Un simple roce, no fue más que eso, sin embargo, se sintió como toda una carga eléctrica dentro de su cuerpo. Pudo notar como cada célula comenzaba a calentarse, todo su cuerpo se alteraba con solo mirar sus ojos. El deseo era enorme, en su cabeza no podía evitar imaginarle en sus brazos, sofocándose con sus caricias y materializando su ardiente pasión.

—Sígueme a mí, juntos podemos dominar la galaxia completa —le había dicho, sus ojos brillaban, la propuesta era mucho más que un mundano deseo de poder y control, era la búsqueda de estar con ella y decirle que dos almas que han vivido eternamente en el abandono y el miedo pueden aferrarse la una a la otra.

—Ben, por favor, abandona este mundano deseo de control, tienes conocimientos que yo no poseo, podríamos hacer mucho juntos —dijo ella, en un humilde deseo de que ese hombre, tan oscuro y solo pudiese cambiar—. Déjame ayudarte.

Escucharla era un deleite para él, la conexión que tenían era casi salvaje. Sencillamente no era casualidad que pudiesen sentirse tan cerca estando tan lejos.

Hace una semana que no se comunicaban, y eso estaba significando una inquietud enorme dentro de Rey, quien, había que decir las cosas tal cual eran, comenzaba a acostumbrarse a escuchar la voz de Kylo —o Ben, para ella— de vez en cuando. Se había encerrado en una habitación dentro de la guarida que poseía en ese momento La Resistencia, había convencido a los demás de que prefería dormir sola y nadie había querido oponerse. Ahí dentro se había colocado una camiseta para dormir, una bastante larga que simulaba un camisón, por debajo únicamente su ropa interior. Se acostó con algo de nostalgia en su pecho, esperando que él apareciera pronto. Sintió un calor intenso dentro de su pecho, casi demencial, lo que la obligó a incorporarse rápidamente y buscar una regadera, necesitaba sentir el agua fría bajar por su piel o enloquecería.

—Rey —escuchó de repente, él se encontraba en su habitación, no podía verla todavía, sólo sentía su presencia y su aroma con mucha fuerza.

—¿Ben? —dijo ella abriendo los ojos dentro de la regadera, sintiendo como el agua le caía encima, continuó mojando su cabello mientras esperaba una respuesta.

—Rey —dijo, y finalmente pudo verla, miró absorto la forma en que caía el agua por su cuerpo desnudo, sonrojándose violentamente y mordiendo su labio inferior—. Creo que escogí un momento memorable —dijo, con algo de picardía inocente e inexperta, le era difícil no sacar ese lado suyo con ella.

—¡Ah! —gritó ella despacio, cortó el agua del grifo y salió de la regadera, tomando una toalla y secándose rápidamente—. Qué inoportuno, no me mires de esa forma —dijo ella, cubriéndose e intentando ocultar sus mejillas que estaban ardiendo.

Él volteó la mirada un poco, mirándola de reojo.

—Si quieres vístete y continuamos, no quiero quitarte mucho tiempo —ella asintió y se acercó a la cama, tomando la camiseta y su ropa interior, se metió a la cama y se cubrió, su corazón saltaba desesperado.

—Ya puedes mirar —dijo, pasando una toalla por su cabello.

—Rey, ¿es que acaso extrañabas que apareciera? —preguntó él, indudablemente podía ver a través de ella.

—¿Por qué crees eso? —dijo ella, levantando el rostro, para ese momento él ya se encontraba sentado a los pies de la cama.

—Sentí tu llamada, por eso aparecí —sonrió levemente y volvió a su rostro habitual, comenzó a analizar cada rasgo de aquel rostro tan fuerte, aquellos labios tan bien dibujados, penetrables y seguramente muy dulces.

—¿Llamada? —dijo ella mirándolo directamente a los ojos.

—Únete a mí —dijo él acercando su mano al rostro de ella.

—No puedo, no así —musitó la chica agarrando la mano de Kylo antes de que pudiese llegar a su rostro, el muchacho comenzó a acariciar sus dedos, con la misma precisión que buscaba hacerlo con su rostro—. Quiero salvarte, no hundirme contigo en un deseo tan mundano como el poder absoluto.

—Sabes que quieres estar cerca de mí —sentenció Kylo tomando su mano para llevarla a la punta de sus labios, acariciándola con su labio inferior y observándola, ella temblaba notablemente.

—¿Qué estás haciendo? —dijo ella, sin soltarse.

—Estoy pensando.

—¿En qué?

—En ti.

Rey sintió aquella descarga eléctrica alrededor de todo su cuerpo. Con la mano libre apretó un poco el cobertor que cubría sus piernas y bajó la mirada. Kylo, a su vez, posó sus dedos sobre su rostro con la mano que tenía libre, sin dejar ir la otra mano ni alejándola de sus labios. La muchacha lo miró intensamente, entendiendo que este contacto era bastante peligroso. ¿Por qué la estaba seduciendo, sólo para atraerla a su lado? No, ambos sabían que era más fuerte que un deseo de poder, él no deseaba solo el poder, él la deseaba a ella.

—¿En mí? —respondió ella con timidez y sintiendo que su cuerpo se derretía.

—No puedo quitar tu aroma de mi cabeza, lo siento cada noche cuando intento conciliar el sueño. No puedo evitar recordar este contacto con tu piel, me quema por dentro y me vuelve loco —dijo él, y sin soltar su mano acercó su rostro hacia su cuello, donde se embriagó con el aroma de Rey, quien arqueó su cuerpo, apretando con fuerza el cobertor y la mano de Kylo.

Fue así, como la mano que Ren tenía libre, se apoderó de la cintura de la muchacha, apretándola contra sí mientras seguía absorbido por el aroma y paz que le brindaba la piel de Rey.

—Quiero —comenzó a decir muy cerca de su oído— probar de ti. Quiero saborear tu piel y tus labios, para ver si realmente son tan dulces como los he imaginado.

Ella emitió un pequeño sonido, el cual la hizo sonrojarse mucho más. Su pecho estaba totalmente agitado, sentía un pulso desenfrenado y un calor que le recorría todo el cuerpo, mucho más bajo su ombligo.

—¿Eso fue un sí? —dijo Kylo mirándola a los ojos, con su nariz tocando la nariz de ella, mirándola con ojos hambrientos. Las pupilas de ella estaban enormes.

—Ben —dijo ella quedándose con la boca abierta luego de hablar, mirando directamente sus rojos y respirando con notable dificultad.

Él posó primero su labio inferior sobre el inferior de ella, acariciando con la misma delicadeza que hizo con su mano anteriormente. Luego de ello, besó sus labios con calma, para luego apretar con fuerza y comenzar a introducir su lengua dentro de la boca de la chica, quien cerró los ojos y entrelazó sus dedos con el cabello de Kylo, besando vorazmente a aquel muchacho, sin entender muy bien cómo manejar el caos que estaba dentro de ellos.

—Rey —dijo él y desapareció.