Los ojos de Sommy se abrieron de par en par. El pequeño mono que tenía en su hombro, Kamuri, dio un grito y apretó las mejillas de su amo. Bourbon tuvo un leve y apenas perceptible sobresalto, posiblemente sólo Killua lo notara. Leorio jadeaba, aún con su brazo extendido, y Tonpa aún no se paraba.
—¡¿Qué t- ¡¿Qué te pasa?! —gritó Sommy.
—Este viejo gordo me la debía —le respondió Leorio—. Teníamos cuentas pendientes.
De pronto Tonpa se sacudió. Leorio metió una mano en su pantalón.
—Es verdad —dijo Tonpa mientras se levantaba. Tomó su cara y luego miró la palma de su mano para ver si tenía sangre. No tenía nada. Se puso en pie con dificultad—. Me lo merecía. —Se limpió el polvo de la ropa con unas palmadas—. ¿Estamos a mano? —se dirigió a Leorio.
—No. Jódete.
—Tomaré eso como un sí —comentó medio ignorándolo, entonces notó la presencia de Killua—. ¡Killua! —exclamó Tonpa para cambiar de tema—. Jo jo, chico, no esperaba verte por acá —intentó sonreír, pero su cachete medio hinchado lo hacía ver como una extraña expresión de dolor.
—¡Ah, hola! —respondió Killua, simulando estar emocionado de verlo—. Yo tampoco esperaba verlo por acá.
Tonpa se acercó cojeando hasta él. Leorio sacó su mano del bolsillo y miró a Killua con extrañeza.
—Debes ser el único niño en esta prueba… —Tonpa lo miraba aún con su intento de sonrisa.
—¿Lo soy? ¡Woah!
—¿Conoces a este zopenco, Killua? —Leorio le preguntó.
—De la primera prueba. Me dio una lata de jugo muy rica —Killua le mostró una sonrisa maliciosa. La expresión de Leorio cambió de extrañeza a enojo.
—¿Te estás burlando de mí?
—No, es verdad. ¿Aún le quedan? —Killua le preguntó a Tonpa.
—No… Se me acabaron.
—Bah, qué lástima, estaba muy buena —Killua hizo un puchero.
Hubo un largo silencio incómodo.
—Supongo que la siguiente prueba es en equipo —dijo Tonpa para romper el hielo—. Veo que el legendario Bourbon está por allá, será bueno tenerlo en nuestro equipo. Bourbon, ¿cómo anda? —Tonpa le saludó, pero Bourbon simplemente miró hacia otro lado. La sonrisa fingida de Tonpa se apagó.
"¿Legendario? Será por lo viejo", pensó Killua.
—Chicos —dijo Sommy—, tenemos que seguir bajando.
—¡Pues vamos! —dijo Tonpa con entusiasmo.
—Sí, pero antes…
Sommy le explicó lo que tenían que hacer.
—Ah, ¡pues será pan comido! —dijo Tonpa, mientras se ponía el reloj en la muñeca—. Ahora sí, ¡sigamos!
Una de las paredes comenzó a abrirse, revelando una puerta. En ella había un letrero que decía "Abrir la puerta: O= Sí. X= No." Al ver esto Bourbon se paró y se acercó al grupo.
—Debemos votar —dijo Sommy.
Todos votaron. 4 votos fueron para la O, y 1 para la X. La puerta se abrió.
—¿Quién fue? —preguntó Leorio, algo molesto.
—Creo que fui yo —dijo Tonpa—, la tecnología no es lo mío, je je je...
—¡Oye…! —Leorio lo tomó por el cuello de su suéter.
—Chicos, no es momento de peleas, tenemos que seguir. —Sommy trató de calmar los ánimos. Leorio soltó a Tonpa.
"¿Va a ser así todo el tiempo? Qué fastidio."
Cruzaron la puerta y caminaron por un pasillo hasta llegar a un muro que tenía una reja a cada lado, las cuales limitaban el paso hasta otros pasillos. En el muro había otras instrucciones: "Elijan, ¿cuál camino?: Izquierda = O. Derecha = X."
—Otra votación —dijo Sommy.
—Así parece —comentó Killua, con sarcasmo.
Los cinco miembros del equipo votaron. Los resultados fueron: 2 votos para O, 3 para X. La reja de la derecha se abrió.
—¡¿Qué?! —gritó Leorio—. ¿Qué hacen?
—Tú qué crees —le respondió Killua.
—¿Por qué derecha? ¿No deberíamos ir primero por la izquierda?
—Estoy de acuerdo con Leorio —dijo Sommy. Leorio miró a Killua, al darse cuenta que no fue él quien votó lo mismo que él.
—No —dijo Killua—. No debemos. La izquierda es la opción más recurrente y obvia, y los examinadores deben saberlo, por lo tanto, es más probable que tenga trampas. Pero da igual. Ya votamos por la derecha, no podemos cambiarlo.
—Tienes razón —dijo Sommy—. Sólo perdemos el tiempo discutiendo sobre esto. Sigamos adelante.
Leorio rechinó los dientes y no comentó nada. El grupo siguió caminando. Al final del pasillo había una esquina, y tras esa esquina otro pasillo, esta vez más corto, que iba a dar a una puerta. Al cruzarla llegaron a una habitación inmensa. Killua notó inmediatamente que al otro lado, en la pared que estaba justo al frente de la suya, había una entrada similar a la que acaban de pasar, y había otros cinco sujetos, todos encapuchados. En el medio de la habitación había una arena de combate, cuadrada, y rodeándola había un vacío; estaba desconectada de las paredes. Killua dedujo que, si querían seguir avanzando, seguramente tendrían que pelear allí.
Uno de los sujetos del grupo del frente se quitó su capucha. Era un hombre calvo, de casi dos metros y de cuerpo musculoso y bronceado.
—¡El comité nos ha seleccionado como sus supervisores! —gritó el sujeto—. Tendrán que desafiarnos si quieren seguir. Serán combates uno contra uno. Nadie puede pelear más de una vez. Ustedes deciden el orden en que quieren participar. Si ganan tres de los cinco combates podrán seguir. Las reglas serán... Las que los contendientes elijan. No habrá empates. Ganará quien logre hacer que su oponente se rinda ¿Aceptarán este desafío? ¡Voten!: O por Sí, X por No.
—¡¿Otra estúpida votación?! —reclamó Leorio. Kamuri dio un chillido similar, imitándolo con gestos y todo—. ¿Cuántas veces tendremos que hacer esto? Está comenzando a cansarme.
—Sí, esta vez parece innecesario —dijo Sommy.
Los cinco votaron. El resultado fue unánime, 5 votos a favor.
—Vaya, esperaba que votaras en contra otra vez —Leorio le comentó a Tonpa.
—No, tranquilo, creo que podemos con esto.
Leorio sonrió orgulloso, como si el cumplido fuera para él.
"Veremos." —Pensó Killua, un poco más pesimista.
—Muy bien —comentó el sujeto calvo al ver los resultados de la votación en un tablero que había a un lado del escenario—. Yo seré su primer oponente. Elijan a quién me enfrentará.
Killua observó a su equipo. Ninguno parecía estar al nivel de ese sujeto, así que pensó en ofrecerse como voluntario.
—Yo iré —dijo Tonpa antes de que cualquiera pudiera ofrecerse.
—¡¿Cómo?! —dijo Leorio.
—Sí —Continuó Tonpa—. Seré su conejillo de indias. Necesitamos saber a qué nos enfrentamos, y alguien tiene que sacrificarse. —Leorio lo miró impresionado—. Además —Tonpa le devolvió la mirada—, necesito que confíes en mí. Deséenme suerte.
Una plataforma se extendió desde debajo de donde estaban hasta conectarse con la arena de combate. Tonpa se subió a ella con seguridad. A la mitad del camino se detuvo y miró hacia el vacío. Por un momento Killua pensó que el miedo lo había paralizado, pero retomó su marcha inmediatamente. Las plataformas se volvieron a esconder. Bourbon se fue al fondo del pasillo y se sentó allí.
—Bueno —dijo el sujeto calvo—. ¿Cómo lo haremos? Yo creo que lo mejor sería… Una batalla hasta la muerte. Ganará el primero que mate a su oponente, o que lo obligue a rendirse.
—Bien —dijo Tonpa, sin titubear un segundo.
—Admiro tu determinación —comentó el sujeto—. ¡Comencemos!
El tipo se impulsó hasta donde estaba Tonpa.
—¡Me rindo! —gritó Tonpa antes de que pudiera llegar hasta él.
"…Ya me parecía" —pensó Killua. Sommy dio un alarido de risa, como si se hubiera estado aguantando. Kamuri lo imitaba—. "Él ya sabía."
—No puede ser… —comentó Leorio, en shock.
—¿Perdona? ¿Qué dijiste…? —dijo el sujeto calvo, como no creyéndolo.
—Me rindo —le repitió Tonpa—. Me has derrotado.
El marcador cambió y mostró "1 – 0". Los demás sujetos encapuchados se unieron a la risa de Sommy. Leorio estaba echando humo de rabia.
—Dos victorias más y se quedan fuera del examen —dijo el tipo calvo, luego se dio media vuelta y volvió a donde estaba su grupo. Tonpa hizo lo mismo.
—Lo lamento chicos —les dijo—, claramente no era competencia para…
De pronto Leorio lo tomó del suéter otra vez y lo arrastró hasta él.
—¿A qué estás jugando? —le recriminó con ira.
—Je je je… —Tonpa rió, pero esta vez su cara era distinta, su teatro ya se había acabo.
—Tú… No quieres ganar realmente, ¿verdad? —le preguntó Leorio.
—Hasta que lo notaste —Tonpa le respondió—. Efectivamente, no quiero pasar el Examen. Sólo vengo a acá a disfrutar del fallo de gente como ustedes: Novatos. Verlos caer es lo único que me motiva a venir año a año.
—Rata asquerosa… —se quejó Leorio—. Y tú —se dirigió a Sommy—. Ya lo sabías, ¿verdad?
—No, yo no… —Sommy comenzó a decir.
Los sujetos que tenían en frente comentaban entre ellos sobre su victoria y lo patético que era que sus oponentes se pelearan entre ellos. Killua los había escuchado.
—Leorio, puede ser que Tonpa haya tomado la decisión correcta —dijo Killua.
—¿Cómo?
—Los sujetos a los que nos enfrentamos, acabo de escuchar lo que decían. Son prisioneros de este lugar. Al parecer reducirán sus condenas por cada hora que logren retenernos. Ese calvo al que Tonpa se iba a enfrentar era un luchador entrenado. Lo más seguro es que iba a hacer durar la pelea lo más que pudiera. Quizás hubiera reventado la garganta de Tonpa para que no pudiera rendirse y después hubiera jugado con él hasta que se acabara nuestro tiempo.
—¿Cómo? —dijo Leorio mirando a Tonpa, que estaba sudando de nerviosismo al escuchar lo que había dicho Killua.
—Ex… Exacto. Por eso lo hice —dijo Tonpa—. Ya lo sabía, je je… jeje…
Leorio lo soltó con rabia y miró hacia la arena. El segundo oponente ya estaba allí. Era un chico delgado de unos 20 años, con el pelo largo, liso y oscuro cayéndole por las mejillas. No parecía ser tan peligroso como el anterior.
—¿Quién va ahora? —preguntó Sommy.
—Yo voy —dijo Leorio—. Tenemos que asegurar una victoria. Observa viejo, te enseñaré cómo se hace —le dijo a Tonpa.
—Lo haré —le respondió.
Leorio caminó hasta la arena.
—Hola —le dijo el chico de pelo largo.
Leorio no le respondió. Todavía estaba de mal ánimo por culpa de Tonpa.
—Je je —rió el chico—. Tenemos que decidir cómo vamos a pelear. Como ves, no soy un luchador, así que estaba pensando…
—No me importa, vamos a hacer esto rápido —Leorio se hizo sonar los nudillos mientras se le acercaba. El chico no pudo ocultar su miedo.
—Pero cuál es el apuro… —trató de conversar con él.
—El pelado de antes dijo que íbamos a pelear hasta que uno de los dos se rindiera. Para mí están bien esos términos.
—Pero yo no… —El sujeto miró hacia atrás como pidiendo ayuda a sus compañeros, que simplemente se rieron y le hicieron un gesto de que cediera—. Bien.
—Muy bien.
Leorio lo tomó de un brazo y lo tiró al suelo con una llave. Antes de que pasara un segundo ya lo tenía totalmente dominado, con un pie aplastando su espalda y doblando su brazo hacia atrás. El sujeto gritó de dolor.
—¿Te rindes? —Leorio retorcía el brazo del chico.
—¡S-sí! ¡Sí! —le respondió—. ¡Me rindo!
El marcador cambió para mostrar 1 – 1.
—Sabia decisión —le comentó Leorio, soltándolo. El chiquillo rodó por el suelo tomándose uno de sus hombros.
—¡WUJUUU, LEORIO! —gritó Sommy. Kamuri lo acompañó.
"Quizás sí tengamos esperanzas después de todo…" —pensó Killua.
Leorio sonreía mientras caminaba de vuelta donde su grupo. Entonces Killua vio al chico de atrás haciendo un movimiento extraño.
—¡ATRÁS TUYO, CUIDADO! —le gritó.
Leorio se giró, y de repente algo explotó, justo frente a él. Lo envolvieron las llamas.
—¡Eso te ganas por hacerme daño, bastardo! —le gritó el prisionero, que tenía en su mano un fósforo quemado.
Leorio estaba arrodillado en el piso. Killua sólo le veía la espalda, así que no sabía en qué condiciones había quedado.
—¿Estará bien? —dijo Sommy.
Killua no sabía qué hacer. Quizás debería ir a rescatar a su compañero. ¿Pero quién era él para hacerlo? No es como si fueran amigos o algo. Killua quería creer que le daba igual lo que pasara con Leorio. Lo que lo sorprendió bastante, porque sin darse cuenta ya había caminado hasta la arena. Pero junto a él, otra persona había ido también. Killua lo vio. Una voz salió por el parlante y le dijo al sujeto calvo que interviniera. Ahora los dos estaban en el escenario, pero quizás por razones distintas.
—¡No te acerques! —gritó el chico de pelo largo, que aún se tomaba el hombro por la lesión que le había causado Leorio.
Tenía en su mano un artefacto, quizás era lo mismo que le había arrojado a Leorio, alguna clase de bomba improvisada.
El hombre calvo no le hizo caso y siguió caminando hacia él.
Killua se paró frente a Leorio, dándole la espalda, preparado para defenderlo.
—¿Estás bien? —le preguntó.
—…Sí. Por supuesto.
El chico de pelo largo intentó prender la mecha del aparato, pero su compañero se lo tiró de las manos de una patada. La mini bomba chocó contra el techo y explotó. El sujeto calvo inmovilizó a su compañero de un golpe en el cuello y después de que perdiera la conciencia se lo echó al hombro.
—Rompió las reglas —dijo el hombre antes de retirarse.
Killua tomó a Leorio de la cintura y lo ayudó volver a donde el grupo.
—Ganaste, Leorio —comentó Tonpa con sarcasmo, cuando llegaron. Leorio ni se molestó en responder. Sommy puso una cara de asco al ver el estado en el que estaba. Killua siguió caminando con él hasta el pasillo y lo hizo sentarse.
Por fin Killua vio las consecuencias de la explosión. Su camisa estaba hecha añicos. Gran parte de su cabellera y cejas se habían ido. Tenía ambos brazos quemados casi hasta el hombro. Al parecer habían recibido la peor parte, pero también tenía quemaduras leves en partes de la cara y el pecho.
—¿Tienes algo para el dolor? —le preguntó Killua.
—Sí. —Leorio le apuntó su maleta con un gesto de la cabeza. Killua la tomó y la abrió frente a él. Tenía una multitud de medicinas.
"¿Es alguna clase de médico o algo?"
—¿Esto…? —le apuntó a cada una de las medicinas, hasta que Leorio asintió. Era un frasco con un líquido dentro. Killua lo tomó con sus dedos—. ¿Es una nestesia? —Leorio asintió. Killua tomó una de las jeringas, la llenó con la droga y se la inyectó en ambos brazos, con las instrucciones de Leorio. Después Leorio intentó curar sus propias heridas, como pudo. Killua lo dejó solo un rato para que recuperara su moral.
—¿Qué acaba de pasar? —preguntó Sommy.
—Creo que el tipo ese tenía ocultas unas bombas para defenderse. No sé cómo las habrá hecho, se supone que esto es una cárcel —dijo Killua.
"Y no quiero ni imaginar dónde las tenía guardadas."
—Yo vi que se le cayeron unas velas cuando su compañero lo levantó.
—Quizás tenga que ver.
—Miren —dijo Tonpa—, se acerca el siguiente combatiente.
Al otro lado de la sala estaba otro sujeto, igual de grande que el pelado de antes, pero aún más fornido, si se podía. Su rostro era extremadamente deforme; no tenía nariz, sus ojos sobresalían, y en vez de orejas tenía unas protecciones metálicas.
—¿Quién sigue? —preguntó el sujeto deforme.
—Yo voy —dijo Killua.
—¿Tú? —dijo Sommy— Disculpa, pero no creo que puedas contra eso.
—Sí —dijo Tonpa—, quizás deberíamos mandar a Bourbon ahora.
Killua exhaló.
—Nah, no es la gran cosa —dio uno pasos hasta la plataforma—. No tomará demasiado tiempo.
Killua caminó hasta allí. Cuando fue a rescatar a Leorio ni se molestó en mirar qué tan profundo era el vacío que rodeaba la arena. Esta vez lo miró, y Killua no había visto un negro tan oscuro jamás en su vida. Pero no le dio miedo. Nada le daba miedo salvo por algunos miembros de su familia.
—¿Un niño? —dijo su oponente—. Pensaba que mi veinteava víctima iba a ser alguien más fuerte, pero no me molesta matar niños, ji ji ji.
—¿Sólo veinte? —dijo Killua.
—Sí, sólo... Oye, ¿Por qué lo dices como si fuera poca cosa?
—Nada. Continúa.
—Je je, bueno. Dije veinte… —El sujeto apuntó a los corazones que tenía tatuados en el pecho—. Porque he tatuado un corazón por cada persona que he asesinado, y tú vas a ser la número veinte.
—¿Será hasta la muerte entonces?
—Sí.
—Bueno.
—Ja ja, ¿no le temes a la muerte chi… co?
Killua levantó su mano izquierda, y en ella tenía el corazón latiendo de aquel sujeto. En menos de un segundo lo había atravesado con sus garras.
Escuchó el sonido del cuerpo del hombre chocando contra el suelo. El marcador volvió a cambiar, esta vez mostraba "1 – 2".
—¡¿QUÉ?! —gritaron sus compañeros.
Killua miró lo que quedaba del sujeto que acababa de matar. Estaba de panza en el suelo, con una expresión de dolor que miraba hacia la nada. Notó que en la espalda tenía otro tatuaje, una araña de doce patas.
"¿Ryodan? Pff, Papá va estar enojado." —pensó con ironía. Era obvio que el sujeto era sólo un impostor.
Killua botó el corazón hacia el vacío. Después se dio media vuelta y se devolvió hasta donde estaba su equipo.
La percepción que tenían de él acababa de cambiar. De repente sentía que lo miraban con miedo. Killua les había mostrado quien realmente era.
—¿Cómo…? ¿Cómo hiciste eso…? —le preguntó Sommy.
—¿Eso? No es la gran cosa, sólo le arranqué el corazón con mi mano desnuda. Mi papá es mucho mejor que yo, le hubiera dejado una herida tan limpia que ni siquiera hubiera sangrado.
Sommy no le dijo nada más.
—Killua —le dijo Tonpa—. Cuando dije que estaba aquí para verlos caer, no me refería a ti —estaba sudando como un cerdo.
—Sí, seguro.
"Fue bueno mientras duró." —Killua pensó, su rutina del niño bueno había quedado descubierta.
—Tenemos que ganar una más y podremos seguir —les comentó a sus compañeros para tratar de cambiar de tema.
"Pero dudo que alguno de estos dos pueda ganar."
Leorio se había quedado dormido después de terminar sus curaciones. Frente a él estaba Bourbon, que seguía sin prestar mucha atención a sus compañeros o la prueba.
—Eres un asesino, ¿verdad? —Bourbon le preguntó de la nada.
—Solía serlo —Killua le respondió. Bourbon sólo le dio una larga mirada y después asintió. Se puso en pie y caminó rumbo a la arena.
—¿Quieres ser el siguiente? —le preguntó Sommy. Bourbon se detuvo un segundo para mirarlo, pero después siguió caminando hasta llegar al lugar—. ¿Cuál es su problema? Responder algo no le haría mal. —Kamuri se burló sacándole la lengua.
—Ya tenemos el último punto asegurado —comentó Tonpa.
—¿Tú crees? —preguntó Killua.
—Sí, je je je, es Bourbon, después de todo.
Killua observó otra vez al viejo para tratar de entender por qué Tonpa lo tenía tan altamente valorado. Pero no pudo sentir nada. Bajo su escala instintiva, Bourbon no era una amenaza.
Desde el otro lado, uno de los dos encapuchados que quedaban se quitó su capucha. Era un hombre rubio, alto y musculoso. En su cara destacaba un frondoso bigote. Al verlo, Killua sí sintió que podía ser alguien de cuidado, pero nada que él no hubiera podido manejar. Quizás había actuado antes de tiempo.
"Debería haberle dejado el deforme a Sommy."
El sujeto extendió uno de sus brazos, y con la sola fuerza de sus dedos, arrancó una parte de la pared, y luego la apretó hasta hacerla polvo.
"Es un buen truco."
El sujeto caminó hasta la arena. Miró el cuerpo de su compañero y lo pateó hacia el vacío, quizás para intimidar a Bourbon.
—Yo me encargaré de disminuir la ventaja que tienen sobre nosotros —dijo el hombre—. Vamos, intentaré no jugar contigo demasiado. —Estiró hacia él uno de sus brazos musculosos.
—Adelante —le respondió Bourbon.
Bourbon estiró su brazo izquierdo de manera recta hacia su izquierda. Si era una pose de pelea, era una muy extraña.
—¿Me ofreces tu brazo? —le preguntó el prisionero. Bourbon no respondió.
El prisionero fue directamente a atacar el brazo de Bourbon. Lo agarró con una de sus manos, y le arrancó un trozo como si se tratara de un pedazo de pan. Del agujero que le hizo salió un chorro de sangre, pero además otra cosa, que hizo retroceder al prisionero con un grito. Eran serpientes. Cientos de serpientes cayeron junto con la sangre de Bourbon.
—¡Serpientes! —gritó el prisionero—. Asqueroso. —Le lanzó un escupitajo.
Las serpientes comenzaron a extenderse por la arena.
"Con que ese tipo de luchador es" —pensó Killua—. "Debes valorar mucho tu vida, viejo."
Bourbon sacó una flauta que tenía escondida en una de sus mangas y comenzó a tocar una melodía inquietante. Una serpiente se arrastró hasta donde el prisionero a toda velocidad, pero el sujeto la aplastó con un pie antes de que llegara a morderlo. Bourbon modificó un poco su melodía, y entonces fueron seis serpientes a atacar. Pasó lo mismo. Después una docena, y lo mismo. El prisionero las rechazó todas a patadas y con apretones de sus manos.
—¡Basta de juegos! —le gritó el sujeto— ¡Pelea!
"Se está comenzando a irritar" —pensó Killua—. "Sabe que no puede ir a atacarlo directamente o está perdido. La estrategia de Bourbon es totalmente defensiva, no lograría llegar a él antes de que muchas serpientes lo mordieran y envenenen."
Bourbon no respondió a sus provocaciones.
—Es inútil —le dijo el prisionero—, tus serpientes no van a tocarme jamás. Si quieres dejar esto en un estancamiento, por mí no hay problema, pero si no me ganas pronto, te vas a morir desangrado.
Y así se quedaron los dos, quietos. El prisionero no lo podía atacar porque sabía que era una muerte segura, y Bourbon no lo iba a atacar porque eso se significaría perder más serpientes, y debía tener un número limitado, si atacara con un grupo grande, en el peor de los casos ninguna lograría morderlo y quedaría sin defensa.
Pasaron unos minutos. El suelo alrededor de Bourbon seguía cubriéndose de sangre, a este paso, iba a perder la consciencia pronto.
—Vamos, viejo, estás cada vez más pálido. ¡Ataca! —le dijo el prisionero, pero Bourbon seguía inmóvil en su posición, esperando a que el otro sujeto actuara.
Pero entonces…
—Bien —dijo Bourbon, y tocó una melodía aún más inquietante que las otras, lo que hizo que sus serpientes se volvieran como locas y fueran todas a atacar al prisionero.
—¡Por fin! —dijo él, feliz.
Las serpientes comenzaron a rodearlo, pero el sujeto las apartaba a todas. A veces parecía que una iba a lograr morderlo, pero siempre aparecía una de sus manos a quitársela de encima. Su defensa casi no tenía agujeros. Luego de unos segundos ya había acabado con la mitad de las serpientes. Bourbon hizo retroceder a las que quedaban.
—¡Te dije que era…! —gritó el sujeto, pero no alcanzó a terminar su frase. Una de sus rodillas tocó el suelo— ¿Qué demonios…? —En ese momento se dio cuenta que tenía una serpiente mordiéndole una de sus pantorrillas; lo había atacado por atrás.
Otro grupo de serpientes apareció por atrás y lo mordieron. El sujeto intentó quitárselas de encima, pero el veneno ya le había quitado las fuerzas. El resto de ellas terminó el trabajo.
—¡WUJUUUU! —gritó Sommy— ¡Vamos Bourbon!
—Les dije que no iba a perder, jeje… —dijo Tonpa.
—Aunque no sé cómo demonios lo hizo, jaja —dijo Sommy.
—Las serpientes con sangre —dijo Killua.
—¿Cómo?
—Después de que el prisionero le arrancara una parte de su brazo, Bourbon comenzó a perder sangre, y algunas serpientes quedaron empapadas en ella. Usaron ese líquido para adherirse a las paredes de la arena. Bajaron por atrás de Bourbon, y se arrastraron todo el camino hasta quedar atrás del prisionero. ¿De verdad no lo viste?
—No me percaté.
"Aunque no sé cómo habrá logrado hacer eso. Las serpientes parecen responder a dos comandos básicos con la flauta: "Atacar" y "no atacar". Además de atacar a cualquiera que se le acerque. Pero esas serpientes que mandó por debajo de la arena… parece más complicado. Quizás sea una de esas habilidades misteriosas que poseen algunos miembros de mi familia."
Bourbon seguía en el escenario, apenas en pie. El marcador aún no cambiaba.
—¿Qué pasa? —dijo Sommy—, ¿Por qué no ha cambiado?
—El oponente sigue vivo —dijo Killua.
—¡Bourbon, acábalo! —gritó Tonpa.
El viejo Bourbon cayó de rodillas, parecía exhausto.
"No va a poder" —pensó Killua. Miró al otro lado de la habitación, y vio al prisionero calvo sonriendo; También se había dado cuenta.
—¿Qué pasa, Bourbon? ¡Acábalo! —volvió a gritar Tonpa.
Entonces Bourbon se desplomó.
"¡Hay que hacer algo ahora o vamos a estar así hasta que se acabe el tiempo!"
—¡Pelado! —gritó Killua al sujeto del otro lado.
—¡¿Cómo que pelado?! ¡Me llamo Bendott, renacuajo! —le respondió el hombre.
—Bendott. Nuestro compañero acaba de perder la consciencia, y su compañero también está muriendo, ¿cómo vamos a saber quién ganó este encuentro?
—No lo sé —Bendott respondió sarcásticamente. Sabía que estaba en una situación de ventaja—. ¿Quieres hacer un trato?
Killua miró a sus compañeros.
—Está bien —dijo finalmente.
—¡Oye, no tomes decisiones por nosotros! —dijo Tonpa.
—¡Sí, es la regla de la mayoría! —dijo Sommy.
—Pero iban a estar de acuerdo —les respondió Killua.
Sus compañeros se quedaron en silencio. Sabían que Killua tenía razón.
—¿En qué estás pensando, Bendott? —le preguntó a su oponente.
—Estaba pensando en… Dennos este punto a nosotros y damos esto por acabado. Si no acceden, estaremos acá esperando por el resto de las horas que les quedan, ya que no tendremos cómo comprobar quién de los dos está muerto. Piénsenlo bien, nosotros no perdemos nada.
"Tiene razón." —pensó Killua.
—¿Qué dicen? —le preguntó a sus compañeros.
—Es… Estoy a favor. Pero es una lástima, Bourbon se esforzó tanto por nada… —dijo Sommy.
—A mí me da igual —dijo Tonpa—, ya les dije que mi intención no es pasar este examen, decídanlo entre ustedes.
—Bien, entonces son dos votos a favor —dijo Killua—, voy a decirle a…
—Yo me opongo —se escuchó. Todos miraron para atrás. Leorio se estaba levantando, con sus brazos todos vendados.
—No vamos a ceder un punto, no mientras yo esté en este equipo —finalizó, contundente.
—¡Pero oye! —le dijo Killua— ¿Qué no escuchaste? Si rechazamos su propuesta nos quedaremos sin hacer nada hasta que se acabe nuestro tiempo y todos perdamos la prueba, ¿Eso quieres?
—Hay otra opción.
—¿Cuál?
—Saltarse las reglas.
Leorio corrió y dio un salto hacia el escenario.
—¡Oye, ¿qué haces?! —le gritó Bendott.
—Sólo estoy revisando sus signos vitales. —Leorio fue tomar el pulso del prisionero—. Este está muerto.
—¡Bien, eso significa que ganamos! —dijo Sommy.
—Espera, todavía falta Bourbon —dijo Killua.
—¡Lippo! —dijo Bendott, hablándole a la cámara—. ¿Es eso legal?
—No lo es —dijo la persona al otro lado de la cámara—, pero hasta el momento no puedo más que sancionarlos. Si intervinieran directamente en el encuentro los tendría que descalificar.
Leorio caminó hasta Bourbon, pero sus serpientes, que habían vuelto a ocultarse dentro de su cuerpo, salieron de entre sus ropas y le cortaron el paso.
—Ja. Creo que va a ser imposible tomarle el pulso a ese —dijo Bendott.
Leorio seguía intentando acercarse, pero las criaturas no lo dejaban. Incluso intentó despertar a Bourbon con gritos, pero fue inútil.
—No hay forma —dijo finalmente.
—Iré yo —dijo Killua.
—¿Ehh?
—Soy inmune a la mayoría de venenos —dijo Killua, luego dio un salto hacia la arena—. Apártate, esto va a ser peligroso.
Killua se acercó hasta Bourbon. Varias decenas de serpientes envolvieron su cuerpo y lo mordieron por todas partes, pero Killua no se detuvo, a pesar del dolor. Tomó el cuello de Bourbon, sintió su pulso y después se alejó, quitándose de encima las serpientes.
—Está vivo —dijo.
"Eso dolió…" —Aunque era inmune al veneno, su cuerpo estaba lleno de heridas, allí donde las serpientes lo habían mordido, y había comenzado a perder algo de sangre.
Sommy volvió a celebrar. Leorio miró a sus contrincantes con una sonrisa orgullosa, pero el marcador seguía sin cambiar.
—¡¿Qué pasa ahora?! —dijo Killua, que ya estaba irritado.
—¿Cómo sabemos que no están mintiendo? —dijo Bendott.
Killua rechinó los dientes.
"Maldito pelado, te voy a matar…"
—Ja ja, bueno, tanto esfuerzo por nada —dijo Tonpa—. Nos vemos el otro año, chicos.
—¿Cuánto tiempo nos queda, Leorio? —preguntó Killua.
—¿Hace cuánto recibió esa herida?
—Unos 8 minutos.
—2 o 3 minutos, en el peor de los casos.
—Diablos.
"¿Qué podemos hacer? Piensa, piensa, piensaaa. ¿Y si mato a sus serpientes para que puedan venir a revisar su pulso? No, incluso si lo hiciera, se van a negar. Si le administráramos alguna clase de droga para despertarlo el examinador podría descalificarnos. Lo mismo va para si alguno de los dos (Leorio o yo) arrojáramos al prisionero hacia el vacío o le cortáramos la cabeza. Incluso si fuera legal, podrían seguir alegando que Bourbon podría estar muerto. ¡Por eso quería aceptar su propuesta, Leorio! ¡Estamos perdiendo el tiempo!"
—Señor examinador —preguntó Leorio a una de las cámaras—. ¿Existe alguna forma de saber si Bourbon sigue vivo, sin necesidad de tocarlo?
—Así es —dijo el examinador.
—Lo supuse —Leorio sonrió—. ¿Nos puede decir cuál es su estado actual?
"¿Me dejé morder por nada? Joder…"
—El participante Bourbon está vivo —dijo el examinador.
—¡WUJUUU! —celebraron Sommy y Kamuri.
—¿Qué hay del prisionero? —preguntó Leorio.
—Esa información no la tengo.
—¡¿Cómo?! —dijeron todos.
"Vuelta a la casilla uno."
—¡Maldición! —dijo Killua.
—Si quieren, podemos apostar —dijo el último prisionero encapuchado—. ¿Aceptan el desafío?
—¡No! —dijo Killua.
"No tenemos tiempo. Hora de usar nuestro último recurso."
Killua dio un salto rápido hasta el lugar donde estaba Tonpa, que para él y Sommy debió haberse visto como si se hubiera teletransportado. Transformó su mano izquierda para hacerla afilada, y puso sus garras en la espalda de Tonpa.
—Escúchame —le susurró—, no hagas nada estúpido, o te mataré. Si entiendes eso inclina la cabeza con cuidado. —Tonpa inclinó la cabeza—. Bien. Antes dijiste que no te importaba pasar este examen, así que asumo que tampoco te importará ser descalificado. Cuando te dé la señal, quiero que me des un codazo en la cara, corras hasta la arena y empujes el cuerpo del prisionero hacia el vacío de una patada. Vamos a fingir estar discutiendo. Yo te voy a gritar, y entonces tú me golpearas. Si te preguntan, quiero que digas que fue tu plan y solamente tu plan ¿Lo entiendes? —Tonpa volvió inclinar su cabeza—. Bien. —Killua volvió a hablar en voz alta—. ¡Oye, sólo te estaba pidiendo tu opinión para solucionar esto!
Tonpa le dio un codazo en la cara, con todas sus fuerzas. Killua simuló caerse.
—¡Ya no tenemos tiempo! —gritó Tonpa, luego salió corriendo y sin pensarlo atravesó el vacío de un salto hasta llegar a la arena. Killua le hizo un gesto a Leorio para que entendiera que se trataba de un teatro. Tonpa pasó por al lado de Bourbon y Leorio y llegó hasta donde estaba el prisionero, al que empujó hacia el vacío de una patada.
—Maniobra ilegal —dijo el Examinador—, el participante Tonpa ha quedado descalificado. Sobre el resultado de este encuentro… Esperen unos segundos.
—¡¿Qué haces?! —le gritó Leorio a Tonpa. Tonpa lo miraba confundido, no sabía qué hacer.
—¡Leorio! —gritó Killua—. Déjalo. Ya se acabó. Si nos descuentan un punto por su culpa lo haremos pagar.
Los parlantes volvieron a sonar.
—Nuestro comité a decidido que es una victoria para el equipo de los participantes. Pero, debido a que rompieron las reglas, se les descontará una cantidad de horas. Pueden continuar.
"Bien."
Killua hubiera celebrado, pero no había tiempo. Volvió hasta la arena. Tomó el cuerpo de Bourbon y junto a Leorio y Tonpa cruzaron el puente. Las serpientes volvieron a atacarlo. Killua también se estaba desangrando.
"¿Por qué arriesgo mi vida por él? La prueba ya terminó".
Killua no sabía por qué estaba haciéndolo, pero quizás sólo fuera una cuestión de honor, después de todo, fue gracias a Bourbon que pudieron pasar. Al llegar se quitó todas las serpientes otra vez. Al parecer ya eran las últimas. De todas formas intentó tocar a Bourbon otra vez para ver si salían otras, pero no. Cuando ya se aseguró que no quedaban, le dio la señal a Leorio para que comenzara a atenderlo.
Killua cerró los ojos y se dejó caer, pero cuando pensó que iba a tocar el concreto, sintió los brazos de Leorio en su espalda.
—Lo atenderé a él primero. Resiste, Killua —le dijo Leorio, antes dejarlo sentado afirmado a la pared.
La vista de Killua estaba nublada, pero no iba a perder la consciencia por nada del mundo.
—Necesitaremos sangre —dijo Leorio.
"¿Más sangre?" —fue lo último que pensó antes de desmayarse.
Killua despertó, pero estaba en otra parte completamente distinta. Se tocó el cuerpo, y lo tenía lleno de parches y vendas.
Adelante suyo estaban Leorio y Sommy, jugando a las cartas.
—¿Dónde estamos? —les preguntó, levantándose de la cama.
—En la sala de espera —dijo Leorio, que Killua no reconoció por unos segundos, ya que no recordaba que había quedado pelado.
—Sí, viejo, nos castigaron por romper las reglas, ¿recuerdas? —dijo Sommy.
—¿Y Bourbon? —preguntó Killua.
—Está… Al lado tuyo —dijo Leorio.
Killua miró para el lado, y tenía a Bourbon acostado en su misma cama. Dio un grito y se bajó inmediatamente.
—¡¿Cómo me hacen eso?! —les gritó.
—¿Qué tiene? Había una sola cama —dijo Leorio, no entendiendo la extrañez de la situación.
—¡Me acostaron con un viejo que no conozco!
—Deja de quejarte, ¿encima querías tener a una chica calentándote la cama? No seas fresco —dijo Leorio.
Killua se puso rojo de vergüenza.
—No era eso… Olvídalo ¿Cuánto tiempo nos queda? —preguntó para cambiar de tema.
—9 horas —dijo Leorio.
—¡¿Tan poco?!
—Sí, oh, además… —Leorio le mostró termo—. Tienes que probar este té, lo hice con las hierbas que me dio Odry, no había tenido tiempo de probarlas. Mira —Leorio le mostró sus brazos. Allí donde antes tenía quemaduras no quedaba nada—. Sanaron completamente.
—¿Y por qué no me diste antes? —Killua le reclamó.
—Estabas inconsciente, tonto.
—¿Y eso qué tiene, pendejo?
—Te iba a dar el té por intravenosa, idiota.
—¡Existen otras formas!
—¡Si no lo quieres mejor, más para mí!
—¡No dije eso! ¡Pásamelo! ¡Pásamelo…!
Y así siguieron discutiendo y peleando por el resto de la noche. El reloj marcaba las 00:32, quedaban menos de 9 horas para que se acabara la prueba.
