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¡Disfrútenlo!
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Sakura deseaba poder retroceder hasta esta mañana y empezar de nuevo. Habría hecho cualquier cosa para cambiar las últimas horas, pero estar deseándolo no iba a salvar su vida… ni su cordura. En lugar de eso, siguió corriendo, aunque su costado dolía y sus pulmones ardían.
Esquivó un árbol y casi tropezó con una raíz. Tropezó, torciéndose el tobillo, pero logro seguir adelante. El miedo era tan devorador que apenar noto el dolor. Moriría más rápido si se rendía, pero no quería echar un vistazo en vida.
El sonido escalofriante de pies golpeando venían detrás de atrás, cerrando la distancia. El terror la inundo. Si no estuviera sin aliento, el grito que quería escapar podría haber salido. Pero como lo estaba, solo paso por sus labios un suave gemido.
Podrían haberla capturado ya. Sabía que eran más rápidos, pero estaban jugando con ella, y eso lo hacía mucho peor.
-"¿Qué clase de juegos retorcidos iban a jugar con ella una vez que la atraparan?"
Sus doloridos músculos, el dolor en su costado y la constante lucha para empujar el aliento dentro y fuera de sus pulmones, que ardían por el uso excesivo, hacía difícil seguir adelante incluso en nombre de la supervivencia, Así que la mente de Sakura vago para mantener su atención fuera de su agotado cuerpo.
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Se despertó a la cinco y metió su bolsa dentro del coche. El viaje que había planeado debía durar cinco horas. Su mejor amiga, Ino, la había invitado a pasar el fin de semana. Iban a ponerse al día, a hacer algunas compras y simplemente disfrutar de su compañía mutua.
Las cosas fueron mal cuando Sakura se detuvo a reposar en una gasolina en la ciudad de Dryer. Había sido el peor maldito lugar para detenerse.
Había estado llenando su tanque en la pequeña y solitaria gasolinera cuando una camioneta se acercó detrás de ella para utilizar el otro dispensador. Miro con curiosidad el otro vehículo y a los dos hombres que estaban dentro. Después los ignoro cuando vio a los hombres mirando hacia atrás.
Estaba cerrando la tapa del depósito de combustible cuando un par de brazos la envolvieron.
Sakura grito y pateo, pero el hombre que la sostenía era demasiado fuerte. La levanto fácilmente de sus pies, llevándola a la puerta lateral abierta de la furgoneta blanca en cuestión de segundos.
Aterrizo fuerte en un suelo de metal cuando aquel tipo la arrojó dentro y cerro de golpe la puerta corredera.
Sakura se quedó atónita y sin aliento por varios minutos, pero cuando se puso alerta comenzó a gritar de nuevo. Incluso cuando trato de encontrar una forma de salir, hizo ruido, esperando que la oyera alguien que pasara por allí.
Estaba dispuesta a saltar de un vehículo en marcha, quería salir, pero las puertas traseras no se abrían y tampoco lo hacían las laterales.
Había una pared parecida a una jaula entre la parte trasera y la delantera de la furgoneta. El hombre que la había agarrado se había subido al asiento del pasajero. Trato de recordar detalles sobre él, con la esperanza de vivir lo suficiente como para identificarlo ante la policía.
Estaba sobre el final de sus veinticinco años, tenía el pelo castaño y una cicatriz le corría por la barbilla. Se había vuelto y la miraba a través de la jaula, con una mueca con los labios finos, cuando salieron de la gasolinera. Sus ojos parecían fríos. Le dirigió una mirada lujuriosa, mirándola como si fuera un trofeo, y de alguna manera podía sentir la promesa de dolor y horror en su futuro. Eso había sido lo que primero había sacado los gritos fuera de ella… el terror crudo que causaba una mirada.
Los hombres de delante ignoraron sus fuertes y aterrorizados gritos. Se arrojó contra las puertas traseras, con la esperanza de soltarlas, incluso si eso significaba caer sobre el asfalto. Volvió a probar las manijas. Lucho con la puerta lateral y no dejo de gritar. El conductor nunca giro la cabeza mientras salía de la carretera, lejos de la pequeña ciudad y dirigiéndose hacia el bosque.
El miedo de Sakura se intensifico al ver los arboles cada vez más densos, sabiendo que ahora no habría nadie que la oyera.
Dejo de gritar. Su garganta se sentía seca y en carne viva. Tosió por la tensión. Temblando, se acorruco en la esquina trasera de la furgoneta rezando por un milagro. Alguien tenía que haber visto su secuestro.
Su coche seguía en el dispensador, su bolso en el asiento del conductor con la puerta abierta, ya que había puesto su tarjeta de crédito en el cajero automático para pagar la gasolina. Las llaves estaban en el contacto.
Esperando, rezando, rogando por la salvación, escuchaba deseando oír las sirenas de la policía, pero no se oía sonido alguno…solo el silencio ensordecedor de la inminente condena que resonaba como el fuerte ritmo de los latidos de su corazón.
Entonces la furgoneta se detuvo, y Sakura pensó realmente que podría vomitar ante ese entumecedor terror. Todo tipo de horribles posibilidades habían estado pasando por su mente y quería detener todo esto, ante que se hicieran realidad, pero estaba atrapada y totalmente impotente.
Observó con temor mientras ambos hombres salían de la parte delantera de la furgoneta. Se puso de pie al instante, a la defensiva. No iba a dejar que la violaran sin pelear. Había visto sus rostros… y ellos lo sabían. Podría identificarlos si sobrevivía a cualquier crimen que estuvieran a punto de cometer contra ella. Estos hombres no iban a dejarla vivir, pero moriría luchando.
La puerta lateral se abrió y Sakura grito, usando el elemento sorpresa para atacar a su secuestrador. Utilizando la plataforma más alta de la camioneta para su ventaja, salió un poco para chocarle apresuradamente, lo que hubiera hecho sentirse orgulloso a su hermano, antiguo jugador de fútbol. El golpe acertó contra las facciones del hombre mientras su cuerpo se estrellaba contra el suyo.
El choque contra el suelo fue desagradable y el tipo gruño por el impacto cuando Sakura aterrizo contra él. Fue en busca de sus ojos con las uñas. Le araño despiadadamente, sintiendo una aguda sensación de satisfacción cuando él grito.
Unas manos la agarraron por detrás, tirando de ella. Después estaba en el aire cuando fue apartada del hombre al que había atacado. Aterrizo duro, rodando sobre la tierra, y forzando el aire fuera de sus pulmones. El dolor explotó a través de su cuerpo por el violento aterrizaje sobre su costado y jadeo, luchando por respirar. Sakura trato de recuperarse, la batalla por respirar tomaba toda su energía.
El hombre que estaba en el suelo maldijo en voz alta. Cuando aparto las manos de donde se agarraba el rostro, vio los profundos rasguños en sus parpados y alrededor de sus ojos. Le había clavado las uñas, pero no tan fuerte como esperaba. Quería cegar permanentemente a aquel hijo de puta.
Sudando y jadeando fuertemente, él curvo hacia atrás su labio y le gruño. Literalmente gruño como un perro. El sonido era tan extraño que la conmociono.
Todavía estaba boquiabierta cuando una mano le cerró los puños en la base del cuello. Solo pudo emitir e sonido de un gemido cuando el desconocido levantó dolorosamente a Sakura, haciéndole sentir como si su pelo acabara de ser arrancado de la raíz.
Empezó a pelear contra el doloroso agarre que tenía en el pelo, pero se detuvo cuando vio a los otros dos hombres que habían salido del bosque. Mientras miraba fijamente, un tercer hombre se detuvo en la zona con su coche.
La sensación de temor casi la abrumo cuando él salió del vehículo, porque sabía que ahora ningún policía vendría a buscarla. No había pruebas de que se había ido de la gasolinera. Tardarían días en encontrar su coche abandonado en el bosque.
Miro alrededor hacia el camino de tierra y los árboles que la rodeaban, haciéndola sentir sola y aislada.
El hombre al que había intentado dejar ciego se puso en pie y la ataco con pura rabia grabada en su rostro ensombrecido. Sakura trato de correr instintivamente, pero el tipo que la sujetaba, le agarro la cabeza con tanta fuerza que le palpito el cuello. Atrapada, se encogió ante el ataque, pero uno de los recién llegados, un hombre de unos cuarenta años, salto en el camino.
-No, Chuck. No puedes matarla—Gruño las palabras con dureza –Si quieres hacerla pedazos, entonces lo harás cuando te ganes el derecho.
Chuck apunto con rabia hacia su rostro, su voz era más un gruñido que cualquier otra cosa.
-¡Mira lo que me ha hecho coño!
El hombre mayor asintió con la cabeza, vagamente impresionado.
-Para de llorar. Se curará esta noche. Tiene que luchar por ella misma. Eso es bueno. Queremos una como ella. Hará de la caza un desafío mayor. Trabajar por ellos, hace que la victoria sepa mejor.
-"¿Caza?"
El terror invadió a Sakura.
-"¿De qué diablos estará hablando este hombre mayor?"
Sabía que la respuesta no era algo que realmente quisiera saber.
Estudio a los cinco hombres reunidos en aquel pequeño claro. Cuatro de ellos la miraron de vuelta, con algo oscuro y siniestro girando en sus miradas. El hombre mayor se volvió lentamente y Sakura se encontró con un par de fríos ojos negros. Tenía una cicatriz en la barbilla. Era alto, más de metro ochenta, y llevaba pantalones de chándal. Se dio cuenta de que todos llevaban sudaderas y camisetas mal emparejadas, lo cual era tan extraño como todo lo demás que había sucedido.
-Le daremos una ventaja de quince minutos—Dijo el hombre mayor mientras miraba los ojos de Sakura, evaluándola como si fuera un trozo de carne más que un ser humano –Después comienza la cacería. El primero en capturarla se queda con el asesinato. Estamos aquí para dejar un mensaje a los malditos Nightwinds. Ser despiadados. Rasgarla en pedazos. No solo os la comáis, separar las partes de su cuerpo alrededor, pero dejar su cabeza intacta. Necesitan saber que era una mujer. Quiero que miren su rostro. Cuando hayáis terminado, recordad dirigíos hacia el sur y cruzad el río con cuidado para no dejar un rastro que puedan seguir hasta nuestra casa. Limpiare esta área y nos reuniremos donde acordamos. No ensuciéis más de lo necesario. Estad fuera del bosque mucho antes de que oscurezca. Desde nuestro servicio de inteligencia, ninguno de la manada debe salir así hasta el anochecer. Ellos la encontraran cuando vayan a correr en manada.
Sakura casi se desplomo de rodillas, pero el hombre que sostenía su cabello lo hizo imposible. El shock la atravesó.
-"¿Iban A cazarla? ¿Cómo a un animal? ¿Quién demonios eran esos locos bastardos?"
Estaban enfermos, eran retorcidos y estaban locos.
-"¿Comérsela? ¿Rasgarla en pedazos?"
Quería empezar a gritar, pero la bilis se elevó a su garganta.
-¿Por qué quince minutos? —Pregunto un joven y desgarbado hombre adolescente mientras miraba fijamente a los pechos de Sakura.
-Es humana. Sera lenta. No queremos que esto sea demasiado fácil. También es un ejercicio de aprendizaje. Algunos de vosotros habéis olvidado vuestros instintos de caza, obligados a vivir en la ciudad. Habéis crecido lentamente y nuestra manada ha recibido demasiados golpes para permitirse vuestra pereza. Un ser humano para perseguir os motivara a recordar que demonios sois, y os enseñara a usar vuestras habilidades naturales para rastrearla. Este territorio nos pertenecerá, una vez que saquemos a esa maldita manada.
El tipo más joven parecía sombrío, como si Sakura se hubiera convertido de un deporte divertido en una obligación.
-Bien—Respondió
Entonces se levantó y se quitó la camisa.
Sakura lucho contra el impulso de vomitar cuando los hombres empezaron a quitarse los zapatos y la ropa mientras su sádico maestro cruzaba los brazos sobre el pecho, molesto e impaciente.
El que tenía el pelo de Sakura sujeto, la soltó y dio un paso atrás mientras también comenzaba a desnudarse. Ella sabía que debía correr, pero repentinamente estaba congelada de terror.
El hombre mayor la miro, con una sonrisa maligna tirando de sus labios.
-No te muevas hasta que yo te lo diga. Después, es mejor que corras como el viento, cervatilla—Su sonrisa se ensancho –No es que tengas la oportunidad de escapar, pero quizás si corres rápido y lo suficientemente lejos, te mataran en un ataque de rabia en lugar de violarte. Cuando más rápido corras, más carnal será, y más te parecerás a un animal indefenso en lugar de parecerte a un pedazo de culo caliente con el que jugar.
Sakura miraba horrorizada a los cuatro hombres totalmente desnudos, ahora listos para cazarla. Esto tenía que ser una pesadilla. Silenciosamente oro para que alguien la despertara. Mierda como esta no sucedía, pero todo era sorprendentemente real.
Se quedó con la mirada fija, mientras los hombres desnudos cayeron sobre sus manos y rodillas.
-"¿Qué iban a hacer ahora?"
Fue como un ritual satánico cuando inclinaron la cabeza y arquearon las espaldas, como si estuvieran rezando al diablo, eran lo suficientemente crueles y dementes como para adorarlo realmente.
Esto no podía estar sucediendo… estaba teniendo alucinaciones.
Sakura retrocedió y se habría caído de culo si el hombre mayor no la hubiera agarrado, forzándola a parar de moverse. Sus dedos se enredaron en su pelo mientras la otra mano sujetaba su brazo detrás de la espalda, manteniéndola inmóvil. Él se rió junto a su oído mientras ella parpadeaba rápidamente.
Debían haberle dado drogas. Lo que estaba viendo no podía estar sucediendo. Su mente grito en silencio que eso no era posible.
-Oh, sí, es real—El hombre se rió –El pelaje. Los huesos rompiéndose y desplazándose. La forma en la que sus caras están cambiando y sus cuerpos se están transformando. Estas viendo un milagro de la naturaleza. Mira cómo se transforman totalmente en lobos.
Tiro fuerte de su cabello.
-Los hombres-Lobos son reales.
Su voz bajo a un estruendo aparentemente divertido.
-Sorpresa.
Sakura tropezó y retrocedió hacia un árbol cuando él la soltó. Se quedó boquiabierto ante los cuatro juegos de ojos clavados en ella, astutos y hambrientos, haciéndola sentir como una presa. Dos de los lobos desnudaron sus dientes de aspecto feroz y le gruñeron. Ella los miro con la boca abierta. Un gemino estrangulado se deslizo por sus labios, resonando sobre el latido del miedo que recorría todo su cuerpo junto con la adrenalina inducida por el terror.
-Corre, cervatilla—Le grito el hombre mayor -¡Corre por tu vida!
Lo miro durante unos segundos. Eso fue lo que la llevo a darse cuenta de que había hablado con ella.
La 'cervatilla' era ella. Algo para perseguir, atacar y matar, sin remordimientos.
En ese momento, comprendió plenamente el alcance completo de su horrible situación y se forzó a sentir su cuerpo entumecido y tembloroso. Se volvió y corrió como si los sabuesos del infierno estuvieran tras su trasero… porque realmente lo estaban.
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Sakura no dejo de correr.
Apenas se detuvo para respirar mientras se abría paso a través del bosque. Se había estado esforzado más allá de los límites de su resistencia durante lo que le parecieron horas.
Ninguna cantidad de deseo de un nuevo comienzo para el día iba a cambiar lo que pasó, y ella se negó a darse la vuelta y abandonar. En su lugar, iba a derrumbarse. Su cuerpo estaba agotado. Sus pulmones ardían. Su costado estaba tomado por un dolor punzante. Podía oír algo que venía detrás de ella, acercándose, incluso sobre su respiración desgarrada y palpitaciones. El sonido de las patas contra el suelo musgoso era innegable. El jadeo de un aterrorizante lobo hizo que todos los pelillos de sus brazos se pusieran de punta.
Algo golpeo contra su espalda. Salió volando hacia delante. Incluso antes de aterrizar sobre su estómago, Sakura sabía que estaba a punto de morir.
Golpeo fuerte contra el césped, sus manos apenas salvaron su cara de tomar la mayor parte del impacto. Un gruñido sonó desde atrás mientras yacía en el suelo del bosque, jadeando y luchando por aire. Volvió la cabeza. Uno de los grandes lobos estaba a unos pocos metros de distancia, jadeando por la persecución. Trato de gatear, obligando a su cuerpo a seguir avanzado.
Las hojas, la suciedad y la hierba se deslizaban por sus dedos mientras arañaba violentamente la tierra. Vio que el lobo avanzaba, acechándola con los dientes descubiertos. Gruño. Sus patas delanteras bajaron y se tensaron. Iba a atacar. Ella respiro hondo, grito y rodó cuando el lobo salto hacia ella.
Por poco no alcanzo a aterrizar sobre su cuerpo. Se había movido justo a tiempo. Con ambas manos lanzo puñados de tierra, desesperada por un respiro de lo inevitable. Tuvo suerte. La tierra le golpeo en la cara.
Lanzo un sonido quejoso y se apartó bruscamente mientras levantaba una pata y se frotaba los ojos.
Sin saber cómo encontró fuerza, Sakura se arrastró y corrió de nuevo. Iba a morir en el bosque, sabía que ese lobo se recuperaría. No sabía cuánto tiempo iba a sobrevivir. No mucho, a juzgar por la forma en la que su cuerpo se estaba ralentizando. No estaba en la mejor forma. Tenía una cinta de correr, pero su límite eran tres kilómetros. Nunca había corrido tan rápido o tan duro en su vida.
Oyó un sonido y se volvió para mirar hacia atrás. Un lobo se acercaba rápidamente a ella. Superarla era fácil. pero después acelero y cruzo frente a ella, bloqueando la fuga de Sakura.
Se dio la vuelta y tropezó con un alto cuerpo peludo, cayendo como peso muerto. Sakura estaba demasiado agotada para disimular la caída y aterrizo dolorosamente. Dos lobos la rodearon, gruñendo y mostrando los dientes. Ella rodó sobre su espalda, jadeando y luchando por respirar, lo que hizo que pareciera todo nublado. Incluso con tan poco oxígeno, todavía consiguió dar un penetrante grito de terror.
Uno de los dos lobos marrones encorvo sus patas delanteras y después se lanzó contra ella. Se tensó y trato de alejarse, pero apenas podía moverse. Miro con horror al gran lobo que venía hacia ella.
Eso era, iban a desmembrarla con sus afilados dientes.
Antes de que pudiera atacar, un lobo azabache pareció salir de la nada, golpeando al otro lobo que caía sobre ella y noqueándolo contra el suelo.
Sakura parpadeo, todavía por la claridad mientras los dos lobos rodaban el uno sobre el otro, en un remolino de pelo marrón y azabache con crueles gruñidos y ruidos llenando el aire.
Observo en estado de shock, dándose cuenta de que los lobos estaban peleando, y era una batalla brutal, especialmente cuando el otro lobo marrón salto a la pelea. Los dos lobos pardos estaban claramente tratando de unirse contra el azabache, pero no estaba en segura de que estuvieran ganando. Ese lobo azabache era notablemente más grande, y definitivamente más rápido. Vio la sangre y el pelaje volar, antes de que ella empezara a recuperar su orientación.
Sakura rodó, alejándose de la sangrienta pelea y logro ponerse en pie. Tropezó. El mundo se tambaleaba violentamente y no podía ver nada con claridad, pero empezó a correr otra vez. No sabía por qué se estaban atacando mutuamente y no le importaba.
Oyó gruñidos y lamentos detrás, y contra su mejor juicio, se volvió para mirar deseando ver cuánto tiempo tenía. Inesperadamente, se estrelló contra una rama baja y se encontró cayendo de espaldas una vez más.
El dolor en su cabeza era insoportable, obligando a Sakura a combatir con la oscuridad que la amenazaba. Toco su frente, sintiendo algo húmedo y caliente. Levanto el brazo, viendo la sangre gotear de sus dedos, y luego trato de levantarse, pero una ola de mareo la golpeo. Se derrumbó y se quedó allí mientras el mundo empezaba a desvanecerse.
Tratando de luchar contra desmayarse, se puso de lado, mirando hacia atrás una vez más.
Los tres lobos seguían luchando, sus mandíbulas chasqueaban mientras rodaban por el suelo, dejando salpicaduras de sangre a su paso. Los lobos marrones, más pequeños, todavía atacaban al otro lobo azabache, más grande.
Este lobo en realidad era un ejemplar impresionante, más amplio y más poderoso que todos los demás que había visto. Con un furioso gruñido, lo vio agarrar del cuello a uno de los lobos marrones. Un fuerte gemido atravesó el aire cuando el lobo azabache sacudió la cabeza salvajemente, sus dientes estaban enterrados profundamente. La sangre voló por todas partes.
Entonces el lobo azabache lanzo a un lado al otro lobo, ahora flojo, y se giró hacia el lobo marrón restante, que estaba mordiendo su pata trasera.
Los ojos de Sakura se dirigieron hacia el lobo que ahora estaba boca abajo en el suelo. Pudo ver que su garganta había sido desgarrada. La sangre se reunía alrededor de su cuerpo inmóvil. El lobo azabache lo había matado. Le había rasgado la garganta y lo había echado de la pelea.
En cuestión de segundos, el lobo azabache lanzo una pata, abriendo un lado de la cara del otro lobo marrón. El lobo mal herido aulló en agonía, pero el grito quedo cortado cuando el lobo azabache le mordió la garganta. Se escuchó un crujido, más sangre voló, rociando al lobo azabache y el suelo, y entonces el lobo marrón se quedó quieto.
El lobo azabache lanzo su presa muerta y se volvió.
La miro mientras avanzaba lentamente hacia Sakura y ella no podía apartar la mirada.
Su pelaje era negro con reflejos azules. Tenía los ojos negros hipnotizantes, de color medianoche, un completo contraste con su aura mortal. Dio otro paso y Sakura gimió de miedo. Se tocó el lado izquierdo de su frente donde sangraba, sabiendo que estaba a punto de arrancarle la garganta a continuación.
Él se detuvo y olisqueo el aire. Luego levanto la cabeza y soltó un aullido. Fue largo, fuerte y misterioso. Dejo una advertencia en el aire que era difícil de ignorar.
Sakura se sorprendió cuando otro lobo pardo salió a la vista unos segundos más tarde, obviamente se dio cuenta de su error cuando se detuvo. Demasiado tarde… el lobo azabache ataco cuando el marrón retrocedió, tratando de girar y correr.
Sakura juraría que vio pánico y miedo en los pálidos ojos verdes del recién llegado. Estaba muerto antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder. El lobo azabache se había movido directamente hacia su cuello, agarrándolo y una fuerte sacudida de la cabeza. El lobo azabache pareció escupir sangre mientras lanzaba a un lado el cuerpo del lobo muerto.
Las lágrimas llenaron los ojos de Sakura, y ella ni siquiera estaba segura de lo que la hacía caer sobre borde. Había tantas opiniones, que era imposible identificarlo. El lobo azabache se volvió lentamente y dio un paso hacia ella.
Trato de levantarse, pero para su desgracia lo único que consiguió fue una oleada de mareo.
El dolor en su cabeza era tan agudo que casi se desmayó de nuevo. Dejó de moverse y se quedó mirando los cálidos ojos de aquel lobo azabache.
Él se acercó, deteniéndose a unos cuatro pasos de ella e inclinando la cabeza con curiosidad. Luego hizo algo sorprendente… movió la cola.
Ella sintió una ola de confusión recorriéndola mientras el mortal lobo cerraba la boca, su cola ahora se movía furiosamente. Hizo un suave gemido y luego lentamente se acercó a ella. Bajo la cabeza y siguió meneando la cola como una oferta de amistad.
Sakura cerró los ojos, luchando arduamente por la claridad. Respiro unos instantes y después forzó sus ojos a abrirse.
El lobo azabache casi la tocaba. Podría haber levantado la mano y acariciado su rostro. Era un maldito gran perro.
-"Lobo" -Se corrigió ella.
Tenía que pesar cien kilos por lo menos, ciertamente era más grande que cualquier perro que hubiera visto, con su cuerpo grueso y musculoso pecho y piernas. Parpadeo… y luego su rostro comenzó a cambiar.
El largo hocico comenzó a acortarse. El pelo de su rostro retrocedió. Su cuerpo cambio a estar a cuatro patas hasta sentarse, así que quedo sentado sobre sus patas traseras. Sus patas se convirtieron en manos blancas.
Ella no podía apartar la vista mientras el lobo se convertía en un hombre desnudo, musculoso, pálido, con el mismo pelo negro con reflejos azules. Incluso de rodillas, era notablemente alto y estaba poderosamente constituido.
Intimidándola a un nivel primario.
Sus increíbles y hermosos ojos negros con sombras de color grises la miraban desde debajo de un par de largas y gruesas pestañas. Estiro la mano hacia ella. Una mano humana grande y poderosa. La tocó y Sakura habría gritado si no hubiera estado congelada por el shock. Su caricia fue sorprendentemente cálida y calmante mientras le acariciaba la frente.
-Vas a estar bien.
Su voz profunda y ronca, como whisky caro.
-Estas a salvo.
Sakura estaba cautiva, demasiado aturdida para apartar la vista
Tenía fuertes pómulos y una mandíbula dura de granito que había pasado unos días sin afeitarse. Vio unos parches oscuros en su barbilla. Tenía un corte en el grueso labio inferior y se limpió la sangre con impaciencia como si no fuera nada.
Notó un tatuaje en su hombro, pero no podía ver exactamente lo que era por la forma en que su cuerpo estaba girando. Un brillo de sudor cubría su piel. Sus brazos eran tan gruesos y definidos como el resto de él. Su estómago era duro como una roca y podía ver las profundas líneas de sus músculos abdominales.
Ese lobo era enorme como humano. Fornido, musculoso y ancho por todas partes.
Su mirada se hundió más abajo y ella se sorprendió al encontrarlo totalmente desnudo y, sin lugar a dudas, excitado. Este tipo era realmente grande y ancho por todas partes.
Su mirada voló a su encuentro una vez más.
-Te tengo. Voy a cogerte. Mi casa no está muy lejos de aquí, Estas a salvo ahora. Los maté.
Ella abrió la boca, pero no salió nada. Estaba obviamente en estado de shock extremo si estaba notando los duros músculos de este tipo. Quería decir algo. ¿Tal vez gritar? No estaba segura de qué. Lo único que logro hacer fue estudiarlo en silencio.
Él deslizo una de sus manos debajo de su espalda y engancho su otro brazo detrás de sus rodillas. La elevó en sus brazos mientras se levantaba.
Sakura volvió a sentir una oleada de mareo.
Aquel hombre la miraba fijamente, confundiéndola con la sensación de confort que esa mirada le causaba. Sintió la oscuridad y esta vez no la combatió. Vivía en una pesadilla y quería escapar.
El sueño parecía la única opción, y ella cedió.