Descarga de responsabilidad: No soy dueño de Naruto ni de Hotel Transylvania, solo soy un escritor novato que desea compartir sus historias con el buen público.

"Mi nombre es Mavis" - personaje hablando.

'Kurama, por el amor de dios' - personaje pensando.

"¿Que no hay nada bueno en la tv?" - Biju/Demonio hablando.

'Odio los portales' - Biju/Demonio pensando.


El alba se arrastró por las enormes y escabrosas montañas de Transilvania, el sol lenta y gradualmente se alzó por el horizonte iluminando el boscoso ecosistema natural del centro-noroccidental de Rumanía, bañando con su hermosa luz la piedra de un imponente y enorme castillo localizado en lo alto de un acantilado. El castillo no se trataba de otro más que el famoso santuario y refugio para los monstruos del mundo, el renombrado e inigualable hotel Transilvania; el hospedaje predilecto para vacacionar de los monstruos.

Fue en este lugar, específicamente en una de las habitaciones localizadas en la última planta de arriba que uno de sus huéspedes era sacado a la fuerza del maravilloso mundo de los sueños, un largo y pesado gemido resonó por parte del hombre rubio al sentir sus ojos ser presa de los brillantes rayos del sol que atravesaban las finas cortinas de su habitación.

Rodando entre las sábanas, se cubrió la cabeza en un vano intento por sofocar la brillante luz. Sin embargo; la delgada tela de seda era de nula eficacia contra el incesante ataque del astro rey.

Mentalmente haciendo un recordatorio para cambiar de lugar su cama, reunió toda la fuerza de voluntad posible para salir de su acogedor y cálido refugio e iniciar así un nuevo dia.

Sus pies descalzos no se inmutaron al pisar el frío suelo de madera mientras tomaba asiento en el borde de la cómoda cama, haciendo unos pocos estiramientos que le valió el satisfactorio sonar de sus articulaciones, el joven se levantó; prometiendo como cada día desde que decidió hospedarse en la casa de su novia, no volver a desvelarse al entrenar tan tarde.

La habitación de este hombre fue bastante escasa en cuanto a decoración, pero muy acogedora. Aparte de su ya mencionada y mullida cama, había una cajonera a un lado de la misma con un retrato de cierta vampiresa de cabello negro y ojos azules. Un escritorio de madera con papeles esparcidos por todos lados pegada a la pared junto a la ventana y un closet no muy lejos que guardaba varios conjuntos -mucha de ella regalos de parte del gerente del hotel y su esposa- de ropa, también había un sillón naranja pegado a la esquina contraria de la habitación con un cartel de 'No ramen, no life' en la pared.

Fue poco, pero fue suyo. Además, no desempaco mucho de su equipaje, principalmente porque cualquier mueble o ropa de su mundo natal no combinaba para nada con el hotel y lo que logró reunir en sus años de viaje eran cosas o muy valiosas personalmente o un tanto costosas, lo suficiente para no usarlas en decorar una habitación provisional.

Sin ningún tipo de prisa se dirigió al baño, pasando frente a un espejo de cuerpo completo, el reflejo mostró a un hombre rubio de 20 años usando solo unos pants naranjas, su torso al descubierto mostró diversas cicatrices de guerra talladas alrededor de los músculos bien definido, la más notable siendo la que atravesaba su pecho, aunque empequeñecida en comparación al brazo derecho faltante donde unas vendas cubrían su muñón cercenado.

Naruto se plantó frente al espejo del baño, su reflejo le devolvió la mirada con un ojo azul y otro morado de patrones concéntricos y comas negras. Frunció el ceño ligeramente al notar un poco de barba rubia creciendo en sus mejillas.

Formando el sello del carnero, su mano izquierda se cubrió de una fina capa de viento, el elemento de la libertad rodeo de la muñeca a la punta de los dedos sin provocar daño alguno al usuario. Algunos pensarían que el rasurarse con chakra de viento a altas velocidades sería peligroso -sino un mal uso de sus habilidades- pero cuando pierdes un brazo tiendes a buscar formas de realizar acciones que antes globalizaron tu mano dominante.

Sin ningún movimiento desperdiciado, fue rápido y preciso en su aseo, su mano recorrió con habilidad sus mejillas y cuello, cortando con mayor eficiencia que cualquier rastrillo o barbero, eliminó de tajo la barba de la mañana sin dañar su piel o provocando enrojecimiento alguno. Solo luego de asegurarse de no dejar parte sin recortar o encontrar algún signo de irritación es que se metió a la ducha.

Sin siquiera inmutarse ante el líquido helado golpeando su piel desnuda, procedió a bañarse como todos los días, estos chorros de agua no era gran cosa en comparación a las cascadas invernales con las que se solía bañar antes de conocer a Mavis.

Fueron unos buenos 15 minutos antes de salir del baño, usando solo una toalla blanca sobre su cintura mientras una segunda secaba su largo cabello rubio.

"Hoy es el gran dia" se dijo Naruto, una sonrisa aún más amplia de lo usual plasmada en su rostro.

Había pasado ya más de 3 meses desde el comienzo oficial de su relación con Mavis. 98 maravillosos días de haber cedido la mitad del chakra de su mejor amigo Kurama - actualmente recuperado- para traer de entre los muertos a la madre de la mujer que decidió amar.

Para ser sinceros, han sido los mejores 98 días de su vida.

No era solo porque encontró al amor de su vida -aunque mayormente era por Mavis, pero no completamente- fue la paz y tranquilidad que encontró al establecerse en el hotel que su novia llamaba hogar. La armonía que se respiraba por estar rodeado de personas que lo estiman por quien era y no solo por lo que podía hacer.

Un tiempo bastante divertido y agitado en comparación con su pasada vida en la carretera, o la amarga vida de un shinobi solitario debía admitir.

Tampoco le sorprendió enterarse que el sueño de viajar alrededor del mundo de Mavis pasó a ser una segunda prioridad en su lista; la idea de alejarse de su hogar parecía trillada ahora cuando estaba a su alcance uno de sus más grandes anhelos.

Conocer a su madre.

Su novia le pidió postergar su tan anhelado viaje alrededor del mundo indefinidamente. Ella deseaba recuperar todo el tiempo perdido, conocer a la mujer más allá de las historias que su padre le contaba y pasar cada preciado momento aprendiendo de ella todo aquello que su padre no pudo o no sabía cómo transmitirle. Como decía Martha 'Cosas que solo una madre puede enseñar'.

Por supuesto, Naruto no tenía ningún problema en cumplir la petición de Mavis.

Mavis, una sonrisa apareció en el rostro bigotudo de Naruto al pensar en su linda y hermosa novia. La vampiresa amable, tierna, divertida e inteligente que le robó el corazón con su encanto nato; incluso hoy, se preguntó ¿Qué vio ella en él?

Pregunta para más tarde, ahora mismo debía vestirse. Dando un simple comando mental, su apéndice derecho perdido regreso a la vida en forma de un brazo de metal, el rubio camino al armario mientras que la toalla en su mano era lanzada con precisión al cesto de la ropa sucia y la que estaba cubriendo su pudor caía al suelo con un simple tirón, revelando su torneado y bien definido cuerpo desnudo al mundo.

Hoy tenía pensado sorprender a Mavis, después de todo un día especial amerita ropa especial, por lo que el ninja interdimensional comenzó a vestirse con un conjunto de ropa diferente a la usual. Nueva ropa que los padres de su novia le regalaron; sus clásicos pantalones holgados de color negro fueron reemplazados por unos más formales del mismo color y perfectamente planchados. Atrás quedaron sus cómodas sandalias pues ahora traía puesto calcetas y lustrosos zapatos negros.

Una vez atado su calzado; siguió con la parte superior de su cuerpo. Para tal ocasión usaba una blanca camisa de manga larga que cubría todas las cicatrices de su cincelado físico, fajando la prenda se abrochó el cinturón negro de hebilla en forma de murciélago -regalo de Mavis- por último, se puso encima un elegante saco negro.

Una ligera mueca afloro en su rostro cincelado al verse en el espejo.

No le molestaba usar otro conjunto de ropa, en realidad estaba abierto a probar nuevas experiencias; sin mencionar que a Mavis de seguro le gustaría verlo usar tal estilo de ropa, seguramente solo porque el color predominante de su nueva vestimenta fue su favorito.

"Ahora, el verdadero reto" se dijo Naruto al mirar con la determinación que le caracterizaba al objeto posado en su metálica mano derecha.

Un pedazo de tela de color negro, más concretamente; una corbata.

Puede ser un genio en las artes ninja, ocultarse entre las sombras y luchar contra seres de incalculable poder. Pero atarse estos malditos artilugios de tortura fue quizás una de las tareas más difíciles a las que se ha puesto a prueba. No importaba cuántas veces repitiese cada una de las complejas instrucciones de Drácula; aún así al llegar al punto dónde lo único que necesitaba era tirar de la corbata, la maldita cosa se desanudaba como por arte de magia.

"¡Suspiro! ¿Cómo lo hizo Drácula? Arriba, abajo, cruzado y tirar..." Naruto ató nuevamente su corbata "Maldita porqueria" solo para que se rompiera el nudo por tercera vez.


¡RIIIING! ¡RIIIING! ¡RIIIIN-toc.

Una delgada y bien cuidada mano silencio con el más suave toque el escandaloso despertador al lado de la cama. Dicho apéndice de uñas pintadas en negro empujó fuera las cobijas revelando a una alegre pelinegra de ojos azules que recibió el comienzo de un nuevo día con una radiante sonrisa.

Mavis salió de la cama de un salto, antes de poder siquiera aterrizar su mano derecha ya estaba funcionando con magia para que en un tris tras sus cobijas se doblarán, se tendiera la cama y las cortinas fueran separadas para dejar pasar los rayos del sol, no satisfecha con solo la estrella de la mañana la vampiresa empujó su mano izquierda a las ventanas provocando que se abrieran; permitiendo así la brisa inundar su recamara.

"¡Hoy es el gran día!" gritó al mundo la hija de Drácula al aterrizar de pie frente a su espejo, donde su reflejo vestido con una sencilla pijama de seda de dos piezas y de enmarañado cabello le regresaba la sonrisa.

Como cada día desde su ciento dieciochoavo cumpleaños, Mavis se despertó al salir del sol. Feliz y contenta de poder recibir la mañana. Abrazando este placer que le fue negado toda su vida por su ascendencia vampírica y que fue solo gracias a su novio que logró experimentar.

Tarareando una alegre canción se encaminó a la cajonera donde guardaba su ropa; de vez en vez dando un pequeño saltito denotando su alegre estado de ánimo. Mientras físicamente abría cajones y removía entre sus prendas íntimas, en su mente ya enumeraba toda una lista de actividades y planes para el día de hoy.

Primero que nada, ir directo a la habitación de su novio. Con suerte seguiría dormido, por lo que podría acercarse sigilosamente y escabullirse junto a él en su cama; sonrió diabólicamente al imaginar la cara de sorpresa que pondría al despertar y verla acostada a su lado.

Sin embargo, debía ser cuidadosa de no alertar a su papá, puesto que el viejo vampiro era un tanto cauteloso y estricto en cuanto a sus muestras de apego tan avanzadas. No entendía porque aún cuando Naruto y ella ya habían formalizado su relación ante todos sus amigos y conocidos, su padre se negó a permitirles dormir en la misma habitación.

Bueno, en realidad sí que lo sabía. Según su padre era incorrecto e inmoral que Naruto y ella compartieran algo tan sagrado como el lecho matrimonial al no encontrarse casados.

… aún.

Volviendo al presente, retomó su plan del día; una vez Naruto estuviera listo, ambos se dirigirán al comedor juntos para desayunar con sus padres, seguida de una pequeña caminata por los bosques circundantes del hotel. Aunque tendrían que separarse a las 8, pues su mamá la quería llevar a su nuevo invernadero -regalo de su padre con mano de obra Uzumaki- en su tiempo de calidad madre e hija de cada día.

Cuando faltasen un par de horas para el mediodía, Mavis tenía pensado pedirle ayuda a su madre en la cocina. Su padre le contaba mucho sobre lo maravillosa y bien versada que era su mamá en la gastronomía, llegando a ser considerada por todos sus amigos como la mejor chef entre los monstruos.

Después de todo, el mejor modo de ganar el corazón de un hombre fue a través de su estómago. O eso es lo que algunas de las revistas humanas que a leído dicen.

Aún cuando ella estaba completamente segura que su vida y la de Naruto fueron unidas para toda la eternidad, cocinar le pareció una linda forma de expresar el gran amor y cariño que sentía por él.

Sin embargo, todos sus planes anteriores palidecen ante el importante evento que daría lugar el día de hoy.

Hoy fue la primera vez que Naruto y ella saldrían del hotel a una cita.

Sí, ellos ya habían tenido citas antes, era verdad que ambos pasaron tiempo juntos dónde harían todo tipo de actividades divertidas de parejas. Cada momento fue especial y mágico para ella no importa que hicieran.

Un maravilloso picnic a la luz de la tarde dónde Mavis se facinaria por la gran variedad de comida humana que Naruto le serviría. El pastel de fresa se estaba convirtiendo en su segundo postre favorito.

Contemplar las estrellas, durante muchos años había hecho tal actividad en solitario, en cada ocasión soñaba despierta con las maravillas que el mundo le deparaba una vez cumpliera ciento dieciocho años. Pero ahora, Naruto le contaría cualquier cosa que ella deseara saber sobre el exterior, por supuesto, él mantendría algunas cosas en misterio para que ella lo descubriera a su debido tiempo.

Otra actividad que apreciaba fueron sus largas y tranquilas caminatas a la luz de la luna que darían por los bosque. Ambos tomados de la mano se maravillaban de la naturaleza que rodeaba el hotel.

Mavis dió un lindo chillido femenino al recordar este último evento, lo que le emocionó fue cuando Naruto la cargó como una novia recién casada y la llevó a la cima del árbol más alto del bosque, ahí fue dónde procedió a tallar sus nombres con un kunai y encerrarlos en un corazón.

Sin embargo, regresó a la realidad una vez vio el reflejo del reloj por el espejo encima de la cajonera. Sus ojos abriéndose de sorpresa al ver que había perdido valioso tiempo mientras divagaba en su mente.

"¡Santa rabia! De seguro Naruto ya esta despierto" Mavis dió un lindo gruñido de frustración mientras tomaba las primeras bragas y sostén de su cajón, corriendo a toda prisa al baño.


[30 minutos después]

Toc, toc.

"Naru, ¿Ya estas despierto?".

Dicho hombre dejó de luchar contra el nudo de la corbata, llevando su atención a la persona de pie en la puerta, no pudo evitar la sonrisa que llegó a su rostro bigotudo al notar la forma de Mavis. La joven de la que se había enamorado perdidamente estaba vistiendo su conjunto de ropa usual; indumentaria que no hacía más que resaltar su hermoso y atlético cuerpo. La única diferencia fue la bufanda que le regaló en su cumpleaños rodeando su estrecha cintura.

Con una linda sonrisa plasmada en el rostro, Mavis salto a la recamara, cerrando silenciosamente la puerta al entrar, su sonrisa ampliándose al ver a su novio.

"Que guapo" halago la fémina, realmente estaba sorprendida por el repentino cambio de vestuario; aún así, Naruto para ella se miraba perfecto, no importa si usaba su ropa o este conjunto, para ella él era el hombre más maravilloso del mundo.

Mientras Mavis cerraba la brecha entre ambos; pudo notar el problema entre manos de su novio, con una sonrisa y sin previo aviso ni palabra alguna, las suaves manos de Mavis tomaron ambos extremos de la tela negra firmemente; enlazar, plegar, cruzar y hacia arriba. Ella aún no entendía el como Naruto no había dominado una tarea tan sencilla como atar una simple corbata; no es que le molestara, de hecho le gusto ayudarle.

Una vez concluida su tarea, Mavis descanso sus palmas en los pectorales del rubio, sus ojos mirando a los profundos orbes desiguales de Naruto. Sin embargo, los ojos de la pelinegra no tardaron en desviarse un poco más arriba; directo a su cabello dorado. Haciendo una mueca, la hija de Drácula se llevó la mano derecha a la barbilla.

Naruto estaba peinado, eso de por sí fue extraño. Sus rubios cabellos no fueron para ser domados. Y prueba de ello fue el pequeño mechón rebelde en la nuca que se negó a permanecer abajo.

Confundido, Naruto se extraño por la cara aparentemente pensativa de la vampiresa. Pero antes de poder preguntar a qué se debía, Mavis lanzó sus manos a por el cabello perfectamente cuidado de su novio, desenredando las hebras doradas con rápidas sacudidas; dejándolo en su rebelde estado natural.

Ella comprendía el que Naruto tratará de encajar en la vida del hotel, fue ciertamente refrescante verlo así vestido, solo lo hizo ver aún más atractivo de una manera elegante. Sin embargo, algo que a ella le gustaba desde que lo conoció fue su rubio cabello indomable.

"Así está mejor" dijo Mavis.

Definitivamente amaba a esta mujer, mirando por encima de Mavis, noto de inmediato como su novia había cerrado no solo la puerta; pero que se tomó la libertad de poner el cerrojo.

"¡Eeeh!" afortunadamente para Mavis la habitación de Naruto estaba insonorizada, o sus padres bien podrían haber escuchado su grito de sorpresa al encontrarse siendo alzada por un par de masculinas manos, aunque puede que se salvará de la vergüenza ya que su grito fue rápidamente silenciado por los labios del Uzumaki.

Él la sostuvo por sus tersos muslos y ella por instinto cruzó las piernas detrás de su cintura, ambos brazos de Mavis rodearon el cuello del responsable de su afecto en un intento por profundizar el beso.

"¡Mmmm!...Naru~." Mavis se encontró gimiendo entre besos, moliendo sus labios tortuosamente lento contra los de su novio.

La relación del dúo comenzó lento al principio, Naruto no quería apresurar a Mavis y deseaba la vampiresa de cabellera de ébano disfrutará su primer -y por lo visto único- noviazgo a su propio ritmo. Fue por tal motivo que desde el inicio oficial de su relación Naruto se dedicó a conocer todo sobre ella; gustos, disgustos, pasatiempos y demás. A diferencia de él con sus habilidades ninjas, Mavis no era capaz de mostrarle su propio pasado con métodos tan poco convencionales.

En cambio ella le hablo, le contó de su vida con todo detalle, no importaba la hora; durante la cena, en caminatas o mientras miraban la luna y las estrellas en el techo del hotel, fueron momentos importantes de unión que ayudaron a cimentar aún más su ya sólido romance.

Entonces llegó la parte física de su relación.

No les tomó mucho descubrir que ambos eran perfectamente compatibles. Naruto nunca había sentido una unión tan profunda con una mujer como lo hacía con Mavis, cada relación pasada parecía un sueño distante que era reemplazado rápidamente por su novia.

Mavis por otra parte, recién experimentaba lo que significa tener novio… y le encantaba. La seguridad que ella sentía al estar a su lado, su amor solo equiparable a la pasión que Naruto le provocaba con cada pequeño y dulce gesto.

Desde un te amo, a una cita a la luz de la luna, incluso una sencilla caminata era perfecta sí lo compartía con él.

Y fue por eso que era tan duro para ambos no mostrar su amor en público, no es que fuera algo malo; pero el par de amantes era un tanto apasionado cuando se trataba de su necesidad por el otro. Por eso no fue raro ver a Mavis arrastrar discretamente a Naruto a un armario cercano, o al rubio desaparecer en un destello con la hija de Drácula en brazos.

Gracias a esas pequeñas escapadas los dos lograban mantener la apariencia entre amigos y familiares, limitándose a ir de la mano, así como darse uno que otro beso en la mejilla. Aunque en ocasiones, ese inocente beso bordeaba muy cerca la comisura de los labios del receptor.

La lengua de Mavis lamió discretamente los labios cerrados de su novio, un intento por ahondar aún más su contacto. Él no la hizo esperar mucho, sus labios se abrieron al tiempo que los de ella y de inmediato saboreo la esencia de su amado, una deliciosa mezcla a la que no podía poner nombre pero que se volvía cada día más adicta. Igual que cada mañana desde que ganó la confianza para expresarse, la batalla lentamente se inclinó a favor de Naruto gracias a su experiencia, dominando con maestría para poder ser él quien degustará a su amante.

¡PUM!

Mavis no se inmuto al sentir su espalda golpear contra el duro granito de la pared, ni se quejó, en vez de ello; dejo los rubios cabellos de Naruto en paz en pos de rascar con ambos pulgares las marcadas mejillas de su amante, sonrió contra sus labios cuando le escucho ronronear involuntariamente entre besos, explotar su debilidad fue la única manera para ella de lograr emparejar mínimamente el desigual campo de batalla.

Al ser sostenida por su novio, Mavis tenía una posición beneficiosa por encima de él, ella lo aprovechó de inmediato; jalo los rubios cabellos del Uzumaki y él dio un par de pasos atrás, otro jalón seguido de dos dedos rascando su mejilla derecha y Naruto recorrió la mitad de su habitación hasta casi tropezar contra la cama.

Pero la vampiresa no había terminado aún. Desenvolviendo sus piernas, las extendió a los costados antes de dar un par de precisos golpes a la parte posterior de las rodillas de Naruto con sus talones, la falta de equilibrio lo llevó a caer sentado en la cama con Mavis de rodillas encima.

Al separarse, solo una diminuta y fina línea de saliva seguía uniendo al par de amantes. Mavis respiro pesadamente por la boca a diferencia de su novio que mantenía mejor el aliento. Ella cerró los ojos con su frente unida a la de él mientras sus manos seguían unidas detrás de su cabeza.

"Te amo/te amo".

Ambos abrieron sus ojos al encontrarse repitiendo las palabras del otro, compartieron una sonrisa y Mavis fue la primera en avanzar. Uno, dos, tres pequeños besos escalaron lo largo de su cuello de manera consecutiva para terminar plantando uno largo y húmedo en sus varoniles labios.

Naruto no pudo evitar reír disimuladamente ante los claros intentos de Mavis por seducirlo; aunque torpe, él sabía que su novia se esforzaba al máximo por replicar las diversas muestras de afecto que ella miraba a escondidas de películas humanas y revistas orientadas al romance.

"Alguien está emocionada hoy ¿Verdad?" preguntó el Uzumaki, soltando un placentero suspiro al sentir su sensible piel del cuello ser succionada.

Mavis se alejó levemente de su amante, lo suficiente para apreciar el lindo y rojo chupete que le dejó adornando en la piel. Por unos segundos, pues tan rápido como llegó se fue gracias al alocado factor de curación del jinchuriki. Le parecía frustrante a la pelinegra no poder dejar la mínima marca, o que él le dejara alguna; gracias a su herencia vampírica los moretones, chupetes y cortés se curaban a un ritmo acelerado.

"Nuestra primera cita fuera del hotel" le recordó ella. Antes de renovar sus caricias.

Mavis estaba emocionada, por primera vez, ella y Naruto saldrían al exterior completamente solos. Sus padres, Naruto y ella habían visitado el mundo humano en algunas ocasiones, aunque sus incursiones se limitaron principalmente a las zonas aledañas del hotel, fue una buena experiencia para ella ya que así tanteaba el terreno y se preparaba para su viaje alrededor del mundo.

No queriendo quedarse atrás y dejar a Mavis tomar el control. Naruto se levantó hasta sentarse en la cama, empujó levemente a la mujer fuera de su cuello, solo lo suficiente para que con un rápido uso de su mano, bajara el cuello de la camisa de Mavis, revelando su perfecta y suave piel de porcelana.

Naruto mordió directamente el lugar dónde se encontraba la vena yugular en el cuello de Mavis y ella no pudo sino levantar su cabeza mientras soltaba un fuerte gemido de éxtasis. Irónicamente, una de las muestras de cariño favoritas de la mujer eran de hecho las mordidas de Naruto, específicamente en su cuello.

Su novio tenía un gran control en su fuerza, él lograba ejercer la presión adecuada para darle ese placentero dolor y al mismo tiempo no perforar su carne con sus peculiares colmillos.

Fue el turno de ella para derretirse bajo los toques magistrales y bien coordinados de su ninja amante, a diferencia de sus torpes intentos; Naruto fue tierno y a la vez duro. La leía como a un mapa del cual él fue el único capaz de encontrar cada zona importante de su anatomía, podían hacerla gemir con su toque sin siquiera requerir tocar sus zonas íntimas, dulces caricias de amor capaces de volver sus piernas gelatina.

Cerró los ojos y se mordió el labio inferior, las manos de Naruto estaban calientes, muy probablemente chakra de fuego el cual masajeaba su espalda, navegaba por sus caderas y remataba al acariciar sus muslos. No logro retener sus gemidos al momento que una serie de pequeños y eléctricos besos fueron subiendo por su cuello hasta alcanzar la línea de su mandíbula.

Su cuerpo estaba en una sobrecarga de placenteras sensaciones, temblando como una hoja al viento lo único que fue capaz de hacer fue abrazar a su amante con las pocas fuerzas que no se le habían escapado del cuerpo ya, sus piernas se cruzaron detrás de la espalda con la misma intensidad que sus manos empujaba su cabeza aún más profundo contra su ser.

"N..Naru..~" susurro Mavis.

"Mavis" respondió el rubio cuando dejó de morder y mirarla a los ojos.

¡PUM!

"Yerno ¿Estás despierto?" preguntó la alegre Martha al tiempo que empujaba abierta la puerta. En su mano derecha una llave maestra capaz de abrir cualquier puerta del hotel.

"...".

"...".

"...¿Ocurre algo?" Preguntó la confundida esposa de Drácula.

De pie frente al espejo, Naruto se medio acomodó la vestimenta, una expresión serena que contrastaba de sobremanera con su agitado y palpitante corazón. Mientras fingía mirarse al espejo, los ojos de Naruto no dejaron el reflejo de Martha.

Tosiendo un poco en su puño para tratar de recuperar el aliento, Naruto se dió la vuelta para enfrentar la mirada de Martha "No, nada. Estoy bien" Naruto respondió, acomodándose un poco la corbata "¿Ocurre algo? Mamá".

Por unos instantes, un fugaz momento. El rubio temía por su seguridad al ver a la mujer entrecerrar levemente sus ojos. Casi como un águila lista para saltar a su presa a la menor oportunidad.

"Solo vine para avisarles que el desayuno estará listo en diez minutos. Por cierto, ese traje te queda muy bien" pero su preocupación murió cuando la mujer le habló nuevamente con su rostro sereno y alegre de siempre, aunque le pareció extraño el que Martha saliera de su recamara mientras dejaba escapar algunas risillas.

Solo cuando la mujer mayor cerró la puerta, el rubio se permitió soltar un suspiro que no sabía que estaba sosteniendo. Su mano fue al pequeño bulto dentro del bolsillo interior de su saco donde Mavis convertida en su forma de murciélago soltó su propio suspiro de alivio.

"Eso estuvo cerca" dijo Mavis cuando Naruto la sacó de su bolsillo y la mantuvo en su mano. Ambos sabían que Martha era más tolerante que su padre en lo que concierne a sus desplantes amorosos, pero aún así lo último que quería el par fue que la madre de Mavis supiera su hijita ya no era tan inocente como pensaba.

Ver a Mavis en su forma de murciélago fue una vista enternecedora, la joven estaba acurrucada en su mano en una bolita con sus ojos cerrados y su respiración acelerada. Pero con la sonrisa de una niña que se había salido con la suya plasmada en su rostro.

"Espera.." dijo Naruto arqueando una ceja al recordar lo que Martha le dijo, el llamado de su novio provocando que la vampiresa abriese los ojos a su dirección y al instante se ampliarán "...¿Avisarles?"

Fue entonces que sin previo aviso la cabeza de Martha se asomó nuevamente por la puerta, "Por cierto, te recomiendo un color cereza, el negro no combina con tu tono de piel" dijo la sonriente mujer antes de nuevamente dejar la habitación.

Un tanto nervioso por la repentina nueva intervención, Naruto dejó de ocultar a Mavis tras su espalda, suerte que tenía reflejos antinaturales y logró mover a Mavis antes que su madre la viera "¿Cereza?" se preguntó antes de mirar a su novia la cual lo miro con vergüenza al punto que su cara se tiñó de escarlata, todo su pelaje parecía una pequeña bola de fuego. Antes de poder preguntar lo que le pasaba, logró vislumbrar su reflejo.

Sus ojos se ampliaron como platos, un sonrojo lentamente coloreo su propio rostro, frente a él, su reflejo mostraba a un rubio de bigotes con sus mejillas, cuello y labios repleto de marcas de besos en color negro.

Bueno, era oficial para ellos. Martha lo sabía.

"...¿Naru?".

"¿Si, Mavis?" preguntó sin mirar a su novia.

El murciélago en su mano jugó con sus alas, mirando deliberadamente lejos de los ojos de su novio "Mi mamá dijo que faltaban diez minutos para el desayuno".

"Sí, déjame limpiarme y podemos ir a-" Pero su respuesta quedó en su garganta al ver los grandes ojos azules de Mavis transmitirle un mensaje silencioso.

Está demás decir, tanto Naruto como Mavis llegaron un poco tarde a desayunar.

Fin del capítulo 5


Se lo que están pensando. Silver está más activo. Pero la verdad es que este capítulo lo tenía medio comenzado. Tenía que darle algunos detalles y retoques pero estoy satisfecho.

Espero no decepcionarlos al no empezar de inmediato con la segunda película; pero quiero sentar las bases de la relación, así como la reintroducción a la vida de Martha, el cual probablemente será el siguiente capítulo. Creo que pondré uno capítulos de relleno antes de llegar a la segunda película.

En cuanto a los nombres, me agrada el gran número de respuestas por parte del público.

Agradezco especialmente a;

Elchabon: me gustaron mucho los nombres, aunque siento que los nombres de mujeres están ligeramente influenciados por DC (OuO).

Victor018: Originales, especialmente el de Sarah.

En fin, agradezco cada comentario, opinión y sugerencias, espero que el capítulo fuese de su agrado.

Buen día a todos.