Los personajes no me pertenecen, solo los uso para mi esparcimiento y diversión, son propiedad intelectual de su creadora.


Hoy estoy en un nuevo desafío y no solo eso es mi fic numero 20. Me estoy metiendo en camisa de once balas entrando de lleno en una pareja que nunca pensé hasta hace unos meses.

Espero que lo disfruten, con ustedes…

EL FUEGO Y LA ESTRELLA

CAPITULO 1

UN EXTRAÑO ENCUENTRO

Era una tarde una cálida tarde de verano y un grupo de personas estaban despidiéndose en una azotea. El sol estaba mermando entre la alegría y la tristeza por despedir a sus amigos. Pero ese sol era testigo de algo que ellos no recordaban, lo sentía, pero no podían recordarlo. Fue cuando las ahora cuatro mujeres se disponían a dejar la Tierra sus orbes se encontraron. Ella la miraba y una serie de sensaciones la invadieron al verla frente a ese atardecer y sin saber porque sus ojos le recordaron algo que no pudo precisar. Los presentes se dieron cuenta de lo que sucedía y un incomodo silencio atrapo el momento. Hasta que el silencio fue interrumpido por una sola palabra "Fräulein".

Muchos años atrás…

El sol se ponía rojo sobre el horizonte anunciando algo que un joven no llegaba a comprender del todo, aun así sentía que algo pasaría. Era tarde fresca de otoño en las afueras de Bestensee un pequeño pueblo al sur de Berlín. Apoyado en un árbol Raymond estaba al lado de su única posesión, una motocicleta Zündapp KS 750 con sidecar. Tenía una gaseosa en la mano que daba algunos sorbos cada tanto, en su otra mano un cigarrillo armado sin encender que hacía rato venia dándole vueltas en su mano para prenderlo. Melancólico en esa tarde de 1947, aun agobiado por la pérdida de su familia en los bombardeos previos a la invasión aliada y perseguido por los fantasmas del pasado, recuerdos de los años después de post-guerra como prisionero en su propio país, posteriormente liberado por los soviéticos. Pasaba los días trabajando de lo que podía, solo para su motocicleta, no tenía casa ni objetivos en su vida. Solo viajar por su país, como una forma de escapar, pero sin saber porque llego a las afueras de su pueblo natal. Casi al terminar de ocultarse el sol y al aparecer las primeras estrellas del firmamento, una estrella fugaz atravesó el cielo llamando su atención, como cortando la creciente oscuridad. Sonrió ante el bello espectáculo prendiendo su arrugado cigarrillo. Como en otra ocasión el fuego de su encendedor Zippo se agito a pesar de no haber viento, haciendo que se quede concentrado en la llama hasta que unos segundos después ve un brillo verdoso que se acerca velozmente y a escasos cien metros ve que desaparece entre los árboles. Curioso en intrigado se dirige a ver que había caído. Tras unos cuantos metros encontró unos arbustos caídos y detrás un brillo verdoso, algo preocupado se acerca lentamente y ve lo que parecía una gema romboide de un color verde esmeralda muy luminosa. Impulsado por algo en su interior la toma en sus manos dándole una extraña sensación de tranquilidad que hacia tiempo no recordaba. En lo que le pareció una eternidad estuvo admirando la piedra hasta que oyó a lo lejos el ruido de varios vehículos acercándose a gran velocidad. Sin dudar un segundo, se dirigió rápidamente a su motocicleta y tras patearla salió raudo hacia las afueras de la ciudad. Como conocía el camino no encendió las luces para no llamar la atención. Media hora más tarde ingreso a las ruinas de una casa alcanzada por los bombardeos, sus paredes estaban casi en pie, aunque evidenciaba que en otro momento de esplendor tubo un piso superior, el cual solo sobrevivía una hermosa escalera de madera. Bajo de la moto y corto el combustible de esta, camino unos metros y de su morral saco una manta que coloco debajo de la escalera. Se sentó con tranquilidad sabiendo que no le seguían, pues el silencio del lugar era completo, casi un pueblo fantasma. De su bolsillo saco la piedra pero esta ya no emitía el mismo brillo que cuando la encontró. La admiro un largo tiempo hasta que se quedo dormido con la preciosa gema en la mano.

Cerca de las 10 de la mañana los rayos de sol tocaban suavemente el rostro, tuvo la intención de seguir un rato más, pero algo tocaba su mano. Casi por inercia la presiona y le responden. Abre los ojos y ve que estaba de la mano de una joven con el cabello plateado recogido con una banda en la cabeza dejando una larga coleta que caía hasta la mitad del cuerpo, vestida con un hermoso vestido blanco y un delicado collar de plata el cual tenía una gema verde esmeralda en el extremo. Asustado se levanta pero la joven estaba aferrada a su mano. Ella se despierta viéndolo con sus hermosos ojos verdes. Se quedan mirándose a los ojos unos instantes, el intento separarse pero ella no lo dejo, se había quedado sorprendida por sus tristes ojos purpuras. Raymond lo intenta nuevamente y lo logra poniéndose rápidamente de pie en un solo movimiento, mientras ella se pone de rodillas y acomoda su vestido para luego mira al joven.

- Hola fräulein – Comienza dubitativo el muchacho. – ¿Quién eres y que haces aquí?

- Disculpa joven si os he asustado. – Se incorpora con un extraño acento. – Soy una la Princesa, la ultima heredera del Reino Olvidado. – Hace una reverencia. – Es un placer.

- ¿Reino Olvidado? ¿Qué es eso y de donde salió? – Cuestiona aun mas sorprendido.

- Tú me has guiado desde el espacio y me has encontrado. – Responde con naturalidad.

- ¿Que estás diciendo? ¿No tiene sentido lo que me dices? – Responde Raymond algo escéptico ante la afirmación.

- Me has llamado, por eso he venido hasta aquí. – Responde en un tono no tan amable.

- Sigo sin entender. Ni te conozco y no sé qué quieres de mi. – Responde con hosquedad.

- A su tiempo te lo diré, por cierto os agradezco de no dejarme en ese bosque.

- Yo no... ¿Cómo que del bosque? – El joven mira la gema que cuelga del collar. – ¿Acaso eres la piedra verde que encontré?

- ¡Hasta que lo entiendes! – Responde la joven con molestia poniéndose de pie mientras rodaba sus ojos, pero luego cambia su tono y continua más suave. – Justamente ella soy

- Debo seguir soñando… – Se pone la mano en la cabeza. – O un chiste de mal gusto.

La princesa se acerca al pelinegro y pellizca su brazo.

- ¿Qué te pasa? – Cuestiona Raymond retrocediendo de mal modo.

- Ya vez no es un sueño. – Le sonríe con alegría, pero también se podía decir con algo de malicia.

- No es posible, no es lógico lo que dices.

- Tu lógica y tus leyes de la física no se aplican en mi dimensión. – Responde con naturalidad acomodando su vestido.

Asustado el joven hace unos pasos hacia atrás cuando la joven se acerca, sin darse cuenta que el viejo piso de madera sede y su pierna sufre un corte en toda la pantorrilla. Con la ayuda de esta extraña mujer logra salir del pozo y se mira la herida.

- ¡Rayos! ¡Voy a tener que ir a que me cosan! – Dice con molestia mientras que con su pañuelo presiona la herida para detener inútilmente el sangrado.

- ¿Que te cosan? – Cuestiona sorprendida platinada parpadeando un par de veces desconcertada.

- Sí, vamos al hospital. ¿Me ayudas? – Dice molesto consigo mismo y aun peor por pedirle ayuda a una desconocida.

- Permíteme – Responde la princesa arrodillándose frente a la pierna. – Solo sentirás una molestia. – Extendiendo sus manos sobre la pierna del incrédulo joven mientras el cristal comienza a brillar. – ¿Te sientes mejor ahora? – Le pregunta mirándolo al rostro.

El joven ve su pierna la cual no solo ya no dolía, si no que no había cicatriz alguna, e incluso su pantalón también estaba como nuevo. Mira un par de veces su pierna y la tranquilidad de la visitante retrocediendo unos pasos hacia atrás.

- ¿Qué… ¿Que es lo que has hecho? – Cuestiona con el rostro aun más pálido de lo que ya era.

- Como te dije. Vuestras reglas no se aplican en nuestra Dimensión. Como la inteligencia promedio en esta. – Esa última parte lo dijo bajo para no mostrarse molesta.

Con algo de miedo y sin saber que responde Raymond toma su moto y sale de la casa a toda velocidad ante la sorprendida mirada de la joven que aun estaba en el piso. Tras haber recorrido unas cuantas calles frena tratando de analizar fríamente lo sucedido. Con más dudas que certezas e impulsado por algo en su interior, decide regresar hasta la casa. Cuando llega a la cuadra encuentra que la casa estaba reconstruida y hasta el jardín mostraba su antiguo esplendor. Deja la moto en la calle y esta vez entra asustado y sorprendido. Al abrir la puerta ve que en el interior todo estaba como antes del bombardeo, hasta las fotos y la decoración, no faltaba un sólo detalle.

- ¿Qué rayos ha pasado aquí? – Cuestiona sin dejar de ver en todas direcciones.

- He reconstruido vuestro hogar a modo de compensar las molestias que os he ocasionado. – Responde la princesa con algo de arrogancia. – Perdona por haberle asustado. Solo indicadme hacia donde está la ciudad capital y no sabrás de mi otra ves,

- No… no quise ofenderle, solo que me asuste. Esto parece brujería.

- Por vuestro rostro todavía lo estáis y no, las brujas no suelen ser ni lindas ni agradecidas. – Responde con arrogancia.

- Crecí en esta casa y durante las últimas semanas de la guerra este lugar fue destruido junto con mi familia, nunca… creí que lo fuera a ver de nuevo. – Dice mirando en todas direcciones.

- Disculpa, pero no puedo volver a la vida a vuestra familia, es lo único que no me es permitido hacer. – Se disculpa con sinceridad.

- Perdona por haber huido, no es algo normal lo que paso. Aun ahora todavía no lo creo, es como si continuaría en un sueño. – La joven se acerca a Raymond – Pero no es necesario que me demuestre lo contrario. – Atrapando su mano cuando intentaba pellizcarlo.

- Disculpa es una mala costumbre que tengo cuando estoy nerviosa. – Dice con falsa angustia.

- No pasa nada, pero... ¿Quiere decir que eres una... ¿Extraterrestre? – Cuestiona Raymond midiendo sus palabras.

- Si es como me llamaría vuestra gente, si lo soy. – Responde con una burlona sonrisa y Raimond algo nervioso busca en sus bolsillos sus cigarros. – Si buscas esto – Agrega mostrando sus cigarros. – Os aconsejo que los dejéis, no le hacen bien a tu cuerpo. – Finaliza antes de alcanzárselos.

- Lo sé, pero todavía no logro entender nada. – Se coloca un cigarro en la boca.

- No hay nada que entender, he sido una molestia para ti desde que he llegado. Solo indícame y me iré de vuestra vida. – Pide bajando la mirada.

- No quise ofenderla princesa, quédate aquí y permíteme agradecerte de alguna manera – Invita el muchacho poniendo su mano en el hombro de la joven.

- Gracias. Se lo agradezco. – Responde levantando la vista con una sonrisa.

Fue en ese momento en que ambos se quedaron mirándose a los ojos, el admirado de esas esmeraldas mientras que ella no podía recordar ojos tan lindos en todos sus viajes. Ambos se sonrojaron y se separaron algo incómodos. Sin decir nada Raymond fue a buscar algo para comer en su morral de viaje mientras que la joven princesa se quedaba en la casa.

- Por cierto princesa, me llamo Raymond. Pero puedes llamarme Rei, todos lo hacen, o al manos lo hacían.

- De acuerdo, pero… mi nombre no es pronunciable por vuestra lengua… Además no es mi reino, así que solo soy una simple invitada.

- Me permitiría llamarla Heiler… – Consulta con algo de temor.

- ¿Heiler? ¿Qué significa? – Cuestiona sorprendida.

- Sanador, es lo que has hecho con mi pierna, sanarla.

- Me gusta, es más corto y es una de mis tantas habilidades. – Responde con arrogancia girando para que no la vea sonrojada.

Continuara…


Glosario:

Fräulen: Joven, Señorita o Doncella en Alemán.

Heiler: Sanadora en Alemán

Raymond: Nombre Alemán que significa Protector

Brandt: Apellido Alemán que significa Tierra limpiada por el fuego


Una vieja historia que desempolve y le di nuevos personajes, o mejor dicho mejores personajes! Un nuevo desafío para mi entrar en el Universo Reiten, pero cierta personita (Sol Levine) me metió de lleno! ¡Espero que lo hayas disfrutado y espero sus críticas y/o comentarios!

¡Nos leemos!