Hola a todos! Aquí traigo una historia de mi loca cabecita, por favor valoren la sangre que desperdicio al escribir esto, ni siquiera porque lo hago…

Plagg: Admítelo, eres una pervertida. *dijo un varón moreno vestido con pantalón, chaleco negro y camisa blanca*

Tikki: ¡Plagg! Solo gusta escribir lo que le gusta. *dijo una pelirroja de cabello corto y con un vestido rojo sin mangas*

Plagg: Bah, lo que digas.

Mendigo gato humanizado y sexy… Bueno, qué puedo decir, escribo lo que me gusta, gracias Tikki, y la sangre que doy en esto al menos para mí vale la pena. Y bueno, ya sin entretenerlos mucho, y sin más qué decir… COMENZAMOS!

…..

Capítulo 1.

¿Eres tú?

El club Miraculous es un sitio donde todos pueden ser quienes desean sin ningún tipo de peligro, de ahí pasa de casi todo, pero más que nada la gente usa el club como un lugar donde pueden buscar algo de diversión sin compromiso. Todo está arreglado con cuidado y cada persona accede al lugar para entrar a los salones del interior con una máscara y ropa diferente, privacidad, diversión, era lo que el club ofrecía, pero por supuesto casi nadie podía entrar, la entrada se daba por invitación de otro miembro y los dueños decidían si la persona entraba o no. Sin compromiso, solo placer. Pero dentro de este lugar existen dos parejas que llaman la atención más que otros. Las Ladybug y los Chat Noir, era raro ver que alguna pareja se formara entre el club pero llegaba a suceder, y esas cuatro personas era más que obvio que eran pareja, encontrándose cada sábado desde los últimos cinco meses. Y ese sábado no era la excepción.

Arribaron primero las famosas hermanas Ladybug, la hermana mayor tenía el cabello más largo, recogido con dos coletas, su vestimenta era un corsé rojo con lazos negros, su ropa interior combinaba con el corsé siendo una prenda tan pequeña que se adentraba entre sus glúteos al caminar con unos lacitos negros a los costados, las medias de encaje negro con puntos estaban sujetas con un ligero del mismo color y los zapatos rojos de tacón alto le daban más altura y mejor pose; la hermana menor con el cabello corto y con dos coletas, vestía con un babydoll rojo de tirantes con puntos negros que dejaba a la vista el ombligo, se podía apreciar parte de sus senos por sobre la tela, la ropa interior era de color negro se veía linda aunque por detrás la prenda se podía transparentar un poco por un culotte, usaba unas sandalias altas que aunque le daban más altura no superaba la de su hermana dándole una apariencia tanto tierna como sensual y ambas con un antifaz rojo con puntos negros. Las dos fueron a una mesa donde esperaron a sus parejas, rechazaron cuanto varón se acercaba ya que solo esperaban a dos gatos. Al llegar ambas sonrieron, los hermanos felinos Black Cat y Chat Noir, ambos vestidos de cuero con el cabello desordenado, con guantes y con orejas de gatos junto con un antifaz negro, el mayor, Black Cat, usaba un chaleco de cuero con el cuello alto y un cascabel como cierre dejando parte de su pecho descubierto y botas largas, mientras que el menor, Chat Noir, tenía un chaleco corto que dejaba ver su ombligo y en su cuello tenía un cascabel. Cuando ambos felinos vieron a sus bichitos se acercaron con una amplia sonrisa y cada quien fue con la hermana que le correspondía. Los mayores se besaron de una forma apasionada antes de que la mayor abriera sus piernas y el gato mayor la cargara tomándola del trasero y llevándola a un cuarto mientras que los menores se besaron con más calma, sus lenguas bailaban una con la otra y cuando ya no pudieron soportar más el gato menor cargó a la chica como una princesa y se la llevó a otra habitación.

…..

-B-Black…- gimió la hermana mayor y fue besada de nuevo, la había pegado contra la puerta apenas llegaron al cuarto y el felino aprovechaba para besarla con fiereza, posesión pero también con amor, porque amaba a esa mujer con locura aunque no supiera quién estaba bajo la máscara. Mordió, chupó y jaló su labio para adentrarse más a su boca y en un osado movimiento atrapó por segundos la lengua de su amada entre sus labios para pronto pegarla más a la pared y que ella enredara sus piernas en su cadera.

-Te extrañe esta semana…

-Yo igual.- ambos se ven y sonríen pero ella pronto gime al sentir la mano de él en su intimidad, ella ya estaba demasiado mojada, pero al felino le gustaba jugar más con su dama, así que sin perder tiempo y con una agilidad que a ella siempre le sorprendía abrió su corsé dejando libres sus senos, la alzó más y se inclinó para pasar su lengua por sus rosadas aureolas una y otra vez.- ¡Black!

-Me encantan tus pechos, ese color rosa es único…- besó y succionó el pezón haciéndola gemir más fuerte, el felino sonrió.- Y me encanta ser yo quien las ponga rojas como tus mejillas.- Black Cat siguió con su tarea como si su vida dependiera de ello, su lengua pasó con destreza por sus aureolas y sus dientes rozaban de vez en cuando sacándole gemidos que intentaba ocultar, pero ella no podía soportar cuando succionaba como si desease tragarse el pecho entero, un sollozo junto con un gemido de placer salieron de su boca, sus manos fueron a sus cabellos jalándolos y acercándole más en una súplica para que no parase, Black succionó con fuerza y le soltó cuando su rosado pezón estaba erecto para ir al otro pezón.

-¡Oh, sí! ¡Te amo tanto chaton!- Black Cat soltó por unos segundos su pezón estando unido por un hilo de saliva y sonrió mirándole con ternura.

-Y yo a ti, my lady…- dijo antes de seguir con su tarea provocando que se retorciera de placer.

En la otra habitación el gato menor no dejaba de gemir, él estaba sentado en la cama mientras que frente a él arrodillada estaba la menor de las Ladybug saboreando su miembro, su lengua pasó de arriba abajo con una lentitud que le pareció una tortura, ella ya tenía marcas en su cuello y su babydoll ya estaba abierto dejando parte de sus senos descubiertos, ella le miró sonrojada hasta las orejas al notar como le miraba.

-My princess, eres fantástica…

-Y aún falta minou.- con cuidado ella introdujo su gran miembro en su boca haciendo que Chat pusiera los ojos en blanco, su boca era tan pequeña, cálida y suave, comenzó a moverse succionando y lamiendo su miembro. Ladybug podía sentir su miembro caliente y cada vena en él, cerró los ojos pero los volvió a abrir cuando sintió las manos del minino en su cabeza.

-Lo siento…q-quiero que me dejes…- ella sabía a qué se refería, asintió y se sujetó de las rodillas de él lista para lo que venía, para su sorpresa fue rápido, Chat Noir en un impulso movió su cabeza para que tomara todo de él, ella abrió los ojos sintiendo el gran miembro entrar hasta su garganta, el movimiento de tragado y succión hizo que Chat gimiera y moviera con más ímpetu la cabeza de su amante.- Eres fantástica… princesa, tienes una boca estupenda.- ella cerró los ojos succionando y lamiendo con devoción cada centímetro de su erección encantada con el sabor de la cálida carne, cuando sintió que estaba a punto de terminar ella se aferró a sus piernas y él la empujó hacia él dejando que toda su semilla fuese a su garganta, gimió cuando sintió que tragaba todo de sí, al salir de su boca ella le miró con ojos vidriosos y él la tomó con delicadeza para acomodarla en la cama contemplando lo hermosa que era.-Necesito entrar en ti, ahora…- ella sonrió y extendió los brazos hacia él.

-Hazlo gatito, tu princess te espera.

….

En la otra habitación ni siquiera habían llegado a la cama, Black Cat estaba sentado en una de los sillones de la elegante habitación mientras Ladybug saltaba sobre de él sintiendo dentro suyo el enorme miembro de su amado felino.

-¡B-Black…! M-Más…

-¿Más? ¿Cómo más?- sonrió de forma felina pero ella siguió gimiendo sin responder y el gato la sujetó de la cadera parando cualquier movimiento, un leve sollozo se escuchó de parte de ella pero él no le dejaba moverse torturándolos a ambos.

-Black por favor…

-¿Qué quieres mi hermosa lady?- susurró a su oído haciéndola estremecer.- ¿Qué quieres de mí?- mordió y succionó el lóbulo de su oreja, ella gimió cuando sintió sus labios ir hacia donde estaba su pulso y lamer.

-¡Te q-quiero! ¡Más rápido! ¡Más…!- se mordió el labio, le daba pena decirlo.

-¿Más qué?- preguntó en una voz ronca torturándolos a ambos.

-¡M-Más fuerte! ¡Más adentro! Te quiero a ti minou…Por favor…- suplicó la joven y el felino sonríe ampliamente.

-Tus deseos son órdenes.- casi saliendo por completo de ella volvió a entrar de una fuerte embestida que le sacó el aire a la joven, sus uñas se clavaron en su espalda y Black Cat ahogó un gruñido de placer al sentirla, la embistió con fuerza, cada vez más rápido cerca del clímax, podía sentir su interior comenzar a convulsionar lista para correrse.- Aún no…- le ordenó y llevó una de sus manos hacia ese botón de placer que la hacía retorcerse y gritar.

-¡Noooo! ¡No puedo más!

-Aguanta my lady… sé que puedes…- ella estaba al borde de la locura, tanto placer la estaba volviendo loca, se retorcía intentando aguantar, su interior se apretó más al miembro de éste en un intento de no correrse y cuando la vio así él no pudo más.

-Córrete para mí, my lady ¡Ahora!- ambos llegaron a la cima del placer siendo que el gato gruñó con fuerza y ella gimió sin pena alguna el placer que sentía ante su liberación.

….

Los hermanos menores no estaban tan lejos como ellos, Chat Noir tenía sujeta a Ladybug de las muñecas mientras ella le daba la espalda, sus caderas se movían con velocidad escuchando los gemidos de su amada cerca del clímax.

-C-Chat… ah, no puedo…

-Oh my princess, por favor… gime más para mí.- le dio una fuerte estocada haciendo que ella se arqueara y ahogara un grito en su garganta, podían escuchar la cama moverse a aquel ritmo demente y el sonido de sus fluidos juntos hacían que el gato se excitara más.- ¿Puedes oírlo mon cherie? Es excitante el sonido que hacemos cuando estamos juntos…

-¡Chat!- gimió su nombre no aguantando más y en poco ella llegó a la cima y Chat Noir al sentir como sofocaba su miembro no tardó en venirse también gruñendo y arañando a su dama. Con cuidado la soltó lo más lento posible dejándola en el centro de la cama y él cayó a lado de ella quitándose el preservativo, al intentar recuperar la respiración se vieron a los ojos y sonrieron satisfechos.- Te extrañé minou.

-Yo igual…

Ambas parejas se complementaban perfectamente y hacía tiempo habían cruzado la línea de entre el sexo y hacer el amor. Después de otra ronda estaban exhaustos, la hermana mayor estaba cubierta por las sabanas de la cama y su ropa esparcida por todos lados de la alcoba, Black Cat le contempló y le sonrió, él estaba desnudo igual que ella, apoyado con su antebrazo contemplándola, acarició sus largos cabellos oscuros y besó su cabeza.

-Estuviste perfecta como siempre.

-No es cierto.- le respondió con una sonrisa.- Estoy exhausta…

-Eso no significó que no estuvieras increíble mi amor.- le dio un suave beso en los labios y le abrazó acurrucándola en su pecho, ella sonrió dispuesta a descansar un par de horas en sus brazos.- ¿Cuándo nos diremos quiénes somos?- ella abrió los ojos y le miró por un momento antes de bajar la mirada.

-Pronto…

-¿Cuándo es pronto?

-Muy pronto.-sintió la mano de él acariciar su mejilla.

-Sabes que te amo.

-Lo sé, pero… ¿si no te gusta como soy?

-No me importaría. Cada cosa que me has dejado ver de ti me ha gustado, y deseo estar contigo fuera, no solo en este cuarto.

-Yo también…- Ladybug tomó su mano y dejó que permaneciera en su mejilla, cerró los ojos, en serio se veía cansada y él frunció el ceño.

-¿Otra vez tu jefe te dio problemas?- cuando su relación cambió comenzaron a hablar de su vida personal, sin nombres de por medio, pero aun así era una gran muestra de confianza.

-Sí… me hizo hacer varios "reportes" otra vez. Pero al final usó los que entregué antes. Terminé y vine aquí.- él gruñó a lo bajo molesto.

-Es un idiota.

-Lo sé. Y sé que quiere que renuncie.

-No tienes que aguantar un tipo así, si por mí fuera te contrataba donde yo trabajo.- ella sonrió aún con los ojos cerrados.

-Gracias… sabes, creo que lo pensaré.

-¿Qué cosa?

-El renunciar. Estoy cansada y no deseo pelear más con él, ni siquiera entiendo por completo toda esa saña que tiene contra mí.- suspiró y sonrió al sentir como su gatito la apretaba más contra él, de repente sintió una caricia en su espalda, justo en la parte baja al lado derecho donde tenía un lunar, ella sonrió más.

-Tu pequeño corazón…

-Solo tú le ves forma de corazón.

-Porque es así, es un tierno corazón, como tú mon cœur…- la sintió más tranquila.- Descansa, que cuando despiertes te haré de nuevo el amor.

-Mmm…- no pudo hablar más, se había entregado a los brazos de Morfeo, o mejor dicho, los brazos de su gato por un rato, sin saber que en la otra habitación había un dilema parecido.

-¿Te fue bien esta semana Chat?- preguntó la menor sentada en la cama haciendo de nuevo sus coletas y cubriendo su cuerpo desnudo con las sábanas.

-Lo de siempre, pero ¿qué hay de ti bichito?

-Mmm… lo de siempre.- él torció la boca, sabía cuándo ella le ocultaba algo, así que cuando ella se sentó en la cama él la abrazó por detrás.- ¡Chat! Pensé que eras un gato no un koala.

-Soy parte koala. Vamos bichito, sé que algo te molesta.- ella le mira por unos segundos y suspira cansada.

-Hoy lo volví a ver…

-Oh.- él sabía a quién se refería ella, a un antiguo ex amor que le rechazó hacía mucho tiempo y el idiota se comportó como si nada después, y él parece querer estarse estancado en aquella amistad sin importarle lo incómodo que era para ella.- Deberías hablar con él.

-Lo he intentado, créeme, pero me ve como una amiga que quiere pasar el tiempo con él, y me molesta eso. Es más, dudo que me vea siquiera como una mujer.

-¿Y eso te molesta?

-Me molesta que sea un patán, ciego y un insensible de primera, que no vea que no puedo verle igual.

-Mmmm…

-No lo malentiendas, no estoy interesada en él, eso murió hace mucho tiempo, pero yo no puedo corresponder a su sentimiento de amistad después de cómo se comportó, me pareció cruel.

-Mmmm…- él hace un puchero y ella sonríe para voltearse y darle un suave beso en los labios.

-Yo solo te amo a ti gato tonto.- al decir eso Chat Noir sonrió ampliamente y comenzó a imitar el ronroneo de un gato haciéndola reír.- ¡Eres un gato en serio!

-Solo por ti. ¿Y cuando al fin nos quitaremos las máscaras?

-Pronto, te lo juro, más pronto de lo que te imaginas.- al verla con esa sonrisa el felino sintió su corazón latir y siguió su suave ronroneo haciendo reír a su amada.- Te amo minou…

Después de descansar y volver a hacer el amor ambas parejas salieron de las habitaciones y después de un beso de despedida se marcharon por diferentes puertas. Los cuatro esperaban que la semana pasara rápido sin saber lo que vendría entre ello…

-¡No aguanto más!- se quejó Bridgette mientras tomaba café en aquel apartamento, su hermana Marinette que estaba a lado suyo suspira y asiente con otra taza en mano.

-Te entiendo, aguantar a los Agreste es un suplicio.

-¿Tan malo es?- preguntó una chica de cabello color miel y rizado que estaba recogido con una coleta de lado, la joven de ojos grises vestía un sencillo pero bonito vestido blanco con azul… de maternidad, mostrando orgullosa su embarazo de cuatro meses aunque parecía de seis por tener mellizos, el vestido, cortesía de las Dupain-Cheng, tenía un bordado de rosas azules debajo del busto que iba en línea horizontal, además tenía un suéter color gris algo holgado cuyas mangas llegaban hasta los codos y su cabello tenía un bonito moño azul, en pocas palabras, se veía adorable.

-No lo entiendes Juliet.- le dijo Marinette a su amiga que se sentó a lado suyo.- Brid aguanta los malos tratos de Félix…

-Se quiere vengar de mis acosos, lo entiendo pero se pasa…- murmuró Bridgette molesta.

-Y yo debo aguantar a Adrien. En serio, no es malo pero no ve que estoy demasiado incómoda con él y parece no darse cuenta.

-Desde la secundaria no se da cuenta de nada.- espetó Bridgette molesta.- Juliet las veía como quien ve un partido de tenis y deja su taza de chocolate en la mesa.

-Ya veo, aunque creo que Brid la tiene más difícil que tú Mari, lo tuyo es más una aversión por no poder continuar una amistad con quien te rompió el corazón.

-De la peor manera y frente a Chloe para después comportarse como un patán insensible…- dijo entre dientes Marinette. Juliet suspira pero les sonríe a ambas.

-Pero ustedes ya olvidaron a los Agreste, y ¿cuándo se quitaran las máscaras?- Juliet estaba al tanto de su situación, ya que ella había estado en lo mismo y fue ella quien les invitó a Miraculous. Bridgette es quien sonríe ahora.

-Lo hemos pensado y creemos que esta semana puede ser el día.

-¿En serio?- Marinette asiente y sonríe.

-Ya quiero ver a mi minino sin máscara, yo en serio quiero tener una relación normal y terminar como tú.- volteó a ver un mueble donde había algunas fotografías, entre ellas había una de Juliet con un hermoso vestido de novia, cortesía de las Dupain-Cheng, a lado de su esposo.

-Bueno, ustedes saben que no fue sencillo, pero al final estamos muy bi…- en ese momento la puerta de un cuarto se abre y aparece un varón alto de cabellera castaña y ojos azules, el joven tenía un pantalón azul pero no tenía nada arriba mostrando su bien formado cuerpo de pecado, con aquellos músculos que harían babear a cualquier mujer y su cintura estrecha, bostezó y avanzó a la cocina aún sin quitarse los efectos de la almohada.

-Cariño buenos días, huele delicioso ¿hiciste huevos con…?- al ver a las hermanas dio un paso hacia atrás y se cubre con un trapo de la cocina un poco apenado.- Yo…- las hermanas se aguantan la risa, no sabían cómo alguien que podía ser tan atrevido ser de un momento y en otro tan tímido.

-Buenos días Claude.- saluda Bridgette y él solo saludo de mano para caminar e ir con su esposa como si ésta le sirviera para cubrirse de sus amigas.

-Cariño…

-Lo siento mi amor, pero recuerda que te dije que tendría visitas.

-¿Cuándo me lo dijiste?

-Antes de que entráramos a la recamara ayer, ¿recuerdas?- el castaño hizo memoria y aprovechando la cercanía susurró a su esposa.

-Solo recuerdo que estabas gritando de placer mientras te mordía y succionaba tus hermosos e hinchados pechos.- un furioso apareció en el rostro de la joven y antes de responder Bridgette y Marinette ya se estaban preparando para irse.

-Bueno, debemos irnos, el deber nos llama.- dijo Marinette a su amiga.

-Deséanos suerte.- le abrazó Bridgette con cariño.

-Cuídense y ánimo, y ante lo que quieran hacer aquí estamos para apoyarlas.

-Gracias Juliet, nos vemos Claude.- se despidió Marinette y al salir ambas sonríen, ambas chicas eran en realidad primas, Bridgette se había ido a vivir con sus tíos cuando era muy pequeña y Marinette apenas y podía hablar, el vínculo entre ambas fue inmediato y Marinette y Bridgette siempre decían que eran hermanas, siempre juntas y apoyándose.- Juliet cada día parece que le sienta bien el embarazo, creo que se ve más bonita… no, radiante.

-Opino igual, aunque sabes, la semana pasada me encontré a Lila en la agencia.- dijo el nombre con claro desagrado.- Cuando preguntó por Claude le dije que estaba muy bien y felizmente casado esperando mellizos y ¿sabes qué dijo? "Ya vi a Juliet, parece una foca gorda" Casi le rompí sus operados labios de no ser porque está de modelo en una campaña.

-¿Eso dijo?- Bridgette asintió y Marinette suspiró.- Ella siempre estuvo interesada en Claude, es obvio que envidia a Juliet porque ella fue quien se quedó con él a pesar de todas las mentiras de Lila.

-Y pensar que tú fuiste su amiga.

-Solo unos meses antes de que inventara mentiras sobre mí.- respondió Marinette ante el amargo recuerdo. Lila no había sido la amiga que esperaba y eso que Alya se lo había advertido, pero vamos, Lila había estado muy sola por ser la nueva de la clase, no pensó que le fuese a apuñalar por la espalda de esa forma. Pero le molestaba más lo que dijese de Juliet, la chica era dulce, amable y paciente, embarazada se veía hermosa, obviamente había ganado un poco de peso pero eso era normal en los embarazos, su cara parecía un poco redonda y sus brazos un poco más rellenitos pero lejos de verse mal o con sobrepeso su figura seguía estilizada, su busto había ganado el volumen para comenzar a amamantar cuando sus bebes nacieran, su piel se veía radiante y sabía arreglarse para verse linda y dulce, y podía decir con orgullo que la mayoría de sus vestidos los habían hecho las hermanas. En resumen y como decía a cada momento el marido de ella, parecía un ángel. El suspiro de Bridgette la saca de sus pensamientos al ver que estaban ya frente a la empresa Agreste, se miran con algo de compasión pero luego sonríen.

-Ánimo Mari, mañana veremos a nuestros gatos de nuevo.

-Sí, pero de recordar que hoy en la noche será la gala de la compañía…

-Pero mañana no tendremos trabajo, así que ánimo.- Marinette asintió y ambas entraron al enorme edificio sin saber lo que les esperaba ese día.

-No me gustan, hágalos de nuevo.- Félix Agreste lanzó las hojas a Bridgette que aguantaba las ganas de gritar, allí iba de nuevo, Félix la iba a volver a hacer trabajar horas extras.

-Señor, se han hecho los cambios que se han pedido.

-Pues revise de nuevo, porque no es lo que se especificó.- Bridgette frunció el ceño claramente molesta.

-Pues ya la mayoría de los del taller se han ido, recuerde que hoy es la fiesta de la compañía.

-No he dicho que se queden a trabajar los del taller, quiero que USTED se quede a trabajar señorita Dupain-Cheng.

-¿Qué?- Félix se levantó de su lugar para retirarse.

-Ya me escuchó.

-Pe-Pero la fiesta comienza en unas horas y...

-¿Y quién dijo que podía ir?- la miró con una expresión fría pero llena de desprecio hizo que ella se quedase paralizada en su lugar.- Sino hace los cambios y los diseños correctamente puede decirle adiós a su empleo.

-¡No puede…!

-¿Quiere probarme?- Bridgette se mordió el labio inferior para impedir llorar y bajó la mirada.- Más le vale cumplir con su trabajo o aténgase a las consecuencias de su incompetencia.- dicho aquello Félix salió de su oficina directo al elevador dejando a una furiosa Bridgette que solo pudo tragarse su coraje y el odio que hacía tiempo empezaba a sentir por el Agreste. Félix apenas llegó al elevador suspiró, esperaba que esta vez Bridgette renunciara, el verla le desagradaba y le traía malos recuerdos, bien, como decía Adrien no se estaba comportando como un adulto, pero cada vez que veía a Bridgette no podía evitar ser así con ella, no podía explicar su aversión del todo pero podía justificarse que su actitud era por culpa de sus pasados acosos en el instituto. Pero debía olvidar aquello, tenía que arreglarse para la fiesta de esa noche y mañana encontrarse con una hermosa dama de rojo y negro.

Marinette suspiró cansada, estaba terminando una blusa de color rosa de mangas largas cuando el último de sus compañeros de taller se despidió de ella.

-¡Hasta el lunes Marinette!

-Será hasta pronto, te veré en la fiesta de hoy.

-Es cierto, nos vemos.- Marinette siguió cosiendo hasta que notó unos rollos de tela en la esquina.

-No puede ser, otra vez dejaron material fuera de la bodega…- tomó los rollos que aunque pocos eran algo pesados, salió y cuál fue su sorpresa al toparse con un joven de mirada verde y cabellos rubios.

-Oh, hola Marinette.

-Adrien… hola.- sonrió como si nada y siguió caminando.- Lo siento pero tengo trabajo.

-Deberías dejarlo, ya todos se fueron a prepararse para la fiesta.

-No me gusta dejar las cosas pendientes ¿Y tú por qué estás aquí?

-Bueno, es un poco vergonzoso, rompí por accidente esta camisa y me dijeron que podía dejarla aquí, en realidad buscaba a alguien para que la compusiera.- Marinette suspiró y dejó los rollos a un lado.

-Dámela, estará lista para el lunes.

-Gracias Marinette, eres una gran amiga, nos vemos en la fiesta.- Marinette no dijo nada, vio a Adrien irse del taller. Amiga, se había quedado en ese escalón para Adrien hacía muchos años, cuando se confesó a él éste la rechazó sin miramientos y algo apenado, aún podía recordar sus palabras

"En realidad solo te veo como a una amiga Marinette, no te ofendas. Será mejor que busques a alguien más".

Y después de eso Chloe llegó para humillarla públicamente recordándole su lugar con el Agreste rematando con un charco de agua sucia para subir el video por internet. Alya estaba tan furiosa que estuvo a punto de arrancarle la coleta a Chloe, eso le hizo reír, pero Adrien al otro día le sonrió como si nada y con la misma actitud de siempre.

"Somos amigos, podemos salir los cuatro cuando sea".

Aquello fue doloroso para Marinette dándose cuenta de lo insensible que era con su corazón, Alya estuvo a punto de matar a Adrien pero Marinette se lo impidió… se dio cuenta que no valía la pena.

Cuando Marinette llegó a donde estaba el almacén escuchó unos leves sollozos que reconoció al instante, al pasar por los talleres cercanos vio a Bridgette frente a la tabla de dibujo, tirar un papel al cesto y llorar.

-¿Brid?

-¿Mari?- respondió con voz pastosa por las lágrimas y los mocos.

-Oh, Brid…- se acercó y sacó un pañuelo para obligarla a sonarse la nariz, cuando al fin lo hizo abrazó a su hermana.- Félix otra vez, ¿verdad?

-M-Me prohibió ir a la fiesta…dijo que los diseños estaban mal y…

-¡¿Cómo que te prohibió ir?! Eres la aprendiz de su padre, la mejor diseñadora de la compañía, incluso el señor Agreste nos dio la invitación en persona.

-Lo sé…pero dijo que si no tenía todo para mañana me despediría, y son muchos… ya no puedo más…- lloró más fuerte y Marinette frunce el ceño.

-Hagámoslo.

-¿Qué?

-Renunciemos, yo tampoco aguanto estar aquí, podemos ir a cualquier casa de moda o… ¡podríamos iniciar nuestro propio negocio! ¿Recuerdas lo que nos dijeron de las tiendas en línea? Es lo de hoy, haremos nuestros diseños y ganaremos dinero.

-Pe-Pero Mari tú acabas de ser contratada…

-No es cierto, llevo unos meses trabajando, ni estoy en prácticas, así que puedo irme y pedir trabajo en otro lugar.

-¿Estás segura?

-Es nuestro sueño, ¿recuerdas? Tener nuestra propia línea de ropa, pues bien, podemos iniciar desde ahora. Pero primero vayamos a esa fiesta, no podemos faltar.

-¿Pero y si Félix me ve?

-No tiene derecho a echarte, su padre te invitó, no él.- Bridgette lo pensó un poco, no podía quedarse a llorar como una chiquilla, estaba harta y si era momento de lanzarse a algo nuevo lo haría sin mirar atrás. Se limpió las lágrimas y sonrió a su hermanita con aquella determinación que le caracterizaba.

-Debemos ir a casa para arreglarnos.

-¡Adelante!

-/¡Sí!/

La fiesta se estaba llevando a cabo en el hotel Le Gran Paris, el gran salón recibía a todos los empleados y diseñadores de la empresa. Félix tenía una copa de champagne en su mano y saludaba a todos los que se acercaban a él para buscar el visto bueno.

-Félix.

-Adrien.

-¿Cómo la llevas?

-Nada mal, al menos a mí no se me han lanzado las chicas encima.

-Eso es porque siempre las ahuyentas.- se rió Adrien y buscó con la mirada a Marinette.- Qué raro, Marinette todavía no llega.

-Tal vez no venga.

-¿Qué quieres decir?- Félix guardó silencio y Adrien se llevó su mano a sus cabellos bajando a su nuca.- Félix… basta.

-¿Qué?

-Volviste a hacer trabajar a Bridgette horas extras, ¿no es así?

-Es su deber entregar algo digno de la compañía.

-Ya, ¿y cuántas veces has dicho la misma frase y utilizado los modelos que te entregó primero? Es la aprendiz de papá, si él se entera de cómo la tratas…

-Padre no lo sabrá. Y ella no vendrá a la fiesta hoy.- Adrien frunció el ceño.

-Debes dejar ir el pasado, sé que no te agrada pero eso que haces está muy mal Félix, es injusto que te desahogues por cosas de niños, ella nunca fue mala persona, hasta te ayudó algunas veces en el pasado cuando la tratabas mal, e incluso cuando ella entró a la compañía te propuso dejar atrás todo conflicto, deberías hacerlo.- Adrien suspiró al notar como sus palabras no surtieron efecto en su hermano, Bridgette no era mala chica, tal vez un tanto insistente pero a comparación de otras fanáticas no era tan loca, además ella había tenido ciertos detalles con él que nadie más tuvo, una buena chica en resumen y se sentía mal por ella, pero de repente sonríe.- Creo que te salió mal el tiro.

-¿Qué quieres decir?

-Mira por allá.- al voltear por un momento Félix quedó sorprendido de ver a Bridgette en un hermoso vestido de un color rosa perla de escote de corazón, sus hombros estaban casi al descubierto de no ser por un chal largo de tela vaporosa que cruzaba hasta enredarse en sus brazos y que cubría parte de su espalda desnuda, su cabello estaba recogido en un elegante moño bajo con pequeños cristales, zapatillas plateadas y de joyería solo tenía puesto unos sencillos aretes y una gargantilla de cristal le daban un toque sencillo de elegancia, pero también el ligero maquillaje que tenía en que sus ojos se veían más atrayentes cautivando a todos quien la vieran. Se veía hermosa, y más de uno quiso prenderse de la compañía de la chica, pero ella de forma amable les saludaba y despachaba no deseando otra compañía que la de su hermana que no tardaría en llegar con los platos de comida. Pero Félix miró todo rojo, no la quería allí, tenía que irse. Avanzó hacia ella ignorando los llamados de su hermano y cuando estuvo al lado de ella la tomó del brazo no con mucha delicadeza.

-¿Por qué estás aquí? ¿Y el trabajo?- Bridgette al principio sintió su corazón saltar por el miedo pero al escuchar a Félix frunció el ceño y se zafó de su agarre molesta.

-Lo dejé.

-¿Qué? ¿Eres así de irresponsable con el trabajo?- Bridgette le fulminó con la mirada.

-No, no lo soy, pero no haré un trabajo que desde el principio estaba bien hecho.

-Eso no lo decides tú.

-Tienes razón, lo decide el idiota de mi jefe que está frente a mí.- Félix abrió los ojos sorprendido por las palabras de ella pero al mismo tiempo la ira subió por su garganta como amarga bilis.

-No puedes hablarme así.

-Sí puedo, porque ésta es mi última noche en Gabriel, y además porque fue MI jefe y maestro el señor Gabriel Agreste quien me invitó a la fiesta. Tendrás mi renuncia a primera hora el lunes así que déjame en paz.

-Tú…- parecía una pareja peleándose en plena fiesta, mientras Adrien, que no escuchaba nada de la conversación, no podía pensar que parecían una pareja de casados, solo esperaba que su hermano y Bridgette pudieran arreglar todo entre ellos, se rió a lo bajo y después vio a Marinette entre la gente, la chica se veía radiante con aquel vestido azul de cuello alto y sin mangas con corte estilo oriental, el vestido también era largo como el de su hermana y ésta tenía unos pequeños aretes de plata y unas pulseras que hacían juego con éstas, su cabello estaba sujeto con un moño alto dejando que su rostro en forma de corazón resultase más llamativo. La chica tenía dos platos con comida y sin percatarse Adrien se acercó a ella.

-¿Necesitas ayuda?

-Ah, no gracias… busco a Bridgette.

-Bridgette está hablando con Félix.

-¿Qué?- dijo casi gritando, logró distinguir la cabeza de Félix y su hermana.- Debo ir…

-Creo que deberíamos dejarles tiempo, ¿no crees?

-No, no lo creo.- contestó de forma brusca e intentó ir pero Adrien le tapó el paso.- Adrien a un lado.

-Marinette, sé que estás enojada con Félix pero si vas allá las cosas podrían salir mal.

-Adrien a un lado…- ahora quien parecía "discutir" era Adrien y Marinette, cosa que no pasó por nada más y nada menos que las hermanas Bourgeois, Chloe y Claudia se auto invitaron a la fiesta descaradamente ya que siendo una fiesta en "su hotel" tenían todo derecho, y más al ver quiénes estaban invitados, no podían dejar ir la oportunidad de ver a sus futuros maridos, aunque no les causó gracia al ver quiénes las acompañaban y Chloe gruñó molesta.

-Esa panadera… todavía no entiende que Adrien es mío. No le llega ni a la suela de sus zapatos. No ha aprendido nada desde el instituto.- pero Claudia sonrió a su hermanita.

-¿Y por qué no le demuestras su lugar?- Chloe sonrió y asintió. Una sonrisa perversa se formó cuando vio que estaban cerca de la mesa de los postres. En cambio Claudia se acomodó un mechón invisible suelto de su cabello naranja rojizo y tomó una copa de champagne que un mesero le tendió en una bandeja, en bandeja de plata, pensó la chica con una sonrisa, le habían dado la perfecta excusa para dejar en ridículo a la idiota de Bridgette, y es que la odiaba, odiaba que todos la quisieran y que le quitara la atención. La gente le saludó también "alabando" su vestido verde de tirante de una manga y sus tan "delicadas" joyas de oro y esmeraldas. Cuando al fin estuvo detrás de Bridgette la escuchó discutir con su amadísimo Félix.

-¡Ya déjame en paz!

-No hasta que te disculpes por tu actitud infantil.

-¿Mi actitud infantil? No puedes ser más cínico, siendo tú quien ha intentado perjudicarme desde que llegué a la empresa.

-Eso no es verdad.

-Claro que sí.

-No. Siento romper tu burbuja Bridgette pero no eres tan importante para dedicarte cinco minutos en mi vida, así que deja tus ilusiones de que quiero perjudicarte, te trato igual que a cualquier simple empleado.- eso le dolió demasiado a Bridgette, como si el último resquicio de esperanza de poder llevarse al menos bien con Félix se hubiese roto y sintió por primera vez un fuerte y claro odio hacia el Agreste.

-Sabes, siempre pensé que tenías algo bueno dentro, por eso me acercaba a ti, pero todos tenían razón, eres un ser sin corazón y un maldito monstruo que solo… ¡Ah!- Bridgette saltó al sentir un frío líquido pasar por parte de su cabello y espalda, era frío, pegajoso y al voltear vio a Claudia con una sonrisa burlona.

-Ups, lo siento tanto me tropecé.- obviamente no era cierto, esa sonrisa la delataba, pero Félix no dijo nada, se quedó allí imperturbable viendo el desastre en que Bridgette se había transformado de un momento a otro, ¿se lo merecía por cómo le habló? Sí, o eso quiso pensar, pero una vocecita en su interior le decía que aquello no era de caballeros, era de cobardes y que se iba a arrepentir toda la vida. Bridgette no pudo más, su vestido y el chal que le cubría la espalda había tomado un color anaranjado, su cabello también estaba arruinado y las lágrimas que había intentado contener amenazaban con escapar ante las risas de Claudia y la indiferencia de Félix que no movió un solo dedo. Miró a Félix con un odio impresionante, tanto que hasta Félix se sorprendió de ver esa clase de mirada de Bridgette que siempre se distinguía por esa calidez tan dulce que enternecía a cualquiera, y ese pensamiento le congeló.

-Te odio… ojala nunca te hubiese conocido.- dijo apretando los dientes y los puños intentando no derramar una sola lágrima hasta estar lejos de él, se quitó el arruinado chal y se dio la vuelta no sin antes darle una mirada envenenada a Claudia que no se inmuto, estaba acostumbrada a esa clase de miradas. Pero cuando se dio la vuelta Félix se paralizó, no sólo contempló el daño realizado, sino que justo en su espalda en la parta baja derecha había un lunar muy peculiar que estaba seguro tenía forma de corazón, justo en el mismo lugar de cierta persona que conocía. Y cuando Bridgette se fue sintió algo frío atenazarle el corazón.

-Mierda…

Marinette intentaba pasar a Adrien pero éste no le dejaba, creía que lo mejor era dejar que sus hermanos hablaran.

-Adrien a un lado.- se movía de un lado a otro pero Adrien la interceptaba y eso estaba colmando la paciencia de Marinette.- ¡Adrien!

-Por favor Marinette, deja que arreglen las cosas.

-¿Arreglar las cosas? Eso ya no es posible.

-Dales una oportunidad…

-Félix tuvo su oportunidad antes, ahora no va a enmendar las cosas.

-¿Y cómo lo sabes? Quizás de un momento a otro ya sean amigos.- ni él lo creía pero tenía una leve esperanza.

-Claro, y yo soy descendiente directa del emperador de China. A un lado.

-¿Por qué eres tan fría con Félix? Por favor Marinette, hazlo por mí.- Marinette se mordió la lengua, ¿en serio le preguntaba eso? Quiso gritarle las cosas que su hermano había hecho con hermana pero se contuvo, estaba en un lugar público y no haría un espectáculo de ello.

-Adrien, por última vez, déjame pasar.- se veía molesta, Adrien sabía que no era buena idea molestar a Marinette por lo que levantó las manos como señal de paz.

-Tra-Tranquila Marinette, yo…

-¡Adrichoo!- la voz de Chloe le provocó un escalofrío a Adrien, ésta se lanzó a sus brazos y aprovechando la cercanía de ambos con un simple empujón de ambos Marinette tenía encima de ella todo el contenido de los platos que tenía en mano.- Oh, ups, lo siento tanto.- Adrien miró el vestido cubierto de restos de comida y aderezos y no pudo evitar sentir pena por Marinette.

-Mari…

-¡Lo hiciste a propósito Chloe!- le acusó Marinette y Chloe puso su mejor cara de inocencia.

-Fue un accidente, además quién tiene dos platos en mano, para eso están los meseros, oh pero ya estás acostumbrada al servicio, ¿verdad?

-Tú…- Marinette iba a darle un buen bofetón pero Adrien se interpone.

-Marinette por favor, fue un accidente.

-¡No lo fue y ella lo sabe!

-Esto es ridículo Marinette, por favor, ya no somos niños de instituto, podemos solucionar esto como adultos.

-Pero ella…

-Marinette, por favor.- Marinette intentó respirar pero al ver la sonrisa burlona de Chloe tras de Adrien toda calma se fue.

-¡Me niego cuando ella lo hizo a propósito!- Chloe se hizo la ofendida y Adrien frunció el ceño.

-No puedo creer que digas eso Marinette, deja de vivir en el pasado, ya somos adultos, todos hemos avanzado y madurado, deberías hacer lo mismo.- cuando dijo eso el corazón de Marinette se dolió y Adrien, antes de siquiera reflexionar en sus propias palabras, en segundos sintió el golpe de una fuerte bofetada en su rostro.

-¡Te odio! Mi peor error fue conocerte. Eres un ciego, patán y un insensible de primera, no quiero volver a verte.- algo resonó dentro de Adrien, esas palabras las había escuchado antes y al ver a Marinette por primera vez sintió un escalofrío al ver esos centellantes ojos azules.

-Marine…

-¿Mari?- la voz pastosa y llorosa de Bridgette hace que Marinette dirija su atención a su hermana que estaba hecha un desastre.

-Oh Brid…- se acercó a ella y Bridgette la abrazó no importando si se llenaba el vestido de aderezos, ya estaba arruinado como quiera.

-Vámonos de aquí.- Marinette asintió y se tomaron de la mano, Bridgette ya estaba llorando, Adrien miró la escena contrariado, hasta que vio a Félix abrirse paso entre la gente.

-¿Félix?

-My lady…- susurró Félix al pasar cerca de Adrien y fue cuando sintió una punzada en su pecho y miró hacia donde las hermanas Dupain se habían ido.

-¿Marinette?- intentó ir tras su hermano pero los brazos de Chloe se aferraron a él como garras.

-Adrien, no me dejes.

-Chloe debo… por favor…- con toda la caballerosidad que pudo escapó de Chloe. Félix en cambio avanzaba empujando apenas disculpándose y al llegar a las escaleras puerta vio como las hermanas se iban deprisa del lugar bajando las escaleras de entrada del hotel.

-¡Bridgette!- no le importó alzar la voz, aunque sonaba molesto la verdad era que quería alcanzarla y ver en esos ojos azules algo que le confirmara la verdad, Bridgette aceleró el paso pero al sentir como Félix la tomaba de la muñeca ella soltó la mano de su hermana y le golpeó la cara con el puño haciéndolo trastabillar hacia atrás.

-Ya no más… nunca más.- dijo mirándolo entre lágrimas con odio, odio que lo paralizó y ahora Bridgette guió a Marinette fuera del lugar, cuando se fueron Adrien llegó y miró a su hermano más pálido de lo normal.

-Félix…

-Ella… my lady…

-¿Qué? Pero de qué hablas.

-Bridgette era mi Ladybug. Mi hermosa dama…- se tomó el cabello desesperado.- Ladybug…- y fue cuando Adrien de inmediato corrió hacia la puerta porque si ella era la lady de su hermano entonces Marinette la convertía en su princess, las buscó con la mirada y solo alcanzó a ver un taxi alejarse por las calles, recordar sus palabras y esa mirada cargada de odio hizo que su corazón doliera.

-My princess…

….

Y… espero les haya gustado, gracias por leer esta historia corta de solo cinco capítulos. En verdad, gracias. Y bueno ya sin mucho que decir, dejen review, nada de tomatazos, y por favor envíen imágenes de Nathaniel o de ambos Chat Noir o almohadas, adoro las almohadas. Y para quien quedó con la duda, Marinette y Bridgette son primas, pero como estuvieron juntas de pequeñas se dicen que son hermanas, por eso cuando piensan en una se dicen hermanas, solo para evitar confusión. Y ¿quién más quiso romperle la cara a los Agreste? ¡Levanten la mano! Y siendo todo por ahora… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HAASTA LA SIGUIENTE!