Soulmates - Un Nuevo Yo


¿Se han dado cuenta del paso del tiempo al volver la vista hacia atrás? descubriendo lo rápido o lo lento que este transcurre dependiendo del momento que se vive. En mi caso los 11 meses que llevaba en Hokkaido se sentían como una eternidad lejos de Syaoran pero como un parpadeo en torno a mi nueva vida.

Estaba embelesada las callejuelas empedradas y las casitas clásicas perfectamente armonizadas con los enormes edificios, aunque aquí no corría el rió, ni había arboles custodiando mi camino, los festivales culturales cada semana, la enorme biblioteca abierta al publico y el callejón del "artista" repleto de pintores y cafés bohemios con la suave música del Jazz o la trova de fondo eran mi paraíso terrenal.

Habia tomado la vieja costumbre de Syaoran de caminar sin destino por largos periodos de tiempo encontrándome con lo que serian mis rincones favoritos en aquella ciudad, aquellos sitios donde me dedicaba a escribir largas cartas a quien compartía mi mismo cielo en otra parte de Japón.

Habia tomado la manía de coleccionar postales de cada lugar al que iba o conocía, quería que Syaoran viera con sus propios ojos las bellezas de las que estaba rodeada, todos estos lugares en los que él y yo sin duda pasaríamos horas enteras. Solía hacer películas en mi cabeza donde podía verlo vividamente caminar a mi lado devorando libros enteros en la biblioteca, sobre aquellas antiquísimas mesas de roble en la que yo leía a Cohelo y Syaoran me miraba de reojo moviendo la cabeza al tiempo que alzaba "100 Años de Soledad" frente a el, haciendo alusión a su buen gusto. Le di un sorbo a mi capuchino y reí sin màs ante las miradas extrañas de quienes estaban a mi lado. Muchas veces caminaba bajo la lluvia alzando las manos al cielo como él lo hacia, asegurando que donde fuese que estuviera también llovería y en esa fracción de segundos miraríamos el mismo cielo pensando en el otro.

Después de casi un año de cartas note que había terminado con todas las postales que había sobre la ciudad y no tendría nada mas que enviarle ademas de lo que mis palabras podrían expresarle. Desesperada y abrumada por poder acercarlo a mi nuevo mundo, me tope un fin de semana con la vieja pero bien conservada cámara digital de Touya entre las cajas arrumbadas en el desván. La tome sin pensarlo y decidí capturar por cuenta propia cada rincón de la ciudad solo para él.

A principios de Octubre recibí la carta que mes con mes me llegaba sin falta de Syaoran, deje los zapatos con prisa en la entrada mientras me sacaba el grueso abrigo de la preparatoria de encima y corrí a tumbarme sobre el sofá. Mire con detenimiento el sobre entre mis manos, tenia 4 timbres postales en la parte superior sobre los cuales habían dejado la marca del sello del servicio postal, debajo la perfecta caligrafía de Syaoran recitando mi dirección y nombre completo.

Disfrutaba de observar con detenimiento todos aquellos detalles sobre el papel, pensando en todo el viaje que aquella carta había recorrido para llegar hasta mi. Imaginaba a Syaoran recorrer las calles de Tomoeda hasta el servicio postal, colocando juicioso cada uno de los timbres sobre el sobre, perfectamente alineados y en orden de costo por centavos. Me reí para mis adentros, recordando lo perfeccionista que solía ser.

Recordaba constantemente las palabras de mi padre cuando noto que cada mes sin falta llegaban aquellos sobres bajo la puerta. "Ustedes han rescatado aquellos tiempos en los que había tiempo para escribir cartas, pero sobre todo había tiempo, para esperarlas."

El tiempo para esperar era lo único que parecía sobrar, esperábamos por vernos, esperábamos por leernos, esperábamos algún día dejar de esperar.

Tome el abre cartas que especialmente había comprado para estas ocasiones y lo deslice con sutileza por debajo de la pestaña, liberando así su contenido. El estomago se me encogió al ver el papel asomar de adentro mientras comenzaba a formarse un nudo en mi garganta, introduje mis dedos para poder sacar la carta de forma lenta que empapada de la fragancia de su perfume me hizo recordarlo con fuerza, las lagrimas aparecieron al tiempo que inútilmente abrazaba aquel trozo de papel aferrándome al recuerdo de sus brazos. Cada carta que recibía era una agridulce mezcla de sentimientos que como un aguijonazo me hacían ver lo difícil que era mantenernos a distancia.

Cando al fin las lagrimas cesaron y las manos dejaron de temblarme, extendí la carta de 4 hojas frente a mi.

20 Septiembre 2007

Amada Sakura:

Tiene un par de días desde que recibí tu ultima carta, apenas la leí puse manos a la obra para poder responderte, es como si te hubiese llamado mentalmente y tus dulces palabras consolaran mi alma. El clima esta lluvioso como siempre, solo que esta vez no ah asomado el sol en días, tal parece que hay alguna tormenta cercana. Respondiendo a tu pregunta con sinceridad eh de decirte que el clima me hace sentir aun mas deprimido y malhumorado, te extraño a morir y eh pensado seriamente en todas las posibilidades de ir a buscarte así sea solo por 24hrs, lo necesito, te necesito a ti.

Las lagrimas sobre mis ojos nublaron mi vista humedeciendo el papel sobre mis manos, las primeras lineas destrozaban mi corazón ya que él no era el único que deseaba con toda el alma terminar de una vez por todas con nuestra distancia. Note que su caligrafía tambaleaba lineas mas abajo y supuse que no era la única llorando. Continué mi lectura admirando la habilidad que Syaoran tenia para cambiar de tema, descubriendo que se había adherido a un grupo de música en la preparatoria con sus viejos amigos, tocando todas las tardes en el estudio abandonado del difunto padre de Dante.

-Rock Metal? - Pensé releyendo las lineas una y otra vez

"Te adjunto la primer foto del grupo en el sobre cielo, ojala te guste "

Deje las hojas sobre la mesa de centro y me volví al sobre para revisar su interior, en efecto, se deslizo de sus adentros una fotografía instantánea que recitaba en la parte de atrás, "Tè de Brujas 01-09-2003" . Identifique de inmediato a Dante en la guitarra eléctrica, a Eriol en el teclado, y a dos chicos mas que no conocía en el bajo y la batería. Al frente Syaoran, un castaño de mirada felina sin atisbo de la cálida sonrisa que le conocía, enfundado en unos vaqueros ajustados de color negro y una remera con agujeros del mismo color, pulseras de cuero y unas extrañas y enormes botas de agujeta, su cabello fue lo que mas me sorprendió, un poco mas largo de lo normal, completamente rebelde al igual que su espíritu salvaje reflejado en aquella fotografía.

Le costo un poco a mis pupilas ajustarse a su nuevo "yo". No había mas rasgos de aquel chico de ropa formal tocando música clásica en casa, esto era completamente nuevo.

Lo único que le hacia ruido a mi corazón era la razón por la cual había decidido darle aquel giro de 180º a su persona, motivos que no me explicaba ni en esa ni en ninguna de sus cartas anteriores, no había notado nada raro en nuestras conversaciones vía SMS y siempre se mostraba como el mismo chico dulce y cálido que había conocido. Me preocupe de inmediato y me pregunte que era aquello que sucedía en su entorno que yo no había notado y estaba haciéndolo sentir mal, regrese a mi habitación por la caja donde solía guardar sus cartas anteriores revisando una a una buscando algún dato que se hubiese escapado a mi vista y entonces lo note.

Jamás me hablaba de su familia, a excepción de Fanren una que otra vez, no volvió a mencionar a su madre ni los problemas que habitualmente tenia con su padre a causa de su pasión por la música. El corazón me dio una punzada y supe que había algo mal ahí, pero cuando Syaoran era tan cauto con algún tema no había nada que pudiera hacerlo hablar sin ponerlo a la defensiva, tendría que recurrir a Fanren primero.

Continué con su carta y la segunda hoja era un dibujo hermoso hecho por él, mi compensación a cambio de las postales, le coloque papel plastificado al igual que los anteriores y lo guarde como el tesoro que era para mi. La tercer hoja me hablaba de sus aventuras en la escuela, del trabajo de medio tiempo que había conseguido en un cyber café con la única finalidad de hacerse de una cuenta de Messenger y poder hablar conmigo cuando me conectara desde la escuela o la casa ahora que tenia mi propio PC. Me contaba que tenia un ahorrado especial para cuando pudiera venir a visitarme y que tenia muchas esperanzas en que el grupo despegara algún día y comenzaran a tocar en los cafés de las ciudad. Mi Syaoran había pasado de su gran sueño de ser un solista en los grandes teatros y orquestas del país a un músico rebelde en los bares y cafés de la ciudad.

Recordé que unos meses atrás no había conseguido la beca en la escuela de música y por lo tanto su padre había dejado de apoyarlo con lo que llamaba " Su loca idea de ser un músico trovador sin futuro" aquellas palabras que siempre lograban mancillar los sueños de grandeza de Syaoran, sin embargo el poco dinero que ahorraba de sus gastos escolares lo utilizaba para clases particulares y el resto lo estudiaba por cuenta propia. Ahora que estaba en "Tè de Brujas" se había propuesto la meta de escribir sus propias canciones y poder tocarlas en un futuro. Algo se le había metido entre ceja y ceja a Syaoran y parecía mas determinado que nunca a romper toda regla por conseguirlo.

Cuando llegue a la ultima hoja note que contenía la letra de una canción, "Talismán - Rata Blanca" .

"Cuando la escuche no pude mas que pensar en ti, en todo eso que se arremolina en mi pecho y que solo tu puedes menguar. Deseando que te guste tanto como a mi, te recuerdo que te amo inmensamente y que pronto estaré a tu lado. "

Siempre Tuyo.

Syaoran L.


El sonido del despertador a mi costado me taladro los oídos pues había olvidado apagarlo al despertar, ni siquiera lo necesitaba con todo aquel ruido del otro lado de mi habitación. Mi madre sollozaba en aparente silencio mientras mi padre no paraba de decirle que todo eran habladurías de la gente y que dejara de creer cada cosa que oía en este pueblo, desconocía de que hablaban pero podía sacar mis propias conclusiones, mis propios oídos habían sido testigos de los chismes que rondaban por Tomoeda respecto a la familia Li.

Y mientras mi madre fingía en nuestra presencia no importarle, yo cada madrugada la escuchaba partirse en pedazos en la habitación contigua a la mía, en total soledad. Noche tras noche mi padre se ausentaba de casa con la escusa de quedarse en la oficina por trabajo pero todo era muy sospechoso.

Comencé a vestirme con lentitud, no sabia si por no molestarlos o por que en realidad no tenia muchos ánimos por ir a la preparatoria, la cortina de mi recamara no volvió abrirse por las mañanas, la vista era distinta ahora con aquella madre con su pequeño hijo en brazos del otro lado y no el rostro de Sakura. El ladrido de Kero había sido intercambiado por un gato de pelaje naranja que solía escabullirse en mi habitación cuando dejaba aquella ventana abierta para que entrara un poco de aire y luz. Nada era lo mismo.

Tome el móvil que Feimei me había obsequiado y comencé a escribirle un mensaje de texto a quien me hacia comenzar los días con energía, no muy corto ni muy largo, tenia los caracteres contados y había aprendido a decir lo necesario en un solo texto para mantener el saldo por varios días en el teléfono, patética existencia...pero lo necesitaba para subsistir.

-" Buenos días pequeña, que tengas buen día. Muero por un beso tuyo. Te Amo" S.L

Metí el teléfono en mi bolsillo, cuando escuche un portazo en la puerta principal, la vena en mi sien comenzó a punzar cuando mis hermanas comenzaron hacer barullo saliendo como despavoridas de sus habitaciones, preguntando que pasaba y llenando a mi madre de preguntas mientras yo solo me limitaba a asomar la cabeza de mi habitación viendo la perfecta y teatral condescendencia de mi madre para contestarles que el viento lo había hecho al dejar salir a Papà con premura hacia el trabajo, una incontenible molestia hirvió en mi interior cuando le clave la mirada y mi madre se giro en mi dirección para sonreírme...esa sonrisa rota que claramente temblaba en la comisura de sus labios. Cerre el puño a mis costados, no debía entrometerme en los problemas de mis padres.

-Buenos días madre - Conteste fríamente, sin saber por que estaba enojado con ella.

-Buen día Xiao Lang, espero hayas descansado bien - Me dijo amablemente

-Si, espero que tu también

-Xiao Lang me ayudas con mi maqueta de ciencias por favor, Papà se ah ido y olvido llevarme al colegio, no puedo ir con ella sola.

-Oh hijo lo siento, tu padre tiene mucho trabajo debió olvidarse por alguna razón, podrías llevarla al colegio queda cerca del tuyo. Debo ir con Feimei a los tramites de la Universidad.

-No te preocupes yo la llevo madre, no necesitas justificarlo - Le dije sin pensarlo mientras ella me miraba con las órbitas desencajadas por un segundo.

-Xiao Lang...no

-Lo se...no necesitas decirme nada. Vamos Futtie se hace tarde, ¿donde esta la maqueta?

-En mi habitación - Contesto cantarina mientras me tiraba del brazo y mi madre se quedaba viendo hacia la nada.

Me sentía molesto con aquella situación, no solo por la forma en que trataba a mi madre , sino por el hecho de habernos dejado en el olvido como familia. Jamas estaba en casa, ni pasaba tiempo con mis hermanas menores, se olvidaba de cosas importantes y ponía pretextos para todo. Me exasperaba a tal punto que cada vez que cruzábamos palabra terminábamos peleando.

Subí a Futtie en la parte trasera de mi Bicicleta y la lleve hasta el colegio, la maestra pregunto por papà y me vi en la necesidad de excusarlo, la profesora me hizo pasar hasta la oficina y me comento que mi hermana llevaba un par de meses teniendo problemas con su aprendizaje y nadie había acudido al llamado del Psicólogo escolar, por lo que me toco recibir el mensaje y llevarlo a casa. El distanciamiento de mis padres comenzaba hacer estragos en la mas pequeña de mis hermanas y en ese momento la sangre hirvió por mis venas.

Sali del colegio lo mas rápido que pude para alcanzar a llegar a mis clases pero nada de lo que hiciera me permitiría llegar con puntualidad, así que si iba a llegar tarde o a faltar a mis clases seria con provecho. Desvié el rumbo de mi bicicleta hacia la oficina de mi padre y decidí que le daría personalmente el recado de la profesora a él y solo a él, las palabras se arremolinaban en mi garganta y deseaba con todas mis fuerzas decirle un par de cosas aquel hombre. Pero ni siquiera alcance a llegar hasta su oficina cuando reconocí su auto estacionado frente a una casa que no era la nuestra, deje mi bici a un lado y mire un poco por la ventana, un hombre que no reconocía alzaba con alegría a un infante de no mas de 5 años entre sus brazos, llenándolo de besos y juegos mientras sonreía como jamas lo había hecho en nuestra presencia. Una mujer que no era mi madre lo rodeaba por la espalda depositando un afectuoso beso en la mejilla mientras lo llamaba para sentarse a tomar el desayuno en aquella mesa que en lugar de mis 4 hermanas tenia a 4 varones, casi de las mismas edades que todos nosotros.

Mi mente colapso en aquel momento y sentí que la ira me nublaba la razón, sin embargo la reacción de mi cuerpo fue distinta, dejando resbalar gruesas lagrimas por mis mejillas, no podía moverme de aquel sitio y sentía eso que Sakura me explicaba cuando decía sentir que la respiración le faltaba y había olvidado como recuperarla.

-Sakura...mi dios Sakura donde estas ahora? - Pensé mientras cerraba mis ojos con fuerza

La puerta detrás de mi se abrió y me gire con lentitud mientras mi padre me miraba con los ojos desorbitados, una ultima lagrima cruzo mis mejillas y entonces solo pude reaccionar por instinto.

-Xiao Lang...que haces aquí?

-Hijo de puta, mentiroso. Como vas a explicarle esto a mi madre uh? Bastardo!

-Que es lo que te sucede niño, fíjate como estas hablándome - Me grito furioso intentando alzar su mano contra mi.

-Yo no tengo por que respetarte, lo ultimo que quedaba de eso acaba de morir en este instante. Anda golpeame si quieres, no olvides que Weib me entreno igual que a ti. Dale! No solucionaras nada, lo se todo.

Todo paso muy rápido, sentí la manaza de mi padre estamparse contra mi rostro y mis piernas moverse con frenezi contra él, recuerdo aquella mujer ajena a mi familia jalarlo de vuelta dentro de la casa y a los chicos que había dentro salir con aquel escándalo. Lo ultimo que oí fue aquella puerta cerrarse de nuevo y a mi en la banqueta con la nariz sangrando. Mi mundo se derrumbaba en aquel momento.


Habia encendido la PC para buscar la canción que Syaoran me había dejado en la carta y me encontré con una pieza musical digna de Touya cuando la escuche. La letra era hermosa y triste pero el ritmo no me molestaba se me hacia bastante familiar gracias a los gustos musicales de mi hermano. La cabeza seguía dándome vueltas en torno a Syaoran, no dejaba de mirar la foto del grupo como si pudiera encontrar todas mis respuestas en aquella mirada felina.

-Que es lo que te pasa Syaoran? ...

La puerta se abrió dándole la bienvenida a Touya quien de inmediato me miro de forma rara y se acerco curioso hacia mi.

-¿Que haces Tu? Escuchando Rata Blanca, que mosco te pico monstruo, acaso es la pubertad? jajaja - Sonrió divertido

-Hay! Deja de molestar hermano!

-Bueno, bueno es que me parece muy raro...espera...que es eso!?

Pregunto curioso tomando entre sus manos la fotografía de Syaoran. El silencio se hizo en la habitación y note como lo recorría de arriba a abajo como si mirara a un extraño.

-Que demonios...le paso al mocoso? Donde quedo la pinta de ñoño

-No le digas así Touya! No lo se! Es...Esta diferente

-Muuy diría yo, digo no le queda mal la facha de rockero rebelde pero viniendo de él es muy extraño. Le pasa algo?

-No lo se... no me había dicho nada

-La música? la tenias puesta por el?

-Si, me la envió.

-Hmmm...ese chiquillo esta muy raro. Has hablado con el?

-Por cartas y por SMS... no eh podido llamarle

-Papà ya te dijo?

-Decirme que?

-No te ah dicho! jujujuju Espera a que lo sepas! Te volverás loca. Lo único que puedo decirte es que debes empacar ropa abrigadora, sabes que las Navidades en Tomoeda son frías.- Concluyo guiñándome un ojo y avanzando despreocupado hacia la cocina.

-Empacar? Iremos...Iremos a Tomoeda!?

-Jingle Bells! Jingle Bells! - Canturreo desde la cocina

Todas mis suplicas habían sido escuchadas, al fin, al fin después de 1 año de no estar a su lado podría nuevamente reencontrarme con el. Estaba tan feliz que no podía esperar mas. Corrí escaleras arriba y tome el teléfono, tenia que decírselo en persona.

-Espera un poco mas Syaoran...