Natasha se retorció víctima del placer que inundaba su cuerpo, una sensación de calor abrazaba su abdomen, arrugó las sábanas grises que se extendían debajo de ella y abrió la boca en busca de aire cuando llegó a su punto máximo. Unos labios besaron su frente bajando hasta su cuello, cuando estos se separaron de su piel la dejaron con una sensación de vacío.

-Eso estuvo bien.- Comentó la pelirroja aun respirando pesadamente.- Deberíamos repetirlo pronto, o hacerlo más seguido.

No hubo respuesta de su compañero, sabía que no estaba dormido, él también seguía respirando pesadamente, cuando dormía lo hacía suevamente, se giró sobre su costado para poder verlo mejor, tenía la mirada clavada en el techo, estaba perdido en sus pensamientos.

-Lo siento.- Dijo finalmente la pelirroja después de varios minutos de silencio.

-¿Por qué?- Preguntó él, girando su rostro para poder verle mejor la cara.

-Sé que esto no es lo que esperabas.

No hubo respuesta a lo dicho por la pelirroja. Él siguió mirándola, recorrió su perfil unas veinte veces hasta que la pantalla de su celular se encendió indicando la llegada de un mensaje, se estiró para alcanzarlo leyendo en silencio el texto, después se puso de pie buscando y recogiendo su ropa. Se vistió rápidamente con la mirada de Natasha siguiéndolo a cada paso que daba. Rodeo la cama para recoger sus llaves.

-¿Te tienes que ir tan pronto?- Natasha hizo un puchero mientras él hombre que la acompañaba se aseguraba de no dejar nada.

-Olvidé que tenía entrenamiento con Wanda, me espera en cinco minutos en el gimnasio.

-¿Nos vemos después?

Él la miró fijamente antes de contestar.

-Claro, podemos ir a cenar.

-No me refería a eso.

Él lo sabía, pero la esperanza de convencerla de ser su novia no desaparecía. Se inclinó y depositó un beso en su frente antes de acercarse a la puerta. Tenía la mano en el pomo cuando escuchó como la pelirroja lo llamaba.

-Steve.

-A veces me pregunto cómo llegamos a esto Nat.- Abrió la puerta dejando que la luz del pasillo se filtrara a la habitación en una franja que iluminó la cara de la pelirroja, le sonrió levemente, cómo habían llegado hasta eso, entrar a la habitación del otro a media noche para tener relaciones y escabullirse sin que nadie los viera por la mañana, no era algo que a ella le molestara, ni a él en cuestiones generales, le molestaba que no tuvieran una relación formal, y que Natasha evitará siempre hablar al respecto.- Te veo después.- Dijo a modo de despedida, sin permitir que su compañera pudiera decir nada más cerró la puerta tras de sí.