Sombrilla

Era un día nublado en un pequeño pueblo de Japón, un niño llamado Midoriya Izuku se alistaba para ir a la escuela, su madre lo esperaba abajo con el desayuno listo. Al terminar, se despidió de su madre con una sonrisa a lo que ella le devuelve el gesto con ternura, observando a su pequeño marcharse.

El corazón de la joven madre le advertía no dejar a su bebé ir solo a la escuela, un sentimiento extraño recorría el cuerpo de la mujer pero esta decide ignorarlo ya que le prometió a Izuku dejarlo ir por su cuenta, después de todo ya estaba grande y sus amigos también iban caminando solos.

Los ojos del pequeño brillaban de inocencia y de emoción, estaba caminando, ya se estaba independizando de su mamá, aunque en realidad no le molestaba ser acompañado por ella, no obstante, desde que Kacchan camina por su cuenta, se burla de él diciendo que su madre lo mimaba demasiado. Izuku quería detener esas burlas así que, le explica a su madre que ya es hora que creciera. Inko acepta con dudas, una madre no le gustaba dejar solos a sus niños pero por Izuku, se lo dejaría pasar por esta vez.

El lobo está escogiendo al cordero más débil y el más solitario

Viene por él, no lo dejará ir hasta que lo tenga entre sus garras para comer su suave y dulce piel.

Sangre

Quiere Sangre….

Izuku no puede esperar a ver la cara de Kacchan para decirle que camino solo a la escuela. El día gris se estaba tornando más oscuro.

El lobo por fin pudo encontrar a la presa perfecta…

Tan inocente….

Tan solitario…

Jamás volverá…

El pequeño niño caminaba con paso algo apresurado, no se siente bien. Algo lo está incomodando, una mirada perversa.

El lobo está acechando, se está escondiendo en el bosque… se acerca con cautela, no quiere perder a su comida.

Las piernas del niño empezaron a reaccionar por su cuenta, algo lo está acechando, esta atrás de él.

Empezó a llover, las gotas estaban mojándolo pero le daba igual, escapar ahora era lo más importante para él, quiere llegar rápido a la escuela y esconderse en las faldas de su maestra.

El lobo sonríe, falta un poco…

Sólo un poco para que sea suyo…

El pequeño sonríe, ya no le falta mucho para llegar a la seguridad que le brinda la escuela. Cuando llega su sonrisa se apagó con rapidez, la escuela estaba cerrada, los ojos llenos de brillo se tornaron grises y su cara reflejaba miedo, sus pupilas recorrieron dirigidos al ser que estaba detrás de él, en eso la figura del que lo perseguía se acercaba cada vez más, estaba jugando con él.

Al lobo le encanta jugar después de todo…No lo puede evitar ¿Qué se le puede hacer?

La sonrisa torcida del lobo se amplió más, los ojos de Izuku sólo se podía ver terror, trató de gritar pero no podía, tenía tanto miedo que se formó un nudo en la garganta, las lágrimas empezaron a brotar para luego recorrer en las sonrojadas mejillas del infante, ya no puede correr. No tiene dónde esconderse, ya no hay salida.

—Ayuda…alguien…— Dijo y la sonrisa del desconocido se amplió más. — Mami…

—No hay nada que temer…

La sombra esta encima de él

—Pues yo estoy aquí…— Sólo pudo ver una sombrilla amarilla con bordes azul marino y rojo.

El niño desapareció pero su mochila no… El llanto de una madre pudo escucharse a lo lejos.

El lobo lo atrapó y ahora tiene un festín para el solo…

Los corderos inocentes y solitarios son sus favoritos…

—¡IZUKU!

Nadie podría consolar a la oveja que perdió a su bebé.

El lobo se lo llevó, ya no hay vuelta atrás…sólo había una sombrilla en el suelo.