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¿Amigos? ¿Desde cuándo?

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Por xHinaLovex

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Traducción de PaolaChiavi

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Capítulo dieciocho

Tomó un tiempo para que Naruto y Hinata abandonaran el complejo de los Hyuga. Naruto había entrado en pánico el rato que estuvo desmayada, por lo que pidió ayuda, pero las dos mujeres de la rama que habían atendido su llamado, vieron la escena, intercambiaron miradas y le dijeron que estaría bien en cuestión de minutos. Una de ellas llevó un recipiente para las flores, informándole que las colocaría en la habitación de Hinata, pero cuando se retiraron, un todavía muy preocupado Naruto se quedó a solas con ella.

Tenía bien claro que lo primero que había que hacer era levantarla del suelo y acostarla en el sillón. Afortunadamente, había conseguido atrapar a Hinata antes de que se golpeara la cabeza contra el suelo, pero en su estado de shock no había pensado en moverse hasta que las mujeres Hyuga se habían ido y escuchara algunas risitas disimuladas en el pasillo.

Una vez la puso donde creyó que estaría más cómoda, no estuvo muy seguro de qué más debería hacer. Procedió a revisarle el pulso, aunque no sabía muy bien que se supone que debía estar sintiendo (tan sólo había visto a Sakura hacerlo un par de veces y sólo deseaba hacer algo) así que se acomodó encima de ella para cerciorarse de que su respiración fuera estable.

Lo primero que Hinata vio al abrir los ojos fue el atractivo rostro de Naruto muy, muy cerca del de ella. Y lo que es más, estaba tan cerca que podía sentir su respiración acariciando su rostro. Cuando los ojos de Naruto se iluminaron y sonrió aliviado, se sintió tan abrumada con su cercanía que en cuestión de nada volvió a desmayarse.

Naruto frunció los labios, un tanto frustrado por no haber podido escucharla decir una sola palabra antes de que volviera a perder el conocimiento, pero al menos esta vez no había estado cerca de golpearse la cabeza. Solía desmayarse cuando estaba cerca de él todo el tiempo, pero con todo lo que estaba pasando con Sasuke no pensó que esto podía ocurrir.

A menos que…

¿Ella aún tuviera sentimientos por él? ¿O quizá sólo estaba enferma? ¿Podía permitirse tener esperanza? ¿O tan sólo intentaba convencerse a sí mismo de que lo que planeaba hacer esa noche no era tan terrible porque ella seguía sintiendo algo por él?

Naruto se pasó una mano por el cabello, haciendo que sus puntas fueran todavía más caóticas. Frunció el entrecejo.

—Naruto-kun—Susurró Hinata. El rubio se despegó de un brinco del suelo donde se había sentado junto a ella, pero vio que sus ojos aun se encontraban cerrados y su respiración aun era pausada.

Echó un vistazo a sus rosadas mejillas y a sus labios con brillo y tuvo que lamerse los suyos. La observó furtivamente y pensó en lo mucho que deseaba besarla. Había querido hacerlo desde hacía unas semanas. Empezó a inclinarse hacia adelante, pero se detuvo abruptamente. No podía hacer eso. No quería besarla así. Quería que estuviera despierta. Que estuviera emocionada. Que le regresara el beso.

Naruto sintió calor en sus mejillas de sólo pensarlo y meneó la cabeza para apartar las imágenes mentales, como si hacerlo físicamente ayudara a despejarle la mente.

—Mmm…. Naruto-kun —Esta vez había gemido, aun de forma baja, pero el sonido hizo que Naruto abriera mucho los ojos y se le secara la boca. Iba a matarlo si seguía así. O haría que él se desmayara. ¿Acaso al clan Hyuga no le haría gracia toparse con eso?

No podía quedarse ahí sentado oyendo eso. Se volvería loco. Decidió que la mejor opción sería intentar despertarla.

—Hinata —Llamó con firmeza, pero sin alzar demasiado su voz. Al no ver reacción, la tomó del hombro y la sacudió con delicadeza. —Hinata —Volvió a llamarla, esperando con todas sus fuerzas que se despertara y no volviera a gemir.

Cuando vio una diminuta línea dibujarse en su ceño, se sintió más esperanzado —¡Hinata!—Exclamó, tomándola por ambos hombros esta vez.

Sus ojos comenzaron a abrirse y tan pronto como se enfocaron en los de él se ampliaron y se enderezó de manera rígida, haciendo golpear su frente contra la de él en su apuro.

—Owwww —Exclamó, tocándose la frente y sentándose en el piso, lugar en el que había ido a parar. Eso obtenía por hacer que despertara en lugar de ser paciente, pensó.

—¡Naruto! —Dijo tratando de concentrarse en el lugar en el que estaba y lo que ocurría. Le llevó un momento, pero recordó de repente el porqué él se encontraba ahí y lo que su padre le había dicho hacía un momento. Su rostro enrojeció de la vergüenza e intentó disculparse.

—¡Lo siento tanto! ¡Ay, no! ¿Te encuentras bien? ¿Quieres un poco de hielo? ¡Qué apenada estoy! Yo sólo, quiero decir tú, mi padre me dijo, y te vi y luego —Comenzó a explicarse, frustrada porque no podía decir ni una sola oración coherentemente. Enterró el rostro en sus manos, convencida de que él ya no querría salir con ella.

—A-Al menos déjame darte una aspirina antes de que te vayas —Consiguió decir. No pudo ocultar la tristeza en su voz ante la idea de haber arruinado la velada mucho antes de que hubiera podido lograr hacer algún recuerdo especial.

Puede que Naruto aun fuera un despistado en cuanto a sentimientos femeninos se refería, pero definitivamente logró darse cuenta por el tono de voz de Hinata. Mierda. Primero hacía que se desmayara, luego probablemente le había propinado una conmoción cerebral, y ahora la hacía preocuparse por creer que se largaría.

—Estoy bien. Estaré bien. Tengo una cabeza dura ¡De veras! Si puedo con los golpes de la abuela Tsunade o de Sakura-chan, en definitiva puedo con esto.

—¿Lo dices en serio? —Preguntó Hinata mirándose las manos apoyadas en su regazo— Yo entendería si preferirías irte. No sé cuánto tiempo estuve inconsciente y luego te golpeo y… lo lamento tanto, soy la peor compañía del mundo.

—Claro que quiero irme, pero contigo —Respondió con su característica sonrisa y estirando su brazo para ayudarla a levantarse— Hablaba enserio cuando te dije que quería invitarte a cenar. ¡Lo he estado esperando con ansias!

Ella alzó la vista ante sus palabras y se fijó en su ropa.

—Te ves… te ves muy bien —Comentó tímidamente, las mejillas encendidas al ver a su amor de toda la vida tan bien arreglado para su cita de esa noche, incluso si solo era en plan de amigos, no podía recordar haberlo visto con otra ropa que no fuera casual o su vestimenta shinobi.¿Se vistió así sólo por ella?

—¡Gracias! Una mujer muy amable me ayudó a elegir. No quería avergonzarte luciendo con mi ropa de siempre, jeje.

Hinata movió ligeramente la cabeza a un lado.

—Naruto, tu jamás podrías avergonzarme.

Lo dijo con tanta sinceridad pese a que no tenía idea de lo mucho que significaba para él. Él quería a sus compañeros, a sus amigos, a su familia provisional, y sabía que ellos también lo querían pero siempre lo molestaban por una cosa u otra. Tenía que demostrarle que él también la valoraba, que la aceptación incondicional por quien era en realidad era algo que apreciaba bastante, incluso si era demasiado tarde.

—Gracias —Dijo afectuosamente, observando a la hermosa chica frente a él. En seguida le ofreció su brazo y salieron del complejo hacia la calle. Finalmente había llegado la hora.


Esta historia está de vueltaaaaaaaaaaaaaaaaaa. La autora ha vencido el cáncer y ha continuado con los capítulos. Espero este haya sido de su agrado, es muy corto pero ya iré publicando los siguientes más adelante. No olviden dejar sus reviews diciéndome que les ha parecido. Los tqm.

-Paola