Respondo reviews:

Ritsuki Kurusawi: De nada, me alegra que te haya gustado, por supuesto que viva el YouRiko xD.

Bellotasarutobi: Me alegra que te haya gustado. Quien sabe, ya se verá en el futuro xD.

Iosaf: No te preocupes, me alegra que sigas la historia xD, ya todos están formulando sus teorías pero espero no ser tan obvio en algunas cosas, Seria genial que la dibujaras .3.

LunaticoLuna: Pronto sabrás las respuestas a todas tus incógnitas XD Si alguien animara lo que hago me caerían muchas demandas jajajaja pero si, me gustaría ver eso y me alegro que pienses asi uwu.

Hiichanuwu: :O Bienvenido o Bienvenida, me alegra que te haya gustado tanto como para leerlo por todo el día xD Por algo dicen que el idioma español es de los mas difíciles del mundo, tratare de mejorar pero no creo xd Gracias por leer.

FIRESTORM from Lunarian Empire: Puro problema conmigo xD si no hubiera tanto drama acababa la serie diciendo que todas morían probablemente, bueno no xd. Me alegra muchísimo que pienses que la historia va bien, aunque a veces no me convence estoy haciendo mi mayor esfuerzo con ella. Gracias por tus palabras de motivación, espero que el tiempo no me consuma antes de terminar la historia.

Yui Funami Sonoda: Aquí la que no sufre no gana, o eso pienso xD A ver qué hacen las Kurosawa para sobrellevar sus problemas uwu, bueno no solo ellas. No me ha pasado nada así que ya me calmé xD. Muchísimas gracias por leer uwu

LostNeko120: Me alegro que te haya gustado xD Pronto sabrás lo que le pasara a Chika uwu Gracias por leer :´D

HonokaX: Ya voy xD perdón uwu.


Disclaimer: Love Live! Pertenece a su creadora Sakurako Kimino y a ASCII media works junto con Sunrise.


Ahora si fueron bastantes reviews… Bueno, por tantos meses de no actualizar supongo que es normal? xD

¡Ya! ¡Perdón! Ahora si me pase con el tiempo, estoy hasta asustado de que los que leen esto ya ni siquiera lo hagan uwu Tuve muchos, muchísimos problemas para escribir todo esto, una vez que llevaba como 6000 palabras se me borro el capítulo y me deprimí bastante hasta el punto en que deje de escribir por casi 1 mes y medio xd Pero afortunadamente no me rendí y volví a escribir todo uwu eso sí, escribía poco a poco, a veces solo me daba el tiempo para escribir unos cuantos renglones y por eso el Hiatus al estilo Togashi con Hunter x Hunter xD Pero nunca dejaba de escribir, lo hacía a diario uwu. Pues eso, tal vez digan que son puras excusas y en parte tienen razón xD no puedo cambiar el pasado así como me sucedió con el capitulo pasado uwu una disculpa desde el fondo de mi corazón, pero no, aun no abandono la historia y no lo voy a hacer nunca (a menos que el YohaRiko se haga canon) bueno no xD. Solo pido paciencia para la salida del siguiente capítulo, no prometo que salga rápido pero espero no tardarme tano uwu

Ya sin relleno y después de muchas disculpas los dejo con el capítulo para que lean que es creo el más largo que he escrito.


—¿Te gustaría salir conmigo? —
—¿S-salir? —Yoshiko no sabía muy bien cómo interpretar eso.
—Si no quieres no voy a obligarte~zura... No te voy a mentir, en parte es porque siento culpa, pero realmente quiero que regresemos a los viejos tiempos. —Hanamaru la veía a los ojos con una mirada triste.
—N-no, no me parece mala idea, e-es solo que no me lo esperaba es todo. —Al notar lo serio del asunto decidió no ser grosera, Yoshiko realmente nunca le guardó rencor a la castaña, ciertamente tenía un brazo roto e iba atrasada en sus estudios por esos detalles, pero el gran corazón del ángel caído no guardaba rencores.
—¿Entonces sí? —Maru abrió los ojos.
—Si, me encantaría platicar contigo y enseñarte algunas cosas de la ciudad. —Aceptó Yoshiko. —Aunque seguramente ya fuiste a muchos lados con Diaaaah... —Se calló de repente, volteó a ver a la pingüino de reojo y tenía una mirada perdida y confundida al infinito que emanaba una leve sed de sangre.
Dia se había quedado ida, el hámster corriendo en su ruedita de su cabeza estaba cansado y hacía que su cabeza fuera un caos. Yoshiko había aceptado y todo lo que generó en su cabeza era algo tan complejo que ni si quiera el creador de esta historia podría describir.
Ruby no era diferente, estaba furiosa más que nada con ella misma por que se sentía impotente, ¿cómo decirle a la persona que acabas de rechazar que no salga con alguien por que sientes celos de ello?
—C-creó que luego te marco al celular para quedar de acuerdo... —Intentó evadir la incomodidad que sentía al ver a Dia.
—Ah pero no tienes mi celular~zura, ten, te lo paso. —Hanamaru iba a sacar algo para anotar sin percatarse del aura asesina de la familia Kurosawa.
—¡T-también me lo pasas luego! —
—¡Si, además el brazo te lo rompí yo, no te debes de disculpar tu Hanamaru-Chan! —Atinó a decir Dia sin realmente darse cuenta de lo que acababa de decir.
—¡S-Si, yo digo que vayamos las 4 y comamos algo! —Se unió Ruby.
—¡E-eh! —Yoshiko estaba confundida.
Hubo un silencio muy incómodo, se notaba que Dia y Ruby eran hermanas porque ambas dijeron algo que estaba muy fuera de lugar y solo hacían las cosas más raras y difíciles.
—Necesito hablar a solas con Yoshiko-san... Entiéndanlo por favor... —Maru bajó la mirada como si le estuviera suplicando a las hermanas Kurosawa que le dieran una oportunidad.
Las hermanas se quedaron sin palabras, ciertamente no sabían cómo reaccionar a una situación así.
—S-Si, yo... no debí decir nada, lo siento... —Dijo Dia regresando a su lugar como si no hubiera pasado nada.
Ruby vio a su hermana y bajó la mirada indecisa. Le dolía ver como alguien más saliera con su amor perdido con tanta facilidad.
—L-lo siento, yo... No tengo derecho alguno para decir algo... —Dijo Ruby también regresando a su lugar.
Yoshiko no sabía muy bien como tratar a la pequeña Kurosawa, la amaba, de eso no había duda o más bien eso era lo que sentía, pero también sabía muy bien que no podía hacer nada respecto a eso.
—Zuramaru, luego hablamos. —Dijo el ángel caído dedicándole una sonrisa y siguiendo a Ruby.
—Si, está bien~zura. —La castaña también le sonrió. Regreso a su lugar y se encontró con una Dia pensativa.
Estaba su barbilla recargada en la palma de su mano viendo a otro lado.
—L-lo siento~zura...—Dijo Hanamaru sentándose a su lado.
—¿Eh? —Se sorprendió Dia.
—Sentí... Que debía disculparme, creo que con estos pequeños avances voy curando las heridas de mi pasado~zura... Quiero que me dejes avanzar así como querías que lo hiciera. —Maru se empezó a sincerar y unas pequeñas lágrimas salían de su rostro.
Dia se sentía como una reverenda estúpida después de escuchar las palabras de la castaña, no sabía por que se había comportado de esa forma, bueno, tal vez si sabía pero solo se negaba a si quiera pensarlo. Lo único que sabía de verdad era que lo que dijo tal vez estuvo muy fuera de lugar.
—Y-yo, lo siento... Debería de haberte apoyado en lugar de querer prohibírtelo... —Dijo la pingüino dedicándole una sonrisa.
—Gracias por apoyarme~zura, si no te hubieras metido en problemas tal vez yo no hubiera querido cambiar. —
Un sonrojo apareció en el rostro de Dia, ciertamente si ese día no le hubiera roto un brazo a Yoshiko, nunca se hubiera dado cuenta de lo mucho que la castaña y ella tenían en común.
—S-solo, c-cuídate. —Atinó a decir la peli-negro.
—Supongo que no cenaremos hoy~zura, luego te lo compensaré. —Dijo Maru sonriendo.
Dia solo asintió aún con el sonrojo en su rostro, empezaba a sentir nervios cuando la castaña decía ese tipo de cosas pero no era un sentimiento desagradable.
Por otra parte Ruby no volteaba a ver a Yoshiko estaba con ambos brazos en su cara impidiéndole ver algo de luz. El maestro llegó al salón y dió unas instrucciones para preparar algo, dejó los ingredientes en la pizarra y comenzó a evaluar.
—Tsushima-san, ¿cómo se encuentra? —Se acercó el profesor.
—¿Eh? Ah, b-bien... creo... —Contestó una Yoshiko muy nerviosa.
—¿Creo? —
—D-digo bien, si, bien. —
—Debe sacar casi máxima nota en los próximos exámenes si quiere salir con un promedio decente, no hay presión pero, espero que se esfuerce. —
—S-Si. Gracias sensei. —Yoshiko hizo una reverencia pero tragó saliva, era más fácil decirlo que realmente hacerlo, sobre todo con el hecho de que estaba limitada físicamente.
—Bien. —El maestro regresó al frente de la clase y comenzó a escribir unas instrucciones en la pizarra.
Yoshiko comenzó a sudar, estaba nerviosa, no sabía si iba a contar con Ruby para esto y eso la mantenía preocupada sin saber muy bien que hacer.
—Ejem... —Tosió Yoshiko para llamar la atención de la pequeña. —V-vamos a hacer el mejor platillo Ruby-Chan.—Atinó a decir tartamudeando.
—Y-yo lo hago, estoy acostumbrada. —Contestó Ruby sin verla a los ojos.
—¿Eh? —
—Tú... descansa tu brazo. —
—Ruby-Chan, no soy una inútil. —
—No es eso, si tuvieras ambos brazos podríamos hacerlo más rápido, pero creo que así nos atrasaremos. —Ruby no razonaba bien lo que estaba diciendo.
—Estas diciendo que soy un estorbo... hablas en plural cuando me estas dejando afuera. —Las palabras de Yoshiko comenzaban a cortarse.
—¡Eso es...! No, solo... tu puedes ir a planear tu cita con Hanamaru... —Iba a decir algo más pero no dejaba de soltar palabras desgarradoras.
El ángel caído se quedó sin poder hablar, Ruby había empezado a preparar el platillo y por un instantes Ruby postró su mirada en ella con el ceño fruncido denotando claramente los celos de la pequeña Kurosawa.
Yoshiko comenzó a llorar, la pelirroja la estaba distanciando de una manera muy cruel, ella se estaba esforzando por seguir las cosas igual pero ahora mismo estaba hablando con una Ruby diferente.
—¡Esto! —Yoshiko se acercó llamando la atención de Ruby y le soltó una bofetada no tan fuerte a Ruby solo para que le pusiera completa atención. —¡Esto puedo hacer con mi brazo! —
Ruby reaccionó al golpe, tocó su mejilla y abrió bien los ojos viendo que el ángel caído estaba llorando muy dolida, era la primera vez que la veía así.
—¡¿Qué les pasa a ustedes dos?! —Llegó Dia.
Toda la clase incluyendo al profesor estaban distraídos y no se percataron de la escena.
—Onee-Chan... —
—Ruby-Chan me rechazó. Dejó muy en claro que solo le estoy estorbando. —Soltó Yoshiko muy dolida.
Ruby sintió una pulsada en el pecho de angustia al escuchar esas palabras.
—¿Que? —Dijo Dia.
—Esta bien, lo entendí, no quieres que seamos algo más que amigas, eso lo respeto. —Yoshiko seguía llorando. —Pero tal parece que me quieres alejar completamente... tu no hubieras querido que yo regresara... —
—S-solo te he traído problemas cuando estás conmigo... P-pero... no quiero que salgas con Hanamaru-san tan pronto... —Balbuceó Ruby.
Yoshiko se quedó boquiabierta con las palabras de Ruby, la pequeña Kurosawa realmente la quiere alejar pero sufre al hacerlo.
—T-tú... no quieres que esté contigo... pero no quieres que esté con alguien más... eso es muy egoísta de tu parte... —Yoshiko agarró su pecho y comenzó a llorar más fuerte.
Ruby la volteó a ver y ella también comenzó a llorar tapando su boca, realmente había herido a la chica de cabello azul.
Algunos de la clase escucharon los sollozos de Yoshiko pero decidieron no ser entrometidos para no llamar la atención por el bien del ángel caído.
Dia no sabía que decir, era mucha información para procesar, ahora sabía el por qué su hermanita estaba tan triste y pensativa. Quería ayudarla pero parecía que la confianza que tenían antes no era la misma, si le ocultó todo eso tal vez no estaba en posición de decir algo.
—Yoshiko-Chan. —Ruby intentó tomar a Yoshiko pero el ángel caído desvió la mano de la Kurosawa de un manotazo.
—Estás pensando que es lo mejor para ambas... Pero solo es lo mejor para ti... No pensaste en cómo me sentía yo y solo te estabas engañando para sentirte menos culpable... —Yoshiko habló de más llena de rabia.
—¡Yoshiko-san! —La regañó Dia.
Las palabras que dijo destrozaron a Ruby de muy mala manera y comenzó a llorar tapando su boca para evitar dejar salir sus sollozos.
—Y-yo... lo siento... —Al darse cuenta Yoshiko se calmó un poco. —Ya no quieres ser mi amiga ¿verdad? Al traerte tantos problemas yo... Hubiera sido mejor que nunca hubiera llegado... —Yoshiko tomó sus cosas y dedicándole una sonrisa amarga a Ruby aún llorando salió del salón sin que el maestro se diera cuenta.
—Yoshiko-san. —Ruby intentó ir por ella pero fue detenida por Dia. —
—Espera... A-ahora no es el momento... —Dia abrazó a su hermanita que se puso a llorar muy fuerte en sus brazos. —En la tarde hablamos ¿Si? —Siguieron abrazadas hasta que el sensei por fin se dio cuenta y las separó.
Hanamaru se puso triste, pensó qué tal vez era su culpa y que sin querer estaba alejando aún mas a las personas.
—Lo siento~zura... fue mi culpa ¿Verdad? —Se acercó cabizbaja.
—No... creo que esto es cosa de ellas 2 únicamente. —Dijo Dia mientras acariciaba la cabeza de Ruby sin que el maestro se diera cuenta.
—Trataré de hablar con ella. —Dijo la castaña y Dia solo asintió la cabeza.
—¿Y Tsushima-san? —Dijo el sensei interrumpiendo el momento.
—Tuvo una emergencia y se tuvo que ir, era algo de su brazo... De hecho le dijo pero usted no la escucho~zura. —Maru se decidió a hablar por las Kurosawa fingiendo tranquilidad fenomenalmente.
Los demás de la clase sabían que era mentira pero ya estaban acostumbrados a los problemas cuando se trataba de esas 4
—Ejem... si, creo que si lo escuche. Bueno, continuemos. —El profesor fingió y todos siguieron en sus clases normales.
Ruby se tuvo que separar de su hermana pero estaba aún llorando y cometiendo errores muy estupidos.
Al final entregó un platillo que parecía gris sin vida y que denotaba la tristeza y pensamientos revueltos en su mente.
—Le voy a ser sincero, esto sabe horrible, voy a tener que ponerle mala nota y esto también afectará a Tsushina-san. Lo siento Kurosawa-san. —Dijo Kimura-sensei.
Ruby hizo una reverencia, recogió su platillo y se dirigió a su lugar.
Esas palabras del profesor dejaron temblando más a Ruby, nuevamente le había traído más problemas a Yoshiko sin querer, pero si el ángel caído hubiera estado ahí seguramente no le hubiera dado importancia.
Ciertamente no se había puesto a pensar en lo que Yoshiko sentía, eso solo la dejaba más triste y se sentía más estúpida con todas sus decisiones hasta el momento.
Puso ambos brazos en su cabeza y escondiendo su rostro comenzó a llorar en silencio hasta que la alarma del almuerzo sonó.


—Parece ser que Sarah-Chan no va a venir hoy. —Dijo Riko cuando vió entrar sola a Chika y Kamogawa-sensei juntas al salón.
—¿E-estará bien que le preguntemos a Chika-Chan lo qué pasó? —Dijo You nerviosa por no saber qué hacer.
—No, no creo que sea correcto. —Contestó Riko.
—¡Buenos días! —Llegó Chika saludando como si no hubiera pasado nada el día de ayer.
—B-buenos días... ¿Estás bien? —Preguntó la peli-vino contrariada por la energía de Chika.
—S-Si... C-creo que Sarah... Ehm... Chan, no vino hoy. —Dijo Chika sin saber cómo referirse a la Kazuno. Su energía que parecía denotar se opacó de inmediato. Estaba incómoda pero la mandarina sabía que no iba a poder evitar el tema después del gran alboroto que se armó.
—L-lo entendemos, tu nos has apoyado desde el inicio y quiero que sepas que nosotras estamos para ti en lo que sea. —Se sinceró You dejando sorprendidas a las dos que se le quedaron viendo. —¿Eh? ¿Hice mal? Es que no estoy acostumbrada a decir este tipo de cosas y yo... —
—N-No no te preocupes, realmente has cambiado mucho desde que te conocimos. —Dijo Chika riéndose.
You volteó a ver a la principal causa de su cambio y solo desviaron miradas sonrojándose. A ojos de otras personas esas dos eran tremendamente tontas con sus sentimientos.
Chika dejó salir una sonrisa pero poco a poco su rostro se transformaba en tristeza.
—Y-yo... realmente aprecio mucho su apoyo. Tal vez no nos conozcamos de hace mucho tiempo... A veces soy muy torpe y siempre arruino todo... —Las palabras de la mandarina comenzaron a cortarse.
—Chika-Chan... —
—Y-yo... le destrocé el corazón a Sarah-Chan... Ella seguramente debe odiarme... —Chika comenzó a llorar frustrada. —Me dio su amistad y yo la rechacé, p-pero me siento tan impotente... —You y Riko corrieron a abrazar a Chika de inmediato, la peli-naranja siempre ha estado muy alegre así que verla así de frágil hacia que se les quebrara el corazón.
La maestra les iba a decir algo pero Riko juntó sus manos e hizo una seña para que por favor las dejara tantito tiempo en lo que Chika se calmaba.
Parecía que Riko era la favorita así que la maestra solo le hizo una seña de ver el reloj y se volteó como si no hubiera visto nada.
Estuvieron así un rato hasta que Chika dejó de llorar y se separó de ellas.
—Oigan... ¿Que debería hacer? —Preguntó Chika aún con la mirada baja.
—Honestamente no lo se... N-No entendemos muy bien el problema, pero si tú quieres puedes contarnos lo que sea... —Dijo Riko tomando el hombro de Chika y dándole una sonrisa.
—Nosotras somos tus amigas y lo único que queremos es apoyarte. —Añadió You haciendo un saludo militar.
—Chicas... Si, lo haré, luego. Muchas gracias de verdad. —Chika les sonrió sinceramente. Estaba lista para hablar de su problema y sabía tenía muy buenas confidentes con ella, aunque en este momento exacto no pudiera hablar de ello.
—Takami-san, ¿todo bien? —Se acercó Kamogawa-sensei para ver el por qué su alumna estaba llorando. Aún faltaba un poco para que las clases iniciaran oficialmente así que les permitía estar en su rollo.
—S-Si, creo que si sensei... muchas gracias... —Contestó Chika un poco avergonzada al darse cuenta que hizo una escena enfrente de todos.
—Si tienes algún problema puedes contar conmigo, como maestra me preocupa el bienestar de mis alumnos. —
—Gracias, de verdad lo aprecio. —La mandarina sonreía otra vez, se dio cuenta de que en realidad tenía mucho más apoyo del que pensaba, realmente no estaba sola, sabía que podía contar con sus amigas de tercero y primero además de You, Riko y probablemente Sarah.
Con una nueva sonrisa de esperanza, Chika se decidió a platicar su problema con todas sus amigas en el almuerzo.


La primera en salir del salón fue Hanamaru, sabía muy bien qué Yoshiko tal vez en este momento no tenía a nadie con quien desahogarse. Ruby quería ir también pero Dia la detuvo por que no era el mejor momento.
La pequeña Kurosawa quería ir corriendo a los brazos de el ángel caído y jamás salir de ellos, pero las cosas no iban a ser tan fáciles como ella quería. Había arruinado gran parte de su amistad y tendría que comenzar desde cero. Se quedó llorando en el hombro de su hermana mientras la castaña iba en busca de Yoshiko.
Pasó un rato corto pero Maru conocía muy bien al ángel caído y tal vez no había cambiado tanto en todo ese tiempo.
—Te encontré~zura. —Dijo Maru triunfante abriendo un cajón que se encontraba cerca del salón.
—¡Aaah! ¡Zuramaru! ¡¿Cómo me encontraste?! —Gritó Yoshiko sorprendida.
—No has cambiado nada, solías ocultarte siempre en estos lugares cuando éramos niñas y te pasaba algo con Chika-Chan. —Habló Maru.
—Y-ya veo... —Yoshiko después de estar avergonzada desvió la mirada y se acurrucó más en el mueble. —Vete, debo verme patética, soy un desastre... —El ángel caído bajó la mirada.
—Bueno, si, pero aún así no puedo dejarte sola~zura. —
—Zuramaru... —
—Vamos, sal de ahí... —Hanamaru le extendió la mano y aunque dudó un poco la tomó.
Yoshiko salió del mueble y se sacudió aún con la cabeza baja.
—¿Quieres hablar~zura? —
—Y-yo... creo que me alejaré de Ruby-Chan... —La peli-azul apretó los puños.
—¡¿Que?! —
—Voy a ver si puedo cambiarme de grupo... Ella podrá seguir viviendo en el cuarto de Dia y yo...—
—¡¿Lo dices en serio?! —
Yoshiko asintió con la cabeza y pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
—¿E-entonces vas a huir~zura? —Maru estaba indignada.
—¡¿Q-qué?! ¡Y-yo no... ! —Yoshiko se detuvo por que sabía muy bien que Hanamaru tenía razón. —S-solo... Creo que arruine todo con ella, No debí confesarme hace un mes, fue muy pronto, si no hubiera dicho nada... T-tal vez las cosas seguirían como antes... Yo creo que debería de cambiar, dejar atrás esa estupidez de Los Ángeles caídos... —Habló melancólicamente.
Hubo un silencio incómodo. El viento se podía escuchar perfectamente en el callado lugar.
Hanamaru respiró profundamente y golpeó ambas mejillas del ángel caído con sus manos apretándolas.
—¡Auch! —
—A ver si así despiertas~zura. —
—¿Eh? —
Alejándote no vas a solucionar nada, si realmente te gusta Ruby-Chan deberías ser paciente~zura. Ella también ha cometido errores y estoy segura que se arrepiente de muchas cosas. —Maru abrazó a Yoshiko para transmitirle apoyo.
—Zuramaru tú... —
—T-te lo digo por experiencia~zura... Se que alejándote solo haces las cosas peores... Yo estoy intentando cambiar, superar mis problemas. Si yo puedo, ¿Por que la gran Yohane no podría? —
Con esas palabras Yoshiko apretó más a Hanamaru y rompió en llanto. La castaña tenía razón, había que darle tiempo a la relación para que sanaran las heridas y comenzar desde cero. Si aquel beso de Ruby significaba algo quería decir que podían hacer que todo regresara a la normalidad si ambas ponían de su parte.
Aún si la relación de Yoshiko y Ruby era bastante corta, tenían 3 años para hacerla larga y duradera si ambas querían y ponían esfuerzo en ello.


—¡Kanan! —
—¿Eh? —
—Que me pases las cebollas picadas. —
—Ah, si, perdón. —
Kanan estaba muy distraída últimamente, recibió una llamada de sus padres y estuvieron un buen rato hablando sobre el futuro de La delfín. Acordaron que si lograba graduarse con honores iban a financiar su sueño de viajar por todo el mundo.
Tenía que esforzarse en estos últimos meses si es que realmente quería irse, pero algo de ese pensamiento se sentía vacío. Tenía remordimientos con aquella rubia tonta que solo pensaba en ella misma, quería confesarse y dejar que todo acabara, pero si lo hacía ahora probablemente las cosas se arruinarían entre ellas, si lograba esperar hasta el fin del año podría irse del país sin remordimientos.
—Rayos, ¿Quieres ponerme más atención? N-no solo en la cocina... aunque ¿quien soy yo para hablar de eso? —Habló Mari diciendo lo último en una voz más baja murmurando.
—¿Que? —
—¡N-nada! —Mari alzó la voz sonrojada.
—Agh, lo siento Mari, la llamada de mis padres me dejó mucho en que pensar. —Kanan rascó su cabeza.
—¿Q-Que te dijeron? —Mari habló con miedo. No quería enterarse al principio pero su curiosidad pudo más. Sabía muy bien que su oportunidad qué tal vez no merecía con Kanan estaba apunto de irse. Ella aún no se sentía con la confianza de querer a Kanan después de todos esos años en que la trataba como alguien invisible, sumado al hecho de que creía que Kanan estaba enamorada de Dia.
—¿No que no querías entrometerte? —
—B-bueno, si no quieres... —Mari bajó la cabeza.
—M-mis padres y yo acordamos que si me graduó sin problemas... Ellos... Me van a dar permiso de irme a conocer el mundo. —La delfín hablaba con nostalgia.
—¿T-te vas a ir de verdad? ¿S-Sola? —Un nudo en la garganta de la rubia apareció.
—B-bueno, no quería hacerlo pero... —
—Clase, tienen 10 minutos para presentar sus platos. —El maestro interrumpió el momento.
—Hay que darnos prisa. —Kanan empezó a terminar los preparativos.
—S-si... —
Mari aún no digería las palabras, Kanan realmente se estaba yendo cuando ella recién se daba cuenta de que la necesitaba en su vida, la rubia se sentía impotente.


—Chika-Chan, ¿Estás segura? —Dijo Riko cuando veía que su amiga estaba nerviosa en el comedor.
—N-necesitó sacarlo de mi pecho, solo he estado haciendo daño ocultando todo. —Chika estaba jugando con sus manos.
—¿P-pero es necesario decírselo a todas? D-digo, no es como que yo te pueda obligar. —Añadió You.
—L-lo haré... —
—Good morning! —Llegó Mari enérgicamente.
—Buenos días. —Continuó Kanan.
—Buenos días. —Dijeron las de segundo al unísono.
—Estoy muerta, Kanan no me ayudo y necesito descansar. —Mari fingió dramáticamente desmayarse.
—¡E-eso es...! Cierto... ¡Pero para variar es bueno que hagas algo por mi! —Se defendió Kanan.
—T-tienes razón... Lo siento... —Dijo Mari arrepentida.
—¿Mari...? —A la delfín le tomó por sorpresa la reacción de la extranjera.
Un nudo en la garganta se formó en Chika, vio a lo lejos la silueta de Dia y no sabía muy bien cómo iba a reaccionar después de lo de ayer.
—B-Buenos días... —Dijo Ruby tímidamente interrumpiendo.
—Buenos días. —Llegó después Dia y todas contestaron el saludo. —Sin que yo esté ahí para controlarlas ¿no pueden dejar de pelear? —Refiriéndose a Kanan y Mari.
—Mientras tú estás asaltando cunas, nosotras estamos ocupadas. —Contestó Mari sacándole la lengua a la pingüino.
—¡¿De qué estás hablando?! —El tono de piel de Dia era evidentemente color rojo fuerte.
Todas comenzaron a reír con la escena.
—¿Ya van a empezar con sus cosas? —Llegó Leah y no había rastros de Sarah lo cual decepcionó un poco a Chika, que aunque sabía muy bien que lo había arruinado y que no fue a clases, tenía esperanzas de que lo qué pasó ayer fuera un sueño.
—¿Cuáles cosas? —Preguntó Mari fingiendo indignación.
—Tú sabes, sus cosas. —Contestó la Kazuno picando a Mari.
—Ah pero tú eres masoquista ¿verdad? Te gusta que te peguen. —Mari comenzó a apretar a Leah entre sus brazos.
—Yo solo hablo con la verdad. —Decía Leah mientras intentaba zafarse.
Todas sacaron su almuerzo y algunas fueron a traer algo rápido. Después de un rato empezaron a comer pero sabían que el ambiente estaba tenso entre la de segundo y la de tercero.
Chika estaba jugando con sus dedos nerviosa ante el silencio de Dia.
—¿En donde está Yohane-Chan? Y no es como que haya posibilidad pero... ¿Y Maru-Chan? —Preguntó Chika rompiendo el hielo, fingiendo una sonrisa y rascando su cabeza.
Hubo un pequeño silencio y todas las miradas se dirigieron a la pingüino.
—E-ellas... —Murmuró Ruby...
—No vendrán, pasaron muchas cosas. Además después de lo de ayer, francamente no sé si puedo confiar en ti Chika-san... —Interrumpió Dia sin siquiera voltearla a ver. —
—¡Oye Dia! —La regañó Kanan.
—¡No! Ella tiene razón. Esa es una de las cosas de las que quiero hablar... Te debo una disculpa, no debí decir todo eso. Quería disculparme también con Maru-Chan, pero parece ser que no voy a poder hoy. —Chika interrumpió y poco a poco iba mirando al suelo cabizbaja.
—Y-yo... —Balbuceó Dia sorprendida.
—Encontraré la forma de compensarlo pero... Últimamente he estado muy presionada... Q-quería contarles el por qué he sido tan tarada estos últimos días. —Chika bajó la cabeza y apretó sus manos nerviosamente.
Todas se sentaron bien y se quedaron en silencio expectantes de lo que la mandarina iba a decir.


Flashback~
—Y nuevamente me alzo con la victoria, mandarina-san. —Decía Sarah triunfantemente después de haber vencido a Chika en los bolos.
—¡Eso no es justo! Tu has jugado más que yo, si tuviera el tiempo que tú llevas te haría polvo. —Se defendió Chika.
—Típica excusa de perdedor. —Dijo Sarah fingiendo soberbia.
—¡Vamos a una máquina de baile! Aquí va haber sangre. —La peli-naranja la retó.
—¡Ohjo! Buena idea. —La Kazuno aceptó el desafío.
Fueron a una máquina de baile que estaba en un local cerca de akihabara, estuvieron bailando un buen rato hasta que las piernas de ambas exigían descanso.
—No te mueves mal señorita mikan. —Decía Sarah jadeando del cansancio.
—Tú tampoco señorita diamante. —Contestó Chika también cansada.
—¿Eh? ¿Por que diamante? —
—P-por que son difíciles de encontrar ¿no? E-encontrar a alguien tan buena como tú con la cual hacer todas estas locuras es muy difícil. —Un sonrojó apareció en el rostro de Chika dentro de su cabeza solo había preguntas de ¿por que lo hiciste idiota? El color y los pensamientos de Sarah no eran diferentes.
—Chika-Chan... ¿Que cosas dices? Te debe de estar afectando el calor. Ven, regresemos a la escuela. —Contestó Sarah rascándose nerviosamente la cabeza y saliendo del lugar a toda prisa.
—¡Ah, espera! —La mandarina corrió tras ella.
Ambas subieron al tren y se dirigieron a la escuela, era bastante tarde y el día estaba oscuro.
Mientras iban en el camino hablaban de cosas triviales para intentar no sacar el tema anterior
—Por lo menos nos divertimos ¿no? —Dijo Sarah.
—Si... Lamento que ya no podamos salir tan seguido. —Contestó Chika cabizbaja.
—¿Por que te disculpas? Ese trabajo es importante para ti ¿no? —
—Si pero... —
—Pero nada, no quiero que te vayan a correr en los primeros días por falta de entusiasmo. —Sarah interrumpió a Chika colocando su dedo en la boca de la peli-naranja. —Además, abrir un restaurante va a ser difícil, tendrás que ahorrar bastante. —Quitó su dedo y le dio una gran sonrisa.
—Sarah-Chan... —
—Cuando tengas días libres repetiremos actividades como la de hoy, comeremos juntas y te seguiré dando una paliza en los bolos. —Sarah la veía a los ojos mientras le sonreía y seguían caminando juntas.
—Yo, lo intentaré... —
—Promete que aunque nos distanciemos un poco, tú y yo vamos a repetir días tan divertidos como estos, y no vamos a dejar que tonterías nos digan que no podemos ¿Si? —La peli-morado le extendió el dedo meñique a Chika para hacer la promesa.
—Si, lo prometo. —Con una sonrisa y varias risas juntaron sus meñiques. Poco a poco con el contacto terminaron haciendo un silencio y juntando sus manos. Se iban acercando más y más entre ellas con las mejillas sonrojadas hasta que un fuerte viento hizo que reaccionaran.
El momento se interrumpió y en silencio incómodo apareció.
—Ejem... V-vamos a entrar rápido al campus, no queremos enfermarnos. —Dijo Sarah dando un paso hacia atrás y soltando a Chika sonrojada.
—S-Si... —La mandarina también estaba sonrojada. —¡No me vas a ganar en los bolos otra vez! —Dijo con una reacción muy tardará de lo que dijo Sarah.
—¡Eso dijiste la vez pasada! —Después de una breve pausa y con una sonrisa Sarah continuó con el tema de la mandarina
—E-es que... ¡No calente! —Argumentó Chika.
—¿Que? Esa es la peor excusa que he oído. —
—Cuando juguemos otra vez voy a hacer solamente hoyos en uno. —
—¡Eso es de Golf! —La Kazuno empezó a carcajearse.
—No creo. —Dijo Chika con sarcasmo cruzando su brazos.
—Nos vemos mañana mandarina-san. —Dijo Sarah aún riendo y separando sus caminos.
La Kazuno comenzó a Caminar hacia su habitación ya que sin darse cuenta habían llegado a su dormitorio.
—Si... —Chika estaba con una sonrisa en el rostro mientras veía la espalda de Sarah alejándose cada vez más a la distancia.
Estuvo un rato fuera de su habitación viendo hacia el pasillo hasta que un mensaje en su celular la distrajo.
—Entra de una buena vez. —Decía el mensaje de Sarah que iba adjuntado con una foto del día de hoy con ellas dos juntas comiendo un helado gigante de akihabara.
Una sonrisa apareció nuevamente en el rostro de Chika y sin dejar de ver su celular entró a su habitación que no se había percatado de que la luz estaba prendida.
Un ruido de cosas moviéndose la trajo al mundo real nuevamente.
—Esa sonrisa... ¿Es por esa mujer? —
—¿P-papá? —Chika dejó caer su celular petrificada. Su padre estaba justo en frente de ella inspeccionando su habitación.
—Chika-Chan, contesta la pregunta. —El señor de cabello café y ojos rojos como el infierno volteó a ver a su hija con una mirada fría y penetrante.
—S-Si... —La mandarina Contestó con miedo.
—Y sigues con esa estupidez. —El señor Takami rascó la punta de su nariz suspirando frustrado.
Hubo un silencio incómodo y perturbador, Chika estaba viendo hacia el suelo sin ser capaz de ver a su papá mientras apretaba sus puños.
—N-No es una estupidez... —Se armó de valor. —C-creo que estoy enamorada de Sarah-Chan. —Finalmente alzó su mirada para confrontar a su padre.
En cuanto dijo aquellas palabras el señor Takami se puso furioso. Arremetió contra su hija y le colocó un puñetazo fuerte en la cara a su hija haciendo que esta cayera al piso del impacto.
El padre de la peli-naranja era a veces violento y sin remordimientos. Una vez su madre tuvo que ponerse enfrente de ella y Yoshiko para evitar que golpeara al ángel caído sin culpa alguna.
Chika comenzó a llorar por la fuerza del golpe, tocaba su mejilla mientras se alejaba con miedo de su papá gateando de espaldas.
—¡¿Eres consciente de que esa estupidez te va a llevar a la ruina?! La gente es homofobica por una razón, los de tu especie son anormales. ¿Cuantas veces más lo tengo que repetir? —El señor Takami hablaba con voz autoritaria.
Chika empezó a temblar de miedo, había veces que ni siquiera podía dormir en su casa por varias semanas cuando su padre se ponía así.
Cuando podía regresar a su hogar era por que su padre no estaba ya que salía en viajes de negocios y una de las ayudantes del ryokan la señora Tomiko era la que le avisaba solo por que conocía a Chika desde pequeña y siempre le pareció injusta la manera en la que la trataban, solo para que sus hermanas le hicieran constantes burlas y su mamá la hiciera de menos, cuando su papá regresaba a la casa era la misma historia.
Básicamente pasó casi toda su vida de secundaria y preparatoria en la casa de Yoshiko y aunque la madre de su amiga no le reprochaba nada, ella sabía que era abusivo de su parte quedarse tanto tiempo ahí así que siempre buscaba regresar a su casa a soportar todo lo que tuviera que soportar.
Suspiró cuando tuvo que irse a la universidad ya que estaba en paz ella sola en su cuarto, pero su padre constantemente la llamaba por teléfono y tenía que presentarse en su casa los días libres.
Por esa razón Chika quería escapar de una buena vez, consiguió un empleo en sus últimos días del primer año de universidad y consiguió arreglar todo para huir a Tokio transfiriéndose sin decirle a nadie.
—¿Donde está el dinero que te dió tu madre? —Le preguntó su padre rascándose la punta de la nariz para calmarse un poco. Chika no contestó por el miedo. —¡Te hice una pregunta! —Volvió a alzar la voz.
Chika señaló con el dedo un pequeño ropero que tenía al lado de su cama.
Su padre fue hacia él y tomó el dinero y lo guardó.
—Tú no te mereces esto ¿sabes por qué? —Dijo señalando el dinero. —Por que este dinero es de mi hija, y yo no tengo hijas homosexuales. —
—N-No puedes... —Atinó a decir la peli-naranja tartamudeado.
—¿Qué? —Dijo su papá acercando su oreja sarcásticamente. —
—¿C-como voy a sobrevivir estos dos años? —La mandarina aún lloraba con todo y ojo hinchado que solo la hacía llorar más.
—Si te las arreglaste para huir de casa seguramente puedes arreglártelas también para eso. No sé me ocurre otra cosa para quitarte esas mañas. De a partir de ahora cero homosexualidades Chika hablo en serio. —La apuntó con el dedo.
—P-pero. —
—Supe que falsificaste mi firma para poder transferirte. —
—Y-yo... —
—Podría ir a la oficina del director ahora mismo y eso haría que te expulsen. —
—¡No puedes...! —
—Si puedo, sería un problema, pero dejarías de estudiar y terminarías trabajando en el ryokan lejos de tus tonterías. —
—P-pero... La cocina es mi sueño... —
—Lo se... Pero... No debe de haber chefs homosexuales... —
Chika se mordió un labio hasta sentir el sabor metálico de la sangre y apretó sus puños tan fuerte que sus dedos temblaron del coraje y de la impotencia.
—Si llego a enterarme de que sigues con tus tonterías se habrá acabado para ti Chika. —Le advirtió el maligno padre apuntándola con el dedo.
—Te odio, eres lo que más detesto en este mundo... Quiero que lo sepas... —Le dijo Chika con muchísimo coraje contenido.
—Tal vez... Pero algún día me lo agradecerás. Tus hijos lo harán. —El señor Takami tomó su chaqueta y empezó a caminar hacia la salida. —M-me... Alegra haberte visto... —Dijo estas últimas palabras y se marchó dejando a su hija tirada en el piso devastada.
Después de un rato, Chika se levantó, agarró un poco de hielo y se le puso en el ojo que estaba muy hinchado mientras lloraba impotentemente y seguía apretando sus puños.
Fin del flasback~


Todas en la cafetería se quedaron estupefactas. Algunas por no decir todas ya le tenían mucho odio al padre de Chika sin conocerlo y sabían muy bien en la situación delicada que tenía su amiga.
Todas estaban calladas sin saber muy bien que decir. Era una historia impactante que costaba digerir y había que escoger las palabras exactas para animar a la mandarina.
—¡Ese hijo de perra! —Dijo Dia indignada azotando su mano en la mesa enojada. No eran exactamente las mejores palabras pero era lo único que pudo decir.
—¡Onee-Chan! —Dijo Ruby sorprendida.
—Tengo que apoyarte en esto Dia. —Dijo Kanan. Cruzada de brazos con un tono molesto.
—Tú... ¿Estás enamorada de Sarah-OneeChan? —Dijo Leah.
Chika solo asintió con la cabeza viendo hacia el suelo con unas pequeñas lágrimas derramándose
Riko y You corrieron a abrazar a la mandarina llorando, no tenían ni idea de que lo que le pasaba ponía en riesgo su futuro y su estancia en la escuela.
—Debe de haber alguna forma... —Dijo Mari con tono serio.
—¿Eh? —Dijo Chika confundida.
—Debe de haber alguna forma en la que puedas quedarte aquí. —Repitió la rubia.
—L-la única forma es aceptando las condiciones de mi padre... Me guste o no... —Dijo Chika con una sonrisa seca.
—¿Te vas a rendir? —Dijo Kanan.
—Lo que tú hagas con tu vida es decisión tuya, no de nadie más. —Dijo Dia.
—Chika-chan... Si en algo podemos ayudar a parte de darte apoyo... —Dijo You.
—Eres nuestra amiga, no podemos permitir que sufras así. —Dijo Riko.
—Y-yo no soy muy buena en esto pero sé que si me hubiera pasado lo mismo a mi... Tal vez no hubiera aguantado como tú lo estás haciendo. —Dijo Ruby.
—Básicamente eres el pilar de todo nuestro buen humor. Verte apagada por lo que estás sufriendo realmente duele... —Dijo Leah.
—Chicas... —La mandarina estaba sorprendida por el gran apoyo que todas le estaban brindando. —G-gracias... Muchas gracias... —Finalmente se quebró completamente y rompió en un llanto desgarrador al rededor de todas sus amigas que la abrazaban haciéndole sentir un ambiente cálido a su alrededor lleno de apoyo.
—Realmente me gustaría hablar con Sarah-Chan lo antes posible sobre esto... Las cosas no terminaron bien ayer... —Dijo Chika después de un rato ya más calmada.
Ruby y Leah se voltearon a ver al mismo tiempo y con la mirada se preguntaban si debían decirle.
—Eso no puede ser bueno ¿verdad? —Dijo Kanan al ver la reacción de las hermanas menores.
—¿Que pasó? —Preguntó Riko.
—Sarah-oneechan... Se va a ausentar unos... ehm, días. —Dijo Leah.
—¿Que? —Reaccionó Chika.
—Ella va a regresar a nuestra casa en Numazu... Creo... —Contestó Leah.
—¿Crees? —Habló Dia.
—Tal vez vaya a Hokkaido un rato después o antes, no estoy realmente segura. Dijo que quería aclarar sus ideas... Se supone que solo iban a ser unos días pero honestamente no sé cuánto tiempo sea eso. —Contestó Leah.
—No puede ser... —Se deprimió Chika.
Todas se quedaron calladas ante la explicación de Leah, no se habían puesto a pensar en lo que pasaba por la cabeza de la Kazuno mayor.
—Llamó en la mañana para decirme que su tren salía a las 11:45 AM. —Mencionó Leah.
—¡Eso es! —Gritó Chika de repente mientras se levantaba.
—¿Qué es? —Dijo Riko haciendo una boca de rombo esperando lo peor.
—¡Aún me queda tiempo! —
—Ya sabía que ibas a decir eso... —
—¡Mari! ¡Dame tus llaves! —Dia se levantó también.
—¡¿Eeeeeh?! —Dijeron todas al mismo tiempo sorprendidas.
—¿Qué? —Reaccionó Dia.
—E-es que no pensamos que tú... —Intentó decir Leah.
—Si llegamos. Tenemos 10 minutos para llegar a la estación, 10 minutos para que ellas hablen y 10 minutos para regresar a tiempo a clases. —Explicó la pingüino.
—N-No, no nos referíamos a eso... —Dijo Kanan.
—¿Entonces a que...? —
—¡Vamos todas en la camioneta! —Dijo Mari sacando sus llaves y levantándolas.
—¡¿Eeeeeh?! —Volvieron a repetir todas.
—No. —Dia en un movimiento rápido tomó las llaves de Mari. —¡Date prisa mandarina! —Salió corriendo hacia el estacionamiento.
—¿Eh? Ah ¡Si! —Dijo Chika corriendo detrás de ella.
—¡Chika-Chan! —Gritó Riko.
—¡Onee-Chan! —Gritó Ruby.
—¡Mi camioneta! —Gritó Mari.
—¡Jajajaja! —Rió Leah.
—¿Por que se fueron de repente? —Dijo You.
—Tal vez Dia se sienta de alguna manera culpable... Suele arreglar sus problemas con locuras cómo esta. —Mencionó Kanan.
—Realmente Hanamaru-Chan ha influido mucho en ella ¿verdad? —Dijo Leah seriamente.
—Si... —Suspiró Kanan
—¡No creo! —Mari cruzó sus brazos indignada al ver la reacción de la delfín. —Ah no espera. ¡Eso es algo bueno! —
—¿Eh? —Reaccionó Kanan.
—Pero quien iba a decir que esas dos se gustaban ¿Verdad? —Mencionó You.
—¡Si! —Dijo Riko emocionada. —Espera... ¡Oh no! —Ya no tan emocionada.
—¿Eh? —Reaccionó You.
Riko se dio cuenta que no sentía ni los más mínimos celos cuando se imaginaba a Sarah y a Chika juntas. Su pequeña mentira hacia ella misma de que le gustaba Chika se estaba derrumbando, por no decir que ya no existía.
—Y-yo... —Riko se vió atascada y muy sonrojada. —¡Voy al baño! —Huyó a toda prisa del lugar mintiendo.
—¿Qué le pasó? —Dijo Ruby
—Ellas no son las únicas obviamente. —Dijo Leah volteando a ver a You pícaramente.
—¡O-OYE! —Saltó You de su asiento.
Riko regresó corriendo a darle un golpe en la cabeza a Leah y se giró para seguir corriendo pero antes, por un segundo, un solo segundo que parecieron minutos, Riko cruzó miradas con You y sus ojos parecieron conectar con un click.
El tiempo se había detenido ambos corazones empezaron a latir fuertemente. Parecía que se podían escuchar los latidos si guardaban silencio.
Con una sonrisa cálida y sincera sonrojada, Riko terminó el momento volteando en otra dirección y siguiendo su camino. Mordiendo sus uñas mientras caminaba aún con la sonrisa, la peli-vino pensaba qué tal vez no era tan mala la idea de enamorarse de esa rubia hermosa y tonta.


En el auto había un silencio incómodo entre la mandarina y la pingüino, Chika jugaba con sus dedos mientras Dia se limitaba a conducir y ver el camino.
—¡Yo...! —Dijeron las dos al mismo tiempo.
—Tú primero. —Volvieron a decir al mismo tiempo.
Ambas empezaron a carcajearse por la situación. Debido al incidente el hielo se rompió de una muy buena manera.
—Yo, quería decirte que realmente aprecio mucho lo que estás haciendo por mi. —Dijo Chika ya en tono más serio.
—¿De que estás hablando? Sarah es mi amiga desde la secundaria, no creas que es por ti... Bueno, tal vez un poco... —Contestó Dia.
—En serio me tomaste por sorpresa. —
—Bueno... En parte se como te sientes. Mi padre solía ser asi. —Se sinceró Dia.
—¿En serio? —Se sorprendió la mikan.
—Una vez golpeó a Mari... Estaba ebrio, no lo iba a perdonar nunca. —Dijo con un tono un poco enojado y apretó el volante con fuerza recordando la escena.
Chika estaba muy sorprendida, no podía creer que algo así había pasado.
—Tú... ¿Que pasó después? —
—El se fue de la casa un tiempo, mi mamá y el tuvieron una discusión y yo lo enfrente cara a cara. —
—¿Cómo? —
—Ese día estaba tan enojada que ni recuerdo que tantas cosas horribles le dije. Mi madre se unió a mi y el se quedó sin palabras... Unos meses después... Regresó y se arrodilló enfrente de Mari pidiéndole perdón llorando arrepentido. Dijo que estaba yendo a rehabilitación y que un psicólogo lo estaba ayudando. Actualmente sigue yendo y de repente le dan ataques homofobicos pero dice que son en broma y comienza a reír. —Dia por alguna extraña razón comenzó a llorar sin darse cuenta.
—Dia-Chan... —
—P-perdón, no sé qué me pasó. —Se limpio la lágrima.
—Eres muy valiente, y-yo creo que jamás podría revelarme contra mi padre... —
—¡Tienes que hacerlo! —Dia perdió el control y hasta apretó el claxon sin querer asustando a varias personas que estaban cerca. —Perdón... —
—¿C-Cómo? —
—Hazle entender que está equivocado. Tal vez no puedas en este momento pero... Debes hacerlo. —La peli-negro le dió una cálida sonrisa. —Cuando tomes valor avísame, te ayudaré a enfrentarlo, y apuesto que las demás también. —
—Dia-Chan... Gracias, m-muchas gracias. —Chika comenzó a llorar. Con una sonrisa de esperanza.
—No me lo agradezcas todavía. Aún no te perdono completamente por lo de Hanamaru-Chan. —
—Si, si, sobre eso. —Se seco las lágrimas y se calmó un poco. —Se ve que la quieres mucho. —
—¡¿Que?! —Dia se sorprendió y volvió a tocar el claxon sin querer.
—Ella realmente te necesitaba, yo no la traté como era debido pero sé que la Hanamaru que le rompió el brazo a Yohane-Chan no existía. No se por lo qué pasó, pero me alegra que estuvieras ahí para ella cuando más lo necesitaba. —
—Y-yo... Creo que si... —
—Voy a tratar de reconciliarme con ella, quiere empezar a hacer las cosas bien... —
—Si. —Dia sonrió.
—¡Ah pero no creas que te la quiero robar! —
A Dia le dio un ataque de tos cuando escuchó esas palabras y Chika comenzó a reír por la reacción.
—¡D-deja de decir tonterías! —Contestó trabándose y con un evidente sonrojo en la cara. —¡Si tienes tanta energía deberías mirar quien está ahí! —Dijo Apuntando.
La plática entre esas dos estaba tan entretenida que Chika no vio el momento en el que ya habían llegado a su destino. Dia estaba señalando a Sarah que acababa de pagar su boleto y se dirigía a la estación a esperar su tren.
—*Gulp* —Tragó saliva muy pesadamente y muchas mariposas comenzaron a revolotear en su estómago.
—Vamos, solo habla con el corazón y las palabras saldrán solas. —La pingüino la tomó del hombro para transmitirle confianza.
Chika asintió con la cabeza y salió del auto aún temblando.
Empezó a caminar lentamente a la estación y vio a la Kazuno parada esperando se tren. Respiro profundamente y dejó salir todo el aire lentamente.
—¡Sarah-Chan! —Gritó llamando su atención. —¡Me gustas! —Hizo una reverencia y cerró sus ojos apretándolos fuertemente.
Por unos segundos no hubo ningún movimiento, solo unos murmuros de la gente que estaba alrededor.
Sintió un golpe en su cabeza y abrió los ojos para confrontar a la Kazuno.
—Tonta, ¿Qué crees que andas diciendo en público? —Le dijo con una sonrisa.
—Y-yo... —Chika se rascó la punta de la nariz con un sonrojo en su rostro.
Sarah se abalanzó sobre ella y le dio un fuerte abrazo y la mandarina lo correspondió con aún más fuerza.
—Sarah-Chan... Yo... Me gustas pero... —La peli-morado se separó de golpe.
—¿Qué? —
—Tengo que explicarte cómo están las cosas... —Chika tomó las manos de Sarah y la miró directamente a los ojos. Unas lágrimas empezaron a salir del rostro de Chika y la Kazuno apretó sus manos para mostrarle a la mandarina que lo estaba tomando con seriedad.
Chika respiro hondo y comenzó a contar su historia a Sarah que la estaba escuchando sin decir ningún comentario al respecto más que expresiones faciales que denotaban angustia y enojo conforme avanzaba en su historia.
Cuando la mandarina terminó con su relato hubo un pequeño silencio por parte de la peli-morado.
Sarah suspiró y volvió a abrazar a Chika.
—Entiendo completamente lo que sientes. —Sarah comenzó a llorar más de alivio al enterarse que su amor era correspondido.
—Sarah-Chan, yo te quiero muchísimo, nada me haría más feliz que empezar algo contigo pero... tengo miedo de que mi padre nos separe para siempre. —Chika también comenzó a llorar.
Estuvieron abrazadas bastante tiempo sin importarles la escena que habían armado en medio de la estación.
—¡Te prometo que voy a encontrar la manera de salir de todo esto! ¡Te prometo que regresaremos a aquellos días! ¡Enfrentaré a mi padre! —
—Chika-Chan... Yo te voy a esperar. Te esperare hasta que estés lista. ¿Si? —
—¡Si! —Asintió decidida.
—Bien, tengo que irme. —Dijo Sarah separándose de la mandarina cuando se dio cuenta de que su tren había llegado.
—¿Qué? —
—Mi tren está aquí. —Tomó su mochila y se la colocó en la espalda mientras jalaba su maleta.
—P-pero ya no tienes por que irte. —Chika no lo podía creer.
—Realmente me alegro que hablaras conmigo. Pero necesito darme tiempo para empezar de nuevo. Aparte tu padre sabe que yo soy el problema y no quisiera que haya un malentendido. —Sarah lo decía tranquilamente.
—P-pero yo... —
Sarah se acercó a Chika y colocó un firme beso en sus labios. Agarró desprevenida a la mandarina. Era un hechizo que había embrujado a la peli-naranja, era una sensación que no había sentido nunca, ni siquiera con Yoshiko. Sus almas habían conectado, sintieron una electricidad recorriendo todo su cuerpo. No tenían intención de separase pero sus pulmones exigían aire y tuvieron que dejar ese apasionado beso.
—Chika-Chan. Espérame ¿Si? —Dijo Sarah aún con ambas manos en en las mejillas de la mandarina.
—Siempre. —Contestó viéndola a los ojos.
La Kazuno tomó sus cosas y rápidamente abordó el tren sin mirar atrás. Probablemente se iba a arrepentir si volteaba.
Chika se quedó parada hasta que el tren se dejó de ver.
—¿Estás bien? —Llegó Dia caminando desde atrás.
—Si. Creo que si. —Chika se volteó y abrazó a Dia —Muchísimas gracias por hacer esto por mi Dia–Chan. —
La peli-negro correspondió el abrazó.
—De nada. Ahora regresemos a la escuela ¿Si? —Tomó la mano de Chika y se dirigieron a la camioneta. Subieron y todo el camino de regreso parecía muchísimo más amigable y agradable para ambas. La relación entre esas dos parecía haber mejorado muchísimo al compartir experiencias ambas adquirieron más confianza entre ellas.


Yoshiko y Hanamaru habían almorzado en un lugar más apartado de la cafetería, todo el descanso, la castaña se la pasó convenciendo al ángel caído para que se animara e intentara hablar con la peli-roja empezando desde cero. Aunque Yoshiko también quería hacerlo, buscaba excusas estúpidas como que los astros no estaban alineados o que Satanas estaba en plena época de sacrificios y afectaría su cerebro, etc.
De alguna manera quedaron de acuerdo para que lo intentara y en la tarde en su cita podían hablar de ello si pasaba algo.
La cita había quedado en pie ya que ambas debían distraerse un rato y aclarar sus problemas. Por toda la hora de comida parecía como si se hubieran reconciliado completamente, ninguna de las 2 ponía de su parte para que saliera negativamente, la confianza que se tenían era hasta envidiable.
La hora del descanso había terminado y ambas se dirigieron al salón de clases, conforme avanzaban el nerviosismo de Yoshiko era más evidente, sus manos comenzaron a temblar. Para su mala fortuna su amor imposible ya estaba en el salón y desafortunadamente tenía que trabajar con ella si o si.
—¡Zuramaru no puedo hacer esto, sácame de aquí hablo en serio, usa tu teletransportación o algo! —Gritó Yoshiko entrando en pánico al ver a Ruby, estaba tan asustada que ni se percató que la pequeña Kurosawa la había visto llegar y estaba observando la escena.
—Eres una tonta~zura. —Dijo Hanamaru golpeando su cabeza para que entrara en razón.
—P-pero... —Balbuceó sobandose la cabeza.
—P-pero... —La arremedo con voz de burla.
—¡Yo no hablo así! —
—Ah si, perdón. P-pero... —La arremedo otra vez pero haciendo la típica pose que hacia Yohane y un tono más grave en su voz.
—... De hecho te salió muy bien. —Yoshiko se quedó impactada y observaba muy bien a Maru con una mano en su barbilla y asintiendo una y otra vez.
—Vamos~zura, tú puedes hacerlo. —Hanamaru le extendió su mano para que entraran juntas al salón.
Yoshiko dudó un poco pero al final tomó la mano de Maru y entraron juntas al salón caminando agarradas.
Ruby notó la acción y una pulsada en su corazón la hizo mirar hacia otro lado desgarrada.
Mientras iban caminando, el ángel caído notó la reacción de la Kurosawa y decidió soltar la mano de la castaña de inmediato y se la limpió en su blusa.
—¿Qué pasó~zura? —
Yoshiko solo le hizo una seña con la cabeza a Maru señalando a Ruby.
—Oh... Lo siento. —La castaña solo lo hizo que pareciera más extraño entre ellas dos y Ruby se sentía más incómoda.
La clase estaba apunto de comenzar y no había rastro de Dia lo cual le inquietaba un poco a Maru ya que no pasó tiempo con ella en toda la hora del almuerzo.
Estaba mirando hacia todos lados así que el ángel caído se tuvo que armar de valor y rompió el Hielo con su amor imposible.
—Ruby-san... ¿Y Dia-san? —Pregunto Yoshiko al ver lo inquieta que estaba Hanamaru.
—San... —Escuchar que Yoshiko ya no la llamaba por Chan le partía el alma pero sabía que se lo tenía bien ganado.
—¿Eh? —Dijo Yoshiko al no escuchar lo que dijo la peli-roja.
—F-fue... con Chika-san a ver si alcanzaban a Sarah-san antes de que se fuera. —Atinó a decir la peli-roja.
—¿Sarah-san se va de aquí~zura? —Dijo la castaña sorprendida.
—¿Quien? —Dijo Yoshiko alzando una ceja.
—Cállate~zura. —
—Ok... —Dijo Yoshiko fingiendo poner un cierre en su boca.
—S-Si, Chika-san estaba arrepentida de lo qué pasó ayer así que fue a explicarle todo a Sarah-san... —Hablo Ruby evitando mirar a Yoshiko.
—Ya veo~zura... —Se deprimió Maru. En parte sentía culpa por que ella fue la que provocó que Chika se pusiera mal, pero estaba feliz de que Dia la hubiera querido ayudar.
El silencio reinó el lugar, ninguna de las 3 hablaba y el ambiente se estaba poniendo incómodo. Ruby jugaba con sus manos, Yoshiko empezó a silbar viendo al rededor y Maru no dejaba de ver la puerta del salón.
—Ehmmm... T-tengo comezón en el brazo... Ruby-san, ehm... ¿Tienes algo con que rascarme? —La peli-azul rompió la tensión y se animó a hablar con Ruby de algo casual.
—¿Eh? —Se sorprendió la Kurosawa.
—Ya sabes, un lápiz o algo así... —
—¿N-no se supone que tú también debes de tener...? —
—¿Eh? Ah... S-Si... —Se deprimió.
—Ruby-san, entiende la indirecta~zura. —Habló Maru sin dejar de ver a la puerta.
—¡¿Cual indirecta?! —Gritó Yoshiko sonrojada.
—Oh... —Ruby notó la reacción de Yoshiko y rápidamente tomó de su mochila una pluma que tenía muchos corazoncitos al rededor. —T-Toma. —Se la entregó con un leve sonrojo en su rostro.
—G-Gracias... —Yoshiko la tomó desviando la mirada aún sonrojada.
—Igualmente... ¡Digo, de nada, de nada! —Ruby se equivocó y tomó un cuaderno para cubrir su rostro.
—Oh, ¿Eso también es una indirecta~zura? —Habló Hanamaru al notar los corazones en la pluma.
—¡C-Cállate ya Zuramaru! —Reaccionó el ángel caído dejando ver su pequeño colmillo haciendo berrinche como una niña.
—Ok... —Arremedo a Yoshiko fingiendo que cerraba su boca con un cierre como hace unos momentos lo había hecho y esto hizo que la peli-azul aumentara más su berrinche.
Después de un rato el silencio volvió incómodamente llenando de tensión el ambiente.
—¿N-No que tenías comezón? —Está vez fue Ruby la que habló.
—¿Qué yo que? ¡Ah, si! —Empezó a rascarse con la pluma aunque no tenía comezón realmente poniendo boca de trompa.
Ruby de reojo notó que lo que tenía escrito en el yeso anteriormente Yoshiko ya no estaba y eso la dejó un poco triste pero también preocupada.
—¿E-es nuevo yeso? —Se dignó a preguntar.
—B-Bueno... S-si... —Habló Yoshiko entregándole la pluma a Ruby y mirando hacia otro lado tratando de ignorar el tema.
—¿P-Por que? —
—P-pues... —
—¡Lo logré! Si llegue a tiempo...—Dijo Dia interrumpiendo el momento al entrar al salón, una gran sonrisa se le dibujó en el rostro a Hanamaru al ver entrar a la pingüino.
—¡Dia-Chan! —Gritó Maru emocionada de más sin fijarse que llamó la atención.
—¡Ajá! ¡¿Quién es la tonta ahora?! —Yoshiko se levantó de su asiento y señaló a Hanamaru con una gran sonrisa de burla.
—Cállate~zura, a ti no te sale. —Contestó con un tono neutro y dejó callada a la peli-azul.
—O-onee-Chan... —Habló Ruby.
—Lamento la tardanza, pero creo que todo quedó bastante bien. —Dijo la pingüino acercándose al trío de primero.
—G-gracias por ayudar a Chika-san~zura... —Habló Maru.
—Estaba aburrida, es todo. —Cruzó sus brazos fingiendo.
—De todas maneras... Gracias~zura. —La castaña se acercó y le dio un beso en la mejilla a la peli-negro.
—¡Aaaaah! ¡¿Qué hiciste Zuramaru?! —Gritó Yoshiko cubriendo su rostro y el de Ruby.
Tanto Dia como Hanamaru estaban sonrojadas. La pingüino estaba muy sorprendida y confundida, las palabras que le había dicho Chika estaban resonando en su cabeza.
—Muy bien alumnos, comenzaremos con el examen práctico sorpresa. —Entró el profesor interrumpiendo el momento.
—¡¿Qué?! ¡Acabo de llegar y ya están lloviendo...! —
—¡Yoshiko-Chan! —La interrumpió Ruby.
—Iba a decir exámenes... —
—Si, claro... —
—Chan. —
—¿Eh? —
—Me dijiste Chan... —
—Oh... —
—Y t-también me dijiste Yoshiko... E-es Yohane... Tonta Ruby-Chan... —El tono alegre y juguetón que tenía Yoshiko pasó a ser uno muy nervioso.
Ruby solo sonrió de esperanza y volteó a ver a su hermana que le asintió con una sonrisa.
—Bueno, creo que Ruby-CHAN necesita que la ayudes con tus poderes en este examen Yohane-CHAN. —Dijo Dia tomando el hombro de Yoshiko y haciendo énfasis en el Chan.
—Dia-san... —Volteó a ver a Ruby y está solo veía hacia el suelo pero asintió sonrojada.
—Tú puedes, no te rindas y ve poco a poco. —La pingüino le susurró al oído palabras que le dieron más esperanza al ángel caído.
Todas fueron a sus lugares y comenzaron con el examen, sorprendentemente Ruby y Yoshiko estaban trabajando perfectamente y parecía que sus problemas se habían esfumado al menos por un rato.


—Lamento la tardanza. —Dijo Yoshiko cuando se encontró con Maru fuera de su habitación.
—Si, no hay problema. —Contestó Hanamaru un poco nerviosa.
—¿A donde iremos? —
—Esa es una excelente pregunta~zura... —
—¿No tienes ningún plan? —
—N-no realmente... —
—Pues podemos simplemente pasear por ahí o comer algo, no necesariamente debe de ser algo especial. —Yoshiko estaba tomando la iniciativa por que l castaña tenía más culpa en su rostro que ideas.
—Un lugar donde podamos hablar estaría bien~zura. —
—Vamos al parque entonces, compramos unos helados y nos sentamos en una banca a que me digas lo que tienes que decir. —
El día había transcurrido relativamente bien, Yoshiko y Ruby habían logrado hablar de nuevo aunque ni de cerca la misma confianza que tenían antes, ninguna se atrevía a hablar del tema amoroso y así estaba mejor para ambas.
Por el lado de Hanamaru había sido un gran día, pudo volver a hablar con Yoshiko y las cosas con Dia iban muy bien, en este particular día se sentía muy feliz ya que todo iba para mejor.
—Te lo digo Zuramaru cuando recupere mi cuerpo de ángel vas a ver lo que es bueno. —Decía Yoshiko mientras caminaba.
—¿De qué estás hablando~zura? —Contestó Hanamaru riéndose.
—¿Cómo que indirectas? —Cruzó sus brazos con tono indignado.
—Ah, de eso... Hiciste mucho progreso~zura. —Le dió una cálida sonrisa.
—S-Si... Gracias, estaba apunto de hacer una tontería y rendirme pero tú me detuviste. —
—Cambiarte de salón hubiera empeorado las cosas, Ruby-san te quiere mucho. —
—C-creo que si... —
Ambas llegaron a una heladería y después de comprar se sentaron en las mesas que estaban afuera del local.
—Y bien, ¿Qué era lo importante que me ibas a decir? —La peli-azul le dio un mordisco a su helado.
—Ah, si... Yoshiko-san... —Puso cara seria y la miró fijamente.
—M-me estás asustando... —
—¡Me gustas~zura! —Se levantó de su silla y azotó sus manos en la mesa.
—¡¿Qué?! —Yoshiko se impactó tanto que se le atoró el helado en la garganta y comenzó a toser mucho.
Maru le dio golpes en la espalda para ayudarla a no morir ahogada.
—Bueno, me gustabas. Ya no. —Añadió la castaña.
—¡Pudiste haber dicho eso desde un principio! —Contestó el ángel caído aún tosiendo.
—Lo siento... Cuando éramos niñas me parecías muy genial y creo que desde ese momento sentí el amor~zura. —
—¿A que viene eso? —
—Que no creo que debas dejar de ser tu misma, No te pierdas, me gustas tal como eres y estoy segura de que a todos los demás también, incluida Ruby-san~zura. —
—Zuramaru... —
—No vuelvas a decir que quieres cambiar... —

—... —
—¡Como era de esperarse de mi little demon! —Yoshiko hizo su típica pose con una voz más grave.
—Retiró lo dicho, deberías de cambiar inmediatamente~zura... —
—¡¿Eh?! —
—Pero ya en serio, te conté todo eso por que te debo muchas disculpas, por mi culpa tienes un brazo roto... Por mi culpa te suspendieron... —La voz de Maru comenzaba a cortarse.
—Oye, Zuramaru... —
—¡Por mi culpa estás muy retrasada en las clases~zura! —Empezó a llorar.
—¡Zuramaru! —
—¡Por mi culpa las cosas con Ruby-san no están yendo bien~zura! —
—¡Hey! —Yoshiko tomó de los hombros a Maru al fin deteniéndola.
—¿Eh? —
—Detente... —
—Pero... —
—Estás haciéndolo ver como si te odiara y toda la culpa fuera tuya. —La abrazó fuertemente. —Yo también estoy muy arrepentida de todo lo que te hice y dije. Nunca quise herirte de esa forma, básicamente ambas tenemos la culpa y ya recibimos nuestro castigo... —Yoshiko también comenzó a llorar.
—Yoshiko-Chan... —
—No te guardó ningún rencor, te sigo viendo como esa niña tonta que se emocionaba con la más mínima tecnología... —
—E-es el futuro~zura... —
—Nosotras vamos a tener un futuro Zuram... Hanamaru-chan... —
—Gracias, muchas gracias por perdonar a esta tonta que no sé lo merece Yohane-chan. —
Estuvieron abrazadas hasta que sé calmaron, sus helados ya estaban hasta derretidos y no se dieron cuenta de que la puesta de sol ya las estaba alumbrando. Ambas voltearon a ver la hora dorada.
—Oye... —Hablo temerosamente la castaña.
—¿Qué pasa? —Contestó la peli-azul sin dejar de ver la puesta de sol.
—¿M-Me dejas hacer esto~zura? —
—¿Eh? —
Hanamaru tomó las mejillas de Yoshiko y le dió un tierno beso en los labios durando unos 5 segundos que a lo lejos se veía una espectacular escena con la puesta de sol de fondo.
—Quería hacer esto desde hace muchísimo tiempo~zura. Lo siento... —Se separó del Ángel caído pero aún tenía un leve sonrojo en el rostro.
—N-No importa... —También estaba en shock y sonrojada. —Zuramaru, tu corazón le pertenece a Dia-san ¿Verdad? —
—¡¿Eh?! —Se puso aún más colorada. —S-Si... —Volteó a otro lado y empezó a jugar con sus manos.
—Estar con ella te ha ayudado muchísimo. ¡Ya se! Prometamos que no nos vamos a rendir, ambas seguiremos adelante y si tenemos problemas acudiremos a la otra. —
—Eso solo te beneficia a ti, yo voy bien~zura... —
—¡P-Pero si es que los tienes! ¡No arruines el momento! —Le dio pequeños golpes a la castaña mientras la otra se reía de ella.
—Está bien~zura. No nos rendiremos. —
—Aah... Que bien se siente hablar de estos problemas. —Dijo Yoshiko suspirando.
—Si, lo se. —
—¿Y ahora que? —
—Mmmm... No se, creo que ambas ya sacamos todo lo que nos pesaba. —
—Si... De hecho, ¿crees que podrías ayudarme a desempacar? Tengo muchas cajas en mi cuarto que no he abierto desde que regresé. —Yoshiko propuso la idea para alargar la conversación.
—E-está bien~zura... —
—Bien, vamos. —Ambas comenzaron a caminar hacia el edificio de Yoshiko. —Esa fue una cita veloz. —
—Cállate~zura... —
—Si, ok. —
Entraron a la habitación de Yoshiko y Ruby, todo estaba realmente desordenado, había unas cuantas cajas y cosas regadas en la cama de abajo.
—No he dormido aquí en mucho tiempo. —Mencionó el ángel caído.
—Nadie a dormido aquí en mucho tiempo~zura. Si el director se hubiera enterado estarían en problemas. —Maru observaba la habitación detenidamente.
—No se puede enojar si no se entera ¿Verdad? —
—Supongo... —
—Ayúdame a guardar mi ropa en mi ropero. Intente hacerlo pero no me dió tiempo... —
—Ni si quiera habías entrado a la habitación tanto tiempo~zura, así que asumo que ni lo intentaste. —
—¡¿Puedes leer la mente?! —
—Puedo leer que eres una floja~zura. —
—Abre una caja, mete la ropa en el ropero y ya. —Yoshiko hacía señas con las manos simulando los movimientos que tenía que seguir Hanamaru.
—¡ABRAMOS! Una caja y ¡METAMOS! La ropa en el ropero, y ya~zura. —Hanamaru hizo énfasis en el plural para que no tuviera que hacer todo ella sola.
—Si mamá... —
—Ni es mi obligación ayudarte~zura... —Hizo un puchero mientras acomodaban las cosas en su lugar.
—Gracias por ayudarme Zuramaru. Con mi brazo destruido no se si realmente hubiera podido hacerlo todo... —Lo dijo con un tono triste y mirando hacia abajo.
—¡¿Qué?! —
—¿Eh? —
—¿Cómo que destruido~zura? Solo debe de ser un brazo roto normal... —La castaña dejó lo que estaba haciendo y se acercó a la peli-azul.
—¿Eh? Ahmmm... ¡Si! ¡Solo era en metáfora! —Yoshiko rió nerviosamente
—Eres pésima para mentir~zura... —
—Y-yo... —
—¿Por eso es nuevo yeso? —
—N-No, yo... —
—¿Qué le pasa a tu brazo~zura? —
Después de un silencio Yoshiko se debatía de si confesar o no. Tragó saliva, suspiró profundamente y decidió hablar.
—E-está destruido... —
—¡¿Pero cómo?! —
—N-No es nada, en verdad... —
—Yoshiko-Chan, cuéntame qué pasó~zura. Por favor... —La mirada preocupada de Hanamaru hizo que no pudiera contenerse.
—E-El día que nos suspendieron... Me tiraste al suelo, caí y al principio no me dolía, tal vez fue por la adrenalina o algo... Pero, después comencé a sentir mucho dolor... poco a poco iba subiendo con cada movimiento que hacía, ya estando en el auto con mi madre... Sentí un dolor mucho peor que el día en que Dia-san me rompió el brazo... —La voz de Yoshiko comenzaba a cortarse.
—Yoshiko-Chan... Y-yo... —
—Fuimos al hospital y me atendieron... Al parecer mi brazo se rompió en muchos pedazos y ya no va a quedar del todo bien... —Empezó a llorar. —T-tengo que ir a rehabilitación pero... ahora tendré el yeso 1 año... Y nada garantiza que con la rehabilitación lo recupere al 100%... —
Maru abrazó a Yoshiko que había roto en llanto, de sólo imaginar que tenía que lidiar con eso le daban escalofríos, era una situación muy delicada y difícil y no podía hacer nada para cambiarlo. Sabía que Yoshiko debía sentir muchísima impotencia y la que lo ocasionó aunque fuera un accidente fue Hanamaru.
—¡Perdóname Yoshiko-Chan! ¡Perdóname por favor! —Repetía la castaña ya también llorando en la habitación.
Estuvieron abrazadas por bastante tiempo, ninguna de las dos quería ver la triste cara de la otra pero debían hacerlo ya que habían terminado los sollozos.
—Supongo que es mi karma... cuando salga de todo esto yo... solo voy a tener buena suerte... —Dijo Yoshiko mirando hacia el techo de su habitación con una sonrisa. —Hey Zuramaru, ¿vas a estar ahí para verme? —
—¿Eh? —La castaña no lo podía creer, el ángel caído realmente no le guardaba ningún rencor. Solo se dio cuenta una vez más que para ella no era un ángel caído si no más bien un arcángel bondadoso. —S-Si, tienes razón Yohane-Chan. —
—Gracias por escucharme Hanamaru-Chan... —
—De nada~zura. —
Después de tranquilizarse continuaron con su labor y terminaron desempacando todo.
—Creo que es todo~zura. —
—Si, creo que si. —
—Espera, ¿Qué es esta caja? —La castaña se acercó a una caja que estaba tirada en el suelo.
—No se... ¡Aaah! ¡No, esper... !—
—Zura. —Dijo tiernamente mientras abría la caja de golpe. —Oh... —
Hanamaru había encontrado el pastel que Yoshiko le quería regalar a Ruby y el ambiente se volvió a poner triste.
—E-Eso es... —Intentó aclarar Yoshiko.
—Ya veo~zura... Ven, sígueme. —Hanamaru salió de la habitación con el pastel en mano.
—¿A dónde vas? —La peli-azul la siguió.
Ambas fueron al basurero que se encontraba al lado del edificio y se pararon frente a el.
—Vamos, tirémoslo juntas. —Hanamaru extendió el pastel para que Yoshiko lo pudiera agarrar al mismo tiempo con su mano. —Uno, dos, tres... —Arrojaron el pastel a el contenedor y se le quedaron viendo. —Que este sea el inicio de tu buen Karma~zura... —
—Zuramaru... —
—Dejaste atrás lo último de mala suerte en tu cuerpo... —Le extendió la mano para que regresaran a la habitación.
—S-Si... —Aceptó su mano y entraron al edificio.
—Además ya olía feo~zura. —
Ambas comenzaron a reír y se juntaron en un abrazo antes de entrar a la habitación.
Cuando abrieron para su sorpresa había alguien adentro.
—¿Ruby-Chan? —Dijo Yoshiko.
—¡Piggy! —La Kurosawa se asustó.
—¿Qué haces aquí? —Preguntó la peli-azul.
—Y-yo... Duermo aquí ¿No? —
—Oh, ¿vas a regresar? —Preguntó a lo que Ruby solo asintió tímidamente con la cabeza.
—Bueno, yo me voy~zura. Ya te ayudé a desempacar y necesito ir a hacer la tarea con Dia-Chan. —Dijo Hanamaru con una gran sonrisa viendo la escena.
—¡Zuramaru! —La detuvo. —Muchas gracias por lo de hoy. —Le dió una cálida sonrisa.
—De nada~zura. —Maru salió de la habitación muy feliz por su amiga.
—Ahora tengo que ayudarte yo a desempacar ¿Verdad? —Mencionó Yoshiko.
—B-Bueno... Tengo que traer mis cosas del cuarto de mi Onee-Chan. —Respondió Ruby nerviosamente.
—Ok, vamos. —Yoshiko le extendió la mano a Ruby y cuando la peli-roja la tomó ambas se veían completamente sonrojadas.
Salieron de la habitación y comenzaron a caminar hacia el edificio de Dia. Al parecer Hanamaru tenía razón, todo iba para mejor en la vida de Yoshiko poco a poco iba recuperando las fuerzas para seguir adelante aunque fuera un proceso lento. Sabía que podía contar con el apoyo de sus amigas y mostraba una gran sonrisa de esperanza y felicidad mientras avanzaba.