Disclaimer: The story doesn't belong to us, the characters are property of S. Meyer and the plot belongs to KitsuShel. We just translate with her permission.

Disclaimer: La historia no nos pertenece, los personajes son de S. Meyer y la trama de KitsuShel, solo nos adjudicamos la traducción.


Parachute

By: KitsuShel

Traducción: luzalejatb

Beta: Melina Aragón


Prólogo

Tomando una respiración profunda a través de su nariz, Bella se detuvo al lado de la carretera justo antes de una gran autopista. Mirando por el espejo retrovisor, observó a su hijo de ocho años. Su pierna se movía mientras se asomaba por la ventanilla, un rasgo nervioso que había heredado de ella. Pasó la mano por un mechón de cabello castaño rebelde, que tenía reflejos de bronce. Sus ojos de color verde esmeralda se dirigieron hacia los de ella rápidamente, antes de volver a desviar la mirada. Conocía al chico como la palma de su mano. Él era su mejor amigo, después de todo.

—Jack, ¿estás bien? —preguntó Bella en voz baja.

Él asintió rápidamente.

—Solo nervioso, ma, ¿sabes? —respondió, mirándola de nuevo.

Bella asintió. Más de la mitad del país les alejaba de casa. Aquí, a pocos kilómetros de Chicago, estaba una familia que Jack no había visto en más de cinco años. Ninguno de los dos sabía qué esperar, ya que había estado demasiado nerviosa para llamar y hablar con alguien. Todo este viaje había sido espontáneo. Tan pronto como el investigador privado que contrató, Jay Jenks, había encontrado a los Cullen, Bella reservó sus pasajes a Chicago, sin pensar las cosas a fondo. En ese momento, ella estaba llena de dudas.

"Tal vez era mejor ir sola", se preguntó. Jack era legalmente su hijo. No había manera de prepararse para lo que podía suceder cuando llamaran a esa puerta. ¿Podría ella compartirlo? ¿Podría renunciar a él?

El corazón de Bella instantáneamente empezó a martillar en su pecho y supo que lo último no era una opción. No podría sobrevivir sin él. Él era su vida.

Encendió y volvió a poner el coche en marcha pero se sintió tentada a dar la vuelta, dirigirse al aeropuerto y volver a volar hacia su pequeña y acogedora casa de tres dormitorios cerca de Seattle. Ella sabía que no podía hacer eso, Jack merecía enfrentar su pasado y reconciliarlo con su presente. Subió por el camino de casi dos kilómetros de largo y se detuvo frente a la enorme casa de tres pisos. Con otra respiración profunda, Bella apagó el coche y se quitó el cinturón de seguridad, al igual que Jack. Después de salir del asiento del conductor, se acercó a su hijo que ya estaba de pie junto a la puerta trasera del pasajero.

Extendió la mano hacia su madre sin poder apartar los ojos de la casa. Ella envolvió su pequeña mano en la suya y comenzó a caminar hacia adelante, subiendo las escaleras que conducían a un gran porche que tenía un columpio a un lado. La casa era blanca con marcos azules, con un aire muy sureño.

—¿Estás listo? —preguntó Bella, mirando a Jack.

Él asintió nerviosamente.

—Aunque siento que voy a vomitar —gimió ligeramente.

Ella se rió entre dientes, agradecida por la pequeña pausa en la tensión.

—Aquí vamos —susurró ella y presionó el dedo contra el timbre.

Ese fue el comienzo. Sus vidas cambiarían drásticamente después de eso; estaba segura. Ella rezó para que cambiara para mejor y no para peor.


¡Hola, hola! Acá estamos para festejar el tercer año del grupo de Facebook con ustedes. Y sí, lo hacemos con una nueva historia. :D

Esta historia en particular nos encanta y la queríamos traducir hace mucho, así que cuando conseguimos el permiso fuimos muy felices. Ahora esperamos que ustedes la disfruten y amen tanto como nosotras.

Muchas gracias a la autora, KitsuShel, por permitirnos compartir esta historia con ustedes.

Esperamos que nos acompañen en este camino y que nos cuenten qué les va pareciendo la historia en los comentarios.

¡Hasta el próximo capítulo!