Sarada esperaba a su padre, después de haber desaparecido con Boruto y sus amigos durante casi dos horas completas. Se sentó en la puerta de entrada con los brazos cruzados, indignada por todas las acciones que su imprudente compañero había hecho.
–Ese tonto, ¿cómo se atrevió a intentar llevársela? No cabe duda de que es un descerebrado.
Mientras más lo pensaba, su ira aumentaba considerablemente. No obstante, entre toda esa furia e indignación que sentía, muy en el fondo, pequeños sentimientos de celos comenzaban a florecer.
Por supuesto, ella no se había percatado que parte de sus sentimientos, eran producto de que el rubio atolondrado se fijara más en la belleza de su joven madre, que en el de ella.
Sarada no era fea en absoluto, pero su temperamento alejaba a todo aquel desafortunado que siquiera intentara algo. Para agregarle la cereza al pastel, era hija de dos de los Sannin legendarios de la aldea, por lo que la aprobación de la Uchiha pasaba a segundo plano, ya que la de sus padres era la primordial.
En pocas palabras, el que se fijara en ella estaba jodido en toda la expresión de la palabra. A pesar de ello, las posibilidades no estaban en ceros por completo. La prueba viviente -o lo estaba hasta hace poco- era Boruto.
El chico era un prodigio para la edad que tenía, además de que su padre era el Hokage y el ninja más fuerte de la aldea. Sumado a esto, su padre era amigo de los progenitores de la Uchiha y esto los llevó a convivir desde temprana edad.
Así que, el único que tenía una clara oportunidad con Sarada era él.
Levantó su vista y finalmente pudo ver la silueta de su padre acercándose. Cuando estuvo más cerca, notó que llevaba una especie de bulto negro arrastrando, o eso parecía, hasta que divisó la rubia cabellera.
–Ah, lo trajo de vuelta.
Sasuke se detuvo frente a su hija y luego arrojó a Boruto a un lado. Las ropas del Uzumaki estaban rasgadas, sucias y aún emanaba un poco de humo.
–¿Qué le hiciste exactamente? – preguntó sin expresión.
–Nada en especial. Practicamos el arte de huir siendo sigiloso.
Imágenes de los niños tratando de escapar inútilmente pasaban por la mente de Sasuke, sobre todo la del pequeño bribón que era su aprendiz.
–A juzgar por su estado, falló rotundamente. ¿Dónde están los otros dos?
–En casa, siendo apaleados una vez más.
–Creí que se enojarían contigo por no contenerte.
–Sarada… – el se inclinó a su altura, colocándole una mano en su hombro. –, A veces debemos recurrir a la crueldad para hacerle ver sus errores a alguien más.
–Entiendo lo que quieres decir, ¡pero en esto exageraste!
–Hay algo que quiero que hagas.
Ella lo observó curiosa, puesto que era de las pocas veces en las que le pedía algo.
–Llévalo a casa.
Hubo unos segundos de silencio en el que ambos sólo se miraron.
–¡Ha?
Justo cuando estaba por preguntar por qué debía encargarse ella de sus desastres, él se levantó y la miró seriamente.
–Casi nunca he tenido tiempo de estar contigo y con tu madre. Al menos por el tiempo que esto nos tome, quiero estar el mayor tiempo posible con ella. Sakura ya ha pasado por mucho…
La chica estaba en un dilema, no sabía si sentirse aliviada por la preocupación de él hacia su madre, o sentirse excluida de alguna manera, ya que bien pudo dejarlo en su casa antes de volver y así pasar tiempo con ambas.
–Papá es complicado… – tomó a Boruto del cuello de su chaqueta y comenzó a arrastrarlo como un saco de basura. –Ya vuelvo, espero que no intentes nada pervertido con mamá…
–Date prisa, cuando vuelvas, hablaremos sobre esos pensamientos impuros que tienes.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de la Uchiha, tal vez no debió hablar de más. Lo peor de su situación, es que realmente había perdido su inocencia en cuanto a temas sexuales, aunque realmente ella sólo sabía la punta del iceberg.
Ella prosiguió su camino sin responder a su padre, mientras él la observaba alejarse con el saco de basura que era su discípulo.
–En serio, me toman como un pervertido a mí, cuando era Naruto el que se la pasaba practicando un jutsu erótico. Todavía me cuesta creer que eso nos ayudara contra Kaguya.
Se dio la vuelta, caminando hacia su casa, mientras sus pensamientos le recordaban partes de su pasado. Sus recuerdos se enfocaron en uno en particular, el momento cuando le robó su primera vez a Sakura. Las imágenes de ese momento eran tan frescos como si lo acabaran de hacer, las expresiones de Sakura con el rostro ruborizado y los ojos llorosos, la suavidad de su piel cuando la recorría con su tacto y labios. En aquel tiempo le había dejado tantas marcas en la piel, que la pobre tuvo que usar vestimentas que la cubrieran por completo.
–Dejar marcas en mi esposa es algo completamente normal, después de todo es mía.
Desde su punto de vista, no había hecho nada que pudiera considerarse pervertido, pero si fuera Sakura la que contara su primera experiencia con Sasuke, la historia sería abismalmente diferente.
Mientras él atendía sus propios pensamientos, Sarada ya se encontraba a mitad de camino, quejándose de tener que llevar a su compañero por culpa de su padre.
–En momentos así no parece ser un adulto. Sí lo iba a dejar inconsciente, al menos debía dejarlo en la basura, no hay otro lugar para alguien como él.
Su mirada se posó en el Uzumaki, prestándole atención a sus rasgos. Estando inconsciente parecía alguien diferente al del idiota engreído que podía ser. Ella no negaba de las habilidades de su compañero, pero era sumamente irritante ver cómo perdía el tiempo en tonterías, además de darle problemas al séptimo.
–Si tan sólo fueras más maduro…
–¿Qué ganaría con serlo?
Su voz la tomó por sorpresa, segundos después lo lanzó lejos de ella.
–¡Hace cuanto llevas despierto?
El logró caer de pie, teniendo algunos problemas por la paliza que le había brindado su maestro.
–Acabo de despertar, yo soy quién debería preguntarte, ¿por qué me arrastras por el suelo?
–¡Hmp! Arrastrarte es ser demasiado amable contigo después de lo que hiciste. – ella le dio la espalda, cruzando los brazos.
–¿Ha? ¿Qué dijiste, teme!
Sarada lo ignoró, provocándole indignación, al igual que la mayoría de las veces que se encontraban, todo parecía que terminaría en pelea.
–Tú…
–¿Te parece poco lo que hiciste?
La cara del Uzumaki se tornó roja por completo, incluso ya se estaba mentalizando para las burlas que surgirían de todo esto. Ya podía verlo "Idiota intenta secuestrar a la esposa de su maestro y recibe una paliza"
–¡F…Fue un simple error! A cualquiera le podría haber pasado.
–¡Todos la reconocieron, excepto tú! – lo miró acusadoramente.
–Es que era linda… – murmuró por lo bajo, desviando la mirada.
Una vena saltó en la sien de Sarada, dándose la vuelta por completo para encararlo.
–¡Esa es tu justificación? ¡No cabe duda de que eres un tonto!
–¿Por qué te molesta tanto? Sé que hice una tontería y casi la pago con mi vida, me quedarán traumas de por vida después de lo de hoy.
El rostro de su maestro mientras los perseguía con Susano no lo dejaría dormir durante un buen tiempo.
Ella se quedó en silencio por unos segundos, era verdad que estaba muy molesta por lo que hizo, pero la rabia que sentía iba más allá que eso.
–¡Invadiste mi casa!
–Sí, lo sé. Pero sigo sin comprender en totalidad tu agresividad hacia mí. Además, no has respondido a mi pregunta, ¿qué ganaría siendo maduro?
–¿No lo entiendes? Causas muchos problemas a menudo y le haces la vida más difícil al séptimo.
–El tema con mi padre está fuera de discusión, seré más específico, ¿qué ganaría de ti siendo más maduro?
Sarada se ruborizó, pues la pregunta podía tomarse en varias interpretaciones.
–I…Idiota, ¡ten cuidado con la manera en la que preguntas las cosas!
El Uzumaki ladeo la cabeza, siendo incapaz de comprender de lo que hablaba.
–¿Ha? Sólo responde a mi pregunta.
–…Tal vez podríamos llevarnos mejor. – admitió, con algo de vergüenza.
–Y…Ya veo.
Un silencio incómodo surgió entre los dos, impidiéndoles mirarse el uno al otro.
–Ahora que lo pienso, ¿por qué peleamos tanto? – mientras meditaba la miró por un momento, logrando ver el rubor en su rostro. Un fuerte palpitar retumbó por todo su cuerpo, incluso la sangre se precipitó a sus mejillas. –, ¿Qué! Aguarda, ¿ella siempre ha sido así? Se ve distinta, se ve… Linda.
–Es tarde, me voy a casa.
Boruto reaccionó demasiado tarde y ella corrió rapidamente. Quizá eso fuera lo mejor, pues en ese momento muchos pensamientos impropios de él lo estaban atormentando.
Y eso es todo por el cap de hoy!
Lamento la demora, pero me tomé un pequeño descanso aprovechando las vacaciones xd Además, tardé un poco más porque inspiración-chan no quería cooperar y hasta hoy se dignó a regresar. Como se habrán dado cuenta, el cap se enfocó más en la relación de los mocosos estos :v Apuesto que se preguntarán cómo rayos fue la primera vez de Sasuke y Sakura 7u7 No lo pondré, eso se los dejo a su imaginación 9u9
Respondo a sus reviews!
rosegold09: Siempre tengo que agarrar a un personaje para hacerle el bullying supremo xd Aún falta un poco, pero cuando Sasuke se entere que aparte de querer poncharse a su esposa, el burro ahora se va por la hija, ahora sí lo mata :v
Guest: Gracias a ti por leerla y comentar! :3
Haro: Hola! Antes que nada, gracias por leer y comentar el fic! :) Y respondiendo a tu pregunta, quizás es culpa mía por no ser tan específico al principio En el fic tiene sólo un brazo y me parece que en un cap anterior utilicé mal una expresión que da a entender que tiene dos. De igual manera, cuando escribí sobre el último recuerdo de Sakura, que era el abandono de la aldea por parte de Sasuke, me refería a cuando deja la aldea por su viaje de penitencia, puede que igual por eso haya confusión. Espero haber aclarado tus dudas.
Adrisib: Decirte sería spoiler, pero será por batallas y no de puños, ya lo leerás en su momento xD
cinlayj2: Muchas gracias por leerla y tomarte el tiempo de comentar! :D
polarbear9: La verdad sí, pero cuando se entere que ahora el mocoso va tras la hija, ahora sí lo hará trizas xdd Ese sasuke no se anda con mamadas :v
MJ Kheehl: Muchas gracias! :3
Gracias por leer y por los favs/follows nos leemos en el próximo cap!