ahora ya podremos limpiar sus nombres...de nada.

-¡bicho idiota, este no es!

Manigoldo, Degel, Shion y Sage comenzaron a regañarlo, el heleno se defendía pero no le escuchaban. Defteros se acercó hasta el pobre secuestrado, si lo liberaban con suerte y no los denunciaba, estaba por desatarlo cuando Kardia lo jalo y coloco en el centro, frente a todos.

-les digo que es él ¿Qué no ven su trenza? o están ciegos.

Con fuerza el bicho tomo el cabello negro de su víctima y jalo. Todos se sorprendieron al ver como la peluca se desprendía dejando al descubierto un hermoso cabello castaño.

-uy...ya lo rompí

Kardia intento arreglarle el pelo, pero en sus movimientos el bigote se atoro con una pulsera que llevaba en la mano y termino desprendiéndose, para el asombro de los presentes.

-no puede...

Def se acercó de nuevo al chino, le retiro la peluca, que Kardia aun quería ponerle, y los restos del bigote, saco de entre su bolcillo un retrato del hombre al que buscaban. Su vista viajaba de uno a otro, no había duda... ¡era él!

-no me lo creo... ¡Kardia lo encontró!

-¡¿Queeeeeé?!

-¿enserió? .

***...***...***...

Los ojos del castaño viajaban de un lado a otro, estaba aterrado, aun no entendía como término en esa situación.

Tras el incidente con Minos decidió ocultarse. Había pasado siete días bajo la superficie, ya que se perdió en las alcantarillas. Cuando logro salir, y tras asearse, pensó en ir a la policía y denunciar el secuestro de Albafica, pero... ¿Cómo lo explicaría?

Estaba seguro que la parte del rapto no sería problema, los policías no dudarían de esa parte, pero lo del monstro... ¡lo iban a tachar de loco! La verdad si no fuese por los raspones y cortes él también lo dudaría. Por varios días se debatió si ir o no, en especial cuando vio la foto del joven en las noticias y periódico. Por desgracia al final el miedo fue quien gano ¡no! Mejor no involucrarse, lo más probable es que el chico ya estuviese muerto.

Pasó los primeros meses oculto, tenía ganas de huir pero no contaba con los recursos, se vio obligado a mendigar comida y ocultarse en casas abandonadas y construcciones, al final consiguió un empleo como velador en una de estas.

Pero el miedo seguía latente, en cuanto veía a un joven de pelo plateado o blanco salía corriendo, temeroso de que lo reconociera, en una ocasión se topó con Lune, el albino llevaba una gran caja a una bodega, cerca de la construcción donde trabajaba. Por fortuna este no le vio, por lo que pudo conservar su empleo, pero decidió ser más reservado y no salir o hablar con nadie.

Todo marchaba bien hasta el día de ayer...cuando se enteró de que le buscaban.

Regresaba de la tienda, fue por víveres para pasar la noche. Al girar en una esquina se topó con Shion, Defteros y Albafica, aunque no vio a este último. Los jóvenes interrogaban a un par de muchachitos que bebían en la calle, el mayor mostraba el retrato mientras preguntaba el paradero de esa persona.

-No...no lo conozco.

Hablo uno de los chicos, sin siquiera mirar la fotografía.

-¿están seguros, es muy importante que lo encontremos y...?

-¡ya te dije que no lo vi!

El chico empujo a Shion mientras giraba donde sus amigos. Esto molesto a Defteros que no tardo de sujetarlo de la camisa y estrellarlo en la pared. El mayor tomo el retrato y lo coloco frente a la cara del joven.

-velo bien... ¿seguro que no lo conoces?

Asustado el niño se giró a ver el dibujo, después de unos segundos negó, Def le soltó y los vándalos salieron corriendo de ahí.

-¿estás bien?

-si...gracias.

Despeino su cabello de forma fraternal, Shion sonrió por el gesto.

-ya es tarde, regresemos, con suerte y los demás encontraron algo.

Los chicos se dispusieron a irse, cruzaron la calle y se internaron por una avenida. Antes de marcharse Dokho alcanzo a ver como un papel resbalaba de los bolsillos del heleno, curioso, como era, se acercó y recogió la hoja ¡enorme fue su sorpresa al ver su retrato impreso ahí!

El miedo le invadió, esos sujetos lo buscaban a él ¿Por qué? ni siquiera les conocía. Un escalofrió recorrió su columna ante la idea que cruzo en su mente. Que tal y eran amigos de esa cosa, que tal y ese monstro lo estaba buscando para callarlo...No, tenía que salir de ahí.

Al día siguiente renuncio, empaco sus pocas pertenencias y marcho a la estación de autobús. Enorme fue su sorpresa al ver de nuevo a esos sujetos, los chicos habían ido a la terminal con la esperanza de encontrarle, salió corriendo de ahí y fue al centro.

En una tienda de ropa vieja encontró el atuendo perfecto para pasar desapercibido. Decidió usar sus rasgos orientales y estereotipar a los de su raza, con una gran cantidad de combinaciones logro encubrirse. Se encamino de nuevo a la estación, estaba por llegar cuando "alguien" le detuvo.

-¡al fin te encuentro ¡carajo, sí que eres escurridizo!

Kardia regresaba a la guarida, estaba aburrido de buscar por toda la ciudad a Minos y compañía, esos idiotas se habían escapado. Quería comer algo y regresar al trabajo, tampoco podía perder el tiempo, Albafica contaba con ellos. Al dar una vuelta se topó con un sujeto que le pareció conocido... ¡Bingo! la suerte finalmente les sonreía.

El chico se asustó mucho al sentir como alguien le jalaba, intento protestar y pedir ayuda pero, las calles estaban desiertas, la lluvia amenazaba y la gente corría a buscar refugio... Los pocos que le vieron pensaron que estaba borracho, ya que se tambaleaba y hablaba solo.

-¡no, suéltame!... ¡ayuda!

-carajo, no sé cómo es que esos idiotas no te encontraron, si eres muy fácil de atrapar, pero claro, todo lo tengo que hacer yo.

-¡Ayuda!

-ya, eres un escandaloso...toma para que te calles

Kardia le noqueo, con trabajo logro sujetar sus piernas y brazos y le hizo caminar, bueno tambalearse, lo llevo por una serie de callejones hasta llegar a una tras tienda, ahí apretó el interruptor y se adentró por el túnel.

Je, Degel y los demás se sorprenderían cuando vieran que lo había encontrado ¡si, era brillante!

Le amarro a una silla y se dispuso a esperar a que sus amigos llegaran...un problema menos.

***...***...***...

-no inventen ¡esto tiene que ser una broma!

-no me lo creo

-je,je, ya ven. Les dije que lo estaban buscando mal.

-bicho, esta vez me sorprendiste.

-¡oh mon amour, eres el mejor, jamás dude de ti!

-de verdad... ¡Gracias cubito!

Los jóvenes festejaban el logro de su amigo, con ese testigo podrían limpiar sus nombres, todos estaban felices...menos Dokho.

-por favor, déjenme ir, les prometo que no diré nada

El pobre chino estaba aterrado y temblaba cual gelatina.

-ay, gracias a dios finalmente te encontramos, no sabes cuánto te hemos buscado chaval.

Sage se acercó a él y jalo sus mejillas, mientras sonreía.

-contigo aquí podremos librarnos de la policía, al fin algo de suerte.

-sí, ahora solo hay que llevarlo a la estación y...

-¡Quieto todo el mundo!

-¡alto ahí, policía!

Un grito a sus espaldas les asusto. Sísifo y Cid venían entrando, apuntando con sus armas.

-¡Auxilio!

Dokho no tardo en pedir ayuda, el chico intentaba zafarse pero termino cayendo al piso. Shion se acercó a ayudar, lo estaba levantando cuando Cid le ordeno alejarse de él, por lo que el pobre chino termino de vuelta en el suelo.

-escuche oficial podemos explicarlo, no es lo que parece, nosotros solo lo secuestramos y amarramos para poder interrogarle y saber dónde está Albafica, pero le juro que lo llevaríamos donde ustedes...

-Tío, mejor no hables.

-cierto viejo, solo lo empeoras.

-sabía que tenían que ver con los secuestros que están asolando la ciudad.

-ah no, esos sí que no, ya te dije que yo no tengo nada que ver con... (Mirada a Dokho) emmm, sabes qué...olvídalo.

-todo mundo las manos arriba

Los chicos obedecieron, incluidos los fantasmas.

-muy bien oficial y ahora que, nos llevara a prisión, se burlaba el heleno

-em, Kardia te recuerdo que no todos estamos muertos.

-no, soy muy joven para ir a la cárcel.

El borrego se ocultó tras Def, que no dudo en encarar a Sísifo.

-oficial, si nos permite hablar le juro que...

-¡silencio! Nadie saldrá de aquí hasta que no me digan donde esta Albafica Decerco.

-em...aquí.

-ahí esta mire

Shion señalo donde el peli azul, pero los oficiales no veían nada más que la pared.

-no me digan que... ¡Lo lapidaron!

-¿Qué? ¡No! claro que no.

-¡monstros!

-No oficial, yo le juro que...

-al diablo, ya no tenemos tiempo... ¡Kardia, ataca!

Sage señaló a los policías, mientras el heleno se acercaba.

Un golpe en la mano desarmo a Sísifo y otro lo mando al suelo. El Cid intento ayudar a su compañero, por instinto dirigió la mira ahí donde debía estar el atacante.

-¡Ah, cuidado con eso, es peligroso!

El heleno levanto las manos, temeroso de que el arma se disparara. Pero Degel no permitiría que dañaran a su bicho. Tomo una silla y le estrello en la espalda del español.

-¡Cubito, Me salvaste...por eso te quiero!

-Shion, Defteros traigan más cuerdas, creo que tendremos que amarrarlos.

Después de unos minutos ya no era uno, sino tres los secuestrados. Manigoldo los había amordazado para que no hablaran.

-¿y ahora que viejo?

-ah, no lo sé, la verdad vamos de mal en peor y...

Bip,Bip, bip.

El sonido de un celular los descoloco. Def se apresuró a contestar.

-Diga...ah, Calvera...

Sus amigos se giraron a verle, ya era hora.

-Sí, si...yo les aviso.

El peli azul colgó y se apresuró a dar la noticia.

-Asmita, Calvera y Hakurei vienen para acá, parece que encontraron una manera para combatir con esas cosas, llegaran en un par de horas.

-Al fin.

*****...*****...*****...*****...*****...

Y ahora si se acabó.

Espero que fuesen de su agrado.