TIC TAC

Capítulo I

Hermione Granger podía decir con total seguridad que nunca había sentido tanto temor en su vida como en el momento en que siendo prisionera en Malfoy Manor, Bellatrix Lestrange había descubierto la espada de Gryffindor en manos de uno de los carroñeros.

Las palabras ácidas, los ojos de Bellatrix destilando veneno y sus uñas clavándose en su piel eran solo una caricia en comparación a la tortura a la que fue sometida por la mujer minutos más tarde. Estaba convencida de que si el dolor no le hacía reventar el cerebro, sus propios gritos harían que una vena hiciera lo suyo. Podía sentir su cuerpo elevarse del suelo y volver a caer en lo que parecía una superficie húmeda, que no era más que su propia sangre.

No habían pasado ni siquiera diez minutos cuando rogaba internamente que el martirio terminase, que la bruja se aburriera y lanzara la maldición asesina de una vez, o que su cuerpo colapsara en un desmayo y terminara allí. Cualquier cosa para parar con el dolor que le quemaba hasta los huesos.

Increíblemente sus ruegos fueron escuchados.

El grito de Draco Malfoy pidiendo que se detuviera rasgó el aire como si fuera un cuchillo. Hermione pudo ver a través de las lágrimas que el muchacho rubio que minutos antes había negado conocerla se acercaba a su enloquecida tía y le susurraba algo que parecía alegrar mucho a la mujer.

Bellatrix se carcajeó y sus ojos se abrieron maravillados. "¡Mi sobrinito al fin está aprendiendo!"

Lo siguiente que Hermione sintió fue una patada en las costillas proveniente de la bruja, y su cuerpo elevarse en el aire para ser desplazada a lo que parecía ser otra habitación. Casi en la inconsciencia, dudaba que fuera una buena señal.

Bellatrix susurró al lado de ella. "Ahora irás a jugar un poco con el lindo Draco, al parecer le gusta divertirse con sangresucias".

Hermione sintió su sangre helarse.

Cayó pesadamente sobre una superficie blanda, frente a ella una enorme puerta de madera se cerraba y Bellatrix salía riendo a carcajadas. Un cuerpo le tapó la vista y ella trató de retroceder con la poca fuerza que tenía al reconocer a Draco Malfoy mirándola de frente con el rostro muy pálido y perlado de sudor.

Él se puso un dedo en los labios en señal de silencio. Ella no estaba muy segura de seguir teniendo voz para gritar de todos modos, pero temblaba. ¿Podría Malfoy ser más cruel que Bellatrix? Miles de imágenes de los años en Hogwarts con él maltratándola e insultándola le cruzaron por la mente. Y en medio segundo un hilo de esperanza aparecía en ella al recordar la conversación que había tenido con Harry donde él decía que Malfoy no había tenido el valor de asesinar a Dumbledore.

El chico se movió por la habitación y Hermione lo siguió con la mirada. Por solo un segundo se le ocurrió atacarlo por la espalda o echar a correr, pero qué oportunidad tendría ella contra un mortífago armado? Además ni siquiera podría ponerse de pie.

Malfoy regresó a los pocos segundos con dos frasquitos en las manos. Hizo la señal de silencio nuevamente y abrió uno de los frascos. Se lo acercó a la nariz.

Hermione retrocedió por instinto. ¿Malfoy pretendía envenenarla?

Él insistió. Ella olió el aroma aún sin querer. Poción reconstituyente. Abrió mucho los ojos.

"Malfoy..." Susurró apenas con las fuerzas que le sobraban.

Él arrugó el ceño y volvió a poner el dedo sobre los labios. Le acercó el otro frasco. Poción fortalecedora.

"Tómalos" Susurró tan bajo que casi no lo oyó.

Hermione dudó. No entendía porqué el chico siendo su enemigo podría comportarse de tal modo. No estaba muy segura en hacerle caso. Bellatrix había dicho que «jugarían» juntos. ¿Quería tenerla con fuerzas para torturarla o violarla?

"Maldición" Murmuró el chico delante de ella, tomándose del brazo izquierdo y haciendo una disimulada mueca de dolor que ella supo ver.

El rubio hizo una floritura rápida en el aire y Hermione reconoció un hechizo silenciador.

"No tenemos mucho tiempo Granger, coopera conmigo". Le susurró aún con el hechizo, tendiéndole los frascos, parecía muy asustado de un momento a otro. "Por Merlín, no sé si esto resulte".

Hermione se confundió aún más. ¿La mente le estaba jugando una muy mala pasada o aquello era real?

"¡Dobby!" Llamó el chico entre susurros, dando vueltas frente a Hermione, quien aún no había aceptado las pociones. "Dobby, escúchame".

El elfo que Hermione había visto en varias ocasiones y decía ser amigo de Harry se apareció frente al chico y lucía tan confundido como ella misma.

"¿El señor... Draco... llamó a... Dobby?" Preguntó el elfo con voz muy aguda, y miró hacia Hermione, pegó un salto probablemente de susto al verla en las condiciones en las que se encontraba. Sus orejas aleteaban como si fueran alas.

"Sí" Le dijo Draco rápidamente, centrando nuevamente la atención del elfo. "Dobby escúchame bien, necesito que me ayudes".

Hermione escuchó atentamente la conversación apurada y casi susurrada de Draco Malfoy y Dobby, por momentos pensó estar en otra dimensión o tal vez Bellatrix la había torturado tanto que en realidad había perdido la consciencia y todo aquello era solo un sueño.

"Necesito que te lleves a Granger de aquí" Pidió Draco con la voz ahogada. "Llévala a un lugar seguro, donde no puedan encontrarla los mortífagos y protégela tanto como sea necesario. ¿Recuerdas esa casa en la playa que Madre compró sin que Padre lo sepa? Necesito que la lleves allí y la protejas con tu vida, Dobby".

"¿Enloqueciste Malfoy?" Preguntó Hermione con los ojos como platos. Tenía la voz rasposa y le dolía la garganta al hablar.

"Dobby hará lo que el señor Draco Malfoy ordena. Dobby ya no sirve a la familia Malfoy pero Dobby puede ver la bondad del señor Malfoy así que Dobby ayudará a la amiga de Harry Potter" Dijo el elfo con el pecho henchido.

"Granger, por amor a Circe, toma las malditas pociones de una vez por todas". Le dijo el rubio sin contestarle.

Hermione dudó un segundo. Conocía a Dobby, había hablado algo sobre la bondad de Malfoy. ¿Podía confiar?

"Debes decirme porqué haces esto" Ordenó ella en lo que no parecía ser una orden al carecer de volúmen e intensidad, y tomándose del costado debido al dolor que le producían las heridas abiertas.

Draco se tomó a su vez del brazo izquierdo con una mueca de dolor. "¡Granger, maldición! El Señor Tenebroso está viniendo. No tenemos mucho tiempo".

Dobby seguía hablando de ayudar a Hermione.

Ella sintió su corazón acelerarse aún más. Si Voldemort encontraba a Harry en la mansión...

"¡Mis amigos, Malfoy! No puedo ir a ninguna parte sin ellos".

Se tomó las dos pociones para darle a entender al rubio que haría lo que decía pero bajo esa condición.

El chico gruñó.

"Dobby, antes baja a las mazmorras y llévate primero a Potter y Weasley. Luego vuelve y llévate a Granger. Debes ser muy rápido, se nos acaba el tiempo".

El elfo asintió una vez y desapareció. Draco caminó rápidamente hasta un armario y luego de bajar varios hechizos de protección sacó una caja del tamaño de una caja de zapatos. Se acercó rápidamente a Hermione.

"¿Porqué haces esto?" Preguntó la chica sintiendo las pociones hacer efecto en ella.

"No puedo dejar que mueras" Murmuró él rápidamente sin mirarla a los ojos.

"¿Porqué?" Preguntó ella una vez más.

Él no contestó al instante. Extendió la caja hacia ella. "Lo entenderás. Ábrela cuando estés a salvo".

"¿Qué es?"

Draco sintió una puntada especialmente fuerte en el brazo y se encogió de dolor. "¡Maldita sea Dobby dónde estás!"

Ella asintió ante la caja extendida sin preguntar más, entendiendo la urgencia del momento. Buscó su bolsito de cuentas y lo encontró manchado de sangre a su costado, sin detenerse a mirar la cantidad de sangre abrió el bolso y metió la caja lo más rápido posible.

Una explosión se escuchó fuera del cuarto donde estaban. Hermione pegó un salto y Draco rápidamente colocó hechizos de protección en la puerta.

"Creo que ya llegó" Dijo él.

Se arrodilló frente a la chica sin darle tiempo a reaccionar. Se acercó lo suficiente para que ella lo escuchara con todo el barullo de fondo mientras la miraba directamente a los ojos.

"El Señor Tenebroso me matará después de esto, Granger. Lee lo que te dí, haz lo que te parezca mejor. Y perdón, por todo".

La intensidad en sus ojos la dejó sin habla.

La puerta se abrió con un estruendo y Bellatrix entró sin mirarlos, se defendía de unos hechizos que le eran lanzados desde afuera.

Hermione aún estaba en shock por las palabras de quien se suponía era su enemigo jurado, pero supo esquivar con éxito los hechizos que volaron sobre ella lanzándose a un costado y arrinconándose al lado de un mueble.

Bellatrix se fijó en ella cuando gritó por la explosión de una ventana a raíz de un hechizo que chocó contra ella. Se movió ágilmente hasta la chica y sin reparar en que no parecía más lastimada de lo que ella la había dejado y bastante más fuerte, la tomó del cuello y apretó la varita contra su yugular.

"¡Mataré a la sangresucia si no se detienen!" Gritó.

Los hechizos cesaron, ella la obligó a caminar a trompicones entre la nube de polvo y la sacó a rastras hacia la sala principal desde donde provenía el ataque. En su camino pudo ver a Draco con los ojos desorbitados y el rostro más blanco que la cal.

En la sala se encontraban Harry, Ron, y Luna Lovegood. La varita en el cuello de la gryffindor impedía que le diera tanta atención a la extraña presencia de la ravenclaw allí, quien sonreía lunáticamente con la varita extendida hacia Greyback, petrificado en el suelo. Lucius estaba arrinconado en una esquina mientras su mujer luchaba ferozmente contra Ron.

Bellatrix aprovechó el momento en que Harry ponía atención a Hermione y lo desarmó, hecho que hizo que Ron se desconcentrara y terminara con la misma suerte que su amigo. Bellatrix desarmó a Luna también.

"Draco querido, recoge las varitas y después vuelve a atar a estos héroes" Ordenó la mujer con tono risueño, el rubio dudó un momento pero luego se apresuró a recoger las varitas. "Puedes volver a tus actividades tan placenteras con la sangresucia después, no creo que el Señor Tenebroso te niegue un dulce esta noche".

Justo cuando Bellatrix pronunció «noche» se oyó un extraño chirrido proveniente del techo. Todos miraron hacia arriba y vieron temblar la araña de cristal, entonces con un crujido y un amenazador tintineo, ésta se desprendió del techo. Bellatrix, que se hallaba justo debajo, soltó a Hermione dando un chillido y se lanzó hacia un lado. El artefacto cayó encima de la chica con un estallido de cadenas y cristal.

El vidrio explotó en miles de pedazos dañando a todos en la sala. Ron se apresuró a auxiliar a Hermione y Harry aprovechó para sacarle las varitas a Draco, quien había terminado herido en el suelo tras la explosión. Narcissa se apresuró a ver a su hijo.

Bellatrix se puso en pie con el pelo alborotado y señaló con su varita a una esquina de la habitación. "¡Fuiste tú, maldito! ¿Cómo te atreves a desafiar a tus amos?"

"¡Dobby!" Chilló Narcissa reconociendo a su antiguo elfo.

Bellatrix abrió la boca para lanzar una maldición pero el pequeño hizo sonar los dedos y la varita de la bruja salió disparada, al mismo tiempo que Dobby proclamaba ser un elfo libre.

En un segundo, Harry y Ron se acercaron al elfo arrastrando con ellos a una ensangrentada Hermione, seguidos de Luna aferrada a la espada de Gryffindor.

La oscuridad los envolvió y así abandonaron la mansión Malfoy.


Hermione se recuperó rápidamente de las heridas. Fleur tardó una noche entera en desinfectarle los cortes, cerrarlos y hacer desaparecer las cicatrices. La única que no había sido borrada era la que Bellatrix le había hecho en el brazo.

Pudo estar, aunque débil aún, en el entierro de Dobby, asesinado con la daga de Bellatrix quien había logrado lanzarla antes de que desaparecieran. También acompañó a Harry a hablar con Griphook, el duende que había negado reconocer la espada de Gryffindor ante Bellatrix y que había sido trasladado a casa de Bill y Fleur por Dobby junto con el señor Ollivander.

Con la muerte de Dobby, Harry había cambiado radicalmente su forma de ser, adoptó una postura más decidida y no dudó en entrar a Gringotts con ayuda de Griphook una vez que estuvieran todos recuperados, para buscar el horrocrux.

Hermione no les había contado ni una sola palabra de la ayuda de Draco más que nada porque todo había sucedido tan rápido luego de haber escapado de la mansión, que no encontró un momento adecuado para hablar, o esa era la excusa con la que se convencía ella misma. Tampoco había abierto la caja que Malfoy le dió.

Irrumpieron Gringotts con éxito, sin perder tiempo, consiguieron la copa de Hufflepuff y escaparon sobre el dragón que custodiaba las bóvedas.

A orillas del lago, el niño-que-vivió se apretaba las sienes mientras tenía la visión de Voldemort enterándose de que ellos sabían de los horrocruxes. La decisión de ir a Hogwarts surgió casi al instante.

"¿Enloqueciste?" Preguntó Ron con el semblante preocupado.

Una pequeña discusión surgió cuando Harry les contó que había visto el horrocrux en Hogwarts y los pensamientos de Voldemort previniendo a Snape.

"¡No podemos ingresar tan fácilmente!" Insistió Hermione.

"¿Te imaginas lo que hará cuando se entere de que el anillo y el guardapelo han desaparecido? ¿Y si se lleva el Horrocrux de Hogwarts porque cree que no está lo bastante seguro ahí?" Dijo Harry.

"¿¡Te imaginas lo que harán si vuelven a encontrarnos!?" Chilló Ron.

"¡Bien!" Gritó Harry. "¡Si no quieren venir conmigo, iré solo!"

Sacó la capa de invisibilidad y se cubrió con ella.

"¡Harry por favor!" Le dijo Hermione. "Tienes que pensar con calma. No puedes solo aparecerte en medio de Hogsmeade y entrar al colegio por la puerta principal".

No obtuvo respuesta. Ron miró a Hermione preocupado. "¿Se fue?"

Ella negó.

"No dejaremos que vayas solo" Insistió ella. "Jamás te abandonaríamos... Al ménos yo no" Dijo mirando de reojo al pelirrojo, quien miró oportunamente hacia el dragón que los había sacado de Gringotts y bebía agua del lago.

"Si no encontramos el horrocrux antes que él..." Se escuchó hablar a Harry quien seguía bajo la capa.

"¡Lo sé!" Le dijo Hermione.

"¡Se lo debo a todos!" Se lamentó Harry. "Hasta el más inocente murió por mí. Dobby dió su vida por mí, quiso salvarme a mí y murió por mi culpa".

Hermione sintió una opresión en el pecho y de repente su bolsita de cuentas colgada a su costado pesaba más a sabiendas del paquete de Malfoy dentro, que aún no había abierto. No creyó que fuera momento de desmentir la trágica idea de Harry y contarle que la presencia de Dobby no había tenido que ver con él sino que seguían vivos gracias a Draco Malfoy.

¿Seguiría vivo Draco Malfoy?

"Bien" Murmuró ella. Tal vez y solo tal vez, si llegaban a entrar en Hogwarts ella podría saber algo de él, o verlo incluso.

Luego de unas cuantas palabras más e indicaciones, se aparecieron en Hogsmeade. Al instante en que sus pies pisaron el suelo del pueblo, una alarma especialmente colocada para ellos rasgó el aire, y una docena de mortífagos con capa y capucha salían a la calle a toda prisa enarbolando sus varitas.

Entre los gritos, la desesperación, los dementores y el patronus de Harry surcando la calle fue que Aberforth Dumbledore los estiró hacia su casa y los salvó de los mortifagos luego de una pequeña discusión sobre si su patronus era una cabra o un ciervo.

"Nos ha salvado la vida" Le agradeció Harry apenas pudieron verlo en la tranquilidad de la sala del hombre.

"¿Han enloquecido niñatos?" Exclamó colérico Aberforth. "¿Acaso quieren morir?".

Harry lo miró detenidamente sin contestar. Sus ojos de color azul tan penetrantes como los de Albus pero no tan vivarachos y brillantes como los de él le llamaron la atención y entonces supo de quién se trataba.

"Era a usted a quien vi en el espejo".

El silencio se instaló en el lugar, mientras el trío recordaba el pedazo de espejo perteneciente a Sirius Black donde Harry juraba haber visto a Dumbledore.

"Usted nos envió a Dobby" Insistió el pelinegro.

Aberforth gruñó. "El espejo lo compré de Mundungus Fletcher, pero no sé quién será ese tal Toby".

"Dobby" Aclaró Harry. "El elfo".

Hermione tragó grueso.

"Ya sabe" Se metió Ron. "Ojos verdes grandes, orejas puntiagudas, manos enormes, piel..."

"Sé lo que es un elfo, muchacho. Pero no sé de qué me hablan, no envié a nadie".

De la misma manera negó haber enviado el patronus de la cierva plateada cuando estaban en el bosque. Luego de traerles comida y haber discutido una vez más sobre el fallecido Dumbledore, sus intenciones y sus ideales, al fin el dueño de Cabeza de Puerco accedió a ayudarlos, descubriendo una entrada secreta a Hogwarts tras el cuadro de su hermana Ariana, quien trajo por la entrada a Neville para que los guiara hasta el castillo.


"¡Por Dios!" Exclamó Harry al ver llegar corriendo a sus amigos. "¿Dónde estaban metidos?".

"¡Destruimos el horrocrux!" Gritó eufórica Hermione. Harry sonrió enormemente.

"¡Ha sido sensacional!" Siguió la chica. "¡Ron sabe hablar parsel! Hemos entrado a la Cámara Secreta y con un colmillo de basilisco hemos logrado destruir la copa"

"¡Es genial!" Se alegró Harry. "¿Cómo es eso de que sabes hablar parsel?"

El pelirrojo le enseñó a su amigo el estrangulado sonido silbante que había aprendido del niño que vivió y siguió sorprendiéndolos sugiriendo después que los elfos domésticos fueran alertados para que abandonaran el castillo en vez de morir por ellos como le había sucedido al pobre Dobby.

"Eso es muy noble de tu parte, Ron" Le dijo Hermione palmándole la espalda con admiración.

Luego de cruzarse a Aberforth, la señora Longbottom, Ginny, Tonks y otros más, finalmente se dirigieron a la sala de menesteres en busca del "sitio donde se esconde todo", tal como le había pedido Harry a la sala.

Una vez dentro, se separaron para buscar la diadema de Ravenclaw.

Hermione intentaba unos hechizos para encontrarla cuando oyó unos pasillos más allá que alguien gritaba «¡Quieto Potter!». Iba a echar a correr hacia su amigo pero unos fuertes brazos la sostuvieron de hacia atrás y le taparon la boca para que no gritase. Un fuerte aroma a perfume masculino se coló en sus fosas nasales.

"¿Qué se supone que haces aquí, Granger?" Susurró una voz en su oído.

Ella se relajó en los brazos de su captor sin saber bien la razón por la cual confiaba en Malfoy siendo que había alguien más amenazando a Harry solo unos metros más allá.

"Dobby murió". Contestó ella cuando él dejó de taparle la boca.

"¿Has visto lo que te di?" Volvió a susurrar él en su oído. Ella sintió la piel erizarsele. Negó con la cabeza con el corazón a mil por hora.

"No tuve tiempo" Murmuró.

"Es vital que veas lo que hay dentro, Granger. No te la di para que junte polvo en tu mesa de luz" Le dijo él.

«...entonces apareciste diciendo que buscabas una diadema. ¿Qué es una diadema?»

"¿Para qué quiere Potter la diadema?" Preguntó Malfoy sin hacer tanta presión alrededor de Hermione, era como si solo descansara sobre ella en un abrazo.

"Es importante para destruir a..." Contestó ella sin dar más detalles.

Draco asintió aún sin que ella pudiera verla. Apretó un poco los brazos alrededor de ella y se inclinó para poder hablarle en el oído.

"Granger, debes ver lo que hay en la caj..."

"¿Harry con quién hablas?" Se escuchó a Ron a lo lejos.

«¡Descendo!» Gritó Crabbe quien hablaba con Harry y Hermione pudo ver desde su lugar como una montaña de objetos se balanceaba peligrosamente para caer donde probablemente se encontraba su mejor amigo.

Se zafó de los brazos de Malfoy y corrió a toda prisa hacia el lugar, seguida de cerca por el rubio. Llegó justo en el momento en que Ron conjuraba un «Finite» para detener la avalancha.

Crabbe quien estaba al lado de Goyle, blandió su varita hacia la montaña de objetos para repetir el hechizo.

"¡Alto!" Le gritó Malfoy llegando hasta él y sosteniéndole el brazo. "Nos matarás a todos, ¿Enloqueciste Crabbe?".

"¡Malfoy!" Exclamaron Potter y Weasley ante la visión del chico.

"¡Suéltame Draco!" Exclamó a su vez Crabbe. "¡Yo ya no sigo tus órdenes! Tú y tu padre están acabados. Capturaré a Potter y se lo llevaré al Señor Tenebroso"

Harry intentó moverse pero Crabbe se deshizo de Draco y apuntó al gryffindor gritando "¡Crucio!".

Hermione empujó a Harry y atacó a Crabbe con un hechizo aturdidor, pero el slytherin esquivó el hechizo y levantó la varita.

Harry estaba tirado en el suelo debido al empujón de Hermione para salvarlo del anterior hechizo cuando vió impotente como Crabbe apuntaba a su amiga y un chorro de luz verde salía de su varita camino a chocar contra Hermione, lo cual nunca sucedió pues Draco se lanzó contra Hermione tirándola contra una pared de objetos salvándola así de morir asesinada.

Ron, quien había visto solo a Malfoy lanzándose sobre la castaña, montó en cólera y lanzó un hechizo aturdidor al chico que se levantaba, golpeándolo en la mano que sostenía la varita y haciendo que la misma cayera mientras Malfoy se tambaleaba tratando de mantener el equilibrio.

Harry aprovechó el momento y gritó "¡Desmaius!" acertando a Goyle que apuntaba hacia Hermione, quien se encontraba levantándose del piso luego del asalto de Malfoy.

Ron intentó aturdir a Crabbe quien le lanzó un hechizo asesino y ambos fallaron en sus intentos, adentrándose en una lucha y perdiéndose en un pasillo.

"¡Basta Crabbe!" Se oyó gritar a Malfoy entre el estruendo de hechizos.

"¡Hermione busca la diadema mientras yo voy a ayudar a Ron!" Exclamó Harry corriendo tras el par que se enfrentaba.

La chica miró a Malfoy quien le devolvió la mirada. Ambos se mantuvieron así por un tiempo, Hermione olvidando la orden de Harry y preguntándose qué escondía Draco Malfoy y cuál era su intención comportándose de esa manera repentinamente tras años y años de odio.

El rubio iba a abrir la boca cuando los gritos de Harry y Ron se oyeron en toda la sala alertando a Hermione que echase a correr.

"¡Fuego! ¡Fuego!" Gritaba Ron. "¡Corre Hermione!".

La chica vió llamaradas de fuego abalanzarse sobre sus amigos quienes corrían hacia ella perseguidos por Crabbe. Conjuró un aguamenti pero el fuego no retrocedía. Unas llamas de tamaño descomunal perseguían a los chicos acariciando las paredes de trastos, que en contacto con el fuego se convertían en cenizas.

Malfoy gritó "¡Corran!". Tomó de las piernas a Goyle y como pudo lo arrastró por el piso. Los gryffindor se detuvieron un segundo ante Hermione obligándola a correr. Crabbe quien venía detrás de todo tomó la delantera.

Las llamas tomaron forma de diabólicos animales de fuego y los persiguieron con toda la intención de hacerlos cenizas al igual que a los objetos que abrasaban tras su paso. En un momento los slytherin desaparecieron y el trío dorado se vió rodeado por las llamas, y en medio de la desesperación Harry encontró tres escobas entre los trastos.

"¡Rápido!" Gritó. Subiendo a una y elevándose por el aire. "¡Salgamos de aquí!".

Sobrevolaron las llamas soportando por poco el calor infernal bajo ellos. Un grito apenas audible se escuchó tras las llamas.

"¡Malfoy!" Gritó Hermione girando en el aire y adentrándose en las llamas con un débil hechizo protector.

"¡HERMIONE!" Gritaron sus amigos ante su arrebato, siguiéndola.

Harry fue quien vió al slytherin encaramado a una montaña de objetos abrazando a Goyle quien colgaba peligrosamente a solo unos metros de las llamas que subían rápidamente.

El pelinegro con ayuda de Ron subió a Goyle a su escoba mientras Hermione estiró el brazo para que Draco se agarrara a ella y subiera a la suya. El rubio terminó subiendo delante porque era a la única parte de la escoba a la que llegaba, tomando así el control del transporte.

"¡La puerta!" Gritó Ron. "¡Hay que ir hasta la puerta Harry!".

Los tres se apresuraron a la salida señalada por el pelirrojo. Draco sintió el brazo de Hermione aferrado a su cintura hacer presión. La chica señaló algo sobre su hombro y gritó en su oído "¡La diadema!".

Draco dió un brusco viraje y descendió en picado sobre la brillante joya que salía volando de una explosión.

"¡Por amor a Merlín!" Gritó desesperado Harry sin entender porqué Malfoy regresaba a la boca del infierno con Hermione cuando él y Ron ya se encontraban atravesando la puerta hacia el pasillo fuera de la sala.

Draco, con reflejos de buscador tomó la diadema que surcaba el aire y se la pasó a Hermione mientras levantaba vuelo lo más alto que podía para que las llamas no los alcanzaran, buscando la salida que habían dejado atrás.

Visualizó la puerta y aceleró la escoba lo más que pudo para escapar de la sala de menesteres. Al salir al pasillo se estrellaron contra la pared tosiendo ahogados por el humo en sus pulmones.

"¡Hermione!" Gritaron Harry y Ron al verla.

"¿Qué demonios tienes en la cabeza Malfoy?" Exclamó Ron con los brazos cruzados parado en toda su altura frente al rubio quien tenía arcadas arrodillado en el suelo.

"¿Qué tienes allí?" Preguntó el pelinegro al ver a Hermione apretando fuertemente algo en sus manos.

Hermione se lo mostró. "¡La diadema!"

Segundos después la joya empezó a vibrar y explotó con un crujido, cayó de las manos de la joven y emitió un grito de dolor casi al igual que todos los demás horrocruxes.

"El fuego maldito lo destruyó" Aclaró Hermione.

"Deberíamos agradecerle a Crabbe" Murmuró Ron. "Si no estuviera muerto luego de intentar matarnos a todos, claro".

Un estruendo resonó en el castillo, seguido de sonidos de hechizos y maldiciones. El trío dorado se miró con pánico.

Los minutos siguientes se sucedieron en medio segundo, los mortifagos dentro del castillo, la lucha entre ambos bandos, la muerte de Fred y el derrumbe del techo sobre ellos.

En medio de los escombros Hermione alzó la vista intentando ver más allá del polvo y del dolor de los Weasley. No había rastro alguno de Draco Malfoy.


Hola, les presento mi nuevo fic. Es, de todo lo que escribí, la obra que más me gusta hasta ahora y en este momento de mi vida. Espero que a ustedes también les guste y me dejen rrs diciendo qué piensan, así subo el siguiente capítulo.

Quiero aclarar que mi otro fic "Siempre Tú" no está abandonado, ni pienso dejarlo sin terminar. Agradezco infinitamente sus muestras de afecto y sus rrs alentándome a seguir. Como bien sabrán, los que escriben tienen baches de inspiración y problemas personales que complican los procesos de escritura.

Una vez más, muchas gracias por su apoyo, espero que disfruten de este fic tanto como yo disfruto escribirlo.

Con cariño, Ann.