¡Aquí ando de nuevo!

Estoy intentando actualizar mas seguido, disculpen si no es del fic que estaban esperando pero... lo hago con mucho cariño para ustedes. Disfrútenlo, los adoro.

En el capítulo anterior creí que me mandarían matar, o a Sessho.. a ver como nos va en esta actualización, estaré preparada.

Dedicatoria especial:

Aprovecho para agradecer aquellas hermosas Sesshomitas que en la actividad anti Fantasmas del gurpo

"Comunidad Sesshome" eligió entre sus favoritos este fic, no saben lo feliz que me hacen y por eso...
¡les dedico este capítulo!

Mayo 21, 2018

GC MOON.

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CAPITULO 07

Esos Pensamientos

"Los pensamientos son las sombras de nuestros sentimientos"

A.

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El sol iluminaba la tarde pintando de colores cálidos el cielo en aquella ciudad, el clima era bueno, no hacía calor y el aire fresco corría y los lugares cerrados tenían un ambiente agradable, simplemente perfecto; por eso, los custodios que esperaban en la impactante Cadillac negra estaban relajados.

—Hey Dimitri, ¿nuestros jefes tendrán algún tipo de relación? — Cuestionó curioso el joven de ojos azules.

El nombrado estaba observando la entrada del establecimiento esperando el regreso de Sesshomaru y Kagome; sin verlo a la cara respondió.

—No lo sé, pero no es algo que deba importarnos—Su voz era dura, tanto que parecía una orden.

—¡ja!, no eres para nada divertido— bufó acomodándose mejor en el asiento mirando en una dirección fija.

—No estamos aquí para divertirnos. Solo hacemos nuestro trabajo— le comentó seriamente Dimitri posando su vista en el moreno, y se dio cuenta que se encontraba concentrado en sus propios pensamientos, volvió su atención en la entrada ignorando aquello.

—Esa mujer es especial, tiene algo que es diferente a todas— Dijo Koga en voz baja e hizo una breve pausa—me gusta— esto último fue un susurro casi inaudible.

El rubio frunció el ceño ¿Qué acababa de decir su compañero?, ¿estaba consciente de lo que implicaban sus palabras? Evitó seguir la conversación sin sentido esperando haber entendido mal lo último; solo estaban para proteger la vida de los Taisho y la hermosa señorita venía incluida. Cualquier otra cosa quedaba estrictamente prohibida.

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La azabache estaba contenta después de conseguir todo lo necesario para la cena, Sesshomaru se había comportado increíblemente bien, o bueno, después de todo el solo la seguía de un lugar a otro cuidando de Rin sin objeción alguna y de manera silenciosa. Suspiró aliviada al estar en la salida para ir a casa, no pasó ni un minuto cuando la camioneta negra llegó a su encuentro, se abrió la puerta del copiloto y el joven de ojos azules apareció sonriente.

—¿Necesitan ayuda? — cuestionó al ver las bolsas de las compras que habían traído fijando su vista en la joven.

Kagome no estaba acostumbrada a tener una atención especial, se sentía avergonzada por aquello e iba a negarse cuando escuchó responder a Sesshomaru.

—Sí, acomoda todo— demandó sin apartar la vista del moreno, el asintió y comenzó a hacer su trabajo.

Dimitri rápidamente abrió la puerta por el lado del conductor para que la joven azabache se subiera.

—Gra- gracias— dijo con sus mejillas rosadas, era abrumador ser atendida de esa manera.

Se subió acomodándose rápido en el asiento y extendió los brazos para que Sesshomaru le diera a Rin, el platinado se acercó a ella y el ruso se apartó otorgándoles privacidad.

—Ven princesa—EL joven Taisho le dio la niña y Kagome la tomó en sus brazos depositando un beso en las redondas mejillas— vamos a sentarnos ¿quieres ir a casa? ¿Tienes sueño? —decía la morena cariñosamente a la pequeña colocándola en la silla especial. Sesshomaru cerró la puerta y Dimitri le abrió la otra esperando que estuviera cómodo para después colocarse detrás del volante.

Koga terminó de acomodar todo y salieron del establecimiento en silencio, parecía que todos estaban ocupados con sus pensamientos, Kagome dio un vistazo al platinado y pudo notar que este tenía las manos ocupadas en el celular, de nuevo, esto le molestó y giró su rostro encontrándose con otros ojos azules y se ruborizó al ser atrapada en una situación 'incómoda'.

Al llegar a la gran casa, la azabache estaba dispuesta a abrir la puerta pero fue detenida por la voz profunda que le hacía estremecerse.

—Espera— Dijo en una orden tranquila y ella obedeció confundida.

—¿Qué? — Preguntó y su puerta se abrió al mismo tiempo que la de Sesshomaru por ambos custodios, el platinado se bajó sin decir palabra alguna "¿qué demonios había sucedido?" se cuestionó.

Tomó a Rin y bajó, caminó hacia adentro de la casa en busca del corral para poner a la niña y ayudar a colocar en su lugar todo lo que habían traído, buscó con la mirada al platinado pero parecía que había desaparecido, iba a pedirle ayuda para mover el corral a la cocina y así preparar todo con tranquilidad, pero, parecía que el platinado tenía cosas más importantes en lugar de estar con la pequeña.

—Maldito, se supone que hoy pasarías tiempo con tu sobrina— bufó molesta entre dientes.

Dimitri iba entrando con los paquetes en las manos y miró a la azabache que parecía estar en un debate interno, no deseaba interrumpirla pero necesitaba hacer su trabajo eficientemente.

—Señorita, ¿dónde pongo esto? — Preguntó llamando su atención.

—¿Eh? — respondió aturdida al ser sacada de sus pensamientos y se sonrojó "¿había escuchado lo que dijo" se asustó un poco llenándose de vergüenza.

El joven de ojos verdes señaló las bolsas esperando su respuesta, notó el ligero cambio de tono en el rostro de la mujer y decidió preguntar nuevamente.

—¿Dónde debo colocar esto?

—¡Oh Sí!, disculpa estaba algo distraída y me tomaste por sorpresa — dijo algo apenada.

Rin se comenzó a mover desesperada, quería bajarse de los brazos de su tía cuando miró el perrito blanco que estaba en su corral, exigía que se lo dieran moviendo sus piernitas un poco y balbuceó llamando la atención de ambos.

—ya voy princesa no te desesperes — le comentó paciente y le sonrió depositando a la pequeña junto a su amado peluche.

—Puedes poner todo en la cocina por favor, iré en un momento — Sentía extraño dar órdenes y que fueran acatadas sin reparo alguno. "¿Esa era la vida de su hermana?"

—Entendido —respondió con seriedad y fue a dejar todo al lugar que le habían indicado.

Kagome al estar a solas con la pequeña se aventó al sillón y cerró los ojos mientras pensaba cómo llevar el corral hacia la cocina sin dejar sola a Rin, suspiró pesadamente frustrada ¿por qué cuidar a un bebe era una tarea tan difícil? Ahora no podía hacer algo sin pensar en la seguridad de su sobrina primero.

—Señorita quedó todo listo — Interrumpió Dimitri los pensamientos de la azabache, que al escuchar la voz gruesa abrió los ojos de golpe y sus mejillas se volvieron rosadas —¿Necesita algo más? — preguntó con formalidad.

—Kagome, puedes decirme solo Kagome — Dijo intentando reprimir su vergüenza.

—Entonces… Kagome — pronunció su nombre con un tono que le pareció extraño a la azabache — ¿necesitas que te ayude en algo más?

—Sí, ¿podrías ayudarme a llevar este corral a la cocina? —se sintió inútil al preguntar eso, ella obviamente tenía la fuerza para hacerlo, pero lo que no podía era dejar sola a su sobrina. —no quiero perder de vista a Rin — aclaró para no sentirse tan tonta, el ruso asintió comprendiendo a lo que se refería.

—No hay problema —Respondió y con facilidad lo tomó como si fuera de cartón, Kagome se quedó asombrada por la fuerza que tenía el joven ruso.

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La habitación que había sido preparada anteriormente para colocar el sistema de vigilancia se encontraba en silencio, los ocupantes estaban tranquilos y alerta haciendo su trabajo cuando la puerta se abrió, a pesar de saber quién era se sintieron intimidados por el aura de autoridad que llenó el lugar, Sesshomaru había entrado.

—Buenas tardes Señor Taisho— Saludó Ryuu.

El platinado asintió con la cabeza y observó la habitación a detalle.

—Este es el pequeño equipo que trabajará para mantener la seguridad de esta casa— expresó orgulloso de sus compañeros.

—Buenas tardes Señor Taisho— Dijeron los demás, eran dos hombres más que vigilaban las cámaras— poniéndose de pie hicieron una reverencia.

—Señores— Saludó con un casi imperceptible movimiento de cabeza.

—¿Desea que le muestre el funcionamiento? — Preguntó curioso el joven de cabellera castaña.

—No, solo continúen con lo que estaban haciendo— respondió sin emoción alguna y todos volvieron a sus asuntos.

Sesshomaru examinaba con detalle los rostros de los que estaban presentes y las pantallas, concentrando su atención en aquella que había actividad, la joven azabache se encontraba en la sala conversando con el rubio de cabello corto, el rostro de ella se miraba sonrojado.

Apartó bruscamente la vista de esa pantalla arrugando el ceño y pudo notar unas apartadas al fondo, llamándole la atención aquellas que no mostraban imagen pero tenían un pequeño foco rojo encendido.

—¿Por qué están aparentemente apagadas? —Cuestionó curioso sin embargo, su tono de voz era monótono.

—Estas pantallas deben mostrar las áreas que necesitan mayor privacidad, las habitaciones personales y los baños— Ryuu se apresuró a explicar —su grabación es eliminada en su totalidad después de 48 horas de actividad y solo se tiene acceso mediante un código secreto, el cual, cuando usted decida se lo proporcionaré y no tiene que preocuparse, este solo se muestra al jefe, nadie puede ver lo que sucede en ese lugar, ni siquiera yo.

—Hn— Respondió.

Su vista siguió el movimiento que se podía observar en las cámaras y miró que el ruso cargaba el corral seguido de la azabache, ella sonreía con sus mejillas coloradas llevando a Rin en sus brazos, Sesshomaru apretó sus manos haciéndolas puño, dio la vuelta y salió de la habitación.

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Kagome observó el caminar del ruso, era tan firme, su espalda ancha y brazos fuertes se marcaban más por los movimientos, a pesar de que parecía no hacer esfuerzo alguno. Llegando a la cocina el rubio giró su rostro hacia la morena y pregunto.

—¿Dónde lo pongo?

—En ese espacio está bien. —Señaló el lugar vacío que estaba al lado de la isla, cerca de la ventana y lo así lo hizo.

—Si no necesita nada más me retiro.

Dimitri se quedó parado esperando que la mujer le permitiera irse, pudo ver como depositaba con delicadeza a la pequeña y acariciaba sus mejillas, ella transmitía amor y pureza.

—Está bien eso es todo, muchas gracias por tu ayuda— Le regaló una sonrisa amable —¿quieres beber algo? — Preguntó mientras buscaba vasos, así que le estaba dando la espalda cuando escuchó su respuesta.

—Señor— dijo el ruso haciendo una pequeña reverencia.

Kagome dio la vuelta para encontrarse con una escena extraña entre ambos hombres, notando una mínima diferencia de estatura, pero no estaba muy segura por la distancia en la que se mantenían.

—Kozlov— Respondió duramente, tal vez recordándole algo que solo se entendieron entre ellos.

—No es necesario Señorita, me retiro— comentó tranquilo, dio la vuelta y salió.

—¿Qué fue eso? —Preguntó Kagome muy confundida mirando fijamente a Sesshomaru.

El platinado no respondió y siguió avanzando pasando muy cerca de la joven azabache, esta contuvo la respiración cuando rosó casi delicadamente su piel haciendo contacto con su brazo, eso fue suficiente para dejarla sin aliento, el mayor al pasar a su lado le dedico una mirada fugaz de solo unos segundos, tomó un vaso, se sirvió agua y se recargo en la alacena.

—No sé a qué te refieres—Comentó con indiferencia.

El aturdimiento de Kagome le hizo distraerse dejando atrás aquello que había preguntado y puso la vista en el corral, la pequeña Rin se había quedado tranquilamente dormida en su lugar al poco tiempo de tomar a su preciado peluche.

Nerviosa se movió sacando lo necesario para el postre que deseaba preparar para esa noche; colocó el café, las galletas, cocoa, queso crema, azúcar… se dio cuenta que los huevos estaban detrás del lugar donde Sesshomaru se había puesto a tomar su agua, podía sentir su mirada penetrando su cráneo mientras se movía por toda la cocina, lo cual había ignorado pero ahora que lo miraba de frente estaba segura que la estaba observando, suspiró antes de hablar.

—¿Puedes darme los huevos? — El joven Taisho sin apartar su vista de ella formó una ligera sonrisa de lado en su rostro —Por favor— Insistió la morena sin romper el contacto visual y Sesshomaru levantó una ceja, después de esto Kagome se dio cuenta de lo que había dicho y su rostro se puso de mil colores —E… están detrás de ti, ocupo seis— dijo apenada regresando su vista a las cosas que tenía sobre la isla.

El platinado puso el vaso en la barrita, tomó los huevos que le pidió, se acercó a ella con pasos seguros deteniéndose muy cerca de ella y se los dio rosando accidentalmente sus manos, en silencio la observó mientras estaba a su lado.

—¿Te quedarás a la cena? — Preguntó intentando romper la tensión del momento, aun con sus mejillas ardiendo, se sentía nerviosa, abrumada con la varonil presencia de Sesshomaru, el perfume que la atraía como miel a las abejas, su rostro perfecto que parecía de un ser mitológico, los ojos de un tono peculiar, sus casi imperceptibles sonrisas jodidamente seductoras... Ese hombre era tan… imponente y sexy.

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Estaban sentadas en la cafetería que se encontraba en el campus donde estudiaba Kagome, Kikyo había insistido que se vieran esa tarde con urgencia, la más joven tenía su horario saturado debido a que se encontraba en finales y todos sus maestros eran estrictos, no podía disponer más tiempo del necesario en otras actividades, pero aun así aceptó conversar con ella mientras comía un Sándwich decente después de varios días de intenso estudio.

¿Qué sucede Kikyo?, ¿pasó algo malo? ¿Todo está bien con Inuyasha?— Cuestionó preocupada.

Todo está bien—Tranquilizó la mayor a su hermana— solo necesito hacerte una invitación especial, es una cena sencilla, solo estarás tú, Inuyasha… —hizo una pausa sabiendo de la cara que pondría al escuchar el siguiente nombre — y Sesshomaru— Kagome frunció el ceño.

¿Por qué tengo que ver a ese tipo?, es un idiota—Bufó molesta debatiéndose en su interior, después de unos segundos suspiró resignada— supongo que no hay opción, ¿Cuándo es?

Así es, no puedes negarte y, además, cuando te enseñé una foto de él antes de conocerlo no me dijiste lo mismo—le comentó burlándose un poco haciendo que Kagome se ruborizara —Recuerdo que dijiste…

¡Cállate! —Se apresuró a interrumpirla antes de que terminara con un tono de voz más elevado de lo normal, pero al ver la cara Kikyo bajo la voz— No digas eso nunca más. Iré, si iré a tu cena pero ya no digas nada más. —imploró accediendo y su hermana sonrió satisfecha.

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Sesshomaru observó a la joven azabache perdida en sus pensamientos, tenía sus mejillas ruborizadas, el perfil de la joven era delicado, femenina y a su vez era aguerrida, no le importaba con quien estuviera ella decía lo que pensaba, sin embargo, le parecía frágil. Apartó el rumbo de sus pensamientos abruptamente.

—Sí, me quedaré— Respondió moviéndose de ahí, caminó hasta al pequeño corral donde estaba Rin, la tomó acomodándola con facilidad entre sus brazos —Cuando termines búscame, estaré en la oficina.

—S,sí— dijo Kagome y Sesshomaru salió de la cocina.

"Maldita sea Kagome, ponte a cocinar y quita todo eso de tu mente" se reprimió la azabache. ¿Por qué tenía que recordar eso?, Dejó sus 'tonterías' y se concentró solo en terminar de preparar todo para la cena.

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El ruso entraba en la sala que estaba adaptada para los custodios dentro de la casa, se encontraba cerca del cuarto donde estaba colocado el sistema de vigilancia. Dimitri caminó directo al mini bar y agarró una botella de agua mineral ignorando al joven moreno que estaba sentado mirando un programa de televisión, dio un trago largo a la bebida.

—Hey, ¿por qué tardaste tanto?, me hubieras hablado si necesitabas ayuda— Dijo Koga enfadado por haber tenido que escaparse para ir al baño, se maldecía por haber bebido tanto líquido mientras esperaban a los jefes en el establecimiento.

—No ocupé ayuda, solo moví un corral para la bebé— Contestó serio.

Koga sonrió para sí mismo y se acomodó mejor en el sillón, cambió el canal de manera casual.

—Recuerda que solo estamos aquí para hacer 'nuestro trabajo'— comentó el con burla las últimas palabras. Dimitri no dijo nada, solo se sentó en el otro sillón fingiendo poner atención en la pantalla.

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Caminaba por el amplio pasillo que daba a la oficina, la cual, anteriormente estaba ocupada por su cuñado, iba por petición de Sesshomaru ya que odiaba ese lugar, solo había entrado una vez y con eso fue suficiente para que no le gustara, estando frente a la puerta suspiró "¿Ahora que sorpresa le daría?" Resignada tocó.

—Adelante— Se escuchó la voz profunda del platinado y le erizó la piel. Reprochándose su estupidez entró.

Cuando lo hizo se quedó impactada por unos momentos, nunca imaginó que al lado de la silla de escritorio se encontraría un pequeño cunero, dentro de este dormía plácidamente la pequeña Rin. Kagome quiso reír y llorar de felicidad pero contuvo el aliento cuando Sesshomaru le habló de nuevo.

—Cierra la puerta— a pesar de que ella sabía que no era una orden con el final de molestarla, siempre parecía de ese modo, así que lo hizo y después se acercó a la silla que estaba frente al escritorio —Por favor, toma asiento— Kagome se sentó.

"¿Por qué se sentía como si fuera a la oficina de su jefe y que no era un asunto agradable el que debían tratar? "

—¿Qué sucede Sesshomaru? — Preguntó ya exasperada por la tensión, "¿tensión del ambiente, la situación o tensión por verlo?", se miraba tan varonil, tan dominante y a su vez; parecía tan humano y sensible con Rin a su lado. Solo él podía lograr esa combinación perfecta. "Maldito" pensó.

—Debido a los últimos acontecimientos he decidido que lo mejor para la seguridad de Rin es necesario hacer cambios, sin importar si son de nuestro agrado—Sesshomaru estaba recargado en la silla, sentado de manera perfecta y muy cómodo en ese lugar.

Kagome asintió respaldando lo que él decía, no podía estar más de acuerdo con sus palabras, ella misma deseaba eso más que nunca. Expectante de lo que diría lo miraba con sus ojos brillantes y atentos. Sesshomaru, arrugó ligeramente el ceño.

—Por eso, contraté dos guardaespaldas y un equipo de seguridad para la casa— Explicó. Nunca hablaba más de lo necesario pero con ella parecía que debía explicar a detalle. Lo odiaba.

—Ummm— comentó la morena moviendo su cabeza delicadamente de arriba hacia abajo.

Sesshomaru se confundió "¿Le estaba poniendo atención? ¿Qué clase de respuesta era esa?" Apretó una mano haciendo un puño con fuerza. Le molestaba la gente simple y tonta.

—¿Entiendes lo que trato de decir?

—¡Ja!— se burló Kagome cruzándose de brazos. —¿Crees que soy estúpida? — Sesshomaru no contestó —Pues no lo soy, sé que contrataste guardaespaldas, me los presentaste hace unas horas ¿recuerdas?, sobre el sistema de seguridad, es cuestión de lógica si se trata de ti— Respondió.

Sesshomaru la miraba en silencio, solo podía observar los movimientos bruscos de su rostro, ella no podía ocultar ninguna emoción, sus cejas, sus labios, sus ojos, todo era tan fácil de leer para él y a su vez, le confundía.

—Lo único que quiero es que quites las cámaras de mi cuarto y baño, no quiero a nadie ahí ¿Entiendes? — Demandó molesta y Sesshomaru levantó una ceja, la morena tenía carácter.

—No te preocupes, a nadie le interesa lo que suceda ahí.

Kagome abrió la boca asombrada y ofendida "¿Era correcto que se sintiera de esa manera?" No lo sabía pero estaba enfadada y era lo único que le importaba.

—No, que las quiten— Respondió haciendo un puchero que le pareció gracioso a Sesshomaru pero se negó a reir.

—Aun así, las cámaras se quedan.

—¿Qué? — Gritó y se levantó abruptamente de la silla -No, eso no te permito Sesshomaru.

La azabache se inclinó en el escritorio acomodando sus manos sobre él mirando retadora los ojos dorados que parecían devorarla y no en el buen sentido ¿o sí?

"Maldita seas Kagome ¡concéntrate!" Se reprimió.

Sesshomaru se acercó a ella de manera sigilosa, tan peligrosamente cerca.

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N/A

Gracias por leerme, espero que esta actualización les dejara un buen sabor de boca (?)
ok, supongo que ahora si se quedaron en suspenso.

Las adoro, nos leemos en el proximo capítulo.

Xoxo