Capítulo 38: Amigos en la Burbuja

He vuelto!

Respondiendo los reviews del cap. Anterior:

Miss Blue: Muchas gracias por tus palabras n.n Te divertirás mucho cuando llegue la adolescencia de estos niños jeje mientras tanto seguiremos divirtiéndonos con su infancia. Aline nos estará sorprendiendo jeje, que no te engañe su inocente apariencia

ElizabethWinter: Si tengo planeado que Elsa desaparezca y cuál era la otra opción? Te encantará el último arco argumental del fic. Trato de que la historia sea diferente a la del Amor de una madre y dándole más de mi estilo.

Disfruten el capítulo.


Después de que se celebraron las fiestas navideñas llegaba el fin del año viejo para darle la bienvenida al año nuevo. Se olvidaron viejos resentimientos, los viejos enemigos se volvieron ahora nuevos amigos.

Con el año nuevo Elsa quería olvidar los viejos resentimientos e iniciar la siguiente vuelta al sol renovada. Se terminaron de firmar los tratados de comercio y alianzas políticas entre Arendelle y Berk, Las Islas del Sur ya tendrían contacto con Arendelle y ahora serían aliados, la familia de Arendelle fue bienvenida de nuevo a los eventos sociales de Varbergk. Durante la firma Elsa notó que los padres de Hans le aplicaban la ley del hielo lo cual hizo que sintiera pena por el príncipe.

—Noto que no ha hablado con su hijo Hans. —le dice Elsa a la reina Gjerta, eran las únicas que se quedaron en la sala después de que los demás abandonaron el estudio.

—Es que sigo aún tan molesta con él, no puedo creer que haya hecho esa vileza. Yo no crié a un hombre que hiciera tal bajeza.

—Lo hizo, ya pasó y eso no podrá cambiar. Fue difícil para mí asimilarlo y superarlo. Pasé por momentos muy difíciles, y no podía creer lo que me habían hecho. Pero pasó el tiempo y esas heridas fueron cicatrizando, dejaron marca. Pero mis hijos y mi familia me dieron fuerza. He pasado por varias experiencias que me hicieron madurar y fortalecerme. Seguramente eso mismo pasó con Hans y sus acciones lo han demostrado, ha cambiado y ya no es el mismo avaricioso que piso mi reino hace seis años. Le pido por favor que haga las paces con él, yo ya las hice con él. El pasado ya lo deje atrás.

—Tienes razón. Si tú qué fuiste la más perjudicada fuiste de capaz de perdonarlo, porque yo no que soy su madre. Sí que eres alguien fuerte. No cualquiera es capaz de eso.

—La reina Elsa en efecto tiene razón, nuestro hijo ha cambiado, y varias ocasiones ha demostrado ser una mejor persona. — dice el viejo rey Caleb.

—Haremos las paces con nuestro hijo.

Elsa los ve con una sonrisa. Un rato después los reyes hablan con su hijo y sintió paz al ver a Hans reconciliado con sus padres.

Elsa ya le había dado su perdón a Hans y por lo tanto le permitió convivir con sus hijos, sin embargo todavía no sabían que Hans era su papá. Ellos acordaron que les dirían cuando crecieran y tuvieran la edad suficiente para entender ciertas cosas.

Pasaron un par de meses después de iniciar el año, comenzó Marzo y se acercaba el cumpleaños de los hermanos nevada. Elsa y Anna estuvieron preparando los detalles, y primera vez Hans iba a estar presente en su cumpleaños.

—Elsa, ¿Dónde están Anders y Aline? —le pregunta Hans a la platinada quien estaba dándole los últimos toques a la fiesta.

—Ni siquiera han despertado todavía. ¿Por qué?

—Les tengo unos regalos, y se los quiero entregar personalmente.

—Puedes entregárselos personalmente sin problema.

—Solo que están en el establo y se los quería entregar antes de la fiesta.

— ¿Y qué es exactamente? Aline es alérgica a la pelo de ciertos animales como conejos y gatos. Espero no sea nada eso.

—Sé que le gustan los unicornios.

—Los equinos y los animales en general en especial los perros, Andy es más de renos.

—Ya casi es hora. Anna encárgate mientras voy a despertar a Anders y Aline. —revisa un reloj la reina. —acompáñame Hans.

El pelirrojo siguió a la reina de las nieves. Entraron a la habitación de sus hijos.

—Feliz cumpleaños. —les dicen a sus hijos Hans y Elsa.

—Buenos días. —dice Andy somnoliento.

— ¿Que hace ese señor aquí? —pregunta desconcertada Alny.

—Les tiene una sorpresa vengan.

— ¿En pijama?

—No hay problema vengan.

Hans les vendo los ojos a los niños y los llevaron al establo.

— Y que hay.

— ¿Sabes andar en bicicleta Andy? —le pregunta Hans al niño.

—No. Ni siquiera tengo.

—Pues ahora tienes una y te enseñaré. —quita el pelirrojo una tela que cubría un bulto y revela una flamante bicicleta nueva de color azul.

— ¡Wow! ¡Genial!

— ¿Cómo se dice Andy?

— ¡Gracias! Me encantó.

—Otra regalo que compartir... Dice desanimada Aline.

—Ese es para Andy —Aline sigue viendo a ese hombre pelirrojo con cara de pocos amigos. — Aquí hay algo para ti.

Entra Hans a un establo y sale con una potrilla albina tenía apenas unos meses de nacida.

—Es hija de mi caballo Citron— y de la yegua de Lavine, la última quería que la potrilla fuera de su hija Helena pero ya mejor dejaron de discutir sobre eso— La vi y me recordó a ti, es muy inteligente y tímida.

Aline se acerca a la potra, la potra le agarra confianza y deja que Aline le acaricie.

—Aún no tiene un nombre, ¿Que nombre te gustaría ponerle?

—Lila.

— ¿Tú flor favorita?

—No, todavía no decido cuál sea mi flor favorita, el lila es mi color favorito.

— ¿Sabes montar a caballo?

—Un poco, pero ¿No está muy chiquita para montar?

—Cierto, cuando esté lista me gustaría enseñarte a montar.

A Hans lo invadió una sensación de orgullo el que su hija mayor haya heredado su gusto por los caballos.

Un rato después ya estaban arreglados para la fiesta

Había un par de grandes pasteles (cortesía del tío Robert aunque pocos supieron esto), la presencia de la tía Monique quién les trajo unos perros de peluche, vinieron los reyes de Corona acompañados por Rapunzel y Eugene con sus tres hijos, Rachelle y Rodeck y junto con Kurt quien ya tenía 2 años, y no podía faltar el gran alquimista Varian.

Se hizo una gran fiesta con muchos bocadillos y juegos para los niños, Andy se la pasó de maravilla con sus amigos quienes terminaron cansados al final del día.

Y Andy cantó una canción de cumpleaños especial que la verdad a Aline no le gustó pero se aguantó las ganas de patear a su hermano y embarrarlo de pastel.

—Anders, Aline. Le presento a alguien. Ya puedes salir.

Entra un niño de nueve años rubio, delgado, con ojos grises azulados que vestía el uniforme de la guardia de Arendelle.

—No me digas que es otro pretendiente. —dice Aline y el muchachito no evitó sonrojarse y Elsa se puso pálida de la vergüenza. No culpaba a su hija, desde que tenía meses de nacida ya le estaban lloviendo pretendientes.

—No, no, no. Él es Sigverd y será su escolta y guardia personal.

—Un placer por fin conocerlos Altezas. —saluda con timidez el niño.

—Hola. — saluda algo seco Andy. —Yo no necesito un guardia puedo defender me solo. —dice Andy con altivez.

—Tu abuelo Agnarr* tuvo un guardia personal a su servicio, no tiene nada de malo.

—Claaaaroooo.

—Para que sea mi guardia necesita pasar una prueba más. —dice Alny. — ¡Snowky! ¡Ven!

La perra entra corriendo y se para al lado de su ama.

— ¿Para que la necesites?—pregunta Elsa algo confundida.

—Debe ser aprobado por Snowky.

La perrita lo olfatea el niño no hace nada y solo mira curioso al animal y Snowky le mueve el rabo.

—Ya pasó la prueba.

—Bienvenido, tienes una gran responsabilidad. Espero se lleven bien. —sonríe Elsa.

Meses atrás...

— ¿Y todos esos muchachos Majestad? —pregunta el consejero Svante al ver a varios chicos afuera de la oficina de la reina.

—Estoy buscando un guardia para mis hijos. Desde lo que pasó con esos hombres de Kalljonxia me hicieron deme cuenta de que no siempre estaré presente para proteger a mis hijos y del peligro en dónde menos lo imaginas.

—Entiendo Majestad.

—He hecho entrevistas a varios jóvenes pero ninguno tiene los requisitos que espero para el puesto.

—Podría darle una recomendación. Es el hijo de conocido quien era un guardia que estaba en las fronteras pero quedó incapacitado para trabajar. Su hijo tiene como nueve años, es un buen chico, no se mete en problemas y es bastante tranquilo. Podría comentarle para ver qué le parece.

—El trabajo va a tener muy buenas prestaciones, le pagaré a la semana, tendrá beca para estudiar, un seguro... Le comentas y si le interesa lo citaré en mi estudio para hacerle una entrevista.

—Bien Majestad.

Svante le comento a su amigo al no tener empleo y tenía dos bocas más que alimentar mando a su hijo mayor a qué se presentará a la entrevista.

Unos días después un niño rubio con ojos azules grises de nueve años se presenta en la oficina de la reina, está le hace algunas preguntas hasta cierto punto la entrevista conexo a ponerse intensa.

— ¿Que vea aquí? —le enseña Elsa un papel con una mancha de tinta.

—No lo sé... ¿Un ave? —responde nervioso el niño.

— ¿No ves otra cosa? ¿Muerte? ¿Sangre?

—No veo nada la verdad.

**Fin de Flashback**

Pasaron unos días y Hans tuvo que volver a Varbergk con su esposa Lavine y Helena, Andy se preguntó cuándo volvería a verlo. Sintió una conexión con él que no podía explicar.

Anders se fue acostumbrando a tener un guardia pero el chico terminó siendo parte de su pandilla, Sigverd no sólo sabía manejar una espada y artes marciales para proteger a los príncipes también está capacitado para dar atención médica y dar primeros auxilios en caso de que la princesa Aline tuviera una crisis. Aunque era notorio que se llevaba mejor con la princesa.

— Que veo él podría ser príncipe de Arendelle. —dice con un tino pícaro Anna al ver a su sobrina en el jardín con el nuevo guardia.

—Son sólo unos niños todavía. — responde Elsa.

—Bueno, pues así inician las historias de amor. — agrega divertida la pelirroja princesa.

—Mamá— entra Andy dando fin a la conversación de Anna y Elsa.

— ¿Que pasa cielo?

— ¿Puedo salir a jugar con Ken y Ed al pueblo? Quiero salir a pasear en bicicleta. —después de un par de semanas de sesiones de práctica en bicicleta con Hans dieron frutos y Anders a sus 6 años ya sabía manejarla aunque por ahora usaba ruedas entrenadoras.

—Puedes salir pero que Aline y Sigverd te acompañen además de 2 guardias más.

— ¿2 guardias más? ¿Qué ese no es trabajo de Sigverd? ¿Para eso le pagas? ¿Yo sólo lo veo riéndose con Alny?

Anna al fondo se estaba aguantando la risa por las ocurrencias de su sobrino.

—Tiene razón, ¿no son muchos guardias para sólo un paseo en el pueblo?

—Tienes razón Anna, tú los acompañaras. — da la orden Elsa con una mirada segura.

— ¿Qué?

—Los quiero aquí antes de la hora de cena.

—Entendido. — acata Anna resignada.

Unos instantes después ya se encontraban en el pueblo divirtiéndose Anders y sus amigos pedaleaban en sus bicis y Anna los vigilaba con Kristynna en sus brazos y Aline paseaba a Snowky tomada del brazo de si guardia. Un rato después se cansaron y el grupo se sentó en una banca a descansar.

— ¿No se les antojan unos dulces?— les sugiere Ken refiriéndose a la dulcería que estaba en frente.

—Seria delicioso se me antojan unas paletas de limón. - se saboreaba Ed.

—Espero tengan krumcakes rellenos. — se le hace agua en la boca a Anna.

—Chocolate blanco.

—Mamá me tiene prohibida el azúcar. —dice desanimado Andy.

—Sólo no debes comer demasiada y debes controlarte con lo que comes.

—Sig, ¿no quieres algo? -le pregunta Aline a su joven guardia.

— No gracias estoy bien.

—Mentira si quieres y te da vergüenza decirlo. — dice con un tono juguetón la princesa Anna.

—Pide lo que quieras la cuenta va a correr por mi tía Anna. — agrega Andy.

—Jaja... Oye espera ¿¡qué?!

—Ya me voy.

Entra Andy a la dulcería seguido por Ken y Ed.

—Buenas tardes. —saluda el principito a la chica encargada.

—Buenas tardes Alteza, ¿En qué puedo atenderlo? — responde la cajera una chica rubia de ojos azules de 11 años.

— ¿Alguna novedad?

—Unas muevas trufas cubiertas de coco y rellenas de crema, unos postres de limón y unas nuevas paletas. —señala a unos anaqueles.

—Gracias, ¿Alguna opción sin tanta azúcar señorita?

—Le recomiendo esas galletas con forma de conejo rellenas de crema y chocolate amargo son una delicia y sin tanta azúcar. —le guiña el ojo la chica.

Andy ve las mencionadas galletas con forma de conejo pero sólo quedaba un paquete, iba a apurarse a tomarlo pero choca contra una niña y tumban una canasta de caramelos.

—Lo lamento. —se disculpa la niña quien tenía la misma edad que Andy. —No te había visto. Que tonta soy.

—Yo no fijé. Deja te ayudo a levantar esto. —Se disponen a recoger los caramelos del suelo— No nos los cobrará ¿Verdad? —pregunta con una sonrisa nerviosa Andy.

—Sólo porque tú amigo Ed me cayó bien no se los cobraré y además se los regalo, cortesía de la casa.

—Gracias Angelita. —le dedica Ed una adorable y graciosa sonrisa a la cajera.

—Los íbamos a tirar de todos modos en unos días, mejor que no se desperdicien.

— ¿Qué hora es? Se me hace tarde, vengo por el encargo de mi mamá.

— ¿Eres hija de la señora Hattaway?

—Sí, vengo por la mermelada de lingonberries.

—Aquí esta, que tenga un lindo día.

Le entrega el frasco de mermelada dentro de una bolsa la niña paga y se va.

— ¿Y cuánto va a ser Angelita? —pregunta Ed quien ya tenía sus dulces y Ken ya traía los de los demás.

—Esperen me falta escoger el mío.

Andy va a tomar una de las galletas de conejito pero alguien ya le había ganado la última.

—Oh rayos. ¿No hay más de esas galletas?

—Eran las últimas que había y no van a traer hayas la otra semana.

— ¿Hay gatogalletas?

—Lo siento tampoco hay, se terminaron.

—Sí que se venden como pan caliente las gatogalletas. —comenta Ed.

—Siempre se nos terminan a mitad de semana.

—Deberían surtir más. —sugiere Ed con un puchero.

—Díganselo al jefe, yo solo soy una simple empleada.

— ¿Qué es esto? —se fija Andy en un pastelillo con forma de reno que tenía glaseado de queso crema.

—Los renozorias, nuevo producto que nos acaba de llegar. Un pastelillo de zanahoria con piña relleno con crema de coco, glaseado de queso crema y con forma de reno.

—Le encantarán al tío Kristoff. Llevaré 10.

—Su cuenta.

—Póngalo en la cuenta de la princesa Anna. —agrega el niño.

Salen de la tienda.

—Ahora a probar estos caramelos. —se mete uno Ed a la boca

—Déjame probar.

Andy y Ken toman unos caramelos a Andy se le cae el que tomó.

—Todavía sirve, regla de los cinco segundos. —se agacha al suelo y junto con el caramelo ve una tarjeta.

"Biblioteca pública de Arendelle" Nombre: Birgit Hattaway

Se leía en la tarjeta y venía una fotografía del propietario, y Andy reconoció el rostro de aquella niña que estuvo con el cuándo se perdió en el bosque tiempo atrás.

—No entiendo porque estos caramelos no se vendían y los querían tirar si están deliciosos... ¿Y qué es eso? Yo todavía no se leer. —dice Ed.

—Una credencial de biblioteca para pedir libros prestados a tu casa. —explica Ken.

—Es de la niña con la choque en la dulcería. —y la que estuve con él en el bosque cuando se perdió tiempo atrás, debía entregarle su brazalete que perdió ese día.

—La estará buscando, que esos libros que va a entregar vencerán mañana. —hace una observación Ken.

—Se tardaron mucho y los fuimos a buscar. —viene Aline con Snowky Sigverd y Anna con Kristynna.

Se reúnen con Anna, Aline, Snowky y Sigverd.

—Se veían muy feliz con esa niña. —dice juguetona Anna.

—Le cae bien a la hija del dueño de la dulcería.

—Y nos regalaron estos caramelos. —muestra Ed la bolsa con las golosinas.

—Porque los tiraron por andar distraídos con esa niña. —los regaña Alny.

—Uhhhhh. —fastidia la mayor de las princesas y Krista de ríe en los brazos de su revoltosa madre.

—Ya vámonos, seguro al tío Kristoff le gustarán está renozorias.

Degustaron los dulces y un rato después regresan al palacio de Arendelle y Ken y Ed a sus respectivas casas.

Andy estuvo muy pensativo y ensayamos la forma en que le entregaría su pulsera a Birgit.

Al día siguiente Andy va a buscar a la niña.

— ¿A dónde vas Andy? —interroga la reina a su hijo mientras Roma le hacía una prueba de un vestido para una gala.

—Voy a entregarle algo que perdió a alguien que conocí hace tiempo.

—Te pregunté a dónde, no la razón por la que vas.

—Esto dice su domicilio.

Andy le enseña la credencial a su mamá y Elsa la revisa.

—Eso está por la frontera, Sigverd y otro guardia podrían acompañarte en carruaje...

— ¡Tantos guardias!

—Esa área es un tanto insegura, si no queréis guardias iré contigo, tengo libre el día.

—De acuerdo.

Un rato después ya se encontraban en el carruaje. Anna junto con Aline se unieron al viaje a última hora.

— ¿Y dónde vamos? —pregunta Anna bastante curiosa.

—A entregarle esto a una niña que conocí. —muestra la credencial de biblioteca.

—Seguramente le entregaras la pulsera que se le perdió el otro día en el bosque. —agrega Aline.

— ¿Cómo estuvo ese día? —interroga Elsa enarcando una ceja.

Andy se pone nervioso no quería echar de cabeza a su tío y que su mamá se enterará que se perdió en el Bosque y no lo dejara salir más de campamento. Ve por la ventana y ve a la niña de la dulcería cruzando una calle.

—Es ella! Tengo que bajar.

—Nos podría bajar...

—Iré solo. No quiero que arruinen mi estilo. Estaré bien.

— ¿No tardarás mucho? —le pregunta Elsa a su hijo.

—Acabo de recordar que tengo un compromiso con Olaf a las 6:00. —dice Anna como si hubiera venido de repente ese recordatorio a su mente.

—Espérenme en palacio. Está bien, ya soy un niño grande.

—Bien—acepta la monarca a regañadientes— Volveré en una hora.

Le da un beso a su hijo en ella frente Aline y Anna se despiden y se van en el carruaje.

Andy se va caminando hacia su destino.

—Hola me llamo Andy. No suena bien.

Ve que una carroza de dirige hacia la distraída niña castaña que está a unos metros de arroyarla. Andy corre y la empuja para que no aplaste a la pequeña.

— ¡HOLA! Me llamo Andy. —Al momento que la empuja involuntariamente crea una gran esfera de hielo que encierra ambos niños dentro.

—Birgit. —se ajusta sus lentes.

Otra carreta golpea la esfera provocando que la esfera rebote por todo el reino rompiendo negocios, asustando peatones, por poco arroyan a un grupo de niñas y casi aplastan a los gatos de la señora Olsen.

La esfera por fin paró cuando Anders puso una barrera.

— Voy a buscar ayuda.

—Muy bien.

"Fue mala idea decirle a mamá que se fuera" — piensa Andy.

Ambos niños mueven la esfera y van camino al palacio de Arendelle. Por suerte los guardias estaban cambiando de turno y no lo vieron.

— Ptss, Lin, Ptss Li-lin. — llama Andy a su hermana en los jardines pero no le hace caso.

— Krista — llama Andy a su primita que se encontraba gateando cerca de os arbustos. — Kristynna.

Andy le hizo señales a la niña pero Kristynna pensó que su primo sólo le estaba saludando y le responde el saludo. Luego llena de vapor una parte de la superficie de la esfera y Andy dibuja una flecha señalando a un círculo pero la niña no entendía y se fue gateando con su otra prima y hermano mayor.

Por fin logra llamar la atención de su hermana y la platinada se acerca.

— Sabía que no podíamos dejarte solo sin que te metieras en problemas.

— ¿Me podrían dar una mano con este pequeño serio problema?

— Veremos qué podemos hacer.

Aline trató de derretir la esfera de hielo pero no pudo.

— Que raro con mis muñecas ya podía, quizás no funcione en burros. — decía Aline.

Franz golpea la esfera pero sólo termina aturdido.

Aline no se rindió hizo varias armas de hielo, espadas machetes cañones etc... Pero ninguna funcionó. Sigverd también lo había intentado con su espada (no se preocupen está capacitado para usarla) pero esta terminó por hacerse añicos y el niño terminó aturdido en el suelo.

— ¿Mamá no lo puede derretir? — le pregunta Andy a su hermana.

— Tuvo una junta de último momento y va a terminar muy tarde.

— Oh rayos. — suspira cansado el infante.

— ¿No pueden intentarlo con fuego? — sugiere Joseff.

— Mamá, Olaf, tía Anna y papá — se refiere Alny a su tío Kristoff— dicen que no debemos jugar con fuego, sólo los adultos pueden hacerlo. — Aline hace una pausa y piensa en algo. — Podría pedirle té o chocolate calienta a Gerda podría derretirlo.

La princesa va a la cocina y unos momentos después vuelve con una tetera y tazas en una bandeja tira té sobre la esfera de hielo pero esta no presenta ningún cambio.

— Podríamos ir con los trolls, puede que ellos sepan que hacer...

Ni terminó de decir la frase ya que Joseff montado sobre Sven empuja la burbuja de hielo pero por la fuerza con la que golpearon la esfera esta sale disparada y choca contra cualquier objeto de la explanada del castillo como si fuera un pinball y antes de que alguno Andy o Birgit devolvieran el estómago la burbuja cae en el agua del fiordo.

Por suerte la esfera era impermeable y no entraba el agua pero seguían hundiéndose hasta que tocaron fondo.

El mundo submarino era bello pero la circunstancia en la que estaban no lo era, Andy seguía pensando en que hacer.

En medio de su crisis Birgit se suelta a llorar.

— No llores saldremos de aquí, no sé cuánto tiempo tarde pero vendrán a buscarnos...

— Nadie va a preocuparse por mí, ni siquiera mi mamá se dará cuenta de que no estoy porque trabaja casi todo el tiempo. — de derrumba a llorar abrazando su rodillas empañando sus lentes.

— Tú si me importas, ¿es tuyo verdad? Estaba esperando a encontrarme de nuevo contigo para devolvértelo.

— Creí que lo había perdido para siempre, muchas gracias. — agradece Birgit, se limpia las lágrimas y se pone su brazalete.

— Recuerdo que me hiciste compañía cuando estaba solo y pedido en el bosque. Iba a agradecerte pero solo vi tu brazalete ahí tirado, pensé que eras un ángel.

—Yo creí que eras un espíritu del bosque jiji, te había dado un buen susto.

—Lo tuve guardado en una espera de escarcha todo este tiempo para que no le pasará nada y se mantuviera siempre lindo tu brazalete, aunque es irónico que estemos ahora encerrados en una ahora jeje.

—Al menos estamos en compañía del uno y del otro, me agradas. —le sonríe la niña.

—Tú también me agradas a mí, seamos amigos.

—Amigos. —toman sus manos y los ojos de ambos se iluminaron como estrellas para su sorpresa la bruja explotó y se deshizo en miles de fractales que se disolvían en el agua. Andy tomo de la mano a Birgit y nadaron hacia la superficie.

—Me alegra verte vivo. —saluda Aline a su hermano en una barca a la orilla de fiordo con Joseff, Kristynna y Sigverd remando.

—Pensamos que Sigverd sería despedido y que Alny sería la siguiente Reina.

—Cállense no ven que hacen que Andy pierda el estilo. —les dice Alny.

— ¿Tu estilo? —pregunta extrañada Birgit.

—Ahhh... —se sonroja Andy y a sus pies empieza a formarse escarcha.

Un rato después entra al palacio y Andy y Birgit se secan y cambian de ropa.

—Con que eres Birgit, Andy ya estado hablando mucho de ti. —platicaba Anna con la nueva amiga de su sobrino.

—Muchas gracias por el cambio de ropa, se la devolveré cuando llegue a mi casa.

—Considéralo un regalo. —le dice Anna.

—Como no es de tus vestidos... —Anna le tira uno de sus rizos a Aline— pero como quiera tengo muchos y no me pongo tú lo necesitas más.

—Gracias por su amabilidad Altezas. Ya es hora de que vuelva a casa.

—Te íbamos a invitar a cenar pero como quieras. — le sonríe Anna. — Kai que preparen un carruaje.

Unos instantes después los niños y la princesa Anna ya estaban en el transporte rumbo a la casa de Birgit.

— ¿En dónde vives? - le pregunta Andy.

—Casi a las afueras de la ciudad a la orilla del fiordo.

Fueron hacía donde la niña indicaba pero cada vez era más difícil pasar por ahí ya que los caminos no se encontraban en buenas condiciones por esos rumbos.

—Hay que ponerle más atención a esta parte del reino y su gente también; sin ofender.

Veían por las ventana y cierto, la zona era tétrica.

— ¿Cuál es tu casa?

— Unos metros más adelante, ahí es.

Se detienen justo en la casa más pobre, pequeña y destartalada de la calle.

— ¿Cómo alguien puede vivir aquí?

— Es casi como una cada de juguete pero fea. — le susurra Aline a su primo.

Tocan la puerta y sal e una mujer casi tan joven como Anna, de cabello castaño con ropa muy remendada y gastada.

—Birgit, ¿dónde estabas? Me tenías preocupada... Oh Altezas.

— Su hija es amiga de mi sobrino y trajimos a su hija devuelta a su casa.

— Muchas gracias, disculpen este tiradero acabo de llegar del trabajo. Aunque no tenemos mucho debo agradecerles por las molestias que se tomaron con mi hija.

— ¿Que huele?

—Es la receta especial de pay de lingonberries de mi mamá. ¿Quieres probarlo?

— ¡Me encantaría! — acepta entusiasmado Andy.

Estuvieron cenando cómodamente hasta que tocan bruscamente la puerta y era un hombre mayor y desabrido exigiendo que le pagaran la renta.

Anna nota que estaba varias irregularidades y al infringir con la ley llama a los guardias que la acompañaban y ordena el arresto del hombre.

Antes de que fueran debía humilde morada Andy le susurra a su tía.

—Tía Anna, ¿no puedes hacer que Birgit y su mamá se queden en el palacio? Son muy pobres y está casa no es un buen lugar para vivir. Por favor.

—Mmm... Tendría que consultarlo con tu madre.

Después de que volvieron al palacio de Arendelle (y terminará la Junta que tenía Elsa). Anna pone al tanto a su hermana de Lo que pasó y sobre la situación de la nueva Aliaga de si sobrino.

Elsa accede a darle trabajo a la madre de Birgit mientras a la niña le daría la oportunidad de estudiar. De ahora en adelante Birgit y su madre comenzaron a trabajar en el palacio de Arendelle y los dos niños se volvieron amigos muy unidos.


Original ente tenía pensado que en este capítulo se le castigara como se hace en su nación por lo que le hizo a Elsa, pero lo cambiaré mejor cuando se revelen otras cosas…

PD: No es el encierro el que te enloquece es la gente loca con la que te encierran T.T

*Seguiré con el canon de Frozen 2, por lo tanto los segundos nombre de Anders y Aline cambiarán a Agnarr e Iduna.

Y cuídense niña/os No perdamos la cabeza con esta cuarentena!