Pequeña colección de Drabbles Toothcup sin conexión alguna (O quizás alguna.)
Por: Helene Rowle.
Advertencia: Si no sabes que es el Tootchup, no sigas leyendo. Esto en un futuro puede tener escenas no aptas para menores de edad. Están advertidos.
Aclaración: Los personajes no me pertenecen, lo mas cercano que poseo de esta saga son las figuras que McDonalds regalaba en sus cajitas felices. Todo le pertenece a DreamWorks y a Cressida Cowle.
Sin él...
La primera vez que se sintió vivo fue cuando su cuerpo despego de la tierra. El día en donde sus oídos se taponearon, sus ojos se achinaron debido a las corrientes del implacable viento y el calor abrazador de escamas negras lo envolvieron.
La primera vez que sintió que respiraba fue cuando su mano toco un hocico tibio, que inhalaba fuego y escupía azul. La primera vez que rió, fue cuando una juguetona lengua lo lleno de saliva entre ronroneos y gorgojeos.
La primera vez que Hiccup se sintió un Vikingo, fue a los lomos de un dragón.
Toothles.
Toothles
Toothles.
Su alma rugió entre flamas rojas cuando su frente toco el calor de escamas tibias, que le murmuraron un amor infinito.
Calor, hogar, felicidad.
Hiccup encontró su lugar en los cielos infinitos, entre las corrientes de aire y el abrazador sol en la distancia.
Hiccup descubrió que su hogar era el viento, el mar y la tierra. Era cualquier lugar que las alas de Toothles tocaran. Su vida estaba en los ojos verdes-profundos-amarillos de su compañero que lo miraban con una adoración infinita que ni en sueños deseo tener.
Hiccup… encontró su corazón – el que siempre creyó tener – en una noche oscura, repleta de gritos y muertes, en donde bajo a la reencarnación de la muerte y del rayo desde las infinidades del cielo.
Hiccup encontró lo único que siempre necesitaría y desearía en tan solo un instante.
Y desde entonces su alma entendió que nada más que Toothles importaría.
Su carne, sus huesos, su sangre, todo le pertenecía a aquel dragón que lo miraba con nada más que amor. Un amor que no era manchado por las mugrientas manos de los humanos, que no era teñido de lujuria-sudor-deseo que el cuerpo terrenal había creado.
Toothles era la representación viva de lo que Hiccup era.
Y sin aquel Night Fury
...Hiccup no era nada.
