Disclaimer: The story doesn't belong to us, the characters are property of S. Meyer and the plot belongs to cynosure23. We just translate with her permission.

Disclaimer: La historia no nos pertenece, los personajes son de S. Meyer y la trama de cynosure23, solo nos adjudicamos la traducción.


The Game

Autora: cynosure23

Traductora: Yanina Barboza

Beta: Melina Aragón


Capítulo 27

19 de febrero de 2019

—Vamos, Mase —dijo Edward, balanceando a Masen en sus brazos—. Vamos a buscar a mami.

Sonreí desde mi lugar en el balcón del segundo piso, podía ver a mis chicos jugando en la arena abajo, pero ellos no me habían visto.

Habíamos estado en Florida por unos días, manteniendo nuestra tradición de tener unas vacaciones antes de que Edward se reportara al entrenamiento de primavera con el equipo en Jupiter, Florida. Masen tenía casi dos años ahora, y ese era el primer año que a él no le había importado caminar por la playa con Edward. Eso, por supuesto, emocionaba a Edward sin fin, porque él siempre estaba buscando una forma de pasar más tiempo de unión con nuestro hijo.

Masen amaba a su padre pero yo sabía que Edward había tenido problemas la temporada pasada para equilibrar el béisbol, el matrimonio, y un hijo pequeño. Ahora, nos estábamos preparando para recibir a una pequeña en nuestra familia en menos de un mes. Como su hermano, esta bebé sería muy afortunada de tener a Edward como padre. Solo el hecho de que él se preocupara tanto por ser parte de la vida de sus hijos demostraba lo buen padre que era.

Todos éramos muy afortunados.

Escuché a Masen balbuceando cuando él y Edward entraron a la casa, una espaciosa casa de playa que Edward y yo habíamos comprado la primavera pasada. Estábamos planeando pasar muchas vacaciones de febrero en esta casa, y con suerte con más niños añadidos a nuestra familia.

—Ahí estás —dijo Edward, atravesando la puerta abierta y saliendo al balcón—. ¿Nos estabas observando?

—Por supuesto —dije, estirándome por un beso.

Él correspondió, cambiando a Masen a su otro brazo cuando nuestros labios se encontraron.

Masen se retorció con impaciencia, estirando sus brazos hacia mí.

—Con cuidado, Mase —dijo Edward, bajando a nuestro hijo a mi regazo. Mi vientre era enorme, quizás más grande de lo que había sido cuando estaba embarazada de Masen. Esa vez estaríamos en Florida para el nacimiento y la llegada de la bebé no estaba programada. Eso ponía a Edward aún más nervioso, pero a diferencia de cuando nació Masen, daría a luz antes de que la temporada comenzara oficialmente, y Edward sería capaz de tener unos días libres sin perderse nada más que algunos juegos del entrenamiento de primavera.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Edward, sonriendo cuando Masen presionó sus manos contra mi vientre. Masen amaba sentir a su hermana patear, incluso si no lo comprendía del todo.

—Bien —dije honestamente mientras Edward se sentaba en la silla frente a mí—. Se sentía tan agradable aquí afuera, que tenía que aprovecharlo. Definitivamente estoy contenta de no estar embarazada en medio del sofocante verano esta vez.

—Todavía tengo pesadillas con tus tobillos hinchados —bromeó Edward, haciéndome poner los ojos en blanco.

Nada había cambiado entre nosotros a pesar de que tanto lo había hecho en nuestras vidas.

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10 de mayo de 2019

—Déjame ver a mi pequeñita —arrulló Edward, sacando a Fiona de su moisés y poniéndola en sus brazos.

Él había regresado del viaje de carretera de los Cardinals por la costa este hacía cinco minutos, pero su presencia ya hacía que nuestra casa se sintiera aún más como un hogar.

Aunque amaba nuestra casa y no me importaba estar sola con los niños mientras Edward estaba lejos por los juegos, tenía que admitir que era diez veces mejor cuando Edward atravesaba la puerta.

—Te extrañamos —dije honestamente, reclinándome contra la montaña de almohadas en nuestra cama y sonriendo ante la vista de Edward acunando a Fiona—. ¿Ya viste a Masen?

—Mmmhmm —dijo Edward, sin alejar la vista de la bebé—. Estaba profundamente dormido. ¿Cómo estuvo tu semana?

—Estuvo bien —respondí—. Estoy lista para volver al trabajo el mes que viene, pero estoy aprovechando al máximo mi tiempo en casa. Masen estaba comportándose bastante mal el martes, pero se calmó y ha sido dulce como siempre desde entonces. Y Fiona ha sido perfecta.

—Por supuesto —dijo Edward con una sonrisa, besando la mejilla regordeta de la niña antes de ponerla cuidadosamente de nuevo en su moisés y finalmente subirse a nuestra cama.

—Ven aquí —murmuré, abriendo mis brazos para él.

Él correspondió, sonriendo mientras me besaba bien y con fuerza.

—Te extrañé, nena —dijo entre besos.

—También te extrañé —respondí, descansando mi cabeza en su pecho y deleitándome con la sensación de sus fuertes brazos a mi alrededor.

—Sé que acabamos de tener a Fiona...

—Hace un mes —intervine, poniendo los ojos en blanco.

—Siete semanas —corrigió Edward, pellizcándome suavemente el costado—. Tengamos más bebés, Bella.

Resoplé, pellizcando su costado de regreso.

—Uno a la vez —le advertí—. Tenemos dos bebés menores de dos años, Edward.

—Lo sé, lo sé. No quiero decir ahora. Solo quiero bebés contigo.

—Muchos bebés, obviamente —bromeé.

—Muchos bebés —repitió Edward, sonriendo descaradamente mientras me besaba, cada vez más y más bajo, hasta...

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3 de agosto de 2024

Nueve años atrás, nunca habría adivinado que terminaría casándome con un exitoso jugador de béisbol de las ligas mayores, que solo trabajaría en el hospital dos días a la semana, o que terminaría teniendo cinco niños con dicho beisbolista.

Pero ahí es donde estábamos, y no podríamos ser más felices al respecto. A Masen y Fiona se le habían unido Oliver y después, para nuestra sorpresa, las gemelas Lily y Molly.

—Feliz aniversario. —Salté un poco ante el sonido de la voz de Edward, ni siquiera lo había escuchado entrar a nuestra habitación.

—Nuestro aniversario es en noviembre —dije, estrechando juguetonamente los ojos hacia él—. ¿A qué estás jugando, Cullen?

—A nada, Cullen —dijo Edward, dándome un pico en los labios—. Y no es nuestro aniversario de boda. No te preocupes, finalmente me las arreglé para recordarlo —bromeó, dándose golpecitos en la sien—. Hoy es el aniversario de nuestra primera cita.

—No puede ser —exclamé—. Guau... lo es, ¿verdad?

—Tuve que regresar al 2015 para revisar el calendario en mi teléfono —admitió Edward—. Pero sí, lo es. Loco, ¿no?

Estuve de acuerdo, totalmente sorprendida. En cierto modo, parecía que habían pasado décadas. Después de todo, teníamos cinco hijos juntos. Pero en otros aspectos, era como si el tiempo no hubiera pasado en absoluto. Él todavía me dejaba sin aliento, me debilitaba las rodillas y sabía que yo todavía le hacía sentir lo mismo a él.

La vida era una locura, y nunca sería fácil. Pero nueve años atrás, Edward y yo tuvimos la oportunidad de nuestras vidas. Todos los días, pensaba en lo agradecida que estaba de que hubiéramos aprovechado la oportunidad que se nos ofreció y nos enamoráramos y nos embarcáramos en la relación más poderosa y amorosa que hubiera podido imaginar.


Y hemos llegado al final, con estos que siempre estuvieron mega enamorados y así también terminan. ¿Qué les pareció? Esperamos que nos cuenten todas sus opiniones en los comentarios.

Queremos agradecer a todas las traductoras y betas que participaron en esta traducción.

También muchas gracias a la autora, cynosure23, por permitirnos compartir esta historia con ustedes.

Y gracias a ustedes por acompañarnos durante el camino, por los comentarios, alertas y favoritos, y simplemente por leer.

¡Mañana estrenamos nueva traducción, así que las invitamos a estar atentas para leer una nueva historia!

¡Hasta la siguiente historia!